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Misterios Dolorosos Cuarto Misterio.

Ángel Divino y sagrario El Camino del Monte Calvario.


Nuestra gloria cantaremos Por la calle de la amargura
En ella contemplaremos Llevando en hombros la Cruz
Los misterios del rosario El sacro sol de la luz
A vos Padre celestial Lo abrazaba con ternura
Del cielo Salvador nuestro Sintiendo su alma pura
Antes de decir Padre Nuestro Aquella pena mortal
Digamos por la señal Quinto Misterio
Primer Misterio. La Crucifixión y Muerte
La Oración en el Huerto. De Nuestro Señor.
Cuando en el huerto sudó Afligida y angustiada
Sangre entre la agonía Viste como un soldado
Oh dulcísima María A tu Hijo abrió el costado
Que en el alma se estampó Con una fuerte lanzada
Y de Dios no se olvidó Y hasta el sepulcro llegada
Vertiendo vino cordial Le acompañaste leal
Segundo Misterio. Epílogo
La Flagelación del Señor. Tus devotos, Oh María
En una columna ha sido Virgen y Madre de Dios
Mi buen Jesús azotado Hoy te ofrecimos a vos
Su cuerpo muy bien llagado El rosario de este día
Con dolorosas heridas Con contrición y agonía
Y su cuerpo se lastima Y con dolor fraternal
En un llanto de cristal Sois concebida María
Tercer Misterio Sin pecado original.
La Coronación de espinas.
Púrpura, caña y corona
De espinas y guarda ley
Pusieron a Cristo Rey
Y así el pueblo lo abandona
Cuya injusticia pregona
Y lo hace un cardenal
Pastorcilla VII
Salve Virgen pura Es contra el infierno
Salve Virgen madre Tu poder tan grande
Salve Virgen bella Que libra las almas
Reina y Virgen Salve De fieros volcanes
I VIII
Gozaste María Y si al purgatorio
Patrona del Carmen Vuelven tus cofrades
Son tus alabanzas Pedimos señora
Que dan tus cofrades No nos desampares
II IX
Vuélvete a nosotros Muéstranos María
Oh Piadosa Madre Oh Benigna suave
Esos son tus ojos De tu puro vientre
Llenos de piedades El fruto admirable
III X
A tu Amparo buscan Oh clemente, oh pía
Oh Benigna Suave Oh cándida ave
De tu puro vientre Oh dulce María
El fruto admirable Salve, salve, salve
IV
Si por nuestras culpas Salve Virgen Pura
Penas a millares
Pedimos señora Dios te Salve, Virgen Pura
No nos desampares Que anuncia nuestra
V esperanza
Eres del Carmelo Madre de Dios, del Carmelo
La Pastora amable Vida dulzura y del alma.
Que hoy a tus ovejas
Le das pasto suave Salve, Salve Reina, Salve.
VI
Nuestro escapulario Como el sol entre las nubes
La cadena grande Como la rosa entre abrojos
Con la que aprisionas Así entre todos los santos
Al dragón infame Luces tus hermosos ojos.
Eres médica divina Maria y Mater in Gracia
Del cielo tan admirable Mater Misericordiae
Y como piadosa cura Tu no sabo de un protive
La dolencia de los males Adore pienso de un protive
En so tibi que en gloria
Aquí se queja Un doliente Y una sose maria te niengue
Padece de enfermedad Y un Patri santo espiritu
Pidiéndole medicina Y un seculo seculorum. Amén.
A la divina piedad
Bendito y alabado
No te pido que me deis Sea el Santísimo el Misterio
Todo el aliento cumplido De la Santísima Trinidad
Pido que me deis dolor Santísimo Sacramento
A tu hijo verle ofendido. Soberano del Altar
Soberano del Altar
Que le ofendemos Y María fue concebida
Y le ofendimos Sin pecado Original
A tu hijo como inocente
Ora Señora pro nobis Alabad el Dulce nombre
Y danos el fruto de tu vientre. Que al cielo causa alegría
Haré que el infierno tiemble
A ti Reina que alumbraste Al decir Ave María
Y con tus ojos míranos Ave María
Ruega a Dios por tus devotos Y con la luz de la gracia
Que acompañándote estamos Fue concebida María

A ti Reina que alumbraste Alabad el Dulce nombre


Recibe mi alma alegría Que al cielo causa alegría
Y la esperanza que tengo Haré que el infierno tiemble
De verme en tu compañía. Al decir Ave María
Ave María
Y con esto adiós Pastora Y hoy los ángeles te cantan
Al pie del Santo Calvario Y Salve Reina, Salve.
Aquí se acaban los versos
Del santísimo Rosario
Gozos ¡Ay culpa, lo que me cuestas,
Oíd, mortales piadosos, no imaginé tur fiereza,
y ayudadnos a alcanzar: pues con tal tormento pago
Que Dios los saque de penas lo que juzgué ligereza!
y los lleve a descansar. ¡Cielos, piedad, basta, cielos!
¿Cuándo el día ha de llegar?
¡Oh vosotros, -caminantes,
suspended, oíd, parad, Padres, hermanos, amigos:
bastará sólo el oírnos ¿dónde está la caridad?
a mover vuestra piedad! ¿Favorecéis a un extraño.
Hoy pide nuestra aflicción y para mí no hay piedad?
que queráis cooperar: ¡Ea, venga una limosna,
siquiera sea el rogar!
No hay dolor, tormento, pena,
martirio, cruz ni aflicción, Hijo ingrato que paseas
que lleguen a ser pintura tan ricamente vestido,
de nuestra menor pasión; y a costa de mis sudores
solo alivio nuestros males descansas en tanto olvido:
de vuestro amor esperar: ¡mira a tu padre quemando,
y lo puedes remediar!
Aquí estoy en purgatorio
de fuego en cama tendido, Quizá en ti sería arbitrario,
siendo mi mayor tormento no obligación de justicia;
la ausencia de un Dios querido, pues no cumples testamento,
padezco sin merecer, aquí estoy por tu malicia;
por mí no basta alcanzar: abre los ojos, despierta,
paga, haciendo acelerar:
¡Ay de mí, ay, Dios severo,
Ay llama voraz, activa, Hermanos en Jesucristo,
ay bien merecido fuego, los que oís estos suspiros,
ay conciencia, siempre viva, si queréis, podéis sacarnos
ay justicia, que no cesa, de estos lóbregos retiros,
ay cuándo se ha de acabar! a la Virgen y a los santos
pedidles quieran mediar:
De Getsemaní en el Huerto La corona
sangre sudó el Redentor,
contemplando de estas penas Dios te Salve María
el gran tormento y rigor: Llena eres de gracia
al Padre Eterno se ofrece, El Señor de los cielos
no cesando allí de orar: Nos cubra con tu gracia

En vista de tal piedad, Esa tu Corona


no te olvides, oh mortal, Corona y bella
de este pío camposanto, Resplandecida
cementerio de hospital; De las estrellas
sigue, pues, la cofradía
que tierna te insta a clamar: Esos tus cabellos
Son lazo de oro
Atiende y mira, cristiano, Con que aprisionabas
que en aqueste cementerio A tu amado esposo
tal vez tus padres y deudos
esperan de ti el remedio; Esa tu frente
sufragios y sacrificios Es frente de plata
te suplican sin cesar: El platero es Cristo
Quien la arrebata
Fieles cristianos, amigos,
dad crédito a estos lamentos, Esas son tus cejas
obrad bien, fuera culpas, Son arca que impuso
para huir de estos tormentos. Dios contra las aguas
¡Socorro, piedad, alivio! Cuando el diluvio
concluimos con gritar.
Esos son tus ojos
Oíd mortales piadosos Son dos luceros
y ayudadnos a alcanzar: Que resplandecen
Que Dios nos saque de penas Allá en los cielos
y nos lleve a descansar.
Esa tu nariz Esas tus rodillas
Toda escogida Ten delicadas
Llena de incienso Que al ver a tu Hijo
Naveta ungida Ya se postraban

Esa tu boca Esos son tus pies


Es un diamante Flor de azafrán
Con que besaste Que al ver a tu Hijo
Al Santo Infante Iban detrás

Esa tu barbilla Ese ya tu cuerpo


Barba partida Todo glorioso
Donde a los sufrientes Hace que mis penas
Les das la vida Se vuelvan gozo

Esa tu garganta En la calle arriba


Garganta bella Va la custodia
Columna preciosa Y le acompañaba
Santa Doncella Nuestra señora

Esos tus brazos En la calle abajo


Brazos de bronce La vi bajar
Con los que abrazaste Nuestra Señora
A tu hijo doncel La del Pilar

Esos tus pechos En la Calle arriba


Que son manjares Va la custodia
Con que alimentaste Jesucristo en ella
Al Dios de los altares Va cantando Gloria

Esa tu cintura Dios te Salve María


Mata de rosa Para el Remate
Que la escogió Dios Regalada Prenda
Para su esposa Para el Niño infante

Ese tu vientre
Es un sagrario
Donde guardaste
Tu hijo sagrado

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