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PÚBLICO

DEPARTAMENTO VI - EDUCACIÓN
ESCUELA DE COMANDO Y ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO
“MCAL. ANDRÉS DE SANTA CRUZ”
BOLIVIA

ENSAYO
TEMA: EVOLUCIÓN DE LA GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN
EN LA ARGENTINA

I.- ANTECEDENTES.

La guerra financiera o guerra económica es la contienda que a través de la


manipulación de las finanzas y la economía busca el apropiamiento de la riqueza.
Como contrapartida a la agitación económica, los grupos perdedores se
empobrecen, causando una devastación de tipo social, de esta manera, se logra
el control de los medios de producción, la fuerza laboral, los recursos naturales y
las instituciones de un territorio sin necesidad de su conquista militar.
Los mecanismos utilizados en la guerra financiera se basan en la especulación,
entre ellos el comercio derivado, los cambios adelantados de divisas, las opciones
de divisas, los fondos de cobertura y los fondos indizados. Como resultado,
la política monetaria queda en manos de acreedores privados con capacidad para
congelar presupuestos estatales, paralizar procesos de pago, inhibir salarios y
eliminar total o parcialmente programas sociales y productivos, en tanto la
distribución de la renta favorece a las rentas financieras y, en general, a
cualquier capital.
En última instancia, la guerra financiera pertenece a un subgrupo de conflictos no
armados progresivamente utilizados tras el fin del colonialismo, grupo al que
pertenecen también la guerra mediática, la guerra alimentaria y la guerra viro-
demográfica, entre otras. Sin embargo, las guerras financieras se remontan siglos
atrás. Con ese nombre se calificó las tensiones económicas perpetradas por los
acreedores genoveses contra el Imperio español en el siglo XVII.

La guerra judicial se relaciona y suele coincidir con el fenómeno del golpe


blando, una forma de acceso indebido al poder político sin utilizar las fuerzas
militares, manipulando las divisiones internas de las sociedades, las redes
sociales y los medios de comunicación.

II.- DESARROLLO.
La guerra Financiera o guerra económica está presente en la Argentina, hasta
hace solo un mes, la OCDE pronosticaba para el país sudamericano un
crecimiento del PIB del 3,6%, el segundo más alto de América Latina detrás de
Colombia (6,1%). La fe estaba puesta en el efecto reparador del acuerdo firmado
en enero pasado con el FMI, que reprogramó los pagos de una deuda de 44.000
millones de dólares. Pero todo ha cambiado. Cargada de viejos problemas

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estructurales irresueltos, y acorralada por los efectos globales de la guerra en
Ucrania, la olla a presión ha estallado. La debacle comenzó el 2 de julio, cuando
Martín Guzmán, garante el acuerdo con el FMI, presentó su renuncia como
ministro de Economía. Desde entonces, todo ha ido cuesta abajo. El peso
argentino ha perdido el 41% de su valor frente al dólar en los mercados informales
y financieros, las previsiones de inflación para 2022 están en el 90% y los bonos
de la deuda cotizan al 18% de su valor de salida, en zona de default. La confianza
en el Gobierno del peronista Alberto Fernández está por los suelos.

A causa de todos estos indicadores se produce el cambio del ministro de


economía mismo que es asumido por Batakis quien toma ciertas medidas de
manera inmediatas para aplacar superficialmente la crisis económica quien limitó
el acceso de dólares a los importadores y encareció con nuevos impuestos el
llamado “dólar turista”, que es el tipo de cambio que se aplica a los consumos en
el exterior con tarjeta de crédito. Prometió, además, honrar el ajuste fiscal firmado
con el FMI, el mismo que rechazó el kirchnerismo y le costó el cargo a Guzmán.
Medida que aun no es suficiente para recuperar la confianza.

Es necesario hacer una diferencia entre las causas reales de la crisis y los
fenómenos que la desencadenan. Las primeras están en el comportamiento de las
variables internas como los niveles de ahorro, inversión, capacidad de
competencia, nivel de eficacia del sistema financiero, credibilidad del Banco
Central, estructura institucional, déficit fiscal, financiamiento externo y apertura del
mercado de capitales.

Los detonantes de la crisis están en el frente monetario y cambiario como la


misma política cambiaría, la fuga de capitales, las restricciones de liquidez y la
desconfianza externa en la capacidad de pago.

El sistema financiero que tenía una alta participación extranjera dejó de proveer
los recursos necesarios al sector privado, dejándolo en una situación de iliquidez,
el comportamiento de las variables internas se diferencia del de los demás países
de la región en la estructura institucional (especialmente la política), el manejo
cambiario, el nivel de apertura en el mercado de capitales y las decisiones de
endeudamiento.

El Ex Vicepresidente del Banco Mundial, Joshep Stiglitz, señala que las dos
primeras lecciones de esta crisis son que “es muy arriesgado fijar la tasa de
cambio al dólar” y que “el tipo de cambio debe permitir adaptarse a las sacudidas
de la globalización”

La guerra Judicial se observa claramente con la muerte del Juez Alberto Nisman,
quien condujo a una fuerte desestabilización del gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner en el año de las elecciones presidenciales en Argentina (2015). En el
mes de enero de 2015 se culpó a la presidenta Cristina Fernández del asesinato
del Juez Nisman, sin pruebas fehacientes y sólo en base a presunciones
difundidas por la prensa. Durante las gestiones kirchneristas, Nisman llevó
adelante la investigación sobre el atentado a la Asociación Mutual Israelita
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Argentina (AMIA) en 1994, atentado que desde un inicio fue atribuido a “terroristas
iraníes”.

Teniendo una serie de casos que muestran claramente la presencia de la guerra


judicial mismos que se mencionan a continuación: la reapertura del caso Nisman
contra la ex presidenta Cristina Kirchner por el presunto encubrimiento de los
iraníes acusados del atentado contra la AMIA., designación a través de un decreto
a dos jueces de la Corte Suprema, sin llamar a Sesión extraordinaria para la
aprobación de las postulaciones en el Senado, la designación de la diputada Laura
Alonso (del partido oficialista) en la oficina anticorrupción. “la ruta del dinero K”. La
investigación de las cuentas off-shore de la familia Macri, caso “Fútbol para todos”,
escándalo de corrupción de la FIFA.

III.- CONCLUSIONES.
Las causas de la crisis de la argentina continua en alto crecimiento por el gasto
público auspiciado por una clase política corrupta. A pesar de que los mismos
argentinos manifiestan desconfianza abierta y un fuerte rechazo a sus dirigentes.

La pérdida de confianza en el Banco Central por su incapacidad para reducir


la hiperinflación hizo necesario semi-dolarizar la economía, lo cual funcionó para
el objetivo propuesto. Sin embargo, el control sobre los precios estuvo
acompañado de un deterioro progresivo de las variables reales, evidenciando la
necesidad de haber abandonado la convertibilidad hace por lo menos cuatro años.
Dadas las características de la crisis (especialmente la devaluación, el sobre
endeudamiento y la falta de confianza externa) el abandonó de la convertibilidad
está conduciendo a una reaparición de la hiperinflación.

La guerra judicial esta latente y manejada por el mismo estado (Corrupción y


parcialidad), al que se atribuye claramente el abuso del poder a todos los
gobiernos que ha asumieron la administración estatal del mencionado país,
buscando siempre manipular las leyes en favor de organizaciones, mafias o
grupos familiares de elite.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

https://economipedia.com/definiciones/guerra-economica.html
Charles J. Dunlap Jr., 2001
https://p.dw.com/p/4EWsD
Tobias Käufer, 2022

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