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DERECHO CAMBIARIO – SEGUNDO CUATRIMESTRE 2016 – PRIMERA PARTE

BOLILLA I

LOS TÍTULOS VALORES.-

Introducción.-

Son títulos que nacen en razón de las necesidades de la economía moderna para cuyo desarrollo es
imprescindible el CRÉDITO (se difiere el cumplimiento de una obligación por adquirir un bien actual. Los
intereses compensatorios, son por diferir el cumplimiento): el crédito permite realizar negocios que suministran
riqueza presente a cambio de un reembolso futuro, es decir, operaciones bilaterales donde las partes
acuerdan que la prestación a cargo de una de ellas es actual e inmediata, mientras que la contraprestación de
la otra se difiere en el tiempo. Los títulos valores son para hacer circular riqueza en forma rápida, certera y
segura, privilegian o benefician al acreedor resguardando su crédito.

El tráfico mercantil moderno necesita que el crédito circule y que esa circulación reúna ciertas características:

1. CELERIDAD (en cuanto al tráfico del crédito).

2. CERTEZA (en cuanto a la existencia del crédito).

3. SEGURIDAD (en cuanto a la realización del crédito).

Cesión de créditos: Una de las primeras figuras utilizadas para transmitir el crédito fue la CESIÓN DE
CRÉDITOS; sin embargo, la misma no logró garantizar dichas condiciones principalmente por cuatro (4)
motivos:

a) Debía celebrarse por escrito, mediante un contrato.

b) El acreedor –cedente– debía notificar al deudor –cedido–.

c) El acreedor –cedente– no respondía por la insolvencia del deudor, sino sólo por la existencia y
legitimidad del crédito cedido.

d) Había acumulación de excepciones, motivo por el cual el deudor podía oponer al nuevo acreedor todas
las excepciones y defensas que tenía contra su acreedor originario.

ARTICULO 399 CCCN.- REGLA GENERAL. NADIE PUEDE TRANSMITIR A OTRO UN DERECHO MEJOR
O MÁS EXTENSO QUE EL QUE TIENE, SIN PERJUICIO DE LAS EXCEPCIONES LEGALMENTE
DISPUESTAS.

DEFINICIÓN DE LOS T.V.:

A) CESAR VIVANTE:

La doctrina creo los llamados “títulos de credito” – hoy denominados Titulos valores por el código civil y
comercial- definidos por CÉSAR VIVANTE como “el documento necesario para ejercitar el derecho literal
y autónomo expresado en el mismo.”

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De acuerdo con esta definición, el título valor se compone de dos elementos: 1) DOCUMENTO (elemento
material); y 2) DERECHO (elemento obligacional), entre los cuales existe una relación originaria y
permanente. Ambos conforman una estructura funcional, toda vez que interactúan mutuamente sin que exista
preeminencia de ninguno de ellos: el derecho no existe fuera del título y, a su vez, el título nace como tal
cuando el derecho se incorpora al documento.

Así, el fenómeno de los títulos valores consta de dos etapas:

1. La objetivación del crédito.

2. Una vez objetivado, la circulación conforme las reglas de la transmisión de cosas muebles, donde las
dificultades señaladas no se presentan o lo hacen en un grado notablemente inferior.

La regla en el ámbito de la circulación de las cosas muebles (no registrables) está plasmada los artículos
1895 (antes era el art. 2412 del CC) y 1939 del C.C.C.N que establece que “ARTICULO 1895.- Adquisición
legal de derechos reales sobre muebles por subadquirente. La posesión de buena fe del subadquirente de
cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o perdidas es suficiente para adquirir los
derechos reales principales excepto que el verdadero propietario pruebe que la adquisición fue
gratuita.

Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin inscripción a favor de quien la invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de quien la invoca, si el respectivo régimen especial
prevé la existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y éstos no son coincidentes.”

Para poder aplicar esta regla a la circulación de los derechos fue necesario “objetivarlos”, esto es, considerar
al documento como el continente, y al derecho como el contenido, de modo tal que regulando la circulación
del documento quede regulada la circulación del derecho. De esta forma, se enfoca al documento como el
elemento principal y al derecho contenido en él como un elemento accesorio, aunque considerando que entre
ambos existe una conexión originaria y permanente: para adquirir el derecho es necesario adquirir el
documento; para ejercer el derecho es necesario poseer el documento; y para transmitir el derecho es
necesario transmitir el documento. Esta compenetración entre el documento y el derecho fue designada
por Savigny como Teoría de la Incorporación y representa el consorcio indisoluble que existe entre ambos
elementos: el derecho siempre va a estar vinculado (desde su origen, en cada transferencia y durante su
ejercicio) con el documento y éste determinará su contenido y medida, de modo tal que sin documento no
hay derecho y el acreedor no podrá suplir con otro medio la falta de posesión del título.

La “cosificación” de los derechos crediticios permite aplicar al documento, en tanto res o cosa mueble, el
principio según el cual “la posesión de buena fe vale título”, pero con una mayor amplitud que la que surge del
artículo 1895 del CCyC., ya que no se aplica la parte que refiere a cosas muebles no registrables hurtadas o
perdidas.

De esta forma, se protege al portador de buena fe en el ámbito de la circulación: como consecuencia de la


objetivación, el crédito se regirá exclusivamente por la forma en que está expresado en el papel –literalidad–;
y por aplicación del régimen de circulación de las cosas muebles, con cada adquisición el nuevo portador del
documento adquiere el derecho en forma originaria, primigenia, como si hubiese nacido para él, con
prescindencia de los titulares anteriores –autonomía–.

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A través de esta construcción doctrinaria, se logran controlar los principales conflictos que plantea la
circulación de derechos y que son:

1. El problema de la adquisición a non domino: contra el mismo existe la autonomía, que implica que
quien adquiere el documento de buena fe conforme la ley de circulación del título, adquiere también el
derecho contenido en él de manera originaria y autónoma, sin que exista comunicabilidad de
excepciones.

2. El problema de que el derecho transmitido sea inexistente o insuficiente: contra el mismo existe la
literalidad, que implica que el contenido y extensión del derecho se rige exclusivamente “por lo que
está escrito” en el propio documento.

3. El problema de la eventual insolvencia del deudor: contra él existe la solidaridad cambiaria, que implica
que todos los firmantes del título responden por la solvencia del deudor y quedan obligados
solidariamente frente al poseedor legítimo. De esta forma, cuanto más circule el título y más firmas
haya insertas en él, mayores garantías tendrá el poseedor de hacer efectivo su derecho.

Así, autonomía y literalidad constituyen dos (2) caras del fenómeno de la “incorporación”: la autonomía opera
en el ámbito de la circulación, mientras que la literalidad opera en el plano de la constitución del derecho.
Además, se dice que la literalidad constituye el lado pasivo de la autonomía, porque enerva toda posibilidad
de oponer excepciones de cualquier naturaleza que no se funden en hechos o relaciones no mencionados en
el título, mientras que la autonomía sólo permite repeler excepciones de carácter subjetivo, es decir, fundadas
en relaciones personales que unían al deudor con los anteriores poseedores (v. gr., quita, espera, vicios de
consentimiento, etc.), y que son inoponibles al actual poseedor dado el carácter originario de la adquisición.
La autonomía produce la incomunicabilidad de las defensas y excepciones personales: las mismas
dejan de acumularse con cada transferencia, motivo por el cual el deudor sólo podrá valerse de defensas
objetivas referidas a la inhabilidad de título (carencia o defecto de requisitos fijados por la ley) ó de
excepciones personales que procedan entre los obligados directos, eliminando la necesidad de investigar
cómo circuló ese crédito, si las firmas son auténticas o si los suscriptores son sujetos capaces (sólo se analiza
el aspecto formal del título).

B) CONCEPTO DEL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN:

“ARTICULO 1815.- Concepto. Los títulos valores incorporan una obligación incondicional e irrevocable de una
prestación y otorgan a cada titular un derecho autónomo, sujeto a lo previsto en el artículo 1816.

Cuando en este Código se hace mención a bienes o cosas muebles registrables, no se comprenden los títulos
valores.

ARTICULO 1816.- Autonomía. El portador de buena fe de un título valor que lo adquiere conforme con su ley
de circulación, tiene un derecho autónomo, y le son inoponibles las defensas personales que pueden existir
contra anteriores portadores.

A los efectos de este artículo, el portador es de mala fe si al adquirir el título procede a sabiendas en perjuicio
del deudor demandado.”

El art. 1815, pese al nombre del el acápite (“concepto”) no brinda un concepto de título valor sino sólo
algunos caracteres ya vigentes y derivados de la clásica legislación de los títulos valores. Ello así
porque no hace referencia a sus alcances conceptuales sino simplemente alude a la incorporación de
una obligación e irrevocable de una prestación. La dificultad es evidente porque procura desarrollar en una
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primera parte general los aspectos que resultarán aplicables a dos tipos de títulos valores (los cartulares y los
no cartulares) claramente diferenciables y con ejes y bases de aplicación también distintos. Nótese en este
punto que la clásica definición de Vivante que remite al “documento necesario” no puede ser reescrita
en este punto por cuanto la actual noción de título valor incluye también a aquellos que no se
materializan en un documento sino en un registro.

El concepto propuesto por el código señala: “Los títulos valores incorporan una obligación incondicional e
irrevocable de una prestación y otorgan a cada titular un derecho autónomo, sujeto a lo previsto en el art.
1816”. En este artículo mencionado textualmente dice: “El portador de buena fe de un título valor que lo
adquiere conforme con su ley de circulación, tiene un derecho autónomo y le son inoponibles las defensas
personales que pueden existir contra anteriores portadores”.

De dichas disposiciones se derivan más que una noción conceptual algunos principios:

(i) Incorporación (ya sea a un título material y cartular o a un registro específico). Mediante esta
“incorporación” se procura la asimilación del derecho a un soporte y continente que le da sustento (sea
mediante su materialización en un título representativo o mediante su inserción en un registro determinado);

(ii) Autonomía (sin una clara determinación de los alcances de la autonomía, aun cuando parece haber
tomado partido por la no diferenciación con el principio de independencia). No brinda una noción de
autonomía ni hace énfasis en la desvinculación con la situación jurídica que tenía el transmitente, pero
focaliza en una de sus consecuencias: la inoponibilidad de las defensas personales que pueden existir contra
anteriores portadores;

(iii) Incondicionalidad (presente también en los demás títulos valores y que en algún punto se relaciona con
la completividad del título y su no referencia a elementos extraños del título).

Ratifica el no sometimiento del título a condición (suspensiva o resolutoria), evitando también que la
circulación (o validez) del título pueda estar atada a elementos ajenos al propio título.

(iv) Irrevocabilidad (sin entrar a tomar partido sobre las clásicas doctrinas en torno a la naturaleza del título
valor, en orden a la creación o emisión del título, pero ratificando la imposibilidad de revocar el acto cambiario
que en general es unilateral y no recepticio).

Las nociones vinculadas con la literalidad, completividad y legitimación se derivan naturalmente de las otras
disposiciones del codigo, razón por la cuál se puede afirmar que en este punto se respetan los clásicos
principios informados por la jurisprudencia y la doctrina de manera unánime.

Paralelamente, no se incorpora la “abstracción” como un principio esencial de los títulos valores, ni siquiera de
los cartulares, aun cuando tampoco los prohíbe expresamente (y por ello, lo permite no sólo en los títulos
actualmente permitidos sino cuando así las partes pudieran haberlo pactado). Alguna referencia expresa se
vislumbra en el art. 1820, 2° párr.., código , cuando refiere a “títulos valores abstractos no regulados por ley”.

RÉGIMEN DE COSAS MUEBLES.

El esquema clásico de cosificación que siempre rigió en los títulos valores parecería haber sido, sutilmente,
dejado de lado por el nuevo código civil y comercial cuando señala expresamente que cuando en este Código
se hace mención a bienes o cosas muebles registrables no se comprenden los títulos valores.Si bien la norma
(art. 1815, 2° párr.) sólo desecha la asimilación de títulos valores a cosas “muebles registrables”, no existe un
dispositivo que los asimile expresamente a cosas muebles no registrables.
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La exclusión conceptual del título valor como “bien mueble registrable” no abarca la imposibilidad de asimilarlo
simplemente como “bien mueble” (pues de otro modo sólo hubiera referido a la mención de “cosas muebles” a
secas y no a las registrables).

OTRAS NORMAS DE LOS TÍTULOS VALORES. DISPOSICIONES GENERALES.

ARTICULO 1817.- Pago liberatorio. El deudor que paga al portador del título valor conforme con su ley de
circulación queda liberado, excepto que al momento del pago, disponga de pruebas que de-muestren la mala
fe del que lo requiere. Sin embargo, si el deudor no recibe el título valor, se aplica lo dispuesto por el artículo
1819.
ARTICULO 1818.- Accesorios. La transferencia de un título valor comprende los accesorios que son
inherentes a la prestación en él incorporada.
ARTICULO 1821.- Defensas oponibles. El deudor sólo puede oponer al portador del título valor las siguientes
defensas:

a) las personales que tiene respecto de él, excepto el caso de transmisiones en procuración, o fiduciarias con
análoga finalidad;
b) las que derivan del tenor literal del título o, en su caso, del tenor del documento inscripto de conformidad
con el artículo 1850;
c) las que se fundan en la falsedad de su firma o en un defecto de capacidad o de representación al momento
en que se constituye su obligación, excepto que la autovía de la firma o de la declaración obligatoria sea
consentida o asumida como propia o que la actuación del representante sea ratificada;
d) las que se derivan de la falta de legitimación del portador;
e) la de alteración del texto del título o, en su caso, del texto inscripto según el artículo 1850;
f) las de prescripción o caducidad;
g) las que se fundan en la cancelación del título valor o en la suspensión de su pago ordenada conforme a lo
previsto en este Capítulo;
h) las de carácter procesal que establecen las leyes respectivas.

ARTICULO 1824.- Incumplimiento del asentimiento conyugal. El incumplimiento del requisito previsto en el
artículo 470, inciso b) en los títulos nominativos no endosables o no cartulares, no es oponible a terceros
portadores de buena fe. Al efecto previsto por este artículo, se considera de buena fe al adquirente de un título
valor incorporado al régimen de oferta pública.
ARTICULO 1825.- Representación inexistente o insuficiente. Quien invoca una representación inexistente o
actúa sin facultades suficientes, es personalmente responsable como si actuara en nombre propio. Igual
responsabilidad tiene quien falsifica la firma incorporada a un título valor.
ARTICULO 1826.- Responsabilidad. Excepto disposición legal o cláusula expresa en el título valor o en uno
de sus actos de transmisión o garantía, están solidariamente obligados al pago los creadores del título valor,
pero no los demás intervinientes.
Las obligaciones resultantes de un título valor pueden ser garantizadas por todas las garantías que sean
compatibles. Las garantías otorgadas en el texto del documento o que surgen de la inscripción del artículo
1850, son invocables por todos los titulares y, si no hay disposición expresa en contrario, se consideran
solidarias con las de los otros obligados.
ARTICULO 1827.- Novación. Excepto novación, la creación o transmisión de un título valor no perjudica las
acciones derivadas del negocio causal o subyacente. El portador sólo puede ejercer la acción causal contra el
deudor requerido si el título valor no está perjudicado, y ofrece su restitución si el título valor es cartular.
Si el portador ha perdido las acciones emergentes del título valor y no tiene acción causal, se aplica lo
dispuesto sobre enriquecimiento sin causa.
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ARTICULO 1828.- Títulos representativos de mercaderías. Los títulos representativos de mercaderías
atribuyen al portador legítimo el derecho a la entrega de la cosa, su posesión y el poder de disponerla
mediante la transferencia del título.
ARTICULO 1829.- Cuotapartes de fondos comunes de inversión. Son títulos valores las cuotapartes de fondos
comunes de inversión.

LA ESTRUCTURA DE LOS TÍTULOS VALORES: EL ELEMENTO REAL Y EL ELEMENTO


OBLIGACIONAL.

Los títulos valores poseen una estructura dual:

1. ELEMENTO REAL ó MATERIAL: ES EL TITULO MISMO, EL DOCUMENTO. Es el papel, el soporte


material necesario para la adquisición, ejercicio y transmisión del derecho literal y autónomo expresado
en el título. El documento determina el contenido y medida del derecho cartular.

2. ELEMENTO OBLIGACIONAL: ES EL DERECHO REPRESENTADO EN EL TITULO, es la declaración


de voluntad unilateral (del creador: librador), no recepticia, irrevocable, vinculante e
incondicionada que el librador exterioriza en el título seguida de su firma. Esta declaración
constituye la fuente jurídica del derecho cartular y de la obligación que la misma implica para quien la
efectúa.

Además, ambos elementos conforman una estructura funcional, es decir se dan en forma simultanea, toda vez
que interactúan mutuamente sin que exista preeminencia de ninguno de ellos por sobre el otro: el derecho no
existe fuera del título y, a su vez, el título nace cuando el derecho se incorpora al documento.

El papel (documento) donde se inscribe el derecho cartular es considerado por las legislaciones y la doctrina
mayoritaria como una cosa mueble corporal que, en sí mismo, posee un escaso valor económico. Pero
cuando se le incorpora una declaración de voluntad cambiaria seguida de una firma, nace una obligación a
cargo del firmante que correlativamente genera un derecho a favor del beneficiario, y que convierten al
documento en un título circulatorio que ahora sí adquiere un valor económico determinado, consonante con el
contenido de dicha declaración y del derecho que nace de ella: el valor económico del título reside,
entonces, en la expectativa de que la prestación allí prometida se concrete efectivamente.

De esta forma, se da una situación especial en la que el valor de un derecho real (derecho sobre el título)
depende del valor de un derecho obligacional (derecho contenido en el título). En conclusión, podemos decir
entonces que los títulos cartulares (papeles de comercio) poseen dos (2) funciones importantes:

- FUNCIÓN ECONÓMICA, pues tienden a facilitar la circulación de la riqueza en forma certera,


segura y rápida; además, su idoneidad para obtener el cumplimiento de la obligación que deriva
del título permite que éste pueda ser válidamente considerado como un sustituto de la moneda.

- FUNCIÓN JURÍDICA, que se concreta al otorgar al poseedor de buena fe inmunidad respecto de


las excepciones que el deudor pueda oponerle que no basen estrictamente en la relación
interpartes. De esta forma, opera como una excepción a la regla según la cual nadie puede
transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que posee y, recíprocamente, nadie puede
adquirir un derecho mejor o más extenso que el que tenía su transmitente.

Principio de incorporación: El fenómeno de los títulos valores gira alrededor de la objetivación del crédito.
La regla en el ámbito de circulación de las cosas muebles está dada en art 1895 – 1939 DEL CCCN. Para
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poder aplicar esta regla a la circulación de los derechos fue necesario objetivarlos, considerando el
documento que menciona el derecho como un continente, y el derecho mencionado como su contenido. De
modo que regulando la circulación del continente, por inferencia queda regulada la circulación del contenido.
Se plantea así la peculiaridad de la teoría general de los títulos VALORES, que consiste en enfocar el
documento como elemento principal y el derecho contenido como accesorio, considerando que entre ambos
existe una conexión originaria y permanente, de modo que para adquirir el derecho es necesario adquirir el
documento, para ejercer el derecho es necesario poseer el documento y para transmitir el derecho es preciso
transferir el documento.

Consideraciones finales 1 se puede afirmar que el CCyC recibe de una manera adecuada las reglas básicas
que permiten la reconstrucción dogmática correspondiente a la teoría general de los títulos valores. Al igual
que sus antecedentes en anteriores proyectos de unificación y reforma legislativa, las soluciones incorporadas
por el CCyC no han generado controversias en la doctrina, más allá de lógicos disensos en las preferencias
teóricas de los autores existe un amplio consenso acerca de la necesidad de una normativa propio para la
"parte general" de los títulos valores, circunstancia de la que el CCyC da cuenta acertadamente, en la línea de
las frustradas tentativas de reforma general del Derecho Privado que lo precedieron

Típicamente, las llamadas "partes generales" de un sector del ordenamiento jurídico se incorporan a la
legislación, y de allí se trasladan y aplican deductivamente a las "partes especiales". Esto es, se va de lo
general a lo particular. En materia de títulos valores, la teoría general se construía de lo particular (las
disposiciones aplicables a la letra de cambio y el pagaré) a lo general. Ello se explicaba, fundamentalmente,
por la aptitud de la letra de cambio para cumplir esa función, en tanto primer título valor conocido y objeto de
estudio por la doctrina de diferentes países.

La buena fe en la teoría general de los títulos valores es un concepto relevante, pero no siempre bien
entendido en su sentido y alcance. La finalidad de la disciplina jurídica de los títulos valores no es tutelar a un
portador con determinado estado subjetivo, sino la circulación del título valor y del derecho incorporado que se
realiza de un modo típico.

Teoría de la incorporación: Uno d los primeros que la esboza es Savigny y dice que realmente es la
materialización de la obligación ¿Qué quiere decir? Lo que se busca es que ese crédito tenga una relación tal
con el papel donde va a quedar expresado, que se trate al crédito como si fuera una cosa, para logar esto, es
decir, para cosificar - para objetivarlo - para tratar al crédito como si fuera una cosa mueble, había que lograr
materializarlo y para esto se acude a la teoría de la incorporación. Esta teoría hace que el derecho nazca una
vez que está expresado en el título, es decir, que en el título de crédito vamos a tener una estructura tal que
va a ver dos elementos:

a) un elemento real que es el documento


b) un elemento obligacional que es este crédito, esta declaración d voluntad, ese derecho personal que
se incorpora la papel.

La regla basilar en el ámbito de la circulación de las cosas muebles está plasmada en el (antiguo) artículo
2412 del CC, que establece que la posesión de buena fe de una cosa mueble, crea a favor del poseedor la
presunción de tener la propiedad de ella, y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, si la cosa no
hubiese sido robada o perdida.
Para que sea posible aplicar esta regla a la circulación de los derechos, fue necesario objetivarlos,
considerando el documento que menciona el derecho como un CONTINENTE y el derecho mencionado como
su CONTENIDO. De modo que regulando la circulación del continente, por inferencia queda regulada la
1 DOCTRINA - CCC y Teoría General de Títulos Valores - Paolantonio
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circulación del contenido.2

Los italianos lo llamaban “derecho cartulare” Es tal la relación que se crea entre el documento y el papel,
que el derecho nace y existe una vez q esta expresado (escrito) en el papel, y que además para ejercer ese
derecho necesito tener el papel o el documento. Entonces, lo q hace la teoría d la incorporación es objetivar
ese derecho, materializar la obligación para tratarlo como si fuera una cosa mueble y poderle aplicar la libre
circulación. Hay que fijarse que aparece en esta figura nosotros no tenemos el derecho por un lado y el
documento por el otro. El derecho nace una vez q esta expresado en el papel, cuando se objetiviza y cuando
se literaliza en el documento, sino NO existe ni pueden probar q ese derecho existe sino es con el papel,
donde esta literalizado.

¿Que se pretende con la teoría de la incorporación? dejar de lado la circulación derivada de la cesión de
crédito y que aparezca la circulación originaria donde en esa circulación cada uno adquiera el derecho en
forma originaria, relacionada con la cosa directamente en forma originaria, por lo tanto, las excepciones q
limitaban este derecho personal que por ahí limitaban mi derecho personal ejemplo un pago parcial, yo creo el
título y la compañera había recibido un pago parcial, si no está literalizado, cuando le entrega el título al
compañero, ese pago parcial no se acumula, porque el no adquiere un derecho mejor, ni más extenso, el
adquiere un derecho nuevo, literalizado en el papel y las excepciones, que le eran oponibles a la compañera
ya no le son oponibles al compañero. Porque no adquiere un derecho derivado, la circulación del título d
crédito es originaria y cada uno adquiere un derecho nuevo como si recién se conectara.

No le son oponibles al nuevo adquiriente las defensas personales ¿Por qué? Porque no hay circulación
derivada. Ya no estamos hablando de un derecho personal, estamos hablando de un derecho de crédito
objetivado, cosificado, incorporado el papel que nace cuando esta literalizado en el papel. Entonces aparece
el título de crédito en la vida como un nuevo instrumento, lo más importante del título d crédito es esta
característica de la autonomía, esta característica de que circula en forma originaria.

¿Por qué aparece cuando el título circula? Porque lo que importa -para lo que está pensado al título- es que
circulen de forma tal como si fuera una cosa y que no circule en forma derivada para que no se acumulen las
excepciones, dándole certeza al adquirente del crédito que no va a venir alguien con una excepción (cosa que
si pasaría en una cesión de créditos). Sintetizando, no puede venir nadie a oponerle una excepción porque las
excepciones que podría tener el deudor con cualquiera de los sujetos que estuvieron en la circulación anterior
a ustedes no le es oponible ya que no se acumulan porque no circula en forma derivada, tiene la certeza de
que su derecho existe , no tiene que indagar si hubo una excepción anterior. Esta es la intención que tuvo el
legislador al crearlo y es una construcción jurídica.

¿Cómo nace un título de crédito? ¿Por qué aparece? ¿De dónde sale? Gualtieri Winisky diferencia y
empieza a hablar de un ámbito cambiario y de un ámbito extracambiario. Cuando hablamos del ámbito
cambiario, hablamos de los títulos d crédito y cuando hablamos del extracambiario hablamos de los negocios
que están fuera de los papeles, de los títulos. Hay un negocio jurídico que vamos a llamar relación
2 “Teoría de la Incorporación - Los títulos de Crédito” de Fernando Legón.
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fundamental - relación de base, negocio subyacente, depende el autor - es un negocio extracambiario porque
está fuera del título, pero en nombre de este negocio (que se llama relación fundamental, de base, subyacente
o simplemente causa) se crean contraprestaciones donde en ciertas situaciones uno necesita un instrumento
de crédito por el cual pueda usar rápidamente entonces Ejemplo se le dice a la parte deudora, que libre tres
pagares, q ella me prometa pagarme pero me lo instrumente aparte en los pagarés. Quiere decir que esta
relación jurídica, se diversifica y el crédito de esa relación se va a documentar en un título de crédito.

Quiere decir que yo voy a tener un contrato donde la deudora me promete pagar tres cuotas de 1.000$ un
crédito, pero además voy a tener un título de crédito que lo q hizo fue documentar ese crédito que estaba en
el contrato de C-V en un título de crédito para que lo pueda hacer circular con rapidez, porque como ese
pagare va a circular en forma originaria yo lo puedo endosar a otro sujeto y él lo único q tiene q hacer es leer
el pagare, me ve firmar a mí y ni siquiera le interesa si la firma del anterior es válida, me ve firmar a mí y con
eso basta por que adquiere un derecho originario, porque las excepciones q me eran oponibles a mí a él no le
van a ser oponible y no va a tener q analizar la validez de las otras obligaciones, simplemente con que la mía
sea válida basta. Entonces vamos a tener una relación extracambiario - un negocio -

En este ejemplo el contrato de C-V, va a coexistir con el título de crédito, no hay novación, es decir, la
creación del pagare no nova ni extingue al contrato de C-V, sino que van a coexistir, y esta es la gravedad de
los títulos de crédito: tenemos un contrato q me promete pagar $3.000 y además tengo 3 pagares librados a
mi favor por $1000 cada uno. Quiere decir que tengo UN mismo crédito documentado DOS veces y de cada
relación nace una acción para reclamarla: a) del contrato de C-V tengo una acción de derecho común y b) de
los pagarés una acción cambiaria, para reclamarla, esa es la problemática de estos títulos en cuanto a la
forma de documentarla, porque si no relaciono bien resulta que el deudor puede quedar obligado por dos vías
diferentes.

Ejemplos: título d crédito: acciones / causa, relación fundamental que se diversifica: el estatuto social.
Título d crédito: patacones / causa, relación fundamental que se diversifica: la ley q los crea.

Del lado del deudor es claro porque me interesa relacionarlos ¿y del lado del acreedor? En el contrato se
establece que el saldo se pagará en tres cuotas iguales d 1.000$ cada uno y que se documenta en tres
pagares librados de tal manera, a favor de tal, etc. ¿Qué se hace en el pagaré? Mencionar el negocio jurídico
por el cual se emitió, para que el pagare podamos referenciarlo, al deudor le sirve para protegerse de que no
le reclamen dos veces, y el acreedor si bien por un lado pierde un elemento de presión (aunque no lo vaya a
usar) sigue siendo elemento de presión tener la deuda documentada dos veces, pero por el otro lado el
conectarlo le sirve por si se concursa o quiebra, en caso de concurso o quiebra lo que se necesita es la causa
por la cual se emitió el título. Entonces si yo no tengo conexión con el concurso del deudor, no puedo verificar.

“INCORPORACION” EN EL NUEVO CODIGO: Incorporación (ya sea a un título material y cartular o a un


registro específico). Mediante esta “incorporación” se procura la asimilación del derecho a un soporte y
continente que le da sustento (sea mediante su materialización en un título representativo o mediante su
inserción en un registro determinado).

CARACTERES DEL TÍTULO VALOR COMO DOCUMENTO.- (son las funciones del documento)

 DECLARATIVO, porque contiene una declaración de voluntad unilateral, no recepticia,


irrevocable (vinculante) e incondicionada.
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 CONSTITUTIVO, porque esa declaración de voluntad debe estar incorporada en el
documento para surtir efectos, motivo por el cual decimos que sin documento no hay derecho
y el acreedor no podrá suplir con otro medio la falta de posesión del título.

 DISPOSITIVO, porque el documento es imprescindible para poder adquirir, ejercer o


transmitir el derecho literal y autónomo expresado en el mismo.

 PROBATORIO, porque la declaración de voluntad contenida en el documento está destinada


a “probar” la existencia de una relación jurídica extracambiaria –elemento procesal–.

 LEGITIMANTE, porque la sola posesión del documento conforme la ley de circulación del mismo
acredita el carácter de tenedor legítimo y habilita al poseedor a ejercer el derecho literal y
autónomo expresado en el mismo. El poseedor sólo puede ejercer el derecho si presenta el
documento: dicha presentación es una condición sine qua non, motivo por el cual cierta doctrina los
ha caracterizado como títulos de presentación.

TÍTULOS VALORES CARTULARES REGULACIÓN LEGAL: SU TRATAMIENTO EN LA LEGISLACIÓN


ARGENTINA. TITULOS VALORES NO CARTULARES REGULACION LEGAL.

- Títulos valores cartulares. (ESTAN REPRESENTADOS EN UN DOCUMENTO O PAPEL)

ARTICULO 1830.- Necesidad. Los títulos valores cartulares son necesarios para la creación, transmisión,
modificación y ejercicio del derecho incorporado.
ARTICULO 1831.- Literalidad. El tenor literal del documento determina el alcance y las modalidades de los
derechos y obligaciones consignadas en él, o en su hoja de prolongación.
ARTICULO 1832.- Alteraciones. En caso de alteración del texto de un título valor cartular, los firmantes
posteriores quedan obligados en los términos del texto alterado; los firmantes anteriores están obligados en
los términos del texto original. Si no resulta del título valor o no se demuestra que la firma fue puesta después
de la alteración, se presume que ha sido puesta antes.
ARTICULO 1833.- Requisitos. Contenido mínimo. Cuando por ley o por disposición del creador, el título valor
debe incluir un contenido particular con carácter esencial, no produce efecto cuando no contiene esas
enunciaciones.El título valor en el que se omiten las referidas menciones al tiempo de su creación, puede ser
completado hasta la fecha en que debe cumplirse la prestación, excepto disposición en contrario.
ARTICULO 1834.- Aplicación subsidiaria. Las normas de esta Sección:

a) se aplican en subsidio de las especiales que rigen para títulos valores determinados;
b) no se aplican cuando leyes especiales así lo disponen, incluso en cuanto ellas se refieren a la
obligatoriedad de alguna forma de creación o circulación de los títulos valores o de clases de ellos.
ARTICULO 1836.- Desmaterialización e ingreso en sistemas de anotaciones en cuenta. Los títulos valores
tipificados legalmente como cartulares también pueden emitirse como no cartulares, para su ingreso y
circulación en una caja de valores o un sistema autorizado de compensación bancaria o de anotaciones en
cuenta.

Los títulos valores emitidos efectivamente como cartulares pueden ingresarse a alguno de estos sistemas,
conforme con sus reglamentos, momento a partir del cual las transferencias, gravámenes reales o personales
y pago tienen efecto o se cumplen por las anotaciones en cuenta pertinentes.

- Títulos valores no cartulares (NO ESTAN REPRESENTADOS EN UN PAPEL, PUEDEN ESTAR


POR EJ. EN UN REGISTRO)

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ARTICULO 1850.- Régimen. Cuando por disposición legal o cuando en el instrumento de creación se inserta
una declaración expresa de voluntad de obligarse de manera incondicional e irrevocable, aunque la prestación
no se incorpore a un documento, puede establecerse la circulación autónoma del derecho, con sujeción a lo
dispuesto en el artículo 1820.

La transmisión o constitución de derechos reales sobre el título valor, los gravámenes, secuestros, medidas
precautorias y cualquier otra afectación de los derechos conferidos por el título valor deben efectuarse
mediante asientos en registros especiales que debe llevar el emisor o, en nombre de éste, una caja de
valores, una entidad financiera autorizada o un escribano de registro, momento a partir del cual la afectación
produce efectos frente a terceros.

A los efectos de determinar el alcance de los derechos emergentes del título valor así creado debe estarse al
instrumento de creación, que debe tener fecha cierta. Si el título valor es admitido a la oferta pública es
suficiente su inscripción ante la autoridad de contralor y en las bolsas o mercados en los que se negocia.

Se aplica respecto del tercero que adquiera el título valor lo dispuesto por los artículos 1816 y 1819.

ARTICULO 1851.- Comprobantes de saldos. La entidad que lleve el registro debe expedir comprobantes de
saldos de cuentas, a efectos de:

a) legitimar al titular para reclamar judicialmente, incluso mediante acción ejecutiva si corresponde, o ante
jurisdicción arbitral en su caso, presentar solicitudes de verificación de crédito o participar en procesos
universales para lo que es suficiente título dicho comprobante, sin necesidad de autenticación u otro requisito.
Su expedición importa el bloqueo de la cuenta respectiva, sólo para inscribir actos de disposición por su titular,
por un plazo de treinta días, excepto que el titular devuelva el comprobante o dentro de dicho plazo se reciba
una orden de prórroga del bloqueo del juez o tribunal arbitral ante el cual el comprobante se hizo valer. Los
comprobantes deben mencionar estas circunstancias;

b) asistir a asambleas u otros actos vinculados al régimen de los títulos valores. La expedición de
comprobantes del saldo de cuenta para la asistencia a asambleas o el ejercicio de derechos de voto importa
el bloqueo de la cuenta respectiva hasta el día siguiente al fijado para la celebración de la asamblea
correspondiente. Si la asamblea pasa a cuarto intermedio o se reúne en otra oportunidad, se requiere la
expedición de nuevos comprobantes pero éstos sólo pueden expedirse a nombre de las mismas personas que
fueron legitimadas mediante la expedición de los comprobantes originales;

c) los fines que estime necesario el titular a su pedido.

En los casos de los incisos a) y b) no puede extenderse un comprobante mientras está vigente otro expedido
para la misma finalidad.

Se pueden expedir comprobantes de los títulos valores representados en certificados globales a favor de las
personas que tengan una participación en los mismos, a los efectos y con el alcance indicados en el inciso a).
El bloqueo de la cuenta sólo afecta a los títulos valores a los que refiere el comprobante. Los comprobantes
son emitidos por la entidad del país o del exterior que administre el sistema de depósito colectivo en el cual se
encuentran inscriptos los certificados globales. Cuando entidades administradoras de sistemas de depósito
colectivo tienen participaciones en certificados globales inscriptos en sistemas de depósito colectivo
administrados por otra entidad, los comprobantes pueden ser emitidos directamente por las primeras.

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En todos los casos, los gastos son a cargo del solicitante.

CARACTERES GENERALES DEL TÍTULO VALOR.-

Surgen de la definición de Vivante y del CCCN arts. 1815 y ss. Son esencialmente:

 NECESARIEDAD: (tienen su carácter fundamental en el carácter constitutivo del derecho) alude a


la necesidad de poseer materialmente el documento y opera en tres (3) diferentes sentidos:

b) Para poder adquirir el derecho es necesario adquirir el documento.

c) Para poder ejercerlo es necesario poseer el documento.

d) Para poder transmitirlo es necesario transmitir el documento.

Aunque en la actualidad, esta necesidad de tener el papel en formato físico, es difícil ya que, con el avance
tecnológico y en la era de la informática (que implica el desaparecimiento del papel soporte físico pero a su
vez, mejora la circulación, la comunicación y manifestación de voluntades) provoca una desmaterialización
que según Alegría es una de las técnicas del futuro y que conforma parte del génesis del futuro del mañana.
Alegría establece que el documento como una “cosa” en papel pasa a ser un documento informático “soporte”
donde se le puede atribuir cualidades similares a las del instrumento clásico salvaguardando las diferencias
sustanciales y a su vez la necesidad muta (dejando de ser material, física, presencial y posesión calificada) a
una necesidad de comprobabilidad técnica. La noción de literalidad se redefine (o bien toma otra dimensión).
No se trata de lo escrito ni de aquello a lo cual reenvía un documento. Se tratará simplemente de las pautas
objetivas de referencia del derecho concedido al portador legitimado donde las investiduras técnicas (llamadas
por ciertos autores informáticas) son las que proveerán el concepto de legitimación y consecuentemente
según los casos, el de titularidad. El carácter abstracto o causal del derecho transmitido no requiere variar en
su tratamiento puesto que hay similitudes – o si se quiere cierta trasposición o adaptación- de principios, pero
que éstos adquieren dimensiones bien diversas.

Alegría en su texto, habla que el titulo desmaterializado (o derecho autónomo según él) tienen perfil
nominativo. Esto es que su circulación surge de registros o sistemas informáticos en los cuales,
necesariamente debe identificarse a cada nuevo titular. Así lo ha reconocido la doctrina. Claro está que
tampoco su circulación es idéntica a la de los títulos nominativos, pues al no existir materialidad no hay
tradición ni elemento real en la legitimación. Se trata simplemente de una similitud sobre todo en cuanto al
aspecto registral del “transferir” ya que circulan mediante lo que se podría llamar “transmisión informática”
Este modo de transmisión es distinto de los ya conocidos, en tanto prescinde del elemento real de la
legitimación y por ende, no existe tradición.

Así como el derecho reconoce propiedad sobre bienes inmateriales (propiedad intelectual por ejemplo) tal
atributo es perfectamente aplicable al derecho del titular registrado ( es decir, legitimado) sobre el crédito con
circulación autónoma.

Aunque no todo es informático, si cabe decir, ya que por ejemplo, los contratos entre los emisores y los
sistemas de teneduría de cuentas, los existentes entre los operadores (que no son necesariamente los
titulares de los derechos) y el mismo sistema, los que se realizan con quien lleva los títulos o los mandatarios
o agentes y los inversores o titulares, etc. Todos ellos han dado lugar, en algunos ámbitos a contratos-tipos y
formularios estándar para facilitar la instrumentación de esos actos. Por otro lado nacen también una serie de
instrumentos (no necesariamente informáticos). Los certificados de operador del sistema, ya sea para

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concurrir a asamblea por parte de los titulares, para ejercer ellos mismos los derechos de los títulos respecto a
los emisores u obligados.

Hay que destacar que los certificados o informes que expiden los tenedores de cuentas no reemplazan al
título ni a las registraciones o soportes de los cuales surge la titularidad del derecho.

LITERALIDAD: LA EXTENSION DEL DERECHO ESTA EXPRESADA EN EL TITULO. Indica que la


existencia, contenido, extensión, modalidades de ejercicio y todo otro posible elemento principal o accesorio
que pueda poseer el derecho incorporado al título, son únicamente los que resultan de texto del documento
(dentro del título todo, fuera del titulo nada). La literalidad implica que el acreedor no puede invocar sino lo
que está escrito y como está escrito. No podrá invocar otros derechos ni exigir una responsabilidad mayor
o distinta de la que surge del título, ni el deudor podrá oponer excepciones o defensas que no estén fundadas
exclusivamente en el texto del documento. La literalidad determina también que el deudor paga bien y se
libera si cancela la obligación en los términos en que está escrita.

 AUTONOMÍA: ES UN CARÁCTER ESCENCIAL Y SINIFICA QUE EL QUE ADQUIERE EL


DERECHO LO ADQUIERE EN FORMA ORIGINARIA (NO SE ACUMULAN EXCEPCIONES
PERSONALES, solo se pueden oponer excepciones reales) el carácter autónomo adquiere
importancia cuando el título comienza a circular; cada transmisión tendrá carácter originario, lo
que significa que el nuevo poseedor adquiere un derecho originario, primigenio, que evitará la
oposición de defensas o excepciones de carácter subjetivo (personal) que el deudor tuviere contra
anteriores poseedores del título. Por ende, la autonomía tiene por efecto la “incomunicabilidad de
las excepciones de carácter personal”, lo que ha llevado a Gómez Leo a calificar a la autonomía
como “prescindencia subjetiva”.

EL PRINCIPIO DE AUTONOMÍA Y LOS SUPUESTOS CLÁSICOS DEL DERECHO CAMBIARIO.

El Proyecto no innova en este punto respecto del principio de autonomía y se limita a reproducir,
con algunas pequeñas variantes, los supuestos y variantes clásicamente previstos para los títulos
valores tipificados.

Así, el art. 1823, señala que aunque por cualquier motivo el título valor contenga firmas falsas o de
personas inexistentes o que no resulten obligadas por la firma, son válidas las obligaciones de los
demás suscriptores, y se aplica lo dispuesto por el art. 1819.

Por otra parte, el art. 1825 (que debió ir como art. 1824, ya que ambos regulan en algún punto
algunas consecuencias concretas del principio de autonomía) señala que quien invoca una
representación inexistente o actúa sin facultades suficientes es personalmente responsable como
si actuara en nombre propio. Igual responsabilidad tiene quien falsifica la firma incorporada a un
título valor.

*UNILATERALIDAD (se considera un cuarto carácter pero en clase no se dio asi): alude a la declaración
unilateral de voluntad, no recepticia, irrevocable (vinculante) e incondicionada que nace y adquiere eficacia
desde el momento mismo en que el firmante la exterioriza en el documento.

La autonomía tiene por efecto “aislar” totalmente al nuevo poseedor de cualquier circunstancia subjetiva
anterior, motivo por el cual resulta factible la adquisición a non domino o la adquisición de un derecho más
pleno o perfecto que el que tenía el enajenante; pero para que la autonomía surta este efecto es necesario

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que la adquisición sea de buena fe: la mala fe hace que renazca la comunicabilidad de las excepciones. La
buena fe se presume, de modo que la carga de la prueba se invierte y será quien invoque lo contrario quien
deberá probar la mala fe.

De esta forma, puede concluirse que los elementos y caracteres esenciales para que exista un título VALOR
son los siguientes: un documento (cosa mueble corporal) que contenga una declaración de voluntad unilateral,
no recepticia, irrevocable (vinculante) e incondicionada; la literalidad y autonomía del derecho que emerge de
esa declaración y la necesidad de la posesión legitimada del título por un poseedor de buena fe.

En síntesis: por el principio de autonomía del derecho cartular, quien posee el título conforme a su ley de
circulación adquiere el derecho expresado en el documento en forma originaria, sin las procedencias que en
su anterior posesión pudieran deformarlo o desvanecerlo. Este derecho cartular, nacido en forma originaria en
cabeza de cada poseedor, está delimitado por su expresión escrituraria en el titulo; es decir, nada puede
invocarse ya sea por parte del deudor o del acreedor que no encuentre su regulación a tenor de la expresión
literal que conste en el documento, y a esto se le llama el principio de literalidad, que viene a ser la medida
formal de la autonomía del derecho cartular. El título valor, que otorga a su tenedor un derecho autónomo y
regulado por su expresión literal, requiere ser presentado tantas veces como sea necesario ejercitar el
derecho. Esta exigencia de presentación se llama principio de necesidad, y caracteriza al título como
documento dispositivo.

DIFERENCIA ENTRE AUTONOMIA Y ABSTRACCION:

Diferencia entre Abstracción y Autonomía (“Títulos de crédito” – Ignacio A. Escuti (h) – Editorial Astrea 2002 –
pp. 17-18)

La abstracción y la autonomía son cuestiones que no pueden confundirse.

La abstracción ES UN CARÁCTER ESPECIFICO DE LOS TITULOS CARTULARES (T.V.) desvincula al


documento de la relación causal y consecuentemente, no pueden serle opuestas al tercero portador las
excepciones que surgen de ella (inexistencia, falsedad, nulidad, contrato bilateral no cumplido por el tomador
del documento, etc.)

TIENE QUE VER CON LA DESVINCULACION DE LA CAUSA.

*ojo recordar que los títulos pueden ser abstractos o causales, según el caso. En nuestro sistema rige la
abstracción.

La autonomía ES UN CARÁCTER GENERAL DE LOS TITULOS VALORES, importa la existencia de un


derecho originario, es decir, desvinculado de la posición jurídica de sus anteriores portadores, y, por ende, al
tenedor legitimado no se le pueden oponer las excepciones personales (SOLO REALES) que se podrían
haber opuesto a los anteriores portadores. CADA TRANSMISION TIENE CARÁCTER ORIGINARIO.

TIENE QUE VER CON EL CARÁCTER ORIGINARIO DE CADA TRANSMISION.

La abstracción no debe confundirse con la autonomía: la autonomía opera en el ámbito de la circulación del
título y tiene por efecto la incomunicabilidad de las excepciones de carácter personal que el deudor poseía
contra los anteriores sujetos de la cadena, las que son inoponibles frente al actual poseedor de buena fe dado
el carácter originario y primigenio de la adquisición (el actual poseedor queda mejor posicionado que el
anterior –excepción al artículo 3270º del C.C.–, pues todos los eventuales “vicios” que fueron
acumulándose en la transmisión le son inoponibles, salvo las que pudieren darse entre ellos como obligados
directos).
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La abstracción, en cambio, nada tiene que ver con la circulación del título: se refiere a la existencia del
negocio jurídico extracambiario que da origen al documento (relación fundamental). Tanto la creación como
cada uno de los giros posteriores del título, tienen por explicación una relación jurídica extracambiaria
existente entre los obligados directos; sin embargo, cuando el título comienza a circular, los sucesivos
poseedores de buena fe, ajenos a esa relación, no se ven afectados por ésta: la abstracción impide la
oposición de todo tipo de excepciones, subjetivas u objetivas, basadas en esa relación fundamental, pues el
título circula abstraído de la causa.

CARACTERES ESPECÍFICOS DE LOS títulos cartulares (ANTES papeles de comercio).-

En primer lugar hay que decir que hay títulos valores cartulares (los que están representados en un
documento), y los no cartulares (no están representados en un documento. Hoy predominan estos por el
avance de la tecnología, ejemplo los bonos).

En segundo luar y en relación a los títulos catulares vale decir ahora que se denomina “título cartular (antes
papeles de comercio)” a determinados títulos VALORES circulatorios que sirven a la actividad comercial; los
principales son:

 LETRA DE CAMBIO.

 PAGARÉ.

 CHEQUE.

 FACTURA DE CRÉDITO CONFORMADA. (ley de cheque 24760)

Los títulos cartulares (papeles de comercio) se hallan en una relación de género/especie con los títulos
VALORES (títulos VALORES: género/ TITULO CARTULAR -antes papeles de comercio- : especie), de modo
que, además de los caracteres generales mencionados, poseen tres (3) caracteres específicos:

1. ABSTRACCIÓN: Gómez Leo califica a la autonomía como “prescindencia subjetiva” y a la abstracción


como “prescindencia objetiva” en el sentido de total desvinculación de la causa: el libramiento del
título se abstrae de la causa que lo motiva (la causa es jurídicamente irrelevante), de modo que carece
de importancia jurídica que exista o no causa, o que la misma se halle o no expresada en el título. La
abstracción importa una excepción al principio general del artículo 499º del C.C. según el cual no
existe obligación sin causa y se funda en el artículo 212º del C. de Com., que dispone que la falta de
expresión o la falsa causa en las obligaciones transmisibles por vía del endoso nunca pueden
oponerse al 3º portador de buena fe. Sin embargo, deben tenerse en cuenta dos (2) supuestos
diferentes:

- Relación entre obligados inmediatos CAUSA RELEVANTE es el único supuesto donde la


causa adquiere relevancia jurídica, motivo por el cual resultarían admisibles las excepciones o
defensas fundadas en la causa de la obligación.

- Relación entre obligados mediatos CAUSA IRRELEVANTE aquí la abstracción es absoluta,


motivo por el cual los 3º de buena fe ajenos al negocio jurídico fundamental son inmunes a
cualquier excepción o defensa fundada en la causa.

La causa aquí no tiene relevancia jurídica ante el tercero de buena fe en forma absoluta. El
deudor no puede oponer excepciones al tercero. Se pueden oponer excepciones entre obligados
inmediatos. (clase)
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2. FORMALIDAD: los títulos cartulares ( papeles de comercio) en general son documentos formales por
cuanto se hallan sujetos a determinadas “formas” que, sin llegar a ser ad solemnitatem, sí son formas
tasadas por la ley. El formalismo se manifiesta fundamentalmente en el acto de creación del título, que
debe observar determinados requisitos, por ejemplo, los que exigen los artículos 1° y 101º del D/L para
que el documento pueda considerarse letra de cambio o pagaré. Su importancia es vital pues, ante la
omisión de un requisito formal, el portador no contará con un título circulatorio pleno sino con un
instrumento meramente probatorio.

3. COMPLETITUD o completividad: deriva de la literalidad y significa que el documento es


autosuficiente, se basta a sí mismo, de modo que no puede requerir del auxilio de elementos externos
para determinar la existencia, contenido, extensión y modalidades de ejercicio del derecho que
contiene (no puede contener referencias o remisiones a otros instrumentos sin que las mismas estén
literalizadas en el título, ni puede ser modificado por otros documentos). La única excepción a este
principio es el aval por documento separado a que alude el artículo 33º del D/L.

Coexistencia del negocio jurídico causal y del título de crédito: El título de crédito nace de un negocio
jurídico que se diversifica. Un aspecto de ese negocio jurídico, que es el crédito, se documenta en el título de
crédito. Después de muchísimas discusiones doctrinarias, hoy en día toda la doctrina es conteste en afirmar
que el título de crédito coexiste con el negocio jurídico causal. Esto quiere decir que el título de crédito no
produce la novación, ni extingue por novación, del negocio jurídico. Esta coexistencia hace que en algunos
puntos haya influencia de uno sobre otro y que en otros puntos no haya ningún tipo de influencia. Por ejemplo,
si hay vicios en la causa o en el título de crédito, no se invalidan el uno al otro. En este punto se mantienen en
forma independiente.

Del negocio jurídico y del título de crédito nace una acción para que el derecho sea exigible. Para exigir el
cobro del crédito del negocio jurídico va a nacer la acción causal; del título de crédito, la acción cambiaria. Los
plazos de prescripción de estas acciones son independientes.

Con respecto a la competencia en razón de la materia, también se mantienen en forma independiente. No es


un detalle menor, porque las normas procesales de cada fuero son distintas. Hay puntos en los que sí hay
influencia. Lógicamente, si hay un crédito documentado dos veces, la extinción de uno de los instrumentos va
a provocar la extinción del otro, porque sino se da lugar a un enriquecimiento sin causa.

Otro punto de conexión está dado en el Art. 61 del Decreto que dice que para ejercer la acción causal –ésta
es la que nace del negocio jurídico–, el tenedor legítimo del título puede optar entre la acción causal y la
acción cambiaria. Sin embargo, para ejercer la acción causal, deben estar vigentes las acciones cambiarias.
Esto introduce una causal de caducidad. Protege así al sujeto pasivo de la relación causal para que éste
pueda reembolsarse, y para no premiar la negligencia del tenedor legítimo si deja prescribir las cambiarias. Si
el tenedor legítimo pierde las cambiarias por dejarlas prescribir y luego, el sujeto pasivo no tiene acción
causal, se lo estaría perjudicando.Otro punto de conexión está dado en la prórroga del plazo de vencimiento.
La emisión de un título de crédito posterior al negocio jurídico causal no vencido, con una fecha también
posterior a la estipulada como vencimiento en dicho negocio, importa la prórroga del plazo de vencimiento.
Con lo cuál, no podrá iniciarse una acción por el negocio jurídico causal cuando aún no ha vencido el plazo
del título de crédito que prorrogó el vencimiento de aquél. Así como implica la prórroga, también puede
implicar un acortamiento del plazo. Va a ser exigible la relación causal cuando sea exigible la relación
cambiaria. Supongamos ahora que la relación causal ya haya vencido, con lo cual nace la acción para hacer
exigible ese derecho, y se emite un título de crédito con vencimiento posterior. Lo que implica la emisión del
título, siguiendo lo que dice el Art. 3989 del CC, es un reconocimiento de la deuda, y los actos de
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reconocimiento de la deuda por parte del deudor, implican un acto interruptivo de la prescripción. Quiere decir
que si el deudor emite el título, o realiza cualquier acto reconociendo expresa o tácitamente la existencia de
esa deuda, ese reconocimiento implica un acto interruptivo de la prescripción que ya está corriendo de la
acción causal. El título de crédito suspende el ejercicio de la acción causal hasta su fecha de vencimiento.
Otro de los casos de influencia puede darse cuando la relación causal tiene vicios relativos, pudiendo darse el
supuesto de que el título subsane ese vicio relativo.

Legitimación: No debe confundirse el concepto de legitimación con el de propiedad y titularidad. Se puede


ser tenedor legítimo y no ser dueño. Para ser tenedor legítimo basta con tenerlo cumpliendo con las
formalidades que exige la ley.La legitimación es una circunstancia jurídica que establece la ley sustancial, es
decir, es el conjunto de requisitos que establece la ley sustancial en virtud de los cuales el tenedor del título va
a estar habilitado para ejercer los derechos jurídicos y económicos que surgen del título, frente al deudor al
cual se le requiere el cumplimiento de ese título. Para saber si un sujeto tenedor de un papel de comercio
está legitimado habrá que estar a la ley de circulación del título. Si es un título a la orden, tiene que ser el
último endosatario precedido por una cadena ininterrumpida de endosos. Si es un título al portador, circula por
tradición y basta con que lo tenga. La legitimación es un concepto bifronte, porque por un lado nos dice quien
es el legitimado activo –el que lo tiene cumpliendo los requisitos que establece la ley sustancial– y nos dice
también frente a quien, es decir, quien es el legitimado pasivo –el deudor–. Encontrar al legitimado activo nos
permite determinar la correcta legitimación pasiva. Esto es distinto a titularidad y propiedad. Propiedad es un
concepto de derecho real y titularidad es un concepto de derecho personal. Hablamos de propiedad de cosas
y de titularidad de derechos, pero como en los títulos de crédito hay una estructura de elemento real y de
elemento obligacional, hablamos de titularidad del derecho o de propiedad del documento. Como hay una
predominancia del documento, normalmente hablamos de propiedad del documento. Tanto titularidad como
propiedad, van juntos, son conceptos que no se separan. Ahora, si se separan del concepto de legitimación.
Lo normal es que no, que el tenedor legítimo sea el dueño, pero puede suceder que no lo sea.

Naturaleza jurídica de la obligación cambiaria: principales teorías.- Origen de la Obligación Cartular

• Teoría contractualista: Para unos, se origina en un negocio bilateral entre el emitente y el tomador.
Pero, como el título-valor está destinado a circular, se modificó la teoría original y se argumentó que el
contrato era entre el emitente y un sujeto indeterminado, incierta persona. Se acusa a las teorías
contractualistas de llevar a la consecuencia inadmisible de que los vicios del contrato han de
repercutir completamente y siempre sobre la obligación cartular y el derecho que le corresponde,
aunque el título se encuentre en poder de un poseedor que haya sucedido al primer tomador. Además,
las teorías contractualistas no explican cómo el acreedor de la prestación mencionada en el título
resulta siendo, casi siempre, un tercer poseedor con derecho a exigir la prestación cartular sin haber
tenido relación contractual con el emisor del título.

• Teoría del negocio unilateral: La teoría del negocio unilateral toma en cuenta el momento en que se
origina la obligación cartular como promesa unilateral, que, según algunos se perfecciona en el
momento de la emisión del título; y según otros, en el momento de la declaración no recepticia, cuya
eficacia está condicionada al hecho de la desposesión. La teoría unilateral de la emisión, responde al
propósito de garantizar a todo acreedor subsecuente una posición autónoma, y explica en todo caso y
de un modo conforme a las exigencias prácticas y a los principios del derecho, cómo nace, en el caso
de un primer tomador incapaz, el derecho del poseedor subsecuente, aun respecto al adquiriente por
título originario.

• Teoría de la legalidad: Sostiene que la obligación literal y autónoma que nace cuando comienza a
circular el título, proviene de la ley.
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• Posición Mixta: Una posición mixta, que considera que acto de emisión o de creación constituye un
negocio jurídico (contrato de promesa unilateral), productivo de efectos típicos, en relación al tercero
poseedor de buena fe, aparte, desde luego, de las relaciones inmediatas entre el suscritor y el
tomador, que se rigen por el negocio jurídico que dio origen al título.La definición omite referirse a un
tercer aspecto, que es fundamental para determinar la naturaleza de los títulos valores: tienen su
fuente en la voluntad unilateral de quien lo crea.

NACIMIENTO DEL NEGOCIO CARTULAR.-: DE LA RELACION JURIDICA (causa o título) NACE EL


TITULO VALOR. El T.V nace de una relación jurídica que puede ser de naturaleza contractual, de la ley,
de emisiones de titulo del estado, etc.

Se denomina derecho cartular al derecho que nace con el libramiento del título y que circula con el mismo y es
adquirido en forma literal y autónoma por cada uno de los sucesivos portadores de buena fe del documento.
El derecho cartular coexiste con la llamada “relación fundamental” o “relación subyacente” que es el negocio
jurídico que da origen a la creación del título –causa–. Esta vinculación entre el derecho cartular y los
derechos emergentes de la relación fundamental han obligado a investigar cuál es la fuente del primero:
mientras que la fuente de los derechos emergentes de la relación fundamental es la relación misma, la fuente
del derecho cartular es la fuerza vinculante de la declaración de voluntad unilateral del creador del título (en
este caso, la voluntad manifiesta prevalece por sobre la voluntad interna del emisor).
Con respecto al nacimiento del derecho cartular, se han elaborado dos diferentes teorías:

a) TEORÍA DE LA CREACIÓN, según la cual la obligación cartular nace con la confección gráfica y
material del documento, es decir, con su redacción y firma, siendo irrelevante su circulación. Esta es la
posición predominante en nuestro país.

b) TEORÍA DE LA EMISIÓN, según la cual la obligación cartular se perfecciona cuando el documento


comienza a circular, es decir, cuando el librador lo transmite a otra persona.

LIBRAMIENTO “PRO SOLUTO”.

En principio, el sólo libramiento del título no produce efectos novatorios sobre la relación fundamental, salvo
que el mismo haya sido librado “pro soluto” (en pago). Por lo general, la relación cartular y la relación
fundamental coexisten, de modo que la creación y entrega del título se entienden efectuadas pro solvendo, es
decir, como “promesa de pago” y no en pago. Sin embargo, ello no impide que los mismos sean creados y
entregados pro soluto (en pago), en cuyo caso sí hay novación: la obligación emergente de la relación
fundamental se extingue como consecuencia del nacimiento de la relación cartular. Este supuesto es
excepcional porque la novación no se presume y, por ende, la entrega de títulos en pago debe ser efectuada
inequívocamente con ese alcance.

VINCULACIÓN ENTRE LA RELACIÓN FUNDAMENTAL Y LA RELACIÓN CARTULAR.

Ante la puesta en circulación de un título valores, aparecen dos grupos de relaciones jurídicas que vinculan a
las partes: una relación cartular que nace con el libramiento del título; y una relación fundamental o
subyacente que nace de un negocio jurídico determinado (compraventa, permuta, etc.) donde existen
prestaciones recíprocas que constituyen la causa de creación del título: por ejemplo, un contrato de
compraventa por la suma de $ 1.000.-, pagaderos en diez cuotas de $ 100.- por las cuales se firman diez
pagarés. Aquí la relación fundamental da origen al título y el crédito queda doblemente documentado, tanto en
el negocio fundamental como en el negocio cartular (otros ejemplos: la relación fundamental en el patacón es
la ley; la relación fundamental en las sociedades es el estatuto social, etc.).

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Entre ambos grupos se da una relación especial pues los mismos se influencian recíprocamente pero a la vez
son independientes uno del otro:

- Influencias recíprocas: las más importantes son tres (3):

1. El cumplimiento de la obligación cartular produce la extinción de la obligación fundamental, pues


de lo contrario habría un enriquecimiento sin causa para el acreedor quien cobraría dos veces (una
en función de la relación cartular y otra en función de la relación fundamental).

2. Si como consecuencia de la relación fundamental se emitió un título valor, el deudor tiene derecho
a exigir la restitución del mismo una vez cumplida la obligación a su cargo.

3. El plazo de vencimiento y de prescripción quedan subordinados recíprocamente: operada la


prescripción liberatoria de la obligación fundamental pero no de la obligación cartular, la misma
continúa siendo exigible en la justicia. De la misma manera, si el plazo de cumplimiento de la
obligación fundamental es mayor que el fijado para la cartular, éste ultimo será el que determine la
mora.

- Independencia entre ambas: cuando el documento es librado “pro solvendo”, el derecho cartular coexiste
con la relación fundamental (no la sustituye ni la extingue), de modo que los vicios que afectan al título no
alteran los derechos y acciones derivados de la relación fundamental y viceversa: el documento se
convierte en un elemento probatorio más que servirá en la acción intentada para obtener el cumplimiento
de la obligación fundamental. Finalmente, la independencia se manifiesta también en los plazos de
prescripción y caducidad que suelen ser más breves para las obligaciones cartulares y también en materia
de competencia judicial y ley aplicable.

EXTINCIÓN DE LA RELACIÓN CAMBIARIA.

Cuando hablamos de extinción de la relación cambiaria, no nos referimos al título en sí mismo, sino a los
derechos contenidos en él; sin embargo, dado que la relación entre ambos es funcional y necesaria por
cuanto el documento constituye un medio para la consecución de un fin –la circulación y ejercicio del derecho
contenido en él–, la extinción del derecho conlleva también la extinción del título, no como “papel” sino como
“continente” de ese derecho, pues no es concebible que el medio sobreviva al fin para el cual ha sido creado.

La extinción puede resultar de:

a) LA DESTRUCCIÓN TOTAL DEL TÍTULO, que debe ser efectiva (no probable), pero como sólo afecta al
documento en tanto “cosa” y no al derecho cartular contenido en él que sobrevive, el portador que haya
acreditado debidamente la destrucción podrá obtener un duplicado o un título equivalente.

b) POR EFECTO DEL PROCEDIMIENTO PREVISTO PARA LOS TÍTULOS DESTRUÍDOS, PERDIDOS O
HURTADOS.

c) POR EFECTO DE LA SUSTITUCIÓN, que opera por cuatro causas:

- DETERIORO: cuando un título al portador se encuentra tan deteriorado que ya no es idóneo para
circular conforme los usos comerciales, el poseedor puede requerir al librador que lo sustituya por un
título equivalente, contra la devolución del título dañado y el pago de los gastos de emisión del
nuevo documento. Sin embargo, para que proceda la sustitución del título, el mismo no debe haber
llegado a ser irreconocible.

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- CONVERSIÓN.

- REUNIÓN: este supuesto opera cuando los títulos son emitidos en serie pero en base a una única
operación y expresan montos unitarios todos iguales entre sí. La reunión de varios títulos en uno es
viable sólo cuando han sido emitidos por un mismo librador y el título único se emite a costa del
poseedor que lo solicita, en cuyo caso el monto del título único será la sumatoria de todos los títulos
reunidos.

- FRACCIONAMIENTO: es la operación inversa a la reunión; se trata de un título que puede ser


dividido en varios títulos de igual valor por el librador, a pedido y costa del poseedor.

En todos estos casos, la extinción es IMPROPIA, pues en realidad el derecho contenido en el título no se
extingue definitivamente, sino que se transfiere del título sustituido al nuevo título.
La extinción es PROPIA cuando existe una doble extinción (del título y del derecho): lo que se extingue es el
derecho cartular mismo:

a) CUMPLIMIENTO TOTAL Y SATISFACTORIO: opera cuando el cumplimiento lo es por la totalidad de las


prestaciones mencionadas en el título –no en el caso de cumplimiento parcial–, y éste es destruido con el
fin de evitar que continúe circulando bajo la apariencia de un título eficaz. Pero para que el cumplimiento
produzca la extinción del derecho cartular, quien cumplió íntegramente con las prestaciones debe ser el
obligado principal, pues si quien paga es un endosante, sólo los firmantes posteriores a él quedan
liberados pero no los anteriores (el nexo cambiario continúa).

b) PRESCRIPCIÓN: cuando el derecho cartular ha prescripto y así ha sido declarado en juicio, la


consecuencia no puede ser otra que esta doble extinción, salvo que el título contenga otros derechos
además del prescripto o pudiera hacerse valer contra otros sujetos no beneficiados por la prescripción.

c) REMISIÓN: se trata de la remisión hecha mediante la entrega del título al deudor (no precedida del pago),
seguida de su destrucción o anulación. La simple entrega produce la extinción pero sólo en las relaciones
interpartes, ya que para ser oponible frente a 3º el título debe ser inutilizado de forma tal de evitar que
continúe circulando bajo la apariencia de un título eficaz.

d) OTRAS CAUSAS: también hay extinción por cualquier otra causa que importe cumplimiento o cesación
del objeto para el cual el título fue creado, causa que debe hallarse debidamente identificada en el
documento. Son ejemplos:

- NOVACIÓN: la extinción por causa de la novación requiere de animus novandi, el cual deberá estar
expresado en el propio título o, en su defecto, podrá determinarse según las circunstancias del caso,
pero siempre debe probarse: la voluntad de novar no se presume. Pero además, el título novado
debe ser destruido o anulado como forma de denunciar la extinción operada, pues de lo contrario la
misma no será oponible frente a un eventual adquirente de buena fe.

- CONFUSIÓN: la confusión tiene lugar cuando se reúnen en una misma persona las calidades de
deudor y acreedor; en materia cambiaria, la extinción por confusión es posible pero sólo cuando el
obligado en cuestión reúne ambas calidades en un momento determinado: al momento del
vencimiento del título. Téngase en cuenta que estamos ante títulos destinados a circular, motivo por
el cual el título que vuelve a alguno de los obligados durante su vida útil –caso del endoso de
retorno–, puede continuar circulando sin que opere la confusión.

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- RENUNCIA EXPRESA ó TÁCITA: según se halle o no consignada en el documento; la renuncia tácita
tiene lugar cuando el poseedor que ha recibido un pago parcial no ha dejado constancia de ello en la
propia letra.

BOLILLA II

LIBERTAD DE CREACIÓN Y RIGOR CAMBIARIO.-

ARTICULO 1820.- Libertad de creación. Cualquier persona puede crear y emitir títulos valores en los tipos y
condiciones que elija. Se comprende en esta facultad la denominación del tipo o clase de título, su forma de
circulación con arreglo a las leyes generales, sus garantías, rescates, plazos, su calidad de convertible o no
en otra clase de título, derechos de los terceros titulares y demás regulaciones que hacen a la configuración
de los derechos de las partes interesadas, que deben expresarse con claridad y no prestarse a confusión con
el tipo, denominación y condiciones de los títulos valores especialmente previstos en la legislación vigente.

Sólo pueden emitirse títulos valores abstractos no regulados por la ley cuando se destinan a ofertas públicas,
con el cumplimiento de los recaudos de la legislación específica; y también cuando los emisores son
entidades financieras, de seguros o fiduciarios financieros registrados ante el organismo de contralor de los
mercados de valores.

El entorno normativo del principio de libertad de creación. Quizás una de las verdaderas innovaciones del
Proyecto se relaciona con la libertad de creación no tanto en materia de títulos seriados para el mercado de
capitales sino en todos los títulos. El nuevo codigo, mejora un poco su redacción y permite una ampliación de
la libertad en este sentido.

El principio de libertad de creación fue incorporado hace ya algunos años con el dictado del decreto 677/2001,
el que en su considerando respectivo decía “Que, asimismo, se afirma el principio de libertad de creación de
valores negociables y se prevé todo el régimen jurídico aplicable a los valores escriturales o anotados en
cuenta”.Este texto recibe sanción con el art. 3, dec. 677/2001, que textualmente señala: “Cualquier persona
jurídica puede crear y emitir valores negociables emitidos o agrupados en serie para su negociación en
mercados de valores de los tipos y en las condiciones que elija, incluyendo los derechos conferidos a sus
titulares y demás condiciones que se establezcan en el acto de emisión, siempre que no exista confusión con
el tipo, denominación y condiciones de los valores previstos especialmente en la legislación vigente. A los
efectos de determinar el alcance de los derechos emergentes del valor negociable así creado, debe estarse al
instrumento de creación, acto de emisión e inscripciones registrales ante las autoridades de contralor
competentes”.

En lo concreto, el Proyecto, en su artículo 1820, señala que “Cualquier persona puede crear y emitir títulos
valores en los tipos y condiciones que elija. Se comprende en esta facultad la denominación del tipo o clase
de título, su forma de circulación con arreglo a las leyes generales, sus garantías, rescates, plazos, su calidad
de convertible o no en otra clase de título, derechos de los terceros titulares y demás regulaciones que hacen
a la configuración de los derechos de las partes interesadas, que deben expresarse con claridad y no
prestarse a confusión con el tipo, denominación y condiciones de los títulos valores especialmente previstos
en la legislación vigente”.

Comparativamente, se podrían marcar las siguientes diferencias:

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(i) el art. 3, dec. 677/01, sólo permite a las “personas jurídicas”, mientras que el art. 1820, alude a “cualquier
persona”;
(ii) se utiliza una denominación diferente (ya que el dec. 677/2001 se centra en la noción de “valor
negociable”, que el codigo denomina “títulos valores”);
(iii) el codigo, en algo que no es una diferencia ontológica, es más descriptivo respecto de las condiciones del
título (ya que el decreto-ley sólo alude “de los tipos y en las condiciones que elija, incluyendo los derechos
conferidos a sus titulares y demás condiciones que se establezcan en el acto de emisión” y el Proyecto incluye
“tipo o clase de título, su forma de circulación con arreglo a las leyes generales, sus garantías, rescates,
plazos, su calidad de convertible o no en otra clase de título, derechos de los terceros titulares y demás
regulaciones”)

Pero la gran diferencia, en principio, estaría circunscripta a los títulos valores no destinados a oferta pública
(sean cartulares o no) o, según el tipo de emisor del mismo, por cuanto daría al creador o emisor del título
libertad para generar títulos que no se encuentren encuadrados normativamente en las reglas generales de
los títulos valores. Ello sería, en algún punto, contrario al principio de tipicidad (derivado del rigor cambiario)
que siempre se pregonó en materia de títulos valores.

Alcances del principio:

La parte final del art. 1820, Proyecto, señala puntualmente: “Sólo pueden emitirse títulos valores abstractos no
regulados cuando se destinan a ofertas públicas, con el cumplimiento de los recaudos de la legislación
específica; y también cuando los emisores son entidades financieras, de seguros o fiduciarios financieros
registrados ante el organismo de contralor de los mercados de valores”.

Como puede verse el gran valor de la innovación se direcciona en varios sentidos y permite algunos análisis
importantes:

(i) cualquier persona puede emitirse títulos valores “causales” no regulados por la ley, aun cuando no se
destinan a ofertas públicas (ello así porque el adjetivo “abstracto” que refiere la ley podría marcar una
interpretación a contrario para habilitar la creación de títulos causales no cotizables);
(ii) se valida la emisión de títulos “causales” no regulados por la ley destinados a la emisión de títulos valores
(por cuanto el principio general del art. 1820, 1° párr., Proyecto, no podría marcar una interpretación contraria
y siendo ésta una excepción al principio general, debería entenderse de manera estricta);
(iii) están legitimados de emitir títulos valores “abstractos” no regulados por la ley destinados a la oferta
pública (por cuanto es un supuesto expreso de esta norma);
(iv) ciertos sujetos (entidades financieras, de seguros o fiduciarios financieros) pueden emitir títulos abstractos
no regulados y no destinados a oferta pública (y a fortiori, los regulados y los destinados a oferta pública).
Queda en este punto si todos estos sujetos deben ser “registrados” ante el organismo de controlar del
mercado de valores o sólo los fiduciarios financieros. En este último punto, de la especial redacción de la
norma, lo que establece el

Proyecto sobre los fiduciarios profesionales y fundamentalmente del régimen de control que tienen los otros
sujetos (bancos, aseguradores), pensamos que sólo los fiduciarios financieros deben estar registrados en el
organismo de control.

RIGOR CAMBIARIO. El sistema cambiario es riguroso en 3 aspectos:

 En lo formal- RIGOR CAMBIARIO FORMAL: se manifiesta a través de las normas que establecen los
requisitos extrínsecos o formales que debe observar el título; en el caso de las letras de cambio y pagarés,
el mismo se observa en los artículos 1º, 2º, 101º y 102º del D/L 5965/63. Si no están los requisitos
22
extrínsecos (o formales) NO HAY T.V. Desde el punto de vista pasivo, implica que quien ha firmado el
documento queda obligado por él y si quien paga omite literalizarlo en el título o anular el documento y
el mismo vuelve a circular siendo adquirido por un 3º de buena fe, el deudor deberá pagarlo nuevamente.
En cuanto al pago entonces, quien no saca el titulo de circulación (no rompe el pagare por ej.) paga de
nuevo.

 Hay que distinguir dos aspectos:


a) El activo: art. 1y 2 del D/L 5965. Establece los requisitos extrínsecos de un pagare o letra de
cambio. Si no se cumple con los requisitos previstos, directamente el titulo valor no será tal, es
decir que la forma hace a la existencia del titulo directamente.
b) El pasivo: ¿Cómo se obliga el deudor? Mediante la firma. Queda obligado independientemente de
la voluntad. Respecto al pago se extingue la obligación cuando paga, pero hay que deshacer la
firma (rompiendo el titulo o dejando constancia en el mismo que se pago.

 En lo sustancial- RIGOR CAMBIARIO SUSTANCIAL: se vincula con las cargas que impone el sistema
cambiario y cuyo incumplimiento tiene por efecto la caducidad de los derechos a que da lugar el título (v.
gr., la falta de presentación de la letra para su aceptación produce la caducidad de la acción de regreso
anticipado). Las cargas se deben cumplir, su incumplimiento trae aparejado el efecto de la caducidad del
derecho contenido en el titulo.

Es la posibilidad que tiene el tenedor de ejercer los derechos derivados del titulo haciendo uso del ius
electioni e ius variandi (ius variandi; posibilidad del tenedor de reclamar el crédito contra los firmantes o
alguno de ellos en forma conjunta o alternativa sin importar el orden en que firmaron o contrajeron las
obligaciones.

El rigor cambiario sustancial se manifiesta en dos aspectos fundamentales:

o La abstracción, que permite ejercer el derecho cartular contenido en el título con total
prescindencia de la causa que le dio origen. (se prescinde de la causa que dio origen al crédito)

o La pluralidad de vínculos, representada en la autonomía e independencia de cada una de las


garantías documentadas en el título, que hacen que existan tantos sujetos obligados como
firmantes contenga el mismo. (autonomía, cada circulación es independiente)

 En lo procesal- RIGOR CAMBIARIO PROCESAL: complementa a los anteriores, pues las leyes
procesales favorecen al acreedor que reclama judicialmente el cumplimiento de la obligación cambiaria,
otorgándole carácter ejecutivo tanto a la letra de cambio como al pagaré. El art. 50 del decreto/ley dice
que se establece la ejecución conforme al art. 521 inc.5 cpcc.

Los T.V. (cartulares) tienen reconocido en el CPCC bs as el carácter de titulo ejecutivo.

CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS VALORES

I) SEGÚN LA NATURALEZA DE LA OBLIGACIÓN

23
DOCUMENTADA

a) CAMBIARIO: Son aquello en que la obligación consiste en pagar una suma determinada de dinero.
“Letra de cambio, cheque, pagare”. Es decir en estos títulos que nosotros vamos a ver letra de
cambio, cheque, pagare siempre la obligación de deudor va hacer pagar una suma determinada de
dinero, ni cosas no fungible ni fungibles ningún otra cosa dinero.

b) REPRESENTACIÓN o REPRESENTATIVOS: Aquel que posee un título representativo tiene derecho


de posesión y disposición sobre determinadas cosas y mercaderías. Es decir por ejemplo yo tengo un
certificado de depósito, un conocimiento marítimo, con esos título de crédito yo tengo la posesión de
esas mercadería o de esas cosas cualquiera sea el lugar donde se encuentran, donde estén
embarcadas o depositadas y a la vez con es titulo puedo disponer de las mismas.

c) PARTICIPACIÓN: Dan derecho a participar en determinados organismos colectivos, en una sociedad,


las acciones. Si yo tengo una acción yo tengo un titulo de participación y me da derecho a suscribir un
aumento de capital, a participar en la asamblea a votar etc. La acción es un claro ejemplo de
participación, Warrant, conocimiento marítimo etc.

II) SEGÚN LA CAUSA


Se tiene en cuenta aquí la relevancia que tiene la causa que dio origen al título.

a) CAUSALES. En los títulos causales rige el principio de la autonomía de la voluntad. Cuando


hablamos de los causales, es decir, aquellos títulos como las acciones, warrants que circulan con la
causa, la causa SI es oponible pero el título sigue siendo literal porque la causa esta expresada en el
título, quiere decir que la causa va ser materia de excepciones pero la remisión a la causa de esos
títulos tiene que estar expresada en el documento. Para poder hacer valer una causa en un título
causal la remisión a esa causa tiene que surgir del mismo título lo que hace que un título sea causal es
la posibilidad de oponer excepciones fundada en esa causa al tercero portador de buena fe, eso es lo
que hace que un titulo sea causal, no que la causa esta expresada en el titulo porque de hecho
muchas veces en los pagarés - en los formularios que se vende en la librería - dicen por igual valor
recibido y lo completan poniendo en mercadería en dinero o en lo que a ustedes se les ocurra, es decir
en el pagaré yo estoy expresando la causa de emisión del título ¿Eso convierte al pagare en un titulo
causal? no el pagare sigue siendo un titulo abstracto, sin embargo la causa esta mencionada en el
titulo, y porque es abstracto porque no le puedo oponer excepciones fundada en esa causa al tercero
poseedor de buena fe.

¿Qué significa que la causa tenga relevancia jurídica? significa que la extensión, la modalidad y el
contenido de la obligación es oponible al tercero portador de buena fe, básicamente el título causal es
eso, es la posibilidad de oponer al tercero poseedor de buena fe las excepciones que se fundan en la
causa de emisión del título, es decir que en los títulos causales la causa circula con el título, el pagare
que he mencionado de igual valor recibido se llama cláusula de valuta, el pagare ustedes pueden
completar la cláusula de valuta y no lo va a convertir en un título causal.

¿Cómo se aplica la literalidad y la autonomía a los títulos causales? dijimos que todos los titulos
de crédito son títulos literales y autónomos, entonces ¿se aplica la literalidad a los títulos
causales? si claro que se aplica lo que sucede es un literalidad si ustedes quieren un poco más
restringidamente, pero siguen siendo títulos literales porque la causa efectivamente en los títulos
causales tiene que estar expresada en el título y las defensas y excepciones que vamos a poder
oponer son en base a la causa que figura en él, no cualquier causa, Ejemplo: los patacones que en la
parte de atrás indicaba el interés y remitía a la ley, esa causa el titulo la tenía literalizada por eso
decimos que la modalidad, extensión y la medida del ejercicio del derecho esta literalizada, porque aun
cuando se remita a otro instrumento la remisión esta literalizada. Entonces tenemos un título LITERAL
24
en donde sabemos el derecho que tenemos con solo leerlo y si es CAUSAL sabemos por la remisión
que nuestro derecho puede estar limitado o condicionado o tiene alguna modalidad mencionada en la
causa que ahí nos remite. Es la causa en los términos literalizados en el titulo. Lo que a mí me interesa
que entiendan que lo que hace al título causal es la posibilidad de oponer excepciones al tercero
portador de buena fe fundado en esa causa de emisión no en cualquier causa, en la causa de
emisión que figura en el titulo.

b) ABSTRACTOS. Son aquellos donde la causa, aunque exista, carece de toda relevancia jurídica.
Se habla de títulos abstractos cuando la obligación asumida en el título valor es independiente
del contrato subyacente o negocio causal; por tanto, ante la reclamación del tenedor legítimo,
el deudor no podrá excepcionar nada que se derive del negocio causante o subyacente frente al
poseedor de buena fe.

III) SEGÚN EL SUJETO OBLIGADO.


Interesa en esta clasificación la persona que emite los títulos de modo que serán

a) TITULOS PUBLICOS: Son los creados por un sujeto público o prerrogativa de derecho público, como
le estado Nacional, Provincial o Municipal o entes autárquicos, y en este caso ejemplo bono de la
deuda que emite el estado. La característica primordial es que están amparados por las normas de
derecho penal.

b) TITULOS PRIVADOS. Estos, son los emitidos por entes privados, (acciones, warrants, letra de
cambio, carta de porte, certificado de prenda, obligaciones negociables, debentures, pagare, factura de
crédito, cheque, etc.).

IV) SEGÚN LA AUTOSUFICIENCIA


O NO DEL TITULO

a) TITULOS COMPLETOS: El negocio jurídico queda abarcado en el título de modo tal que regula todos
los aspectos del mismo como es lugar y fecha de pago, los sujetos deudor, acreedor, no es necesario
remitirme a elementos extraños a él se dice que ese título es completo, como ejemplo el cheque el
pagar, la letra de cambio. Su texto es autosuficiente para la descripción integral de los derechos que
atribuye a su portador. SON LOS TITULOS CARTULARES O PAPELES DE COMERCIO (LETRA,
PAGARE, CHEQUE)

b) TITULOS INCOMPLETOS. Por contra partida si es necesario para ejercer los derechos y para
comprender el negocio jurídico de que se tratare a elementos externos al título, es un título incompleto.

Para yo saber cuáles son los derechos que me otorga las acciones la forma que voy a votar que voy
concurrir a la asamblea etc., eso no surge del título sino que es necesario que yo me remita al contrato
social, por eso se dice que las acciones son títulos incompletos es decir que los derechos que se
ejerzan conforme a estas acciones y a los fines de ejercerlo no necesito remitirme ni integrarlo con otro
documento, en este caso el contrato de sociedad.

No es autosuficiente y el alcance y contenido de algunos de los derechos que atribuye, exige recurrir a
otros documentos que el titulo mismo señala con ese fin.

¿Cómo funcionaba la literalidad en los títulos completos e incompletos? si bien el título es incompleto

25
es decir que yo lo puedo entregar y me puedo remitir a documento y elementos extraños al título como
los títulos de crédito -son literales- la remisión que yo haga a otro documento tiene que ser dentro de
las menciones o constancia del título, en el caso de las acciones para remitirme al contrato de
sociedad mínimamente tiene que estar expresado en el contrato de sociedad la acción porque no me
voy a remitir a cualquier contrato de sociedad para integrar esa acción y como yo voy a ejercer los
derechos sociales, sino siempre mínimamente la causa tiene que estar expresada en el documento lo
mismo que los titulo de la deuda pública los bonos.

Gualtiere-winisky habla que la causa esta expresada en el titulo, titulo causal es cuando la causa esta
expresada en el titulo, o le suelen decir cuando la causa tiene relevancia jurídica.

V) SEGÚN LA CANTIDAD DE EMISION

a) TITULOS EMITIDOS O CREADOS EN MASA O EN SERIE. El sujeto emisor los lanza a la circulación
en uno o varios actos pero en gran cantidad. Están individualizados por número, pero no obstante son
fungibles. Ocurre así por ejemplo con los Títulos de la Deuda Publica, los LECOP, las acciones de
sociedades anónimas, etc.

b) TITULOS CREADOS INDIVIDUALMENTE. Requieren un acto de creación y emisión particular, con la


firma autógrafa del emitente, no son fungibles, aun cuando por ejemplo se refieran a una misma
relación fundamental (por ejemplo los pagarés escalonados librados como consecuencia de un mutuo).

VI) SEGÚN EL MODO DE SU EMISION


Teniendo en cuenta los distintos modos de circulación, se los puede clasificar en títulos al portador,
a la orden y nominativos.

a) TITULOS AL PORTADOR: (el título tiene inserto la cláusula “al portador”.) Se consideran tales,
aquellos en los que no figura el nombre de ningún beneficiario, y en su lugar figura la cláusula al
portador. Además del caso señalado se agregan a esta especie aquellos títulos librados a nombre de
persona determinada con el agregado “o al portador” u otra análoga, “… la voluntad del librador está
claramente expresada en el sentido de que el pago se efectué a la persona indicada o indistintamente
al portador…”. Asimismo se plantea la cuestión de si el título es al portador cuando el contiene la
designación del tomador en blanco. El titulo librado en blanco es asimilable al título al portador.Los
títulos al portador se transmiten por la simple entrega manual, y se considera beneficiario del título
aquel que se encuentre en la posesión material del mismo

Son títulos al portador: los títulos públicos, BONEX, BODEN, los debentures, las obligaciones
negociables, es una de las modalidades que pueden adoptar la carta de porte, el conocimiento de
embarque, el cheque, remuneración que debe considerarse solo enunciativa.

b) TITULOS A LA ORDEN. En estos figura el nombre del beneficiario, seguido de la cláusula “a su orden”
o “a la orden” facultándoselo para ejercer los derechos derivados del título o transmitirlo mediante su
firma en el dorso del documento, sin intervención alguna del deudor o emisor del título.
Esta cláusula puede ser expresa o implícita, como sucede en la letra de cambio o el pagare, que son
por esencia, títulos a la orden.

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El paradigma del título a la orden es la letra de cambio. En ella se originó esta cláusula, y podríamos
decir que a su evolución le deben los títulos valores buena parte de su teoría.

c) TITULOS NOMINATIVOS. Es aquel que se libera a favor de determinada persona, cuyo nombre
consta en el titulo como beneficiario. A su vez se sub-clasifica en título endosable y título nominativo no
endosable. Tiene identificado el beneficiario, para que circule se necesita entrega y firma del
beneficiario.

El titulo nominativo endosables, es transmisible por endoso a través de la firma del beneficiario, pero
requiere la inscripción del nombre del adquirente en un registro creado a tal fin que debe llevar el
emitente además del traspaso de la posesión del título.

Como ejemplo de título nominativo endosable, podemos citar el warrant.

En cambio el titulo nominativo no endosable, solo es transmisible (por actos entre vivos) por vía de la
cesión de los correspondientes derechos por un título suficiente (cesión de crédito, compraventa,
donación, etc.), lo que permite sostener a importante doctrina que no serían propiamente títulos
valores, cuando se trata de la letra, el cheque y el pagare así emitidos.

d) Títulos en blanco: el título no tiene identificado el beneficiario del mismo.

VII) SEGÚN DONDE SEAN CREADOS

a) Nacionales: creados en territorio nacional: Son emitidos en el país. Aquí va a regir el “adagio del opus
régimen actum” es decir que el lugar de creación va a regir las formalidades del título es decir el titulo
es creado en el país se va a regir por las normas nacionales. Se rige por las normas nacionales,
emitidos por el estado nacional, pcial, o municipal.

b) Extranjeros: creados en el extranjero (se rige por normas del derecho internacional privado-.

VIII) SEGÚN CUANTOS DERECHOS TENGAN

a) Simple: aquellos que tienen solo un derecho.

b) Complejo: aquel que va a tener más de un derecho.

IX) SEGÚN SU TIPO

Titulos de Legitimación - Documento de legitimación: Es un documento que tiene incluida una


declaración de voluntad. Documento que le otorga a quien lo tiene un medio de prueba para adquirir el
cumplimiento de la obligación. Que no tiene un derecho autónomo, tampoco necesidad, y literalidad. No
son literales, no circulan, no dan un derecho autónomo. Los títulos de legitimación no buscan agilizar la
circulación de los créditos, sino simplemente establecer una forma de identificación del titular del derecho
que exima al deudor de la necesidad de investigar si dicho derecho es legítimo o si corresponde o no al
presentante.
Dichos títulos se rigen por el derecho común y, dado que no son títulos valores, no revisten los caracteres
generales de necesidad, literalidad y autonomía. El deudor puede válidamente pagar incluso aunque el
título no le sea exhibido o bien declararse insatisfecho con la mera presentación del documento y exigir
pruebas extracartulares adicionales. Además, el tenedor de esta clase de títulos está expuesto a todas las
defensas que hubieren procedido contra cualquiera de los tenedores anteriores –son ejemplos de esta
27
categoría los boletos del transporte de pasajeros, las constancias del guardarropas, las entradas a
espectáculos públicos, etc.

Los títulos impropios: Son títulos de créditos pero que poseen reducido o limitado algunos de los
caracteres de los títulos de valores, como por ejemplo la autonomía y por lo tanto algunas de la funciones
como la circulación con rapidez, con certeza y con seguridad, no se cumplen – principal objetivo que tiene
el derecho cambiario para así poder proteger el crédito – de ahí la denominación de impropios, porque
justamente no cumplen con todas las funciones que busca el derecho Cambiario ya que se utilizan
mecanismos propios de éste derecho (el Cambiario) pero que producen los efectos del derecho común, es
decir, del derecho Civil, por ejemplo el aval posterior al protesto. El aval es algo típicamente cambiario,
ahora “ el aval posterior al protesto -dice Gómez Leo- equivale a una fianza (aunque algunos autores no
estén de acuerdo a esto) es decir que se puede utilizar un elemento propio del derecho cambiario como es
el aval sin que surtan los efectos cambiarios, ya que los efectos que provocan son los del derecho Civil,
confeccionado así un claro ejemplo de título impropio.

Documentos de legitimación y títulos impropios REGULACION DEL CODIGO.-

ARTICULO 1835.- Títulos impropios y documentos de legitimación. Las disposiciones de este Capítulo no
se aplican a los documentos, boletos, contraseñas, fichas u otros comprobantes que sirven
exclusivamente para identificar a quien tiene derecho a exigir la prestación que en ellos se expresa o a
que ellos dan lugar, o a permitir la transferencia del derecho sin la observancia de las formas propias de la
cesión.

LA LEGITIMACIÓN CAMBIARIA

No debe confundirse titularidad con legitimación: la primera alude a la pertenencia de un derecho, en tanto la
segunda se vincula a la facultad de ejercicio de un derecho. En el derecho común, ambos institutos suelen
operar juntos, de modo que un determinado derecho sólo puede ser ejercido por su titular. Pero en materia
cambiaria la situación varía pues la legitimación funciona independientemente de la titularidad del derecho: el
poseedor legitimado según la ley de circulación del título, está habilitado para ejercer todos los
derechos emergentes del mismo sin necesidad de probar que es propietario del documento.

A) LEGITIMADO ACTIVO: es siempre el tenedor legítimo (de buena fe) quien de esta forma se
convierte en ACREEDOR CAMBIARIO y se halla legitimado para exigir el cumplimiento de la
obligación cartular. Para su determinación sólo se requiere una sencilla investigación formal,
consistente en verificar que el sujeto posea materialmente el título y que esa posesión sea de buena fe,
conforme la ley de circulación respectiva.

La legitimación cambiaria puede caracterizarse como una “doble habilitación” que permite:

 Exigir el cumplimiento de la obligación a su vencimiento.

 Transmitir el título en cualquier momento.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que esa doble habilitación posee diferentes alcances según el título de
que se trate:

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1. TÍTULOS AL PORTADOR (son librados a favor de una persona determinada y circulan por el
mecanismo del endoso): el poseedor adquiere legitimación cambiaria por la sola tenencia y
presentación del título, sin otro recaudo.

2. TÍTULOS A LA ORDEN (no son librados a favor de una persona determinada): el poseedor adquiere
legitimación por la sola tenencia y presentación del título, pero siempre que exista una cadena
ininterrumpida de endosos o acredite ser la persona indicada en el título como “tomador originario”. En
este caso, el portador sí debe identificarse por tratarse de un caso de legitimación nominal.

3. TÍTULOS NOMINATIVOS (son emitidos a favor de una persona determinada, ej. Acciones): el
poseedor adquiere legitimación cuando, además de tener y presentar el título, figura como titular del
derecho cartular tanto en el título mismo como en los registros del emisor. En este caso, al igual que el
anterior, el portador debe identificarse por tratarse de otro caso de legitimación nominal.

En las relaciones interpartes (librador/tomador; endosante/endosatario inmediato) la posesión es una


condición necesaria para ejercer el derecho contenido en el título, pero no es suficiente per se para aspirar a
la prestación comprometida, pues como contratantes directos se hallan expuestos a todas las excepciones
fundadas en la relación fundamental; en cambio, en las relaciones indirectas, la posesión del título
conforme la ley de circulación importa la transferencia automática de la titularidad del derecho
cartular, ello como consecuencia del Principio de la Incorporación. Por ende, el poseedor legitimado queda
habilitado para ejercer todos los derechos inherentes al título y para transferirlo válidamente a terceros sin
necesidad de demostrar que es propietario del documento y/o titular del derecho cartular, con lo cual quedan
superados los inconvenientes con que tropieza el derecho común en materia de legitimación, y se satisface la
exigencia de rápida circulación del crédito. A los fines de la legitimación, la eventual mala fe del poseedor es
irrelevante en el sentido que no debe probar la legitimidad de la adquisición del título, ni el deudor está
obligado a cerciorarse de ello: si el deudor paga al poseedor legitimado, paga bien, aunque luego se
demuestre que la posesión era de mala fe.

Finalmente, debe tenerse en cuenta que la posesión legítima del título, si bien es necesaria para dotar de
legitimación activa, no es suficiente para habilitar el ejercicio del derecho cartular: la misma se complementa
con la PRESENTACIÓN del título ante el deudor al momento de requerirse el pago.

POSESIÓN LEGÍTIMA + PRESENTACIÓN AL PAGO = EJERCICIO DERECHO CARTULAR

TITULARIDAD.

ARTICULO 1819 CCCN.- Titularidad. Quien adquiere un título valor a título oneroso, sin culpa grave y
conforme con su ley de circulación, no está obligado a desprenderse del título valor y, en su caso, no está
sujeto a reivindicación ni a la repetición de lo cobrado.

IMPORTANTE: ES SABER LA DIFERENCIA ENTRE LEGITIMACION Y TITULARIDAD. (CLASE):

TITULARIDAD: (quien tiene el titulo) ES TITULAR QUIEN TIENE EL TITULO ACORDE A LA LEY DE
CIRCULACION A TITULO ONEROSO Y SIN CULPA GRAVE. ES LA INCORPORACION AL PATRIMONIO DE
UN DERECHO CREDITORIO

LEGITIMACION: (quien tiene el derecho) FACULTAD DE EJERCICIO DE UN DERECHO - SON LAS


CONDICIONES ESTABLECIDAS POR LA LEY DADA DETERMINADA SITUACION PARA EJERCER
DEREHOS EMERGENTES DEL TITULO.

29
 decir que se esta legitimado equivale a decir que se puede ejercer un derecho. En el derecho cambiario
hay una particularidad: se puede estar legitimado siendo el titular de derecho o no siendo el titular del
derecho.

Supuestos en que la legitimación se desdobla:

a) Endoso en prenda.
b) Endoso en procuración.

CLASES DE LEGITIMACIÓN

- NOMINAL/REAL: difieren según si el título ha sido extendido a favor de una persona determinada (v.
gr., pagaré, letra de cambio), o sin especificación alguna al respecto, esto es, al portador.
- PLENA/LIMITADA: opera en materia de títulos a la orden cuya circulación se produce vía del endoso;
es plena cuando el endoso tiene por efecto transmitir al endosatario todos los derechos inherentes al
título; es limitada cuando, según el tipo de endoso, los efectos son restringidos y limitan al endosatario en
el ejercicio del derecho cartular (v. gr., endoso en procuración, endoso sin garantía).

B) LA LEGITIMACIÓN PASIVA. (el deudor para cumplir debe verificar que quien tiene el titulo esta
legitimado desde lo formal)

Por regla general, el deudor que paga sin dolo o negligencia al acreedor legitimado, se libera de su obligación
sin necesidad de probar su buena fe aún si paga a quien no fuera titular efectivo del derecho. Sin embargo,
para que dicho cumplimiento sea válido y posea efecto liberatorio, es necesaria la concurrencia de tres (3)
elementos:

1. Que el pago sea efectuado al tenedor legítimo, es decir, a quien tenga la posesión del título conforme
su ley de circulación.

2. Que el pago haya sido efectuado sin dolo o negligencia, a cuyo efecto el deudor posee una presunción
iuris tantum a su favor.

3. Que el acreedor le haya entregado al deudor el título respectivo.

De tal suerte, el deudor sólo podrá rehusarse al pago cuando tenga a su disposición pruebas seguras de que
el tenedor, no obstante su apariencia, no es titular del derecho que emerge del título.

ARTICULO 1817 cccn.- Pago liberatorio. El deudor que paga al portador del título valor conforme con su ley
de circulación queda liberado, excepto que al momento del pago, disponga de pruebas que de-muestren la
mala fe del que lo requiere. Sin embargo, si el deudor no recibe el título valor, se aplica lo dispuesto por el
artículo 1819.

BOLILLA III

LETRA DE CAMBIO Y PAGARE: Decr.- ley 5965/63, sobre letra de cambio y pagare.

30
En julio de 1963, se dicta este decreto, sobre la letra de cambio (arts. 1-100) y pagaré (101-104). Las fuentes
de este estatuto cambiario son el proyecto de Yadarola presentado en la cámara diputados, la ley uniforme de
ginebra de 1930; del real decreto italiano de 1932; el derogado código comercio de 1889 y el código de
comercio de Francia.

El proyecto estuvo inspirado General en los principios del sistema alemán y centroeuropeo triunfantes en la
conferencia de ginebra de 1930. Por otra parte, se siguió a la ley italiana, aunque Yadarola no reprodujo
algunos artículos, como por ejemplo, sobre proceso cambiario, sobre cancelación, sobre domicilio y lugar de
pago. La comisión asesora incluso en el texto vigente algunas modificaciones sobre el uso alternativo de la
cláusula “a la orden “, se prevé también el protestó postal bancario, se introduce normas derecho procesal
sobre eximición de costas, etc.

LA LETRA DE CAMBIO: CONCEPTO. CARACTERES. SUJETOS QUE INTERVIENEN EN SU CREACIÓN


Y NEGOCIACIÓN.

LA LETRA DE CAMBIO es un título valor (catular) formal, completo y abstracto, mediante el cual quien lo
emite –librador– da una orden a otra persona –girado– de pagar o hacer pagar incondicionalmente a un
tercero –tomador o beneficiario–, una determinada suma de dinero en el lugar y plazo indicados en el
documento. En efecto, se trata de un título valores a la orden que contiene una promesa incondicionada del
hecho de un tercero, y sólo si ese tercero no cumple, el librador asume como propia la obligación de pagar.

De esta definición se desprende que, en principio, la letra de cambio supondría la participación de tres (3)
sujetos y emplazamientos diferentes; sin embargo, el artículo 3º del D/L 5965/63 prevé la posibilidad de que
dos (2) emplazamientos sean cubiertos por una misma persona (v. gr., letras giradas a la orden del propio
librador o a cargo del propio librador).

Según Gómez Leo: “La letra de cambio” es un título valor (cartular) a la orden, abstracto, formal y completo,
que contiene la promesa incondicionada de hacer pagar o, en su defecto, una suma determinada de dinero a
su portador legitimado, vinculando solidariamente a todos sus firmantes.

Es un título valore y tiene como tal, una estructura funcional integrada por la declaración cartácea y el sustrato
material o documento que le sirve de soporte. A su vez posee los tres caracteres esenciales de ellos: es
necesario literal y autónomo. Tiene naturaleza de cosa mueble.

La denominación “letra de cambio”, que es un requisito esencial hace innecesaria la inclusión de la cláusula
“a la orden”; basta con el nombre del tomador o beneficiario.

SUJETOS: Si bien puede intervenir varios sujetos en el libramiento de una letra de cambio, al menos hay tres
emplazamientos ineludibles:

a) Que libra, o crea, que es el primer firmante de documento, denominado LIBRADOR O GIRANTE del
título.

b) Quien recibe la orden impartida por el librador, al cual éste le ruega que pague, y que en caso de aceptar
firmándola se convierte en principal obligado cambiario; se lo denomina GIRADO, Y CUANDO ACEPTA,
ACEPTANTE. Sólo se sabe si aceptó o no es conveniente denominarlo librado.

c) Que recibe la letra, a cuyo orden se la libra, es el BENEFICIARIO. Quien a su vez es el primer portador
legitimado del título.

No siempre es indispensable la presencia de tres personas, puede ser más o menos.

31
Art. 3°D/L – La letra de cambio puede ser a la orden del mismo librador.

Puede ser girada a cargo del mismo librador. Puede ser girada por cuenta de un tercero.

Ese contenido mínimo del nexo cambiario puede ampliarse:

1. Siendo la letra de cambio un título naturalmente a la orden, el tomador puede negociar la antes del
vencimiento a fin de procurarse efectivo o dando la en pago en reemplazo de dinero. A estos efectos, la
endosará y transmitirá, convirtiéndose en primer endosante, y que la recibe endosatario. Esta
negociación puede repetirse en múltiples oportunidades. Cada uno de los endosantes se transformará en
garante del pago del título. (Art. 16. – El endosante es garante de la aceptación y del pago de la letra,
salvo cláusula en contrario.)
2. Todos los firmantes enunciados puede ser garantizados mediante el otorgamiento de un aval. Incluso
puede ser garantizado quien haya otorgado el aval (aval del aval)
3. Tanto liberador como los endosantes y sus avalistas, pueden indicar a una persona para que pague la
letra si el girado no lo hace, para evitar que el portador pueda accionar de regreso anticipado contra
ellos, denominado indicado o interviniente forzoso.
4. A su vez, sea el girado o el indicado no aceptan o no pagan, cualquier persona obligada o no, puede
aceptar o pagarla en nombre de alguno de los obligados de regreso; este sujeto es denominado
interviniente espontaneo o voluntario.
5. Por último, tenemos al domiciliatario, que es aquel, por cuyo intermedio se debe efectuar el pago. No es
obligado cambiariamente.

PAGARÉ. SU TRATAMIENTO LEGISLATIVO. CONCEPTO. CARACTERES. SUJETOS QUE INTERVIENEN


EN SU CREACIÓN Y NEGOCIACIÓN. DIFERENCIAS ENTRE AMBOS TÍTULOS.

El pagare es TV, cartular (literal, necesario, autónomo, abstraacto, formal y completo), que realiza el librador
asumiendo en forma incondicionada una declaración de voluntad que se exterioriza por medio de su firma, el
librador se obliga a cumplir con la obligación contenida en el titulo (pagar una suma determinada de dinero) a
favor del beneficiario. En el pagare entonces hay como minimo dos emplazamientos: a) librador (quien crea el
titulo- es el único que pagando extingue el titulo.) – b) beneficiario (a favor de quien se crea el titulo)

El PAGARÉ es un título valor (titulo cartular) formal, completo, abstracto, mediante el cual quien lo emite –
librador– realiza una promesa pura y simple de pagar a un tercero –beneficiario– una suma determinada de
dinero, en el lugar y plazo establecidos en el documento. Ello implica que el título se complementa con la
participación de dos (2) sujetos y emplazamientos, más uno (1) cuya participación es eventual:

 LIBRADOR, que es quien emite el documento y promete un hecho propio, asumiendo la calidad de
obligado principal desde el mismo momento de su libramiento.

 BENEFICIARIO, que es el destinatario de la promesa de pago.

 ENDOSANTE, cuya participación es eventual (puede o no estar); en caso de existir endosantes, los
mismos son obligados solidarios con el librador.

 Aval: También los firmantes pueden ser garantidos con el aval.

LAS PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE EL PAGARÉ Y LA LETRA DE CAMBIO SON LAS


SIGUIENTES:

32
a) Mientras que en el pagaré el librador promete un hecho propio3, en la letra de cambio el librador
promete el hecho de un 3º –el girado–: le ordena al girado que acepte y pague la letra y, sólo si éste no
cumple esa orden, promete un hecho propio.

El pagaré contiene la promesa efectuada por el librador, que se compromete personal directamente al
pago del título. La letra contiene promesa del hecho de un tercero (girado), y si no cumple, promete el
hecho propio.

b) Mientras que en el pagaré sólo se verifican dos (2) emplazamientos (librador y tomador), en la
letra de cambio se dan cuanto menos tres (3) emplazamientos (librador, tomador o beneficiario,
y girado - aceptante).

c) Mientras que en el pagaré el principal obligado y sujeto pasivo de la acción directa es el librador, en la
letra de cambio el obligado principal y sujeto pasivo de la acción directa es el girado- aceptante.

En el pagare, el librador es el obligado principal y sujeto pasivo del acción cambiaria directa, mientras
que en la letra, el girado cuando acepta, es el obligado principal y sujeto pasivo. El librador es obligado
de regreso, y en caso de que pague, puede reembolsarse (al girado) todo lo pagado al aceptante.

d) En el pagaré no existe la “aceptación” motivo por el cual no rige la obligación de presentarlo a este
efecto, ni de levantar protesto, ni tampoco se prevé una acción de regreso anticipada por falta de
aceptación, todos éstos elementos plenamente vigentes para la letra.

e) Ambos documentos tienen regímenes diferentes de suplencias legales: en la letra, el lugar de creación
tiene suplencia, mientras que en el pagaré el lugar de creación es un requisito esencial sin suplencia
(el pagaré que no indique el lugar de creación no vale como tal).

LA FACTURA CONFORMADA.

La “factura conformada” se halla regulada por la Ley 24.064 y es una suerte de combinación entre una factura
común y un pagaré: opera en los casos de compraventa de mercaderías, locación de servicios o de obra
donde se hubiere convenido un plazo para el pago del precio. La factura conformada confeccionada de
acuerdo al régimen fijado por dicha ley se considera emitida con la cláusula “sin protesto”, siéndole aplicables
todas las previsiones pertinentes del D/L 5965/63 en tanto no se opongan a ella; el vendedor o locador
revisten el carácter de “tomador” y pueden transmitir la factura por vía del endoso.

El sistema se estructura de la siguiente forma: el proveedor de las mercaderías o servicios debe abrir una
cuenta corriente bancaria y emitir las facturas respectivas indicando en las mismas la entidad bancaria en que
deben pagarse; al momento de entregar las mercaderías o concluida la locación, dichas facturas deben ser
presentadas ante el cliente para ser conformadas. Los plazos de pago pueden ser de treinta (30), sesenta (60)
o noventa (90) días, y su cancelación puede hacerse efectiva en cualquier entidad bancaria hasta el mismo
día de su vencimiento; luego del vencimiento, sólo puede pagarse en la entidad bancaria designada en el
documento.

GARANTIAS

GARANTÍA EXTRACAMBIARIA.
3 En el pagaré, la estructura obligacional es distinta porque el librador asume la promesa de pago de forma PERSONAL y DIRECTA, es decir, sin
comprometer hechos de terceros (es obligado principal y único garante de pago del título); por ende, en el pagaré no existe una relación extracambiaria
de provisión como en la letra.
33
Dijimos que la letra de cambio es un documento a través del cual el librador ordena al girado pagar
incondicionalmente a un tercero una determinada suma de dinero en el lugar y plazo indicados en el
documento. Cabría preguntarse entonces, ¿por qué el destinatario del mandado fue esa persona en particular
y no otra, y por qué la misma lo ha aceptado?. La respuesta es que entre el librador y el girado existe una
relación extracambiaria llamada “relación de provisión”: la relación de provisión es una relación de crédito
ordinaria entre las partes, donde generalmente el librador reviste la calidad de acreedor y el girado reviste la
calidad de deudor; el contenido de esa relación siempre es un crédito cuya medida debe ser, cuanto menos,
igual al importe del título y cuyo vencimiento operará al momento del vencimiento del título.

La provisión puede obedecer a la existencia de negocios u operaciones de distinta naturaleza entre el librador
y el girado (v. gr., préstamo, mutuo, donación, compraventa, etc.), pero siempre se sustenta en la existencia
de un crédito: por ejemplo, si el librador vendió mercaderías al girado, dichas mercaderías constituirían lo
que la doctrina llama COBERTURA o RELACIÓN DE VALUTA (contraprestación) y la provisión estaría
representada por el saldo de precio que tiene que pagar el girado por esas mercaderías; si las mismas
hubieran sido enviadas al girado en consignación o en depósito, existe cobertura pero no provisión, la que se
generará cuando esas mercaderías sean vendidas pues recién allí nacerá el crédito a favor del librador.

Técnicamente, la provisión es una garantía extracambiaria:

 GARANTÍA, porque la existencia de esta relación aumenta las probabilidades de aceptación por parte del
girado, quien a partir de la aceptación se convierte en obligado principal y con su pago libera a todos los
obligados, incluso al propio librador.

 EXTRACAMBIARIA: porque no se halla legislada ni existe obligación legal de literalizarla en el título; el


librador no está obligado a efectuar la provisión (v. gr., remitir el dinero o asegurar la existencia de un
crédito entre ellos), ni el girado se halla obligado de aceptar la letra, motivo por el cual existen tres (3)
situaciones posibles:

1. Que exista provisión y el girado acepte la letra, en cuyo caso la garantía extracambiaria opera
plenamente.

2. Que exista provisión y el girado no acepte la letra, en cuyo caso el girado queda al margen de la
relación cambiaria y será el librador, como obligado principal, quien deberá pagar la letra y luego
accionar contra el girado por los daños y perjuicios sufridos, a cuyo efecto el título servirá como un
elemento de prueba; pero esta acción será extracambiaria pues el girado nunca llegó a ser obligado
cambiario.

3. Que no exista provisión, o el librador no la haya efectuado y el girado acepte la letra, en cuyo caso
éste se convierte en obligado principal y debe pagar al momento del vencimiento; si no lo hiciera, el
tenedor legítimo deberá levantar protesto y accionar cambiariamente contra el girado aceptante o
contra todos aquellos que son sus garantes, incluso el librador; en tal caso, el girado aceptante
tendrá contra el librador una acción extracambiaria por el monto total abonado, los intereses, daños
y perjuicios, por haber girado en descubierto la letra sin haber realizado la oportuna provisión de
fondos antes del vencimiento.

La relación de provisión es siempre extracambiaria y, por ende, no podrán oponerse al portador


legitimado excepciones o defensas fundadas en la misma, aún cuando ésta se halle literalizada en el
título.

34
En cuanto a la situación de los bienes que integran la provisión en el supuesto de concurso o quiebra del
librador que la efectuó o del girado que la recibió, existen tres (3) posturas:

 SISTEMA FRANCÉS, según el cual el tenedor legítimo reviste la calidad de propietario de dichos
bienes, pudiendo solicitar su reintegro.

 SISTEMA ANGLOAMERICANO, según el cual el tenedor legítimo no reviste la calidad de


propietario de dichos bienes, pero sí tiene un derecho de preferencia sobre el producido de los
mismos.

 SISTEMA ALEMÁN, que es el receptado por el D/L; no reconoce derechos de propiedad ni


preferencia alguna a favor del tenedor legítimo, motivo por el cual, en caso de concurso o quiebra
del librador o del girado, deberá presentarse y verificar su crédito como cualquier acreedor
quirografario.

Finalmente, no debe confundirse la relación fundamental con la relación de provisión: si bien ambas son de
naturaleza extracambiaria, mientras que la primera da origen al título, la segunda garantiza
extracambiariamente la prestación comprometida.

GARANTÍAS CAMBIARIAS.

1. GARANTÍA ESENCIAL: es la que alcanza al LIBRADOR . Se halla prevista en los artículos 10º y 16º
del D/L y supone una doble garantía: 1) de aceptación; y 2) de pago; sin embargo, la ley prevé la
posibilidad que el librador pueda eximirse de la garantía de aceptación, pero no de la de pago, pues
si incluyera una cláusula en ese sentido, la misma se tendría por no escrita. La inclusión de la cláusula
“sin garantía de aceptación” posee importantes efectos prácticos pues, mediando la misma, el portador
legítimo sólo podrá accionar contra el librador una vez operado el vencimiento de la obligación,
mientras que de no mediar cláusula en tal sentido, podría accionar anticipadamente, sin necesidad de
esperar al vencimiento de la letra.

2. GARANTÍA NATURAL: es la que alcanza al ENDOSANTE . A diferencia del librador, el endosante


puede liberarse de ambas garantías mediante la cláusula “sin garantía”.

3. GARANTÍA ADICIONAL: es la que alcanza a los AVALISTAS .

4. GARANTÍA EVENTUAL: es la que se da en el supuesto de “intervención cambiaria”.

REQUISITOS INTRÍNSECOS DE LA LETRA DE CAMBIO Y EL PAGARÉ.

Los requisitos intrínsecos –sustanciales– son los comunes a todo acto jurídico, esto es, objeto, causa,
capacidad y voluntad; sin embargo, la ausencia o vicio de alguno de ellos no invalida el documento ni las
obligaciones de los demás firmantes, sino que faculta al afectado a oponer las respectivas excepciones o
defensas personales:

1) OBJETO: debe consistir exclusivamente en la promesa incondicionada –o pura y simple en el pagaré–


de pagar o hacer pagar una suma determinada de dinero, no admitiéndose otro tipo de prestaciones.
2) CAUSA: alude a la “causa/fin”, es decir, al negocio jurídico o relación fundamental que da origen al
título. Debe tratarse de una causa lícita.

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3) CAPACIDAD: el librador debe ser un sujeto capaz de obligarse cambiariamente; en principio, todos los
sujetos que tengan capacidad para contratar pueden obligarse cambiariamente:

a) Mayores de dieciocho (18) años sobre los que no exista prohibición expresa.

b) Menores adultos, que cuenten con autorización para ejercer el comercio, o posean título
habilitante para ejercer profesión, o se encuentren emancipados por matrimonio.

c) Las personas de existencia ideal, los incapaces y los inhabilitados, quienes pueden obligarse
cambiariamente a través de sus representantes y/o curadores. Sin embargo el artículo 7° del
D/L 5965/63 dispone que si la letra llevare la firma de una persona incapaz para obligarse
cambiariamente, las obligaciones de los otros suscriptores siguen siendo válidas. Ello
implica que, si el título es formalmente válido, la firma de un incapaz no lo invalida y los demás
sujetos que lo firmaron continúan obligados cambiariamente (Principio de Autonomía).

No pueden obligarse cambiariamente, bajo pena de nulidad, los menores impúberes, los dementes
declarados tales en juicio y los sordomudos que no saben darse a entender por escrito.

4) VOLUNTAD: por tratarse de una declaración unilateral de voluntad, se requiere que el sujeto actúe con
discernimiento, intención y libertad y que su voluntad no esté viciada por la existencia de error, dolo o
violencia; sin embargo, estas defensas sólo podrán oponerse entre sujetos obligados directamente (v.
gr., librador/tomador, endosante/endosatario, etc.) o contra tenedores que, al momento de adquirir el
título, conocían la existencia del vicio (mala fe), no así contra los portadores de buena fe de la cambial:
el vicio de la voluntad no es oponible al tenedor legítimo (de buena fe).

MODALIDADES DE GIRO ó LIBRAMIENTO: SUPUESTOS LEGISLADOS.

En principio, la letra de cambio supone la participación de tres (3) sujetos y emplazamientos diferentes –
librador, girado y tomador o beneficiario–. Sin embargo, el artículo 3º del D/L 5965/63 prevé la posibilidad de
que dos (2) emplazamientos sean cubiertos por una misma persona:

a) LETRA GIRADA A LA ORDEN DEL PROPIO LIBRADOR: la misma persona que crea el título es
beneficiaria del pago (librador y tomador se confunden en una sola persona). Es un recurso
frecuentemente utilizado para “forzar” la aceptación del título, dado que la relación cambiaria queda
configurada exclusivamente por deudor/acreedor.

b) LETRA GIRADA A CARGO DEL PROPIO LIBRADOR: la misma persona que crea el título es la
destinataria de la orden de pago, es decir, quien la acepta y debe pagarla (librador y girado se
confunden en una sola persona). En este caso la letra de cambio se asemeja al pagaré, aunque
existen algunas diferencias:

- En el pagaré, la acción contra en librador en caso de incumplimiento es directa, no requiere de


protesto y prescribe a los tres (3) años contados desde su vencimiento.

- En la letra de cambio, previamente debe presentarse la misma para su aceptación; si la misma


no es aceptada, deberá levantarse protesto y recién a partir de allí se contará con un (1) año
para entablar la acción, que no será directa sino de regreso.

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c) LETRA GIRADA POR CUENTA Y ORDEN DE UN TERCERO: es un supuesto de mandato sin
representación entre quien emite efectivamente la orden de pago y el librador. El librador es el único
obligado cambiario frente al tomador, los endosantes y los posibles portadores legitimados, toda vez
que quien ha emitido la orden queda al margen de las relaciones cambiarias contenidas en la letra.

MODALIDADES DE GIRO ó LIBRAMIENTO: SUPUESTOS NO LEGISLADOS.

a) LETRA GIRADA A LA ORDEN DEL LIBRADOR Y A SU CARGO, en cuyo caso la misma persona que
crea el título es la obligada a pagarlo y, a su vez, beneficiaria del pago. Es un supuesto meramente
dogmático, donde las personas de librador, tomador y girado se confunden en una sola. Sólo produce
efectos cambiarios cuando el beneficiario transmite el título endosándolo.

b) LETRA GIRADA A LA ORDEN DEL GIRADO, en cuyo caso la persona obligada a efectuar el pago es
también beneficiaria del mismo (girado y tomador se confunden en una misma persona).

LA REPRESENTACIÓN CAMBIARIA.

Todo acto jurídico cambiario (v. gr., libramiento, endoso, aceptación, etc.), puede ser otorgado a través de un
representante, siempre que tal representación surja del propio texto de la letra de cambio –téngase en cuenta
que estamos ante un título “completo” que como tal debe bastarse a sí mismo–. En tales casos, el documento
deberá contener la firma del representante acompañada de la cláusula “por poder” o “p.p.” o “por mandato” o
cualquier otra equivalente que denote claramente que el firmante actúa en nombre y por cuenta de su
representado.

Art. 9°D/L – El que pone su firma en una letra de cambio invocando la representación de otro debe hallarse
autorizado con mandato especial; el mandato general no hace presumir la facultad de obligarse
cambiariamente.

La facultad general de obligarse en nombre y por cuenta de un comerciante comprende también la de


obligarse cambiariamente con motivo de los actos de comercio del mandante, salvo que en el instrumento del
mandato inscrito de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 36, inciso 4°, del Código de Comercio se
dispusiera lo contrario.

El artículo 9° del D/L impone la necesidad de realizar una distinción según se trate de representantes de
comerciantes o no comerciantes:

 MANDANTE NO COMERCIANTE (1° párrafo): si el mandante no es comerciante, sólo quedará


obligado cambiariamente si su representante hubiere actuado con poder especial; el mandato general
no hace presumir la facultad de obligarse cambiariamente; es decir, la ley crea una presunción
iuris tantum de que la asunción de obligaciones cambiarias excede los límites del mandato general.

 MANDANTE COMERCIANTE (2° párrafo): si el mandante reviste la calidad de comerciante, el


mandato general de administración habilita al representante para suscribir obligaciones
cambiarias inherentes al giro normal de los negocios que administra, salvo que de la inscripción
del mismo mandato en el Registro Público de Comercio surja que existe una restricción expresa
impuesta por el mandante para ello.

En el caso de las sociedades comerciales, es sabido que las mismas necesariamente deben actuar por medio
de sus representantes legales, quienes deben estar designados en sus respectivos contratos sociales,
debidamente inscriptos en el Registro Público de Comercio para que la misma sea regular y oponible a
terceros. La norma basilar en este caso es el artículo 58° de la L.S. que dispone que si el representante
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hubiere contraído obligaciones mediante títulos valores, dicho acto obliga cambiariamente a la sociedad, aún
en infracción de la representación plural, siempre y cuando se reúnan dos (2) condiciones:

1. Que el acto no sea notoriamente extraño al objeto social.

2. Que el tercero (tomador o último endosatario) no tuvieren conocimiento efectivo que el acto se celebra
en infracción de la representación plural.

Bajo tales premisas, la sociedad responderá cambiariamente sin perjuicio de las acciones extracambiarias que
ulteriormente pueda ejercer contra el representante.

LOS FACTORES.

Se denomina “factor” a la persona a quien un comerciante encarga la administración de sus negocios en


general o de un establecimiento particular, motivo por el cual, en términos generales, el mandato que se
otorga al mismo suele contener amplias facultades pues ello hace naturalmente a su función como tal.

Siendo así, el factor posee la facultad de obligarse cambiariamente de cualquier forma (como aceptante,
endosante, avalista, etc.) en representación del principal, salvo que éste le hubiere impuesto expresamente
una restricción al respecto; sin embargo, es importante tener en cuenta que si el mandato no se inscribe en
el Registro Público de Comercio, las restricciones impuestas son inoponibles frente a terceros, salvo
que se las haga conocer expresamente o se pruebe que el tercero las conocía o debía conocerlas.

También puede ocurrir que, existiendo una restricción expresa para contraer obligaciones cambiarias e
inscripto debidamente el mandato, el factor asuma igualmente dichas obligaciones; en tal caso, si el factor
realizara estos actos en forma habitual y con conocimiento y anuencia del mandante, se entiende que existe
una proposición institoria de hecho, por lo que el factor, no obstante haber excedido el poder, obliga
cambiariamente al principal quien tácitamente ha ratificado lo actuado.

LOS DEPENDIENTES Y EMPLEADOS.

Los dependientes son meros auxiliares del tráfico comercial del principal que, a diferencia del factor, no
cuentan naturalmente con facultades amplias y permanentes de representación, no obstante lo cual nada
impediría que se les otorguen poderes especiales, limitados a la realización de operaciones determinadas,
entre ellas, la de obligarse cambiariamente de cualquier forma (como aceptante, endosante, avalista, etc.) en
representación del principal, siempre que posea capacidad legal para contratar. Dicha autorización debe ser
expresa y estar inscripta en el Registro Público de Comercio

Con los empleados ocurre algo similar: son también auxiliares del tráfico comercial del principal pero que
cumplen funciones técnicas, por lo que tampoco cuentan naturalmente con facultades de representación y, por
lo tanto, en ningún caso podrían obligar cambiariamente al principal, salvo que cuenten con poder especial a
ese efecto, en idénticas condiciones que para el dependiente.

FALSO MANDATO. INSUFICIENCIA O ABUSO DE PODERES.

En estos supuestos rige el artículo 8° del D/L: el que pusiese su firma en una letra de cambio como
representante de una persona respecto de la cual no posee mandato, queda obligado cambiariamente en
forma personal, como si hubiere firmado en su propio nombre; y si a resultas de ello el representante
hubiere pagado, posee los mismos derechos que le corresponderían al pretendido representado, esto es,
accionar por reembolso contra los anteriores endosantes que lo garantizan en el nexo cambiario y contra el
librador.

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La solución comprende tanto al falso mandatario como al mandatario formalmente instituido pero que
actúa excediendo sus facultades, como sería el caso de un mandatario con poder general de una persona
no comerciante; en tales supuestos, por aplicación del rigor cambiario material, el representante queda
obligado cambiariamente en forma personal prescindiendo de toda consideración subjetiva: el sistema le
atribuye una responsabilidad objetiva, independientemente de su buena o mala fe.

Las relaciones entre mandante y mandatario y las responsabilidades de éste pertenecen al ámbito
extracambiario y se regirán por el derecho común.

SITUACIONES ESPECIALES.

a) COLISIÓN DE INTERESES ENTRE EL MANDANTE Y EL MANDATARIO:

En el derecho común, si el mandatario estuviere frente a una situación donde sus propios intereses colisionan
con los de su mandante, debe preferir los de éste por sobre los propios, por cuanto el mandato supone un
“deber de lealtad” que impide que el mandatario se beneficie en perjuicio de su mandante.

En materia cambiaria, la regla varía pues la obligación cambiaria asumida por el representante, aún
cuando lo favorezca personalmente, en principio es válida y obliga cambiariamente a su representado.
Sin embargo, podría invocarse la nulidad de la misma si del propio texto de la letra surgiera la situación ilícita
o el tercero que la adquiere conociera esta circunstancia, en cuyo caso es de mala fe.

Si la nulidad prospera, rige el artículo 8° del D/L y el representante quedará obligado en forma personal, como
si el mandato no existiera; si la nulidad fracasa, en cambio, el representado deberá responder por la
obligación asumida por su representante, pero tendrá luego la acción cambiaria de reembolso contra éste, sin
perjuicio de las acciones del derecho común que pudiere entablar en su contra por el abuso del poder
otorgado.

b) MANDATO EXPRESO O IMPLÍCITO:

Existe discusión en la doctrina respecto de si el mandato para asumir obligaciones cambiarias debe ser
expreso, o basta con que sea tácito o implícito; la mayoría de los autores se inclinan por esta última solución,
sobre la base de lo que dispone el artículo 9° del D/L para los mandantes comerciantes, donde el mandato
general de administración (es decir, sin mención expresa de la facultad de obligarse cambiariamente), resulta
suficiente.

Otros, en cambio consideran que el mandato debe ser expreso, otorgado por instrumento público o privado,
pues ello hace a la seguridad y certeza en la circulación de los títulos valores

Una posición intermedia es la que afirma que para poder determinar la procedencia o improcedencia del
mandato tácito, debe analizarse cada caso particular a efectos de determinar si el mandante es o no
comerciante y, si lo es, si el representante es factor, dependiente, empleado o un tercero; y ello así por cuanto
el único caso de mandato tácito admisible sería el del mandatario comerciante a favor de un factor, en cuyos
supuestos los actos jurídicos cambiarios (giro, aceptación, endoso, etc.), son naturales a su función de
administrador.

En todos los restantes casos, esto es, mandatario no comerciante o comerciante a favor de un dependiente,
empleado o un tercero, el mandato debe ser especial y expreso.

c) EXTINCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN:

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La representación cambiaria cesa por las mismas causas que prevé el derecho común, pero las obligaciones
cambiarias asumidas por el representante dentro de los límites que fija el poder y durante la vigencia de éste,
no se extinguen. Para que la cesación de la representación tenga efectos, es necesario hacer pública la
misma por cualquier medio fehaciente; pero la extinción no será oponible al tercero portador de buena fe que
hubiere obrado con diligencia: el amparo legal no alcanza a quien hubiere incurrido en culpa grave al
momento de adquirirla o fuera de mala fe, por saber de la circunstancia extintiva al momento de adquirir el
título.

Si luego de extinguido el mandato, el ex mandatario hubiere contraído alguna obligación cambiaria invocando
la representación, rige el artículo 8° del D/L (queda obligado en forma personal).

d) APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 9° DEL D/L AL PAGARÉ:

El artículo 103° del D/L dispone la aplicabilidad al pagaré de varias normas referidas a la letra de cambio, en
tanto no sean incompatibles con la naturaleza del título; si bien la norma ha omitido entre ellas la aplicación
del artículo 9°, la doctrina mayoritaria entiende que ello es erróneo pues la idéntica naturaleza jurídica
cambiaria de ambos (títulos valores abstractos, formales y completos) permite su aplicación sin que exista
incompatibilidad alguna.

BOLILLA IV

REQUISITOS EXTRÍNSECOS DE LA LETRA DE CAMBIO.

Artículo1° D/L.– La letra de cambio debe contener:


1° La denominación “letra de cambio” inserta en el texto del título y expresada en el idioma en el cual ha sido
redactado o, en su defecto, la cláusula “a la orden”;
2° La promesa incondicionada de pagar una suma determinada de dinero;
3° El nombre del que debe hacer el pago (girado);
4° El plazo del pago;
5° La indicación del lugar del pago;
6° El nombre de aquel al cual, o a cuya orden, debe efectuarse el pago;
7° La indicación del lugar y fecha en que la letra ha sido creada;
8° La firma del que crea la letra (librador);

Art. 2° – El título al cual le falte alguno de los requisitos enumerados en el artículo precedente no es letra de
cambio, salvo los casos que se determinan a continuación. La letra de cambio en la que no se indique plazo
para el pago, se considera pagable a la vista.
A falta de especial indicación, el lugar designado al lado del nombre del girado se considera lugar del pago, y
también, domicilio del girado.La letra de cambio en la que no se indica el lugar de su creación se considera
suscrita en el lugar mencionado al lado del nombre del librador.Si en la letra de cambio se hubiese indicado
más de un lugar para el pago, se entiende que el portador puede presentarla en cualquiera de ellos para
requerir la aceptación y el pago.

La letra de cambio, para ser considerada tal, debe reunir los requisitos formales previstos por el artículo 1°
del D/L 5965/63:

1. La denominación “letra de cambio” o, en su defecto, la clausula “a


la orden”.

40
2. La promesa incondicionada de pagar o hacer pagar una suma
determinada de dinero (consignada en números y letras). MONTO.
REQUISITOS
-si hay diferencias entre letras y números van a primar las LETRAS.
ESENCIALES
- si hay diferencias de números, prima el numero MENOR.

- se permite hacer letra en moneda extranjera en caso de duda


prevalece la moneda nacional (art. 44 D/L). En el caso que se haga
con moneda extranjera se pone “pagadero en moneda extranjera”

3. Nombre del girado. (puede haber mas de un girado)

4. Nombre del tomador o beneficiario. (puede ser el nombre de una o


más personas físicas o de existencia ideal. Si hay mas de una persona
puede ser en forma conjunta o alternativa).

5. Fecha de creación del título. (determina la capacidad del sujeto)

6. Firma del librador. (sin firma no hay letra)

7. Plazo de pago. (Si no se indica vencimiento se entiende que vence a la


vista)
REQUISITOS
8. Lugar de pago. (si no se indica lugar de pago se entiende que este es
NATURALES domicilio del girado)

(con suplencia legal) 9. Lugar de creación del título. (determina la ley aplicable)

Los requisitos ESENCIALES son aquellos que no pueden faltar, pues sin los mismos el título no puede ser
considerado letra de cambio; los requisitos NATURALES, en cambio, son considerados no esenciales de
modo que su ausencia no provoca la inexistencia de la letra como tal: la ley los suple indicando en cada caso
la solución aplicable:

LOS REQUISITOS NATURALES:

 PLAZO DE PAGO: en principio, el librador debe girar la letra adoptando alguno de las
modalidades de vencimiento que prevé el D/L (a la vista, a cierto tiempo vista, etc.), pues de lo
contrario serán inexistentes. Pero cuando el vencimiento no está fijado en forma expresa, se
considera que la misma es pagable A LA VISTA.

 LUGAR DE PAGO: si la letra no lo menciona expresamente, se considera pagable EN EL LUGAR


MENCIONADO AL LADO DEL NOMBRE DEL GIRADO –ACEPTANTE (si hay domicilio del girado-
aceptante, se entiende que este es el lugar de pago si el mismo no se indica), el que también
será entendido como su domicilio (si éste tampoco hubiere sido consignado, el título es inexistente). El
librador podrá designar más de un lugar de pago pero sólo si lo hace en forma alternativa (… ó …), en
cuyo caso el tomador podrá optar por cualquiera de ellos: la inclusión de distintos lugares de pago en
forma conjunta implica que el título no posee lugar de pago –ello por cuanto no puede ser presentado
al mismo tiempo en varios lugares diferentes–, motivo por el cual se lo considera inexistente.

41
 LUGAR DE CREACIÓN: si la letra no lo menciona expresamente, se considera creada en el lugar
mencionado al lado del nombre del librador. El lugar de creación determina la ley aplicable en caso
de conflicto de leyes internacionales.

LOS REQUISITOS ESENCIALES.

a) DENOMINACIÓN “LETRA DE CAMBIO” ó CLÁUSULA “A LA ORDEN”: la denominación “letra de


cambio” advierte la sujeción a un régimen especial, esto es, al D/L 5965/63. Si bien no existe consenso
al respecto, la doctrina en general no admite la utilización de sinónimos o equivalentes –v. gr., “única
de cambio” o “cambiale”–. Cámara, por ejemplo, sostiene que la utilización de otras denominaciones
terminaría por desnaturalizar el título a punto tal que no podría saberse con certeza ante qué título
estamos (Canti, en cambio, lo admite). La denominación debe reunir dos (2) requisitos:

 Estar inserta en el texto del documento: no debe confundirse “texto” con “cuerpo” del documento:
el “cuerpo” es el documento en sí mismo, el elemento real (todo el documento); el “texto”, en
cambio, es la parte del documento que contiene la promesa incondicionada de pago y es aquí
donde debe figurar la denominación (respecto de los demás requisitos, la ley nada aclara motivo
por el cual se entiende que pueden consignarse en cualquier lugar).

 Estar expresada en el mismo idioma en el que se ha redactado el título: si bien la letra puede
redactarse en cualquier idioma, si el idioma empleado para la denominación no coincide con el
idioma empleado para la redacción del resto del texto, no hay letra de cambio.

b) PROMESA INCONDICIONADA DE PAGAR UNA SUMA DETERMINADA DE DINERO: si la promesa


de pago estuviere subordinada al cumplimiento de una condición, no habrá letra de cambio. Además,
el objeto no puede comprometer otra prestación que no sea una suma determinada en dinero
expresada en números y en letras. Pueden presentarse tres (3) casos:

 Si la suma expresada en números no coincidiera con la suma expresada en letras, prevalece


la que se indica en letras.

 Si la suma hubiere sido consignada varias veces en números, o varias veces en letras, y no
coincidiera en las distintas menciones, debe pagarse la suma menor.

 Si la diferencia fuere cualitativa –v. gr., $ 10.000/u$s 10.000–, se considera que la suma se
halla indeterminada, motivo por el cual la letra no existe como tal (Vivante).

c) NOMBRE DEL GIRADO: al momento de crear el título, el librador debe indicar el nombre de la persona
encargada de aceptar y pagar la letra. Se trata de un requisito esencial debido a los efectos que
produce la aceptación, toda vez que, a partir de ella, el girado se convierte en “aceptante” y, por ende,
en obligado principal al pago. El librador puede designar más de un girado en forma alternativa (… ó
…): dado el caso, la letra deberá presentarse a todos los girados en el orden en que el librador
los ha consignado, hasta que alguno de ellos la acepte y pague.

d) NOMBRE DEL TOMADOR ó BENEFICIARIO: dado que la letra de cambio es un título “a la orden”,
siempre debe estar extendida a favor de una persona determinada la cual, indefectiblemente, revestirá
la calidad de primer endosante (de lo contrario, la cadena de endosos no sería regular). El librador
puede designar a más de una persona como tomador:

42
 Si la designación es conjunta (… y …), ambos deberán endosar el título conjuntamente ya que el
endoso de uno sólo se considera “parcial” y, por ende, es nulo.

 Si la designación es alternativa (…ó…), cualquiera de ellos podrá endosar el título, quedando los
restantes al margen de la relación cambiaria y exentos de toda responsabilidad.

 Si la designación es indistinta (… y/ó…), serán los beneficiarios quienes decidirán la forma de


endosarlo (conjunta o por sólo uno o algunos de ellos).

 Si la designación fuere a favor de varios tomadores entre cuyos nombres se colocara comas o
guiones (… , …/…-…), todos ellos deberán endosar la letra ya que la solidaridad activa no se
presume.

e) FECHA DE CREACIÓN DEL TÍTULO: en principio, la letra debe indicar día, mes y año de creación,
aunque algunos autores aceptan la utilización de designaciones unívocas –v. gr., navidad de 2009–.
Se trata de un requisito esencial ya que cumple varias funciones: por ejemplo, el derecho del portador
de completar la letra en blanco caduca a los tres (3) años contados desde esta fecha; también sirve
para computar los plazos de prescripción, para determinar la capacidad o incapacidad del librador, etc.

f) FIRMA DEL LIBRADOR: la firma debe ser ológrafa (de puño y letra del librador) y debe tratarse de una
persona capaz4, pues la misma tiene por efecto confirmar la declaración unilateral de voluntad
contenida en el título. Tratándose de representantes, dicho carácter debe estar consignado en el título
mediante la inclusión de la sigla “p.p.” (por poder) o similar y, salvo que se tratare del factor de un
mandante comerciante, el mandato debe ser especial (el mandato general no hace presumir la facultad
de obligarse cambiariamente); en todos los casos, quien ha firmado en representación de un
tercero sin tener poder o excediendo las facultades conferidas, queda obligado él mismo, como
si hubiere firmado a título propio.

¿Cuándo deben completarse los requisitos esenciales (necesarios)?: existen requisitos esenciales que son
necesarios, al tiempo de la creación del título y requisitos esenciales que son necesarios al tiempo de su
presentación para la aceptación, para el pago o para su cobro judicial; por ende, el librador puede omitir la
mención de ciertos requisitos esenciales al momento de crear el título sin que ello lo invalide. Los
únicos dos (2) requisitos que necesariamente deben estar presentes al momento de la creación son:

 La denominación “letra de cambio” ó clausula “a la orden”.

 La firma del librador.

Los restantes requisitos esenciales pueden no estar al momento del libramiento en cuyo caso estaríamos ante
una “LETRA EN BLANCO” ó “INCOMPLETA”: en tales casos, la letra debe ser completada antes de
presentarla a la aceptación, al pago o al cobro judicial.

REQUISITOS EXTRÍNSECOS DEL PAGARÉ

4 No obstante, el artículo 7° del D/L dispone que las firmas de personas incapaces, imaginarias, las firmas falsas o que por cualquier razón no obligan a
las personas que han firmado la letra o por quien se ha firmado la letra, no invalidan las obligaciones de los restantes suscriptores.
43
Art. 101. – El vale o pagaré debe contener:
a) La cláusula “a la orden” o la denominación del título inserta en el texto del mismo y expresada en el idioma empleado
para su redacción;
b) La promesa pura y simple de pagar una suma determinada;
c) El plazo de pago;
d) La indicación del lugar del pago;
e) El nombre de aquél al cual o a cuya orden debe efectuarse el pago, salvo que se trate de un pagaré emitido para su
negociación en los mercados de valores, en cuyo caso este requisito no será exigible;
f) Indicación del lugar y de la fecha en que el vale o el pagaré han sido firmados;
g) La firma del que ha creado el título (suscriptor).
A los efectos de la negociación de pagarés en los mercados de valores de conformidad con lo previsto en el artículo 2°
de la ley 26.831, el instrumento podrá prever un sistema de amortización para el pago del capital con vencimientos
sucesivos en cuotas. La falta de pago de una o más cuotas de capital faculta al tenedor/acreedor a dar por vencidos
todos los plazos y a exigir el pago del monto total del título. Los pagarés emitidos bajo estas condiciones no serán
pasibles de la nulidad prevista en el último párrafo del artículo 35 del presente decreto ley.

El vale o pagaré, para ser considerado tal, debe reunir los requisitos enumerados en el artículo 101° del D/L
5965/63:

1. La denominación “pagaré” o cláusula “a la orden” inserta


en el texto del título y expresada en el mismo idioma que
éste.
REQUISITOS 2. La promesa pura y simple de pagar una suma de dinero
ESENCIALES (no determinada.
pueden faltar, si falta uno
no hay pagare) 3. Nombre del tomador o beneficiario.

4. Lugar y fecha de creación.

5. Firma del librador.

REQUISITOS 6. Plazo de pago. ( si falta el plazo de pago, el pagare vence a


la vista).
NATURALES (suplencias
legales art. 2 D/L) 7. Lugar de pago. (si falta el lugar de pago, el mismo se
considerara que es el lugar de creación del titulo).

En este caso, la suplencia legal surge del artículo 102° del D/L:

 PLAZO DE PAGO: si el pagaré no lo consigna expresamente, se considera pagable a la vista (ídem


letra de cambio).

 LUGAR DE PAGO: si el pagaré no lo consigna expresamente, se considera pagable en el lugar de


creación del título, el que también se tiene por domicilio del librador.

Art. 102D/L. – El título al cual le falte alguno de los requisitos indicados en el artículo precedente no es válido
como pagaré, salvo en los casos determinados a continuación:

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El vale o pagaré en el cual no se ha indicado el plazo para el pago se considera pagable a la vista.

A falta de indicación especial, el lugar de creación del título se considera lugar de pago y, también, domicilio
del suscriptor.

Art. 104. – El suscriptor del vale o pagaré queda obligado de la misma manera que el aceptante de una letra
de cambio. Si el título fuese pagable a cierto plazo vista debe ser presentado para la vista del suscriptor en el
plazo fijado en el artículo 25. El plazo corre desde la fecha de la vista firmada por el suscriptor en el mismo
título. Si el suscriptor se negase a firmar esa constancia o a fecharla, se formalizará el correspondiente
protesto (artículo 27), desde cuya fecha empieza a correr el plazo de vista.

CLAUSULAS:

I) CLAUSULAS CONSTITUTIVAS: refiere a los requisitos extrínsecos y las suplencias legales.

II) CLÁUSULAS FACULTATIVAS: son aquellas que pueden incorporarse o no en caso de


incorporarse producen efectos cambiarios.

Las CLÁUSULAS FACULTATIVAS constituyen el único margen que el legislador ha acordado para el ejercicio
de la autonomía de la voluntad del librador y los endosantes. Su inclusión en el título no es obligatoria pero,
en caso de existir, producen efectos cambiarios. Gómez Leo las clasifica en cuatro (4) grupos:

1. PREVISTAS Y PERMITIDAS: se trata de cláusulas que poseen regulación específica en la ley


cambiaria y producen determinados efectos cuidadosamente tratados en la misma. Son ejemplos:

 CLÁUSULA “A LA ORDEN”: es facultativa para el librador, pues puede ser reemplazada por la
designación “letra de cambio” o “pagaré” según el caso; es por ello que se dice que su omisión no
modifica en absoluto naturaleza cambiaria del título –siempre y cuando posea denominación– pues
se trata de títulos esencialmente a la orden, aunque no lleven cláusula expresa.

 CLÁUSULA “NO A LA ORDEN”: introducida por el librador, modifica la forma de circulación del
título, el que ya no podrá ser transmitido por endoso sino en la forma y con los efectos de la cesión
de créditos, motivo por el cual no otorga al portador un derecho autónomo.

 CLÁUSULA SOBRE INTERESES COMPENSATORIOS EN LAS LETRAS DE VENCIMIENTO


RELATIVO (a la vista o cierto tiempo vista): sólo en este tipo de letras, el librador puede disponer
que la suma consignada en el título devengue intereses compensatorios, los que comenzarán a
correr a partir de la fecha de creación del título, salvo que se disponga una fecha distinta (en
cualquier otra letra, la cláusula se tiene por no escrita). Para que la cláusula tenga efectividad,
debe consignar la tasa de interés aplicable en la misma letra, no siendo idónea la remisión
elementos externos (v. gr., “tasa pasiva del Banco de la Nación Argentina), pues ello vulneraría los
principios de completitud y literalidad.

 CLÁUSULA SOBRE DOMICILIACIÓN: el librador puede designar un domicilio de pago distinto al


domicilio del girado y, a su vez, designar un domiciliatario; si la hubiere domiciliado pero no hubiere
designado domiciliatario, el girado podrá hacerlo al momento de aceptar la letra, pero siempre
dentro de la misma localidad –v. gr., si el librador hubiere domiciliado la letra consignando como
lugar de pago “Pinamar”, el girado podrá consignar la dirección precisa (calle y número), pero
jamás modificar la localidad que indicó el librador–. (en clase se dijo: la domiciliación es la
posibilidad de consignar dentro del titulo un domicilio de pago distinto en cuanto a localidad en
relación al domicilio del girado-aceptante, o del librador, según sea letra o pagare. Es la posibilidad
45
de designar un 3ro que es el encargado de realizar el pago pero sin tener obligación cambiaria, ese
es el domiciliatario).

 CLÁUSULA “SIN GARANTÍA”: esta cláusula permite al librador eximirse de la garantía de


aceptación de la letra, evitando quedar obligado de regreso anticipado en caso que el girado no la
acepte. También puede utilizarla el endosante para liberarse de ambas garantías (de aceptación y
de pago), en cuyo caso el endoso no tendrá efecto vinculante, ya que el endosante que la introdujo
no responde por ninguna de ambas circunstancias.

 CLÁUSULA SOBRE EL PAGO EN MONEDA EXTRANJERA: la ley admite que la letra sea librada
en una moneda distinta a la de curso legal en el lugar de pago, en cuyo caso pueden darse dos (2)
posibilidades:

- Puede indicarse, en el mismo texto de la letra, la forma de “convertir” el importe a moneda de


curso legal y luego efectuar el pago en ésta con efectos liberatorios.

- Puede incluirse una cláusula de “pago efectivo en moneda extranjera”, en cuyo caso no hay
posibilidad de conversión y el deudor sólo se libera pagando en la moneda que figura en el
título.

 CLÁUSULAS REFERIDAS A LA ACEPTACIÓN: el librador tiene cuatro (4) opciones:

- Disponer expresamente que la letra sea presentada para su aceptación y fijar un plazo al
efecto.

- Prohibir la aceptación en forma absoluta (letras “no aceptables”), salvo que se trate de letras
libradas a cierto tiempo vista o domiciliadas, donde la cláusula no se admite.

- Prohibir su presentación para la aceptación por un determinado lapso de tiempo –v. gr., del 1°
al 30 de Marzo–, o hasta cierta fecha –v. gr., no antes del 1° de Abril–.

- Disponer que las letras libradas a cierto tiempo vista sean presentadas para su aceptación en
un plazo mayor o menor al de un (1) año previsto por la ley; el librador puede reducir el plazo a
seis (6) meses, o ampliarlo a dos (2) años; el endosante, en cambio, sólo podrá reducir el
plazo, siempre que el librador no haya hecho uso de la cláusula ampliatoria.

 CLÁUSULA “SIN PROTESTO”: en este caso, la ley admite que tanto el librador, como los
endosantes y avalistas puedan dispensar al portador de levantar protesto por falta de aceptación o
de pago, sin que ello le impida ejercer la acción de regreso; sin embargo, ello no exime al
portador de presentar la letra para su aceptación en el término oportuno ni de dar los avisos
correspondientes. Cuando la cláusula ha sido inserta en el texto impreso de la letra, basta con la
firma del librador, no así cuando se la inserte manuscrita o por cualquier otro medio, en cuyo caso
se requiere que la misma esté expresa e individualmente firmada: cumplidos tales recaudos, la
letra es título ejecutivo sin necesidad de protesto, pero deben diferenciarse dos (2) casos:

- Cuando la cláusula fue inserta por el propio librador, produce efectos respecto de todos los
firmantes y si, no obstante su existencia, el portador formaliza el protesto, los gastos quedan a
su exclusivo cargo.

46
- Cuando la cláusula fue inserta por otro firmante, sólo produce efectos respecto de éste y si, no
obstante su existencia, el portador formaliza el protesto, los gastos pueden repetirse contra
todos los obligados.

 CLÁUSULAS LIMITATIVAS DE LOS EFECTOS PLENOS DEL ENDOSO: los endosantes podrán
limitar los efectos plenos del endoso mediante cuatro (4) tipo de cláusulas:

Sin garantía - En procuración - En prenda - Prohibitivas de un nuevo endoso.

2. PREVISTAS Y NO PERMITIDAS: se trata de cláusulas que la ley prohibe expresa o implícitamente,


por lo que su inclusión en la letra de cambio es sancionada de tres (3) formas distintas:

 Clausulas que están previstas y anulan el titulo: (Nulidad de la letra como tal): ocurre frente a
cláusulas que entran en colisión con principios básicos del sistema cambiario –v. gr., títulos con
vencimiento escalonado, o que condicionan la promesa de pago, o que prometen el pago en una
especie distinta al dinero, con monto indeterminado, etc.–.

 Clausulas que están previstas y anulan el giro: (Nulidad de la declaración cambiaria) –v. gr.,
endosos parciales o aceptación condicionada por parte del girado, lo que según la ley equivale a
rechazo–.

 Clausulas que están previstas y se tienen por no escritas –v. gr., cláusula de intereses
compensatorios en letras de vencimiento absoluto o que no consignan la tasa aplicada o remiten a
elementos externos al título–. Cualquier clausula por la cual el librador quiera exhibirse del pago de
la letra de cambio se tiene por no escrita. Etc.

3. NO PREVISTAS Y PERMITIDAS: son producto de la elaboración doctrinaria que, por no hallarse


contempladas en la ley cambiaria, han dado lugar a controversias tanto en la doctrina como en la
jurisprudencia. Son cláusulas que, incluidas en la letra, producen efectos cambiarios en tanto no
colisionen con los principios y fundamentos esenciales del sistema cambiario –v. gr., cláusula penal,
cláusula “a la orden del girado”, cláusula que acepta el importe de la cambial en letras y números,
etc. –. (ej. Clausulas que identifican a las partes, intereses punitorios y/o moratorios, etc).

4. NO PREVISTAS Y NO PERMITIDAS: son aquellas absolutamente incompatibles con el sistema


cambiario y cuya inclusión en la letra no produce efecto cambiario alguno, acarreando la nulidad. Por
ejemplo el AVAL SUJETO A CONDICION: la ley no dice que pasa si condiciono el aval, pero la
interpretación del instituto del aval se dice que el aval condicionado es nulo. “avalo si me devuelven el
auto”, eso es un aval condicionado. La consecuencia es la nulidad del titulo

La Profesora Canti a veces llama cláusulas constitutivas a art. 1 y 2 de Letra y art. 101 y 102 pagare, que
hacen a la existencia del título.

III) CLÁUSULAS ENUNCIATIVAS: son cláusulas que pueden incorporarse al título o no,
pero de incorporarse NO producen efectos cambiarios.

Las CLÁUSULAS ENUNCIATIVAS son aquellas que no producen efectos cambiarios y pueden o no estar
consignadas en el título. Por lo general, se refieren a la relación de provisión (librador/girado), o de valuta
(librador/tenedor), motivo por el cual suelen incluirse para poder utilizar el título como elemento probatorio
ante una eventual acción extracambiaria de daños y perjuicios derivada de tales relaciones.

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RELACIÓN DE PROVISIÓN: las cláusulas pueden ser “según aviso”, que tiene por objeto dar cuenta al girado
que éste debe aceptar y/o pagar la letra cuando el librador se lo comunique; o “sin aviso”, que implica que el
girado debe aceptar y/o pagar la letra sin necesidad de previo aviso por parte del librador. (relación entre el
librador de la letra y el girado. Ej. Clausula sin aviso)
RELACIÓN DE VALUTA: cláusula “por igual valor recibido en mercaderías”. Existe entre el librador y el
beneficiario del título, el por qué se libró ese título a favor de este sujeto. En un pagare, una cláusula
enunciativa que represente la relación de valuta seria “... en virtud del contrato de CV de mercaderías,…” es
una mención a la causa. Si se menciona no produce efectos cambiarios - no conviene ponerla, yo se las
doy porque por ahí en el practico les dan un pagare preimpreso que tiene mencionadas cláusulas
enunciativas y las van a tener que identificar -. En la práctica al hacer un pagare a los fines de instrumentar
un alquiler, nunca conviene causarlo porque en general, si no circulan los pagare y en vez de ejecutar el
contrato de locación donde hay que reconocer firmas, etc., conviene ejecutar el pagare, ahí son obligados
inmediatos, si opone el contrato se complica la ejecución.

Es preferible hacerlos lo más incausados posibles, porque si no lo hacemos circular es la forma más rápida de
ejecución.Diferencias entre clausula enunciativa y facultativa: la enunciativa si se incorpora no produce
efectos cambiarios (si extracambiarios), la facultativa si se incorpora si produce efectos cambiarios.

SUPOSICIÓN - ALTERACIÓN.

Las firmas falsas, las suposiciones y las alteraciones se hallan reguladas en los artículos 7° y 88° del D/L, los
cuales obedecen a uno de los principios rectores del sistema cambiario moderno: la autonomía e
independencia de cada obligación cambiaria.

Suposición: Art. 7° “Si la letra de cambio llevase firmas de personas incapaces de obligarse cambiariamente,
firmas falsas o de personas imaginarias o firmas que por cualquier otra razón no obligan a las personas que
han firmado la letra o con el nombre de las cuales ha sido firmada, las obligaciones de los otros suscriptores
siguen siendo, sin embargo, válidas”.
Hay SUPOSICIÓN cuando la letra contiene todos los requisitos extrínsecos necesarios para ser considerada
tal, pero no responde a una situación real por mediar falsedad ideológica o simulación sustancial –v. gr., firmas
falsas del librador o de alguno de los endosantes, firmas con nombre ajeno o de una persona que no existe–.
En tales casos, la solución surge del artículo 7° aunque la letra contenga firmas falsas o de personas
imaginarias, las obligaciones de los restantes suscriptores se mantienen válidas (es como si cada firma fuera
la única existente en el documento, toda vez que no existe intercomunicación entre los vicios que puedan
afectar a las distintas firmas contenidas en él; cada una se gobierna por sí misma).

Ello implica que la falsedad de una o varias firmas no invalida a las restantes, siempre y cuando el
título sea formalmente válido: las firmas falsas o supuestas son más comunes en los endosos, ya que
generalmente se presentan cuando el poseedor legítimo pierde la letra y quien la encuentra registra un
endoso falso con el fin de transmitirla a sí mismo o a un tercero, o bien extiende un endoso en blanco para de
esta forma poder transmitirla con la simple entrega manual: en cualquiera de los casos, si el título reúne las
condiciones extrínsecas exigidas por la ley y quien recibe la letra lo hace de buena fe, cumpliendo
“aparentemente” en forma regular con la ley de circulación de la misma, la letra continuará circulando
válidamente sin que ello afecte las obligaciones asumidas por los restantes suscriptores, acentuando así el
carácter autónomo de estos títulos.

Alteración:

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Art. 88. – En caso de alteración del texto de la letra de cambio, los que hubiesen firmado después de la
alteración quedan obligados en los términos del texto alterado; los firmantes anteriores responden en los
términos del texto originario. Si no resultase del título o no se demostrase que la firma fue puesta antes o
después de la alteración, se presume que ha sido puesta antes.
Hay ALTERACIÓN, en cambio, cuando el texto del documento es modificado materialmente, sea en su
conformación original o en alguna de las declaraciones cambiarias que se han sumado al título durante su
circulación (aceptación, endoso, aval, etc.); puede consistir en tachaduras, borraduras, enmiendas,
supresiones o agregados efectuadas en el documento por cualquier medio (sellos, lavado, etc.).

Dichas alteraciones son lícitas cuando quien realiza la declaración cambiaria, antes de desprenderse de la
letra al descubrir algún error o equivocación, lo corrige o testa de buena fe, sin intención de perjudicar a
terceros –v. gr., artículo 31° del D/L que permite al girado que aceptó la letra, cancelar dicha aceptación
testándola antes de devolver el título a quien se lo ha presentado–. En cambio, son ilícitas cuando la
adulteración es fraudulenta, con intención de perjudicar a terceros: en este caso, la ley ofrece la solución en el
artículo 88°:

 Quienes hubieren firmado después de la alteración, quedan obligados en los términos del texto
alterado.

 Quienes hubieren firmado antes de la alteración, quedan obligados en los términos del texto
originario.

 Cuando no surja del título o no pueda demostrarse la época en que fue puesta la firma, se presume
que ha sido puesta antes: se trata de una presunción iuris tantum pero limitada, ya que la prueba en
contrario tiene que surgir expresa y literalmente del texto del documento para ser oponible frente a
terceros de buena fe.

En principio, las alteraciones no invalidan el título, salvo que se trate de una alteración grave de uno de sus
elementos esenciales: tratándose de un elemento esencial –v. gr., texto testado prometiendo el pago en una
especie diferente al dinero–, la solución no es la del artículo 88° sino que estamos ante un título nulo, toda vez
que la promesa incondicionada de pagar una suma determinada de dinero es un requisito esencial.

LETRA DE CAMBIO DOMICILIADA.

Uno de los requisitos de la letra de cambio es la indicación del lugar de pago: se trata de un requisito natural
ya que, en caso de no haber sido consignado expresamente, la letra es pagadera en el domicilio del girado.
Sin embargo, la ley admite que el librador “domicilie” la letra: “domiciliar” la letra significa consignar un
domicilio de pago distinto al domicilio del girado (es una cláusula prevista y permitida).

Existen dos (2) clases de domiciliación:

 PROPIA ó PERFECTA: es aquella que tiene lugar cuando el librador, al crear la letra, indica que la
misma sea pagada en una localidad distinta a aquella donde el girado tiene su domicilio, y además
designa un “domiciliatario” (distancia + domiciliatario). El domiciliatario es aquella persona en cuyo
domicilio deberá efectuarse el pago: se trata de un 3° ajeno a la relación cambiaria, que actúa como un
mero mandatario sin asumir obligación o responsabilidad alguna.

 IMPROPIA ó IMPERFECTA: es aquella que tiene lugar cuando falta alguno de estos elementos, es
decir, cuando el domicilio de pago difiere del domicilio del girado pero es en la misma localidad (no hay
distancia) o cuando no se designa domiciliatario.

49
La facultad de domiciliar la letra corresponde exclusivamente al librador; en cambio, la designación del
domiciliatario puede efectuarla tanto el librador como el girado: la ley admite que el girado, al momento de
aceptar la letra, indique un domiciliatario pero siempre dentro de la misma localidad, en cuyo caso la
domiciliación será también propia o perfecta –v. gr., si el librador hubiere domiciliado la letra consignando
como lugar de pago “Pinamar”, el girado podrá consignar la dirección precisa (calle y número), pero jamás
modificar la localidad que indicó el librador–. Cuando ni el librador ni el girado al momento de aceptar han
designado domiciliatario, se considera que el girado queda obligado él mismo a efectuar el pago en el lugar de
domiciliación.

Finalmente, cabe consignar que la domiciliación no suple al lugar de pago como requisito natural: no
consignado el lugar de pago ni el domicilio del girado –sin el cual la suplencia legal no puede operar–, la letra
es inexistente aunque se halle domiciliada.

LETRA EN BLANCO ó INCOMPLETA.

La LETRA EN BLANCO es aquella que puede librarse y circular sin alguno de los requisitos esenciales que
exige la ley –a excepción de la designación y la firma del librador, que deben estar presentes al momento de
la creación–, siempre que la misma sea completada antes de ser presentada para su aceptación, su pago o
su cobro judicial, dentro del plazo de caducidad que marca el artículo 11° del D/L –esto es, tres (3) años
contados desde la fecha de creación del título–.

Quien adquiere la letra en blanco, adquiere también el derecho de completarla y ello así por cuanto la
facultad de completarla es un derecho inherente al título y circula con éste. En principio, el tenedor debe
completarla conforme lo que se hubiere acordado en el “pacto de integración”; los sucesivos adquirentes del
título son ajenos a este pacto motivo por el cual, si la misma se completó en forma diferente a lo acordado, tal
circunstancia les es inoponible y el deudor deberá pagar la letra según su texto, salvo que:

a) La hubiere adquirido de mala fe, es decir, conociendo la existencia del pacto.

b) Hubiere incurrido en culpa grave al adquirirla.

La carga de la prueba de la mala fe o la culpa grave, según el caso, recae sobre el deudor llamado a pagar la
letra.

Finalmente, cabe destacar que no existe acuerdo doctrinario en punto a si “letra en blanco” y “letra
incompleta” son conceptos son equivalentes o, por el contrario, la ley ha querido referirse a situaciones
diferentes: Gómez Leo, por ejemplo, sostiene que ambas se hallan en una relación género/especie (letra
incompleta = género/letra en blanco = especie). Otros autores, en cambio, consideran que la diferencia entre
ambas radica en que mientras que el otorgante de una letra en blanco celebra un acto perfectamente válido
pero destinado a perfeccionarse en un momento posterior (“título en formación progresivo”), la letra
incompleta constituye un acto nulo pues no está acompañada del derecho de completarla. Más allá de esta
discusión, lo cierto es que la ley no hace distinciones.

LETRA DOCUMENTADA: Se denomina LETRA DOCUMENTADA a la cambial que se libra con motivo de
ventas internacionales y que, además de reunir los mismos requisitos extrínsecos de una letra ordinaria,
deben estar acompañados de cierta documentación:

50
a) Conocimiento de embarque. REQUISITOS

b) Póliza de seguro. ESENCIALES

c) Factura con detalle de las mercaderías.

d) Certificados de origen y de calidad.

e) Recibo de pago del flete, en su caso.

Modelos de letra de cambio y pagare:

LETRA DE CAMBIO (art. 1 DL 5665/63)


(Lugar y fecha de creación) Mar del Plata, 7 de septiembre del 2013

(Promesa incondicionada de pago ) PAGUESE por esta LETRA DE CAMBIO (Denominación que puede ser suplida por claúsula O A
LA ORDEN) a la orden de SILVINA (nombre de beneficiario –una o varias personas físicas o personas jurídicas en forma conjunta o
alternativa :Y /O) a cargo de GRUPO SIL S.R.L. (nombre del girado) en MAR DEL PLATA (lugar de pago) el 15 de octubre del 2013
(vencimientos: art. 35 ) la suma de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000.-) ( monto determinado, en pesos o moneda extranjera, en letras y/o
números).-

(Firma del librador) XXXXXXXXXXX

PAGARÉ (art. 101 DL 5665/63)


(Lugar y fecha de creación) Mar del Plata, 7 de septiembre del 2013

(Promesa incondicionada de pago ) PAGARE (Denominación que puede ser suplida por claúsula O A LA ORDEN) a la orden de
SILVINA (nombre de beneficiario –una o varias personas físicas o personas jurídicas en forma conjunta o alternativa :Y /O) en MAR
DEL PLATA (lugar de pago) el 15 de octubre del 2013 (vencimientos: art. 35 ) la suma de PESOS DIEZ MIL ($ 10.000.-) ( monto
determinado, en pesos o moneda extranjera, en letras y/o números).-

(Firma del librador) XXXXXXXXXXX

BOLILLA V

51
GARANTÍA DE ACEPTACIÓN Y GARANTÍA DE PAGO.

Atento lo dispuesto por el artículo 10° del D/L, en principio, el librador es garante tanto de la ACEPTACIÓN
como del PAGO, aunque puede liberarse de la garantía de aceptación –no de la garantía de pago; en tal caso,
la cláusula se tiene por no escrita–.

REGLA GENERAL: LIBRADOR = GARANTE DE ACEPTACIÓN/GARANTE DE PAGO

PUEDE LIBERARSE DE LA PRIMERA GARANTÍA, NO DE LA SEGUNDA

Cuando el girado acepta la letra, se transforma en obligado principal, influyendo sobre la legitimación pasiva
del librador en las acciones cambiarias, ya que:

a) Si el girado acepta la letra pero no la paga, recién luego de vencida la letra nace la legitimación pasiva
del librador en la acción de regreso.

b) Si el girado no acepta la letra, la legitimación pasiva del librador nace inmediatamente, por lo que
podrá ser demandado incluso antes del vencimiento.

ACEPTACIÓN CAMBIARIA.

La aceptación es el acto jurídico cambiario unilateral mediante el cual el girado (o quien desempeñe su rol),
asume la obligación incondicionada, principal, directa, literal y autónoma de pagarle al portador legitimado la
suma de dinero que menciona la letra en el momento en que la misma se torne exigible. La aceptación se
comporta como un negocio jurídico abstracto, ya que se desvincula de la causa de creación del título e
incluso de la relación de provisión en que pudiere basarse, siendo plenamente eficaz por sí misma: una vez
que el girado exterioriza su voluntad de pagar incorporando al título su firma, se transforma en aceptante y,
por ende, en obligado cambiario, naciendo su responsabilidad por el pago de la letra.

De la definición efectuada, podemos extraer los principales caracteres de la aceptación:

 Es UNILATERAL/NO RECEPTICIA: la obligación del aceptante se perfecciona con su sola


declaración exteriorizada en el título a través de la firma, con total prescindencia de la voluntad del
tomador o beneficiario.

 Es FACULTATIVA: por regla general, el girado no se halla obligado a aceptar la letra.

 Es INCONDICIONADA: la aceptación debe ser pura y simple en el sentido que no puede estar
sujeta a modalidad o condición alguna, salvo que la limitación se refiera al monto; en todos los
demás casos, si se incluyera alguna cláusula condicionante, la misma equivale a no aceptación
(artículo 28º del D/L).

 Es PRINCIPAL y DIRECTA: la aceptación convierte al girado en obligado principal y responsable


por el pago de la letra; si la paga, extingue todos sus efectos cambiarios, mientras que si no la
paga, puede ser demandado cambiariamente.

 Es LITERAL: el girado puede aceptar la letra por la totalidad del monto indicado o por un monto
inferior, en cuyo caso estamos ante una ACEPTACIÓN PARCIAL. Si fuere parcial, el girado sólo
responderá por el monto aceptado y el tenedor legitimado deberá levantar protesto por la diferencia
no aceptada, quedando facultado para accionar anticipadamente, por vía del regreso, por dicha
suma.
52
 Es AUTÓNOMA: la aceptación es independiente de los demás actos cambiarios documentados en
la letra.

 Es VINCULANTE ó CONSTITUTIVA: hasta tanto el girado acepte la letra, se halla completamente


al margen de la relación cambiaria.

REQUISITOS DE LA ACEPTACIÓN.

1. REQUISITOS INTRÍNSECOS: como todo acto jurídico, la aceptación debe contener los siguientes
requisitos intrínsecos:

a) OBJETO IDÓNEO y LÍCITO.

b) CAUSA: alude a la causa/fin, al negocio jurídico en virtud del cual se le ordena aceptar y pagar
la letra, que debe ser necesariamente lícita.

c) CAPACIDAD: pueden obligarse cambiariamente quienes tengan capacidad para contratar. En


materia de capacidad, es importante tener en cuenta lo dispuesto por el artículo 7º del D/L en
tanto dispone que la firma de la letra por personas incapaces no afecta las obligaciones
de los demás suscriptores del título, las que continúan siendo válidas.

d) VOLUNTAD: la aceptación supone una declaración unilateral de voluntad efectuada con


discernimiento, intención y libertad, exteriorizada en el título a través de la firma. Los vicios del
consentimiento (error, dolo y violencia) son irrelevantes para la validez formal del título.

2. REQUISITOS EXTRÍNSECOS ó FORMALES: por regla general, dado el carácter literal y completo del
título, los requisitos formales son esencialmente cuatro (4):

a) FIRMA: la aceptación debe efectuarse por escrito, en el cuerpo del documento sin excepción, y
llevar la firma del girado5. Dicha firma puede colocarse al frente o en el dorso del título, pero
debe tenerse en cuenta lo siguiente:

- Si es colocada en el frente, basta con la simple firma sin ninguna mención adicional.

- Si es colocada en el dorso, la firma deberá acompañarse de las expresiones “aceptada”, “vista”,


“conforme” u otra similar.

b) MONTO DE LA ACEPTACIÓN (contingente).

c) FECHA DE ACEPTACIÓN: sólo opera para el caso de las letras libradas a cierto tiempo vista o
las que fijaren un plazo para ser presentadas a la aceptación. En ambos supuestos, el artículo
27º del D/L exige que la aceptación contenga la fecha en que se hace, salvo que el portador
exija que se ponga la fecha de presentación. En caso de omitirse este requisito, el tenedor
legitimado deberá levantar protesto por falta de fecha, el cual tendrá una doble finalidad:

 A partir de la fecha del protesto comienza a correr el plazo vista.

 Con el protesto se preserva la acción cambiaria de regreso a término o por falta de


pago.

5 Si la firma pertenece a una persona distinta del girado y ha sido acompañada de la expresión “aceptada” u otra equivalente, estamos frente a un
supuesto de aceptante por intervención, mientras que si sólo colocó su firma en el frente, el mismo es considerado un avalista del librador.
53
En el supuesto que se omita cumplir con la carga de levantar protesto por falta de fecha, la ley considera que
la aceptación fue efectuada el último día del plazo con que cuenta el tenedor para presentar la letra para su
aceptación, que es de un (1) año contado a partir de la fecha de su creación.

d) INCONDICIONALIDAD: la aceptación debe ser pura y simple, pues la aceptación sujeta a


plazos, condiciones o cargos de cualquier naturaleza equivale a rechazo.

SUJETOS DE LA ACEPTACIÓN.

1. ACTIVOS: el portador legítimo y el simple tenedor; éste último carece de legitimación para
presentar la letra al pago, pero la ley lo faculta expresamente para presentarla a su aceptación.

2. PASIVOS: el girado o su representante legal. Si la letra designa varios girados en forma conjunta
(…y…), la misma debe ser presentada a todos los girados designados y cada uno de ellos debe
aceptarla por el total (si alguno se negare, debe levantarse protesto). Si, en cambio, la letra
designa varios girados en forma alternativa (… ó …), la misma deberá presentarse a cada girado
en el orden que el librador los ha consignado, hasta que alguno de ellos la acepte (con cada
negativa debe levantarse protesto).

DOMICILIO DE LA PRESENTACIÓN.

Por regla general, la letra debe ser presentada para su aceptación en el domicilio indicado en el título,
aunque pueden darse varios supuestos:

 Letras que designan más de un girado en forma conjunta: el tenedor de la letra deberá presentarla
ante cada uno de los girados en sus respectivos domicilios. Los girados que la aceptaran quedarán
obligados particularmente por la totalidad del importe de la cambial, de modo que si alguno de ellos
la paga, extinguirá todos los efectos cambiarios del documento, sin perjuicio de la acción
extracambiaria de contribución que le concede el artículo 59º contra los restantes aceptantes por el
importe pagado. Si alguno de los girados rehusare aceptar, los restantes aceptantes quedarán
igualmente obligados, no obstante lo cual el portador legítimo (no el simple tenedor) podrá levantar
el protesto por falta de aceptación contra el renuente.

 Letras que designan más de un girado en forma alternativa: al igual que en el supuesto anterior, el
tenedor de la letra deberá presentarla ante cada uno de los girados en sus respectivos domicilios,
pero siguiendo el orden en el cual han sido puestos en la misma y sólo si el requerido en primer
término no aceptare la letra, podrá presentarla al siguiente. En este caso, el girado que acepta
libera a todos los demás.

 Letras domiciliadas: las letras domiciliadas son aquellas pagables en un domicilio distinto al del
girado. Dado que el domiciliatario es ajeno a la relación cambiaria y nunca asume el rol de
obligado cambiario, el tenedor de la letra deberá presentarla ante el girado en su domicilio y, recién
luego de aceptada por éste, presentarla ante el domiciliatario para que la pague (v. gr., una
Escribanía).

 Fallecimiento del girado: en tal supuesto, el poseedor legítimo (no el simple tenedor) deberá
levantar protesto por falta de aceptación, salvo que todos los herederos acepten la letra, en cuyo
caso el protesto no es necesario por cuanto los mismos pasan a ocupar el lugar del girado. Si en
cambio la aceptación es dada sólo por algunos de los herederos, éstos quedan obligados en los
54
términos de la aceptación, mientras que para los restantes se considera que han rehusado la
misma.

PLAZO Y OBLIGATORIEDAD DE LA PRESENTACIÓN.

En principio, las letras de cambio pueden ser presentadas para su aceptación hasta el día de su
vencimiento; lo que ocurre es que el vencimiento sólo es conocido en aquellos títulos de vencimiento
absoluto, pues en los de vencimiento relativo, éste depende de una acción del portador que es la
presentación. Es por ello que la ley prevé que en los casos de letras giradas a la vista o a cierto tiempo vista,
el plazo para la presentación es de un (1) año contado desde la fecha de creación del título, término que
podrá ser ampliado o reducido por el librador, y sólo reducido por los endosantes. En cuanto a la
obligatoriedad de la presentación, debe tenerse en cuenta que así como la aceptación es facultativa para el
girado, la presentación también lo es para el tenedor de la letra, pues funciona como una carga que la ley
cambiaria le impone al mismo a fin de evitar que el título se perjudique por la caducidad de los derechos
subjetivos y potestades inherentes al mismo. Entonces, en principio, la presentación de la letra para su
aceptación es FACULTATIVA . Sin embargo, existen casos de presentación necesaria, obligatoria, innecesaria
o prohibida:

 PRESENTACIÓN NECESARIA: los supuestos son dos: 1) letras domiciliadas, ya que de otra forma el
girado no podría tomar conocimiento del lugar donde debe efectuar el pago; y 2) letras giradas a cierto
tiempo vista, pues a partir del momento en que la letra es presentada, comienza a correr el plazo fijado
por el librador para su vencimiento (la falta de presentación implicaría que la letra carece de fecha de
vencimiento).

 PRESENTACIÓN OBLIGATORIA: la presentación se torna obligatoria cuando el librador o un


endosante así lo dispongan; el librador podrá imponer no sólo la obligatoriedad de la presentación,
sino también fijar un plazo para la misma, facultad que también alcanza a los endosantes, a menos
que se trate de una letra no aceptable (esto es, cuando el librador prohibe la presentación para su
aceptación). Si existe un plazo para la presentación y el tenedor no cumple con la obligación de
presentar la letra, los efectos varían según quién haya fijado la cláusula:

- Si el plazo fue fijado por el librador, el tenedor pierde la acción de regreso anticipada (por falta
de aceptación) y de regreso a término (por falta de pago).

- Si el plazo fue fijado por un endosante, sólo el endosante que incluyó la cláusula puede valerse
de la falta de presentación.

 PRESENTACIÓN INNECESARIA: se da en las letras libradas “a la vista”, ya que las mismas no


requieren aceptación previa, sino que pueden ser presentadas directamente al pago. Autores como
Gómez Leo, sin embargo, opinan que nada impediría que estas letras sean previamente aceptadas,
anexando de esta forma una garantía más al título.

 PRESENTACIÓN PROHIBIDA: los artículos 24º y 25º del D/L prevén la posibilidad de que el
LIBRADOR exclusivamente (nunca los endosantes) prohíba la presentación de la letra para su
aceptación en forma definitiva o temporaria –v. gr., “no podrá presentarse antes del 1° de Abril”–, en
cuyo caso se considera que la letra no es aceptable.

Presentada la letra para su aceptación, el librador puede adoptar dos actitudes diferentes: 1) aceptar total o
parcialmente la letra; o 2) pedir que la letra le sea presentada por segunda vez, al día siguiente: dado el caso
el portador puede, o bien volver a presentarla, o bien no presentarla nuevamente y levantar protesto por falta
55
de aceptación: el girado no podrá impedir el protesto, pero si hace constar en el mismo que se le negó la
segunda presentación, el portador perderá la acción de regreso contra todos los obligados.

EFECTOS DE LA ACEPTACIÓN.

El efecto principal de la aceptación es convertir el girado en “aceptante” y, por ende, en obligado principal al
pago de la suma consignada en letra al momento de su vencimiento, obligación que no cesa aunque el
librador hubiere caído en quiebra, sea tal situación conocida o no para el girado.

Pueden darse dos (2) casos:

 ACEPTA Y NO PAGA: puede ser demandado por ACCIÓN DIRECTA donde podrá reclamársele el
capital, los intereses compensatorios (si los hubiera), los intereses punitorios devengados a partir del
vencimiento, los gastos de protesto, de aviso y demás gastos.

 NO ACEPTA ó ACEPTA PARCIALMENTE: el portador legítimo deberá levantar protesto (en el caso de
la aceptación parcial, por la suma no aceptada) como requisito para poder iniciar la acción anticipada
de regreso contra los demás firmantes del título –librador, endosantes, avalistas–. El protesto por falta
de aceptación releva al portador de presentar la letra para el pago y, por ende, de levantar protesto por
falta de pago.

EFECTOS DE LA NO ACEPTACIÓN.

Cuando el girado no acepta la letra, la ley le otorga al tenedor una ACCIÓN DE REGRESO ANTICIPADO (es
decir, sin necesidad de esperar a que opere el vencimiento de la letra), ya que la no aceptación hace presumir
que el pago no tendrá lugar. Por ende, la falta de aceptación hace nacer la responsabilidad del librador, los
endosantes y avalistas, los cuales revisten el carácter de garantes de la aceptación, salvo que hubieren
incluido en el título la cláusula “sin garantía”.

Para ello, el tenedor deberá levantar protesto por falta de aceptación y, además, avisar a su endosante y al
librador que la letra no ha sido aceptada: dicha comunicación debe efectuarse dentro de los cuatro (4) días
hábiles siguientes a la fecha del protesto o de presentación para la aceptación si el poseedor hubiere sido
dispensado de levantar protesto por una cláusula de “retorno sin gastos”6.

A su vez, cada endosante que reciba el aviso, dentro de los dos (2) días hábiles siguientes, deberá informar
del mismo al endosante que lo precede y sus avalistas, y así sucesivamente hasta llegar al librador. El aviso
puede efectuarse de cualquier forma, incluso mediante el simple envío de la letra, y la carga de la prueba del
aviso corre por cuenta de quien lo hizo. En cualquier caso, quien omitiere efectuar los avisos en el término
indicado no pierde la acción de regreso, pero deberá responder por los daños y perjuicios ocasionados, sin
que el monto de la indemnización pueda exceder el valor de la letra.

CANCELACIÓN DE LA ACEPTACIÓN.

6 La cláusula “retorno sin gastos” o “sin protesto” es una cláusula prevista y permitida que el librador, los endosantes o avalistas pueden incluir en la
letra para dispensar al portador de levantar protesto por falta de aceptación o de pago sin que ello impida iniciar la acción regresiva.
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El caso surge cuando el tenedor presenta la letra al girado para su aceptación y éste la acepta firmándola,
pero luego, antes de restituirla, tacha, borra o cancela la aceptación dada: en tal caso, se considera que la
aceptación ha sido rehusada.

La cancelación puede hallarse fechada o carecer de fecha: si carece de fecha, la ley presume que la misma
tuvo lugar antes de la restitución (salvo prueba en contrario) pero si, no obstante la cancelación hecha en la
letra, el girado hubiere manifestado por escrito su aceptación al portador o cualquiera de los firmantes, él
queda obligado respecto de éstos en los términos de la aceptación: en este caso, la aceptación consta en un
elemento externo a la letra motivo por el cual la doctrina discute si se trata de una obligación cambiaria o
extracambiaria: algunos autores sostienen que la declaración cambiaria ha dejado de existir con el tachado
que cancela la firma, por lo que admitir una aceptación hecha por un medio externo implicaría vulnerar los
principios de literalidad y completitud.

EL AVAL. (art. 32 a 34 D/L). (es una figura de garantía adicional. Es formalmente autónoma y
sustancialmente accesoria).

El “aval” es un acto jurídico cambiario mediante el cual se garantiza el pago de la letra total o parcialmente:
el avalista puede otorgar el aval por el importe total de la letra –aval total–, o bien sólo por una parte –aval
parcial–, pero nunca puede avalar una suma superior a la que figura en el título: dado el caso, se considera
que el aval es total.

Sus principales características son las siguientes:

1. Es UNILATERAL e INCONDICIONADO, ya que se concreta con la sola declaración de voluntad del


avalista mediante su firma, no pudiendo estar sujeta a condición alguna: el aval debe ser puro y
simple.

2. Es COMPLETO y LITERAL, ya que se trata de un acto cambiario que se basta a sí mismo y cuyo
contenido y alcances deben desprenderse de la letra, no siendo posible la remisión a elementos
externos.

3. Es ABSTRACTO, ya que se halla desvinculado de la causa o relación fundamental en razón de la cual


se extendió el aval. A diferencia de lo que ocurre en la fianza, la obligación del avalista es objetiva,
pues lo que se garantiza es el pago de la cambial y no a la persona del avalado: de allí que los vicios
sustanciales de la obligación no afectan al aval.

4. Es SUSTANCIALMENTE AUTÓNOMO, pues el aval subsiste aunque la obligación garantizada sea


nula por cualquier vicio sustancial; incluso en este caso, el avalista queda obligado en los mismos
términos que el avalado.

5. Es FORMALMENTE ACCESORIO, pues los vicios formales que afecten a la obligación garantizada
producen la invalidez del aval. La obligación del avalista es, por un lado, accesoria, pues depende de
la existencia de una obligación principal formalmente válida –la obligación avalada–, y por otro lado,
autónoma, porque sigue su propia suerte con independencia de la suerte de la obligación avalada.

En consecuencia, para que el aval subsista no se requiere la validez sustancial de la obligación


garantizada, pero sí su validez formal.

Los sujetos del aval son básicamente dos (2):

57
 AVALISTA, que es el sujeto que otorga el aval; puede ser un 3º o cualquiera de los firmantes de la letra
–librador, endosantes, etc. –.

 AVALADO, que es el sujeto a favor del cual se otorga el aval: cualquiera de los obligados cambiarios
puede ser avalado, incluso otro avalista, en cuyo caso estaríamos ante un supuesto de “aval del aval”.

En principio, el aval tiene que constar en la misma letra (o su prolongación), por escrito y con firma del
avalista, quien además deberá indicar a favor de quién otorga el aval –v. gr., “aval por el segundo
endosante”–: a falta de indicación, el aval se presume otorgado a favor del librador sin admitirse prueba en
contrario (presunción iure et de iure).

Puede colocarse en el frente de la letra o en el dorso: si estuviere en el frente, basta con la firma del avalista
sin que sean necesarias aclaraciones adicionales, ya que la sola firma colocada en el frente de la letra se
presume colocada en carácter de aval, salvo que fueren las firmas del girado o del aceptante; en cambio
si estuviere en el dorso, además de la firma debe agregarse la expresión “por aval” u otra equivalente, a fin
que la misma no sea confundida con un endoso.

Pero el aval también puede constar en documento separado: en tal caso, dicho documento debe reunir una
serie de requisitos entre los cuales se encuentran la mención del lugar y fecha de otorgamiento, la expresión
“por aval” o equivalente, la identificación precisa de la obligación que se avala (indicando monto, nombre del
avalado e identificando el título donde se halla documentada) y firma del avalista.

En cuanto a los efectos del aval, el avalista queda obligado en los mismos términos que el avalado, pero su
obligación diferirá según a quien hubiere garantizado:

 AVAL A FAVOR DEL ACEPTANTE: el avalista es legitimado pasivo de la acción directa.

 AVAL A FAVOR DEL LIBRADOR/ENDOSANTES: el avalista es legitimado pasivo de la acción de


regreso.

En todos los casos, el avalista que paga la letra adquiere todos los derechos que derivan de ésta contra
el avalado y contra los que estén obligados cambiariamente hacia éste.

 AVAL DEL AVAL: el caso se presenta cuando una persona que avala una obligación cambiaria es,
a su vez, avalada por otra persona. Las relaciones que se establecen entre ellos son de naturaleza
cambiaria, ya que en caso que el 2° avalista pague la letra, tendrá una acción cambiaria contra su
avalado (1° avalista) y también contra el avalado principal.

 CO-AVAL: el caso se presenta cuando varias personas avalan en conjunto una misma obligación
cambiaria; a diferencia del caso anterior, las relaciones que se establecen entre ellos son
extracambiarias y están reguladas por el derecho común (no tienen acción cambiaria)

ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE AVAL Y FIANZA

AVAL FIANZA

58
Siempre tiene naturaleza comercial. Tiene naturaleza civil o comercial según cuál
sea la obligación garantida.

Surge de una declaración unilateral de Surge de un contrato bilateral.


voluntad.

Es una garantía OBJETIVA (se garantiza el Es una garantía SUBJETIVA (se garantiza al
pago, no al avalado como sujeto). deudor afianzado).

Es autónomo e independiente, por lo que las Se vincula con la obligación afianzada, de


defensas y excepciones que correspondan al modo que el fiador puede valerse de todas
avalado no pueden ser invocadas por el las defensas y excepciones que
avalista para eximirse el pago de la letra. correspondan al deudor afianzado, incluso
contra la voluntad de éste.

La obligación avalada puede estar viciada La obligación afianzada tiene que ser
por vicios sustanciales sin que ello afecte al sustancialmente válida.
aval.

La responsabilidad del avalista puede ser La responsabilidad del fiador en la fianza civil
efectivizada en forma directa, sin excusión ni requiere de la previa excusión de los bienes
interpelación previa. del deudor afianzado, en tanto que la fianza
comercial requiere la previa intimación
judicial al deudor afianzado.

Debe ser puro y simple, no puede estar Puede sujetarse a condición ya que la ley no
sujeto a condición. prohíbe esta posibilidad.

Cuestiones con respecto al Aval por separado

El Aval por separado es un título circulatorio cambiario pues contiene una declaración cartular , dispositiva
susceptible de circular y crear derechos literales y autónomos en terceros de buena fe.

Podría decirse que es accesorio en la mayoría de los casos pero vemos que resulta admisible la cláusula
personal en el aval general de forma que el titulo puede no circular junto con la letra en la que se halla la
declaración avalada. La vinculación sin embargo justifica que no se pueda reclamarse independientemente la
obligación declarada en el aval separado. El portador solo podrá accionar si se encuentra en posesión del
título por separado (necesidad) pero solo podrá hacerlo como secuencia de ser legitimado según el
documento en el que costa – objetivamente- la declaración avalada (vinculación). La vinculación del
documento permite mantenerlo aparte de la letra sin afectar a ésta, sin embargo en nuestro juicio, circula
cambiariamente junto al título al que se vincula salvo convención expresa contraria que requiere
determinados recaudos.

Los efectos del aval separado son iguales a los del aval prestado en letra.
No cabria duda si no debiera confrontarse esta conclusión teórica con una posibilidad practica que origino
posiciones doctrinarias distintas a la enunciada, la posibilidad consiste en que estando el aval en documento
ajeno a la letra un portador retenga ese instrumento separado. De esta forma la garantía no circula, caso que
puede ocurrir también cuando se le otorga en favor de una persona determinada. En virtud de tal eventualidad
que recibe aplicación concreta en la vida de los negocios, en muchas oportunidades,una parte importante de
59
la doctrina afirma que el aval por separado beneficia exclusivamente a la persona que lo requiere y que para
hacerlo circular es preciso recurrir a la cesión ordinaria.

La argumentación desarrollada por la doctrina que así piensa es casi apodíctica y en general, esta
influenciada por una visión errónea de un problema conexo: el del aval general. Desbrocemos por ahora el
terreno de estas últimas implicancias y quedémonos en el análisis de las argumentaciones que no se influyen
de consideraciones traídas como consecuencias de admisión de esta particular figura del aval general. Los
fundamentos sobre los que se construye esta conclusión puede resumirse de la siguiente forma: la finalidad
del aval separado es generalmente, la de permitir a su otorgante no aparecer en el título, guardando su sigilo
o reserva por lo demás la utilización practica muestra que se presenta como compromisos unilaterales
contraídos solo respecto de quien es el beneficiario.

Fargosi le agrega un argumento de carácter jurídico, diciendo que el aval separado no puede circular porque
el endoso de la letra solo transmite los derechos resultantes de ella ( art. 15 L.C.) de lo que se desprende que
el aval separado no se transmite porque no consta en la letra.

Existe otra doctrina - la que sostiene Lyon-Caen y Renault - donde dicen que la regla general es que el aval
produce las mismas consecuencias tanto si es dado sobre la letra misma como si es dado por documento
separado, ya que para ellos es claro que en régimen del Código y en el del decreto 5965/63 el aval no deja de
serlo porque se establezca o estipule por separado. ( ésta doctrina es la adecuada según la cátedra)

EL ENDOSO

Concepto de clase: el endoso sirve para documentar la transmisión de los TV a la orden. (el título a la orden;
el texto del título tiene el nombre del beneficiario - el tenedor legitimado; es quien cumple la ley de
circulación, teniendo el título procedido por una cadena ininterrumpida –se corta la cadena cuando se endosa
parcialmente- , de endosos y que todos sean formalmente validos). Partes en el endoso:

a) Endosante: quien efectúa el endoso.


b) Endosatario: beneficiado por el endoso.

Definición de Gómez leo: “el endoso es el acto jurídico cambiario unilateral, completo, formalmente accesorio
y sustancialmente autónomo al libramiento del titulo que habilita al tenedor del título o beneficiario, a ejercer el
derecho que surge del título, transmitiendo al endosatario la titularidad del título y del derecho.”

Entonces el endoso es un acto jurídico cambiario escrito, unilateral, completo, irrevocable, que actúa como un
negocio abstracto –esto es, desvinculado de la causa que le dio origen–, sustancialmente autónomo y
formalmente accesorio al libramiento de la letra, cuyas funciones principales son tres (3):

a) LEGITIMANTE (esencial): el endoso legitima al endosatario para ejercer todos los derechos
resultantes del título –v. gr., presentarlo para la aceptación o para el pago, endosar, etc. –, aún cuando
no sea propietario del mismo (basta con la mera posesión material de la letra). (clase: la función
legitimarte es esencial, habilita al endosatario a ejercer los derechos del título -función principal o
esencial-).

b) VINCULANTE (natural): el endoso convierte al endosante en garante solidario de la aceptación y del


pago de la letra, siendo responsable junto con los demás firmantes frente al portador legítimo, salvo
que incluya en el título la cláusula “sin garantía”. (clase: cuando el endosante presta garantía de pago
al efectuar el endoso)

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c) TRASLATIVA (natural): porque trasmite la titularidad del documento y, por ende, de todos los
derechos incorporados a él, si el endoso es pleno. Esta adquisición es originaria, lo que implica que no
arrastra los vicios o defectos que pudieren afectar a las anteriores transmisiones, los que en su caso
no le son oponibles. (clase: transmite la titularidad al beneficiario y la propiedad del titulo- efecto
natural)

A diferencia de la aceptación –que puede ser otorgada en forma parcial–, el endoso debe ser total, puro y
simple: el endoso parcial es nulo y toda condición se tiene por no escrita.La forma típica de transmisión
de una letra de cambio es el endoso: el D/L establece que la letra puede ser transmitida por esta vía aunque
no lleve la cláusula “a la orden”, y ello así por cuanto se trata de un título naturalmente a la orden, donde dicha
cláusula se entiende implícita. Sin embargo, tanto el librador como un endosante pueden quitarle el carácter
de endosable incluyendo en la letra la cláusula “no a la orden” o una equivalente7:

 CLÁUSULA PUESTA POR EL LIBRADOR: implica que las futuras transmisiones del título no podrán
hacerse por endoso sino en la forma y con los efectos de una cesión de créditos.

 CLÁUSULA PUESTA POR EL ENDOSANTE: aquí el efecto no es prohibir la circulación por endoso,
sino desvincularse cambiariamente de los posteriores endosatarios, motivo por el cual la letra puede
continuar circulando pero el endosante que incluyó la cláusula sólo responde cambiariamente
ante su endosatario: los endosantes posteriores adquieren frente a él un derecho derivado (que
implica que el endosante que incluyó la cláusula puede oponerles a los endosantes posteriores todas
las defensas y excepciones que tiene contra su endosatario directo, es decir, el que recibió de él la
cambial con la cláusula), pero frente a los restantes firmantes adquieren un derecho autónomo.

Los sujetos del endoso son dos (2):

1. El ENDOSANTE, que es la persona que transmite el título por vía del endoso; debe tratarse de una
persona capaz para obligarse cambiariamente, pero que además debe hallarse legitimada para ello: la
legitimación se acredita de formas diferentes según quién sea el sujeto que realiza el endoso:

 Si la letra aún no circuló, el primer endosante tiene que ser necesariamente el tomador del
título (primer beneficiario) y la legitimación se acredita con la posesión material del mismo
(basta con el corpus, no siendo necesario que acredite la propiedad de la letra).

 Si la letra ya circuló, sólo podrá endosarla quien posea materialmente el título y acredite una
“cadena ininterrumpida y regular de endosos”, que sólo se da cuando el anterior endosatario es
el actual endosante (incluso si el último endoso es en blanco) y debe ser regular a simple vista,
motivo por el cual un endoso efectuado por un incapaz o un endoso falso no rompen la
cadena.

2. El ENDOSATARIO, que es la persona que adquiere el título por vía del endoso. Por lo general, el
endosatario es siempre un 3º ajeno a la relación cambiaria, pero nada impide que pueda serlo
cualquiera de los obligados cambiarios (librador, girado, endosante, avalista): en este caso, estaríamos
ante lo que se conoce como “endoso de retorno”, que se da cuando la letra vuelve a través del endoso
a un sujeto ya obligado cambiariamente.

ENDOSO DE RETORNO.

7 Son equivalentes, por ejemplo, “no endosable”, “no negociable”, “no transmisible”, etc.
61
Esta posibilidad se halla prevista en el artículo 12° del D/L y permite que la letra sea endosada a favor del
girado, del librador o de cualquier otro obligado cambiario: la letra vuelve a un sujeto ya obligado
cambiariamente quien, de esta forma, aparece como deudor –porque es garante del pago de la letra–, pero a
la vez también como acreedor –porque el endoso lo legitima para ejercer todos los derechos emanados del
título, entre ellos, requerir el pago–.

Esta situación ha llevado a algunos autores a considerar que, en tales casos, la obligación cambiaria se
extingue por confusión: sin embargo, la confusión no tiene lugar sino hasta el momento del vencimiento
de la letra, pues recién allí el último endosatario se convierte en “acreedor”, no antes: en consecuencia,
mientras la letra no haya vencido, en endosatario de retorno puede volver a transmitir el título válidamente
pues antes del vencimiento no hay confusión.

Una vez operado el vencimiento, en cambio, la situación varía según quién sea el endosatario de retorno:

 ACEPTANTE: en este caso, la obligación se extingue por confusión al momento del vencimiento de la
letra, produciéndose la liberación de todos los demás firmantes.

 LIBRADOR: en este caso, si la letra no fuere pagada, los sujetos a quienes el librador garantizaba en
el nexo cambiario (endosantes y avalistas) quedan liberados, y sólo podrá accionar contra el
aceptante que no pagó por acción directa.

 ENDOSANTE: aquí, si la letra no fuere pagada, el endosante tendrá acción de regreso contra el
librador y contra todos los endosantes anteriores (los posteriores quedan liberados), además de poder
accionar contra el aceptante que no pagó por acción directa.

 AVALISTA: ídem endosante, a lo que debe sumarse que el avalista posee además una acción
cambiaria contra su avalado.

 GIRADO: su situación es igual a la de cualquier portador legitimado: debe presentar la letra al pago,
levantar protesto en caso de no ser pagada (salvo que hubiere recibido provisión del librador) y
accionar por vía de regreso contra todos los obligados cambiarios.

CLASES DE ENDOSO. EFECTOS.

De acuerdo con sus efectos, los endosos se clasifican en:

 ENDOSOS CON EFECTOS PLENOS, que son aquellos que cumplen todas las funciones del endoso,
esto es, legitimante, vinculante y traslativa.

 ENDOSOS CON EFECTOS LIMITADOS, que son aquellos donde alguna de las funciones del endoso
aparecen restringidas o suprimidas a causa de la inclusión de determinadas cláusulas.

ENDOSOS CON EFECTOS PLENOS

a) ENDOSO NOMINAL ó COMPLETO: es aquel que se realiza a favor de una persona determinada,
utilizando las expresiones “a favor de …” o “a la orden de …”, en cualquier parte del documento –
frente, dorso o prolongación–, y con la firma del endosante debajo. Facultativamente puede
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contener otros datos identificatorios como el domicilio o la fecha del endoso. (clase: ES EL ENDOSO
QUE LLEVA EL NOMBRE DEL BENEFICIARIO DEL ENDOSO. EL BENEFICIARIO SI QUIERE
TRANSFERIR DEBE VOLVER A ENDOSAR. NO SE TRANSFIERE POR TRADICION). Esa cadena
debe ser ininterrumpida y formalmente válida. La cadena puede ser interrumpida si hay un endoso
nulo. Un endoso formalmente nulo es, por ejemplo, un endoso parcial. No hay endosos
sustancialmente nulos, porque no se analiza la sustancia, si el endosante es capaz, incapaz, si hay
vicios de la voluntad, etc. La cadena se analiza desde el punto de vista formal: que haya una cadena,
que de uno pase al otro y que esto pueda leerse del título y que, además, sea formalmente válida. No
importa si las firmas son reales o no, porque las firmas falsas no alteran las anotaciones de los demás
firmantes. Los giros son autónomos, lo que importa es la formalidad. Una firma falsa no corta la
cadena. Si el endoso es nominal, el tenedor legítimo, para hacer circular el título, debe endosar el
título, en blanco, al portador o en forma nominal o completa, para que el endosatario pueda ejercer los
derechos del título.

b) ENDOSO EN BLANCO: es aquel donde simplemente se firma, sin colocar el nombre del
endosatario. A diferencia del anterior, siempre debe colocarse en el dorso de la letra o en su
prolongación, pues la sola firma en el frente es considerada aval y no endoso en blanco. (CLASE: NO
DICE AL PORTADOR. ES LA SIMPLE FIRMA DEL ENDOSANTE, LA FIRMA SOLA. PUEDE
CIRCULAR POR TRADICION. EL BENEFICIARIO ES QUIEN TIENE EL TITULO)

Quien recibe una letra con endoso en blanco tiene tres (3) posibilidades:

- Completar el endoso a favor de sí mismo (el título se convierte en nominativo) y presentarlo


para el cobro, o bien volver a transmitirlo por endoso, en cuyo caso se convierte en garante de
la aceptación y del pago, salvo que incluya la cláusula “sin garantía”.

- Completar el endoso a favor de un tercero, en cuyo caso, el título no sólo se convierte en


nominativo sino que, además, lo desvincula de la relación cambiaria, ya que no quedan rastros
de su intervención en la circulación (no figuran ni su nombre ni su firma).

- Trasmitirla a un tercero sin completarla y sin endosarla, en cuyo caso queda también al margen
de la relación cambiaria, ya que no quedan rastros de su intervención en la circulación (no
figuran ni su nombre ni su firma).

c) ENDOSO AL PORTADOR: la ley no admite que la letra sea librada al portador pero sí que sea
endosada con esta modalidad, en cuyo caso la equipara al endoso en blanco, sólo que aquí debe
colocarse la mención “endoso al portador” o “a la orden del portador” y la firma del endosante.
(CLASE: ES EL ENDOSO QUE TIENE LA CLAUSULA AL PORTADOR. SE TRANSFIERE POR
TRADICION- EL BENEFICIARIO ES QUIEN TIENE EL TITULO AMBERSO/REVERSO).

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ENDOSOS CON EFECTOS LIMITADOS.

a) ENDOSO SIN GARANTÍA: dado que la función vinculante del endoso es natural, la ley admite que el
endosante se libere de garantizar la aceptación y/o el pago de la letra colocando una cláusula en este
sentido. El endosante debe aclarar de qué garantía pretende liberarse –v. gr., “sin garantía de
aceptación”– o directamente colocar la cláusula “sin garantía”, en cuyo caso queda liberado de ambas.
La cláusula sólo favorece al endosante que la colocó: los endosantes posteriores no se liberan, salvo
que también agreguen dicha cláusula.

b) ENDOSO “EN PRENDA”: en este caso, endosante y endosatario revisten la calidad de deudor y
acreedor respectivamente en un negocio extracambiario que es el que justifica el endoso. El
endosatario “en prenda” adquiere un derecho originario: si el endosante cumple con su obligación
extracambiaria podrá recuperar el título, pero en caso contrario, el endosatario podrá hacer efectivo su

64
crédito presentando la letra para el cobro, no siéndole oponibles las excepciones personales que el
deudor tuviere contra su endosante. Además, dado que el endosante no entrega la letra en propiedad
sino en prenda, el endosatario podrá hacerla circular pero sólo a título de mandato, motivo por el cual
los endosos posteriores al endoso “en prenda” nunca tienen efectos plenos.

Es la constitución de una prenda. Refleja, documenta el negocio extra cambiario. Extra cambiariamente
existe entre el endosante y el endosatario un contrato de prenda. Lo que se busca es documentar en el título
de crédito la relación extra cambiaria real. No son muy comunes estos giros, salvo con entidades financieras.

Lo que en realidad existe en el negocio extra cambiario entre el endosante y el endosatario es una relación
prendaria, donde el endosante le entrega en prenda o garantía del cumplimiento de otro negocio títulos de
crédito. Y tiene que habilitar a ese endosatario para que pueda ejercer los derechos del título.Si hace un
endoso pleno lo convierte en dueño y entonces el endosatario va a poder disponer de ese título. Por eso lo
que corresponde es introducirle a ese endoso una cláusula que dice “en prenda”. Admite cláusulas
equivalentes, pero nunca deben dar lugar a discusión, deben ser inequívocas.

Cuando se produce un endoso en prenda tiene efecto legitimante, porque habilita al endosatario a ejercer
los derechos del título. Sin embargo, es un efecto legitimante atenuado.Tiene también efecto vinculante,
porque el endosante le está dando en garantía el título. Si el endosatario no cobra porque el endosante no le
paga, el endosante va a quedar obligado por los títulos de crédito que le endose.No tiene efecto traslativo,
porque no se trasmite la titularidad del derecho. El hecho de que este cercenado el efecto traslativo, limita el
efecto legitimante. Esto porque no convierte al endosatario en dueño, por lo tanto no va a poder volver a
endosar con efectos plenos ni puede endosar en prenda. El endosatario en prenda sólo va a poder volver a
endosar a título de mandato, en procuración. Entonces, el endosatario en prenda va a poder ejercer todos los
derechos del título en interés propio, no como en el endoso en procuración que se ejercen en interés del
mandante. También va a tener que rendir cuentas. Además, si el endosatario tiene que endosar el título, sólo
puede hacerlo a título de mandato. Cualquier endoso que se realice posterior al endoso en prenda, se
entiende que es un endoso a título de mandato o en procuración.

Lo que busca el endosante al endosar en prenda es que el endosatario no pueda hacer circular el título. Si,
posteriormente, el endosatario realiza un endoso, que será en procuración, el endosante en prenda podrá
oponer al endosatario en procuración todas las excepciones que tenía contra el endosatario en prenda.

c) ENDOSO “EN PROCURACIÓN”: no tiene por objeto la transmisión de la propiedad del título, sino el
otorgamiento de un mero mandato para que el endosatario ejerza los derechos que surgen de la letra.
Por ende, el endosante no pierde el carácter de obligado cambiario y el endosatario “en procuración”
adquiere un derecho derivado. Podrá hacer circular la letra pero sólo mediante un nuevo endoso en
65
procuración, motivo por el cual los endosos posteriores al endoso “en procuración” nunca tienen
efectos plenos.

Lo que se pretende es reflejar en el título (literalizar en el título) la habilitación al endosatario de ejercer los
derechos en nombre del mandante. Es un endoso a título de mandato. Lo que se busca es que esa relación
de mandato extra cambiaria quede reflejada en el título. Hay un sujeto que es titular del derecho y tenedor del
título que quiere realizar un mandato a favor de un sujeto para que en su nombre ejerza los derechos del
título. Para encargarle a un sujeto que ejerza todos los derechos que surgen del título, hay que habilitarlo
conforme a la ley de circulación convirtiéndolo en tenedor legítimo. Puede ejercer los derechos que surgen del
título sólo el tenedor legítimo, no importa si es o no dueño. Para que el sujeto que va a ejercer los derechos
del título revista el carácter de tenedor legítimo hay que efectuar a su favor un endoso, cumpliendo con la ley
de circulación del título a la orden.

Si el endosante quiere cercenar el efecto traslativo de la titularidad del derecho, indicándole al endosatario
que ejerza los derechos del título pero a nombre del endosante, debe efectuar el endoso “en procuración”. Así,
el endosatario deberá rendirle cuentas al mandante de modo extra cambiario. Este es un mandato con
representación. Por un lado, cercena el efecto traslativo, porque no se pretende transferir la titularidad del
derecho al endosatario. El endosante pretende seguir siendo el dueño de ese derecho y, a su vez, pretende
que sea otro quien gestione y ejerza los derechos del título.

Además, la cláusula “en procuración” cercena también el efecto vinculante, porque el endosante, que le
encarga a otro que gestione a su nombre el cobro del título, no presta garantía de pago, no queda obligado.

Después de un endoso en procuración, el endosatario en procuración sólo puede volver a endosar a título
de mandato. Al no ser dueño, no puede realizar un nuevo endoso con efectos plenos. Tampoco puede
endosar en prenda, porque para endosar en prenda hay que ser dueño del crédito y él no es dueño. Quiere
decir que el endosatario en procuración puede ejercer exclusivamente los derechos que surjan del título y si
va a endosar, debe hacerlo en procuración, lo que implicará una sustitución del mandato. Esto significa que a
partir del endoso en procuración el título ya no va a circular en forma autónoma, porque el deudor podrá
oponerle al endosatario en procuración las excepciones personales que tenga con el endosante en
procuración. Esto no pasa en los otros endosos en los cuales el carácter autónomo sigue subsistiendo. En los
demás endosos, cuando a un deudor se le requiere el pago sólo puede oponer las excepciones personales
que limiten el crédito que tenga contra ese endosatario en particular, porque el endosatario adquiere un
derecho autónomo.

66
Esto no es necesariamente a perpetuidad. Puede ser que se revoque ese mandato. Algunos autores
consideran que si el endosante vuelve a estar en tenencia del título, eso implica la revocación del mandato.
También puede tachar el último endoso. Con la revocación implícita, lo puede endosar y entregar. El endoso
tachado se tiene por no escrito. Si de cualquier endoso posterior a un endoso en procuración, diga o no
“endoso en procuración”, se entiende que es en procuración. Con esto nos referimos al endoso que haga el
endosatario en procuración, no al endoso que pueda hacer el endosante en procuración.

Facultades del endosatario en procuración –esto no se toma, es a modo de comentario–: La ley lo habilita
exclusivamente a ejercer los derechos del título. Es un endoso que implica un mandato especial, por lo tanto
todo un sector de la doctrina sostiene que ese endosatario no va a poder celebrar acuerdos con quitas, etc.,
sino que tiene que ejercer los derechos del título sin poder hacer quitas o convenios que impliquen una
disminución del derecho del mandante.

Otro tema controvertido es si el endosatario, al promover una demanda la debe interponer a su nombre o a
nombre de su mandante. Hay varios fallos, incluso en Mar del Plata, que estipulan que debe ser interpuesta a
nombre del mandante. Canti no está de acuerdo, porque para ella se están confundiendo conceptos. En el
derecho cambiario no es dueño de la acción el dueño del derecho, el titular de la acción es el tenedor legítimo.
Entonces, obligar a un endosatario en procuración en nombre de su mandante es un error. Cuando se habla
de legitimación en el derecho cambiario estamos hablando de un concepto material del derecho de fondo y no
procesal. Entonces, equiparar a que el que tiene que promover la acción es el dueño del derecho es buscar
una legitimación procesal que no se condice con la legitimación sustancial o de fondo. Por esto, y no en vano,
la ley aclara que el deudor requerido de pago sólo podrá oponer las excepciones que tuviera contra el
endosante. Si la demanda debiera ser promovida por el mandante, no sería necesario aclarar que las
excepciones que se pueden oponer son las que tenga el deudor contra él.

d) “NO ENDOSAR” ó “PROHIBIDO ENDOSAR”: aquí, según quién haya sido el que introdujo la
cláusula, la letra circula de diferente forma: si fue el librador, la letra sólo podrá circular en la forma y
con los efectos de una cesión de créditos y los sucesivos poseedores adquirirán un derecho derivado.
En cambio, si fue un endosante, la letra podrá seguir circulando por endoso de cualquier clase y la
cláusula sólo producirá efectos respecto del endosante que la introdujo: los endosatarios posteriores a
éste adquieren frente a él un derecho derivado, motivo por el cual le son oponibles todas las
excepciones que el mismo tenía contra su endosatario inmediato.

Hay tres posturas distintas. La ley es clara en que la cláusula “prohibido nuevo endoso” es para evitar quedar
vinculado con los demás endosatarios. El endosante sólo queda obligado cambiariamente respecto a su
endosatario. Le prohíbe hacer nuevos endosos, porque busca quedar solo obligado cambiariamente frente a

67
su endosatario pero no frente a otros. No altera la ley de circulación. La discusión entra con la cláusula “no a
la orden”.

Gómez Leo les da a las cláusulas “prohibido nuevo endoso” y “no a la orden” el mismo valor. Considera que
el endosante que incluyó esa cláusula queda obligado respecto de los demás en forma derivada. Esto quiere
decir que respecto de ese endosante que incluyó la cláusula, y sólo respecto de él, va a circular el derecho en
forma derivada.

Legon tiene otra postura. Dice que con la cláusula “prohibido nuevo endoso”, el endosante sólo queda
obligado respecto de su endosatario y no respecto de los que sigan después en la cadena. En el endoso “no a
la orden” sí asume una responsabilidad derivada.

Bergel dice que el endoso “prohibido nuevo endoso” es el único previsto en la ley. No está prevista la cláusula
“no a la orden” para el endoso, sino para el libramiento que tiene otros efectos, pero no para el endoso. Con la
cláusula “prohibido nuevo endoso”, el endosante sólo queda obligado cambiariamente respecto de su
endosatario y no respecto de los que continúan. Establece que no hay que otorgarle a la cláusula “no a la
orden” un valor sacramental que la ley no le da, sino que hay que utilizarla como equivalente a la cláusula
“prohibido nuevo endoso”, pero dándole esta limitación que es que está obligado frente a su endosatario y no
adquiere responsabilidad, ni siquiera derivada, respecto de los futuros tenedores. Esta es, para Canti, la
opinión más coherente.

Síntesis:

Finalmente, existen ciertas formas de endoso consideradas ANÓMALAS, entre las cuales podemos
mencionar:
68
 ENDOSO PARCIAL: es nulo.

 ENDOSO CONDICIONAL: la condición se considera no escrita y el endoso vale como incondicionado.


Hay que ver en que giro está incorporada. Si la condición está literalizada en el libramiento del título,
en el texto del mismo, anula el título. El Art. 1 dice que la promesa de pago debe ser incondicionada.
La cláusula condicionada es una cláusula prevista y prohibida que anula la letra.Si la condición se
incluye en la aceptación, se tiene por rehusada la aceptación. Quiere decir que afecta a todo el giro de
la aceptación. El título es válido pero la aceptación se va a tener por rechazada. Si la condición se
incluye en un endoso, el endoso es válido pero se tiene por no escrita la condición. No está prevista la
condición en un aval. Según Canti debe tenerse por válido el aval y no escrita la condición.

 ENDOSO FALSO: la firma falsa o de personas imaginarias no afectan a las obligaciones de los
restantes suscriptores, las que continúan siendo plenamente válidas.

 ENDOSO FIDUCIARIO/SIMULADO: frente a los terceros, ambos endosos producen todos sus efectos
propios, pero en la relación directa endosante/endosatario generan determinadas consecuencias en el
ámbito extracambiario.

 ENDOSO POR INSTRUMENTO SEPARADO: la ley manda que el endoso debe inscribirse en la
misma letra o su prolongación, motivo por el cual el endoso por instrumento separado no produce los
efectos típicos del endoso, sino los de una cesión ordinaria (acumulación de excepciones).

 ENDOSO BORRADO, TACHADO ó CANCELADO: los mismos se consideran no escritos, pero la


regularidad de la serie de endosos no se ve afectada por la existencia de un endoso de este tipo,
siempre que las firmas se sucedan regularmente (último endosatario = siguiente endosante).

TEMPORALIDAD DEL ENDOSO.

Con relación a la temporalidad del endoso, la ley distingue:

a) ENDOSO POSTERIOR AL PROTESTO: cuando el endoso ha sido efectuado con posterioridad al


protesto o al vencimiento del plazo para levantarlo, sólo produce los efectos de una cesión ordinaria,
motivo por el cual el cesionario adquiere todos los derechos contenidos en el título en forma derivada,
siéndole oponibles todas las defensas y excepciones que procedieran contra el cedente (con cada
transmisión las excepciones se acumulan).

b) ENDOSO POSTERIOR A LA FECHA DE VENCIMIENTO DE LA LETRA: el endoso efectuado con


posterioridad al vencimiento de la letra produce los mismos efectos que el endoso efectuado con
anterioridad.

c) ENDOSO SIN FECHA: el endoso sin fecha se presume hecho antes del vencimiento del plazo para
levantar protesto, salvo prueba en contrario.

Diferencia entre endoso y cesión –para después ver efectos del endoso–: Para poder tratar al crédito, que
es un derecho personal, como una cosa mueble es necesario objetivarlo, incorporarlo y relacionarlo de tal
manera con un documento que la ley de circulación de ese documento predomine sobre la ley de circulación
del derecho que es su contenido. Así, deja de circular el derecho de forma derivada, para circular como si
fuera una cosa, porque la relación del derecho y de la cosa es tal que predomina el elemento documento
sobre el derecho. Entonces, como hay que tener el documento para que nazca el derecho y tienen esa
69
vinculación tan compenetrada, termina aplicando la ley de circulación de las cosas muebles para el derecho.

El derecho circula en forma originaria como las cosas y no en forma derivada. Esta circulación originaria se
documenta en los títulos de crédito a través del endoso. Se aparta de la cesión que es la forma de hacer
circular los derechos personales en forma derivada, lo cual significa que la situación del cesionario es la
misma que la del cedente. El derecho del cesionario no es ni mejor, ni más extenso que el del cedente, y las
excepciones que le eran oponibles a éste le son oponibles a aquél. En la circulación originaria de los títulos de
crédito, a través de una ficción creada por el legislador, se corta con esto, aplicándosele al derecho la ley de
circulación de las cosas muebles. Por lo tanto, quien adquiera la cosa va a vincularse directamente con ese
derecho. Si bien las transmisiones sirven para la circulación y para que haya obligados, en cuanto al derecho
es como si se conectara originariamente –ex novo– con el creador del derecho. Por eso las excepciones que
hay entre al que se le requiere el título y el deudor no son oponibles al tenedor legítimo, ni se acumulan. Cada
circulación conecta directamente al que tiene el título con la cosa y el derecho que es su contenido.

Las excepciones que se van dando en la circulación del título no se comunican. La excepción personal que
era oponible contra un endosante limitando su crédito, sólo es oponible contra él. Las excepciones personales
no se comunican a los siguientes endosatarios. Una diferencia es que la cesión es un contrato el cual necesita
un acuerdo de partes. El endoso es un acto jurídico cambiario unilateral, que se exterioriza a través de la
voluntad del endosante firmando y quedando obligado, sin que haya un acuerdo con otro, ni que sea
necesaria la firma de otra persona. La voluntad del endosante no se configura por un acuerdo de partes como
en la cesión. El endosante hace esa declaración unilateral de voluntad y la exterioriza con la firma, quedando
así obligado. No se necesita ni la firma ni la aceptación del endosatario. Otra diferencia es con respecto a
como circula el derecho. En la cesión circula en forma derivada, acumulándose y comunicándose las
excepciones personales. El cesionario adquiere un derecho igual a su cedente. En cambio, en la cadena de
endosos la circulación es originaria. Las excepciones personales no se comunican, y sólo son oponibles al
endosante respecto del cual se tiene esa excepción. Por esto es de carácter autónomo. En la cesión el
cedente no garantiza el pago, sólo garantiza la existencia y la legitimidad del crédito. En cambio, el endosante
garantiza el pago. El endoso tiene un efecto vinculante, obligándose solidariamente con los otros firmantes a
pagar el título.

El endoso actúa como un negocio abstracto, por lo tanto circula separado de la causa. Además es de
carácter autónomo. Un vicio, por ejemplo la incapacidad del endosante, no anula el endoso, formalmente el
endoso es válido. Claramente, ese endosante incapaz no va a ser obligado, no se va a poder accionar contra
él, pero no anula la cadena de endosos. Distinto es lo que pasa si un cedente incapaz efectúa una cesión. En
ese caso la cesión es nula y hace caer la cadena de cesiones.

ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE EL ENDOSO Y LA CESIÓN DE CRÉDITOS

70
ENDOSO CESIÓN DE CRÉDITOS

Es un acto unilateral. Es un acto bilateral.

Le otorga al endosatario un derecho Le otorga al cesionario un derecho derivado


originario y autónomo (incomunicabilidad de (acumulación de excepciones).
las excepciones).

El endosante es responsable solidario del El cedente sólo responde por la existencia y


pago de la cambial. legitimidad del crédito, no por el pago.

Sólo requiere de la firma del endosante en el Requiere de ciertas formas (v. gr., escritura
título (sin más recaudos) y posterior entrega pública o acta judicial), además de la
del mismo al endosatario. notificación al deudor cedido.

Es posible la adquisición a non domino por Requiere que las sucesivas cesiones hayan
su carácter autónomo. sido efectuadas por sus legítimos titulares y
todas ellas sean válidas.

ANALISIS PARA REVISAR UN ENDOSO:

1) ¿HAY TENEDOR LEGITIMO? SI LO HAY LUEGO HAY QUE SABER;


2) QUIEN ES TITULAR DERECHO.¿ES TITULAR DEL DERECHO? Se analiza si cada sujeto
cumple con las funciones traslativas (si se cumplen hay titular de un derecho).

ARTÍCULOS DEL CCCN EN RELACIÓN AL ENDOSO:

OJO: TV Al portador: se transfiere por la tradición - TV a la orden: se transfiere por el endoso:

Títulos valores al portador

ARTICULO 1837.- Concepto. Es título valor al portador, aunque no tenga cláusula expresa en tal sentido,
aquel que no ha sido emitido en favor de sujeto determinado, o de otro modo indicada una ley de circulación
diferente.

La transferencia de un título valor al portador se produce con la tradición del título.

TÍTULOS VALORES A LA ORDEN  DEBE HABER CADENA INITERRUMPIDA DE ENDOSOS.

ARTICULO 1838.- Tipificación. Es título valor a la orden el creado a favor de persona determinada. Sin
necesidad de indicación especial, el título valor a la orden se transfiere mediante endoso.
Si el creador del título valor incorpora la cláusula “no a la orden” o equivalentes, la transferencia del título valor
debe hacerse conforme con las reglas de la cesión de derechos, y tiene los efectos propios de la cesión.

ARTICULO 1839.- Endoso. El endoso debe constar en el título o en hoja de prolongación debidamente
adherida e identificada y ser firmado por el endosante. Es válido el endoso aun sin mención del endosatario, o
con la indicación “al portador”.
71
El endoso al portador tiene los efectos del endoso en blanco. El endoso puede hacerse al creador del título
valor o a cualquier otro obligado, quienes pueden endosar nuevamente el título valor.

ARTICULO 1840.- Condición y endoso parcial. Cualquier condición puesta al endoso se tiene por no escrita.
Es nulo el endoso parcial.
ARTICULO 1841.- Tiempo del endoso. El endoso puede ser efectuado en cualquier tiempo antes del
vencimiento. El endoso sin fecha se presume efectuado antes del vencimiento.

El endoso posterior al vencimiento produce los efectos de una cesión de derechos.

ARTICULO 1842.- Legitimación. El portador de un título a la orden queda legitimado para el ejercicio del
derecho en él incorporado, por una serie no interrumpida de endosos formalmente válidos, aun cuando el
último sea en blanco.
ARTICULO 1843.- Endoso en blanco. Si el título es endosado en blanco, el portador puede llenar el endoso
con su nombre o con el de otra persona, o endosar nuevamente el título, o transmitirlo a un tercero sin llenar
el endoso o sin extender uno nuevo.
ARTICULO 1844.- Endoso en procuración. Si el endoso contiene la cláusula “en procuración” u otra similar,
el endosatario puede ejercer, incluso judicialmente, todos los derechos inherentes al título valor, pero sólo
puede endosarlo en procuración.

Los obligados sólo pueden oponer al endosatario en procuración las excepciones que pueden ser opuestas al
endosante.

La eficacia del endoso en procuración no cesa por muerte o incapacidad sobrevenida del endosante.

ARTICULO 1845.- Endoso en garantía. Si el endoso contiene la cláusula “valor en prenda” u otra similar, el
endosatario puede ejercer, incluso judicialmente, todos los derechos inherentes al título valor, pero el endoso
hecho por él vale como endoso en procuración.

El deudor demandado no puede invocar contra el portador las excepciones fundadas en sus relaciones con el
endosante, a menos que el portador al recibir el título lo haya hecho a sabiendas en perjuicio de aquél.

ARTICULO 1846.- Responsabilidad. Excepto cláusula expresa, el endosante responde por el cumplimiento de
la obligación incorporada.

En cualquier caso, el endosante puede excluir total o parcialmente su responsabilidad mediante cláusula
expresa.

- Títulos valores nominativos endosables

72
ARTICULO 1847.- Régimen. Es título nominativo endosable el emitido en favor de una persona determinada,
que sea transmisible por endoso y cuya transmisión produce efectos respecto al emisor y a terceros al
inscribirse en el respectivo registro.

El endosatario que justifica su derecho por una serie ininterrumpida de endosos está legitimado para solicitar
la inscripción de su título.

Si el emisor del título se niega a inscribir la transmisión, el endosatario puede reclamar la orden judicial
correspondiente.

ARTICULO 1848.- Reglas aplicables. Son aplicables a los títulos nominativos endosables las disposiciones
compatibles de los títulos valores a la orden.

- Títulos valores nominativos no endosables

ARTICULO 1849.- Régimen. Es título valor nominativo no endosable el emitido a favor de una persona
determinada, y cuya transmisión produce efectos respecto al emisor y a terceros al inscribirse en el respectivo
registro.

BOLILLA VI

VENCIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES CAMBIARIAS: La fecha de vencimiento señala el momento en que


la suma de dinero indicada en la letra se hace exigible; sin embargo, no estamos ante un requisito esencial
sino natural ya que, en caso de no estar consignado en la misma, la letra se considera pagable a la vista.

Debe presentar los siguientes caracteres:

 PRECISA Ser CIERTA: no pueden consignarse fechas equívocas o condicionadas –v. gr., a los 10 días
de producido el fallecimiento de …–.

 Ser POSIBLE: no puede consignarse como fecha de vencimiento un día que no exista en el calendario
–v. gr., 30 de Febrero–, o anterior a la fecha de creación del título.

 Ser ÚNICA: son nulas las letras giradas con vencimientos sucesivos o alternativos –v. gr., el 3 y el 11
de Julio/el 3 ó el 11 de Julio–.

 LEGAL, debe estar PREVISTA EN LA LEY: son nulas las letras giradas con vencimientos distintos a
los que prevé la ley, cuya enumeración es taxativa. En este sentido, las letras de cambio sólo pueden
ser giradas de cuatro (4) formas.

Art. 35 D/L. – La letra de cambio puede girarse: A la vista - A un determinado tiempo vista - A un
determinado tiempo de la fecha - A un día fijo.

Las letras de cambio giradas a otros vencimientos distintos de los indicados o a vencimientos sucesivos
son nulas.

VENCIMIENTOS RELATIVOS: son aquellos donde el tenedor del título debe cumplir una carga (ej. De carga:
levantar protesto, presentación de la aceptación, prestación del titulo al pago, etc.) que hace al vencimiento
del mismo. Aquí no hay certeza desde el momento que se crea el titulo, sobre cuando va a vencer, porque
73
depende de un hecho de quien tiene el titulo para que el vencimiento opere. So el tenedor no cumple el hecho
no se pueden imponer acciones de regreso.

a) A LA VISTA: son aquellas que presentan dos características principales: 1) no requieren


aceptación anterior al pago; y 2) no consignan una fecha de vencimiento expresa, sino que vencen
en el momento en que son presentadas al girado para su pago. Por ende, el vencimiento de la
letra depende de la voluntad del portador ya que vence cuando la presenta. Pero esta potestad
del portador no es ilimitada: deben ser presentadas dentro de un (1) año contado desde su fecha
de creación, o el mayor o menor plazo fijado por el librador, o el menor plazo fijado por un
endosante.

Clase: Cuando se presenta al obligado vence el titulo- plazo de un año desde la creación.

b) A un CIERTO tiempo vista: (ej. A los 6 dias vista…el vencimiento empieza a correr desde la
vista)son aquellas cuyo vencimiento se produce una vez transcurrido el plazo que indica la letra,
contado desde la fecha de aceptación, o del protesto por falta de aceptación, o del protesto por
falta de fecha de aceptación, según corresponda (v. gr., “A 30 días vista, sírvase pagar a...”). Es
por ello que estas letras siempre deben llevar la fecha de aceptación –de lo contrario, el
portador debe levantar protesto por falta de fecha o, si no lo hiciera, se considerará aceptada el
último día del plazo fijado al efecto, contándose el plazo vista a partir de allí– . Al igual que el caso
anterior, el plazo máximo para presentarla es de un (1) año contado desde su creación, o el mayor
o menor plazo fijado por el librador, o el menor plazo fijado por un endosante.Tratándose de un
PAGARÉ librado a un cierto tiempo vista, la ley dispone que el mismo debe ser presentado también
dentro del plazo de un (1) año, pero contado no desde la fecha de creación del título, sino desde la
fecha de la vista firmada en el mismo título. Si el obligado se negare a dejar constancia de la vista
o no la fechara, deberán levantarse los protestos pertinentes y el plazo vista comenzará a correr a
partir de allí –en el caso de las constancias no fechadas, a falta de protesto, se entiende que la
vista tuvo lugar el último día del plazo fijado al efecto–.

VENCIMIENTOS ABSOLUTOS: son aquellos que desde el momento de la creación se tiene certeza o
conocimiento, de cuando opera el vencimiento del titulo.

c) A cierto tiempo de la fecha: son aquellas que vencen una vez transcurrido el plazo indicado en la
letra, contado desde su fecha de creación. En este caso, el día de la creación no se computa, sino
que el plazo comienza a contarse desde el día siguiente. Si indicare, por ejemplo, “a un (1) mes de
la fecha”, la letra vence el mismo número de día que el de creación –v .gr., si la letra se creó el
03.01.2009, vence el 03.02.2009– y, en caso que el mes en cuestión careciera de ese día, la letra
vencerá el último día de ese mismo mes –v gr., si la letra se creó el 30.01.2009, debería vencer el
30.02.2009 pero como esta fecha no existe, vence el 28.02.2009–.

d) A día fijo: son aquellas que vencen en la fecha consignada expresamente en el título (v. gr.,
“Páguese el día 10 de Mayo de 2008 por esta letra a...”). Es la forma más sencilla de fijar el
vencimiento de la letra, ya que suele consignarse indicando día, mes y año, pero también se
admiten otras expresiones como, por ejemplo, “al principio del mes de Mayo…” o “a mediados del
mes de Mayo…” o “a fines de Mayo…”, en cuyo caso se considera que vence el 1° de Mayo, el 15
de Mayo o el 31 de Mayo. Asimismo, si indicara día y mes pero no el año, la doctrina considera que
vence el año en que fue librada, mientras que si dijera “al principio del mes de…” y no aclarara de
qué mes se trata, se considera que vence el mismo mes en que fue librada.

74
OJO: los cómputos de los días, son con días CORRIDOS, no con días hábiles - NO SE PUEDEN PONER
VENCIMIENTOS ESCALONADOS -

Clase: Supuestos sobre la VISTA:

a) Se toma vista y se consigna fecha: (ej. 30 dias)


b) Se toma vista y no se consigna fecha:
I) El tenedor espera: se espera el vencimiento. Si no se establece fecha en la vista se establece que
se toma vista el ultimo dia en que vence el año, vencimiento del plazo. Se presume que fue visto
el ultimo dia del plazo.
II) El tenedor no quiere esperar: se levanta protesto en acta notarial. El plazo de vencimiento
empieza a correr desde el acta notarial.
c) El deudor se niega a tomar vista: levantar protesto por falta de vista.

VENCIMIENTOS RELATIVOS = DEPENDEN DE UN HECHO SUBJETIVO DEL PORTADOR: LA


PRESENTACIÓN DEL TÍTULO ANTE EL GIRADO

VENCIMIENTOS ABSOLUTOS = DEPENDEN DE UN HECHO OBJETIVO: LA CREACIÓN DE LA LETRA

CLAÚSULA DE INTERESES.

La ley admite que las letras de cambio de vencimiento RELATIVO exclusivamente, devenguen intereses
compensatorios: una cláusula de este tipo en una letra de vencimiento absoluto se tiene por no escrita pues
la ley presume, sin admitir prueba en contrario, que por el hecho de conocer por anticipado su fecha de
vencimiento, dichos intereses ya forman parte del monto de la letra.

Dado el caso, los intereses comenzarán a correr a partir de la fecha de creación de la letra (salvo que se
consignara una fecha distinta) y, para que la cláusula tenga efectividad, debe consignarse la tasa de interés
aplicable en la misma letra, no siendo idónea la remisión elementos externos (v. gr., tasa pasiva del Banco de
la Nación Argentina).

En cuanto a los intereses punitorios, si bien no se hayan expresamente previstos por la ley, se consideran una
cláusula no prevista pero permitida cualquiera sea el tipo de letra de que se trate.

SOLIDARIDAD CAMBIARIA

CLASE DE CANTI

75
Estructura de la obligación cambiaria: El título de crédito es uno, pero el librador lo crea en virtud de una
causa y lo utiliza en virtud de la misma, quedándose con un bien y prometiendo pagar. Cuando el tomador
utiliza el título de crédito, lo hace circular, y entrega el crédito a otra persona, obligándose también. A su vez,
el beneficiario de ese endoso hace lo mismo. Quiere decir que todos, librador y endosantes, van utilizando un
crédito, obteniendo cada uno un beneficio patrimonial de forma independiente, y cada uno lo va utilizando por
distintas causas, pero el crédito es el mismo. Cada uno lo utiliza para un beneficio patrimonial, de forma
individual, por un negocio propio que dio lugar a que se cree o a que circule el título.De esta manera se va
estructurando la obligación cambiaria.

Solidaridad cambiaria: Presentado el título, por el tenedor legítimo al aceptante para que éste le pague, si no
paga, ¿a quién se le puede reclamar el pago? El tenedor legítimo debe cumplir las cargas frente al obligado
principal, que es presentar el título al cobro (acá se invierte, no es como en el derecho civil que el deudor va y
paga, acá, como el título circula, el acreedor presenta el título al cobro).

Así aparece la solidaridad cambiaria, le puede reclamar a todos o a algunos y en el orden que quiera. No
tiene que respetar un orden. En lo único que se parece la solidaridad cambiaria a la solidaridad del derecho
civil es que el acreedor le puede reclamar a cualquiera. Después no se parece en casi nada. Funciona distinto
porque la estructura de la obligación cambiaria es diferente.La estructura de la obligación cambiaria es
bastante típica. Hay una pluralidad de vínculos independientes, que están conectados a través del título de
crédito. Lo que tienen en común estos sujetos es que todos usan el mismo título de crédito, cada uno por un
negocio jurídico distinto, por una causa diferente, pero todos usan el mismo título de crédito.

Entonces, la obligación cambiaria se va estructurando como si fuera una escalera. Hay una estructura de
grados. El que ocupa el grado principal, el obligado principal, está en el extremo de la cadena y sólo ocupa el
rol de deudor, garantizando a todos los que le continúan en la cadena –librador y endosantes–. En el otro
extremo de la cadena está el tenedor legítimo, el último que tiene el título, que sólo ocupa el rol de acreedor.
Los que están en el medio de la cadena son acreedores de los que le preceden y deudores de los que le
siguen.

Es decir, el aceptante es deudor de todos. El librador es acreedor del aceptante, le puede reclamar al
aceptante, pero es a su vez deudor de todos los que le continúan en la cadena, que son el tomador y los
sucesivos endosantes. El primer endosante es acreedor del aceptante y del librador, pero es deudor de los
endosantes que le continúan en la cadena. Es decir, los sujetos que están en el medio de la cadena son
acreedores de los anteriores y deudores de los siguientes.

Esto es así porque en la solidaridad cambiaria hay una pluralidad de causas, de negocios jurídicos por los
que cada uno va asumiendo el rol de librador, de endosante, etc. Esta pluralidad de causas da lugar a que
cada sujeto se vaya convirtiendo en un obligado cambiario. En la solidaridad cambiaria no se comparte la
deuda, cada uno tiene una deuda individual por el monto total del título, por eso cuando uno paga puede
76
reembolsarse el total. Cada uno responde por el total, porque el anterior obtuvo un beneficio patrimonial por
ese monto del título.

La relación cambiaria tiene una serie de características. Primero, hay una pluralidad de causas que dan
lugar a que se vaya desarrollando la estructura de la obligación cambiaria. Esto da lugar a una pluralidad de
vínculos, que son independientes, autónomos. Lo único que tienen en común los sujetos que son parte de
esta pluralidad de vínculos es que están utilizando el mismo título de crédito.

Características de la solidaridad cambiaria: Una es legal, del Art. 51 del Decreto. Este Art. establece que
todos los firmantes de la letra son obligados cambiarios.

Otra de las características es que la obligación se organiza en base a grados. Hay una pluralidad de
vínculos, que son autónomos. Y esta estructura de grado, sumado al carácter autónomo de cada uno de los
giros, constituye el fundamento material de la responsabilidad cambiaria.

Cuando se pregunta ¿Cuál es el fundamento material de la responsabilidad cambiaria? ¿Por qué?


¿Cómo funciona la responsabilidad de los obligados internos –los que están en el medio de la
cadena– y por qué cada uno responde por la totalidad del crédito? Lo que hay que contestar es que el
fundamento de la solidaridad cambiaria está dado en la estructura de la obligación cambiaria, que se
desarrolla con una diversidad de grados, en cuyos extremos están el obligado principal y el tenedor legítimo, y
en el medio están los sujetos que son acreedores de los que le preceden y deudores de los que le siguen.
Esta estructura de grados, sumado al carácter autónomo de la pluralidad de vínculos, cuyos efectos no se
difunden, son el fundamento de la responsabilidad de los obligados cambiarios, quienes responden por el total
y no por una cuota parte. En el derecho cambiario, por esta estructura de grados, por este beneficio
patrimonial que va obteniendo cada uno que utiliza el crédito, cada uno responde por el total del crédito, cada
uno garantiza el pago del total. Y cuando paga el total va a reembolsarse de los anteriores a él, el total de lo
que él pago porque es el total que le deben, porque los anteriores a él obtuvieron un beneficio patrimonial a
costa del que tiene ahora el título por el monto total del crédito. Porque cada uno va utilizando, en beneficio
propio, por una causa individual, el total del crédito.

Los efectos de la pluralidad de vínculos no se difunden. Por ejemplo, si el acreedor inicia una acción
respecto de un deudor, el acto interruptivo de la prescripción favorece a este acreedor y perjudica a ese
deudor, no se difunde. En el derecho común, un acto interruptivo que haga el acreedor respecto a un deudor
solidario perjudica a todos los demás deudores solidarios. En cambio, en el derecho cambiario no, el efecto,
por el carácter autónomo del vínculo, solamente perjudica a ese deudor. Esto quiere decir respecto de los
otros, el acto interruptivo no existe. Con el pago pasa lo mismo. Si el pago del título lo hace un endosante a
quien es el tenedor legítimo su pago no extingue el título. Solamente extingue su obligación, se libera y
rescata el título, pero puede cobrarle a los que son sus deudores. Esta cadena termina cuando paga el
aceptante, o cuando paga el obligado principal o el último obligado de regreso. El que extingue el título
77
pagando es el obligado principal. Pero no es necesario hacer toda esta cadena, porque el Art. 51 establece
que el tenedor legítimo le puede reclamar a todos en forma individual o conjunta, o en forma alternativa. Y si le
reclama a uno, después le puede reclamar al otro sin importar el orden.

Tenemos, entonces, que la solidaridad prevista por el Art. 51 es legal, hay pluralidad de causas y de vínculos,
no hay beneficio de difusión ni de excusión, los efectos del pago y la novación no se difunden, por el carácter
autónomo del título.

Ahora, el Art. 51 primero dice que todos los firmantes son obligados cambiarios, lo que quiere decir que la
solidaridad es legal, la ley es la que establece la solidaridad. Hasta ahora sólo se habla de los deudores, la
solidaridad es pasiva. También dice que este mismo derecho lo tiene el firmante que paga el título.
Supongamos que el tenedor legítimo le exige el pago al primer endosante –tomador–. Cuando paga este
primer endosante, no extingue el título, pero si las obligaciones que él tenía.
Se dice que el Art. 51 peca por exceso y por defecto. Por exceso porque al decir todos los firmantes, por
ejemplo, quien endosa “sin garantía” no es obligado cambiario. Y a su vez peca por defecto, porque si hay
alguien que firma por ser mandatario de alguien es firmante pero no obligado cambiario.

CLASE DE CARNERO

Art 51 D/L. – Todos los que firman una letra de cambio, sea como libradores, aceptantes, endosantes o
avalistas, quedan solidariamente obligados hacia el portador. El portador tiene derecho de accionar contra
todas esas personas, individual o colectivamente, sin estar obligado a observar el orden en que las
obligaciones han sido contraídas. El mismo derecho corresponde a cualquier firmante que hubiese pagado la
letra. La acción promovida contra uno de los obligados no impide accionar contra los otros, aun cuando fuesen
posteriores a aquel contra el cual se ha procedido primero.

clase de Carnero: el art. 51 regula la solidaridad cambiaria. El mismo determina que todos los que firman el
titulo se obligan frente al tenedor por toda la obligación (por el todo del titulo), en forma conjunta o alternativa
sin importar el orden por el cual han sido consignadas las obligaciones. Es decir, todos los que firman se
obligan. Vale destacar aquí que existen:

a) Obligados principales: aquel sujeto que puede asociarse con el deudor por excelencia, persona que
pagando extingue el titulo.

b) Obligados de regreso: es aquel que también puede pagar, pero su pago no va a ser extintivo del titulo,
sino de algunas obligaciones.

Las diferencias entre los obligados principales y de regreso es en cuanto a la via o acción, por la cual se
reclama según sea principal o de regreso va una acción u otra.

- Obligados principales: acción directa

- Obligados de regreso: acción de regreso.


78
Resumen

La regla basilar en materia de solidaridad cambiaria está contenida en el artículo 51° del D/L  todos los
que firman la letra de cambio, sea como libradores, aceptantes, endosantes o avalistas, quedan
solidariamente obligados frente al portador, quien podrá accionar contra todos ellos individual o
colectivamente sin necesidad de respetar el orden cronológico en que cada firmante ha incorporado su
garantía a la letra. Además, la acción promovida contra uno de los obligados no impide accionar contra los
otros, aunque su firma fuere posterior al demandado en primer término.

En principio, todo el que suscriba el título, cualquiera sea la naturaleza de la obligación que asuma,
queda obligado sin posibilidad de invocar el “beneficio del orden”, salvo que hubiere limitado su garantía
a través de la cláusula “sin garantía” el librador puede eximirse de la garantía de aceptación (no de la de
pago), mientras que los endosantes pueden utilizarla para liberarse de ambas, en cuyo caso el endoso no
tendrá efecto vinculante. Sin embargo, autores como Cámara han sostenido que como no siempre todos los
firmantes quedan alcanzados por la solidaridad y la norma no hace distinciones, ésta pecaría por exceso y
por defecto  por exceso porque, por ejemplo, el aceptante parcial o el avalista parcial sólo responden en la
medida de lo que han aceptado o avalado; y por defecto porque, por ejemplo, quien actúa en representación
de otro sin tener poder para ello o el avalista por documento separado (cuya firma no consta en el título),
quedan igualmente obligados. Idéntica redacción presenta el artículo 40° de la Ley de Cheques, que también
pecaría por exceso y por defecto por exceso, por ejemplo, porque el endoso posterior a la presentación y
rechazo del cheque sólo surte los efectos de una cesión de créditos motivo por el cual el firmante no es
responsable solidario; y por defecto, en el caso del avalista por documento separado.

Las principales características de la solidaridad cambiaria son las siguientes:

 ES LEGAL está impuesta por la ley y sólo respecto de los obligados cambiarios –solidaridad pasiva–.

 PLURALIDAD DE VÍNCULOS  surge del principio de autonomía de las obligaciones cambiarias:


cada vínculo es independiente uno de otro, cada giro opera como si se tratare de un nuevo libramiento,
motivo por el cual cada firmante se obliga en forma independiente y autónoma de los demás frente al
tenedor al momento del vencimiento de la letra.

 IUS ELECTIONIS/IUS VARIANDI  se manifiesta de diferente forma desde el punto de vista del
legitimado activo y pasivo:

- Desde el punto de vista del LEGITIMADO ACTIVO, el acreedor tendrá la opción de demandar a
todos los firmantes de la letra, desde el obligado principal hasta cualquiera de los obligados
eventuales, en forma conjunta, separada o alternativa, sin necesidad de respetar el orden
cronológico en que los mismos han firmado el título. No existe la posibilidad de división de la
deuda: todos responden por el todo, salvo en aquellos supuestos donde la ley admite asumir
parcialmente la obligación (aceptación y aval parcial).

- Desde el punto de vista del LEGITIMADO PASIVO, cada uno de los firmantes de la letra está
garantizado por quienes lo preceden en la cadena y garantiza a los siguientes; por ende, el que
paga libera de responsabilidad a los firmantes posteriores a él y puede obtener el reembolso de lo
pagado más sus intereses de quienes lo preceden. De allí que la sucesiva incorporación de firmas
en el título conformen un “nexo cambiario” en cuyos extremos encontramos un único obligado
principal (el aceptante o, si la letra no ha sido aceptada, el librador), y un único acreedor (el último
poseedor legítimo), mientras que los firmantes intermedios revisten un “doble carácter” de
79
acreedores y deudores eventuales  acreedores respecto de los firmantes anteriores a él, y
deudores respecto de los sujetos que lo siguen en la cadena.

 PRESCRIPCIÓN la interrupción de la prescripción sólo beneficia al acreedor que la realizó, y sólo


perjudica al deudor contra quien se interrumpió el curso de los plazos legales.

 PAGO PARCIAL el pago parcial debidamente literalizado no exime al resto de los obligados cambiarios
de pagar el saldo impago, de modo que el acreedor podrá accionar cambiariamente contra todos los
garantes por el saldo no pagado.

 MUERTE, INCAPACIDAD O INSOLVENCIA DEL OBLIGADO CAMBIARIO  estos acontecimientos


no modifican la responsabilidad “in totum” del resto de los obligados cambiarios.

Finalmente, debe tenerse en cuenta que la solidaridad cambiara no rige respecto de los COOBLIGADOS
CAMBIARIOS DE IGUAL GRADO (v. gr., co-aceptantes, co-endosantes, co-avalistas)  la ley dispone que
entre quienes han asumido una misma obligación en la letra no existe acción cambiaria y sus relaciones se
regirán por las reglas del derecho común. La obligación cambiaria es única e indivisible, motivo por el cual el
acreedor puede reclamar el pago a cualquiera de los coobligados quien deberá satisfacer la totalidad de la
deuda y, posteriormente, obtener el reembolso de la parte proporcional correspondiente a su coobligado, pero
no a través de una acción cambiaria sino mediante una acción extracambiaria conocida como “acción de
contribución”.

Solidaridad cambiaria. Diferencias con la solidaridad civil. Responsabilidad ante el tenedor legitimo.
Pluralidad de vínculos. Carácter variable de la prestación. Diversidad de grados. Responsabilidad
interna (Legón)

Caracteres y efectos de la solidaridad en el derecho civil

Nos ocuparemos solo de la solidaridad pasiva. Podemos enunciar como caracteres de la obligación solidaria
los siguientes:

a) Pluralidad de deudores

b) Unidad de prestación, que puede ser divisible o indivisibles

c) Unidad de causa-fuente para todos los sujetos de la obligación

d) Es excepcional y debe ser expresa (la regla gral para las obligaciones mancomunadas es la división de
la deuda)

e) El acreedor puede demandar el pago total de la prestación a cualquiera de los deudores

f) Se verifica una pluralidad de vínculo coligados, esta pluralidad trae las siguientes consecuencias: 1) la
obligación puede ser pura y simple para unos y sujeta a modalidad para otros; 2) si la obligación es
nula para uno de los sujetos por vicios de la voluntad, es válida para los otros; 3) si la obligación es
nula para uno por no tener capacidad legal para contraerla, es válida para los otros; 4) el crédito
respecto de sólo uno de los acreedores puede estar garantizado o producir intereses; 5) la suspensión
de la prescripción no se propaga; 6) el acreedor común puede renunciar a la solidaridad en beneficio
de uno de los deudores, conservándola respecto de los demás; 7) la oposición de excepciones está
limitada.
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De la a) a la c) comparte los caracteres con la simple mancomunación, los demás son tipificantes de la
solidaridad.

Respecto de los acreedores:

a) La novación, compensación o remisión de la deuda hecha por cualquiera de los acreedores y con
cualquiera de los deudores extingue la obligación

b) La confusión entre el deudor y el acreedor común disminuye por su parte lo adeudado por los
demás

c) La transacción y la cosa juzgada no pueden ser opuestas a los obligados que no fueron parte en
ellas, pero puede ser invocada por ellos

d) La mora o la culpa de un deudor propaga sus efectos a los demás obligados

e) La interrupción de la prescripción en contra de uno de los deudores obligados perjudica a los


demás

f) el deudor demandado puede oponer las excepciones que le son personales y las comunes, pero
no las personales de los otros deudores.

En el vínculo interno (relación entre los codeudores) rige el principio de división de la deuda. Si nada se ha
prevenido, ni surgiere de la obligación, la deuda se divide en partes iguales.

La seguridad en el derecho cambiario

Si bien resulta indiscutible, a tenor del texto legal — art. 51, L.C.—, que todos aquellos que han asumido
una obligación cambiaría responden in totum frente al portador del título, bajo ningún aspecto puede obviarse
en la reconstrucción del sistema que los singulares actos de asunción de las obligaciones cambiarias se
diferencian netamente por la disciplina aplicable.

La doctrina es conteste al reconocer que el sistema cambiario se caracteriza por una disposición por grados
de las obligaciones según una articulación taxativamente establecida por la ley. Por principio inderogable de
derecho cambiario, a cada situación cambiaría —no necesariamente a cada obligación (art 59, L.C.)—,
corresponde un grado diverso en la secuencia de las obligaciones, debiéndose excluir (arts. 34 y 77, L.G.) que
el avalista y el aceptante por intervención ocupen el mismo grado de los firmantes por los cuales el aval o la
intervención ha sido dada.

Esta disposición por grados de las obligaciones cambiarías, tiene importantes consecuencias en la relación
interna: el pago del obligado de primer grado (normalmente el obligado principal —aceptante o suscriptor en el
caso del pagaré—) extingue todas las obligaciones cambiarías, impidiendo cualquier acción ulterior ex título.
En cambio, el acto solutorio de otro obligado libera sólo a los firmantes de grado sucesivo: el solvens tiene
derecho a cobrar la suma de regreso en forma- solidaria a los firmantes obligados que lo precedan en el orden
o nexo cambiario (art. 53, L.C.).

Cabe preguntarnos si el orden cambiario tiene alguna influencia en el vínculo externo. La distinción entre
obligado principal-obligados de garantía opera aún frente al acreedor cambiario (relación externa), ya que
librador, endosantes y avalistas sólo se ven constreñidos al pago sí el obligado principal no realizara tal acto
(art. 40, L.C); ellos son siempre obligados de segundo o posterior grado.

81
En síntesis el orden cambiario se presenta operativo tanto en el vínculo interno como en el externo, y se
caracteriza porque cada obligación cumple una función de garantía respecto de lasd e grado anterior, y en
último término frente al obligado principal.

Es conveniente aclarar que el par conceptual obligación principal/obligación de garantía no admite su


identificación con el de obligado directo/obligado de regreso.

Obligado principal es aquel sujeto destinatario final del peso económico de la deuda, sin que tal condición
pueda ser atribuida a todos los obligados directos.

El orden cambiario es, en definitiva, el fundamento material de la llamada solidaridad cambiaria, destinada
fundamentalmente a tutelar la circulación del crédito incorporado, fortaleciendo con garantías adicionales la
posición del acreedor cambiario.

Las principales diferencias entre la solidaridad cambiaria y la solidaridad civil son las siguientes:

 En el aspecto de la fuente la disciplina general de la solidaridad pasiva presupone – según la doctrina


más atendible- un eadem causa obligandi. Ello importa afirmar que el vínculo solidario deriva de un
mismo hecho jurídico o al menos de una pluralidad de hechos correlacionados de modo de emerger
como hipótesis de vínculo que de ellos resulta. Ello no ocurre en las obligaciones cambiarias, cuya
causa-fuente es – salvo algunos supuestos de coobligación- diferente.

 Difieren también por los efectos entre los codeudores en la solidaridad común, el pago hecho por
uno cualquiera de los obligados extingue la obligación y el que ha pagado solo puede reclamar de los
coobligados su parte del interés en la obligación, respondiendo todos a prorrata en el caso de la
insolvencia de alguno de ellos ( art. 716 y 717 del antiguo CC) Nada de ello ocurre en la obligación
cambiaria, donde solo se extingue la deuda si paa el deudor principal o de primer grado; el obligado
que paga se libera a sí mismo y a los de grado posterior, convirtiéndose el pagador – rescate
cambiario- en acreedor por la suma del regreso in totum (art 53 L.C) y la insolvencia ningún efecto
produce en cuanto a la división de la deuda.

 Se diferencian también por la situación del vínculo externo en tanto en la solidaridad común los
coobligados están en idéntica posición frente al acreedor, en el derecho cambiario existe de forma
indudable dos categorías de obligados (deudor principal/deudor de garantía) y su tratamiento legal
diferenciado (presentación, protesto), ratifican tal conclusión.

 La interrupción de la prescripción tiene efectos personales en el derecho cambiario (art 97 L.C) en


tanto en el derecho común ella perjudica a todos los deudores (art. 713 del antiguo CC).

 Utilizando la terminología tradicional, la norma del art. 18 de L.C. solo funda la distinción entre
excepciones reales y personales, sin que pueda utilizársela para la distinción entre excepciones
objetivas y subjetivas. Si realmente el art. 18 L.C. diese el criterio directivo para la solución del
problema se tendría que afirmar (por la función de publicidad documental) que cualquier hecho o acto
puesto en el titulo será siempre oponible por quienes no participan en el al portador indeterminado.
Cuya derivación es incompatible con una circulación crediticia fluida y además coloca al acreedor
cambiario en una situación peor que la que reviste el acreedor del derecho común.8

LAS OBLIGACIONES SOLIDARIAS Hay solidaridad en las obligaciones con pluralidad de sujetos y

8 Desde la parte de “resumen” hasta el pie de referencia, es del texto “Acciones y Excepciones Cambiarias” de Paolantonio.
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originadas en una causa única cuando, en razón del título constitutivo o de la ley, su cumplimiento total puede
exigirse a cualquiera de los deudores, por cualquiera de los acreedores.

Los elementos de la figura son la pluralidad de sujetos, la causa fuente única de objeto y la pluralidad de
vínculos coligados. Estos vínculos tienen una particular estructura que los presenta coligados o concentrados
y que infunden a la obligación una estructura unitaria, que produce que lo que suceda a uno de los vínculos se
propague en principio a los demás vínculos paralelos.

El carácter específico y a la vez efecto principal de las obligaciones solidarias es que cada coacreedor
puede demandar a cada deudor el cumplimiento toal del objeto debido con prescindencia de su carácter
divisible o indivisible y al mismo tiempo el pago efectuado por un codeudor extingue totalmente la obligación.

LAS OBLIGACIONES CONCURRENTES: Las obligaciones concurrentes son aquellas en las que varios
deudores deben el mismo objeto en razón de causas diferentes, estas obligaciones son reguladas por el
Código civil y dentro de las obligaciones de sujeto plural, ya que se trata de un caso de pluralidad de
deudores, es decir, pluralidad pasiva. Estas obligaciones tienen como requisitos:

a) Pluralidad de Deudores
b) Mismo objeto debido
c) Causa fuente diferente para cada obligado concurrente
d) La doctrina incluye un cuarto requisito, la identidad del acreedor
Los dos primeros requisitos son comunes a la obligaciones solidarias, no así el tercero, que es el que
realmente distingue a las obligaciones concurrentes de las obligaciones solidarias y que al mismo tiempo
justifica algunos efectos particulares.
Similitudes y diferencias con las obligaciones solidarias Comparten los siguientes elementos
a) Pluralidad de sujetos pasivos
b) La unidad del objeto debido
c) La pluralidad de vínculos
d) El derecho del acreedor a requerir el pago total a cualquiera de los deudores, simultanea o
sucesivamente.
La diferencia radica en que, en las obligaciones solidarias la causa fuente es única, la ley o la voluntad de las
partes y os vínculos aparecen coligado o concentrados, de manera tal q ue infunden a la obligación una
estructura unitaria. En las obligaciones concurrentes, la causa fuente de la obligación es diferente para cada
uno de los obligados, lo que hace que los vínculos sean independientes entre si como ocurre en las
obligaciones simplemente mancomunadas. Con relación al objeto debido, que debe ser el mismo para los
obligados, se hace observación que puede ser o no igual en la extensión por ejemplo: cuando se trata del
obligado responsable civil y de la compañía aseguradora, la que solo responde en la medida del seguro,
aunque el importe realmente debido sea otro
RELACIONES ENTRE LA RELACION CAUSAL Y LA CAMBIARIA

El primer golpe durísimo que debió encajar el régimen legal de los títulos de crédito9 ocurrió en los años
1979 y 1980, cuando, en oportunidad de reunirse en plenario los integrantes de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, decidieron primero, en el célebre caso “Traslíneas SA contra Electrodinie SA”,
del 26 de diciembre de 1979, que “El solicitante de verificación en concurso, con fundamento en pagarés con
firma atribuida al fallido, debe declarar y probar la causa, entendida por tal las circunstancias determinantes
del acto cambiario del concursado, si el portador fuese su beneficiario inmediato, o las determinantes de la
9 “LOS TITULOS DE CREDITO EN LA ARGENTINA. ESPLENDOR Y DECADENCIA” de Nissen
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adquisición del título por ese portador, de no existir esa inmediatez”. Menos de seis meses después, el mismo
Tribunal de Alzada, mediante otro fallo plenario, dictado el 19 de Junio de 1980, en el caso “Difry Sociedad de
Responsabilidad Limitada”, resolvió exactamente lo mismo, pero reemplazando la palabra “cheque” por
“pagaré”.

Ello provocó un profundo desánimo entre algunos sectores de nuestra abogacía, que predijeron el fin
de los títulos de créditos, por la mutilación que había sufrido el célebre “principio de abstracción” que
caracterizaba a esos documentos y que permitía al acreedor ejecutar a su deudor con un procedimiento
sumarísimo, casi sin derecho de defensa. Fue el lamento de aquellos que armaban los concursos con pasivos
artificiales, recurriendo al sencillo expediente de librar infinidad de pagarés a favor de supuestos acreedores,
para lograr la aceptación de propuestas abusivas.

Claro está que como siempre sucede con las maniobras fraudulentas, ellas no desaparecen, sino que
se transforman, y lo que en los años 60 y 70 se lograba mediante la emisión de pagarés a favor de terceros de
conveniencia, dos décadas después se lograba a través de sociedades uruguayas o de paraísos fiscales,
titulares de millonarios créditos instrumentados en contratos de mutuo a sola firma y sin garantías personales
de ninguna especie. Se trae esta referencia a colación, pues los que protestaron contra la doctrina plenaria
sentada en los casos “Traslíneas” y “Difry”, fueron – exactamente - los mismos sectores de opinión que se
indignaron cuando la Inspección General de Justicia puso límites a la actuación de sociedades off shore en la
República Argentina y cuando la ley 24573 de nominativización de las acciones, que eliminó el régimen de las
acciones al portador del derecho societario argentino, con gran amargura y gestos de pesar, vaticinaron la
muerte de la sociedad anónima y con ello, el fin del capitalismo.

La solución arribada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en los referidos plenarios, no
pudo ser más acertada, pues se puso a la defensa de los terceros de buena fe y a la necesaria represión del
fraude por encima del tan cacareado principio de la abstracción, lo que implica decir, con otros términos, el
triunfo de la realidad sobre el conceptualismo. Resta decir que han pasado ya mas de treinta años que fueron
dictados esos plenarios y nadie tuvo motivo alguno para quejarse de la solución arribada en aquellos
ejemplares precedentes, que – como hemos sostenido - vinieron a moralizar, hace mas de treinta años, los
procesos concursales en la República Argentina.

El segundo golpe mortal contra los títulos de crédito se produjo en el año 2011, cuando, nuevamente por la
vía del plenario10, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, en fecha 29 de Junio de 2011, sentó la
acertada doctrina de que “En las ejecuciones de títulos cambiarios, dirigidas contra deudores residentes fuera
de la jurisdicción del tribunal:

a) Cabe inferir de la sola calidad de las partes que subyace una relación de consumo en los términos
previstos en la ley 24240 de Defensa del Consumidor, prescindiendo de la naturaleza cambiaria de la
cuestión.
b) Corresponde declarar de oficio la incompetencia territorial del tribunal, con fundamento en lo dispuesto
en el artículo 36 de la Ley de Defensa del Consumidor”11
c) El derecho consumidor tiene una expresa protección constitucional, por ende prevalece ante la ley
cambiaria.

10 Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. Autoconvocatoria a plenario s/competencia del fuero comercial en los supuestos de
ejecución de títulos cambiarios en que se invoquen involucrados derechos de consumidores
11 CNCom, Sala F, Noviembre 1 de 2011, en autos “Plan Ovalo SA contra Benítez Northing José Osvaldo sobre ejecución prendaria”; ídem, CNCom,
Sala E, Noviembre 29 de 2011, en autos “Standard Bank Argentina contra Martínez Oscar Alfredo sobre ejecución prendaria”; ídem, CNCom, Sala F,
Noviembre 11 de 2011, en autos “HSBC Bank Argentina SA contra Arenzo Hugo Rodolfo sobre secuestro prendario”; ídem, CNCom, Sala F, Noviembre
3 de 2001 en autos “Standard Bank Argentina SA contra Cassine Leonardo Osvaldo sobre secuestro prendario” etc. Ver “Revista de los Contratos, los
Consumidores y Derecho de la Competencia”, Ed. Legis, año 3, 2012, n1 1, página 164.
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d) La ley jamás puede usarse para favorecer situaciones ilegales que perjudique al ciudadano
(básicamente la ley no fue creada ni se puede usar para estafar)

A ese plenario se llegó ante notorios abusos de los empresarios, en especial, de bancos, entidades
financieras o empresas de venta de electrodomésticos, las cuales, ante la solicitud de personas físicas,
tendientes a obtener un préstamo o un crédito para consumo, debían librar un pagaré a la vista, generalmente
en blanco, a la orden de la entidad mutuante, en garantía de la obligación contraída y como instrumento de
ejecución a su vencimiento. Como consecuencia de ello, los deudores eran demandados judicialmente en el
domicilio de pago indicado en el documento, lo que resultaba procesalmente admisible, atento que, como lo
dispone el artículo 1º del Código Procesal la competencia territorial es prorrogable. Obviamente, y ante la
dificultad de litigar en otra jurisdicción, y por tratarse de préstamos financieros otorgados a consumidores, era
normal que la sentencia fuera dictada en rebeldía, facilitándose de esa manera la ejecución de los créditos
otorgados.

La doctrina del aludido fallo plenario consiste en colocar al derecho del consumidor, de evidente orden
público y con expresa protección constitucional por encima del derecho cambiario y sus principios rectores, o,
lo que es lo mismo, a los consumidores o usuarios, que constituye la parte más débil de la contratación, por
sobre los intereses de los acreedores y por sobre los privilegios que le otorga la ley cambiaria.

De manera tal, al regular la ley de defensa del consumidor, lo que se denomina “relación de consumo”, sus
disposiciones específicas afectarán no solo normas de derecho civil, sino también comercial, procesal,
administrativo, penal, etc. y en tal sentido – como lo ha resuelto la jurisprudencia - resultan enteramente
aplicables sus específicas disposiciones, aún para el supuesto de acciones de estrecho marco cognoscitivo,
como la ejecución prendaria y su particular trámite de secuestro, puesto que la tutela ha sido dirigida en
términos generales, sin excepcionar, sin ceñir, ni restringir su ámbito de aplicación, lo cual resulta de toda
lógica, dado que pretende reestablecer el equilibro entre las partes, en una relación que por su naturaleza
muestra al consumidor como la parte mas débil.12

Existe otro fallo que es objeto del presente comentario donde se inscribe en la orientación que venimos
destacando e implica una vuelta de tuerca al fallo plenario de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial del 29 de Junio de 2011, toda vez que la doctrina plenaria allí sentada, si bien otorga preeminencia
al derecho del consumidor sobre el derecho cambiario, resuelve específicamente un problema de
competencia, ordenando sustanciar la ejecución de los pagarés emitidos como consecuencia de una relación
de consumo, a la jurisdicción de los tribunales del domicilio del deudor.

La doctrina emanada del reciente caso “Carlos Giudice S.A.C. contra Ferreira Marcos de la Cruz sobre
cobro ejecutivo”, dictado por la Sala Tercera de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de la
Ciudad de Mar del Plata va mas allá, pues con estricto apego al artículo 36 de la ley 24249, modificada por la
ley 26361, admite la improcedencia de la ejecución de los pagarés librados por el deudor al celebrar
operaciones de crédito para consumo, habida cuenta que la necesidad de presentar los documentos referidos
por dicha norma, implica necesariamente adentrarse a la causa de la obligación, lo cual es cuestión no
permitida en los procesos ejecutivos.

12 CNCom, Sala F, Noviembre 1 de 2011, en autos “Plan Ovalo SA contra Benítez Northing José Osvaldo sobre ejecución prendaria”; ídem, CNCom,
Sala E, Noviembre 29 de 2011, en autos “Standard Bank Argentina contra Martínez Oscar Alfredo sobre ejecución prendaria”; ídem, CNCom, Sala F,
Noviembre 11 de 2011, en autos “HSBC Bank Argentina SA contra Arenzo Hugo Rodolfo sobre secuestro prendario”; ídem, CNCom, Sala F, Noviembre
3 de 2001 en autos “Standard Bank Argentina SA contra Cassine Leonardo Osvaldo sobre secuestro prendario” etc. Ver “Revista de los Contratos, los
Consumidores y Derecho de la Competencia”, Ed. Legis, año 3, 2012, n1 1, página 164.
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Se trataba de un proceso de ejecución en donde la firma ejecutante afirmó que se dedicaba a la venta de
artículos electrodomésticos, reconociendo además que los pagarés ejecutados habían sido suscriptos como
consecuencia de compras de dicha mercadería pagada a plazo, de todo lo cual, y a juicio del tribunal
marplatense, surge palmaria la celebración de operaciones de crédito para consumo, en las cuales se le
permitió al consumidor el acceso a determinados bienes desplazando el pago de los mismos o fraccionándolo
en cuotas, todo lo cual implicaba incumplir las exigencias del art. 36 de la ley de defensa del consumidor.

Sostuvo asimismo la vocal preopinante, la Dra. Nélida Zampini, que la aplicación de la ley de defensa del
consumidor no acarrea necesariamente la imposibilidad de iniciar una demanda, sino que el proceso que
corresponde imprimir al cobro de las sumas adeudadas en tales supuestos requiere la presentación de los
instrumentos que dieron lugar a la compraventa, en cumplimiento con los recaudos previstos por el art. 36 de
la ley 24.240, modificada por la ley 26.361 y tales requerimientos son

a) La descripción del bien o servicio objeto de la compra o contratación, para los casos de adquisición de
bienes o servicios
b) El precio al contado, sólo para los casos de adquisición de bienes o servicios
c) El importe a desembolsar inicialmente –de existir- y el monto financiado
d) La tasa de intereses efectiva anual
e) El total de intereses a pagar o el costo financiero total
f) El sistema de amortización del capital y cancelación de los intereses
g) La cantidad, periodicidad y monto de los pagos a realizar
h) Los gastos extras, seguros o adicionales, si los hubiere (art. 36 de la ley 24.240, modif. por ley 26.361),
de manera tal que, habiéndose librado pagarés en infracción a la referida normativa, cuya observancia
resulta obligatoria atento su carácter de orden público, debe mantenerse la decisión de rechazar la
ejecución deducida a tenor de lo dispuesto por los arts. 18, 42 y concordantes con lo dispuesto en
nuestra ley.

La trascendencia del fallo es enorme, pues con los sólidos argumentos expuestos a lo largo del extenso voto
de la Dra. Nélida Zampini, la procedencia de cualquier proceso de ejecución de pagarés librados como
consecuencia de una relación de consumo, estará condenado al fracaso, lo que a nadie puede sorprender,
pues ello implica volver al origen histórico de los títulos de crédito, que solo instrumentaban relaciones entre
comerciantes.

Ello no implica que el acreedor carezca de alternativas para perseguir el cobro de los aludidos documentos,
pues siempre conservará las acciones ordinarias, en las cuales el deudor podrá interponer todas las defensas
nacidas de la relación causal, lo cual es inherente a la garantía constitucional de defensa en juicio. Al fin y al
cabo, si el proceso de ejecución debe su celeridad al mero hecho de que el deudor no pueda invocar otras
defensas que las que emanan de las formas extrínsecas del título, sin entrar a discutir la legitimidad de la
causa ( art. 544 inciso 4º del Código Procesal ), es preferible, desde todo punto de vista, sacrificar esa
celeridad en aras de la averiguación de la verdad jurídica objetiva y lograr, del juez interviniente, la obtención
de la certeza positiva o negativa sobre el material fáctico en que las partes han fundado sus respectivas
pretensiones, como reiteradamente lo ha resuelto nuestro mas alto tribunal desde el célebre caso “Colalillo”
( fallos 238:550 ), mediante una doctrina que continúa plenamente vigente desde la fecha de su dictado, el 18
de Septiembre de 1957.

No puedo concluir estas breves reflexiones sin volver a George Ripert, cuando sostuvo que las sociedades
anónimas y los títulos de crédito constituyen dos maravillosas invenciones del capitalismo. Con toda
seguridad, este enorme profesor, autor del célebre “Tratado Elemental de Derecho Comercial”, editado a
mediados del siglo pasado, debió referirse a la sociedad anónima como instrumento de concentración de
capitales para emprendimientos de gran envergadura y a los títulos de crédito, como instrumentos de la
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circulación del crédito; sin embargo, la utilización de la sociedad anónima a los fines de ocultarse detrás de su
estructura, con el propósito de no honrar los compromisos asumidos, así como la ejecución de los títulos de
crédito mediante un procedimiento que desconoce los más elementales derechos del demandado, nos hacen
dudar seriamente del carácter “maravilloso” de esas invenciones capitalistas, siempre a la orden y disposición
de quienes se aprovechan del sector más vulnerable de nuestra población.

Fallo “Cooperativa de Crédito La Plata Limitada c/Vinci, Carlos Daniel s/cobro ejecutivo”

El fallo consiste en resolver el recurso de apelación interpuesto por el ejecutante, contra la resolución que
considera que el título base de la acción no resulta hábil para la vía ejecutiva que se intenta y, a su vez, otorga
al proceso el trámite de juicio sumario, re caratulando, además, la causa como cobro de pesos derivados de la
relación de consumo.

Se revoca la resolución que considera que el título base de la acción no resulta hábil para la vía ejecutiva y
otorga al proceso el trámite de juicio sumario como cobro de pesos derivados de una relación de consumo,
pues prima facie se encuentran cumplidos los recaudos establecidos en el art. 36 de la Ley 24240 para su
habilitación, y no atenta per se contra el derecho de defensa del demandado, pudiendo configurar su negativa
un encarecimiento del crédito y un aumento de las tasas de interés para todos los tomadores de créditos para
consumo.

JUICIO EJECUTIVO- Relación de consumo

El tipo de proceso previsto por el artículo 53 de la ley de defensa del consumidor alude a las acciones
individuales que han de entablar los consumidores o usuarios en el ejercicio de los derechos que dicha ley les
confiere, pero ello no significa que estos no puedan ser demandados a través de un proceso ejecutivo si el
título base de la ejecución -prima facie- contiene todos los recaudos legales, entre ellos los previstos por el
artículo 36 de la ley 24.240.

JUICIO EJECUTIVO - Contradictorio. Defensa en juicio

Si bien los procesos de ejecución -por su estructura, alcance y principio rectores- se diferencian de los de
conocimiento, en los cuales hay una cognición de mayor o menor alcance según su clase, ello no implica que
en aquellos no haya debate. Así acontece en el ejecutivo, donde la contradicción alcanza también a las
cuestiones de hecho en el marco de las excepciones que se pueden oponer y ser objeto de prueba.

RELACIÓN DE CONSUMO - Clase de proceso aplicable. Cobro ejecutivo

No pueden dejar de apreciarse las consecuencias negativas que podrían producirse de cerrar la posibilidad de
un camino más rápido, como el juicio ejecutivo, para el cobro de ciertas sumas de dinero. Si se negara la
posibilidad que el debate se encause por un juicio ejecutivo en pos de una relación de consumo, podría traer
aparejado -eventualmente- un encarecimiento del crédito, pues hacer transitar al acreedor por un proceso más
prolongado para percibir su acreencia podría provocar un aumento de las tasas de interés, el cual sería
soportado por todos los tomadores de créditos para consumo.

Fallo “Defensa del Consumidor – competencia territorial – “ Cuevas,Eduardo Alberto contra Salcedo,
Alejandroa Rene. Cobro Ejecutivo” SCBA.”

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El señor Eduardo Alberto Cuevas demandó ante el Juzgado de Paz de Escobar, al señor Alejandro Rene
Salcedo por cobro ejecutivo de un pagaré cuyo domicilio de pago se fijó en esa localidad. Asimismo, solicitó el
dictado de una medida cautelar –embargo-. El órgano citado dispuso la apertura de la instancia y a su turno,
el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial n° 12 de aquélla jurisdicción que resultó
desinsaculado, no aceptó su intervención y las elevó. Antes de producirse el envío, el actor se notificó de lo
resuelto e interpuso una revocatoria, la que fue rechazada originándose el conflicto a dirimir. Con anterioridad
al libramiento de las piezas pertinentes, se inhibió de entender en las presentes por considerar aplicable la ley
de defensa del consumidor a la relación existente entre las partes y, por el domicilio del accionado -ubicado en
Villa de Mayo, Partido de Malvinas Argentinas-, ordenó su remisión a la Receptoría General de Expedientes
de General San Martín a los fines de la asignación correspondiente

El fallo consiste en el análisis en base a una plataforma fáctica sustancialmente análoga a la demostrada, en
resolver que los jueces se encuentran autorizados a declarar de oficio la incompetencia territorial a partir de la
constatación (mediante elementos serios y adecuadamente justificados) de la existencia de una relación de
consumo a las que se refiere el art. 36 de la ley 24.240.” En pocas palabras, la doctrina que fluye del fallo no
se cristaliza en una solución establecida por la Corte para fijar a priori el organismo que deberá conocer en la
causa. Diversamente, emplaza al juez en la situación de analizar, en cada proceso en particular, la eventual
existencia de una relación sustancial de consumo. De allí que la respectiva competencia territorial queda
sujeta, en principio, al resultado de tal evaluación.”

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