La privatización es un mecanismo existente en la economía mediante el
cual el Gobierno hace que una industria o una actividad deje de formar parte del ámbito público, siendo transferidas o traspasadas por el estado hacia empresas u organizaciones privadas.
A menudo suele relacionarse el concepto de privatización con herramientas
de mejora de la competencia, que ayudan a las empresas a mejorar su estructura de costes, permitiendo que los productos puedan tener mayor calidad y a precios menores, favoreciendo al consumidor. Dado que la privatización reduce la participación del Estado en la economía, se identifica con políticas capitalistas. Esta herramienta es opuesta a la nacionalización.
Gracias al fenómeno económico de la privatización los agentes individuales
y colectivos del espectro privado de un país pueden participar en el control y la propiedad de diferentes industrias y sectores de la vida económicas de la nación, mejorando el nivel competitivo de la misma y el abanico de empresas presentes en el mercado. Al mismo tiempo supone la reducción de poder que el estado tiene en el día a día financiero y empresarial, dando mayor peso a los agentes privados y ocupándose de la supervisión de los mercados. Al igual que ocurre con la nacionalización, el peso que tiene el ámbito político e ideológico en la configuración de un país y el grado de influencia del estado es muy grande.
Por su propia naturaleza y definición, la empresa privada busca con
el desarrollo de negocios y la explotación de bienes y servicios para maximizar su beneficio, mientras que el estado busca satisfacer las necesidades de los ciudadanos. En ese sentido son frecuentes los debates sobre qué sectores o ámbitos deben ser privatizados o no, atendiendo a puntos como la seguridad, el bienestar de la ciudadanía, la justicia social o los diferentes puntos de vista ideológicos o políticos. Los defensores de la privatización de los medios de producción a menudo argumentan que la empresa privada es por lo general mejor gestora del control y dirección que el estado, al cual la burocracia o sus muchas responsabilidades impiden desarrollar esta tarea de manera eficiente, además de que cuando una empresa es pública son los ciudadanos los que cargan con las posibles pérdidas resultado de una mejorable gestión. En cambio, cuando es privada, es la propia empresa la que asume todo el riesgo. Los liberales defienden que en un mercado en el que hay competencia, las empresas son capaces de mejorar los productos y servicios, cambiando la estructura de costes para poder ofrecer más calidad a precios más reducidos. Reducir el papel del estado y su injerencia en los mercados es una de las bases del capitalismo y de la economía occidental más reciente.
Métodos de privatización
Venta de empresas anteriormente estatales a agentes privados.
Transferir funciones de administración de bienes y servicios públicos, los cuales no se convierten en propietarios de los mismos pero sí que pueden ocuparse de su explotación durante un determinado periodo. Se hace a través de concursos públicos, habitualmente. Privatización parcial, en la que el Estado compra determinado servicios a empresas privadas para no tener que realizarlos por sí mismo.