Está en la página 1de 22

Crisis financiera

¿Qué se está lavando en Nicaragua? ¿Dinero, café, bancos, empresas,


instituciones, personalidades? La cadena de inquietantes y escandalosas
revelaciones surgidas tras la quiebra del Interbank ensucian y oscurecen el futuro.

Equipo Nitlápan-Envío

Hay bastante consenso en que en esta hora de la historia, cuando la avalancha


globalizadora está haciendo desaparecer las naciones, Nicaragua no había
llegado aún a ser una nación. ¿Es al menos un país Nicaragua? ¿O es sólo un
lugar? ¿Se está haciendo o se está deshaciendo este lugar? Los hechos
escandalosos se suceden mes tras mes y amalgaman un proceso que va
deshaciendo rápidamente lo poco construido y va construyendo, también
rápidamente, un espacio riesgoso donde el destino de la mayoría podría limitarse
a sobrevivir tolerándolo todo o casi todo a una minoría.

El escándalo financiero en torno al Interbank, colocado en el sombrío escenario


del fraude electoral en marcha y del pacto bipartidista excluyente ha sido la mayor
de las señales en este sentido. Cada vez sabemos más de las intenciones y de los
procedimientos de la minoría que ostenta el poder y lo exhibe con total impunidad.
Cada vez más los vínculos ocultos salen a la luz para mostrarnos cuánto se ha
contaminado todo. De momento, el saberlo genera lasitud, impotencia y tolerancia.
¿Hasta cuándo?

¿Lo político o lo financiero?


Es necesario repasar varias de las contradicciones y revelaciones inquietantes
salidas a la luz pública con la intervención por la Superintendencia de Bancos
(SIB) del Interbank, ocurrida el 7 de agosto, tras meses de estar detectando en
este banco, de capital sandinista, un conjunto masivo de irregularidades que
violaban varias de las disposiciones con que la SIB controla el sistema financiero
nacional.

La primera pregunta, que es de fondo, seguirá flotando en el aire durante mucho


tiempo. ¿Se trató de una conspiración política o de una crisis bancaria real? Y
admitiendo no sólo la realidad sino también la envergadura de la crisis bancaria,
¿qué pesó más en la intervención: la voluntad política del Presidente Alemán de
frenar el ascenso electoral del FSLN, debilitando sus bases económicas, o la
voluntad de frenar los irregulares y dolosos manejos financieros en que estaba
involucrado el banco? No hay respuestas puras.

Para sustentar la interpretación del complot político existen evidencias. La


intervención del banco fue anunciada, en primera instancia y con ostentada
satisfacción, por el propio Presidente de la República. La Superintendencia de
Bancos habló después para calmar el pánico que ya se había desatado. Una
segunda evidencia es la falta de prudencia: otro banco con problemas similares, el
Banco del Café, llevaba varios meses intervenido y la opinión pública apenas se
había dado cuenta de lo ocurrido. Otra evidencia de la politización tiene que ver
con el calendario del Consejo Supremo Electoral (CSE), que llevaba varios días
preparando la inhibición del conservador Pedro Solórzano para impedir que
compitiera por la alcaldía de Managua. Esta inhibición ha sido tal vez la más burda
de las maniobras tejidas por este Poder del Estado en el fraude que dirige
impunemente. La intervención del banco fue una presión "definitiva" para "doblarle
el brazo" a los magistrados del FSLN en el CSE. Los magistrados sandinistas
querían abstenerse para no cargar con el costo político de semejante
arbitrariedad, y los liberales querían "mancharse" todos, por lo que la inhibición
debía darse por una votación unánime.

Para sustentar plenamente la interpretación política bastan estas tres evidencias.


También tiene plena justificación la interpretación financiera que, sin negar la
politización, sostiene que en el Interbank se había llegado a tal nivel de malos
manejos que el banco estaba quebrado técnicamente y la intervención no podía
posponerse. En el actual escenario, tan graves problemas bancarios hacían
prácticamente imposible no caer en la "tentación" de manipularlos políticamente.

Más allá de toda prudencia


Las operaciones fraudulentas del Interbank son evidentes: desde hacía meses el
banco le había prestado al consorcio agroindustrial de capital sandinista
CONAGRA -hoy dice llamarse CONSAGRO- 52 millones de dólares, cantidad que
el consorcio no podía pagar. Esta cantidad equivalía a más de dos veces el capital
del banco, de 20 millones de dólares. De acuerdo a las normas bancarias, los
préstamos a un único grupo empresarial no pueden sobrepasar el 30% del capital
de la entidad financiera. Legalmente, CONAGRA debió haber recibido únicamente
6-7 millones de dólares.

Día tras día se venían acumulando problemas financieros en este banco, al igual
que día tras día se acumulaban tensiones entre los dos grupos políticos que han
amarrado un pacto que jamás fue "de caballeros". Al estallar la crisis todo se
mezcló. Ante un problema financiero real y de compleja solución, el Presidente
Alemán abandonó irresponsablemente toda cautela y se lanzó a politizar la crisis.
A su vez, el caudillo del FSLN, al sentir "tocados" dos pilares del poderío
económico de la cúpula partidaria -el banco y el consorcio- entró al mismo juego,
politizando a su estilo la crisis. Una semana después de la intervención del
Interbank, y conociéndose las irregularidades en que también estaba envuelto con
CONAGRA el Banco de Finanzas (BDF) -también de capital sandinista, donde las
empresas del ejército manejan depósitos- Daniel Ortega anunció -disimulando con
calculada frialdad su intención- que la Superintendencia de Bancos también iba a
intervenir el BDF.
El ejército entra al terreno del pacto
El Ejército de Nicaragua entró entonces a la crisis como protagonista con poder.
Detuvo la intervención del BDF, tras una conversación entre el Jefe del Ejército,
Javier Carrión, y el Presidente Alemán, seguida de otra reunión de emergencia en
la que participó Alemán y Carrión con el resto de ministros del gabinete económico
y del gabinete de seguridad. Palabras más, palabras menos, Carrión le presentó
un firme ultimatum al Presidente, clímax al que llegó la primera oleada de la crisis
financiera, "equilibrando" la tercia política entre el PLC y el FSLN. Como
consecuencia de estas reuniones, no sólo el BDF no fue intervenido, sino que se
acordó que la intervención del Interbank no sería ejecutada únicamente por la
Superintendencia de Bancos, sino por una junta a la que se incorporó el sandinista
Samuel Santos, directivo del Interbank, con el objetivo de suavizar los términos del
proceso que dirigía la SIB.

El protagonismo del Ejército tuvo que ver con la dimensión nacional y


desestabilizadora que había alcanzado la crisis y que, naturalmente, se iba a
agravar con la intervención "politizada" de otro banco. Tuvo también mucho que
ver con los 8 millones de dólares en depósitos que el Instituto de Previsión Social
Militar -fondo de pensiones para los oficiales del Ejército- tiene en el BDF,
mientras mantiene otros 12 millones de dólares en instituciones financieras de
Estados Unidos, por considerarlas más seguras y más rentables.

¿Golpe de estado?
El gobierno liberal y el gobernante Arnoldo Alemán estuvieron al borde de la
quiebra política en esos días. Carrión mencionó que la intervención del Ejército era
necesaria porque la crisis ya estaba afectando la seguridad nacional. Los medios
hablaron abiertamente de que el país estuvo cerca de un golpe de Estado. Alguna
base para esto la dio el propio Presidente al afirmar, comentando las provocativas
declaraciones de Ortega: ¡La víbora saltó inmediatamente! Daniel quiso echarme
al ejército. Carrión negó que su intención hubiera sido intimidatoria. Sólo buscaba
garantizar la estabilidad nacional en un momento muy delicado, lo que es
exactamente su misión constitucional. El Presidente Alemán decidió suspender un
viaje a República Dominicana y nunca volvió a referirse a la crisis bancaria con la
triunfal sonrisa con que lo había hecho el 7 de agosto, cuando la SIB intervino el
Interbank. En esta ocasión, el Ejército se introdujo por primera vez públicamente
en el terreno del pacto para mostrar su "regla del juego", buscando demostrar
autonomía del juego de los dos grupos pactistas. Decisión riesgosa. ¿Acertada?

El imperio CONAGRA
La segunda gran pregunta surgida con la crisis del Interbank está referida al origen
de la fortuna de los dueños de CONAGRA, los hermanos Centeno Roque.

CONAGRA es actualmente el consorcio más poderoso del sector agrario de


Nicaragua. Según datos del Ministerio de Economía, en 1999, AGRESAMI -
empresa afiliada a CONAGRA- exportó más de 400 mil quintales de café, el 40%
de la exportación nacional. Esto la constituye en la empresa exportadora de café
más grande del país, poseyendo el más grande y moderno beneficio de café que
existe en el Norte del país. CONAGRA tiene otras valiosas empresas:
descortezadoras y exportadoras de ajonjolí en Occidente, el ingenio "Javier
Guerra", camaroneras, empresas ganaderas que incluyen el centro de
mejoramiento genético "Cañas Gordas", de Rivas, una inversión millonaria de alta
tecnología y de dudosa rentabilidad. Las inversiones realizadas por el consorcio
han sido continuas y cuantiosas. La voracidad de estos nuevos empresarios no
parecía tener límites.

Hasta entonces, del irresistible ascenso de los hermanos Centeno sólo se hablaba
en voz baja y con cuidado, a excepción de los comentaristas deportivos, que
tenían a menudo a los Centeno en su boca o en su pluma. CONAGRA financia el
equipo de beisbol del Norte, campeón de la Liga Nacional en 1999, pagando a los
mejores peloteros del país los mejores salarios e impor-tando peloteros
extranjeros también muy bien pagados. A la par que acumular poder económico,
el consorcio ha buscado construirse una proyección social apoyando proyectos
humanitarios. También respalda proyectos caritativos de la Iglesia católica. Con la
crisis del Interbank se habló por primera vez de forma abierta, y más allá del
ámbito deportivo o asistencial, de los Centeno, vinculándolos al mayor escándalo
financiero y económico de la historia nacional. Este tránsito, del "secreto a voces"
a la exhibición pública, abrió un muy delicado momento en la coyuntura nacional.

Una Caja de Pandora del tamaño del lago


La opinión pública escuchó una increíble historia: nacidos en Quilalí y criados con
leche de burra, los niños Centeno se habían ganado la vida como lustradores de
zapatos y ayudando a su familia, que vendía leña, hacía ladrillos y tejas y cultivaba
una parcelita de café. Trabajando con empeño de día "y hasta altas horas de la
noche" habían llegado a construir un imperio económico que toda Nicaragua
contemplaba por primera vez en detalles y con asombro.

Desde el primer día, El Nuevo Diario insinuó la vinculación del capital de los
Centeno al lavado de dólares y al capital de Humberto Ortega, quien respondió
demandando al director y a un periodista del diario por injurias y calumnias. Desde
el primer momento, el Cardenal Obando respaldó a los Centeno como gente
ejemplar y expresó admiración por su laboriosidad.

Los Centeno exhibieron el respaldo del Cardenal como prueba de su


respetabilidad y como sostén espiritual de su familia ante "las calumnias". Y
pidieron que en las reuniones con el gobierno estuviera siempre presente, como
representante del Cardenal, su vicario, el sacerdote y monseñor Eddy
Montenegro.
En un escenario suficientemente asfixiante y confuso, la crisis del Interbank abrió
una caja de Pandora del tamaño del lago, llena de inquietantes revelaciones. Las
declaraciones de los diferentes acusados en las múltiples causas judiciales
iniciadas en varios juzgados la mantienen abierta a diario. Tal vez nadie pueda ya
nunca cerrarla. O tal vez nadie quiera hacerlo porque llegó la hora de aprender a
convivir con sus turbios contenidos.

ONAGRA: perfil positivo en el campo


Es indiscutible que en pocos años los Centeno, CONAGRA y AGRESAMI
consolidaron una extensa base social en el campo. En áreas cafetaleras y
agrícolas abandonadas por la falta de crédito y de apoyo, tras el cierre del Banco
Nacional de Desarrollo y el olvido del agro por el gobierno Chamorro y por el
gobierno Alemán -quedó en palabras y en ninguna obra su pomposa promesa de
volver a hacer de Nicaragua el granero de Centroamérica- el consorcio se convirtió
en una segura y constante fuente de crédito para más de 10 mil pequeños y
medianos productores. El consorcio prefinanciaba las cosechas pagando a
pequeños, medianos y hasta a grandes productores los mejores precios del
mercado. Esto permitió a AGRESAMI constituir redes de acopio que convirtieron al
consorcio en la gran empresa exportadora que ha llegado a ser.

En bastantes zonas rurales, los Centeno tienen el perfil de un grupo económico


benéfico que sustituye a la inexistente banca estatal y a la insensible banca
privada. La UNAG (Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos) -de origen
sandinista-, y más explícitamente el sector vinculado a su presidente, Daniel
Núñez, aparecieron como el aliado más sólido de los Centeno al intervenirse el
Interbank. Fue la UNAG la que en los primeros días de la crisis organizó la
manifestación de unos tres mil productores que llegaron desde el Norte a
Managua y frente al Banco Central llevaron en hombros y entre aplausos a los
Centeno aclamándolos como único sostén de miles de productores rurales.

El respaldo de la UNAG
El respaldo de este sector de la UNAG se explica, entre otras razones, porque la
UNAG ha fracasado en su intento por constituirse en una alternativa para
garantizar créditos a los pequeños y medianos productores agropecuarios.
ECODEPA quebró, el Banco del Campo quebró, y a la UNAG sólo le queda
CARUNA, una financiera relativamente pequeña que atiende a un reducido grupo
de productores.

El sector de la UNAG que lidera Daniel Núñez y los Centeno coinciden en un


discurso antioligárquico. Buscan explicar la crisis del Interbank como una más de
las maniobras de la oligarquía tradicional, reacia a que la burguesía chapiolla haga
dinero y coseche éxitos económicos. La oligarquía tradicional que, a excepción del
paréntesis revolucionario de los 80, hegemonizó siempre la producción y
exportación del café y siempre controló la exportación agropecuaria, no querría la
competencia de los nuevos grupos emergentes. Este discurso repite, en otro
contexto, el discurso antioligárquico y "a favor de los pobres" que mantienen
ciertos dirigentes sandinistas, hoy "empresarios emergentes".

Empresas del APT en la mira


La "moneda" de los Centeno tiene otra cara. Dando créditos y recibiendo
propiedades en garantía, AGRESAMI ha sabido aprovechar -y hasta crear- crisis
que le han permitido embargar y apropiarse de fincas de gran valor en Matagalpa
y en Jinotega, pertenecientes al Área Propiedad de los Trabajadores (APT). Según
cálculos de la sandinista Asociación de Trabajadores del Campo (ATC),
AGRESAMI tiene en su poder 10 mil manzanas de excelentes tierras cafetaleras
de 60 fincas, que han ido cayendo en sus manos con este método.

La situación de inestabilidad de la propiedad de las empresas del APT -todas ellas


arrendadas a los trabajadores con opción a compra- les impide el acceso al
financiamiento bancario. Están en un círculo vicioso: pueden comprarlas pero para
hacerlas producir y obtener ganancias necesitan créditos, pero no reciben créditos
y no las pueden hacer producir y no las pueden comprar. Otros las están
comprando. AGRESAMI lo hace con prisa.

APT: un proyecto deshecho


AGRESAMI financia las empresas del APT, recibe las fincas en hipoteca, y
cuando fracasan en sus pagos las embarga y las absorbe. Fracasan o "las hace
fracasar". No es difícil. Pasar de ser obreros agrícolas en empresas estatales,
como en los 80, a ser dueños-accionistas en los 90 nunca fue concebido ni nunca
podía ser un proceso sencillo, barato, rápido. Los dirigentes del FSLN que hoy
controlan ese partido dejaron hace mucho tiempo de ser alternativos, utópicos o
revolucionarios y consideran que invertir en empresas propiedad de los
trabajadores es perder tiempo y perder dinero. Nunca creyeron en el proyecto del
APT y pronto descubrieron que estas valiosas empresas podían servirles para
engrosar y consolidar la "acumulación originaria" de "la piñata".

AGRESAMI ha demandado judicialmente y encarcelado a varios directivos


sandinistas de empresas agroindustriales del APT. El proceso ha sido descarnado
y acelerado y ha creado una relación tensa con un sector del sandinismo, la ATC,
cuyos miembros fueron beneficiados en los 90 con las empresas que fueron
estatales en los 80. ¿No está en este proceder de AGRESAMI "la marca"
ideológica de los grandes proyectos agroindustriales de la revolución sandinista,
donde los productores rurales fueron siempre vistos y tratados como objetos de
beneficios y nunca como sujetos de desarrollo?
El FSLN protagoniza la contrarreforma agraria
El conflicto entre CONAGRA y las empresas del APT es una de las revelaciones
que permanece en mayor penumbra. Ya se sabía de las graves contradicciones
entre las empresas del APT y la cúpula del FSLN que, en cierta medida, explican
el pacto. La política de AGRESAMI revela mucho sobre este lado oscuro del FSLN
de los años 90. A través de los Centeno, los sandinistas nos están quitando las
tierras que un día nos dieron: así resumen lo que está ocurriendo los campesinos
beneficiarios de la reforma agraria de los 80 y los trabajadores agrícolas
beneficiarios del proyecto del APT en los 90.

Mientras la SIB decide qué hacer con el Interbank -si devolverlo a sus actuales
accionistas, licitarlo y venderlo o liquidarlo- la tensión entre los trabajadores
dueños de las fincas del APT dadas por los Centeno en hipoteca al Interbank
como garantía de sus adeudos se acrecienta. Si la decisión es liquidar el
Interbank, esas propiedades serán subastadas. Y no puede olvidarse que
acaparando tierras, también con voracidad, hay otro grupo económico emergente:
el que se ampara a la sombra del propio Presidente de la República y su consorcio
GENINSA.

Hay que añadir que una de las revelaciones más inquietantes que se desprenden
de las preguntas que surgen ante el caudaloso capital de los Centeno y sus
procedimientos es que en Nicaragua el lavado de dólares podría estar usando la
modalidad de comprar propiedades agrarias, convirtiéndose así en instrumento de
la contrarreforma agraria y de la reconstitución del latifundio.

La iliquidez de CONAGRA
Otras preguntas de fondo giran en torno a las razones de la quiebra de
CONAGRA. La incapacidad de un grupo de empresas del consorcio para cumplir
sus obligaciones financieras con el Interbank tiene dos posibles razones: pérdidas
millonarias inesperadas causadas por maniobras especulativas con el precio
internacional del café, sensiblemente deprimido en la cosecha de este año por
causa de un exceso de oferta mundial y una acumulación gigantesca de
inventarios que han desplomado los precios; o una muy agresiva y "loca" política
de compra de propiedades agrícolas, que colocó al consorcio en una iliquidez tal
que le llevó a maniobrar con el Interbank buscando ganar tiempo para
recuperarse.

Llamaba la atención que AGRE-SAMI pudiera pagar a los miles de productores


cafetaleros a quienes compraba su cosecha un precio más alto que el que daban
otras empresas acopiadoras. ¿Estarían optando por la estrategia de reducir
ganancias para captar más mercado, más clientes? ¿O calcularían que el precio
del café iba a mejorar? Si hicieron este cálculo, con precios tan altos como los que
pagaban y con una cosecha tan abundante como la de este año, acumularon
pérdidas enormes. El precio internacional del café es uno de los más bajos de los
últimos tiempos.

En su estrategia financiera, los Centeno parecen haber usado el dinero que


manejaban captando cosechas o levantándolas, para comprar nuevas
propiedades y para inversiones nunca recuperables a corto plazo... Usaban
créditos millonarios de corto plazo para inversiones que tendrían ganancias sólo a
largo plazo. Se ahogaron financieramente. Ahogados financieramente -aunque por
otras razones- están también miles de productores por todo el país. La crisis volvió
a poner en el centro de los debates la crisis rural y el preocupante tema de las
deudas agrarias.

La crisis rural es real


La crisis rural es real. La falta de financiamiento que padecen los productores es
real, el endeudamiento sin salida y la caída de los precios de los productos
agrícolas también lo es. Tan real, tan grave, tan aguda y tan prolongada es la
crisis que permite a los actores políticos vinculados al escándalo del Interbank
tener muchísimas razones para hablar y para actuar tanto en nombre de otros
como en función de sus intereses.

El Presidente Alemán -que siempre ha rechazado las condonaciones- prometió la


suspensión de las ejecuciones a los deudores del BANIC, aún estatal y con la más
importante cartera de crédito con los productores de café del país. En torno al
BANIC está concentrado el capital de su grupo económico. Alemán llamó a los
bancos privados a actuar de forma similar, y anunció que el hasta ahora poco
eficaz y prácticamente fracasado Fondo de Crédito Rural sería alimentado con una
partida extraordinaria de 20 millones de dólares.

En la otra esquina del ring, Daniel Ortega levantó de nuevo la bandera de la


condonación de la deuda de los productores agrícolas haciendo una simetría entre
este perdón y la condonación de la deuda externa de Nicaragua. El FSLN llevó a
la Asamblea Nacional tres anteproyectos de ley para condonar y reestructurar las
deudas de pequeños y medianos productores agropecuarios, comerciantes e
industriales; y para crear una nueva banca de fomento.

Una reestructuración de las deudas agrarias sería la tabla de salvación de


CONAGRA, al facilitarle el pago de sus créditos de largo plazo. Está claro que tras
las actuales ofertas de moratorias se esconden intenciones electorales y nuevas
tercias en el pacto. Conviene recordar que la UNAG ha levantado desde hace
años otra bandera: más financiamiento para los productores. Pedir crédito y a la
vez pedir condonación es equivalente a pedir subsidio. Ningún banco financiará a
quienes demanden condonación.
¿Hundir al capitán o hundir el barco?
En la segunda oleada de "bolas recias" entre el gobernante y el FSLN, Daniel
Ortega aprovechó el 25 de agosto la presencia en Managua de diputados chilenos
socialcristianos -que vinieron a observar la extraña alianza del FSLN con Agustín
Jarquín- para anunciar que siete de los trece bancos de Nicaragua estarían
enfrentando el mismo problema que el Interbank. Dijo que este banco había sido
intervenido por el gobierno porque siente que ya perdió las elecciones. De los
siete bancos en problemas, Ortega nombró únicamente al BANIC, afirmando que
debería estar cerrado. El FSLN tiene información financiera cualificada porque
cuenta con un representante en la Superintendencia de Bancos. Por tumbar al
capitán (Alemán) está tratando de hundir al barco (Nicaragua). Este país no
aguanta uno o dos pánicos como el causado por el caso Interbank, le ripostó a
Ortega el gerente del BANIC. Días después, Alemán introdujo un proyecto de ley
para privatizar el 49% de las acciones aún estatales del BANIC. Y comenzaron las
presiones, capitaneadas por la comunidad internacional, para que el gobierno
hiciera público el informe del Banco Mundial sobre la turbia privatización del 51%
de las acciones en enero 99.

Un débil sistema financiero


Hay bases reales para la afirmación de Ortega, aunque su propósito al hablar de
los siete bancos en quiebra no fuera una reflexión pedagógica sobre los frágiles
cimientos de la economía nacional, sino lanzar otra "bomba" política en el terreno
del pacto. No puede afirmarse que en esos siete bancos haya problemas tan
graves como los que había en el Interbank, pero sí es cierto que tienen serias
dificultades. Y es que el número de bancos que hay en Nicaragua no se
corresponde con el tamaño del mercado de este "lugar" en que se ha convertido el
país.

Tantos bancos pequeños han sido creados fundamentalmente para captar ahorros
que permitan a las empresas afines o propiedad de los accionistas del banco el
acceso a créditos. Ése es su "pecado original". Hay bancos que apenas cumplen
con el requisito legal del mínimo patrimonio propio. Esto los coloca en una
situación de gran debilidad. Bancos tan pequeños no son instituciones financieras
viables con perspectivas de futuro.

Asonadas y moratorias en la calle y el parlamento


En la misma ocasión en que habló de "los siete bancos", Ortega advirtió que en
sólo unos días miles de campesinos endeudados marcharían sobre la capital
exigiendo financiamiento y cambios en la política económica. Las estructuras del
FSLN hicieron eco a esta "bola recia" y anunciaron que paralizarían el país,
bloquearían carreteras, rodearían el Banco Central, la Asamblea Nacional y la
Presidencia de la República hasta hacer valer sus reclamos.
Resultaba paradójico el momento de la demostración de fuerza. Los productores
rurales reclaman financiamiento cuando comienza el ciclo agrícola y no en su
mitad, mucho menos en coincidencia tan calculada con los problemas del
Interbank. Era evidente que, como en tantas otras ocasiones, sobre un problema
real y grave de mucha gente, se iba a montar la maniobra de un grupito de gente.
El anuncio de "asonada" puso a temblar al gobierno -ése era su propósito-, pero
en el día anunciado no pasó nada en Managua y pasó poco en el campo. El tema
de las moratorias y las condonaciones de las deudas agrarias pasó a la Asamblea
Nacional, donde el pacto funciona de una manera mucho más controlada y eficaz.

La amenaza de "asonada" en las calles y la "asonada jurídica" -las leyes de


moratoria- seguirán alternándose como necesarios mecanismos de presión.
Porque, aunque Daniel Ortega ha declarado que el FSLN no vive de esos bancos
(Interbank y BDF) sino del compromiso de sus militantes, la cúpula del FSLN
necesita a toda costa salvar el Interbank. Y para hacerlo, necesita de tiempo. El
tiempo es vital en una crisis de esta naturaleza. Por eso, utilizarán todos los
recursos imaginables, públicos y ocultos, en las calles y en el Parlamento, para
torcer el brazo a sus rivales en un pacto que jamás será "de caballeros".

La caída de la pirámide
Al momento de su intervención, el Interbank era el segundo banco del país por la
captación de depósitos de ahorro. Nacido muy pequeño en agosto de 1992, su
crecimiento fue espectacular. Según estadísticas de la SIB, cortadas a marzo del
2000, el Interbank tenía algo más de 60 mil ahorrantes y un saldo total de
depósitos superior a los 2 mil 500 millones de córdobas.

Según la SIB, los problemas del banco empezaron a ser detectados en marzo, el
mes en que las exportadoras empiezan a pagar la cosecha de café. Los bancos
tienen la obligación de colocar un porcentaje de su cartera de préstamos en el
Banco Central. Es el encaje legal, que en Nicaragua es alto, del 16-20%.

El Interbank empezó a incumplir con este requisito a causa de la iliquidez


provocada por los millonarios créditos a AGRESAMI, y también por retiros de
depósitos que estaban haciendo algunas instituciones estatales. El incumplimiento
del encaje legal despertó las sospechas de la SIB, que empezó a investigar. Se
descubrió enseguida que se habían violado las normas bancarias privilegiando a
las empresas de CONAGRA con créditos desmesurados.

¿Por qué no se intervino entonces el banco? Se descubrieron las "garantías" con


las que AGRESAMI respaldaba esos créditos: cheques emitidos por AGRESAMI
contra la cuenta de otros bancos, que el Interbank no hacía efectivos -como
hubiera sido lógico-, sino que engavetaba en una caja fuerte. Estas deudas, sólo
aparentemente canceladas, ascendían nada menos que a 11 millones de dólares.
La iliquidez del banco tenía este turbio origen.
La estafa del "cascarillazo"
En un segundo momento del escándalo, la SIB descubrió más evidencias para
explicar la crisis. El que no las hubiera detectado antes habla de la ineptitud de
esta institución. Los préstamos de AGRESAMI no sólo estaban respaldados por
estos millonarios cheques sin fondo. También lo estaban por bonos de prenda por
valor de unos 19 millones de dólares entregados a AGRESAMI por varios
Almacenes Generales de Depósito vinculados al consorcio. Los bonos -
entregados al Interbank y a otros bancos nacionales e internacionales- también
resultaron fraudulentos.

Desde hace algunos años, los Almacenes Generales de Depósito, donde las
empresas exportadoras del país guardan mercancías y productos de exportación -
café y azúcar fundamentalmente-, son también supervisados por la SIB. Porque el
café que se almacena allí hasta su exportación, o esperando que mejore su
precio, sirve de garantía para conseguir créditos de corto plazo. Los almacenes
emiten los llamados bonos de prenda, instrumentos financieros que certifican la
cantidad y la calidad del café almacenado por la empresa, que presenta este bono
al banco para obtener dinero.

Investigando las garantías de los bonos de prenda entregados por CO-NAGRA al


Interbank, los inspectores de la SIB descubrieron estupefactos que en almacenes
de SEMAR -bajo vigilancia de AGRESAMI-, en lugar de azúcar y café grano de
oro -lo declarado por CONAGRA- lo que había guardado en más de 400 mil sacos
era simplemente cascarilla de arroz y cascarilla de café. SEMAR es una empresa
de capital sandinista y su propietario es accionista del Banco de Finanzas.

La empresa SEMAR acusó por fraude a los Centeno, culpándolos de introducir


cascarilla en vez de café; y los Centeno acusaron por fraude a SEMAR,
culpándolos de sacar su café para introducir la cascarilla. Se supo que el
cascarillazo ha sido una práctica dolosa empleada desde hace años en varias
bodegas. Falsos cheques, falsos depósitos. Después se descubrieron falsos
embarques... Demasiados gruesos entes han surgido de esta caja de Pandora.

No es jugando...
¿Cuál va a ser la suerte del Interbank? Desde el punto de vista técnico, como sus
pérdidas se calculan en unos 40-50 millones de dólares y su capital es sólo de 23
millones, el banco está quebrado técnicamente y por lógica podría ser liquidado.
Esto es lo que solicitó la Asociación de Bancos Privados de Nicaragua, hoy
presidida por el gerente del Banco de América Central, propiedad del grupo
oligárquico Pellas, observador con mucho poder de la crisis.

Los accionistas del FSLN difícilmente podrían inyectarle al Interbank un capital


suficiente para resucitarlo. Sí pueden aplicar presiones políticas de todo tipo para
conservarlo. Por la liquidación están la oligarquía y los organismos multilaterales,
BM, FMI y BID. Obviamente, estas instituciones, aunque no lo digan en sus
cuidadas diplomáticas declaraciones, consideran que el manejo de la crisis por
parte del gobierno fue totalmente inadecuado. Les preocupa no sólo el manejo,
sino la crisis misma. Porque las regulaciones del sistema financiero fueron
contaminadas por pugnas políticas. Y por la falta de capacidad y de agilidad para
actuar demostrada por la SIB.

Para el FSLN evitar la liquidación es un problema vital. La dirigencia del FSLN


había construido su base económica alrededor de CONAGRA y de dos bancos, el
Interbank y el BDF, y en un abrir y cerrar de ojos, el Presidente Alemán actúa,
provoca una estampida en uno de los bancos quebrándolo, y CONAGRA queda
en una precaria situación financiera, económica, judicial y también de imagen
pública. Se han resquebrajado dos de sus tres pilares económicos en las vísperas
electorales. En una situación así, desnudado hasta este punto el juego económico
de uno de los dos grupos pactistas, puede esperarse cualquier cosa. No es
jugando lo que se está jugando, dice un analista, sin encontrar mejor metáfora que
este juego de palabras nica. También pudiera ser que no suceda absolutamente
nada, lo que sería un índice del nivel con que la corrupción ya ha llegado a
contaminar todos los cimientos de este lugar llamado Nicaragua.

Un "pescado" demasiado grande


A largo plazo, el peor efecto de la crisis es la pérdida de credibilidad en el sistema
financiero nacional. Se trata de un daño estructural y de un nuevo daño
institucional. Desde la formación de la banca privada y la creación de la
Superintendencia de Bancos en 1991, un sistema financiero de por sí tan frágil no
había sufrido un embate tan perturbador. Y aunque antes del Interbank habían
quebrado el Banco de Europa y Centroamérica (BECA), el Banco del Campo y el
Banco Sur, ninguna de estos bancos tenía el tamaño del Interbank.

Más importante que el tamaño de los bancos quebrados es la politización que se


dio en esta quiebra y no en las otras. En los casos previos, la Super-intendencia
actuó apegada estrictamente a criterios técnicos, lo que contribuyó a dar solidez a
la regulación e institucionalidad financiera del país, siendo los bancos en quiebra
rápidamente absorbidos por otros bancos. Ahora, el profesionalismo de la SIB ha
quedado en entredicho y el tamaño del Interbank lo convierte en una presa
demasiado grande y con demasiado respaldo político como para querer ser
absorbido por nadie. Falta dinero y sobra incertidumbre para que alguna entidad
bancaria quiera hacer esta operación.

Fuga de capitales
Si el tamaño de la crisis política se reflejó en que se empezó a hablar, por primera
vez desde 1990, de un "golpe de Estado" para poner orden en tanto desorden, la
crisis financiera se reflejó en que, por primera vez desde los turbulentos años 80,
el Banco Central reconoció la fuga de capitales. Según la SIB, la crisis hizo salir
del país más de 10 millones de dólares hacia bancos extranjeros.

Noel Ramírez, vocero del "éxito macroeconómico" del gobierno liberal y


Presidente del Banco Central, quiso minimizar la envergadura de la crisis
afirmando que no había habido fuga de capitales, y que los problemas sólo eran
contables, pues el sistema seguía teniendo la misma cantidad de dinero que antes
de la crisis, ya que sólo se había dado un movimiento de dinero saliendo del
Interbank para depositarse en otros bancos.

Pero la crisis no se describe así. La fuga de depósitos del Interbank en las


primeras dos semanas fue de 65 millones de dólares. Aproximadamente 15
millones de esa cantidad la cubrieron los recursos del propio Interbank, 50
millones los puso el Banco Central sacándolos de las arcas públicas. De esos 50
millones fugados del Interbank y repuestos por el Banco Central, 40 millones
fueron captados por otros bancos y 10 millones se fugaron al exterior. La cantidad
que brindó el Banco Central para respaldar a los ahorrantes del Interbank que
sacaban sus ahorros, lo obliga a reponerla aumentando el encaje legal, ya alto, o
emitiendo bonos y obligando a los bancos a comprarlos. Son datos
proporcionados por Alfonso Llanes, Vicesuperintendente de Bancos, un
funcionario más sincero que Ramírez.

Los únicos ganadores


La fuga de capitales, el aumento del encaje legal y la venta forzada de bonos del
Banco Central a los bancos comerciales para captar reservas aumentará las
restricciones de crédito, acrecentará la iliquidez en la economía y reducirá aún
más el crecimiento económico esperado para este año. Hará más crítica una
situación económica ya muy crítica. Ninguna de estas consecuencias ha sido
reconocida por los voceros económicos del gobierno.

Los únicos beneficiarios de la crisis son los bancos a donde fueron a parar los
depósitos sacados del Inter-bank. El who’s who puede indicarnos cuáles pueden
haber sido los más beneficiados. El capital oligárquico tradicional se agrupa en
torno al BAC y al Banexpo. El capital del FSLN en torno al Interbank y al BDF. El
capital liberal en torno al BANIC, aún estatal y en vías de una privatización total.
Los capitales medios tienen al Banpro, al Bamer, al Pribanco, al Bancentro, al
Banco del Café y al Banco Calley Dagnall. No puede descartarse que cuando se
calme algo la "politización pactista" de la crisis, los organismos multilaterales
"pidan la cabeza" de algunos de estos bancos y obliguen a una reestructuración
de todo el sistema.
Una crisis anunciada
El primer balance de la crisis es dramático. Las cifras macroeconómicas de las
que tanto se ufanaba el gobierno se han alterado. La capacidad técnica y
autónoma de la SIB para regular el sistema ha quedado en entredicho, al ser
identificada esta institución con la política disparatada de un gobierno que ha
puesto a todo el Estado al servicio del partido de un gobernante irresponsable. El
Superintendente Noel Sacasa tiene hoy una imagen en bancarrota y hasta se ha
visto obligado a expresar públicamente su arrepentimiento por haber asistido a
una de las reuniones convocadas por el Presidente para hallarle una "salida
política" a una crisis técnica agravada por su "metida de patas política". Los
organismos multilaterales están pagando muy caro su silencio y su "prudencia"
ante tantos desmanes previos a esta crisis.

Los organismos financieros mul-tilaterales consideran esta crisis como una


catástrofe. Tal vez deberían entender que están ante una catástrofe anunciada.
Porque, aunque desde hace mucho tiempo vienen luchando por la autonomía
técnica y administrativa de la Superintendencia, no supieron o no quisieron ejercer
una suficiente y adecuada presión para que la reforma de la Ley de la
Superintendencia y el nombramiento del nuevo Superintendente quedaran al
margen del contaminado y contaminante pacto PLC-FSLN, que siempre han
tolerado en silencio.

Cuando se reformó la Ley de la Superintendencia y se nombró al nuevo


Superintendente, Angel Navarro Deshon, Superintendente saliente, pronosticó
problemas como los que ahora han estallado.

¿Quo vadis, Iniciativa HIPC?


La crisis del INTERBANK se produjo en vísperas de que el FMI evaluara una vez
más el desempeño económico de Nicaragua para decidir su ingreso en la Iniciativa
de los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC). La crisis bancaria puso en
riesgo este ingreso.

Ante el problema se expresaron dos posiciones. Por una parte, los organismos
multilaterales y Estados Unidos, aún reconociendo la irresponsabilidad con que el
gobierno manejó la crisis, apoyaron que no se retrasara más el ingreso de
Nicaragua, para evitar que los frágiles equilibrios macroeconómicos se deshagan
más en el inestable período electoral y para que la entrada en la HIPC se
convierta en un nuevo incentivo para que el gobierno se comporte
responsablemente en materia fiscal y respete los equilibrios logrados.

Creen que la situación está rebalsando todos los cauces, y que sin un pronto
acceso de Nicaragua a la iniciativa, está en riesgo la estabilidad macroeconómica
y todo el esfuerzo de diez años de ajuste podría perderse. No pensaron así los
donantes bilaterales de Europa. Creen que es tal el nivel de irresponsabilidad del
gobierno que habría que haber esperado los resultados y el desarrollo de las
elecciones municipales para premiarlo con tan importante incentivo como es el
ingreso a la HIPC.

La crisis obliga a un renovado debate sobre el papel de la cooperación


internacional con Nicaragua. Independientemente de los resultados electorales o
de cambios o rectificaciones del gobierno en el corto plazo, Nicaragua se ha
ganado ya de sobra el derecho a ingresar a esta iniciativa que, aunque es
totalmente insuficiente para garantizar un giro hacia el desarrollo económico y no
expresa las relaciones de justicia entre el Norte y el Sur a las que aspiramos, sí
representa un importante alivio para una economía lastrada con tan injusto e
insoportable yugo.

Nos merecemos ya la condonación


Nicaragua lleva nueve años de tutelaje del Fondo Monetario, aplicando sus
severas políticas. Esperar hasta el 2002 para que el nuevo gobierno negocie la
entrada en la HIPC sería absurdo e injusto. La deuda de 6 mil millones de dólares
y el alto servicio anual que Nicaragua paga por esa deuda no es exclusiva
responsabilidad de este país ni del gobierno sandinista -como obsesivamente
repite el Presidente Alemán- sino que tiene una estrecha vinculación con la
responsabilidad de Estados Unidos en la guerra que financió durante diez años.

La condonación total de la deuda externa de Nicaragua se debía haber decidido


hace muchos años. Dentro o fuera de la HIPC, la cooperación internacional tiene
suficientes recursos para ejercer presión sobre el gobierno de Nicaragua,
exigiéndole transparencia y gobernabilidad. Porque, entrando o no a la iniciativa,
nuestro país seguirá siendo durante muchísimo tiempo extremadamente
dependiente de la cooperación internacional. En los 500 millones que en
préstamos y donaciones para diversos proyectos entrega anualmente a
Nicaragua, la cooperación internacional conserva un arma de presión sumamente
eficaz sobre éste o sobre cualquier otro gobierno.

La naturaleza del pacto


La crisis del Interbank ha revelado fragilidades profundas de la institucionalidad y
de la economía nacional. Y ha revelado la naturaleza del pacto FSLN-PLC. Está
cada vez más claro que las cúpulas y los caudillos de ambos partidos se pusieron
de acuerdo en una sola cosa: en disputarse a Nicaragua como un pastel
económico y político excluyendo por cualquier vía a cualquier competidor. Fuera
de esta coincidencia en la exclusión, todo lo demás es y será rivalidad y está y
estará permitida cualquier presión, amenaza, chantaje, jugada sucia, traición,
trapacería, irresponsabilidad o violencia para resolverla. Si esto no fuera así, no
hubiera ocurrido lo que ocurrió y como ocurrió en el Interbank.
El pacto funciona así. Como las pandillas que se apedrean en una calle sin fijarse
ni en los techos ni en las ventanas de las casas de esa calle ni en las cabezas de
los transeúntes que pasan... Las consecuencias del pacto se han ampliado a una
escala no prevista, desatando una guerra de alta intensidad entre los poderes
económicos y políticos del país. La hora de la "paz" es incierta.

El pacto no sólo ha excluido cualquier alternativa política no tolerada por las dos
bandas, decisión que genera inestabilidad y violencia. También ha convertido la
regulación de la economía en materia de negociación política entre dos caudillos
que están activa y urgidamente dedicados a consolidar y a ampliar el capital limpio
y el capital sucio de sus respectivos grupos económicos.

Tan sólo un lugar


La crisis ha revelado hasta qué punto y en qué extensión el pacto ha dañado al
país. No sólo han sido bipartidarizadas por el pacto todas las instituciones políticas
y las de control del gobierno, sino también las de control de la economía.
Demoliendo el país, titulaba El Nuevo Diario la noticia que daba cuenta de las
provocadoras declaraciones de Daniel Ortega sobre los siete bancos en quiebra...
El pacto está dispuesto a demoler el país para convertirlo tan sólo en un lugar.

¿Cómo cambiar las cosas de lugar en este lugar? Todas las vías institucionales
han sido cerradas por un pacto que hoy prepara el fraude electoral. Quedan las
vías de la resistencia activa, las de la persistencia de la memoria y del
pensamiento, las de la organización cívica, las que acumulan poder con ética
desde abajo. Hay que pensar en plazos más largos para conservar la esperanza.

ECONOMIA
Conagra, y el “arreglo” Alemán-Ortega

Entretelones de la crisis
bancaria del 2000
Ejército frenó a Alemán en el BDF, mientras
Ortega terminó de liquidar el BANIC

Iván Olivares

El proceso penal de los Cenis, incoado por la fiscalía contra 39


ciudadanos, se origina en un gigantesco fraude financiero que se incubó
en el Banco Intercontinental (Interbank) entre 1999 e inicios del 2000.

CONAGRA, imperio de los hermanos Centeno Roque, incluía a la


Empresa Agropecuaria San Miguel (AGRESAMI), Siglo XXI S.A.;
Ajonjolí Export S.A. (AEJA); Camaronera Export S.A. (CAMEXA);
Azúcar Selecta S.A. (AZELSA); Agropecuaria Santa Elena
(AGROSANELSA); Comercializadora.

El Esfuerzo S.A. (COMESA); Agropecuaria San Alejandro S.A. (ASASA),


el Centro Genético Cañas Gordas, y su hundimiento en agosto del 2000,
desencadenó una cadena de quiebras bancarias, cuyos efectos perduran
hasta la fecha.

El primero en caer, en octubre del 2000 fue el Interbank, a pesar de los


esfuerzos por salvarlo, pero la desconfianza generada al conocerse el
hoyo financiero causado por las operaciones fraudulentas en contra del
banco, generó un nivel de incertibumbre tan grande, que el público
retiró 49 millones de dólares en apenas cuatro días y medio, lo que lo
llevó a una situación insostenible.
Banco del Café, Bamer y BANIC
Le siguió luego el Banco del Café, declarado en liquidación forzosa el 17
de noviembre de ese mismo año, al detectar un patrimonio negativo
(exceso de pasivos sobre activos) de 154.8 millones de córdobas.

El siguiente sería el BAMER, que vio perder el 11% de sus depósitos


(unos 153 millones de córdobas) en apenas cinco meses, ante rumores
que aseguraban que seguiría el mismo camino que el Interbank, hasta
que se resolvió intervenirlo el 3 de marzo del 2001, siendo vendido a
Bancentro.

Finalmente, el BANIC también sufrió no sólo por la crisis de confianza


generada por el proceso de quiebras, sino por los comentarios del
entonces líder de la oposición, Daniel Ortega, lo que produjo un retiro
masivo de depósitos por 697.4 millones de córdobas, equivalentes al
32% del total, lo que llevó a su compra por parte del BANPRO a finales
del mismo 2001, con lo que amainó la tormenta financiera.
Algunos actores en el mismo rol, otros cambian
de papel
Carlos Marx escribió en su libro El 18 de Brumario de Luis Bonaparte,
que “la historia se repite una vez como tragedia y otra vez, como farsa”,
y en el caso de los Cenis, encontramos a algunos de los mismos
protagonistas de los sucesos del 2,000, pero ahora ocupando roles
diferentes.

El principal acusador de los CENIS, fiscal Armando Juárez, actuó como


defensor del Dr. Francisco Mayorga, procesado por la quiebra y
liquidación del Banco del Café. Ahora Juárez sostiene desde la Fiscalía,
la tesis que entonces presentaron algunos banqueros para justificar la
quiebra de los bancos como el resultado de una “conspiración”, y deberá
probarlo en los juzgados.

En la acera de enfrente, el principal negociador del Estado con los


banqueros en el caso de los Cenis, el Dr. Antenor Rosales, hoy
presidente del BCN, ocupaba otro rol en el 2,000.

La crónica de Confidencial, publicada en agosto del 2000, registra de


esta manera su actuación durante la intervención del Interbank por la
Superintendencia de Bancos: “El acta de intervención fue acordada por
unanimidad por todos los directivos de la Superintendencia, incluido un
ex director y socio accionista del banco intervenido, el abogado Antenor
Rosales”.

“El Coronel retirado del Ejército, miembro de la Superintendencia por


su partido, el FSLN, como resultado de las cuotas del pacto, ni siquiera
pestañeó al estampar su rúbrica, pues estaba consciente de que la
intervención estatal era la única salida para salvar a su banco colocado
al borde la iliquidez, como resultado de una compleja telaraña de
especulaciones comerciales, nacionales e internacionales, orquestada
por el poderoso consorcio agropecuario CONAGRA, que encabezan los
hermanos Alex y Saúl Centeno Roque”.

El impacto inicial de la especulación financiera desatada a raíz de la


ruidosa intervención del INTERBANK, le costó al país una pérdida de
58 millones de dólares en sus Reservas Internaciones Netas Ajustadas
(RINA)”.
Alemán sepulta al INTERBANK y Ortega liquida
al BANIC
Primero fue el hoy expresidente Arnoldo Alemán quien cometió la
imprudencia de señalar las debilidades del Interbank y poner a temblar
a los ahorrantes. Apenas dos semanas después, su socio en el pacto, el
entonces también expresidente Daniel Ortega, devolvió el ‘favor’ a
Alemán, al hacer comentarios públicos sobre la situación de varios
bancos, apuntando a uno de ellos en particular.

La edición de Confidencial, publicada en la última semana de agosto del


2000, señala que “las afirmaciones del secretario general del FSLN,
Daniel Ortega, de que según información oficial, siete bancos,
encabezados por el BANIC, deberían haber sido intervenidos por la
Superintendencia, por enfrentar problemas iguales o peores al
INTERBANK, causó una ola de nerviosismo financiero en el país”.

Sin embargo, diversas fuentes gubernamentales y privadas consultadas,


calificaron de “tremendistas” y “políticamente interesadas”, las
declaraciones de Ortega, aunque coincidieron en que existen serios
problemas en dos instituciones financieras.

“Lo único que te puedo decir sobre las declaraciones de Ortega es que
las cifras del BANIC se encuentran en negro, entonces pareciera que
otra vez se está politizando el tema”, comentó un banquero.
El amago contra el BDF y la advertencia del
Ejército
Confidencial publicó el encontronazo entre el jefe del Ejército, General
Javier Carrión y el presidente de la República, Arnoldo Alemán.

Durante la discusión que sostuvieron el presidente Alemán y el general


Javier Carrión, el jueves 10 de agosto, en presencia del Gabinete de
Seguridad, el mandatario contempló la posibilidad de destituir al Jefe
del Ejército, pero luego se echó para atrás, al evaluar las consecuencias
de la situación.

Según una fuente vinculada al gobierno, que minimizó el incidente, “fue


una discusión franca y directa”. Carrión planteó que si la intervención
bancaria afectaba el fondo de pensiones de los militares, depositado en
el BDF, el asunto financiero se convertía en un problema de seguridad
nacional.

El Presidente interpretó eso como un acto de “chantaje” de parte del


Ejército y le advirtió que podría destituirlo.

“Atrevete pues”, le contestó Carrión, quien al parecer llegó a la cita


presidencial con el pleno respaldo del Ejército para terciar fuerzas con el
gobierno.

“Ese fue el momento de mayor tensión”, indicó la fuente, “se dijeron


cosas fuertes”, pero en un tono de respeto.

La reunión fue interrumpida por una llamada telefónica del Secretario


General del FSLN, Daniel Ortega, quien advirtió a Alemán que el
problema bancario podía derivar en protestas callejeras.
La versión del general Carrión
Entrevistado por Confidencial un mes después de ocurridos esos
hechos, el general Javier Carrión cuenta que “en ese caso concreto
nuestro deber era informar al Presidente de la envergadura que
nosotros veíamos venir con la crisis del Sistema Financiero. Por
informaciones que nosotros teníamos de la relación con el Sistema
Financiero, en la cual tenemos en un banco acciones de propiedad como
Instituto de Previsión Social Militar y por otros elementos que vienen a
nuestra institución, fuimos a plantear al Presidente que considerábamos
grave el ambiente que se estaba desarrollando en ese momento”.

“Vale decir, que antes que hablara con el Presidente de la República ya


se habían estado dando reacciones en dos diarios de la capital sobre
supuestos temas de golpe de Estado;…Yo nunca le puse una presión.
Con el actual Presidente (Alemán), hemos llegado a entendernos bajo el
respeto, la subordinación y determinando claramente cual es mi
función, y si mi función es decir crudamente lo que yo aprecio, puede
pasar en un sentido de seguridad nacional o de la defensa de la Patria lo
hago sin ningún problema, y creo que bajo ningún punto de vista se dio
todo lo que se ha malinterpretado en otros medios de comunicación
social.”, dijo Carrión
La quiebra y el cierre del Banic
Mientras tanto, la ‘perla envenenada’ que lanzara Daniel Ortega
comenzaba a surtir efecto en el BANIC, a tal punto que se consideraba la
posibilidad de nombrarle como nuevo gerente al interventor del
INTERBANK, Guillermo Lugo, y exigirle una adecuación de capital para
asegurarse de su fortaleza financiera.

Gustavo Pérez, gerente temporal del BANIC, declaró que la institución


no tenía los problemas financieros que aseguraba Ortega. “Son rumores
de carácter político y nosotros no nos metemos en eso porque somos
una institución comercial”, aseveró.

Además, mencionó que persiste el interés por parte de los banqueros


privados en adquirir el 40% de las acciones, que actualmente
pertenecen al Estado, “pero todo depende de la agilidad de la Asamblea
Nacional para dar una respuesta inmediata”.

Pérez dijo tener en su poder un informe que muestra que “la


capitalización del banco se hizo de forma cristalina y eso nos satisface
mucho”.

Al final, el banco no soportó la corrida de depósitos, y se vio obligado a


cerrar.
El arreglo secreto entre Ortega y Alemán
A pesar de las advertencias y las presiones del FMI, una reunión a
puertas cerradas entre el presidente Arnoldo Alemán y Daniel Ortega,
ocurrida el sábado 30 de septiembre del 2000, fue la clave para
ofrecerle una solución favorable a los accionistas del INTERBANK, pese
a que la decisión contradice los dictados del Fondo.

En la reunión se acordó descartar la liquidación del banco y explorar


alternativas de capitalización, dejándole a los accionistas la
administración de los depósitos y cartera sana, y trasladándole al Banco
Central una especie de “cobra” para hacerse cargo de recuperar la deuda
del grupo Centeno Roque.

El esquema acordado por los dos líderes políticos contradice la


propuesta FMI-Banco Central, que originalmente planteó una venta vía
licitación del Interbank, y que sus accionistas se hicieran cargo de la
“cobra” a los Centeno.

Según el FMI, una solución satisfactoria del “hueco financiero” abierto


por el Interbank, era imprescindible para que Nicaragua pudiera
obtener el punto de decisión en el HIPC en el próximo directorio FMI-
Banco Mundial el 20 de octubre en Washington.

Asi empezaron las pláticas de “fusión” entre BANPRO e INTERBANK,


generando recelo entre otros bancos privados, que esperaban una
definición de las reglas para participar en una eventual licitación.
Ocho acusados, ocho inocentes
Llegaría entonces el monstruoso fallo judicial por medio del cual se
encontró inocentes a los hermanos Alex, Saúl y Alvin Centeno Roque,
así como a cinco altos funcionarios más, pese a que se reconocía la
pérdida (hasta ese momento) de más de 80 millones de dólares.

La noticia golpeó la conciencia nacional y pulverizó lo poco que de


credibilidad le quedaba al Poder Judicial. El Superintendente de
Bancos, Noel Sacasa, mostró su decepción por el fallo.

Frustrado porque no se culpara a nadie por la millonaria pérdida,


Sacasa dijo en octubre: “ante esa situación, el que luego venga una
sentencia y diga que no hay delito o que no hay prueba de delito es
sumamente preocupante”.

“Desde el punto de vista del país este tiene que ser un foco de
preocupación muy grande, porque un antecedente como éste lo que
representa es un enorme factor de inseguridad para el sistema
financiero y significa que los depositantes van a tener más temor de
poner su dinero en un sistema donde puedan ocurrir cosas como éstas”.

“A la vez, crea una imagen pésima para el país desde el punto de vista de
quiénes le prestan dinero a los bancos, quienes quieran invertir en el
país, los que quieren hacer comercio y, por último, toda la comunidad
internacional de donantes que ven este tipo de fenómenos con
preocupación porque indicaría que en Nicaragua no podemos manejar
estas irregularidades o amenazas a la seguridad de los depositantes”.

También podría gustarte