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Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina. M. S. Kimmel, 1997.

Cristina Cousinard Zepeda.


Texto para la clase 5 (10 abril) sobre Teorías contemporáneas de género III: masculinidades.

Masculinidad
Kimmel considera la masculinidad como un conjunto de significados, siempre cambiantes, que construimos
a través de nuestras relaciones con nosotros mismos, con los otros, y con nuestro mundo. Por otro lado, la
virilidad no es ni estática ni atemporal; es histórica, no es la manifestación de una esencia interior, es
construida socialmente, es creada en la cultura. Conocemos lo que significa ser un hombre en nuestra
cultura, al ubicar nuestras definiciones en oposición a un conjunto de otros, minorías raciales, minorías
sexuales, y, por sobre todo, las mujeres. Desplegada en un terreno político y social, se busca y encuentra en
momentos de crisis o transición. Esta construcción cambiante da sentido de posibilidad histórica de
reemplazar los esencialismos. Se reduce a: ser blanco, de clase media, heterosexual, tener un buen trabajo,
y una mujer hermosa.

Masculinidades como relaciones de poder


Es en el mercado donde se verifica y prueba la virilidad. Definiciones culturales de género se ponen en
disputa y generan tensiones que son en sí mismas relaciones de poder.
Masculinidad hegemónica: imagen de masculinidad de quienes controlan el poder. La portan hombres en,
con, y de poder. Se transforma en la búsqueda por acumular esos símbolos culturales. Existe acceso
diferenciado a estos símbolos culturales.
1. masculinidad como repudio a lo femenino.
2. masculinidad es medida por poder, éxito, riqueza y posición social.
3. masculinidad depende de permanecer callado y con las emociones controladas.
4. masculinidad exuda aura de osadía varonil y agresividad.

Masculinidad como huida de lo femenino


Proyecto edípico: renuncia del niño a su identificación con el vínculo con su madre. Esta identificación la
reemplaza por el padre, que ahora es su objeto de identificación.
1a. experiencia del niño: deseo sexual por su madre, frente al cual se interpone el padre, que no
dejará que el niño realice su deseo sexual.
2a. experiencia del niño: temor a su padre, este temor viene de la capacidad que tendría el padre
de castrarlo para así evitar que el niño realice su deseo sexual con su amada (madre del niño).
Esta segunda experiencia/temor, empuja al niño a renunciar a la identificación con su madre, y, en
contraposición, buscarla en su padre, que es su opresor (el que impide la realización de su deseo). De esta
forma el niño, luego, es capaz de la unión sexual, con un sustituto similar a su madre, que sería otra mujer.
Ahí es donde confirma su heterosexualidad. Entonces pasa de:

Deseo por la madre Identificación con el padre Heterosexualidad


- renuncia a la identificación con la madre.
- trata de parecerse a su opresor. - búsqueda de un substituto de la madre.
- temor al padre.

Luego de renunciar a la identificación con la madre, identificarse con su opresor, y buscar un sustituto de la
madre, el niño mantiene el temor. Temor a que la separación (forzada) de su madre no se aprecie como tal,
a ojos de otros. El niño ve a su madre como una criatura que lo infantiliza, denotando una dependencia
femenina de la que rehúye → huida de la femineidad es temerosa (teme a la madre con poder para
volverlo dependiente). El repudio a la madre como indicador de adquisición de la identidad de género
masculina. Las consecuencias del repudio a la madre son:
1. empuja a su madre y a sus rasgos, lejos.
2. reprime esos rasgos en sí mismo (renuncia a lo femenino).
3. como muestra del cumplimiento de 1 y 2, aprende a devaluar a todas las mujeres como
encarnaciones de esos rasgos que él repudia.
Sexismo es la desvalorización sistemática de las mujeres en un esfuerzo desesperado por separarse de su
madre. Admitir rasgos femeninos sería visto como menos hombre, pero visto por quién?

Masculinidad como valoración homosocial


Se puede hacer un símil entre la valoración homosocial y los pares hombres que actúan como la policía del
género. Hombres conceden a otros hombres la aceptación. Alardean de sus logros, desesperados por la
aprobación de otros hombres, otros hombres a los que también validan. No se busca la aprobación de las
mujeres, lo que es causa y consecuencia de que tengan un lugar muy bajo en la escala social (a ojos de los
hombres). De hecho, las mujeres son un tipo de divisa para mejorar la posición del hombre.

Masculinidad como homofobia


1° la identificación del niño con su padre lo lleva a ser masculino, y le permite comprometerse en relaciones
sexuales con mujeres, es decir, lo lleva a la heterosexualidad. La heterosexualidad es signo del exitoso
desempeño de la identidad de género.
2° niño pretende superar el temor identificándose con la fuente que origina ese temor, su opresor/padre.
"El niño ve a su padre como su madre", ve a su padre con una combinación de temor, maravilla, terror y
deseo. Simultáneamente, ve al padre como a él (niño) le gustaría verlo (como objeto de emulación).
Este deseo homoerótico debe ser suprimido y desechado, por ser
femenino (la perspectiva de la madre, respecto de su padre). El esfuerzo
por suprimir ese deseo es la homofobia: miedo a ser percibido como gay.

La huida homofóbica de la intimidad con otros hombres es el repudio al homosexual que llevan dentro de
sí, tarea nunca totalmente exitosa, y por eso es constantemente revalidada en cada relación homosocial
(relación entre hombres). El padre es el primer hombre que evalúa el desempeño masculino del niño. Las
tradiciones de masculinidad de generaciones pasadas las carga el niño, generando una sensación crónica de
inadecuación personal. Esta inadecuación puede ser vista por otros hombres, quedando al descubierto el
fraude que es el niño (fraude en el sentido de ser incapaz de encarnar toda esa masculinidad de sus
antepasados, de cumplir con esa expectativa). La masculinidad es en este sentido, una valla que protege;
un conjunto exagerado de actividades que impide a los demás ver dentro de ellos esa inadecuación, de ver
dentro de ellos su misma intimidad.

La homofobia es el principio organizador de la definición cultural de virilidad. Es el miedo a que otros


hombres lo desenmascaren. Tienen vergüenza de estar asustados. Vergüenza por el reconocimiento de no
ser tan varoniles como pretenden ser. Aquí surge el miedo a ser desenmascarados. El miedo es la fuente
del silencio, y el silencio de los hombres es lo que mantiene el sistema.

La violencia, como disposición a luchar, es el indicador más evidente de virilidad. Es el esfuerzo por
mantener una fachada varonil, que cubre todo. Cada mov. contiene un lenguaje codificado de género.
¿Cómo saber si un hombre es homo o heterosexual? Por estereotipos basados en un conjunto de reglas
negativas (que se contraponen a algo) acerca de la conducta (si no es femenino → no es gay).

Homofobia como causa del sexismo, heterosexismo y racismo


Lo central de la masculinidad es rebajar a las mujeres: excluirlas de la esfera pública y la descalificación
cotidiana (en el lenguaje y a través de las conductas). Hombres y gays se convierten en el otro contra los
que los heterosexuales proyectan su identidad. Al suprimirlos, proclaman su propia virilidad.

La homosexualidad sería la perturbación del normal desarrollo del género. Primero los europeos en
general, luego esclavos negros, indígenas nativos, irlandeses, italianos, etc. proveyeron el contraste para los
hombre estadounidenses. Demasiado apasionados, demasiado emocionales, demasiado estudiosos y poco
prácticos, demasiado blandos, demasiado hipermasculinos (salvajes): todos estos serían poco hombres. Y
ser visto como "poco hombre" impulsa a estadounidenses a negar la hombría de otros, y por ende, a
constituir la propia. Masculinidad deviene una defensa contra la percibida amenaza de humillación,
actualizada por una "secuencia de posturas" (cosas que podrian hacer o decir que los llegarían a
avergonzarse de sí mismos).

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