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Juicios valorativos en el profesional

En la actualidad el “ser profesional” no solo viene arraigado por la aplicación de los


conocimientos científicos adquiridos previamente, sino también por el razonamiento ético
que el sujeto realice al ejercer su profesión; de acuerdo a ello, es pertinente afirmar que la
enseñanza de la ética profesional es uno de los factores primordiales durante la formación
universitaria. Sin embargo, es posible cuestionar la efectividad de impartir normas o
estándares que regulen el actuar humano ya que, aunque existan códigos éticos y morales
para cada profesión, la aplicación de estos es muy dependiente de los juicios valorativos
que realiza cada persona. “El comportamiento ético que se define como la comprensión
del valor de lo que está en cuestión”1, puede ser influenciado por diferentes factores a los
que el profesional se expone en su vida laboral, es decir, tal comportamiento no es lineal
así que no siempre es posible reaccionar o tomar decisiones regidas bajo la moral. Es así
como en la academia debería considerarse el hecho de preparar a los futuros profesionales
a sopesar las situaciones a las que podrían enfrentarse para poder manejarlas de una
manera adecuada; en efecto se buscaría fomentar la inteligencia emocional y la reacción
oportuna, dado que al ejercer una profesión se está expuesto a “presiones que se reciben
desde los factores de poder en nuestra sociedad” 1. De acuerdo a lo anterior es posible que
el ser humano pueda tomar decisiones erradas que atenten contra sus principios o los
códigos éticos por los que viene regido, sin embargo, a partir de este tipo de experiencias
el profesional que realiza un adecuado juicio valorativo es capaz de entender que es ético
o no para si mismo. A partir de ello cada persona define los parámetros de su propio actuar
ya que es natural que la misma vele por la protección de sus intereses. El papel que juega
el profesional en las organizaciones tiene un alto impacto en la sociedad ya que es allí en
donde se ve intervenido el bien común de la sociedad a causa de los altos índices de fraude
dentro de las transacciones realizadas en los diferentes procesos intervenidos por el
profesional, asociando el hecho de que existen casos en donde la misma organización
permite este tipo de conducta; es por ello que se debe intentar desarrollar desde la
academia un espíritu empático en los profesionales a fin de disminuir la sed de competencia
y bienestar propio con la que los egresados entran al mundo laboral y que así “El amor que
logremos inspirar por nuestra profesión será en gran medida el potenciador de las
actuaciones éticas”1.
Acosta, V. W (2010). Cuatro hipótesis para investigar en ética profesional. Revista universidad de la Salle.

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