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Las personas que forman parte de la sociedad en general conocen o pueden distinguir

a los denominados profesionales, ya sean pertenecientes por ejemplo a la Ciencias de


la Salud, a las Ciencias del Derecho o a las Ciencias Económicas.

Cuando hablamos de ética la situación es diferente, mucha gente no conoce su


significado y en muchas ocasiones es tomado como algo abstracto y alejado de la
realidad. Cuando hablo de alejado de la realidad me refiero al hecho de que la ética no
podría influir en la vida diaria o causar consecuencias a corto, mediano o largo plazo.

En principio antes de preguntarnos cuál es el rol de la Universidad y los Consejos


Profesionales en la formación ética es conveniente clarificar los conceptos básicos de
la temática en cuestión: ética y moral

Cuando hablamos de moral nos referimos al conjunto de los principios de conducta


que se adquieren por asimilación de las costumbres y valores del ambiente al cual
pertenece la persona; por dar un ejemplo la familia o la escuela. También se refiere a
las normas que se imponen en esos ambientes, con base en la autoridad, no desde
luego la autoridad legal, sino precisamente moral.

La ética se refiere a lo que se asume activamente según el propio discernimiento, lo


lleva a actuar con total libertad y voluntad, por lo que puede justificar ante sí mismo y
ante otros esa manera “particular” de llevar a cabo el ejercicio de aquello que
anteriormente le ha sido inculcado.

En relación al contenido, ética y moral son más bien coincidentes: ambas se refieren a
cuestiones de valor, es decir, a lo considerado bueno y lo malo o lo que se condena o
trata de evitarse. La ética y la moral se refieren a lo que debe ser, discriminan entre
acciones aceptables e inaceptables.

Luego de lo anteriormente mencionado podemos definir a la ética profesional como el


conjunto de normas que establecen la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. Su
finalidad es crear una conciencia de responsabilidad personal en la forma de actuar
frente a la sociedad.

El rol de la Universidad es cuestionable con respecto a la formación ética profesional


ya que no existen materias obligatorias dedicadas a la temática, solo seminarios o
materias optativas que deben ser elegidas por el alumno interesado. Me permito intuir
que los alumnos que eligen capacitarse tomando esta opción son lo que menos la
necesitan.
Es vital analizar la incorporación de la ética profesional en la formación obligatoria del
Contador en materias dedicadas a esa temática, pero también que las demás materias
la incluyan como eje ético dentro de las mismas.

Es importante tener que en cuenta que la capacitación del graduado para que el
mismo cuente con un planteo ético claro no solo influirá sobre su propio accionar, sino
también sobre las personas con las que interactúa por su labor docente.

La falta de formación ética dentro de la carrera de Contador Público desde mi punto de


vista no es hecho con intensión, sino que forma parte de una desactualización de los
programas que influye negativamente en varios focos importantes de las carreras de
Ciencias Económicas. La Universidad es una institución que forma parte de una
sociedad que debería exigir con énfasis la incorporación de temática en la curricula, ya
que la finalidad de la profesión es el bien común o el interés público porque nadie es
profesional para si mismo y lo que pase en una sociedad siempre afectara a todos.

No es excluyente de la Universidad la falta de ponderación de la ética profesional, sino


que también es un tema poco explorado por las bibliografías existentes. La
preponderancia de la capacitación es dedicada a aspectos más técnicos minimizando
o en desmedro de los demás.

Cuando comencé el trabajo hablando sobre la vinculación que puede hacer la


sociedad entre la ética profesional y las consecuencias que está trae en la vida diaria
de las personas, trataba de dejar como base algo que para mi es clave para lograr el
cambio que se necesita. La sociedad no puede exigir algo que no conoce y que a su
vez no comprende como repercute a través de sus actos.

Uno de los motivos por el que la Universidad no tiene capacitación obligatoria sobre
ética profesional es que la sociedad no lo exige, o no lo exige con la fuerza e interés
que debería hacerlo.

Por otro lado, el mundo corporativo o empresario, empieza a darse cuenta y generar
un cambio marcando la diferencia entre las empresas que manejan sus negocios con
responsabilidad, ética y valores de las que no.

Podemos hablar de Responsabilidad Social Empresaria en la cuál las empresas


buscan tener una contribución en la sociedad social, económica y ambiental.

BYMA(Bolsas y Mercados Argentinos) lanzó un panel de Bonos Verdes, Sociales y


Sustentables. Los bonos que compongan este panel serán bonos destinados serán los
destinados a financiar de energías renovables, infraestructura básica, acceso a
servicios esenciales como salud o asistencia sanitaria, y también generación de
empleo.

BYMA también lanzo un Panel de Gobierno Corporativo en el cuál cotizan acciones


emitidas por compañías que voluntariamente adoptan prácticas de Gobierno
Corporativo adicionales, más allá de las requeridas por la legislación argentina. Este
panel implica la adopción de un conjunto de normas corporativas que protegen aún
más los derechos de los accionistas, así como también mejora la divulgación de las
políticas y la existencia de estructuras de monitoreo y control.

Lo que necesita nuestra cultura empresarial y profesional es una verdadera revolución


ética que reordene la escala de valores, y en estas acciones está el comienzo. Por
otro lado debemos preguntarnos si estamos dispuestos a emprender esta revolución o
preferimos seguir creyendo que debemos únicamente preocuparnos por maximizar el
valor para el accionista.

Desde mi punto de vista todos estos cambios, que distinguen o diferencian lo que está
bien de lo que no, en un momento serán una exigencia para que la capacitación en la
Universidad incorpore de manera obligatoria cierta temática como la que nos ocupa en
este trabajo.

Los Consejos Profesionales son entidades no estatales independientes de los poderes


del Estado que nuclean a los profesionales matriculados en Ciencias Económicas,
reglamentando y ordenando el ejercicio de la profesión y habilitando las matriculas en
virtud de la legislación nacional y de su jurisdicción.

A diferencia de la Universidad, estas organizaciones están atravesadas


transversalmente por la ética. Fueron creadas en parte para el cumplimiento de la
misma y en su misión y visión se encuentra la ética como un punto fundamental.
Podemos citar como ejemplo algunos casos como el Consejo Profesional de Ciencias
Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que en su misión aclara
“Jerarquizar nuestros profesionales en un marco ético”; el Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de la Provincia de Santa Fe que puntualiza “infundir los
principios éticos, eje rector de la conducta y el comportamiento de los profesionales en
relación a la comunidad, los clientes, los empleadores y los colegas” y el Consejo de
Ciencias Económicas de Jujuy que a través de su visión nos dice “velar por el
comportamiento ético del profesional en Ciencias Económicas de la Provincia”.

Si bien los Consejos Profesionales brindan capacitación, aunque escasa y difícil de


encontrar, no es la esencia de la Misión con la que fueron creados los mismos. La
misión fundamental de los Consejos es la matriculación y también velar por los
cumplimientos de los principios de ética que rigen el ejercicio profesional, pero no
brindar formación sobre ética.

El profesional debe participar en la formulación de normas y políticas que afectan a su


comunidad, promoviendo la sanción de comportamientos indeseables y el despeje de
obstáculos que dificultan el ejercicio eficiente de su actividad. Es por ello que se
impone la necesidad de contar con una suerte de enunciación de principios y normas
mínimas que constituyan la base sobre la que habrá de sustentarse la estructura ética
de los profesionales en Ciencias Económicas: el Código de Ética.

Los Consejos promulgan el Código de Ética Profesional para preservar el buen


ejercicio de la profesión, vigilando y haciendo efectivo el cumplimiento del mismo. La
profesión tiene la responsabilidad de actuar con preparación y calidad profesional ante
la sociedad sosteniendo un criterio libre e imparcial, y con respecto a los clientes servir
con lealtad guardando el secreto profesional y rechazando tareas que no cumplan con
la moral. Lo anteriormente nombrado se encuentra explicitado en el Código de Ética
como así se encuentran en el mismo respetar a los colegas y a la profesión, dignificar
la imagen profesional a base de calidad, mantener las más altas normas profesionales
y de conducta y contribuir al desarrollo y difusión de los conocimientos propios de la
profesión.

Los códigos de conducta profesional ordenan lo que naturalmente se espera del


profesional. Este ideal es el que se le exige a una persona dedicada a proveer
servicios eficientes a quienes los demanden, conforme un mandado explícito
contenido en sus votos de graduación, en normas consensualmente aceptadas y en
las expectativas de su propia comunidad.

Desde el punto de vista individual la persona tiene en su conciencia el lugar donde se


produce el juicio de aplicación de la norma ética a la acción concreta. Por lo tanto la
formación de una personalidad ética consistirá en conocer debidamente esas normas
y estar firmemente resuelto a actuar conforme con lo que se ha reconocido como
correcto.

Según nos dice el Artículo 19 de la Ley 20.488 “En la CAPITAL FEDERAL,


TERRITORIO NACIONAL DE TIERRA DEL FUEGO, ANTARTIDA E ISLAS DEL
ATLANTICO SUR y en cada una de las provincias que así lo dispusiere funcionará un
Consejo Profesional de los graduados de Ciencias Económicas”. Por consiguiente
cada jurisdicción tiene su propio Consejo de Profesionales y los mismos cuentan con
un Tribunal de Ética Profesional, que tiene como función juzgar la conducta de los
matriculados en virtud de su potestad disciplinaria. El tribunal de disciplina graduará
la aplicación de las correcciones teniendo en cuenta las circunstancias de hecho y la
conducta anterior del afectado.

El articulo 21 de la ley anteriormente nombrada nos dice en su inciso j) que que dentro
de su jurisdicción el Consejo Profesional será el encargado de aplicar las correcciones
disciplinarias por violación al código de ética.

A su vez, el artículo 22 nos detalla las siguientes correcciones disciplinarias que serán
aplicadas según la gravedad de la falta y los antecedentes del imputado:

1. Advertencia.
2. Amonestación privada.
3. Apercibimiento público.
4. Suspensión en el ejercicio de la profesión de UN (1) año.
5. Cancelación de la matrícula.

El Tribunal de Ética Profesional iniciara su actuación en las siguientes situaciones:


1. Por denuncia escrita y fundada
2. Por resolución motivada del Consejo Directivo
3. Por comunicación de magistrados judiciales
4. De oficio, dando razones para ello

Con respecto a la efectividad de los Tribunales, es importante resaltar que tienen


todas las herramientas para poder ser efectivos como hemos visto cuando las mismas
fueron enumeradas. En muchos casos son muy efectivos pero en otros las sanciones
parecerían no tener la severidad que correspondería al tipo de falta. Es importante
resaltar que mi opinión se basa en la resolución final de tribunal y no en el estudio
exhaustivo y detallado de cada caso en particular.

Analizando ejemplos de fallos correspondientes al CPCECABA podemos enumerar


algunos:
Expediente: 28.674 Fallo: Advertencia (17/09/2012) Sala 3

Descripción: (3386) Comete falta ética el profesional que ofrece servicios profesionales
a través de una sociedad no inscripta en el Registro de Asociaciones Profesionales, se
publicita como Licenciado en Administración sin estar matriculado en el Consejo, y
ofrece el asesoramiento externo de un contador público que en realidad carece de
título profesional.

Expediente: 30.531 Fallo: Advertencia (03/04/2014) Sala 3

Descripción: (3584) Comete falta ética el profesional que emitió un informe de


auditoría sobre los estados contables de una sociedad, cuyos valores de activo no
coinciden con la suma de los pasivos más el patrimonio neto.

Expediente: 31.549 Fallo: Amonestación privada (28/06/2018) Sala 3

Descripción: (4963) Comete falta ética el profesional que emite una certificación a
favor de su hermano.

Expediente: 28.587 Fallo: Amonestación Privada (19/12/2012)

Descripción: (3371) Comete falta ética el auditor externo y síndico de un Club de


Campo que emite su informe de auditoría sobre los estados contables con opinión
favorable sin salvedades, cuando en tales estados contables se había omitido la
inclusión de la operación de compra de calles internas a la Municipalidad de la
jurisdicción donde el Club está ubicado, la deuda con la Municipalidad por dicha
compra y el crédito por los aportes extraordinarios a efectuar por los socios para
sufragar la adquisición.

Expediente: 17.459 Fallo: Advertencia (28/10/1999)

Descripción: (1159) Comete falta ética el profesional que emite una certificación sobre
deuda impositiva y previsional cuando: a) no realiza las tareas necesarias para
asegurar que la empresa no tenía deudas impositivas y previsionales como certifica; b)
no guarda los papeles de trabajo justificativos de su trabajo; c) el ente de control
determina que lo afirmado por el profesional es falso.

Expediente: 16.752 Fallo: Amonestación privada (11/06/1999)

Descripción: (497) Comete falta ética el profesional que: a) emite informe de auditoría
diciendo que aplicó las normas de auditoría vigentes y dando una opinión favorable sin
salvedades cuando simultáneamente emite una certificación literal referida a los
mismos estados, diciendo no haber realizado tareas de auditoría; b) se advierten
errores manifiestos entre los distintos 70 estados contables y el profesional confiesa
que no revisó lo que firmó; c) el informe y la certificación carecen de fecha de emisión.

Fallos en los cuales la sentencia es solo amonestación privada cuando la falta es tan
grave como estar actuando como auditor externo y síndico y emitir un informe de
auditoría sobre los estados contables con opinión favorable sin salvedades, cuando los
estados contables omiten operaciones de compra, deudas y créditos de gran
relevancia, son los que me hacen dudar de la efectividad del Tribunal.

Los cuestionamientos que debemos hacernos es si un profesional que recibe una


amonestación privada por haber actuado de esa forma son si ¿realmente no volvería a
hacerlo? ¿recapacitará cuando tenga que ejercer en situaciones similares? ¿realmente
entiende que corre algún riesgo al actuar de esta forma o cree que tendrá mínimas
consecuencias?

Quizás puede llegar a hacerse una crítica sobre algunos fallos, desde la subjetividad y
herramientas con que se cuento al hacer este trabajo, pero como conclusión creo los
Tribunales de Ética son efectivos y cuentan en nuestro país con gran profesionalismo
y herramientas para serlo y seguir mejorando.
http://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2016/05/
CECONTA_SIMPOSIOS_T_2010_21_SIMPOSIO_FIOR_VITTA.pdf

https://economicas.unlam.edu.ar/descargas/5_B144.pdf

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