Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
INTRODUCCION
En este trabajo, como introducción hablaremos sobre los contratos de seguro en el derecho
civil, cual son los mecanismos en que se basa principalmente nuestra jurisdicción, para
proteger el derecho subjetivo y el sustantivo de los individuos.
Los individuos en sus diversas actividades, recreativas o productivas, se ven amenazados
permanentemente a diversos riesgos. Ello es propio de la vida humana. Sin embargo, las
personas no lo sienten como un problema. Sólo y luego de reflexionar o experimentar un
daño, buscan resguardo.
Hoy vivimos en una sociedad adversa al riesgo. La tendencia de las personas apunta a
traspasar las consecuencias negativas del evento de peligro a otro que, en principio, no
conoce la real magnitud del evento posible y dañoso, ignorancia que puede provocar
diversos problemas jurídicos si no se cumplen con determinados parámetros de
información tanto por quien debe entregarla como por quien la necesita para evaluar el
evento peligroso, decidir si lo asume y fijar un precio por ello. Esta dinámica de entrega y
requerimiento de información sobre un evento susceptible de causar un daño (el riesgo) y
los efectos que acarrea la falta de datos sobre el riesgo asegurado es lo que motiva esta
investigación.
La investigación se limitará a ciertos parámetros que estimamos necesarios advertir. El
análisis lo centraremos en la fase contrayendo de la formación del seguro, excluyendo, en
consecuencia, la carga informativa sobre el estado del riesgo en su fase contractual que da
lugar al denominado deber de comunicación de agravación del riesgo asegurado. Por otra
parte, los objetivos de la investigación, considerando la amplitud del vocablo riesgo, se
limitarán al ámbito del seguro de daños. Se justifica esta contextualización, por cuanto
hemos observado una diversidad de pólizas que comprenden un complejo tejido difícil de
desmadejar, donde cada tipo de condicionado contiene clausulados propios, que
comprenden a su vez riesgos o peligros diferentes.
2
EL CONTRATO DE SEGURO
Al referirse al contrato en general, este es un acuerdo hecho con la intención de que tenga
consecuencias legales. Las partes de un acuerdo de este tipo asienten mutuamente a sus
términos. El contrato de seguro, Una de las más importantes manifestaciones económicas
del crecimiento de un país, es el desarrollo de la actividad aseguradora. Es así, que a mayor
grado de cultura y tecnología, resulta más imperiosa la necesidad de contar con la
protección que brinda el seguro. De ahí, que en países tan avanzados como Inglaterra o
Estados Unidos, el seguro sea un aspecto indispensable en el desenvolvimiento de las
actividades mercantiles y el pago de las primas se cuente dentro de los rubros estipulados
como necesarios dentro del presupuesto familiar. La primera noticia que se tiene de una
institución similar a lo que hoy se entiende por el seguro, data del Código de Hammurabi,
en donde se establecía que quien contrataba trabajadores, tenía que pagarles los
accidentes sufridos en el trabajo. (Botero, 2005).
Según la doctrina existen tres teorías que tratan de explicar este importante aspecto:
3
a) Teoría de la Indemnización.
b) Teoría de la Necesidad
Aunque este tipo de seguro tenga un régimen especial, al parecer completo, su clasificación
es importante para conocer la base sobre la cual se asienta esta disciplina, poderla
complementar cuando sea necesario y más importante aún para precisar cuál debe ser el
régimen jurídico aplicable en cada caso y el porqué del mismo.
b) Es un contrato Principal, ya que surte efectos por sí mismo, sin recurrir a otro.
f) Es Oneroso, por su propia naturaleza mercantil ya que para ambas partes implica
derechos y obligaciones recíprocas.
4
g) Es Aleatorio, por la incertidumbre de un suceso futuro e incierto, que si ocurriese
provocaría el pago de la suma del reclamo previamente pactado por parte de la compañía
aseguradora al asegurado.
j) Es un contrato de Buena Fe, ya que el asegurador tiene que confiar en la buena fe del
asegurado al describir el riesgo y las circunstancias del mismo, al punto de que si se falta a
la más mínima obligación de veracidad, el contrato puede anularse o rescindirse, según el
caso. (Méndez, 2012).
5
como motivo que da origen al contrato; pudiendo dicha eventualidad efectuar la esfera
patrimonial o su propia integridad física.
Los Seguros mutuos o a prima atienden el criterio económico es decir se toma en cuenta el
sistema de explotación; la clasificación de los seguros marítimos y terrestres encuentra su
fundamento en la naturaleza del riesgo asumido; y en cuanto a la clasificación de los seguros
sociales e individuales se encierra una mayor trascendencia práctica por su contenido
jurídico, y se atiende a la naturaleza del interés asegurado. Seguro sociales e individuales y
seguro de daños y de personas (VARGAS, 2001).
6
proveerse una existencia digna por medio del trabajo. El Seguro social busca, entonces, la
protección del trabajador, al propender por la satisfacción de sus necesidades. Al ser
obligatorio se constituye en un servicio público, que hace participe al Estado, bien sea de
manera directa o indirecta, pero necesaria.
SEGURO INDIVIDUALES
A diferencia del anterior, procura atender las necesidades particulares de las personas, bien
sean éstas naturales, jurídicas, de naturaleza pública o privada. De lo anterior podemos
concluir que los llamados seguros colectivos, entendiendo por tales aquellos que pese a
tener un solo tomador abarcan la protección de intereses de diferentes personas, sea por
razones comerciales o de cualquier otra índole, pueden sin ningún problema ubicarse
dentro de esta categoría. A su vez, estos seguros individuales se subdividen en seguros de
daños y seguros de personas (LASCARRO L, 1996).
El concepto del seguro de personas se encuentra la Ley Sobre el Contrato de Seguro, el cual
señala "El contrato de seguro sobre las personas comprende todos los riesgos que puedan
afectar a la persona del asegurado en su existencia, integridad personal, salud o vigor vital"
de éste marco referencia encontramos entrelazados complejos elementos conjuntados en
el concepto de riesgo con salud o vigor vital e indemnización.
Como se puede apreciar del título tenemos que tratar la naturaleza y el concepto de seguro
de personas, y el hecho de haber mencionado primero el concepto no es producto de la
casualidad, ya que estimé pertinente primero establecer que debíamos entender por
seguro de personas y posteriormente entrar al estudio de la naturaleza del mismo.
7
la protección ante los eventos que están fuera de su control, como lo es la propia
naturaleza, de ahí que diga y que insista tanto en que el seguro de persona debe ser visto
en su propia dimensión, como producto a las necesidades de un ente cambiante y
demandante como es la sociedad.
La nota referente al monto o suma asegurable dentro del contrato de seguro de las
personas reviste particularidades.
Como hemos visto, los fines del contrato son meramente resarcitorios no con fin de lucro
para el asegurado. Este aspecto se da plenamente en el seguro de personas.
El carácter resarcitorio de éste contrato salta a la vista, ya que en todos los casos lo que se
busca es no ver demeritado el patrimonio al atender una siniestro, por ejemplo no ver
diezmado el peculio del asegurado al enfrentar una larga enfermedad, de igual forma en el
seguro de vida lo que se busca es que al momento de fallecer el asegurado los beneficiarios
no queden desamparados ante esta falta, ni que decir del seguro de accidentes, por lo que
es contundente la aseveración que debo manifestar en el sentido de que el seguro de
personas es con finalidad resarcitoria. Aclaro que éste concepto de ser resarcitorio el seguro
8
de personas, se hace con la debida reserva ya que desde luego ninguna suma de dinero
podrá restituir al ser querido que ha fallecido o la salud de la persona.
Con todo lo anterior podemos ahora sí referirnos a la naturaleza del contrato de seguro de
personas, cifrando está en la necesidad del asegurado de proteger su patrimonio frente a
una enfermedad o incapacidad y en caso de muerte conservar el nivel de vida del
beneficiario, o no dejar a éste en una situación económica desventajosa.
El seguro de personas puede ser dividido en tres grandes grupos que son: seguro de vida,
seguro de accidente y enfermedades, seguro de salud. (DIECK, 2003).
SEGURO DE DAÑO
Partiendo de lo dicho, la inclusión del seguro de crédito y del seguro de caución en esta
categoría se realiza con reservas puesto que es cierto que estos contratos no se ajustan
cómodamente a esta clasificación, como sí lo hace el seguro de responsabilidad civil, en la
medida en que no considera el patrimonio indiscriminado, sino una serie de créditos
determinados.
A pesar de ello, metodológicamente optamos por incluir estos seguros en esta categoría
con el objeto de poner de relieve que se trata de seguros de daños patrimoniales, en tanto
y en cuanto se refiere a créditos específicos que integran un patrimonio sometido al
principio indemnizatorio, principio que impide el enriquecimiento del asegurado, faculta a
la subrogación y hace funcionar las normas sobre suma asegurada y otros efectos propios
del género. (Renderos, Septiembre 2005).
9
EL SEGURO DE CREDITO
INTERES ASEGURABLE
Por su carácter general, cualquier interés económico que se tenga para que no se produzca
un siniestro, es material del seguro contra daños. Su finalidad es de protección patrimonial
y el objeto asegurado puede pertenecer a la persona interesada en la traslación del riesgo
o bien a un tercero; pero éste no podrá beneficiarse del seguro sino después de cubierto el
interés del contratante y de haberle restituido la parte proporcional de las primas.
Un mismo bien puede asegurarse con dos o más aseguradoras, por el mismo riesgo e igual
interés, lo que configura el seguro doble o múltiple. Si al ocurrir el siniestro previsto se
dieran las reclamaciones del asegurado, podría darse el caso de que la suma de las
indemnizaciones fuera mayor que el valor objetivo del daño causado, lo que daría un
resultado de enriquecimiento y no indemnización. A fin de evitar esas consecuencias, la ley
establece las siguientes normas:
a) La persona que contrate más de un seguro con relación a un mismo bien, riesgo e interés,
debe poner en conocimiento del asegurador la existencia de los otros seguros, dentro de
los cinco días siguientes a la celebración de cada contrato. Este aviso debe darse por escrito
e informar de las sumas aseguradas y nombres de los aseguradores;
b) Si se contratan varios seguros sin que exista mala fe y el monto de las obligaciones de los
aseguradores excede el valor del interés asegurado, cada uno responderá
proporcionalmente según su respectivo contrato, hasta completar el valor total del daño.
c) Habiendo varios seguros, un asegurador puede pagar el monto total del daño; en esa
circunstancia tiene derecho a repetir en contra de los demás aseguradores para resarcirse
de las cuotas proporcionales que les correspondía pagar. Si uno de los seguros que integran
10
el seguro doble o múltiple, se rige por el derecho extranjero, el asegurador únicamente
puede invocar o ejercitar el derecho de repetición si prueba que la legislación que lo rige
tiene contemplado el reparto proporcional.
Al producirse el siniestro el asegurador hace un estudio del daño que se ha causado, para
cuantificarlo. Lo que se juzga es el valor de interés asegurado al momento de suceder.
Determinar el valor no significa que el asegurador deba pagar la cuantía fijada. Para pagar
la indemnización a que se comprometió deberá tomar en cuenta la suma asegurada, o sea
la cantidad límite hasta donde la sociedad aseguradora se obligó según el contrato.
Es el valor del interés asegurado o el valor del seguro, siempre dentro del límite de la suma
asegurada y siguiendo las pautas de la póliza. Esta indemnización comprende, en primer
lugar, el daño emergente que viene a ser el interés asegurado o valor del seguro, apreciado
el momento del siniestro. Pueden asegurarse provechos esperados o rendimientos
probables, en donde la forma de fijar la cuantía del daño y la posible indemnización ya no
se sujetan a un análisis objetivo, como en el daño emergente, sino a una apreciación
abstracta. Puede darse el caso de que un bien, sin mala fe de las partes, es asegurado por
una suma que va más allá de su valor real.
En este caso el seguro no es nulo; pero debe reducirse en cuanto a las obligaciones de las
partes. Al presentarse la solicitud, el asegurador bonifica al asegurado el excedente de la
prima pagada en cuanto al período que quede por transcurrir; y como consecuencia, se
rebaja la suma asegurada.
Cuando se ha fijado un valor específico del bien, objeto del seguro, para los efectos del
resarcimiento del daño, es ese el que se toma en cuenta para la cuantía de la indemnización;
pero si el asegurador prueba que al momento del siniestro ese valor pactado excede en un
veinte por ciento del valor real, su obligación se limita hasta ese excedente.
11
b) Rescisión
A falta de pago de primas, se establece que si no hubiere sido pagada la prima o la fracción
de ella en los casos de pago en parcialidades, dentro de los treinta días naturales siguientes
a la fecha de su vencimiento, los efectos del contrato cesarán automáticamente a las doce
horas del último día de este plazo.
Cuando se omite dar aviso de que existe seguro doble o se contrató para obtener provechos
ilícitos, los aseguradores quedan liberados de sus obligaciones.
Si el objeto asegurado disminuye de valor substancial, sólo que en este caso la reducción se
puede dar en la prima o en la suma asegurada; y, cuando el asegurado entorpece el derecho
del asegurador para subrogarse y exigir el resarcimiento del daño (RACANCOJ, 2015).
12
CONCLUCION
La doctrina define al contrato de seguro, como aquel por el que el asegurador se obliga,
mediante el cobro y para el caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de
cobertura a indemnizar, dentro de los límites pactados, el daño producido al asegurado o a
satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones convenidas dentro del contrato de
seguro.
13
BIBLIOGRAFIA
14
15