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LOS PLÁTANOS DE ORO DEL MANCHÁN

En la hacienda Carrizal existe un cerro


llamado Manchán al que las gentes llaman
el encantado por haberse forjado
alrededor de él una interesante leyenda:
Cuentan que, unos arrieros viajaban
transportando la correspondencia a lomo
de mula, pero uno de ellos extravió una acémila con el correo en las
inmediaciones del Manchán por lo que se internó en busca del
animal perdido, pronto halló a una mujer a la que interrogó sobre si
había visto a su mula y ella por toda respuesta lo guió hasta un
abismo donde estaba el animal.

El arriero se desesperó y la mujer le dio una cabeza de plátano


diciéndole que, pasara lo que pasara con el obsequio, no fuera a
referirlo a nadie, pues de otra manera moriría, el arriero fue a
pernoctar a Casma encontrando a la mañana siguiente, a la
cabeza de plátano convertida en un montón de oro. Sin acordarse
de la promesa hecha, el arriero reveló el suceso del día anterior a
otro compañero, el que fingiendo la pérdida de una acémila, logró
ver a la misteriosa mujer, recibiendo la consabida cabeza de
plátano, pero a la mañana siguiente encontró en vez de oro un
montón de piedras. Pero, no fue solo esto lo que sucedió porque el
primer arriero murió arrojando sangre por la boca y su montón de
oro se transformó en piedra; es desde aquella fecha que el cerro es
mirado con respeto supersticioso.

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