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DEFINICIÓN
Si esta dieta es utilizada para perder peso, la cantidad de carbohidratos ingerida deberá
de ser inferior a 0.2-0.4g/kg de peso al día o se limita a un máximo de 50 g/día (este valor
no se refiere al peso del alimento sino a la cantidad efectiva de carbohidratos), por lo que
el total de calorías ingeridas procederán de un 60% de las grasas (saludables), un 30% de
proteínas y un 10% de hidratos de carbono. Por el contrario, cuando se la utiliza para el
tratamiento de la epilepsia en niños, esta dieta debe de ser mucho más restrictiva para
poderse conseguir una cetosis mucho más fuerte, de tal forma que el contenido en
carbohidratos debe de ser muy bajo: inferior a 10 g al día. Además, esta dieta cetogénica
es también baja en proteínas y muy alta en grasas de tal forma que la relación grasas-no
grasas (proteínas+carbohidratos) es del orden de 4:1.
TIPOS
Dietas bajas en energía (hipocalóricas): tales dietas aportan una cantidad insuficiente
de glúcidos y de energía (no superior a las 1.000 kcal).
Dieta baja en hidratos de carbono: se quema la grasa para obtener energía. Los
hidratos de carbono se limitan a un máximo de 50 gramos por día, lo que significa que el
total de calorías que entran en su cuerpo va a provenir de los hidratos de carbono (5%),
proteínas (30%) y grasa (65%).
FASES
Si esta dieta es utilizada para perder peso necesita que se produzca un cambio
metabólico, y por ello se adapta el organismo a la nueva forma de nutrirse.
Durante la segunda semana acostumbran a no añadir más grasas al alimento que las
propias.
La dieta normalmente se lleva a cabo durante un mes, la duración no debe ser nunca
superior.
Se suelen aconsejar dietas disociadas para el mantenimiento, por ser también altas en
proteínas y baja en carbohidratos.
GRUPOS DE ALIMENTOS
Las dietas bajas en hidratos de carbono se utilizan para tratar o prevenir ciertas
enfermedades y condiciones crónicas, incluyendo: enfermedades cardiovasculares,
síndrome metabólico, hipertensión arterial y diabetes. Asimismo, muchas personas
con enfermedad inflamatoria intestinal o trastornos gastrointestinales funcionales, como el
síndrome del intestino irritable, emplean esta dieta u otras similares (como la dieta
paleolítica o la dieta baja en FODMAP) para aliviar sus molestias digestivas.
Puesto que se suprime o reduce el consumo de gluten, el alivio de los síntomas con esta
dieta puede indicar la presencia de una sensibilidad al gluten no celíaca o de una
enfermedad celíaca no reconocida y podría impedir o enmascarar su diagnóstico y
correcto tratamiento, que es una dieta sin gluten de manera estricta y mantenida de por
vida.
La dieta Cetogénica se utiliza generalmente como terapia alternativa para los niños con
epilepsia drogorresistente pero también se practica de vez en cuando en la administración
de algunas otras condiciones de salud. Es el tratamiento de primera línea para una cierta
enfermedad metabólica y un tratamiento alternativo para muchas otras condiciones. Hay
niveles de variación de pruebas para utilizar el uso de la dieta para estas condiciones.
Síndrome de Dravet
Espasmos Infantiles
epilepsia Mioclónico-Astática
Complejo Tuberoso de la esclerosis
Enfermedades Metabólicas
Hay también varias otras condiciones de salud para las cuales la dieta cetogénica se
recomienda como tratamiento de primera línea. Éstos incluyen:
Cuando se lleva adecuadamente, la dieta cetogénica puede que sea efectiva para bajar
de peso, y podría proporcionar otros beneficios de salud que incluyen un mejor control del
azúcar en la sangre, una disminución de la inflamación y mejores niveles de triglicéridos y
HDL. Sin embargo, a fin de lograr la cetosis, uno debe considerar que este es un cambio
de estilo de vida a largo plazo y que se debe seguir un plan alimenticio muy específico
para mantener ese peso a lo largo del tiempo y que no se presenten efectos adversos.
EFECTOS EN LA SALUD
Debido a la gran controversia con respecto a las dietas bajas en carbohidratos e incluso
desacuerdos en la interpretación de los resultados de estudios específicos, es difícil
resumir objetivamente la investigación de una manera que refleje el consenso científico.
Aunque ha habido algo de investigación realizada a lo largo del siglo XX, la mayoría de
los estudios científicos directamente relevantes se han producido en la década de 1990 y
principios de 2000 y, como tal, son relativamente nuevos. Los investigadores y otros
expertos han publicado artículos y estudios que van desde la promoción de la seguridad y
eficacia de estas dietas para cuestionar su validez a largo plazo hasta condenarlas
abiertamente como peligrosas.
Hasta hace poco tiempo una crítica importante a la tendencia de la dieta ha sido que no
existían estudios que evaluaran los efectos de las dietas más allá de unos pocos meses.
Sin embargo, están surgiendo estudios que evalúan estas dietas durante períodos mucho
más largos, estudios controlados de hasta dos años y estudios de encuestas de hasta dos
décadas.
Pérdida de peso
Un estudio de julio 2009 de los hábitos alimentarios actuales asociaron una dieta baja en
carbohidratos con obesidad, aunque el estudio no sacó conclusiones explícitas sobre la
causa.
A igual número de calorías las dietas cetogénicas son más efectivas en la pérdida de
peso que las dietas convencionales altas en carbohidratos y bajas en grasas, además de
tener la ventaja añadida de ser más selectivas en las pérdida de grasa y la conservación
de la masa muscular. Benoit y col. demostraron que cuando una dieta cetogénica de 1000
kcal al día (10 g de carbohidratos al día) era seguida durante 10 días, los sujetos
implicados perdían una media de 600 g de peso al día de la cual el 97% era grasa (28).
Young y col. compararon tres dietas con la misma cantidad de calorías (1800 kcal/día)
pero con diferente proporción de carbohidratos (104 g, 60 g y 30 g respectivamente) y
observaron una correlación negativa entre la proporción de carbohidratos en la dieta y la
pérdida de peso y una correlación positiva con la pérdida de masa magra. De tal forma
que la dieta más baja en carbohidratos era mejor a la hora de perder peso y de conservar
la masa muscular.
Willi y col. también comprobaron en su estudio, que el uso de una dieta baja en
carbohidratos en adolescentes con obesidad mórbida, era un método efectivo para la
pérdida de peso y conservación de la masa muscular.
Además en otro estudio con adolescentes, Sondike y col. encontraron que una dieta baja
en carbohidratos sin restricción calórica en grasas y proteínas era más efectiva en la
pérdida de peso y mejora del perfil lipídico sanguíneo que el uso una dieta baja en grasas.
Estos autores llegaron más lejos en sus declaraciones afirmando que en adolescentes
que habían seguido una dieta baja en carbohidratos sin restricción calórica en grasas y
proteínas, a pesar de consumir una media de más de 700 Kcal diarias que el grupo que
siguió una dieta baja en grasas, la pérdida de peso fue de más del doble y la mejora en el
nivel de triglicéridos más pronunciada. Estas afirmaciones también son compartidas por
Greene y col., que demostraron que a igual número de Kcal, e incluso incrementando el
número de las mismas en 300 o más, las dietas bajas en carbohidratos conseguían una
mayor pérdida de peso que las dietas bajas en grasas.
Samaha y col. realizaron un estudio de seis meses de duración en el que encontraron que
las personas con obesidad mórbida y una alta prevalencia de diabetes tipo II o de
síndrome metabólico, perdieron un mayor peso durante este periodo de tiempo en la dieta
baja en carbohidratos que la dieta baja en calorías y grasas, con una mejora de la
sensibilidad hacia la insulina y los niveles de triglicéridos, incluso después de haber
ajustado a la cantidad de peso perdida que como ya sabemos es un factor que puede
influir en los resultados. Por otro lado, Yancy y col. concluyeron en otro estudio de seis
meses de duración que la dieta baja en carbohidratos tenía un mayor porcentaje de
adhesión y de éxito en la pérdida de peso si se comparaba con una dieta baja en grasa.
Como vimos anteriormente, en estudios de hasta seis meses de duración, las dietas
cetogénicas son más efectivas que las dietas convencionales hipocalóricas altas en
carbohidratos para la pérdida de peso, sin embargo, como veremos más adelante, cuando
aumenta el tiempo de duración, la eficacia de estas dietas se reduce y se equipara a la de
las dietas hipocalóricas convencionales. Lo que nunca llegaremos a saber es si esto es
debido a la propia naturaleza de la dieta o al incumplimiento estricto de la misma por parte
del paciente, hecho que podría ir en aumento a medida que aumenta la duración de dicha
dieta. Foster y col. y Stern y col. (33,34) compararon las dietas cetogénicas bajas en
carbohidratos frente a las dietas tradicionales (dietas bajas en calorías-grasas y ricas en
carbohidratos) para la pérdida de peso durante un año. En ambos ensayos clínicos, la
dieta baja en carbohidratos produjo una mayor pérdida de peso que las dietas
convencionales durante los primeros seis meses, aunque las diferencias no fueron
significativas al año de duración.
Lípidos en sangre
Mortalidad
Otros estudios han encontrado beneficios posibles para las personas con diabetes, cáncer
y autismo. La dieta cetogénica, con un 80% de la energía de la grasa y gran parte del
resto de las proteínas, ha sido utilizada desde la década de 1920 para tratar la epilepsia.
Medicamentos modernos anticonvulsivos más efectivos significa que ahora se usa sólo
para niños con epilepsia de difícil control, y puede ser motivo de preocupación por
cuestiones tales como retraso en el crecimiento de estos niños..
La DC es una terapia no del todo benigna, con subsecuentes efectos colaterales, algunos
son predecibles, prevenibles y tratables, tales como la deshidratación y la hipoglicemia.
Muchos pacientes pueden presentar acidosis leve al inicio, cetosis excesiva .
Otros efectos colaterales. Otros efectos han sido descritos de forma aislada en series de
casos, acidosis tubular renal, inmunosupresión, anemia hemolítica, coma.
CONTRAINDICACIONES
Si un individuo no puede metabolizar los ácidos grasos para producir cuerpos de cetona
como fuente de energía, deben confiar en los hidratos de carbono como su combustible
primario. Si fueran seguir la dieta cetogénica, su cuerpo sería forzado a consumir
almacenes de la proteína para ganar energía, eventual llevando al ketoacidosis y a los
resultados fatales posibles.
Aunque no se contraindique absolutamente, los niños con una lesión focal que sea
probable ser responsable de causar las capturas son probables beneficiar más de cirugía
que la puesta en vigor de la dieta cetogénica.
RECOMENDACIONES
En caso de que decida intentar un estilo de vida cetogénico para bajar de peso, estas son
las recomendaciones:
Ajuste sus macros. Para lograr la cetosis nutricional, ajuste sus metas de
macronutrientes para lograr una ingesta diaria de grasa de 70 a 75%, 15 a 20% de
proteínas y 5 a 10% de calorías de carbohidratos.
Revise las cetonas en su orina diariamente. D’Agostino dice que una cantidad óptima
son 40mg/dL, sin embargo, aun un número entre 5–15mg/dL indica un estado acelerado
de quema de grasa.
Modere su ingesta de proteínas. Recuerde que una dieta cetogénica no es una dieta
alta en proteínas. Consumir demasiadas proteínas podría sacarle del estado de cetosis
puesto que el cuerpo puede convertir las proteínas excedentes en carbohidratos.
Coma una variedad de grasas. Asegúrese de que su ingesta de grasas está balanceada
entre grasas de fuentes vegetales y grasas animales tales como el aceite de oliva, las
nueces, las semillas, el coco, y los pescados oleaginosos. Esto no sólo le ayudará a
mejorar su salud general, sino que también le añadirá variedad a su plan alimenticio.
Sepa que no es algo sencillo. Como con cualquier plan de pérdida de peso, la meta no
es solo perder peso sino también mantenerlo. Antes de su transición a un modo de comer
cetogénico, pregúntese a sí mismo si puede llevar este cambio de estilo de vida a largo
plazo y no sólo hacerlo durante un periodo corto, ya que podría conducirle a un ciclo
alimenticio de rebote de peso.
DEFINICIÓN
La dieta disociada se basa en la teoría del equilibrio entre ácidos y bases en el estómago.
Esta dieta trabaja en función de las leyes de la digestión y divide los alimentos en tres
categorías principales, que son:
glúcidos (pan, trigo, patata, cebolla, zanahoria, batata, mandioca, semillas, habas,
chocolate, caramelos, pastas, arroz, azúcar)
proteínas (pescado, carne, pollo, caza, lácteos light, frutos secos)
alimentos neutros (verduras, leche, quesos con más de 45% de grasa,
mantequilla, carne o pescado crudo y/o ahumado, y los aceites vegetales)
La idea básica de esta dieta es evitar comer los tres principales grupos de alimentos al
mismo tiempo para lograr una mejor distribución de los distintos nutrientes, así como para
obtener las cantidades correctas de energía a lo largo del día, esto hace que se logre
controlar la sensación de hambre, se basa en una hipótesis fisiológica que nos dice que
nuestro aparato digestivo no está preparado para asimilar adecuadamente las grasas,
proteínas y carbohidratos cuando éstos se toman en una misma comida. El objetivo que
se persigue al llevar a cabo esta dieta es perder peso en poco tiempo, concretamente, se
busca “movilizar los depósitos de grasa de organismo, quemar las reservas de glucógeno
y eliminar agua”, asegura González Caballero.
GRUPOS DE ALIMENTOS
A primera vista, la dieta disociada puede parecer ser una opción saludable para todos
pues favorece una ingesta equilibrada de alimentos a lo largo del día, a la vez que permite
comer todo tipo de comidas. Sin embargo, hasta el momento no se ha demostrado su
efectividad, no existen evidencias científicas que sustenten este régimen dietético.
De hecho, los nutricionistas afirman que somos capaces de digerir al mismo tiempo y sin
problemas todo tipo de nutrientes por lo que separar los grupos de alimentos para facilitar
la digestión carecería de fundamento científico. Asimismo, apuntan que es muy difícil
diferenciar los diversos alimentos según su composición nutricional pues en realidad
ninguno está compuesto exclusivamente por un solo nutriente. Por consiguiente, sería
bastante complicado catalogar aquellos alimentos que tienen proporciones nutricionales
semejantes, como por ejemplo: las lentejas y el pescado.
EFECTOS ADVERSOS
Éstas dietas generalmente aportan muy pocas calorías, lo que se puede traducir en
diversas alteraciones y complicaciones, que van desde mareos y sequedad de la piel
hasta pérdida de cabello, amenorrea en mujeres, insomnio y depresión.
Exceso de proteínas
Riesgo cardiovascular
Al incluir alimentos que poseen gran cantidad de grasas y, peor aún, grasas saturadas,
como son por ejemplo carnes grasas, embutidos y fiambres, eleva los niveles de
colesterol y triglicéridos.
Por la clase de alimentos que incluye y no restringir cantidades, puede aportar hasta 1500
mg de colesterol diarios. Para que se den una idea de lo mucho que es esto, les cuento
que los niveles máximos saludables que debemos consumir diariamente de colesterol son
de 300 mg, y las personas que tienen colesterol elevado o patologías en las que deba
cuidarse el aporte de este, deberían consumir hasta 200 a 250 mg por día.
Sabiendo esto podemos decir que la dieta disociada produce pérdida de masa muscular,
debido a que el aporte de hidratos de carbono es muy bajo y estos no alcanzan para
generar la energía que necesitamos, entonces lo que ocurre es que el organismo utiliza
las proteínas para obtener la energía que le falta, y éstas no pueden ser utilizadas para la
función primordial que deberían cumplir.
Cetosis
Esta es otra complicación que se deriva del bajo aporte de hidratos de carbono. Como el
organismo trata de preservar las proteínas para el fin que éstas tienen, el de construir y
reparar tejidos, se comienza a utilizar a las grasas como combustible enérgetico principal,
lo cual produce unos compuesto llamados cuerpos cetónicos. Esto puede provocar mal
aliento, pérdida de apetito, mareos, dolores de cabeza y hasta posibles arritmias.
Estreñimiento
La dieta disociada contiene muy poco aporte de fibra lo cuál puede provocar constipación.
CONTRAINDICACIONES
no hay alimentos puros en un nutriente que sólo contengan hidratos de carbono o sólo
tengan proteínas o grasas. Los alimentos son el resultado de una combinación de
diversos nutrientes en distintas proporciones, lo que pone en evidencia el fundamento
científico del que parten estas dietas disociadas.
RECOMENDACIONES
Para que la dieta sea efectiva y además no suponga un riesgo para la salud debe cumplir
una serie de recomendaciones.
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222008000200002
https://www.news-medical.net/health/Ketogenic-Diet-Indications-and-Contra-Indications-
(Spanish).aspx
https://institutonutrigenomica.com/noticias-nutrigenomica/bajar-de-peso-dieta-cetogenica/
Fernández López JA, Remesar X, Alemany M. Tratado de Nutrición. 1st ed. Madrid,
España: Díaz de Santos; 1999: 265-75.
Guyton AC, Hall JE. Fisiología Médica. 9th ed. Madrid, España: Interamericana McGraw-
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https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/mito-enfermeria-dietas-
disociadas/2/
http://revista.consumer.es/web/es/20061201/alimentacion/70941.php
http://www.cambiatufisico.com/dieta-disociada/
https://norbertaamorospastor.files.wordpress.com/2017/02/dieta_disociada.pdf