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El proyecto de crear la empresa tiene su origen en la idea que les surge a los promotores, desde
este momento es necesario realizar un estudio exhaustivo para determinar la viabilidad del
proyecto y la puesta en marcha de la empresa.
El estudio, que será más o menos profundo en función del tipo de empresa a crear y de la
inversión a realizar, va a dar lugar al Plan de Empresa, documento en el que se refleja el
contenido del proyecto empresarial y al que se dedica la mayor parte de este capítulo. Se inicia
determinando las características y cualidades que se va a exigir al empresario así como un
análisis de la idea de negocio, resaltando la importancia que tiene la creatividad en todo este
proceso.
Temas como el mercado al que la empresa va a dirigirse, la evolución previsible del mismo,
las empresas de la competencia, la política comercial a seguir, las ventas esperadas, los
recursos técnicos y económicos necesarios, etc., deberán estudiarse y definirse con el máximo
detalle antes de iniciar la creación de la empresa.
1. la generación de la idea
2. la definición del proyecto empresarial
3. la puesta en marcha
4. consolidación de la actividad de la empresa.
La creación de una empresa supone estructurar medios humanos, materiales y económicos con
una finalidad: La obtención de beneficios.
5. La Supervivencia.Obstáculos.
.1. ¿Quién inicia un proyecto empresarial? El Emprendedor
Este podrá ser una persona o un equipo de trabajo, pero en general, deberá ser alguien que
tenga una idea de negocio y ser capaz de llevarla a la práctica.
Más de la mitad de los nuevos empresarios habían iniciado su andadura por poseer una
buena idea de negocio.
Más de un tercio afirmaba contar con algún cliente antes del inicio de su actividad.
Otro motivo era la búsqueda de la independencia laboral.
Una cuarta parte de las respuestas respondía a la tradición empresarial familiar.
Uno de cada cinco encuestados apuntaban la situación de desempleo.
La aventura de crear una empresa no es tarea fácil y puede suponer un período de tiempo largo,
en función de:
Coordinar a la vez todos esos recursos de manera que se destinen a cumplir los
objetivos previamente establecidos.
Por ello, el nuevo promotor debe ser capaz de llevar a cabo una serie de tareas
multidisciplinares que no es fácil de encontrar reunidas en una misma persona.
Dirigir
Organizar
Abordar nuevos proyectos
Tener nuevas ideas
Reunir los medios económicos necesarios para abordar esos proyectos
Seleccionar y contratar al personal de la empresa
Dirigir al personal de tal manera que puedan alcanzar los objetivos motivándolos
El Proyecto de Creación de su Empresa
Es el documento:
Que refleja de una manera detallada el contenido del Proyecto Empresarial que se
pretende poner en marcha.
Que abarca desde la definición de la Idea a desarrollar hasta la forma concreta de
llevarla a la práctica, incluyendo la programación de las fases y los medios y recursos a
utilizar.
Su utilidad es doble:
Obliga a realizar un esfuerzo de coherencia, organización, rigor, planificación y
eficacia, previo a la puesta en marcha del proyecto, de forma que sirva para determinar
la viabilidad de la idea.
En general, el contenido del plan variará de un proyecto a otro y estará muy relacionado con la
actividad a desarrollar, la dimensión del proyecto y el volumen de inversión a realizar.
En cada caso concreto habrá que definir su contenido y hacer especial hincapié en los
apartados que caracterizan la actividad a ejercer.
Además, ha de ser convincente, no sólo para su propio artífice, sino también para todas
aquellas personas que tengan acceso al Proyecto, puesto que de ello puede depender el
conseguir o no suficientes recursos financieros que permitan poner en marcha la
iniciativa.
Concepto de Empresa
Estas páginas pretenden ser un elemento básico de ayuda y consulta para aquéllos que se
plantean, por diferentes motivos y en variadas circunstancias, la posibilidad de crear una
empresa.
Por ello quizá sea conveniente en primer término delimitar conceptualmente, aunque sólo sea a
grandes trazos, qué entendemos por "empresa".
Desde una perspectiva económica y mercantil podemos definir la empresa como aquella
unidad de producción compleja en la que se coordinan diversos medios productivos (trabajo
humano y elementos materiales e inmateriales) bajo la dirección del empresario con el fin
inmediato de elaborar productos y/o prestar servicios, satisfaciendo así, directa o
indirectamente, una necesidad humana, lo que previsiblemente conducirá a la obtención de
alguna clase de utilidad o beneficio para sus titulares.
En la raíz de toda nueva iniciativa empresarial late la idea de una persona (un emprendedor, un
promotor) que, con la vista en los posibles beneficios derivados de su actividad, pone en
marcha su actividad productiva – de bienes, de servicios o de ambos-, arriesgando, en
ocasiones, su propio patrimonio.
Idea empresarial
La vida diaria
En otras ocasiones, son los familiares, amigos o conocidos, acaso nosotros mismos,
quienes percibimos la carencia de un bien o servicio que podría cubrir determinadas
necesidades, facilitarnos ciertas tareas; otras veces, es la lejanía o incomodidad para
obtener ese bien o servicio lo que hace brotar la oportunidad de negocio.
La vida económica
Si en muchas ocasiones son ideas propias las que impulsan la nueva actividad, no es, ni
mucho menos, infrecuente que sean ideas de otras personas las que permitan su
nacimiento. Es el caso de los traspasos de negocio, los ejemplos e ideas de negocio que
se analizan en revistas especializadas en ámbitos comerciales o industriales, las
franquicias, las concesiones comerciales, la adquisición de derechos de propiedad
industrial (patentes) o de licencias de fabricación, explotación, o distribución (p. ej.:
una exclusiva de distribución de ciertas importaciones), etc.
Si se recurre a ideas ajenas para crear una empresa, es aconsejable mantener una actitud
de vigilancia y seguimiento de nuevos productos o servicios, nuevas tendencias de
consumo, nuevas ideas de marketing, etc. (en la mayoría de revistas especializadas
existe una sección dedicada a estos asuntos).
La primera advertencia que puede hacerse a este respecto es que todos podemos ser
emprendedores.
Si bien es cierto que los rasgos de la personalidad del nuevo emprendedor, sus
motivaciones a la hora de embarcarse en un nuevo negocio, la capacidad intelectual o
física, la formación o experiencia previa pueden, indudablemente, influir en el éxito de
la nueva empresa, no cabe atribuir a estos aspectos un valor absoluto, ni elevarlos a la
categoría de requisitos previos e indispensables que deban reunirse obligatoriamente
para poder afrontar con perspectivas un nuevo negocio.
Un hipotético "retrato robot del emprendedor ideal" debe servir, antes que nada, para
prevenir y conocer puntos fuertes y débiles presentes en el emprendedor, para elaborar
un "diagnóstico" que haga posible establecer las soluciones adecuadas (ya sean,
formativas o de otro tipo).
Rasgos de la personalidad:
1. Iniciativa
2. Decisión
3. Asunción de riesgos
4. Confianza
Motivaciones:
Una vez descrito, esquemáticamente, el hipotético "perfil ideal" o retrato robot del
"perfecto emprendedor", quedaría aún por descubrir el perfil real del concreto aspirante
a empresario.
Como instrumento de ayuda para el análisis del perfil y la personalidad del nuevo
emprendedor, suelen ofrecerse cuestionarios de auto – diagnóstico.
Internamente sirve para que los promotores reflexionen acerca de su idea inicial, le den forma
y la estructuren con coherencia, evaluando todas las posibilidades. El hacerlo por escrito
constituye un medio de reflexión. De esta forma, un estudio exhaustivo del proyecto permite
saber la viabilidad del proyecto, desde una perspectiva técnica, económica y jurídica.
Con carácter general, suele afirmarse que un plan de empresa debería contener una referencia
suficiente de, al menos, los siguientes elementos:
Producto o servicio que se ofrecerá (características diferenciadoras, ventajas
competitivas, competencia, etc.)
Equipo de personas que conforman la empresa (habilidades, experiencia, titulaciones)
Mercado (búsqueda del nicho de mercado correspondiente, debilidades y fortalezas de
nuestros competidores, preferencias del cliente)
Operativa ordinaria de producción y de gestión (gestión diaria, procesos, tecnología,
etc.)
Previsiones financieras y económicas del negocio (costes, ventas, etc.)
Mecanismos de financiación puestos en juego.
El mundo de la moda puede parecer muy atractivo a simple vista, pero se trata de un
mercado muy difícil y competitivo. El emprendedor tiene que conocer una serie de
datos básicos sobre los aspectos económicos y financieros que rodean la creación de un
negocio de diseño.
Uno de los pilares básicos de cualquier empresa es ser realista, ya que no sólo es
necesario tener una buena idea, sino conocer qué producto se va a ofrecer y a qué
público se va a dirigir. “En una empresa de moda, el consumidor y el comprador no
tienen por qué ser la misma persona, pero hay que cuidar a los dos”, asegura Mercedes
Cardenal, la escritora del libro Moda y Empresa, en el que se relatan los pasos para
gestionar una empresa de este tipo durante sus primeros años. “Un claro ejemplo es la
ropa de bebé; la madre es quien compra la ropa, pero el niño es el que la lleva”, reitera.
Por eso, una de las decisiones iniciales es definir cuál es el cliente, para poder crear así
su colección más adecuada. Para ello, los expertos aseguran que es aconsejable observar
cómo lo hace la competencia y qué le gusta al público.
La burocracia
Al igual que en cualquier tipo de empresa, hay que realizar un plan de negocio. Gudrum
Thorsteinsdothir es una diseñadora de 29 años que está creando su primera tienda de
moda. “Este año he vendido 200 prendas por mi cuenta, pero creo que es el momento
para crear mi propio negocio. Desconozco los pasos para establecer una empresa, por lo
que he tenido que recurrir a una consultora para hacerlo”, comenta. “Estas entidades
permiten solventar los principales errores que se cometen, como realizar un plan
demasiado largo o no identificar los competidores directos del producto”, explica.
Dentro del plan de negocio, hay que saber con qué dinero se cuenta para empezar, ya
que uno de los retos de cualquier negocio es la insuficiencia del capital social. Para
conseguirlo hay que analizar todos los préstamos que ofrecen las entidades bancarias,
porque los tipos de interés, las condiciones de devolución y las exigencias que pidan
pueden incrementar en exceso el coste del préstamo.
No hay que descartar las ayudas y subvenciones que ofrecen las comunidades
autónomas. El Plan Global de la Moda realizado por el Ministerio de Economía recoge
las intenciones gubernamentales sobre la moda y todas las ayudas y promociones
institucionales dirigidas al diseñador.
Después de conseguir los recursos necesarios, el diseñador tiene que saber qué forma
jurídica le conviene más para su negocio: empresario individual, sociedad civil,
sociedad de responsabilidad limitada o nueva empresa. Por ejemplo, una de las ventajas
de inscribirse como empresario individual es la escasa dificultad en cumplir las
obligaciones legales y fiscales, ya que no es necesario inscribirse en el Registro
Mercantil. Además, el empresario puede desgravarse la Seguridad Social si registra el
negocio antes de cumplir 30 años o antes de los 45 años si es mujer.
Para una empresa de diseño es muy importante el nombre. “La marca de la empresa es
muy relevante para el negocio y aconsejamos que la denominación de la sociedad, de la
marca y del dominio de Internet sean iguales, ya que da una idea corporativa sólida”,
comenta Mercedes Cardenal. No es nada fácil conseguirlo, para ello muchos
diseñadores optan por utilizar su propio nombre y apellido, porque es difícil que exista
otra persona que se llame igual, pero esta opción cuenta con un problema, porque si el
proyecto fracasa, la imagen de la persona queda dañada ante proveedores, clientes,
tiendas, prensa y público en general.
Elena Salcedo estima que hay que tener en cuenta el coste de la producción y de las
ventas más los márgenes. Los precios de las prendas hay que fijarlos también de
acuerdo al precio del sector y al que esté dispuesto a pagar el cliente. “El precio nos lo
marca el mercado; si queremos más margen, sólo podremos bajar los costes, lo que será
difícil sin renunciar a la calidad o alcanzar grandes volúmenes”, comentan las autoras.
Un buen ejemplo puede ser Mariola Munar, que tiene una empresa de complementos
hechos a medida en Palma de Mallorca. “En mi caso, no tengo una competencia directa,
por lo que el precio se establece en relación a los costes de producción más el margen
que se quiera ganar, pero siempre teniendo en cuenta que debe ser atractivo para que el
cliente lo pueda comprar”, concluye Munar.
HALO
Invisibilidad:
Presiona Start en cualquier nivel y en el menú mientras mantienes
presionado Izquierda, pulsa: X, X , Blanco, Negro, A, Y.
Recarga Rápida:
Presiona X y después B.
Final Alternativo:
Para un final diferente deberás ganar el juego en modo Legendary.
No basta con tener iniciativas, sino que es obligado ponerlas en marcha con
todas las garantías posibles de éxito. Es decir, deben adquirirse habilidades
que han de llevar al/la empresario/a a una gestión eficaz de su proyecto.
LA IDEA
Una vez que la persona haya emprendido su propio negocio, deberá seguir
mejorando su producto o servicio para eliminar la competencia. Encontrará
en la matriz del producto-mercado una herramienta útil para llegar al fin
que pretende. La matriz comprende cuatro casillas que indican las
posibilidades de utilizar los recursos de que dispone para aumentar sus
ventas. Estas posibilidades son:
Entrega a la tarea
Las personas con alto nivel de necesidad de realización, una vez que se han decidido por una
pauta de acción, se absorben en ella, se sumergen en su tarea y siguen con su proyecto
hasta que se haya completado con éxito.
Desean un riesgo moderado, lo suficiente para que resulte emocionante, pero con una
esperanza razonable de ganar.
Están dispuestas a asumir la responsabilidad de cualquier proyecto o tarea que creen poder
dirigir con éxito valiéndose de sus propias competencias. Conocen su propia capacidad. Su
actitud, es la de un realismo agresivo. Su entrega a una tarea se basa en la serena
apreciación de su habilidad para influir con éxito en los resultados.
Objetividad
Las personas con gran necesidad de realización son más realistas que las demás acerca de
sí mismas y de los fines que persiguen. No suelen permitir que lo que les gusta o disgusta
interfiera en su camino. Cuando necesitan ayuda, se dirigen a expertos y no a amigos o
parientes.
Las empresarias y empresarios tienden a ser optimistas en las situaciones que no conocen.
Las probabilidades de éxito quizá no estén claras, pero las circunstancias pueden ser
atractivas.
Respetan el dinero, pero no son avariciosas. No ven el dinero como algo que hay que
atesorar. Por el contrario, el dinero es para ellas como las fichas de un juego. Cuando sus
operaciones obtienen beneficios, los consideran un indicador de que están ganando la
partida.
Iniciativa y previsión en la gestión empresarial
Las personas con gran necesidad de realización, planifican el mundo en que se desarrolla su
negocio como a ellos les gustaría que fuese. Trabajan con empeño para hacer de sus planes
una realidad.
Profesionales y creadores
Consideran más importante el trabajo bien hecho, la buena organización y dar un buen
servicio a los clientes que ganar dinero rápidamente. Actúan con amplitud de miras y
consideran el éxito económico como una recompensa a su buen hacer.
Combinan un fuerte individualismo (el ser emprendedor/a es un hecho más individual que
social) con una gran inclinación a colaborar con otras personas, porque comprenden que la
complejidad de sus empresas, sean pequeñas o grandes, exige una multiplicidad de
cualidades que uno solo no puede aportar.
2. EL EQUIPO DE TRABAJO
Cuando la nueva empresa es promovida por más de una persona o el/la emprendedor/a
requiere colaboradores cobra especial importancia el equipo de trabajo.
Tener objetivos de equipo. El equipo debe tener una razón para trabajar como
conjunto.
La interdependencia. Es importante que los miembros del equipo sean
interdependientes, es decir, que cada uno necesite de la experiencia, habilidad y
entrega de los demás para lograr objetivos mutuos.
Eficiencia en el desempeño. Los miembros del equipo deben estar convencidos de la
idea de que el equipo de trabajo si es realmente eficiente consigue siempre
mejores resultados que individuos que trabajen aisladamente.
La responsabilidad. El equipo debe tener responsabilidad sobre sus actuaciones y de
los logros obtenidos.
Para que el equipo de trabajo sea eficiente se deberán tener en cuenta una serie de
factores que favorecerán el funcionamiento del grupo.
CONCLUSIONES
La mayoría saben que deben sopesar al máximo las posibilidades de las pérdidas por
anticipado, basándose en un juicio acertado y en un profundo conocimiento del mercado,
además de la posible reacción de la competencia y del análisis completo de factores
externos.
Estas exigencias son tan altas que lo más importante de todo/a emprendedor/a es ser
capaz de aprender constantemente para adaptarse a la realidad, cambiar con agilidad y
crear valores por sí mismo y para los demás, que acaban dejando un sentido a la labor
realizada.