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Resumen
Este ensayo analiza el problema de la alteridad desde la perspectiva que la
fenomenología husserliana ofrece. Tomando como hilo conductor los conceptos de
“experiencia de lo extraño” y “analogía,” se considera que la conquista de América
es un excelente ejemplo de la pertinencia de esta manera de entender la alteridad
cultural.
Abstract
This paper analyzes the problem of the alterity from the perspective that the
Husserlian phenomenology offers. Taking as a thread the concepts of “experience of
the strange” and “analogy”, the conquest of America is thought to be an excellent
example of the appropriateness of this way of understanding the cultural alterity.
∗
Ponencia presentada en el VII Congreso Internacional de Fenomenología,
“Interculturalidad y Conflicto”, organizado por la Sociedad Española de Fenomenología, en la
Universidad de Salamanca (España), los días 28-30 de abril de 2004.
1
B. Waldenfels, Topografie des Fremden. Studien zur Phänomenologie des Fremden 1,
Francfort del Meno, Suhrkamp, 1997, pp. 16-53.
220 Investigaciones fenomenológicas 7
2
E. Dussel, Filosofía ética latinoamericana I. Presupuestos de una filosofía de la
liberación, México, Edicol, 1977; M. Beuchot. Tratado de hermenéutica analógica, México,
UNAM / Facultad de Filosofía y Letras, 1997.
3
E. Dussel, 1492. El encubrimiento del otro. Hacia el origen del “mito de la
Modernidad”, La Paz, Plural Ediciones / Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
/ Universidad Mayor de San Andrés, 1994, pp. 11-22. T. Todorov. La conquista de América.
El problema del otro, México, Siglo XXI, 1987, p. 13.
4
S. Castro-Gómez, “Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la
‘invención del otro’”, en E. Lander (ed.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias
sociales. Perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires, CLACSO / UNESCO, 2003, pp. 145-
161.
5
E. Lévinas, Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad, Salamanca, Sígueme,
1987, p. 63.
Pedro Enrique García Ruiz: La representación del otro... 221
6
J. Lacan, “Le stade du miroir comme formateur de la foction du Je”, en Écrits I, Paris,
Seuil, 1999, pp. 92-99.
7
B. Waldenfels, op. cit., p. 49.
8
A. Rubial, La hermana pobreza. El franciscanismo: de la Edad Media a la
evangelización novohispana, México, UNAM / Facultad de Filosofía y Letras, 1996.
9
G. de Tenorio citado por E. Dussel, “Escatología latinoamericana I”, en América Latina:
dependencia y liberación, Buenos Aires, Editorial Fernando García Cambeiro, 1973, p. 46.
Énfasis mío.
222 Investigaciones fenomenológicas 7
10
B. Waldenfels, op. cit., p. 26.
11
J. L. Pardo, “Un antídoto contra el anti-estructuralismo”, Revista de Occidente 204
(1998) 47-61.
12
A. Bolivar Botia, El estructuralismo: de Lévi-Strauss a Derrida, Madrid, Ediciones
Pedagógicas, 2001, p. 155.
13
M. Guillaume, “El otro y el extraño”, Revista de Occidente 140 (1993) 43-58.
14
E. Lévinas, “La philosophie et l’idée de l’infini”, en En découvrant l’existence avec
Husserl et Heidegger, Paris, J. Vrin, 1996, p. 167.
Pedro Enrique García Ruiz: La representación del otro... 223
15
K. Held, “Heimwelt, Fredwelt, die eine Welt”, Phänomenologische Forschungen 24/25
(1991) 305-337.
16
L. Landgrebe, “El mundo como problema fenomenológico”, en El camino de la
fenomenología, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1968, p. 76.
17
E. Husserl, Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass.
Dritter Teil: 1929-1935, Hua. XV, 1973, p. 430.
224 Investigaciones fenomenológicas 7
que no siempre podremos encontrar esto. De ahí que el mundo extraño nos
“sorprenda” (Befremdet) pero de una manera distinta a la extrañeza
cotidiana de la que nos habla Waldenfels18; en lo extraño ya no
encontramos lo familiar, por eso lo asimilamos a lo ya conocido, pues es la
única manera de apropiárnoslo. Pasamos así de una extrañeza relativa a
una absoluta. Waldenfels formula con precisión la lógica de esta visión de la
alteridad en los siguientes términos: “En la medida en que la extrañeza
aparece en el marco de este orden global, se trata tan solo de una
extrañeza relativa para nosotros, que no aborda ‘la cosa misma’. Se
presenta simultáneamente como un déficit, puesto que todo lo que es
verdadero y bueno para nosotros se mide por lo que es verdadero y bueno
por sí”19. Existe así un horror alieni que Lévinas expresó como una “alergia
hacia el otro”.
La palabra “barbarie” forma parte de ese grupo de conceptos que
designan la alteridad desde su ser privativo (lo que no es como nosotros)20.
Con ella designaron los españoles su encuentro con un mundo extraño en
1492, señala la manera en que se comprendió ese “ser-otro”: el ser
amerindio es un “ser-bárbaro”. Esta representación de la alteridad se
remonta, como sabemos, a Grecia. En la Política Aristóteles sostenía que “la
naturaleza muestra su intención al hacer diferentes los cuerpos de los libres
y los de los esclavos; los de éstos vigorosos para los trabajos, y los de
aquéllos útiles para la vida política [...]. Es pues manifiesto que hay algunos
que por naturaleza son libres y otros esclavos, y que para éstos es la
esclavitud cosa provechosa y justa”21. Para Aristóteles éste era, en su
mundo familiar, un dato evidente que elevaba a un aspecto esencial de la
condición humana sin que pudiera pensar que podría ser de otro modo. Así
escribió más adelante: “Nuestros aristócratas piensan ser bien nacidos no
sólo entre ellos sino en todas partes, en tanto que los bárbaros nobles lo
son sólo en su país, de suerte que habría algo así como una nobleza y
18
B. Waldenfels, “Verschränkung von Heimwelt und Fremdwelt”, en R. A. Mall / D.
Lohmar (eds.), Philosophische Grundlagen der Interkurtiralität, Amsterdam, Rodolpi, 1993,
p. 59.
19
B. Waldenfels, “La pregunta por lo extraño”, Logos. Anales del Seminario de
Metafísica 1 (1998), p. 88.
20
B. Waldenfels, Topographie des Fremden, p. 20.
21
Aristóteles, Política, I, 1, 1254 b 27 – 1255 a 2.
Pedro Enrique García Ruiz: La representación del otro... 225
Lévinas afirmó que “la filosofía occidental ha sido muy a menudo una
ontología: una reducción de lo Otro al Mismo, por mediación de un término
medio y neutro que asegura la inteligencia del ser”24. ¡Qué mejor ejemplo
nos puede dar Sepúlveda de esto! Ya antes que él, en 1519, el franciscano
Juan de Quevedo había declarado que los indios eran siervos a natura,
según testimonio de Bartolomé de las Casas, quien refutó esta doctrina
pues se sustentaba en Aristóteles, “un pagano que ahora está en el infierno
22
Ibid., 1255 a 34-36.
23
J. Ginés de Sepúlveda, Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios,
México, FCE, 1986, p. 153.
24
E. Lévinas, Totalidad e infinito, p. 67.
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25
Citado por L. Hanke, Uno es todo el género humano. Estudio acerca de la querella que
sobre la capacidad intelectual y religiosa de los indígenas americanos sostuvieron en 1550
Bartolomé de las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda, Gobierno Institucional del Estado de
Chiapas, San Cristóbal de las Casas, 1974, p. 26.
26
J. Ginés de Sepúlveda, op. cit., p. 135.
27
L. Hanke, op. cit., p. 26.
28
E. Dussel, “La cristiandad moderna ante el otro. Del indio ‘rudo’ al ‘bon sauvage’”,
Concilium 150 (1979) 498-506.
29
J. Ginés de Sepúlveda, op. cit., p. 171.
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30
F. de Vitoria, Relecciones sobre los indios y el derecho de guerra, Madrid, Espasa-
Calpe, 1975, p. 94.
31
B. Waldenfels, “Sprachliche Unterscheidungen”, en Topografie des Fremden, pp. 20-
23.
32
E. Dussel, Filosofía ética latinoamericana I, p. 127.
33
C. Moreno, Tráfico de almas. Ensayo sobre el deseo de alteridad, Valencia, Pre-textos,
1998, pp. 35-65.
228 Investigaciones fenomenológicas 7
34
M. Guillaume, op. cit., p. 46.
35
Ibid., p. 47.
36
A. Abdel-Malek, La dialectica social, México, Siglo XXI, 1973, p. 24.
37
S. Amin, El eurocentrismo. Crítica de una ideología, México, Siglo XXI, 1989, p. 103;
cfr. E. Dussel. “Beyond Eurocentrism: The World-System and the Limits of Modernity”, en F.
Jameson / M. Miyoshi (eds.), The Cultures of Globalization, Durham, Duke University Press,
1998, pp. 3-31.
Pedro Enrique García Ruiz: La representación del otro... 229
38
Ibid., p. 109.
39
“En este sentido la creencia en una naturaleza humana que rematara en una
declaración de los derechos del hombre, sería lo propio de la cultura ‘occidental’, o,
peyorativamente, ‘europeo-centrista’. Del ‘hombre’ al hombre ‘blanco, adulto, masculino,
civilizado’ hay sólo un salto (Deleuze). La naturaleza humana fue postulada desde un modelo
particular que abría triunfado en el siglo XVIII, colonizado en el siglo XIX y sucumbido en el
siglo XX”. J.-F. Rey, La mesure de l’homme. L’idée d’humanité dans la philosophie
d’Emmanuel Lévinas, Paris, Éditions Michalon, 2001, pp. 118s.
40
E. Dussel, “Palabras preliminares” a Emmanuel Lévinas y la liberación
latinoamericana, Buenos Aires, Editorial Bonum, 1975, p. 9.
41
Estas cuestiones son tratadas por Dussel en los tres últimos volúmenes que
230 Investigaciones fenomenológicas 7
¿No había dicho Husserl, en las Meditaciones cartesianas, que “el otro,
según su sentido constituido, remite a mí mismo [...] es un analogon de mí
mismo”?49. ¿Será la vía del pensamiento analógico la forma de superar las
representaciones privativas del otro? En un mundo el que no cabe ya
alteridad alguna, lo analógico se presenta como una opción para romper con
las pretensiones de un falso universalismo.
47
A. Velasco, “El humanismo multiculturalista de Fray Alonso de la Veracruz”, en M.
Peña / A. Velasco (eds.), Maestros, caballeros y señores. Humanistas en la Universidad:
siglos XVI-XX, México, UNAM / Facultad de Filosofía y Letras, 2003, pp. 55-64.
48
M. Beuchot, Hermenéutica analógica. Aplicaciones en América Latina, Bogotá,
Editorial del Buho, 2003, pp. 99s.
49
E. Husserl, Meditaciones cartesianas, Tecnos, Madrid, pp. 126-127. Sobre el intento
de fundar la intersubjetividad en la analogía, cfr. J.-F. Courtine, “L’être et l’autre. Analogie
et intersubjectivité chez Husserl”, en Heidegger et la phénoménologie, Paris, J. Vrin, 1990,
pp. 355-379; y cfr. K. Hedwig, “Husserl und die Analogie”, Zeitschrift für philosphische
Forschung XXXVI, 1 (1982) 77-86.