Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“Hace algunos años no contábamos con tanta diversidad de heladerías por lo tanto el consumo
en Sucre era muy bajo, se estima que hace 10 años un ciudadano promedio consumía tan solo
1.8 litros de helado al año, hoy gracias a la variedad y calidad que encontramos en las heladerías
artesanales hemos elevado este consumo a casi unos 3 litros por persona aproximadamente”.
Cremé Rolly pretende incorporarse al mercado local de la ciudad de Sucre con una oferta
innovadora que presenta helados tipo
apto diabético y veganos, en los que las
consideraciones frente a la
responsabilidad civil se incrementan
debido a que se debe tener un estricto
manejo en el balance de las recetas y el
uso de las materias primas, lo anterior
con el fin de obtener productos de
calidad, muy similares en sabor y textura
a los convencionales.
Esta tendencia por supuesto que influyó en los helados, generando el lanzamiento de nuevas
propuestas en porciones individuales, con packaging adecuados para el consumo callejero. En
una zona intermedia entre snacks y consumo responsable, se vieron lanzamientos en formatos
mini o bocado de estilo gourmet, que permiten darse un gusto controlado, limitando las calorías.
El segmento “better for you” también llegó a los helados con la incorporación de ingredientes
más saludables, como la chia, antioxidantes, omega 3, fibras y calcio. Asimismo, se registraron
nuevos helados con alto valor proteico y libre de gluten. Existe además un reto adicional que es
el de lograr que el producto reformulado presente la misma textura al tomarlo con la cuchara,
que su equivalente con toda la grasa y el azúcar. Es necesario alcanzar todo esto y, al mismo
tiempo, mantener el sabor indulgente y la textura cremosa que los consumidores esperan de su
postre helado favorito. Los ingredientes de inulina y de oligofructosa (suplentes de azucares y
grasas) representan el %61 del costo del producto.
Con el objeto de poder brindar un panorama de la realidad actual del sector, que tome en cuenta
no sólo a las empresas más representativas, sino también a las de menor envergadura que
operan en el mercado local del helado artesanal, se procedió a recabar información de actores
calificados.
Los mismos manifiestan que, luego de la crisis de los años 2001 y 2002, el sector de helados
comenzó un proceso sostenido de recuperación. No obstante ello, sostienen que si bien los
precios de los helados artesanales se han ido reacomodando paulatinamente, la rentabilidad ha
mermado. Esta situación se produjo como consecuencia del incremento de algunos costos fijos
y de los insumos tales como leche, crema, azúcar, frutas, frutos secos y envases, entre otros.
En relación a estos últimos, es importante destacar que, la mayoría de ellos están valuados a
precios dólar, por lo que su incremento no se ha podido trasladar en su totalidad al precio del
producto final. Es decir, el incremento del precio del helado artesanal sólo ha permitido atenuar
el impacto del alza de los insumos.
En este contexto, la gran mayoría de los actores consultados coinciden en que, si bien existen
algunas dificultades en aspectos tales como merma en la rentabilidad, incremento de costos,
falta de financiación adecuada a las necesidades del rubro, las expectativas sobre la evolución
futura del sector tanto artesanal como industrial, resultan alentadoras para la mayoría de las
empresas.
El consumidor boliviano de a poco ha dejado de ser un comprador que sólo busca bajos precios
y grandes cantidades; al contrario, quiere mejores productos y tiene capacidad de pagarlos.
Sin embargo, no sólo las empresas locales apuestan por este mercado, sino que firmas
internacionales de trayectoria reconocida como la argentina Arcor han logrado un sitial en la
preferencia de los clientes. "El mercado boliviano es bastante raro en comparación de otros
lugares, ya que el helado es para refrescarse en el calor, pero el lugar donde se consume más es
en el occidentes, o sea en la parte del país donde hace más frío”, explica José María Lahore,
gerente de marketing de Arcor en Bolivia.
El abastecimiento de materia prima para una heladería está alineado a la demanda del producto
y, por supuesto, al modelo de negocio. Mientras una heladería artesanal requiere la compra de
productos naturales cada semana, un establecimiento que trabaja a base de mezclas o bases
industrializadas para helado tipo americano puede surtirse incluso cada 30 días. Esto se debe a
que los preparados pueden durar varios meses. Eso sí, siempre y cuando estén resguardados de
la luz, el polvo y la humedad del ambiente. Respecto a los conos, servilletas, vasos, canastas,
cucharas y popotes, basta con que el proveedor surta cada semana o cada quince días,
dependiendo de las necesidades.
https://www.paginasiete.bo/inversion/2015/1/25/disputa-mercado-helados-45173.html
https://www.industriaalimenticia.com/articles/89488-como-superar-los-retos-de-la-reduccion-de-azucar-y-de-grasa-en-los-
postres-helados