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Apoyo emocional al paciente por parte de la familia

Importancia del apoyo emocional al paciente

Todas las personas, necesitan y merecen unas condiciones que propicien apoyo,
sostén seguridad y autoestima, incluso si no son pacientes, sino meros seres humanos en
un momento crítico de su vida. Nadie puede sentirse bien durante mucho tiempo sin
contar con el apoyo de alguien significativo o algo útil que le ayude a manejarse con los
problemas. De cara a su curación, los pacientes simplemente necesitan más apoyo,
sostén, seguridad y autoestima. En conjunto, tales factores constituyen lo que podría
llamarse apoyo emocional y social para afrontar los problemas potenciales y reales.

La familia es la mayor fuente de apoyo social y personal de que pueden disponer


las personas. Diversos estudios han mostrado que las personas que disponen de un
sistema de apoyo familiar efectivo soportan mejor las crisis de la vida; así mismo el
impacto del estrés es mucho menor que en las personas que no tienen este tipo de
apoyo.

El tratamiento de una enfermedad no es un proceso sencillo dado que, para


superarlo, es necesario brindar una atención multidisciplinaria que vaya más allá de la
relación entre el paciente y la institución de salud que lo atiende, permitiendo así
mejorar la calidad de vida de los enfermos.

La presencia constante de familiares es, por tanto, de especial importancia en la


sanación. La gran mayoría de entendidos en la materia afirman que “en la recuperación
de los pacientes, además del tratamiento farmacológico, otro aspecto fundamental lo
constituye el apoyo familiar, puesto que de dicho apoyo dependerá la integración de las
personas”; esto último, se refiere a la calidad de vida, factor que va mucho más allá de
disminuir las afecciones propias de alguna enfermedad, ya que juega un papel crucial en
la evolución del tratamiento médico debido a la influencia anímica que tiene en el
paciente.

Tómese en cuenta que una enfermedad no implica solamente una condición de


salud, sino que también se convierten en un proceso de adaptación y cambio de
esquemas sociales. El enfermo necesita un soporte emocional que le permita lidiar con
todas estas etapas de manera óptima y, sobre todo, la noción de que su cotidianidad no
se verá severamente alterada por su padecimiento. En este sentido, el apoyo de los
familiares del paciente cumple una función sumamente importante, puesto que incluye
muchas tareas cotidianas al convertirse directamente en proveedores de atención en la
salud (control de medicamentos y horarios de visitas médicas, primeros auxilios, etc.)
control en alimentación y funciones básicas.

El soporte emocional que brinda la familia no puede igualarse en ninguna


instancia, ni siquiera con la relación que el paciente forma con su doctor, aun cuando
este es quien puede darle las respuestas que necesita en los momentos de incertidumbre.
Otra de las funciones más importantes que se cumplen gracias al apoyo familiar
es el de la conservación de la identidad. Es muy común que el sujeto enfermo pierda su
identidad personal y pase a ser solo “el enfermo”, definido completamente por su
condición. El acompañamiento permite retomar aspectos básicos y típicos de la
convivencia familiar, y gracias a ello, el paciente puede continuar apegado a sus
costumbres.

Finalmente, otra cuestión importante es la de la seguridad de los familiares desde


el punto de vista del paciente, ya que este, consciente de que su familia también
atraviesa por una crisis, desea reconfortarlos y brindarles la seguridad de que está bien.
Es por ello que resulta de vital importancia que el paciente perciba que sus familiares se
alimentan, descansan y se asean, para así poder enfocar todas sus energías en su
recuperación; las preocupaciones y situaciones de estrés pueden convertirse en factores
de riesgo para el tratamiento y perjudicar de manera permanente el tratamiento médico.

Dimensión Socio Emocional del Ser Humano

La salud se hace cada día más integral. La salud mental implica la capacidad de
un individuo para establecer relaciones armónicas con otros y para participar en
modificaciones de su ambiente físico y social y de contribuir con ello de modo
constructivo.

En el área socio emocional intervienen procesos y enfoques explicativos además


del desarrollo del autoconcepto y la autoestima, desarrollo y aprendizaje de habilidades
sociales, el grupo de pares, la escuela y la familia como contextos de desarrollo afectivo
social en situaciones educativas.

Dimensión afectiva o emocional

La dimensión afectiva se refiere, como su nombre lo indica, a todas las


emociones y sentimientos que experimentamos.

La salud emocional es de vital importancia para lograr la armonía y el equilibrio


que se requiere para obtener una adecuada calidad de vida.

Existen varios tipos de emociones positivas: alegría, regocijo, gozo, excitación,


admiración, amor, armonía, calma y sosiego.

Las emociones y los sentimientos son inherentes a la naturaleza humana, éstas


han sido adquiridos mediante el aprendizaje y la imitación de quienes nos rodean.

Las emociones negativas o destructivas son aquellas que dañan a los demás y a
nosotros mismos.

Existen reacciones físicas y cerebrales que acompañan a las emociones tanto


positivas como negativas.
Respeto y dignidad
A diferencia de un cuidador profesional, usted conoce a la persona que cuida.
Conoce a la persona por completo, lo que le gusta y no le gusta, sus fortalezas y
debilidades individuales además de sus deseos y necesidades.
Es muy fácil caer en una actitud “protectora” cuando se cuida a otra persona,
especialmente si se trata de un miembro de la familia. Pero necesitamos comprender que
a no ser que la persona esté pasando por un trastorno cognoscitivo (daño cerebral debido
a un derrame cerebral, demencia u otro problema de salud), él todavía toma las
decisiones sobre su vida. A veces, la persona podría tomar decisiones que usted no
tomaría, pero es su decisión. Esto puede ser difícil para usted, como cuidador, pero debe
tener cuidado y estar alerta para no caer en la sobreprotección.
Una de las necesidades humanas más importantes es el respeto y la dignidad y
esta necesidad no cambia cuando la persona se enferma o queda discapacitada, de
hecho, ésta podría incluso acentuarse más.
Respetar su privacidad física y emocional.
 Cerrar la puerta cuando lo ayuda a vestirse o a usar el baño.
 Tocar la puerta antes de entrar.
 No comentar información privada con otras personas, aunque sean miembros de
la familia, sin su permiso.
Respetar su derecho a elegir.
Al tomar decisiones, sentimos un cierto control sobre nuestra vida. Por ejemplo,
si la persona puede hacerlo, dependiendo de sus límites y alcances, permita que decida
qué y cuándo comer.
 Si la persona tiene problemas cognoscitivos, ofrézcale opciones sobre qué
comer, cuándo comer, qué usar. Si la persona insiste en usar la misma camisa
todos los días, use una toalla como protección cuando coma y lave la ropa en la
noche.
 Si piensa que una decisión es tonta o nada importante, trate de ver por qué es
importante para la persona.
 Si la persona se niega a tomar sus medicamentos o toma decisiones que pudieran
ser peligrosas, trate de negociar una posible solución. Ofrézcale las píldoras con
su refrigerio favorito (si la receta lo permite), acepte bañarla sólo con la
frecuencia absolutamente necesaria, planifique un tiempo para que alguien salga
a caminar con él si no es seguro que lo haga solo.
Trátelo con dignidad.
 Escuche sus preocupaciones.
 Pídale su opinión y hágale saber que ésta es importante para usted.
 Hágale participar de tantas decisiones como sea posible.
 Inclúyalo en la conversación. No hable de ella como si no estuviera presente.
 Háblele como a un adulto, incluso cuando usted no esté seguro de cuánto
entiende.
Filosofía de vida independiente
La Filosofía de vida independiente es un concepto que ha surgido del deseo
natural que los pacientes tienen de ejercer control sobre su vida. A grandes rasgos, esta
filosofía afirma que todos, enfermos o no, tienen el derecho y oportunidad de seguir un
curso de acción en particular y esto implica la libertad de aprender de nuestras
experiencias, incluyendo nuestros errores.
Manejo de la depresión, quejas excesivas, comportamiento exigente y
resistencia.
Si la persona que usted cuida depende de otras personas para su cuidado
cotidiano, podría sentir una pérdida del control sobre su propia vida.
Ocasionalmente podría sentirse frustrado o indefenso. Su personalidad y
comportamiento podría cambiar debido a los cambios emocionales y físicos que
atraviesa.
Con el estrés ocasionado por una enfermedad, una persona que siempre tuvo una
personalidad difícil podría convertirse en una persona aún más difícil. Cuando una
persona se enferma, cambia no solo su vida, sino la de todos a su alrededor. Si usted
puede reconocer los motivos por los cuales una persona es difícil y aprender métodos
para manejarlos, eso ayudará a ambos a mantener una relación más saludable y
sobreponerse a un período difícil.
Cómo manejar un comportamiento difícil
 No siempre se puede controlar el comportamiento de la otra persona, pero sí se
puede controlar la manera en que uno responde a éste.
 Concentre su respuesta en el comportamiento, evite culpar su personalidad o
acusarlo de ser una “mala” persona.
 Si la persona actúa enojada, no lo tome personalmente.
 Usted está haciendo lo mejor que puede en una situación difícil. Culparse a sí
mismo no solucionará nada.
Quejas excesivas y comportamiento iracundo
Las enfermedades y las discapacidades afectan a todos de manera distinta.
Algunas personas que necesitan la ayuda de otros se irritan fácilmente. En ciertos
momentos podrían parecer triviales o exigentes. La persona se podría enojar porque
usted le puso demasiada crema en el café. Al perder control sobre parte de su vida, la
persona podría estar buscando algo que si puede controlar.
¿Qué puede hacer usted cuando alguien actúa de modo no razonable o le
hace exigencias?
 No ignore sus sentimientos.
 Decir “No tiene importancia” no ayudará, incluso podría enojar más a la
persona. Más bien, pruebe algo como, “Parece estar muy frustrado. ¿Qué
podemos hacer la próxima vez para mejorar?”
 Permita que hable sobre su enojo. “¿Qué te hace sentir así?” “¿Pareces estar
molesto, te puedo ayudar?”
 Haga un esfuerzo por respetar exigencias que a usted le pueden parecer triviales,
pero que son muy importantes para la persona.
 Busque algo en lo que ambos estén de acuerdo. “Sí, el cartero ya no viene tan
temprano como antes.” “Tienes razón, estas sábanas están completamente
arrugadas.”
Dele una oportunidad de tomar decisiones y de estar en control.
“¡Qué vamos a desayunar hoy, avena o huevos?” “¿Quieres bañarte antes o
después del desayuno?”
Busque patrones en el comportamiento iracundo.
Quizás sus arranques de ira siempre suceden en la tarde o en aquellos días en
que usted está apurado o estresado.
Trate de interrumpir el patrón.
Si usted puede evitar los eventos que anteceden a un arranque de ira podrá
reducir la frustración para ambos.
Dé la lucha sabiamente.
Si usted le está haciendo muchas exigencias sobre la comida, cómo moverse o
descansar, la persona podría ponerse irritable. Elija lo que es verdaderamente
importante y pase por alto lo demás. Cualquiera se podría enojar si le dicen que no
puede dejar nada en el plato.
Descanse.
Si cualquiera de ustedes está perdiendo el control de la situación aléjese.
Respire profundo un par de veces, cuente hasta 10 y grite para sus adentros
mientras ambos se calman.
Comportamiento ansioso o exigente
Una enfermedad crónica podría hacer que la persona esté más ansiosa de lo
normal. Podría preocuparse de pequeños detalles sobre sus medicamentos, su presión
arterial o sus niveles de glucosa sanguínea.
Podría hacer exigencias constantes o poco razonables. Podría negarse a que
nadie, excepto usted, le haga la cama.
La ansiedad puede hacer que se sienta inquieto o mareado, podría tener
bochornos o escalofríos o podría sentir taquicardia. La ansiedad también puede causar
irritabilidad, depresión, insomnio y falta de concentración.
Si usted cuida a alguien que está demasiado ansioso, trate lo siguiente:
 Trate de identificar lo que lo podría hacer sentir ansioso (demasiada cafeína; ver
películas violentas en la televisión) y reduzca esas cosas.
 Busque los sentimientos detrás de las exigencias. Una persona con problemas
para respirar podría exigir que se abran las ventanas en un día frío porque siente
que le falta el aire.
 Actúe suavemente para calmarlo. Tranquilícelo diciéndole que todo está bajo
control mientras acaricia el dorso de su mano o nuca puede reducir los
sentimientos de ansiedad.
 Acepte su necesidad de controlar las cosas. La persona podría exigir que ciertas
cosas se mantengan en un lugar específico en su mesa de noche porque no tiene
la energía de levantarse a buscarlas.
 Tranquilícelo diciendo “tenemos suficiente tiempo” NO “todo va a estar bien”.
 Dele privacidad y espacio personal.
Depresión
Las personas se pueden deprimir por muchas razones: un efecto secundario de
un medicamento, pérdida de la vista o del oído o estrés. Una enfermedad que causa un
dolor crónico, discapacidad o dependencia puede iniciar la depresión y ciertas
condiciones médicas de hecho pueden inducir a la depresión. En las áreas lluviosas de la
costa norte del Pacífico, los días cortos del invierno pueden desencadenar el trastorno
afectivo estacional (SAD, por sus siglas en inglés de Seasonal Affective Disorder). Las
personas que ya tienen una baja autoestima son especialmente susceptibles a la
depresión.
Los síntomas de la depresión pueden ser difíciles de reconocer. Muchas
personas podrían expresar su angustia emocional en términos de síntomas físicos.
Algunas personas podrían ocultar sus sentimientos porque consideran la depresión
como una debilidad.
¿Qué hacer si se piensa que una persona está deprimida? Lo primero es
hacerle un examen físico completo para descartar cualquier problema médico. El
médico puede recetar medicamentos que harán que la persona se sienta mejor.
A veces, consultar a un psicoterapeuta puede ser útil, por sí sola o en
combinación con medicamentos. Si la persona deprimida se niega a solicitar ayuda,
usted puede visitar al terapeuta para que le ayude a entender mejor la depresión y cómo
puede ayudar en el proceso de recuperación.
Cómo mejorar la vida cotidiana
Todos necesitamos encontrar agrado en nuestras vidas cotidianas. El cuidado
más importante que dará no tiene nada que ver con los medicamentos, baños o
alimentación. Una risa o una taza de té compartida es tan importante para nuestro
bienestar como una dosis diaria de vitaminas.
La buena salud es mucho más que un cuerpo sano. Ambos vivirán mejor y
gozarán más de la vida si usted cuida sus necesidades emocionales y espirituales tan
bien como las necesidades físicas.
Incluya actividades agradables en su rutina cotidiana
Las investigaciones demuestran que participar con frecuencia en actividades
agradables reducen los síntomas de depresión en los cuidadores y en las personas que
ellos cuidan.
Algunas ideas de actividades agradables son:
 Comparta una historia divertida o un chiste.
 Salga. Dé una vuelta, visite un parque, vaya al campo o al zoológico.
 Busque algún video para ver en casa.
 Cocinen juntos.
 Participen en concursos.
 Trabajen juntos en el jardín. Y otras actividades.
 Llame a un programa de conversación en la radio.
 Participe en juegos de salón. Cambie las reglas si es necesario.
 Doblen la ropa lavada juntos.
 Lean revistas buscando una nueva receta.
 Graben una cinta con historias familiares.
 Recuerden viejas historias. Las personas mayores a menudo gozan de pensar y
hablar sobre tiempos pasados, frecuentemente más felices.

Bibliografía
DSHS Warehouse. (s.f.). Manual del cuidador. Una guía para cuidadores
familiares y otros cuidadores no pagados que cuidan un adulto o anciano discapacitado.
Recuperado de: www.aasa.dshs.wa.

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de Estudios Superiores de Tamaulipas. Recuperado de: http://www.iest.edu.mx/revista-
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