Está en la página 1de 1

Relativismo cultural1

Expresa la idea de que las creencias y prácticas de los otros se conocen mejor a la luz de las
culturas particulares donde se desenvuelven.
El predicado vale en la medida en que el comportamiento humano se considera culturalmente
determinado, verdadero axioma en la antropología cultural norteamericana. A ello se añade
a menudo el argumento de que, dado que todas las culturas presentes son adaptaciones viables
igualmente merecedoras de respeto, no debieran ser objeto de juicios de valor por quienes les
son ajenos. Alternativamente, algunos sostienen que, dado que todas las normas son
específicas de la cultura en que son formuladas, no caben patrones de medida universales.
El relativismo cultural en la antropología norteamericana se atribuye con frecuencia a la
crítica de las perspectivas de evolucionismo social por parte de Franz BOAS y sus discípulos,
en especial Ruth BENEDICT, Margaren MEAD y Melville HERSKOVITS.
Boas criticó el uso de ESTADIOS EVOLUTIVOS como base para organizar las exposiciones
museísticas arguyendo que las muestras presentadas debían serlo en contexto con culturas
específicas.
Las sociedades no son en su mayoría relativistas: consideran buenos sus modos y formas, y
malos, inferiores o inmorales los ajenos, haciendo así patente su ETNOCENTRISMO.
Sin embargo, cabe también la situación inversa, síndrome que Melford Spiro llamó
«etnocentrismo inverso» y que llega al extremo de que algunos antropólogos afirmen sin
empacho que la cultura occidental es globalmente inferior a las culturas primitivas o del
tercer mundo.
Como método de trabajo, el relativismo cultural puede contrastarse con la búsqueda de
UNIVERSALES humanos fundados las más de las veces en declaraciones basadas en
perspectivas analíticas tales como la psicología freudiana, la economía política marxista, la
selección natural darwiniana o el determinismo tecnoambiental.
Los relativistas culturales acérrimos consideran a menudo que la antropología es más arte
que ciencia, y más que explicar mecanismos sociales prefieren interpretar significados
simbólicos. Clifford GEERTZ (1984b) ha sido un influyente paladín de este enfoque.
En el contexto filosófico más amplio, el relativismo cultural se funde a veces con formas
cognadas de relativismo (moral, ético, cognitivo, lingüístico, histórico, etc.) bajo el epígrafe
general de «Relativismo», que entonces se opone a «Racionalismo» u, ocasionalmente, a
«Fundamentalismo» (véase M. Hollis y Lukes, 1982).
Abundando en los encendidos debates sobre el relativismo cultural en antropología y
filosofía, Spiro (1992b) discutió el relativismo cultural en relación tanto con la diversidad
como con el determinismo culturales. Teniendo por bien documentada la existencia de la
variación cultural, como hacen la mayoría de los antropólogos, distinguió tres tipos de
relativismo cultural: descriptivo, normativo y epistemológico, con sus correspondientes
subtipos. Estas distinciones tan detalladas no se han generalizado en la disciplina y la mayoría
de los antropólogos se contentan con distinguir entre la aplicación metodológica de primer
orden del relativismo cultural en antropología y los insensibles intentos etnocéntricos de
llegar a juicios finales éticos, morales o científicos.

1
Diccionario de Antropología, Thomas Barfield [Ed.]. Siglo XXI, México, 2006.

También podría gustarte