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Padres sin hijos

Aunque la mayoría de la gente piensa que en una familia siempre hay


niños, también pueden hay familias conformada por solo parejas que no o eligen no
pueden tener hijos. Familias sin hijos constan de un esposo y una esposa que viven
juntos. Muchas familias sin hijos asumen la responsabilidad de tener una mascota o
tener un amplio contacto con sus sobrinas y sobrinos como un sustituto para tener sus
propios hijos.

Dentro de los modelos de familia que la sociedad contempla hoy día, los hay que
voluntariamente optan por no tener hijos. Desde este ángulo, resulta impensable
que tiempo atrás se compadeciera a quienes no ejercían de padres biológicos, e
incluso aquéllos que tras muchos intentos, no conseguían culminar esta faceta de la
paternidad. Cada vez son más las parejas que eligen el contexto social del amor
como referente exclusivo de los dos protagonistas, sin que los hijos devengan en una
prioridad necesaria. Claro está, que se trata de una relación consensuada y deseada
por ambas partes. De no ser así, sería muy difícil que la relación fluyera en términos
de igualdad, desde el momento en que uno le reprochara al otro la ausencia de un hijo,
puesto que se trataría de una opción unipersonal y egoísta. Reprimir el instinto
maternal o paternal en función del deseo del otro, no es un buen método a largo plazo.
Ni para mantener a la pareja “sujeta”, ni para vivir de otra necesidad sustituta. Si bien
es cierto, los que gozan libremente de este planteamiento viven en otro orden de
prioridades. Gozan de más tiempo libre para invertirlo en ellos mismos, pueden
viajar más, y planificar otras cuestiones que les liberan de responsabilidades en todos
los terrenos, sobre todo en el económico y el no menos temido de la educación.

Tener un hijo exige una estabilidad que no siempre está al alcance de cualquiera,
puesto que se trata de un “por mayor” que una pareja sin hijos puede disfrutar sin
cargo de conciencia y remordimiento. Pongamos como ejemplo un capricho… o un
gasto extra en una comida, o un artilugio harto impensable, si existiera la exclusividad
de atender otros tantos de los hijos, y seguramente por necesidad.

Por otro lado, existen muchas personas que no comprenden, es más, no aceptan que
haya parejas que no deseen tener hijos. Es decir, quienes afirman que una pareja
tiene que evolucionar, y que dentro de esta evolución es incuestionable la etapa de la
maternidad como una obligación natural. En realidad, es mejor entender que la
libertad humana justifica cualquier decisión personal en el plano del amor, de la
índole que sea. Y que afortunadamente, existen otras formas diferentes de vivir y de
caminar por el mundo.

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