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I. CONCEPTO
En el apartado 2.5.31 de las normas técnicas sobre ejecución del trabajo, y por lo tanto
en el contexto de la tercera norma relativa a la evidencia, se constata como “La
Evidencia obtenida deberá recogerse en los papeles de trabajo de auditoría como
justificación y soporte del trabajo efectuado”.
Para cumplir con el cometido de recoger la evidencia alcanzada y los “mediospor los
que el auditor ha llegado a formar su opinión”, le tienen que servir al auditor:
Para ser el referente de todo el informe del auditor, con especial mención a la
formación de la opinión.
Para cumplir con las exigencias que las Normas Técnicas les otorgan se pueden
sintetizar como características principales el que sean: completos, claros y concisos. De
forma más accesoria también deben ser adaptables.
Además, aunque la forma puede variar según las circunstancias, los papeles de trabajo
tienen que cumplir unos requisitos formales en sintonía con el desglose antes citado:
Índice o referencia (van a permitir relacionar las distintas hojas de trabajo) del
papel de trabajo.
En las hojas cabeceras básicas resulta relevante plasmar las conclusiones a las
que el auditor ha llegado, de forma precisa y resumiendo el requisito de haber
dado respuesta a los objetivos de auditoría.
El apartado 2.6.2 describe que “El propósito de los papeles de trabajo es ayudar en la
planificación y realización de la auditoría, en la supervisión y revisión de la misma y en
suministrar evidencia del trabajo llevado a cabo para respaldar la opinión del auditor”.
Aunque de manera más accesoria, el ser adaptables supone que en términos generales
deben prepararse a medida que se completa el trabajo de auditoría, y por consiguiente
no forman un cuerpo cerrado a priori, variando la cantidad y los contenidos según las
circunstancias. En cada caso es necesario utilizar los que más se ajusten a las
características del mismo, con un diseño y una organización apropiada, como ya ha
quedado expuesto.
Deben indicar además si fueron preparados por el cliente. Se recomienda que todas las
hojas preparadas por el cliente para su uso queden identificadas; por ejemplo marcarse
con la frase “preparado por el cliente”.
1. Memorándum
Pueden incluir un programa específico para poner de manifiesto el trabajo efectuado por
el auditor referido al periodo que comprende la fecha de examen y la de su opinión, y
las conclusiones al respecto.
Los ajustes implican asientos significativos para corregir los saldos de los libros de
contabilidad.
Las reclasificaciones, por su parte, son asientos que no afectan a los saldos de los libros
de contabilidad, representado usualmente transferencias de cantidades o de cuentas
dentro del balance de situación o dentro de las cuentas de gastos e ingresos, para
obtener una presentación más adecuada de los estados financieros.
Se habrán de incluir como mínimo todos aquellos que igualen o excedan el grado de
importancia relativa determinado en la estrategia de auditoría.
6. Manifestaciones de la entidad
Dentro de la copia de las cuentas anuales firmadas por los administradores, que va a
formar parte de los papeles de trabajo, es conveniente incluir una anotación que se
refiera al registro de los ajustes citados:
Por ejemplo que las cifras que incluyen las cuentas anuales concuerdan con los libros
de contabilidad, después de haber registrado todos los ajustes, y constituyen las cuentas
finales y definitivas del ejercicio económico objeto de examen.
Dentro del punto sobre “Documentación del trabajo”, las ideas explicitadas en el
apartado 2.6.12 son:
- No deben destruirse antes de haber transcurrido el tiempo preciso para satisfacer las
exigencias legales (cinco años desde la fecha del informe) y las necesidades de la
práctica profesional”.
Fuera de las oficinas del auditor deben guardarse bajo control adecuado y en general
deben tomarse las precauciones necesarias para evitar accesos no autorizados que
pudieran provocar la divulgación de información sensible y/o posible sustracción de la
evidencia que ellos mismos suponen.
Hay que resaltar que el auditor debe mostrar la documentación del trabajo en
determinadas circunstancias, por ejemplo a instancias del Instituto de Contabilidad y
Auditoría de Cuentas (ICAC), a consecuencia de una decisión judicial o con motivo de
un cambio de auditores.
Esta documentación puede ser el único respaldo válido en caso de querella judicial para
juzgar la opinión manifestada en el informe de auditoría.
No deben ser conservados papeles de trabajo que no hayan sido preparados con un
objetivo de utilidad. Si se tienen copias de los registros contables de la entidad,
normalmente no deben conservarse. Además, la información y documentación original
que proceda de la empresa cliente es propiedad de dicha entidad.
El apartado 2.7.1 de las Normas técnicas sobre ejecución del trabajo indica que: “La
supervisión implica dirigir los esfuerzos de los profesionales del equipo de auditoría para
lograr los objetivos del examen y comprobar que se lograron esos objetivos”.
No obstante la revisión de todos los papeles incluye también los de los especialistas.
Se recuerda que el enunciado de la tercera Norma Técnica de carácter general es: “El
auditor de cuentas en la ejecución de su trabajo y en la emisión de su informe actuará
con la debida diligencia profesional” (véase “Ética profesional”).
Por lo que respecta a los controles de calidad hacen referencia a la supervisión y control
(dirección, delegación de funciones, revisión) en las diferentes actividades.
El contenido de los papeles de trabajo debe ser suficiente y estar en consonancia con
la opinión de auditoría a la que finalmente se llegue, sirviendo además como soporte de
la evidencia en cuanto al cumplimiento de las Normas de auditoría.
Cuando por el contrario, el auditor sí ha podido revisar los papeles de trabajo del auditor
anterior, no es imprescindible hacer referencia en su informe al trabajo de dicho auditor
como base de su opinión, o en sentido explícito al propio informe del auditor anterior.
El informe de auditoría constituye el resumen del trabajo del auditor donde se expresa
de forma normalizada, atendiendo a las normas que regulan la profesión, una opinión
profesional.
VIII. BIBLIOGRAFÍA