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Índice.

Introducción. ...................................................................................................................................................................... 3

Breve descripción del Autor y su Obra. ......................................................................................................................... 4


Desarrollo. ......................................................................................................................................................................... 6

Una Salida para el Pesimismo. ....................................................................................................................................... 9


Conclusión. ...................................................................................................................................................................... 12

Bibliografía ...................................................................................................................................................................... 13

Índice Temático de Conceptos. ........................................................................................................................................ 14

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Introducción.

El presente trabajo tiene como objetivo explorar el planteamiento filosófico de Arthur Schopenhauer con el fin
de exponer algunos de los elementos esenciales de si propuesta filosófica de modo general con la intención de
comprender a grandes rasgos as características de dicho pensamiento.

Por ello, exploraremos a modo de síntesis algunas características básicas del elaborado sistema de
comprensión del mundo, del hombre y de la voluntad que Schopenhauer ha ideado con el fin de llegar a una
respuesta satisfactoria de lo que para él es la naturaleza en el contexto de la cotidianeidad social de su época
entendida esta como Fenómeno (Erscheinung) En específico, hablaremos de aquellos planteamientos
relacionados con la Ética de la Compasión (die Metleidsethik) expuestos en algunos pasajes de su obra que se
relacionan con su comprensión del concepto de Realidad (die Wirklichkeit) el cual estaría compuesto de las
nociones de mal (Ubel) y maldad (Bose), además de entender el reconocimiento de una realidad constituida
por estas características y las implicaciones que derivan de la afirmación de la individualidad y la importancia
que la ética misma adquiere a partir de la conformación de Resortes morales1 que permitirían al hombre
superar el estado de pesimismo con la cual ha de llegar en algún momento a limitar dicha individualidad por
medio de una vida ascética basada en la revalorización de uno de los fundamentos más relevantes de la fe
cristiana como lo es el sentido de la Compasión (Mitlied).

Como vemos, el complejo sistema filosófico ideado por Schopenhauer no tiene otro thelos que el de buscar
una solución a los problemas morales que aquejan al hombre en su vida para que, de esta manera, logre
alcanzar la felicidad.

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Término Utilizado por algunos autores (Schopenhauer, 2002: pág. XII Introduc. )con el fin de referirse a un conjunto de
elementos de carácter moral que tiene como objetivo ayudar al hombre a liberarse del mal en el cual está inmerso de manera
natural al participar de la realidad.

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Breve descripción del Autor y su Obra.

Arthur Schopenhauer nace en el pueblo de Danzin actual Gdansk, Polonia en Febrero de 1788. Hijo de un
importante comerciante llamado Heinrch Floris Schopenhauer y Hosanna Henriette, una prominente escritora.
Vivió con sus padres hasta que fue enviado a Francia, allí siguió sus estudios para luego volver a su tierra
natal una vez muerto su padre.

A partir de la buena educación que recibió en su infancia y, posteriormente, en la Universidad de Berlín y


dada la cercanía de sus gustos, podría pensarse que debería existir una cordial y cercana relación entre el joven
Schopenhauer y Hosanna, su madre, pero nada de eso es cierto, pues, a pesar de compartir su gusto por la
escritura y las artes en general, los gestos toscos de su madre provocaron el alejamiento de Schopenhauer de
esta.

Entre sus influencias destaca una gran admiración académica por Kant a quién atribuye el gran mérito de
haber limpiado a la ética de todo eudemonismo. Estas son las palabras inaugurales del segundo capítulo
de El fundamento de la moral. Sin embargo, esa afirmación queda matizada inmediatamente después, tras
expresarse que tal depuración ha sido más aparente que real. Kant seguiría atado, en opinión de
Schopenhauer, a cierta perspectiva eudemonista, ya que en su doctrina del bien supremo la cuestión de la
felicidad vuelve a ser introducida en conexión con la virtud (Samame, 2011) Además, señala que él mismo y
su filosofía son extremadamente dogmáticas y que en este contexto es necesario reconocer que “el antiguo
dogmatismo en la filosofía fue ya derribado por Kant, es trascendente, lo mismo que la superchería de los tres
modernos sofistas universitarios (haciendo alusión con este término despectivo a un grupo de intelectuales que
francamente detestaba: Hegel, Schelling y Fichte).

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Pero sin duda una de sus obras más importantes es “El mundo como Voluntad y Representación” (Die Welt
als Wille und Vorstellung) por la cual propone la idea de que, seguimos sin salir del dominio de la
representación (die Anschauung). Pero aquí se nos revela también algo más; y algo tan importante como para
que Schopenhauer lo denomine "el milagro κat’eξοχην" y la verdad filosófica por antonomasia: se nos revela
la identidad del sujeto que conoce y el sujeto que quiere y, con ella, nuestro propio ser, que de rechazo nos
dará la clave acerca del ser del mundo. Pues el cuerpo es el elemento mediador que hace posible la
autoconciencia del sujeto y a la vez le manifiesta su naturaleza esencial. Aquel sujeto cognoscente que en
cuanto tal no es cognoscible ni para sí mismo se conoce siempre como cuerpo y, en virtud de aquella
experiencia interna, conoce su cuerpo como voluntad. La voluntad es, pues, el objeto de la autoconciencia del
sujeto pensante: "El sujeto se conoce a sí mismo sólo como volente, no como cognoscente [...] Lo conocido en
nosotros como tal no es lo cognoscente sino lo volente, el sujeto del querer, la voluntad". De este modo, y al
igual que rompió con el racionalismo y el optimismo modernos, Schopenhauer rompe también aquí con la
tradición moderna de la filosofía de la conciencia.

En el presente trabajo prestaremos particular atención a una obra en particular, nos referimos a “Los
problemas fundamentales de la Ética” (Die Beiden Grundprobleme der Ethik) obra por la cual se nos muestra
la vital importancia que la Ética tiene para el autor, pues, la Ética no es en ella un capítulo obligado del
sistema, sino el sistema mismo (Schopenhauer, Los Dos Proplemas Fundamentales de la Ética., 2002, pág. IX)
dado que concibe la conformación de una doctrina de la moral capaz de generar un cambio en la dinámica
propia de la voluntad, tema en el cual nos introduciremos a continuación.

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Desarrollo.

Conocemos las características del Mundo Natural que nos rodea por medio de la objetivación de ella, el
mundo es un lugar oscuro y sombrío, la realidad como tal está cargada de un alto grado de negatividad que
más allá de ser una forma en la cual se nos presenta la realidad es, por el contrario, una característica esencial
del mundo. Schopenhauer cree que el mundo es un lugar dominado colmado de una carga de negatividad que
es la esencia misma de la realidad, en este espacio oscuro dominado por el mal y la maldad aparecen ciertas
entidades a las cual podemos identificar como seres y desde ahí podemos reconocer al hombre, genéricamente
hablando, pero ¿Cómo llega a ser el hombre lo que es dentro de este contexto?

Con el fin de dar respuesta a este asunto, Schopenhauer ha caracterizado la existencia, la vida y, en último
término, la voluntad, como las connotaciones de la maldad moral: como lo que debería ser (Schopenhauer,
Los Dos Proplemas Fundamentales de la Ética., 2002, pág. XI) pero que no necesariamente es en acto, el
hombre en una primera instancia no es más que un fenómeno derivado de la existencia de una voluntad que
dicta aquello que debe realizar, que susurra al Dainamon que le dirige y que no ha escogido al hombre, sino el
hombre lo ha escogido a él. (Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representación., 2009, pág. 320)

La voluntad, para Schopenhauer, o más específicamente, la voluntad humana representa solamente el grado
superior de objetivación de la cosa “en sí” (Schopenhauer, Los Dos Proplemas Fundamentales de la Ética.,
2002, pág. X) se trata de una idea de la voluntad en sí en un enlace entre voluntad y cosa “en sí” que tiene
como significado ser una forma de identificación de la voluntad con la realidad, es decir, este “en sí” significa
para la voluntad se la esencia de mundo, o mejor dicho, ser objeto de conocimiento intuitivo y, por lo tanto,
inmediato. (Sans, 1995, págs. 38-39) Esta voluntad, no es una voluntad a secas, es una voluntad de vida que
se convierte, a su vez, en una voluntad de poder fundado en un yo como representación y facultad
representante que es sólo una cara de un yo que, fundamentalmente es voluntad, entendida como tendencia,
deseo, tensión, atracción y repulsión. (Boladeras, 1993, pág. 23) Hablamos de una voluntad que es voluntad
de vivir, de mantener en el plano de la existencia al sistema orgánico que sustenta esta individuación, es un

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ímpetu que busca por sobre todas las cosas prevalecer ante los desafíos que el propio medio en el que habita y
cohabita con otros de su misma especie, una forma primitiva de supervivencia que busca la conservación ante
un medio que le es hostil, luego, como individuación, la voluntad se convierte en afirmación de la
individualidad misma, pues, , soy Yo quien debo subsistir, Yo quién debe mantenerse en la existencia, es una
voluntad que es voluntad de vivir, un querer perpetuo e insaciable que no tiene más fin que el mantenerse en
el ser. (Schopenhauer, Los Dos Proplemas Fundamentales de la Ética., 2002, pág. XIII), luego,
inexorablemente se presenta la característica propia del egoísmo en el ser humano, el cual guarda como
premisa fundamental la premisa “que perezca el mundo mientras yo me salve” (Schopenhauer, Los Dos
Proplemas Fundamentales de la Ética., 2002) bajo la cual se esconde el deseo irrefrenable de auto
conservación por cualquier otra consideración con el entorno.

Ahora bien, en este contexto, toda la existencia humana se reduce a la materialización de dos categorías
aleatorias que operan en la realidad y que, en definitiva, servirán como sustento del conformación de la
voluntad entendida esta última como representación del mundo, esto es, las categorías de mal (Ubel o
schlecht) y maldad (Bose o Bosheit) que, si bien, ambos se refieren a la Voluntad de Vivir, a partir de la obra
del filósofo Alemán se establece una distinción entre ambos conceptos a partir del carácter ya sea activo o
pasivo que tome cada uno de ellos. Por un lado, en la concurrencia de la generación de dolor (shmerz), más
específicamente, en el término Bose, concepto que cumple con la función de afectar a los seres vivos, en
general, ya sean seres humanos o animales distinto al caso del término Ubel que se identifica con la afectación
de entidades inanimadas o abstractas. Luego, a partir de los conceptos antes mencionados se establece una
clara distinción entre los términos Ubel y Bose que se referirían por un lado al mal físico que afecta a los
entes corporales y, por otro lado, Bose que se refiere al mal moral en general (Schopenhauer, Los Dos
Proplemas Fundamentales de la Ética., 2002, pág. XLIV) desde donde se desprenden las categorías
adjetivadas de malo y de malvado. Por tanto, el hombre es una entidad que de manera natural estas en el
centro de estas dos acciones tanto en cuanto que el mismo sujeto se convierte en víctima y, a la vez, es
victimario de las acciones de otros, es quién origina el mal de otros movido por su propia voluntad de vivir y,
al mismo tiempo, padece el dolor que le es infringido por otros que ejercen su propia voluntad de vivir sobre
él.

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Luego, Schopenhauer ante este panorama, con justa razón, siente y afirma el pesimismo como una
consecuencia lógica de esta dinámica que no hace otra cosa que develar un estado contemplativo ante la
realidad y la naturaleza del hombre, este pesimismo es el germen que posibilita la toma de conciencia de la
realidad misma, su función es esencial para el sistema de Schopenhauer ya que muestra el estado de cosas tal
cual como son a diferencia del bien Gut y su posición ideológica el optimismo, pues, si el optimismo es
cobarde, el pesimismo es, por el contrario, la actitud de los bravos. No solamente se niega a transigir con el
mundo, sino que, por el contrario, procura liberar de él a sus víctimas procurando denunciar a la inteligencia
la ilusión de ser, y de vencer en la voluntad de la ilusión de querer vivir. (Schopenhauer, Eudemonología,
1961, pág. 61) Luego, se convierte en la puerta de entrada para la conformación de una posición
epistemológica que revierta esta lectura de la realidad desde la cual se generará la intención de encontrar un
mecanismo por el cual revertir dicha posición en el mundo.

A partir de esta crítica al optimismo la cual tendería a negar la verdadera naturaleza del mundo por miedo
precisamente a ver la realidad tal como es, esto es, como voluntad de vivir, Schopenhauer analiza los
presupuestos de la Ética Estoica en la cual ve, al menos en sus orígenes una mera indicación para la vida
racional, cuyo fin y objetivo último es la felicidad a través de la tranquilidad del espíritu (Schopenhauer, El
Mundo como Voluntad y Representación., 2009, pág. 104) posición que rechaza en la medida que descubre en
esta forma de pensamiento una vía de escape de carácter racional por medio del cual podría evadir la verdad
del mundo, para elevar al hombre por encima de los sufrimientos y dolores que recaen sobre toda vida
(Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representación., 2009) Esto es rechazado absolutamente por
Schopenhauer, pues, hay una completa contradicción en querer vivir sin sufrir, contradicción que está
también presente en la frecuente expresión “vida bienaventurada”. (Schopenhauer, El Mundo como Voluntad
y Representación., 2009, pág. 109)

Bajo este respecto, es menester preguntarnos ¿Qué posición ha de adoptar el ser humano bajo esta posición?
Para Schopenhauer, la actitud que debe tomar el ser humano es, precisamente asumir el padecimiento del
dolor como una condición propia de la existencia humana, una condición de carácter inevitable la cual no
debe ser evitada ni puede ser evitada tanto en cuanto que la voluntad de vivir es inherente a la condición del
ser humano (der Mensch).

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Una Salida para el Pesimismo.

Existiría una forma de salir del estado de pesimismo en el cual se asume como una condición esencial de la
existencia humana la voluntad de vivir o de poder que lleva a asumir un papel en la realidad, o bien de
víctima, o bien de victimario. Esta salida estaría posibilitada por la aparición de una ética que llevase a la
articulación de un conjunto de constructos de carácter moral que pudiesen doblegar la voluntad de vida, es
decir, Schopenhauer piensa a la ética como la única salida para este estado de negatividad del mundo de cual
es él mismo un reflejo representativo, una individualización del mal y la maldad del mundo. La ética sería el
único elemento que tendría el ser humano con el cual podría romper ese círculo donde e egoísmo sustentado
en la excesiva afirmación de la individualidad que siempre busca cumplir con la máxima “que perezca el
mundo mientras yo me salve” en un mundo donde los individuos van inevitablemente sufren y van errantes
(Leiden und irren)

A partir de la comprensión de la importancia de adoptar una ética como grado máximo al cual se puede llegar
en oposición al mal, se toma en valor la generación de un conjunto de resortes morales que tendrán por
función encaminar el actuar de los seres humanos, la moral, es decir, todos estos elementos de carácter ético
que construyen un relato de lo que debería ser tanto el mundo como el hombre son, para Schopenhauer,
condición de posibilidad para generar un cambio de dinámica en la voluntad misma.

La ética, entonces, habrá de construir el punto de referencia indispensable de la innegable dimensión


soteiológica del pensamiento schopehuaeriano (Schopenhauer, Los Dos Proplemas Fundamentales de la
Ética., 2002). Gracias a él genera este cambio de dinámica al servir como eslabón entre el estado de
pesimismo y la articulación de una doctrina de la salvación, luego, si la raíz del mal del mundo se encuentra
en la perversión originaria del mismo y este es un rasgo inevitable de la realidad, en la voluntad misma en la
que el sufrimiento y la inmoralidad se hacen una y la misma cosa, parece evidente que sólo mediante la puesta
en marcha de resortes morales que cambien el carácter de la voluntad misma como representación, se podría

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eventualmente llegar a una liberación de este mal (Schopenhauer, Los Dos Proplemas Fundamentales de la
Ética., 2002, pág. XI)

Dicho esto, es manifiesto que la moral supone un cambio en la dinámica de la voluntad, en virtud del cual ésta
se opone en la directamente a su misma naturaleza fundada en la voluntad de vivir y no caer de la
existencia.(das Dasein) Luego, la moral es, por esencia, contra natura (Schopenhauer, Los Dos Proplemas
Fundamentales de la Ética., 2002, pág. XIV) y todo resorte moral tendrá que inevitablemente apuntar a la
regulación, o bien, supresión del egoísmo originario que subyace en el sentido de individualización propio del
hombre.
Pero no se trata de conformar una ética del deber, y es aquí donde Schopenhauer se separa de Kant, pues, su
ética es una ética de la virtud, sino, en la recusación schopenhaueriana de las bases no-empíricas sobre las
que se asienta la ética kantiana. En vinculación con ello, son dos los aspectos, conexos entre sí, que le son
objetados: por un lado, su carácter prescriptivo; por el otro, su pretensión de legitimarse en forma pura y a
priori, sin considerar la naturaleza real o empírica de los seres humanos. Con relación al prescriptivismo,
Schopenhauer fundamenta su rechazo, básicamente, en dos razones. La primera de ellas se sustenta por la
tesis de la invariabilidad del carácter humano: en su opinión, dado que el carácter moral de un agente es
innato y constante, entonces se vuelve baladí la tentativa de reformarlo mediante imperativos. En su visión, la
ética es impotente para producir una “buena voluntad”. Por otra parte, la segunda razón por la cual se
rechaza el prescriptivismo, es la siguiente: si bien aquél valora el esfuerzo de Kant por intentar vaciarla ética
de toda consideración prudencial o egoísta, cree, asimismo, que al ser concebida como una disciplina
prescriptiva, sólo puede hacer sentido como una forma de moral teológica, cosa que termina por reintroducir
el egoísmo (Samamé, 2012, pág. 258)
De aquí se justifica la razón por la cual, Schopenhauer a pesar de reconocer pura negatividad en la realidad no
apoya el suicidio, pues, si a un hombre hubiera de retenerle del suicidio algún impulso puramente moral,
el sentido íntimo de su auto represión (al margen de en qué conceptos lo revistiese su razón) sería este:
«No quiero sustraerme al sufrimiento, para poder contribuir a la supresión de la voluntad de vivir, cuyo
fenómeno es tan lamentable, de modo que el conocimiento de la verdadera esencia del mundo que ahora
nace en mí se refuerce hasta el punto de convertirse en un aquietador final de la voluntad y me libere para

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siempre» , más específicamente, Schopenhauer grafica dicha idea en este ejemplo :

“(…) así como en la esfera terrestre en todas partes es arriba, la forma de toda vida es el presente; y temer
a la muerte porque nos arrebata el presente no es más sabio que temer que uno se pueda deslizar hacia abajo
en la esfera terrestre, en la que por fortuna se halla precisamente arriba. A la objetivación de la voluntad le
es esencial la forma del presente, que en cuanto punto inextenso corta en ambos lados el tiempo infinito y se
mantiene fijo como un perpetuo mediodía sin la fría tarde, del mismo modo que el Sol real arde sin cesar
mientras que solo en apariencia se sumerge en el seno de la noche; por eso, cuando un hombre teme la
muerte como su negación, es como si pensáramos que el Sol pudiera al anochecer lamentarse: “¡Pobre de
mí, que me hundo en la noche eterna!”. - Pero también al contrario: aquel a quien le oprimen las cargas de
la vida, el que la quiere y afirma pero aborrece sus tormentos y en especial no puede soportar más la dura
suerte que le ha tocado precisamente a él, ese no ha de esperar de la muerte una liberación ni puede salvarse
con el suicidio; el tenebroso Horco helado le seduce con la falsa apariencia de puerto del descanso. La
Tierra gira desde el día a la noche; el individuo muere: pero el Sol abrasa sin cesar el eterno mediodía. A la
voluntad de vivir le es cierta la vida: la forma de la vida es el presente sin fin; da igual que los individuos,
fenómenos de la idea, nazcan y perezcan en el tiempo como sueños efímeros. Así pues, el suicidio se nos
aparece ya como una acción vana y, por ello, necia: cuando hayamos avanzado más en nuestro examen se
nos presentará a una luz todavía más desfavorable.” (Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y
Representación., 2009, pág. 331), esto, manteniendo siempre en consideración que la voluntad se encuentra
(siempre) como individuo. (der wille findet sich als Individuum)

Entonces, la muerte no puede ser una salida, la crítica a Kant muestra que una ética sustentada en la razón
práctica a priori tampoco lo puede ser, los estoicos tampoco entregan una repuesta a esta incertidumbre,
entonces, ¿Cómo construir una moral sin negar la voluntad?
La respuesta es buscar algún tipo de doctrina que imponga ciertos límites a la voluntad (del Wille),
scopenhaurer ve en la doctrina católica una fuente de contenidos para ello, estos límites propuestos cumplen
con impedir que la la afirmación de la voluntad individual niegue la voluntad ajena (justicia) y, además,
subordinar la voluntad a la afirmación de la individualidad ( caridad) estos dos preceptos que se encuentran

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contenidos en la moral cristiana, son para Schopenhauer mecanismos morales que, sin tratar de ir en contra del
sufrimiento o tratar de vivir en la ilusión de un mundo donde la felicidad y el bien lo es todo conviven con
este lado oscuro que es esencial en la conformación de la realidad, luego, gracias precisamente al sufrimiento
se abre una puerta para negar la voluntad, en esta dinámica vemos como la libertad misma se manifiesta en la
realización de la negación de la voluntad de vivir, en la media en que se acepta el sufrimiento no sólo como
parte de la vida, sino, como condición esencial de la misma, condición que, por lo demás, posibilita la
regulación de la voluntad misma. El sufrir (Leiden) se aproxima y abre en cuanto tal la posibilidad de negar la
voluntad; pero él lo rechaza al destruir el fenómeno de la voluntad, el cuerpo, para que la voluntad se
mantenga sin quebranto. (Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representación., 2009) Lo cual llevaría
a la conformación de una ética de la compasión. (die Mitleidsthik)

Conclusión.

Por medio de esta breve descripción de la propuesta de Schopenhauer, podemos apreciar un reconocimiento
del status ontológico del hombre negativizando por medio de la figura de la voluntad de vida, esta dominaría
la tendería a determinar el actuar moral del hombre y sus consecuentes implicaciones éticas nos permitirían
determina el origen de la maldad del mundo, más, si bien mi posición con respecto a Schopenhauer ha
cambiado y ahora lo considero un Filósofo digno de seguir analizando, aún creo necesario la revisión de su
obra desde un plano más detallado, pues, a pesar de concordar en muchos de sus planteamientos, aún surgen
algunas dudas relativas a la misma, pues, su posición con respecto a la naturaleza ética del hombre y su rol en
la realidad no da respuestas a ciertos fenómenos como, por ejemplo, ¿qué lleva a un hombre no afecta a
ninguna religión o código moral a sacrificar su vida en pos de un desconocido tal como ocurre en el sacrificio
llevado a cabo por, por ejemplo, un rescatista? Si bien, esta pregunta, ciertamente concreta, se despega de la
lógica argumentativa intemporal del autor, no es menos cierto que dicha propuesta de ser cierta debería
satisfacer esta incógnita, luego, se hace necesario seguir indagando en la propuesta de Schopenhauer.

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Bibliografía

Boladeras, M. (1993). Libertad y Tolerancia: Éticas para sociedads abiertas. Barcelona: Universitatat de Barcelona.

Samame, L. (2011). Moralidad y Felicidad en Schopenhauer y en Kant: Conciertos y Desacuerdos. Revista Voluntas:
estudios sobre Schopenhauer, 140-159.

Samamé, L. (2012). Schopenhauer como Teórico de la virtud. Revista Voluntas: Estudios sobre Shopenhauer., 3(1 e 2),
251-264.

Sans, E. (1995). ¿Qué sé? Schopenhauer. Madrid: Cruz.

Schopenhauer, A. (1961). Eudemonología. (J. B. Begua, Trad.) Avila: Ibérica.

Schopenhauer, A. (2002). Los Dos Proplemas Fundamentales de la Ética. (Primera edición en alemán, 1988 ed.). (P. L.
María, Trad.) Madrid: Siglo XXI.

Schopenhauer, A. (2009). El Mundo como Voluntad y Representación. Madrid: Trotta.

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Índice Temático de Conceptos.

A
Anschauung. representación

B
Bose. maldad

D
Dasein. existencia
dolor, 7

E
Erscheinung. fenómeno

F
fuente, 11

G
Gut. bien

L
Leiden. sufrir

M
mal, 7
maldad, 7
Mensch. hombre
Metleidsethik. ética de la compasión
Mitleidsthik, 12
Mitlied. compasión

R
representación, 5

14
S
shmerz. dolor

U
Ubel. mal

W
Wille. voluntad
Wirklichkeit. realidad

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