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COLOMBO - La Acción Intencional PDF
COLOMBO - La Acción Intencional PDF
1
La acción intencional
2
A Jeremías y Lola
3
INDICE
Introducción
desarrollo humano
Consideraciones finales
Bibliografía
4
Introducción
1
Nota de la autora: La teoría del libre albedrío sostiene que los seres humanos tienen la capacidad
de elegir y tomar sus propias decisiones. Esta teoría fue duramente criticada por filósofos como
Marx, Spinoza o Schopenhauer.
5
hizo pasar al fondo de la escena el tema de la acción para concentrarse en los
procesos que serían sus causas. Además, los factores contextuales e históricos
del hombre en tanto ser social no encontraron un lugar en los modelos de flujo del
procesamiento computacional.
2
Fisiólogo ruso autor del famoso libro publicado en ruso en 1863: Reflexes of the brain.
3
Ley publicada en 1860 en el libro de Fechner: Elemente der Psychophysik, en alemán.
4
Fisicalismo es una de las concepciones del positivismo lógico, elaborada por Carnap, Neurath y
otros. Los partidarios del fisicalismo sitúan el valor de toda proposición de cualquier ciencia en
dependencia de la posibilidad de traducir dicha proposición al lenguaje de la física. Las
proposiciones que no son susceptibles de ser sometidas a semejante operación se consideran
carentes de sentido científico. Por este camino, el problema de la unidad del conocimiento
científico y de su veracidad objetiva se sustituye por la búsqueda de un lenguaje unívoco –o más
exactamente, único– de la ciencia. En vez de analizar la conexión objetiva de las distintas ciencias
y su unidad, los fisicalistas intentan traducir al lenguaje de la física los tipos específicos del saber
7
En este trabajo presentaré una propuesta para considerar la intencionalidad
desde las relaciones con otras personas, desde la intersubjetividad, como
actividad intencional dirigida a otros humanos en escenarios compartidos,
siguiendo a autores actuales de la psicología del desarrollo y de la
intersubjetividad, y mencionaré sintéticamente algunas investigaciones que se han
realizado en este terreno que corroboran esta línea de abordaje sobre el tema.
Finalmente me referiré a los aportes de investigaciones de las bases neurales de
nuestros comportamientos en el dominio de las neuronas espejo para la
comprensión de la empatía5 y el desarrollo del self.
8
Recuperación de la perspectiva fenomenológica
12
Nota de la Autora: la perspectiva en primera persona tiene una larga historia en psicología que
llega a la misma introspección como método y como forma de acceder a lo psíquico. Con el avance
de las perspectivas objetivistas en psicología esta línea fue desestimada.
13
Nota de la autora: los estados mentales sensoriales no serían intencionales pues no poseen
propiedades inten(s)ionales, en cambio los otros sí los poseerían. También la discriminación podría
hacerse en base a que hay estados mentales que están en la mente pero no son disponibles para
la mente ya que no son objeto de reflexión o análisis. En cambio los estados mentales
intencionales sí estarían disponibles para la mente, siendo objeto de procesamientos más
profundos. Esta distinción es tomada por Dennett en base a formulaciones de A. Clark y A.
Karmiloff-Smith.
13
avance conceptual y empírico de la psicología cognitiva (Jorba-Grau, 2011), pero
se ha alejado del concepto pionero de Brentano, y sus continuadores, que
consideraba la actividad intencional de la conciencia como acto y no como
contenido, y por lo tanto, la representación mental no espejaba la realidad sino
que ésta, en tanto experiencia fenoménica se constituía en el entrelazamiento del
sujeto con el mundo a través del cuerpo, constituyéndose en a priori correlacional
y no a priori sujeto-objeto dualista, y realista ingenuo. Se aprecia, entonces, en el
dominio de las ciencias cognitivas una recuperación de la intencionalidad en la
dirección de las teorías del contenido por medio de las cuales se sostiene que la
relación entre la mente y la realidad se da a través de representaciones
abstractas14 independientes de las dimensiones contextuales e históricas.
14
Nota de la autora: en esos modelos se sostiene que la mente procesa la información para sus
diversas operaciones de cómputo en representaciones proposicionales. En ellos se entiende que la
información que entra al sistema cognitivo es procesada en símbolos primitivos de acuerdo con
ciertas reglas que forman una especie de lenguaje de la mente, independiente del lenguaje natural.
Estas representaciones capturan los conceptos que están por detrás de una situación. Así las
frases "el libro está sobre la mesa" o "the book is on the table", serán representados mentalmente
de manera que nos permitan entender la existencia de dos objetos - libro y mesa - y de una
relación de posicionamiento entre ambos - sobre. Esto no quiere decir que las representaciones
proposicionales sean cadenas de palabras, sino cadenas de algún tipo de símbolos mentales
primitivos. Muchos psicólogos han considerado que la representación proposicional es la única
forma representacional existente y, más aún, que sus reglas de manipulación, se basan en el
cálculo formal permitiendo así que la mente "trabaje" con una lógica formal. El problema de
considerar que la mente trabaja lógicamente es la imposibilidad de explicar tanto por qué las
personas realizamos sistemáticamente inferencias que no son válidas formalmente así como la
fuerte influencia del contenido en las mismas.
14
Relaciones entre la intencionalidad en la actividad y la intersubjetividad en el
desarrollo humano
15
Nota de la autora: empatía es un vocablo que proviene del griego y significa sentir en común.
Husserl introdujo este concepto entendiéndolo como la experiencia de la conciencia ajena y de sus
vivencias, a diferencia de la experiencia que hace la propia conciencia de sí.
15
el biberón, pueden encontrarse multiplicidad de conductas intencionales; asimismo
ese bebé que se relaciona con otros, a los cuales percibe a partir de sus
movimientos y expresiones, conforma una dimensión de experiencia de los otros y
de sí mismo que constituyen una primera forma de experiencia intersubjetiva a
partir de la emoción, la percepción y la motricidad. Esto quiere significar que toda
conciencia de mí mismo y de los otros son interdependientes y por lo tanto la
intersubjetividad se revela como prerrequisito necesario para la experiencia de mí
mismo y de los otros.
Sin embargo, como señala Morgade (2001), existe una gran controversia
respecto de la necesariedad de tener experiencia intersubjetiva para poder tener
experiencia de mí mismo a partir de los actos perceptivos intencionales. En gran
medida, los problemas giran en torno a las capacidades que se otorgan a los
bebés en el punto de partida como también los modelos teóricos que se
construyen para interpretar los comportamientos de los neonatos. ¿Podemos
atribuir una conciencia de sí-mismo y del otro en el comienzo del desarrollo a partir
de las experiencias perceptivas, motrices y emocionales? Desde la intencionalidad
operante y originaria, de la que hablaba Merleau-Ponty, podemos afirmar que sí,
pues la intencionalidad debe ser considerada no sólo como una conciencia que se
dirige al mundo sino también, y básicamente, un cuerpo que se dirige al mundo.
Pero en psicología se suele reclamar un sentido más unificado e integrado de las
experiencias perceptivas, motrices y emocionales para afirmar la organización de
un sí mismo, y este hecho sólo podemos observarlo hacia el final del primer año
de vida. En este contexto, Jean Piaget (1991) entiende la intencionalidad como
conducta inteligente, en tanto el sujeto discrimina entre medios y fines. Las
conductas intencionales definidas como acciones que utilizan determinados
medios para llegar a un fin recién son observables a partir del cuarto sub-estadio
de la inteligencia sensorio-motora, es decir entre el octavo y doceavo mes.
16
Sin embargo, diversos científicos de psicología del desarrollo y de la
perspectiva psicoanalítica de la intersubjetividad plantean que desde el comienzo
existen mecanismos, pre-constituidos (programas de armonización y sintonización,
proto-conversaciones y proto-imitaciones) para la vinculación intersubjetiva que
operan como un sistema intersubjetivo básico de motivación. En continuidad con
esta concepción, Daniel Stern (1985) defiende la idea de un sentido de sí mismo
desde el comienzo de la vida en desarrollo al considerar que son las experiencias
de organización y no sólo los resultados de la organización de las experiencias
perceptivas, motrices y emocionales, las que posibilitan la emergencia del sentido
de sí mismo, y es por ello que introduce el concepto de sí-mismo-emergente.
18
que sí; lo mismo sostiene la mayoría de las descripciones psicoanalíticas […].
Pero […] habría que contestar que no. El pecho surgiría como una experiencia ya
integrada del otro (de una parte del otro), a partir de la vinculación no aprendida de
sensaciones visuales y táctiles. […] Los infantes no necesitan tener experiencias
repetidas para empezar a formar algunas de las piezas de un sí-mismo y otro
emergentes. Están pre-constituidos para forjar ciertas integraciones.
19
tratamiento de los datos visuales que organizaba los elementos (puntos brillantes)
en organizaciones visuales que se identificaban como movimientos humanos
(caminar, saltar, correr, bailar, etc.)
20
niños de cinco meses preferían mirar a las cintas de video de personas de puntos
de luz andando que mirar a puntos de luz moviéndose al azar”. Basándose en
estos resultados Hobson y su equipo iniciaron una investigación acerca de cómo
las personas con y sin autismo perciben aspectos significativos del mundo social,
sabiendo, de acuerdo con el estado del arte, que las personas autistas tienen
dificultades para interpretar el significado de las expresiones emocionales.
21
Experimento 3. ¿Qué está sintiendo la persona? Se quiso explorar con
cuánta exactitud los niños y adolescentes podían poner nombres a las acciones y
emociones. En este experimento se agregaron cinco expresiones emocionales a
las anteriores, estados de dolor, aburrimiento, cansancio, frío y calor. La consigna
fue: “Quiero que me digas lo que la persona está sintiendo”. Al mismo tiempo que
esta prueba, que incluía emociones y otras actitudes, había otra prueba para el
reconocimiento de acciones no emocionales como levantar, cortar, saltar, dar
patadas, empujar, cavar, sentarse escalar y correr. En esta prueba la consigna
fue: “Quiero que me digas qué está haciendo la persona”. Los resultados dieron
puntuaciones que no mostraron diferencias significativas entre sujetos con y sin
autismo en la prueba de acciones. En cambio, en la prueba de emociones y
actitudes las diferencias fueron muy marcadas. Los sujetos con autismo parecen
tener verdaderas dificultades para leer los estados subjetivos de una persona,
pero esta dificultad no se extiende a la comprensión de las acciones. Por ejemplo
un sujeto autista respondía ante una “persona irritada” diciendo
“rascándose…muchas pulgas”. Esta descripción capta el componente de la acción
y no de la emoción, lo que puede sentir la persona.
16
Nota de la autora: el resaltado es mío. Lo he remarcado para que se entienda que lo que plantea
Hobson es el gran problema acerca de la percepción, directa o mediada por procesos de
inferencia.
22
afirmar que el bebé cuenta con competencias para la organización de un mundo
de experiencias intersubjetivo como un mecanismo intersubjetivo básico para la
intersubjetividad o como lo denomina Trevarthen: intersubjetividad primaria.
Ahora bien, la pregunta que se plantea en este punto es: ¿Qué tipo de
conductas tienen los bebés antes del cuarto sub-estadio? Si el criterio de
definición de la acción intencional es la discriminación entre medios y fines, de
acuerdo con Piaget, las primeras conductas no serían intencionales. ¿Qué serían?
¿Conductas instintivas, hábitos, impulsos, reflejos? Así aparece un problema que
enfrenta a la psicología con la biología en el límite inferior del desarrollo humano.
Cuando se toman enfoques no genéticos aparecen aun más estos problemas y se
23
recurre a una suerte de explicación en esos términos. Inclusive desde una
perspectiva cognitiva se discrimina entre causas y razones para enfatizar la
diferencia entre las acciones intencionales que tienen razones para actuar, de las
conductas reactivas que tienen causas pero no razones para actuar y por ello son
reguladas en forma externa por el ambiente. Por supuesto que este no es el
enfoque que adopta Piaget (1991) pues la acción intencional tiene su génesis en
acciones no intencionales que por coordinaciones sucesivas (esquemas) tienden a
la generalización de las acciones hacia nuevas situaciones y objetos. En este
sentido Piaget tomó de J. Baldwin (1861-1934) el concepto de “reacción circular”
que da cuenta del movimiento progresivo de la coordinación de las acciones en el
desarrollo.
17
Nota de la autora: Es importante mencionar que Jean Piaget no desconoce la importancia del
ambiente social y cultural, y las influencias educativas; estos son factores del desarrollo también.
Pero Piaget está interesado en investigar el sujeto de las estructuras cognoscitivas, el sujeto
epistémico, en cambio Bruner se ocupa, lo mismo que Vigotsky, del sujeto psicológico.
24
aunque no presente la discriminación entre medios y fines. Este hecho lo hemos
podido advertir a partir de los experimentos sobre percepción amodal y percepción
directa.
18
Nota de la autora: el término intersubjetividad secundaria corresponde a Trevarthen y da cuenta
de la coordinación intencional de las interacciones entre el sujeto, el otro humano y los objetos. En
este triángulo aparecen las primeras conductas gestuales declarativas e imperativas.
25
armonización19 de la propia conducta con respecto a la de los otros que le
permiten preferir selectivamente los parámetros estimulares del medio que por sus
características físicas definen perceptivamente a las personas.
27
en cuestión. Justamente esta propiedad inherente a las acciones, la del sentido o
direccionalidad, es la que carecen las conductas de sujetos con Trastornos del
Espectro Autista –TEA-; el problema del sentido se muestra en toda su crudeza
por “la falta de proyección de la acción propia hacia metas encajadas en jerarquías
de motivos” (1996/2003, p.125).
El tercer aspecto del sentido tiene que ver con la relación entre acción y
contexto, por esto tendemos a decir que carecen de sentido las acciones
completamente ajenas a los contextos. Rivière señala que en los autistas aparece
una anomalía de las capacidades de cálculo contextual y de adaptación de las
acciones a los contextos. Para este autor, el concepto de sentido tiene un carácter
esencialmente relacional, entre acción, contexto y lenguaje; así las emisiones
autistas pueden entenderse como falta de adecuación de la emisión al contexto
mental al que se refiere.
20
Bateson, G. (1955). Pasos hacia una ecología de la mente. Cit. en Rivière, A. (1996/2003) p.130.
21
Leslie, A. (1988). Some implications of pretence for mechanisms underlying the childʹs theory of
mind. Cit. en Rivière, A. (1996/2003), p.130.
29
Los actos de suspensión, para Rivière, permiten comprender los actos de
comunicación y las capacidades de ficción pues ambos se basan en actos de
suspensión. Señala que las primeras actividades comunicativas de niños normales
de nueve a doce meses ya tienen esta propiedad de suspender la acción propia
para dirigirla al otro humano como gesto con relación a un objeto (Intersubjetividad
secundaria de Trevarthen); este comportamiento no aparece en niños autistas de
esa edad en la gran mayoría de los casos. Un comportamiento típico de niños
autistas es llevar al adulto hasta el objeto deseado y poner la mano de él sobre el
mismo mediante un acto instrumental con personas pero no son capaces de crear
un gesto para el otro acerca de algo. En el desarrollo normal se va produciendo un
desacople progresivo, que va dejando en suspenso, primero la acción de tocar o
asir un objeto, generando los gestos pues no se realiza la acción completa sobre
el objeto; a continuación se suspenderán las acción instrumentales para producir
símbolos pues no se utiliza el objeto para realizar una acción específica sino para
jugar con su función; luego se suspenderán las propiedades habituales de los
objetos produciendo los juegos de ficción pues los objetos son interpretados según
el sentido atribuido por el sujeto y no por su significación canónica; y finalmente se
suspenderán los significados literales del lenguaje para poder producir y
comprender metáforas e ironías penetrando así en los significados figurativos y
poéticos. Este es el curso normal del desarrollo de la semiosis por suspensión que
plantea Rivière para el niño normal y que se encuentra profundamente alterado en
el autismo.
31
La organización de la vida mental como un hecho público
22
Nota de la autora: T. Lipps, filósofo alemán. Obtuvo la cátedra de Filosofía en Bonn en 1884
donde escribió un informe exhaustivo sobre psicología: Fundamentos de la vida psíquica. En su
tesis doctoral de 1873, On the Optical Sense of Form: A Contribution to Aesthetics, Lipps desarrolló
una teoría de la empatía para explicar las ilusiones ópticas siguiendo el punto de vista de von
Helmholtz que consideraba que las ilusiones eran errores de juicio y no errores perceptuales; los
errores de juicio según Helmholtz, se formaban sobre la base de la experiencia personal anterior
del sujeto por analogía e inferencia inconsciente. Lipps quería desarrollar una teoría acerca del
mecanismo estético que explicara todo tipo de ilusiones geométricas.
32
Einfühlung implicaba la fusión entre el observador y el objeto observado, y el
proceso de Einfühlung era entendido como un proceso inconsciente basado en
una imitación interior que permitía la comunicación entre los seres humanos.
Einfühlung, como teoría estética, se fundamentaba en el concepto de sentimiento
que abarca todas sus manifestaciones, como placer o dolor, éstas son tonalidades
de una única realidad y no se comporta de acuerdo a las reglas del pensamiento
lógico sino que es independiente de él (Martín-Montoliu, 2011). Sigmund Freud
quedó impresionado con la lectura de un trabajo sobre lo inconsciente que Lipps
llevó a un congreso de psicología en 1897 al que dedicó una larga discusión en el
último capítulo de La Interpretación de los Sueños; también le interesaron a Freud
otros dos libros de Lipps: Los fundamentos de la Vida Psíquica (1884) y Lo
Cómico y el Humor (1898) que, como él mismo afirmó en las cartas a su amigo
Fliess, contribuyeron a generar conceptos como el de identificación.
Lamentablemente la obra de Lipps quedó opacada por el avance de la psicología
no mentalista, a comienzos del siglo XX, aunque sus contribuciones influyeron en
filósofos como Husserl, Dilthey y Weber. En el enfoque de Husserl, de acuerdo a
lo que presenté anteriormente, se entiende que la subjetividad se constituye en la
actividad sobre el mundo humano, en una experiencia compartida, y por lo tanto
intersubjetiva, que Husserl denomina empatía.
Perez, Español, Skidelsky, & Minervino (2010, p.19-20) señalan que “el
debate se estableció entre aquellos que piensan que nuestros conceptos de lo
mental se adquieren a través de un proceso inferencialista-teórico y aquellos que
23
Clark, A. (1996). Being There. MIT Press, Cambridge, MA, 1996.
Clark, A. (1999). Embodied, situated and distributed cognition, in: W. Bechtel, G. Graham (Eds.), A
Companion to Cognitive Science, Basil Blackwell, 1999, pp. 506–517.
Clark A. & Chalmers D. (1998). The extended mind en Analysis, 58: pp 10-23.
Anderson, M. (2003). Embodied cognition: A field guide. En Artificial Intelligence, 149, pp 91-130
Hutchins E. (1995). Cognition in the Wild. The MIT Press, Boston.
Lakoff, G. & Johnson, M. (1980). Metaphors We Live By, University of Chicago, Chicago, IL.
Lakoff, G. & Johnson, M. (1999). Philosophy in the Flesh: The Embodied Mind and Its Challenge to
Western Thought, Basic Books, New York.
Varela, F.; Thompson, E. & Rosch, E. (1992) De cuerpo presente. Barcelona: Gedisa.
35
suponen un proceso de simulación. La idea de un acceso inferencialista-teórico al
mundo mental, propio y ajeno, corresponde a una concepción general del
desarrollo conocida como teoría de la teoría cuya hipótesis central es que el
desarrollo cognitivo es una suerte de desarrollo teórico sobre dominios específicos
de conocimiento. Acorde con ella, se postula que nuestro conocimiento de otras
mentes se debe a operaciones de mecanismos que concentran el conocimiento
acerca de la subjetividad de manera similar a las teorías científicas. La versión
opuesta –la simulacionista- cuestiona que sean habilidades de naturaleza teórica
las que subyacen a las capacidades mentalistas y considera que lo que está en
juego son procesos de acceso interno a la propia mente y proyección simulada en
la de los demás. Según Gomila (2002), la controversia, en esencia, gira en torno a
si la atribución mental depende de la mediación de un conocimiento teórico
implícito o consiste más bien en la activación de los propios mecanismos mentales
off-line, para proyectar el resultado a quien tratamos de interpretar24.
24
Nota de la autora: para una ampliación de este tema y su disputa se puede consultar:
Goldman, A. (1993). The Psychology of Folk Psychology. En Behavioral and Brain Sciences, 16,
pp. 15-28.
— (1995). Interpretation Psychologized. En Davies & Stone, pp. 4-99.
Gomila, A. (1996). From cognitive systems to persons. En Ford, K.; Hayes, P. & Glymour, C. (eds.),
Android epistemology, Cambridge, The MIT Press.
Gopnik, A. (1993). How we know our minds: the illusion of first-person knowledge of intentionality,
Behavioral and Brain Sciences, 16, 1, pp. 1-14.
Gordon, R. (1996). Radical simulation, en Carruthers & Smith.
— (1995), Simulation without introspection or inference from me to you, en Davies, M. & Stone, T.,
1995, pp. 53-67.
— (1979). The simulation theory, Mind and Language, 7, pp. 11-34.
— (1987). The Structure of Emotions, Cambridge, C.U.P.
Stich, S. & Ravenscroft, I. (1994), What is Folk Psychology?, Cognition, 50, pp. 447-468.
36
las inferencias acerca de otro representado con el cual no es requisito establecer
contacto interpersonal; en la perspectiva en primera persona la subjetividad
encerrada e interna es la condición para acceder a la subjetividad de los otros.
Ambas versiones coinciden en entender que la adquisición de habilidades
mentalistas es una secuencia que parte de la comunicación intencional pre-verbal;
también se reconoce la importancia de las experiencias intersubjetivas de los
primeros meses de vida.
25
En la actualidad los autores que han contribuido a formular los principios de la perspectiva en
segunda persona son entre otros:
Reedy, V. (1996). Omitting the second person in social understanding. En Behavioral and Brain
Sciences, 19, pp. 140-141.
___ (2008). How infants know minds. Cambridge, Harvard University Press.
37
En esta perspectiva de segunda persona, Evan Thompson26 (2001, 2007),
entiende que la conciencia humana individual en la interacción dinámica con los
otros humanos, es inherentemente intersubjetiva, por lo cual no puede concebirse
como confinada dentro de la cabeza sino que se extiende por todo el cuerpo vivo e
incluye el mundo, sobre todo interpersonal y social. El encuentro concreto entre
dos seres y la propia conciencia de uno mismo como persona encarnada en el
mundo es entendida por Thompson como basada en la empatía; ésta es la única e
irreductible clase de intencionalidad.
Hobson, P. & Hobson, J. (2008). In the beginning is relation… and then what? En U. Müller, J.
Carpendale, N. Budwig & B. Sokol (Eds.), Social life and social knowledge. Toward a
process account of development, NY, Lawrence Erbaum, pp. 103-122.
26
Nota de la autora. Evan Thompson, nacido en 1962, escribió junto a Francisco Varela y Eleonor
Rosch el libro Embodied Mind. Es profesor de filosofía en la Universidad de Toronto. Escribe sobre
ciencia cognitiva, fenomenología y filosofía de la mente. Es autor de numerosas publicaciones
científicas.
38
del comportamiento observable del otro sino que implica situarse de manera
integral en la perspectiva del otro. En último lugar, la empatía se entiende como
experiencia personal de producir un estado o situación propia a partir de un estado
similar o equivalente al estado del otro; es decir sentir con el otro. De acuerdo con
estas diferencias semánticas pueden distinguirse tres dimensiones de la empatía:
1) sentir lo que el otro siente, 2) conocer lo que el otro está sintiendo y 3)
responder con comprensión a la situación de la otra persona.
39
El segundo tipo de empatía es más activo e intervienen ya dimensiones
cognitivas que requieren recursos generados en la historia personal y social de los
sujetos inmersos en la relación; en este sentido la empatía permite ubicarme
imaginariamente en el espacio vivencial del otro en una situación particular.
40
Las bases biológicas de la intersubjetividad
Rizzolatti & Craighero (2004, p.176) afirman que “el sistema de neuronas
espejo en humanos posee importantes propiedades no observadas en monos. En
primer lugar los movimientos intransitivos sin significado activan las neuronas
espejo en humanos (ejemplo: puño cerrado debajo de la barbilla) mientras que no
se activan en los monos. En segundo lugar, las características temporales de la
excitabilidad cortical, durante la observación de una acción, sugieren que el
41
sistema de neuronas espejo codifica también la formación de movimientos para la
acción y no sólo la acción como lo hace el sistema de neuronas espejo en los
monos. Estas propiedades del sistema de neuronas espejo en humanos debería
desempeñar un importante papel en la determinación de la capacidad de imitar las
acciones de los otros”.
42
hipótesis de partida: las neuronas espejo parecen mucho más interesadas por las
metas de los movimientos que por los movimientos en sí. Cuando imitamos una
acción de otro actuamos como si estuviéramos frente a un espejo. Este hecho
lleva a que Iacoboni (2010, p.72-73) se plantee: “cuando usted y yo nos miramos
de frente y nos imitamos, mi mano derecha se halla en el mismo sector del
espacio que su mano izquierda. ʹCompartimosʹ este mismo espacio y, por lo tanto
literalmente nos acercamos. Creo que uno de los objetivos principales de la
imitación puede ser, precisamente, la posibilidad de tener una ʹintimidadʹ
corporeizada entre el yo y los otros en las relaciones sociales. La tendencia de la
imitación y de las neuronas espejo a volver a capturar tal intimidad puede
representar una forma más primaria y originaria de intersubjetividad a partir de la
cual el yo y el otro cobran forma”.
Los datos empíricos demuestran que las neuronas espejo codifican las
intenciones asociadas a los movimientos observados por lo cual es de suponer
que incorporan el contexto al movimiento. Iacoboni (2010, p. 80) explica el
procedimiento de estas células para entender la intención asociada al movimiento
con la siguiente hipótesis: “nosotros activamos una cadena de neuronas espejo,
de modo tal que estas células pueden simular una secuencia completa de
acciones simples –alcanzar una taza-tomarla-llevarla a la boca- lo cual es, nada
más y nada menos, la simulación que se produce en el cerebro de la intención del
ser humano que estamos observando”. Estas células se activan no a causa del
movimiento mismo, sino de otros que están lógicamente relacionados; un
movimiento prensil de la mano y dado que el contexto sugiere beber, esto activa
otra serie de neuronas que codifican el movimiento de llevar a la boca. Según
Gallese, Eagle & Mignone (2006, p.6) “en contraste con lo que afirmaría la
corriente principal de la ciencia cognitiva, la predicción de la acción y la atribución
de intenciones –al menos de intenciones simples- no parecen pertenecer a
campos cognitivos diferentes; más bien, ambas pertenecen a los mecanismos de
simulación corporizada apuntados por la activación de cadenas de neuronas
espejo lógicamente relacionadas”.
Así como estas neuronas brindan las bases para tener experiencia de los
movimientos intencionales, también colaboran en la comunicación para la
comprensión primaria de gestos, vocalizaciones y emociones. Parecerían operar
como los precursores evolutivos del lenguaje por medio de una forma de
funcionamiento refleja y especular; así las investigaciones en neuronas espejo,
sistema motor y comprensión del lenguaje sugieren una hipótesis alternativa a los
modelos computaciones y representacionales. La hipótesis supone que la
comprensión del lenguaje se basa en la “teoría de la incorporación”, de acuerdo
43
con Lakoff, Lakoff & Johnson, Barsalou, Gallese, Gallese & Lakoff, Glenberg27,
entre otros. “De acuerdo con la teoría de la incorporación, para las frases
relacionadas con la acción, las estructuras neuronales que presiden la ejecución
de una acción también deberían desempeñar un papel en la comprensión del
contenido semántico de dichas acciones cuando se describen verbalmente. La
evidencia empírica demuestra que así es” (Gallese et al, 2006, p.7). Varios
experimentos de imagen cerebral demostraron que al procesar información
lingüística para captar su significado se activan regiones del sistema motor
congruentes con el contenido semántico procesado; por ejemplo escuchar frases
que expresan acciones realizadas con la boca, la mano o el pie activan sectores
de la corteza pre-motora que se corresponden con aquellos activos durante la
observación de las acciones de la mano, la boca o el pie. Estos datos permiten
considerar que las neuronas espejo están implicadas en la comprensión de
acciones presentadas visualmente y también en la comprensión de frases
relacionadas con acciones presentadas auditivamente.
Las neuronas espejo parecen, también, constituir las bases biológicas para
especularizar las emociones; éstas son uno de los primeros vehículos de la
comunicación y el conocimiento de uno mismo y del otro. Antonio Damasio (1996,
2005) había anticipado la hipótesis acerca del papel que juega el sistema
sensorio-motor en la reconstrucción de lo que se sentiría como estar en una
emoción concreta mediante la simulación del estado corporal relacionado; el bucle
“como si” sería responsable de tal función de simulación. Parece ser que la
vinculación neural entre el sistema de neuronas espejo y el sistema límbico estaría
en la ínsula (Iacoboni, 2010; Gallese et al, 2006; Gallese et al, 2009) y permitiría
sentir las emociones asociadas con las expresiones observadas. No se trata de un
reconocimiento previo de la expresión y luego la emergencia de la emoción, sino
de un procesamiento automático e inconsciente que precede a cualquier
reconocimiento. El reconocimiento implicaría un procesamiento más deliberado y
explícito que no parece que actúe en los primeros momentos de la vida cuando se
27
Barsalou, L. (1999). Perceptual symbol systems. Behavioral and Brain Sciences, 4(22), 577-660.
Lakoff, George (1987). Women, Fire, and Dangerous Things. What Categories Reveal about the
Mind. Chicago: University of Chicago Press.
Lakoff, George y Johnson, Mark (1980). Metaphors We Live By. Chicago: Chicago University
Press; traducción en castellano 1986. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra.
Lakoff, George y Johnson. Mark 1999. Philosophy in the Flesh. The Embodied Mind and Its
Challenge to Western Thought. New York: Basic Books.
Gallese, (2003). A neuroscientific grasp of concepts: From control to representation.
Philosophical Transactions of the Royal Society of London Series B 358:1231-1240.
Gallese & Lakoff (2005). The brain's concepts: The role of the sensorymotor system in reason and
language. Cognitive Neuropsychology 22:455-479.
Glenberg, A.M. (1997). What memory is for. Behavioral & Brain Sciences 20:1-55.
44
dan ya las primeras comunicaciones emocionales. El experimento de Wicker y
otros28 (cit. en Gallese et al, 2009) demostró que tanto sentir disgusto
subjetivamente como ser testigos de la misma emoción expresada por la mímica
facial de otro activan el sector del lóbulo frontal: la ínsula anterior. Por ello, cuando
observamos una expresión facial, esta percepción nos lleva a identificar de
manera directa y automática la emoción en el otro que reconstruimos por medio de
una simulación corporizada produciendo un estado corporal compartido. Según
Gallese et al (2009, p.535), este estado corporal comprende la activación de
mecanismos víscero-motores neurovegetativos; “entonces, es la activación de un
mecanismo neuronal compartido por el observador y por el observado lo que
permite la comprensión experiencial directa de una emoción dada de base.”
28
Wicker, Keysers, Plailly, Royet, Gallese &Rizzolatti (2003). Both of us disgusted in my insula: The
common neural basis of seeing and feeling disgust. Neuron, 40: 655-664.
29
Nota de la autora: Gallese et al diferencian la versión de la simulación estándar de la
corporizada, pues la primera se refiere a la comprensión de las mentes de otros por medio de
procesos de introspección o inferenciales; en cambio la simulación corporizada sería automática.
La primera acepción corresponde a los teóricos de la Teoria-Teoría de los cuales se diferencia.
45
también sugiere una base neuronal para un proceso intersubjetivo que comienza
al principio de la vida y se expresa en actividades mutuamente coordinadas
durante las cuales los movimientos, las expresiones faciales y las interacciones de
la voz del infante y de la madre se sincronizan (Reddy, 1997 cit. en Gallese, 2007).
Gallese (2007) considera que este proceso se continúa a lo largo de toda la vida.
Iacoboni (2010, p.138) destaca que “el hecho de que el contexto social
tenga una importancia fundamental en el desarrollo de la capacidad de auto-
reconocimiento de los simios es revelador. El aislamiento parece inhibir la
capacidad de desarrollar el auto-reconocimiento; un contexto social enriquecedor
la facilita. ¿Cuál es la principal diferencia entre ambos entornos? La presencia de
los otros, las relaciones e interacciones continuas que debemos mantener con
otros individuos.” Es de suponer que otros animales con habilidades
comunicativas y sociales muestren signos de auto-reconocimiento; se ha
demostrado esto con delfines y elefantes que poseen comportamientos sociales
46
complejos y empáticos. Todos ellos poseen interacciones prolongadas madre-hijo.
“Parece ser que esta capacidad de auto-reconocimiento de los primates, delfines
y elefantes -linajes separados hace mucho tiempo en términos de evolución-
demuestra una evolución convergente que puede derivar de la interacción de
factores biológicos y ambientales” (Iacoboni, 2010, p.138).
Además, Iacoboni (2010) afirma que las ricas interacciones madre-hijo que
permiten las imitaciones recíprocas, la sintonía y sincronización de las acciones
entre ellos puede ser una de las formas claves para moldear las neuronas espejo
y el sentido del yo. Así, plantea que la mayor parte de las neuronas espejo se
forman durante la intersubjetividad primaria y secundaria, y se ven moldeadas por
ella, aunque puede ser que existan algunas pocas que ya estén preformadas y
faciliten las primeras interacciones. El planteo de Iacoboni, como también el de
Gallese (2007, 2009), entre otros neurocientíficos, es muy valioso y se encuentra
en la dirección del pensamiento de Lev Vigotsky -zona de desarrollo próximo-, de
Angel Rivière –optimización del desarrollo- y de Jerome Bruner –andamiaje que se
presentaron más arriba.
47
Consideraciones finales
48
que hasta ahora estaba muy acreditada: el déficit en Teoría de la Mente. Este
hecho se corrobora con estudios realizados con sujetos autistas de alto
rendimiento que no muestran alteraciones en Teoría de la Mente y sí lo tienen en
la activación de neuronas espejo.
30
Merleau-Ponty, Fenomenología de la Percepción, citado en Iacoboni, M. (2010). Neuronas
Espejo, Buenos Aires: Katz, p.251.
49
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