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ENSAYO SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN ASERTIVA

Sergio Omar Rodriguez Michel

Introducción

En el presente documento se reflexiona no solo sobre la lectura o el tema visto en la primera


parte de este diplomado, sino sobre el hecho mismo de la comunicación, facultad que en el
caso de la especie humana ha permitido la existencia de diversas civilizaciones a lo largo del
tiempo.

La comunicación se refiere al hecho de poner algo en común, así lo deja entender su raíz
etimológica, para que eso suceda se requiere de un proceso en el cual están implicados como
elementos fundamentales el código, el canal, el emisor y el receptor, sin dejar de lado la
influencia del contexto que impacta la recepción, transmisión e interpretación de la
información compartida.

Si bien la capacidad de comunicación de los seres humanos ha sido la vía para la transmisión
y generación de nuevos conocimientos, en la actualidad se ha hecho notoria la necesidad cada
vez mayor de mejorar las formas de comunicación entre las personas y entre las naciones.

En un mundo cada vez más complejo por su tipo de relaciones, las realidades globales y los
modos de vida que generan se vuelve imprescindible recuperar y aprovechar todos los
estudios científicos que se han realizado en pro del desarrollo personal y social y dentro de
éste se encuentra inevitablemente la capacidad de comunicarse de la mejor forma posible, y
es aquí donde entra la comunicación asertiva.

Se abordará entonces las descripciones básicas sobre este tipo de comunicación, los
elementos implicados, las ventajas y los beneficios personales y sociales que logran obtener
quienes la desarrollan.
Desarrollo

La comunicación asertiva es aquella comunicación en la que está presente un adecuado


equilibrio entre dos extremos no favorables: la agresividad y la pasividad. Se trata de una
forma de hablar con los otros de manera honesta y directa. Emplear la asertividad es saber
pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere; respetando
los derechos del otro y expresando los sentimientos propios de forma clara. Para poder
conseguir ese equilibrio es indispensable identificar cómo son esos extremos no favorables
mencionados anteriormente.

La actitud agresiva en la comunicación se caracteriza por la sobrevaloración de las opiniones


y sentimientos personales, obviando o incluso despreciando los de los demás. No hay otra
intención sino lograr que se cumplan sus deseos y que el interlocutor simplemente lo acepte
o haga. La negociación dentro de este tipo de actitud se presenta obviamente también con un
comportamiento agresivo, alimentando la espiral del conflicto puesto que su misión es lograr
sus objetivos, sin tener en cuenta la relación con su oponente.

El extremo opuesto a la agresividad es la pasividad o no asertividad, y se trata de aquel estilo


de comunicación propio de personas que evitan mostrar sus sentimientos o pensamientos,
generalmente proyectan una baja autoestima y su tipo de negociación es prácticamente nula.
Los negociadores pasivos son aquellos que ante los conflictos tienen serios problemas para
decir “no”, dejando que su oponente se aproveche de las circunstancias. Se centran en
mantener la relación con su interlocutor, aunque no logren sus objetivos en la negociación.

En cambio, la comunicación asertiva es aquel estilo de comunicación abierto a las opiniones


ajenas, dándoles la misma importancia que a las propias. Parte del respeto hacia los demás y
hacia uno mismo, aceptando que la postura de los demás no tiene por qué coincidir con la
propia y evitando los conflictos sin por ello dejar de expresar lo que se quiere de forma
directa, abierta y honesta. En la respuesta asertiva las personas protegen sus propios derechos
y respetan los de los demás, logran sus objetivos sin detrimentos de los otros, se sienten bien
consigo mismos y tienen confianza, se muestran sociables y emocionalmente expresivos y
deciden por sí mismos. Por tanto, los negociadores asertivos son aquellos que ante los
conflictos se comportan asertivamente de una forma natural, preocupándose por lograr sus
objetivos y mantener la relación con la otra parte.

Se comprende que muchas de las ocasiones tenemos impulsos que se oponen a lo que
realmente queremos. Porque vienen impuestas por la genética, por el entorno, por las
contradicciones y características de nuestra personalidad. Sin embargo, dejarse dominar por
esos impulsos nos convierte en esclavos de ellos y afectan a nuestra seguridad personal. De
aquí la importancia de desarrollar el autodominio. El autodominio significa la capacidad para
controlar mis inclinaciones: único modo de no ser controlado por ellas; y el autodominio
favorece a la autoestima pues el tener control de los impulsos se experimenta como una
percepción positiva sobre uno mismo. Se puede deducir también que es necesario desarrollar
la empatía para tener siempre presente el respeto a la dignidad del otro.

Las características de la comunicación asertiva son el consciente cuidado del volumen, la


velocidad, el tono, el ritmo y la entonación al hablar.

Los elementos prácticos de la comunicación asertiva son: ser directo con lo que se requiere
expresar, enfrentarse al problema no a la persona, tratar lo específico, no lo general, no dar
excesivas explicaciones y no disculparse más de lo necesario.

Los aspectos observables de la comunicación asertiva son: saber escuchar, el manejo y el


aprovechamiento de la conversación, el autodominio y seguridad personal y la generación de
un clima de confianza.

Los principales beneficios de saber escuchar son los siguientes: eleva la autoestima del que
habla, pues le permite sentir que lo que dice es importante para el que lo escucha y, con esto,
la comunicación y la interrelación se hacen más fluidas, respetuosas y agradables. Le permite
al que escucha identificar intereses y sentimientos del que habla y, de esta forma, puede ser
más efectivo en la comunicación con su interlocutor. Se reducen las potencialidades de
conflictos por malas interpretaciones en las comunicaciones. Se aprende de los
conocimientos y percepciones del otro. Amplia el marco de referencia, cultura e intereses del
que escucha. El que escucha con atención, proyecta una imagen de respeto e inteligencia.
Seguramente todos hemos escuchado la expresión “que inteligente es él o ella, con qué
atención te escucha cuando le hablas”.
Las ventajas de saber escuchar son: reducir situaciones potenciales de conflicto, al lograr una
mayor comprensión en las relaciones, mejores relaciones interpersonales; ahorro de tiempo
y de energías, al evitar aclaraciones por “malos entendidos”; mayores niveles de
productividad, al lograr un clima laboral de mayor satisfacción.

Conclusión

A nivel personal deseo concluir este documento compartiendo lo que ha venido impactando
positivamente en mi vida esta primer tema, si bien ya en alguna ocasión anterior había
estudiado algo acerca de los procesos de comunicación y de asertividad, siempre es necesario
retomar el proceso de crecimiento. La tarea prioritaria es la de desarrollar nuestra capacidad
de diálogo con los otros, finalmente nuestra vida está compuesta de relaciones humanas. Si
hacemos el ejercicios de análisis de los problemas que tenemos en nuestras sociedad, háblese
prácticamente del que sea, encontraremos que la causa raíz de dichos problemas son la nula,
insuficiente, inadecuada o mala comunicación entre las personas. Veo que hay una utilidad
directa e inmediata de la comunicación asertiva en mis relaciones familiares, de amistad y de
trabajo. Así también, nuestras organizaciones sean de cualquier nivel requieren que de
manera individual pongamos de nuestra parte para corregir nuestros errores comunicativos y
mejorar nuestros procesos en la toma de decisiones. Además, nuestra gremio sindical es un
espacio donde habremos de vivir también la asertividad, puesto que se trata del cuidado y
defensa de nuestros derechos, del diálogo con nuestros representantes, de la capacidad de
negociación, de las decisiones colectivas y cuyas consecuencias afectan del modo que
resulten al bien común de nosotros como trabajadores, de nuestro patrón como corporación
y de nuestro país como sistema educativo y del tejido social en su conjunto.

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