Ángel Divino y sagrario El Camino del Monte Calvario.
Nuestra gloria cantaremos Por la calle de la amargura En ella contemplaremos Llevando en hombros la Cruz Los misterios del rosario El sacro sol de la luz A vos Padre celestial Lo abrazaba con ternura Del cielo Salvador nuestro Sintiendo su alma pura Antes de decir Padre Nuestro Aquella pena mortal Digamos por la señal Quinto Misterio Primer Misterio. La Crucifixión y Muerte La Oración en el Huerto. De Nuestro Señor. Cuando en el huerto sudó Afligida y angustiada Sangre entre la agonía Viste como un soldado Oh dulcísima María A tu Hijo abrió el costado Que en el alma se estampó Con una fuerte lanzada Y de Dios no se olvidó Y hasta el sepulcro llegada Vertiendo vino cordial Le acompañaste leal Segundo Misterio. Epílogo La Flagelación del Señor. Tus devotos, Oh María En una columna ha sido Virgen y Madre de Dios Mi buen Jesús azotado Hoy te ofrecimos a vos Su cuerpo muy bien llagado El rosario de este día Con dolorosas heridas Con contrición y agonía Y su cuerpo se lastima Y con dolor fraternal En un llanto de cristal Sois concebida María Tercer Misterio Sin pecado original. La Coronación de espinas. Púrpura, caña y corona De espinas y guarda ley Pusieron a Cristo Rey Y así el pueblo lo abandona Cuya injusticia pregona Y lo hace un cardenal Pastorcilla VII Salve Virgen pura Es contra el infierno Salve Virgen madre Tu poder tan grande Salve Virgen bella Que libra las almas Reina y Virgen Salve De fieros volcanes I VIII Gozaste María Y si al purgatorio Patrona del Carmen Vuelven tus cofrades Son tus alabanzas Pedimos señora Que dan tus cofrades No nos desampares II IX Vuélvete a nosotros Muéstranos María Oh Piadosa Madre Oh Benigna suave Esos son tus ojos De tu puro vientre Llenos de piedades El fruto admirable III X A tu Amparo buscan Oh clemente, oh pía Oh Benigna Suave Oh cándida ave De tu puro vientre Oh dulce María El fruto admirable Salve, salve, salve IV Si por nuestras culpas Salve Virgen Pura Penas a millares Pedimos señora Dios te Salve, Virgen Pura No nos desampares Que anuncia nuestra V esperanza Eres del Carmelo Madre de Dios, del Carmelo La Pastora amable Vida dulzura y del alma. Que hoy a tus ovejas Le das pasto suave Salve, Salve Reina, Salve. VI Nuestro escapulario Como el sol entre las nubes La cadena grande Como la rosa entre abrojos Con la que aprisionas Así entre todos los santos Al dragón infame Luces tus hermosos ojos. Eres médica divina Maria y Mater in Gracia Del cielo tan admirable Mater Misericordiae Y como piadosa cura Tu no sabo de un protive La dolencia de los males Adore pienso de un protive En so tibi que en gloria Aquí se queja Un doliente Y una sose maria te niengue Padece de enfermedad Y un Patri santo espiritu Pidiéndole medicina Y un seculo seculorum. Amén. A la divina piedad Bendito y alabado No te pido que me deis Sea el Santísimo el Misterio Todo el aliento cumplido De la Santísima Trinidad Pido que me deis dolor Santísimo Sacramento A tu hijo verle ofendido. Soberano del Altar Soberano del Altar Que le ofendemos Y María fue concebida Y le ofendimos Sin pecado Original A tu hijo como inocente Ora Señora pro nobis Alabad el Dulce nombre Y danos el fruto de tu vientre. Que al cielo causa alegría Haré que el infierno tiemble A ti Reina que alumbraste Al decir Ave María Y con tus ojos míranos Ave María Ruega a Dios por tus devotos Y con la luz de la gracia Que acompañándote estamos Fue concebida María
A ti Reina que alumbraste Alabad el Dulce nombre
Recibe mi alma alegría Que al cielo causa alegría Y la esperanza que tengo Haré que el infierno tiemble De verme en tu compañía. Al decir Ave María Ave María Y con esto adiós Pastora Y hoy los ángeles te cantan Al pie del Santo Calvario Y Salve Reina, Salve. Aquí se acaban los versos Del santísimo Rosario Gozos ¡Ay culpa, lo que me cuestas, Oíd, mortales piadosos, no imaginé tur fiereza, y ayudadnos a alcanzar: pues con tal tormento pago Que Dios los saque de penas lo que juzgué ligereza! y los lleve a descansar. ¡Cielos, piedad, basta, cielos! ¿Cuándo el día ha de llegar? ¡Oh vosotros, -caminantes, suspended, oíd, parad, Padres, hermanos, amigos: bastará sólo el oírnos ¿dónde está la caridad? a mover vuestra piedad! ¿Favorecéis a un extraño. Hoy pide nuestra aflicción y para mí no hay piedad? que queráis cooperar: ¡Ea, venga una limosna, siquiera sea el rogar! No hay dolor, tormento, pena, martirio, cruz ni aflicción, Hijo ingrato que paseas que lleguen a ser pintura tan ricamente vestido, de nuestra menor pasión; y a costa de mis sudores solo alivio nuestros males descansas en tanto olvido: de vuestro amor esperar: ¡mira a tu padre quemando, y lo puedes remediar! Aquí estoy en purgatorio de fuego en cama tendido, Quizá en ti sería arbitrario, siendo mi mayor tormento no obligación de justicia; la ausencia de un Dios querido, pues no cumples testamento, padezco sin merecer, aquí estoy por tu malicia; por mí no basta alcanzar: abre los ojos, despierta, paga, haciendo acelerar: ¡Ay de mí, ay, Dios severo, Ay llama voraz, activa, Hermanos en Jesucristo, ay bien merecido fuego, los que oís estos suspiros, ay conciencia, siempre viva, si queréis, podéis sacarnos ay justicia, que no cesa, de estos lóbregos retiros, ay cuándo se ha de acabar! a la Virgen y a los santos pedidles quieran mediar: De Getsemaní en el Huerto La corona sangre sudó el Redentor, contemplando de estas penas Dios te Salve María el gran tormento y rigor: Llena eres de gracia al Padre Eterno se ofrece, El Señor de los cielos no cesando allí de orar: Nos cubra con tu gracia
En vista de tal piedad, Esa tu Corona
no te olvides, oh mortal, Corona y bella de este pío camposanto, Resplandecida cementerio de hospital; De las estrellas sigue, pues, la cofradía que tierna te insta a clamar: Esos tus cabellos Son lazo de oro Atiende y mira, cristiano, Con que aprisionabas que en aqueste cementerio A tu amado esposo tal vez tus padres y deudos esperan de ti el remedio; Esa tu frente sufragios y sacrificios Es frente de plata te suplican sin cesar: El platero es Cristo Quien la arrebata Fieles cristianos, amigos, dad crédito a estos lamentos, Esas son tus cejas obrad bien, fuera culpas, Son arca que impuso para huir de estos tormentos. Dios contra las aguas ¡Socorro, piedad, alivio! Cuando el diluvio concluimos con gritar. Esos son tus ojos Oíd mortales piadosos Son dos luceros y ayudadnos a alcanzar: Que resplandecen Que Dios nos saque de penas Allá en los cielos y nos lleve a descansar. Esa tu nariz Esas tus rodillas Toda escogida Ten delicadas Llena de incienso Que al ver a tu Hijo Naveta ungida Ya se postraban
Esa tu boca Esos son tus pies
Es un diamante Flor de azafrán Con que besaste Que al ver a tu Hijo Al Santo Infante Iban detrás
Esa tu barbilla Ese ya tu cuerpo
Barba partida Todo glorioso Donde a los sufrientes Hace que mis penas Les das la vida Se vuelvan gozo
Esa tu garganta En la calle arriba
Garganta bella Va la custodia Columna preciosa Y le acompañaba Santa Doncella Nuestra señora
Esos tus brazos En la calle abajo
Brazos de bronce La vi bajar Con los que abrazaste Nuestra Señora A tu hijo doncel La del Pilar
Esos tus pechos En la Calle arriba
Que son manjares Va la custodia Con que alimentaste Jesucristo en ella Al Dios de los altares Va cantando Gloria
Esa tu cintura Dios te Salve María
Mata de rosa Para el Remate Que la escogió Dios Regalada Prenda Para su esposa Para el Niño infante
Ese tu vientre Es un sagrario Donde guardaste Tu hijo sagrado