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ENSAYO

PUERTO RICO

Luis Rafael Sánchez


La generacíón o seo

Recientemente el adverbio flexibiliza la distancia tempo-


ral- un estudiante
-y
contestaba a mi pregunta sobre la mala novela
de un buen poeta de la manera siguiente: "O sea que el personaje se
suicida a sl mismo con pastillas de dormir, o sea que el personaje se
mata a sl mismo, o sea con una dosis grande de supositorios".
La referencia al personaje gue, en el colmo de las osadlas, se
suicida a sl mismo, no es la noticia más relevante de la resPuesta
citada. Thmpoco lo es el testimonio curioso de la ingestión masiva
de supositorios aunque una cantidad generosa de los mismos sinte-
tice la capacidad letal del exceso soporlfero: cada quién se suicida
por la vla de su apetito o preferencia. De las formas que ha de tomar
el suicidio no hay legislación vigente: lo que rwela, además, la nece-
sidad urgente de publicar un breviario sobre el particular en la hipo-
tética serie coleccionable Hágah personalmente. Tal publicación
anitaúao fomentarla no sólo suicidarse en primavera sino que tam-
bién los suicidios ejemplares como el que escoge pero
-§q¡¡¿5s65o
6f6sus¡¡s- el protagonista de la novela española del siglo Y,I Cár-
cel de amor.
La noticia relevante de la respuesta citada es la repetición, una,
diez, cien veces de la frase o sea, utilizada como angustioso recurso
de ciego de la lengua que adelanta ese torPe bastón inseguro y vaci'
Iante; o sea que reclama la palabra distante que ni llega ni alumbra
406 EL PLACER DE LEER Y ESCRIBIR / ANTOLOGíA

porque ha sido almacenada en la región de la inteligencia que llama-


remos, arbitrariamente, de la expresión cierta; región desde la cual
asimos la realidad o la porción de aquélla que nos importa y con-
mueve, hecha toda de palabra la realidad.
En el acopio, la selección y el inventario de las palabras que tota-
lizan la pertenencia individual lo que se hace es acopia¡ seleccionar e
inventariar nada menos que Ia idea misma de la vida y, a su vez, las
invol'uciones y las revoluciones que la configuran: toda palabra nos
ficha, taxativamerlte, en la moral. Fecha y ficha plenamente comple-
tada por la simple manifestación del pensamiento más simple.
Escribo en puertorriqueño cuando llamo a la frase o set recvrso
ciego de la lengua o muleta dolorosa de quien ha sido educado para
no serlo, educación, la oficiada en el salón de clases, reducida al 4pa-
rato circunstancial justamente prescindible. Cuando el estudiante
aludido en el párrafo inicial se lanzaala exposición desde el equívo-
co trampolín que es la frase o sea, adelanta que no dispone de la
palabra que más tarde, en el reconocimiento de la impotencia ver-
bal, jurará tener en la punta de la lengua. La
-paradójicamente-
frase o sea pretende completar, precisar o hasta traducir una afirma-
ción primera: o sea que el personaje se suicida a sí mismo con pasri-
llas de dormir a una lengua creída-mente eficaz: o sea que el personaje
se mata a sí mismo.
La reacción siguiente a lo que apenas sl es balbuceo lógico es
francamente desoladora: donde no ocupa espacio la palabra se colo-
ca una sonrisa mediana o mediadora, se organiza una gesticulación
trunca, se oscurece la sllaba última de la oración como advertencia
de la limitación o mutilación expresiva aunque la causa se desconoce
o se aparenta desconocer.
Escribo en puertorriqueño cuando digo que entre nosotros no
se maneja la lengua con comodidad, con soltura y cabalidad, con la
naturalidad y el empeño de aquel para quien la lengua no es motivo
de tensión, pero sl el aparato que transmite su vibración íntima: la
espiritual, la ideal, la material: ¡Ojo! No me refiero a una lengua de
falsificado hispanismo y casticismo maltrecho, refulgente de manto-
nes, castañuelas y zetas que quiebran el oído.
Th"mpoco a una lengua de soterrada intención clasista y erudi-
J

AO7

ENSAYO / Lo generoción o seo

con',1
ción de antologla descompaginada
las directivas de clu
:¡;:: :t*:: fi 3m:;
;;;;. *tes"y tiencias' entre no-
il;;o"t t,n larga'carrera ha hecho
poesía de pendejismt la pala-
ilt*i1 la experiencia desde
,o.ror. Hablo dtl t-b'""'ill en la posesión trrme'
lo"t'''h'*ü;;f" dificultad
bra corrientt, pese a Ia
nuestra lengua' nuestra única lengua'
,rrofunda, clara, de
;;;;i;; úu'q"ática del bilingüismo' : a la piedad del o sea
la recurrencia
La vacilación tto*i""ti'I' se efectúa, la sustitución
de
p..rrr-Jrrr. qr. jyar
rraductor a. rrn
¿t grotesca manufactura
comoel
las palabras
"'lt' Pt;i;;1;'ii""'
dri,l^d"aelcoso'1i"'i{;i,t"":::::::TK:-;.::3'K':::
;;;';i,",,::""':IX:#,*l:"X;:[ffi
uurvu¡lse- /
ffi ;,1;"'niveres
la educación amblvalenrc'
il;;ñ$'rT'"il''"I":Tilirtlll':iuguetonas.d'9'l''j'
r" ,i, u r" ri,r"'" y la principal
park, faldas d. r, *r'ir. fi" "u"a", v árbol de
cherry
escolar v el cura' ü))t"" ii;;;-' d'Li"'ol"
derperdonad,,r""';í;';.:;;l;:"I1lt;::; j"Ii,tff ::lll
lr*',:,tlx::::llj:'#"'J':'Ji:;il;ú;;'*¡l'-':*
en su artículo
"Amol escrtbe con se
mente, el escritorS,af;],dl;fió niño revierte a la reduc-
r", selva oscura t ;fr"** **;i; tinglt"
tl además de ser gordito
ción más pueril e'"""i"'"t el niño "iRito niño dene una
felto o graciosito; el
o flaquito, Ptl'di;;;;;ito' elniño toma lechia errYezde leche -
en vez dt;; nariz'
naricita
-"-i''caqulta
i;' ¿'at[lil,i:
.i .,i."io
"1'J:";; una [X"t.JiT;
defeca
ür"li,"t-, el niño
en una cunita' pero
nuncÍI
tt o"á" Jo'-i¿i.o i"n"it'y ttasta ausPicia el
caca blanda' "tiit] j;;:j;;;"meración t'
dormido en una enanitos esla
ato**;;;' Y b'''¡'t'
razonamient' -;il;;;-q*.
#Fi" -e*;l*';:l[
LaprotecctÓ"otT"l:^"'-'i"-
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de poder' un arma
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mucho *a' q" *"" P"l+'.'t t"t' licencia para insta-
dt 1" circunstanci"'
permite 1" *o¿ifi""aá"
408 EL PLACER DE LEER Y ESCRIBIR / ANTOLOGIA

larse en el mundo. Thas ese chiquiteo inicial se dispone la reducción


de la palabra en su contenido y su n(tmero; falsa, torpemente, se
asume que el niño niñito está incapacitado para acumular un voca-
bulario amplio y exacto. Del chiquiteo cuyos itos e itas presuPonen
una inmensidad de dulzura y cariño, se pasa a la utilización de los
términos de grotesca manufactura como el d¿so,la d¿sa, el coso, el
cosito, la cosita,la uaina, el aparatito qlue es corno una cosita redon-
d,ha¡ sustitutivos imposibles para una nominación correcta del obje-
to. Mediante este proceso la realidad se elementaliza hasta hacerse
extraña y desconociday la palabra se niega y se escamotea. La facili-
dad necia que se le adelanta al niño en los años del ahorro léxico se
convierte, unavez adulto, en la más patétice de las dificultades: la
imposibilidad de la fluidez verbal meramente aceptable.
La escuela puertorriqueña es un carnaval de veleidades: bailoteo
y caridad putrefacta, ropaje y máscaras alegrotas, ceremoniales de
graduación y santoral académico, Patrulla Aérea Civil y Futuras Amas
de Casa de América: orientación rotunda para la desorientación ro-
tunda. La tonterla se eleva a categorla, la frivolidad también. Como
si el norte de todo el sistema educativo puertorriqueño fuera el fraca-
so estrepitoso.
Escribo en puertorriqueño y llamo generación o sea a aquella e*
la que se le pospone la construcción de la I ial de la
bra: ññf ó-trai. Esa libertad se cu cuando el
individuo se educa para saber el nombre exacto y escueto de las co-
sas, sin falsificaciones, sin bizquera semántica, sin desos ni o sea trá-
gicos que impiden informar y llanamente- que un personaje
se ha suicidado con soporlferos.
-lisa
En su libro El laberinto de k soledad, afirma el mexicano Octavio
Paz que "la crítica del lenguaje es una crltica histórica y moral".
Buen tratado para un comienzo: palabra, historia y moral en una
sola ecuación.

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