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Psicologia Ambiental PDF
Psicologia Ambiental PDF
Un
enfoque general. México: Limusa. Pp. 312-316, 323-
325, 356-359, 391-393.
,
PSICOLOGIA
AMBIENTAL
UN ENFOQUE GENERAL
Charles J. Holahan
Universidad de Texas, en Austin
12:)
LIMUSA
NORIEGA EDITORES
MÉXICO • Espatla • Venezuela • Colombia
VERSIÓN AUTORIZADA EN ESPAÑOL DE LA OBRA
PUBLICADA EN INGL~S CON EL TITULO:
ENVIRONMENTAL PSICHOLOGY
e RANOOM H ousE, INC.
ColABORADOR EN LA "ffiAOUCCIÓN:
MIGUEL ÁNGEL VALLEJO VIZCARRA •
REVISIÓN:
CI- RLOS CASTAÑO ASMITIA
LicENCIADO EN SOCIOLOGIA. PROFESOR EN LA FA·
CULTAO DE INGENIERIA Y EN LA FACULTAD DE CiENCIAS
P OlíTICAS y SociALES DE LA U NIVERSIDAD NACIONAl
Al!TóiiiOMA LE M8c.ICO.
PSICOLOGfAAMBIENTAL
UN ENFOQUE GENERAL
DERECHOS RESERVADOS:
CANIEM N ú M. 121
S~PTIMA REIMPRESIÓN
HecHO EN Mt!x1co
ISBN 968-18-3767-3
Contenido
NATURALEZA E HISTORIA DE LA
1 PSICOLOGÍA AMBIENTAL 19
CONOCIMIENTO AMBIENTAL 69
3
Naturaleza del conocimiento ambiental 70
La imagen de la ciudad 70 Elaboración de mapas cognoscitivos 76
Escala de mapas cognoscitivos 78
Medición de mapas cognoscitivos 80
Funciones psicológicas del conocimiento ambiental 82
Solución a los problemas de espacio 82 Comunicación 85 Iden-
tidad personal 87
Perspectivas teóricas del conocimiento ambiental 90
Cómo influye la conducta espacial en los mapas cognoscitivos 90
Teorías del desarrollo relativas al conocimiento ambiental 94 Teo-
rías de la psicología experimental 100
Aplicaciones en la planeación ambiental 103
Diseño de un panorama urbano legible 103 Complejidad ambien-
tal 107 Un planteamiento cognoscitivo con respecto a la partici-
pación del usuario 109
AGLOMERACIÓN 22í
7
Naturaleza de la aglomeración 230
Definición de aglomeración 230 La aglomeración como productor
de stress 233 Técnicas de investigación para el estudio de la
aglomeración 236
Efectos psicológicos de la densidad 240
Enfermedades y patología social en animales 240 Enfermedades
físicas y patología social en los seres humanos 240 Conducta so-
cial 243 Rendimiento en el desempeño de tareas y estado de ánimo 246
Perspectivas teóricas de la aglomeración 248
Aglomeración y sobrecarga de información 248 Aglomeración y
limitación de conducta 251 Modelos ecológicos sobre la aglome-
ración 255 Aglomeración y control personal 257
Aplicaciones en la planeación ambiental 261
Diseño de ambientes residenciales sin aglomeración 261 Técnicas
de diseño para ambientes densos 263 Programación de los am-
bientes de alta densidad 267
o
ESPACIO PERSONAL 311
9
Naturaleza del espacio personal 312
Definición de espacio personal 312 Diferencias culturales del
espacio personaf 316 Otras diferencias individuales del espacio
personal 318 Técnica de medición del espacio personal 320
-¡Funciones psicológicas del espacio personal 323
Autoprotección 323 Atracción interpersonal 330
Perspectivas teóricas del espacio personal 334
El espacio personal como instrumento de la comunicación 334
Modelo de stress del espacio personal 337 Modelos de sistemas
del espacio personal 339
Aplicaciones en la planeación ambiental 341
Arquitectura e interacción social 341 Diseño de ambientes tera-
péuticos 344 Diseño de ambientes educativos 345
AFILIACIÓN Y SOLIDARIDAD EN
10 EL AMBIENTE URBANO 349
AMBIENTE Y CONDUCTA:
11 UN MARCO UNIFICADOR 389
RECUADROS
li
Ética de la experimentación de campo 39
Laboratorio de simulación ambiental 50
Algunos problemas de diseño en hospitales psiquiátricos 63
El prototipo de Las Vegas 65
Trazado del mapa cognoscitivo propio 81
Conocimiento ambiental en hombres y mujeres 96
Elaboración del mapa del metro de Nueva York 106
Preferencias de panorama en el ambiente de las orillas de las carreteras 118
Elección residencial y sistemas de transporte rápido 126
Autoevaluación de las actitudes ambientales 128
Cómo evalúan los estudiantes las oficinas escolares 139
Elaboración de un mapa conductual 154
El ruido en los departamentos y la destreza de los niños para leer 163
Remodelación de un salón de clases de plano abierto 180
18 Contenido
Figura 9-1 Las personas regulan cuidadosamente la distancia espacial entre ellas y los demás.
privada) eligirá sentarse a cierta distancia de las personas que se encuentran allí
(para aumentar la zona de su espacio personal).
Se debe distinguir entre espacio personal y territorialidad. Sornmer (1969) hace
notar que la defensa del espacio personal está tan relacionada con la defensa del
territorio inmediato que los dos procesos pueden parecer idénticos. Sin embar-
go, debe recordarse que el espacio personal es un límite invisible que se mueve
junto con el individuo cuando éste cambia de lugar. El territorio, por el contra-
rio, es un área visible, que tiene una locación estacionaria. Por ejemplo, la burbu-
ja del espacio personal del individuo se mueve con él cuando va de su casa o
departamento (su territorio) a la casa de un amigo (el territorio de ese amigo).
personal real es más baja de lo que se pensaba. Después de una extensa revisión
de estudios acerca del espacio personal, Leslie Hayduk (1978) concluye que los
métodos de simulación no proporcionan un índice lo suficientemente sólido de
la forma en que el individuo utiliza el espacio personal en situaciones sociales
reales . El problema principal es que las técnicas de simulación dependen de la
capacidad cognoscitiva de los sujetos. Es decir, para utilizar figuras que repre-
senten conductas interpersonales reales , los sujetos deben ser capaces de imagi-
nar un ambiente social y físico determinado, contemplarse a sí mismos en
interacción desde la perspectiva de una tercera persona y convertir la escala de las
relaciones sociales reales a la escala de las pequeñas figuras. La influencia
de la capacidad cognoscitiva en las mediciones del espacio personal es de interés
particular en las pruebas que se realizan con niños, en las que el rango de la ca-
pacidad cognoscitiva puede ser considerable.
Un estudio dirigido por Kathleen Lave y John Aiello (1980) apoya la posición
de Hayduk. Estos dos investigadores pidieron a parejas de mujeres universita-
rias sostener un debate sobre un tema previamente arreglado, en una situación
experimental. Durante el debate se registró la distancia interpersonal sin inte-
rrumpir su curso. Luego se les presentaron a los sujetos mediciones tradiciona-
les del espacio personal dos mediciones por simulación (colocación de figuras
de fieltro y colocación de muñecos) y el procedimiento de "aproximación-alto".
Después, Lave y Aiello pidieron a los sujetos que colocaran sus figuras o
detuvieran el acercamiento para reproducir la distancia interpersonal que habían
mantenido durante la discusión. Los investigadores encontraron que las dos me-
diciones por simulación y el procedimiento de aproximación-alto tuvieron una
escasa correlación con las distancias interpersonales reales mantenidas durante
la discusión. Concluyeron que debido a que la conducta de espacio personal ocu-
rre sin que el individuo se dé cuenta, le resulta difícil reproducir las distancias
interpersonales reales cuando es sometido a una medición por simulación o por
el procedimiento de "aproximación-alto" aun cuando se le pide explícitamente
que haga eso.
Con base en las pruebas de investigación acumuladas relacionadas con la va-
lidez de los métodos de simulación de las mediciones del espacio personal, se
puede concluir 1) que Jos psicólogos ambientales interesados en el estudio del
espacio personal deben utilizar métodos de observación naturalista siempre que
sea posible; 2) que cuando no es posible la observación naturalista es preferible
utilizar el procedimiento de "aproximación-alto" que las técnicas de simulación
(Hayduk, 1978); y 3) que cuando deba utilizarse la simulación (como cuando se
trabaja con una amplia muestra de sujetos), los hallazgos obtenidos deben consi-
derarse con un valor relativamente menor que los obtenidos por medio de la ob-
servación naturalista.
Autoprotección
Los psicólogos ambientales opinan que una importante función del espacio per-
sonal es la autoprotección. El espacio personal opera como un amortiguador contra
324 Espacio personal
70
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O' , -1 Figura 9-4 Porcentaje de pacientes psiquiá-
/ tricos, en condiciones experimentales, que
"'<11
.8 1 Controles
·::;- 20 1
1 huyeron cuando su espacio personal fue in-
(f)
¡" vadido, y de sujetos de control que cambia-
1 ron de asiento, por minutos transcurridos.
10
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1
/ De R. Sommer, Personal Space: The Behavioral
Basis of Design, p. 33. © Prentice-Hall, Inc., 1969.
o Publicado por Prentice-Hall, Inc., Englewood Cliffs,
5 10 15 19
Mínutos NT 07632. Reimpreso con permiso.
Características del invasor Algunos estudios han examinado cómo influyen las
características del individuo que invade el espacio personal de otro en la respuesta
de éste ante la invasión. Las evidencias obtenidas en las investigaciones indican
que el sexo, la edad y nivel social del intruso influyen en la reacción de un indivi-
duo ante la invasión de su espacio personal. Los intrusos de sexo masculino cau-
san más movimientos por parte del invadido que los intrusos de sexo femenino
(Bleda y Bleda, 1976, Dabbs, 1971). Resulta interesante saber que las investiga-
ciones demuestran que los hombres se sienten más perturbados que las mujeres
cuando su espacio personal es invadido (Garfinkel, 1964; Patterson, Mullens y
Romano, 1971).
356 Afiliación y solidaridad
sobre todo en la calle. Elegir la calle como área de recreación es un acto delibera-
do de los habitantes; se congregan allí aun cuando dispongan de otros espacios, como
patios, parques o campos de juego.
Holahan (1976b) dirigió otro estudio empírico de la vida social en exteriores
en una zona de bajos recursos del Lower East Side de la ciudad de Nueva York.
Mediante una estrategia de observación naturalista, Holahan hizo un registro
sistemático de la actividad social exterior de los habitantes de un vecindario de
treinta y seis cuadras, muy semejante al ambiente del área estudiada por Brower
y Williamson en Baltimore. El vecindario era multiétnico, con una gran cantidad
de hispanos, negros y blancos. El 86 por ciento de la actividad exterior era social
y muy variada (gente que trabajaba o hacía compras, niños que jugaban activa-
mente en las aceras, conversaciones casuales, bromas y murmuraciones entre
adultos) . Como en los vecindarios de Baltimore, la mayor parte de las relaciones
sociales en exteriores ocurrió en las aceras, en espacios públicos i~ormales. De
hecho, el noventa por ciento de la conducta en exteriores se dio en las calles, prin-
cipalmente cerca de la entrada de las casas o de los establecimientos comerciales.
Otras evidencias, basadas en la observación participante y en encuestas de
reconocimiento, han mostrado que la interacción social entre familiares y amigos
ocurrida en interiores también es informal en su mayor parte. La exposición
de Gans acerca de la sociabilidad del grupo de coetáneos, en The Urban Villagers
(1962), subraya que la vida social de los habitantes del West End consiste esen-
cialmente en conversaciones informales, en gran contraste con los pasatiempos y
las reuniones más formales de clase media. Aunque las personas del grupo de
coetáneos asistían regularmente a las reuniones, nunca recibían invitaciones for-
males o avisos anticipados. La conversación se centraba en murmuraciones casuales
acerca de las personas conocidas, mientras que otros miembros del grupo entraban
y salían constantemente. En forma similar, Marc Fried (1963) sostiene que la
cohesión de la estructura social del W est End residía en la disposición de los
habitantes para reunirse en forma casual, sin formulismos ni avisos anticipados.
Una actitud realista Al hacer la distinción entre un barrio bajo físico y un barrio
bajo social, no se debe perder de vista el hecho de que no todos los ambientes con
deterioros físicos son necesariamente sanos. En realidad, muchos ambientes ur-
banos que tienen deterioros físicos también padecen una grave patología social,
en especial si en el área existe un alto índice de desempleo (Rainwater, 1966). Como
se verá, un ambiente residencial moderno y atractivo puede funcionar realmente
358 Afiliación y solidaridad
como un barrio bajo si sus características de diseño no son congruentes con los
patrones sociales de sus residentes. El hecho de que el ambiente del centro de
las ciudades presente una vida social vigorosa tampoco justifica que no se hagan las
reparaciones materiales necesarias. Pero estas renovaciones físicas deberán ser
planeadas y realizadas en tal forma que no se rompa la estructura de la vida
social. Una renovación urbana bien planeada debe favorecer la vitalidad socio-
psicológica. Gans (1962:16) hace un elocuente resumen de este asunto:
tal modo que resultan confusas y parecen artificiales o muy forma:les a los en-
cuestados.
La estrategia de obseroaci6n participante se aplica cuando al investigador le
interesa obtener un cuadro cualitativo real y muy detallado de la vida social de la
comunidad en estudio. De hecho, el observador participante vive allí y lleva un
registro sistemático de la vida interior del lugar. También en este caso, la validez
externa es más alta que la validez interna. La alta subjetividad de la observación
participante limita su validez interna (es tanto correlaciona! como especulativa), e
incluso puede amenazar la validez externa si las tendencias personales del obser-
vador participante influyen en su percepción y no se establecen en forma honesta
y directa.
FUNCIONES PSICOLÓGICAS DE
LAS REDES SOCIALES DEL VECINDARIO
orientación adaptativa servirá para unificar los diversos procesos psicológicos que
permiten al individuo enfrentar el ambiente físico. Por último, se contemplará
la relación transaccional que se da entre las personas y el ambiente. Esta perspec-
tiva transaccional servirá de enlace entre las variables ambientales y personales
que se han considerado dentro de un único y amplio marco.
Ambiente físico
Diseño interior
Edificios
Regiones geográficas
ratura de una habitación. Después se encuentra la estructura del edificio, que forma
la cubierta física de los diversos aspectos del diseño interior. El edificio y el diseño
interior son en cierta forma similares al microsistema de Bronfenbrenner. En el
siguiente nivel, el edificio queda incluido dentro de una región geográfica más
amplia, como es un distrito urbano o un paisaje natural.
Todos estos aspectos del ambiente físico, a su vez, están rodeados por estruc-
turas sociales formales e informales, como por ejemplo, los reglamentos de una
organización, una asociación vecinal o una familia extensa. Estas estructuras sociales
informales son comparables al exosistema de Bronfenbrenner. Por último, los am-
bientes físicos y sociales están rodeados por los patrones culturales y subculturales que
dictán los valores personales y los estilos de vida, las tendencias arquitectónicas y
la estructura de los grupos sociales y las organizaciones dentro de sociedades
particulares. Estos patrones culturales son similares al macrosistema de Bron-
fenbrenner.
A continuación se ejemplifica la operación simultánea de los dominios fí-
sicos, sociales y culturales del ambiente total. Un universitario que estudia en una
biblioteca puede verse afectado simultáneamente por el nivel de iluminación
del área de estudio (diseño interior), el ruido distrayente del piso superior (di-
seño del edificio) y la tentación de salir a las colinas cercanas (región geográfica). El
estudiante también puede estar respondiendo a un estricto sistema de evalua-
ción en la universidad (estructura social) y a un estereotipo del estudiante uni-
versitario modelo (patrón cultural). La conducta de estudio real que manifiesta
el estudiante refleja la compleja interacción de estas diversas influencias.
El cuadro del ambiente que surge de este modelo holístico es complejo. Sin
embargo, este modelo desalienta una concepción simplista de la psicología ambiental
que pudiera sugerir, en forma bastante errónea, que la influencia de los ámbitos
físicos en la conducta del individuo puede entenderse fácilmente en función de
un simple modelo causal en el cual causas simples producen efectos simples. Como
propuso Rudolf Moos (1973, 1976), una adecuada conceptualización del rol del
ambiente como conformador del comportamiento humano debe contemplar una
compleja combinación de variables organizacionales y sociales, así como también
físicas.
Persona total 393
LA PERSONA TOTAL
Esta revisión de las investigaciones realizadas en el campo de la psicología am-
biental, incluye el estudio de los diversos procesos psicológicos que determinan
las actitudes del individuo hacia el ambiente físico. Se describe la forma en que
los individuos perciben, evalúan y forman imágenes mentales del mundo físico;
cómo funcionan en ambientes normales y en ambientes de stress; cómo logran y
mantienen el espacio personal y la privada, cómo controlan su territorio y cómo
conforman su conducta social. Al estudiar la relación entre el ambiente y la con-
ducta se ha enfocado cada proceso psicológico por separado. Por ejemplo, cuando
se examina la percepción del ambiente, no se considera la forma en que la per-
cepción de un área podría afectar el nivel de pirvacía que un individuo busca
lograr ahí. Cuando se aborda el tema de la territorialidad, no se contempla la forma
en que la conducta territorial en un ambiente podría verse alterada por el mapa
mental que las personas se forman de esa área. Aunque este procedimiento ha
facilitado la presentación de cada uno de estos complejos procesos psicológicos,
también pudo haber sugerido que cada proceso funciona en forma indepen-
diente. De hecho, los procesos psicológicos que intervienen cuando el individuo
enfrenta el ambiente físico mantienen una estrecha interrelación y funcionan
apoyándose y complementándose mutuamente.
Paradigma de la personalidad
El planteamiento adaptativo de la psicología ambiental subraya que la persona
funciona como una entidad total e integrada en la ecuación ambiente-conducta. En
este sentido, la perspectiva adaptativa es similar a lo que Kenneth Craik (1976,
1977) denominó el "paradigma de la personalidad". El paradigma de la persona-
lidad considera a la persona total como la unidad básica de análisis. En contraste
con muchas escuelas del pensamiento que examinan aisladamente los procesos
psicológicos, el paradigma de la personalidad trata a la persona total como una
entidad dinámicamente organizada. El planteamiento de la personalidad reconoce
que en las relaciones persona-ambiente intervienen muchos procesos psicológicos
complejos y cambiantes, pero subraya la unidad e integración que el indiviudo
participante aporta a estos procesos.