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INFORME BUENAS PRACTICAS

NOMBRE DEL PROYECTO: ¨Nuestros Alimentos Tradicionales: Seguridad


Alimentaria, Identidad y Diversidad Cultural en Argentina¨ (NAT)

Subtema: Cultura y Reducción de la Pobreza

FUNDAMENTACION

Dada su extensa geografía y variedad de ecosistemas, la Argentina brinda


desde el corazón de su tierra una gran variedad de sabores, influenciados
también, por la gran cantidad de migrantes que se han instalado en las
distintas regiones dando forma a una compleja y multifacética identidad
culinaria.

La cocina es una expresión cultural representativa de los valores locales,


simbólicos e identitarios, localizados en una cadena productiva que incluye la
política agraria, el ámbito de la salud y de la nutrición, los programas de
desarrollo, la formación de recursos humanos, la protección de la propiedad
intelectual y hasta la apropiación del denominado turismo cultural.

La alimentación constituye un hecho social total, ubicado en la encrucijada de


lo material y lo simbólico, lo económico, lo social, lo político, lo cultural. El acto
de comer articula naturaleza y cultura: no sólo nutre, sino que también funda
un medio universal para expresar identidades y relaciones sociales.

Las comidas son portadoras de sentido, dado que ejercen efectos simbólicos y
reales, individuales y sociales y son los ámbitos locales y regionales los
espacios adecuados para la promoción de los alimentos tradicionales
cuya determinante fundamental es la biodiversidad que los propicia.

Desde diversos organismos internacionales (FAO, OMS, UNESCO) se subraya el


papel del patrimonio alimentario tradicional para promover las diversas
prácticas y representaciones culturales, su importancia para contrarrestar la
industrialización de las cocinas, su contribución al conocimiento de los
territorios, las culturas alimentarias locales y la formación social del gusto y el
desarrollo sostenible y sustentable.

Los conocimientos propios alrededor de los alimentos y cocinas se


transmiten de generación en generación y sirven para infundir un
sentimiento de identidad común y de continuidad. Estos alimentos
representan una alternativa en el ámbito productivo y cultural ante los
retos de la globalización debido a que generan un valor agregado que
incide en la calidad de vida y de producción.

INTRODUCCION

En la República Argentina la incorporación de la dimensión cultural a las


políticas nacionales de desarrollo es una estrategia clave para avanzar hacia la
erradicación de la pobreza, el desarrollo sostenible, la igualdad de género y el
respeto por la diversidad cultural.

Al ratificar la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural


Inmaterial (2003) y la Convención sobre la Protección y Promoción de la
Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) de la UNESCO, la Argentina
generó el compromiso de desarrollar proyectos relacionados con la diversidad
cultural.

Nuestro país actualmente está en proceso de mejora de los niveles de equidad


y ha tenido una década de crecimiento sostenido; sin embargo, persisten
grupos de pequeños agricultores o familias agrícolas en situación de
vulnerabilidad y de inseguridad alimentaria, a pesar de poseer alimentos y
conocimientos locales y tradicionales claves para preservar su identidad
cultural y desarrollo sostenible.

Algunos tipos de alimentos como sus formas de elaboración han quedado


aislados exclusivamente al consumo familiar o fueron simplificados a a “recetas
turísticas” sin dar cuenta del vínculo entre esta tradición culinaria y la
identidad cultural.

DESCRIPCION DE LA PRACTICA

Teniendo en cuenta el vínculo profundo entre desarrollo sostenible y cultura


para el crecimiento económico y considerando que la UNESCO ha incluido a los
sistemas culinarios en la categoría del "patrimonio cultural inmaterial, en junio
de 2012 se dio comienzo al proyecto ¨Nuestros Alimentos Tradicionales:
Seguridad Alimentaria, Identidad y Diversidad Cultural en Argentina¨, a partir
de la firma de un convenio entre la entonces Secretaría de Cultura de la Nación
y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

• OBJETIVO GENERAL

El objetivo general de esta práctica es proteger, difundir, promover, y poner en


valor, los conocimientos, las prácticas, los productos y las elaboraciones
alimentarias tradicionales de Argentina, sensibilizando y concientizando a los
actores sobre la situación local de problemas asociados a la seguridad
alimentaria y a su relación con la pobreza, para poder desarrollar acciones
encaminadas a un modelo más inclusivo.
• OBJETIVOS ESPECIFICOS

-Reivindicar los alimentos y las formas culinarias locales y regionales como


instrumentos prioritarios en el logro de la seguridad alimentaria y el
reconocimiento de la diversidad cultural

-Promover el apoyo a iniciativas locales novedosas e innovadoras, identificadas


como prioritarias y factibles por parte de los actores locales y enfocadas a
contribuir sostenidamente en la reducción de la pobreza y de la inseguridad
alimentaria.

-Valorizar recursos culturales y patrimoniales propios como respuesta a los


desafíos sobre la equidad

- El enfoque de este proyecto (NAT) es una herramienta estratégica que


colabora para mitigar o reducir la pobreza en sus dimensiones humanas,
sociales y económicas y un Incentivo al rescate de las tradiciones orales,
recetas, técnicas, valores sociales y simbólicos, expresiones patrimoniales y
formas de comensalidad, relacionadas con los alimentos tradicionales

• ACTORES INTERVINIENTES

Desde el Ministerio de Cultura de la Nación el proyecto es llevado adelante por


la Dirección Nacional de Política Cultural y Cooperación Internacional que
trabaja el componente de diversidad cultural desde diversos ámbitos, poniendo
de manifiesto el carácter transversal de la cultura y desde el Ministerio de
Desarrollo Social lideran el proyecto el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria-
Familias y Nutrición, facilitadores y técnicos de los programas Primeros años,
Abordaje Comunitario, con la colaboración de promotores de Prohuerta.
Subsecretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca (MinAgri). Programa de Cultura de UNESCO. Areas de Cultura y de
Desarrollo Social de las provincias intervinientes.

• AREAS GEOGRAFICAS DEL PROYECTO

Región Noroeste Argentino (NOA): incluye las provincias de Jujuy, Salta,


Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y La Rioja

Región Noreste Argentino (NEA): incluye las provincias de Formosa, Corrientes,


Chaco y Misiones

Región Nuevo Cuyo: incluye las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis

Región Centro: incluye las provincias de Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe

Región Patagonia Norte: incluye las provincias de Neuquén, La Pampa y Río


Negro
Región Patagonia Sur: incluye las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del
Fuego

Región Pcia de Buenos Aires y CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)

• ACTIVIDADES

-Organización de reuniones regionales con la colaboración de las áreas de


cultura y desarrollo social de las provincias. Para tales encuentros se convoca
por una parte a investigadores, estudiantes, y referentes locales de diversas
disciplinas y por otra parte a comunidades y pequeños productores que
exponen y comparten sus proyectos.

-Exposición de proyectos en galería de experiencias comunitarias.

-Talleres de intercambio de experiencias

-Talleres de capacitación sobre ¨alimentos y gestión cultural¨

-Talleres de capacitación brindados por Programa de Cultura de UNESCO

-Contratación de cooperativas locales para la preparación de las comidas


elaboradas en base a los alimentos tradicionales de la comunidad anfitriona

-Espectáculos de música regional

-Materiales de comunicación: Diseño de logo para la identificación del proyecto


aplicado a banners, banderas, credenciales, bolsas, afiches, carpetas. Folleto
para difusión de los objetivos de NAT.

LOGROS

Se realizaron dos encuentros regionales en las zonas NOA y NEA de nuestro


país a los cuales asistieron integrantes de organizaciones comunitarias,
facilitadores, promotores de los Centros de Integración Comunitaria, maestros
y directivos de escuelas, promotores de Prohuerta, pequeños productores y
público en general interesado en las temáticas vinculadas a los alimentos
tradicionales.

Provincias participantes: Región NOA: Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja,


Santiago del Estero, Tucumán. Región NEA: Misiones, Chaco, Formosa,
Corrientes

Asistentes: 800 personas

Experiencias comunitarias presentadas: 99

Proyectos presentados: 110 (60 están en proceso de financiamiento)


Capacitaciones: Talleres de Alimentos y Gestión Cultural

Talleres sobre la Convención 2003 y 2005 de UNESCO –


Fondo para la Diversidad Cultural de UNESCO – Fondo para la Salvaguardia del
Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO

Estos talleres están dirigidos a gestores culturales y referentes en el tema con


el fin de que los actores locales tengan acceso a nuevos conocimientos teórico
- prácticos en producción, comercialización y difusión y como un instrumento
de apoyo para la toma de decisiones y puesta en marcha de emprendimientos
relacionados con los alimentos tradicionales

Otro de los principales logros de este proyecto es el trabajo transversal que


pudo articularse entre los distintos ministerios y las areas de cultura y de
desarrollo social de las provincias. El trabajo conjunto y la interacción entre las
partes es lo que permite la preproducción y el desarrollo del encuentro de un
modo dinámico y

APORTES AL DESARROLLO

Nuestro país considera la cultura como componente esencial en la generación


de ingresos, creación de puestos de trabajo, erradicación de la pobreza y la
desigualdad

La importancia de los alimentos y productos alimentarios identificados con un


territorio, provee fundamentos suficientes para reivindicarlos como
instrumentos prioritarios en el logro de la Seguridad Alimentaria con Soberanía
y el reconocimiento de la Diversidad Cultural. Los alimentos con tradición y
arraigo constituyen una expresión singular de la economía, la salud, la cultura,
la identidad y el patrimonio de cada país, por lo que consideramos que es
indispensable sumar y compartir conocimientos, opiniones y experiencias
dirigidas a la promoción de los territorios, sus alimentos tradicionales con la
activa participación de sus comunidades tanto regionales como locales.

CONCLUSION

Los alimentos tradicionales reclaman un compromiso con la sustentabilidad y la


coherencia con sistemas socioeconómicos que permitan mantener la
diversidad genética de especies cultivadas y la asociación de cultivos como
parte del manejo racional del territorio; la reproducción de sistemas de
conocimiento, la equidad social y de género, así como la puesta en valor del
potencial que ofrece la diversidad biológica y cultural. Al respecto, hay que
tener en cuenta que es imposible disociar las políticas agroalimentarias y de
seguridad alimentaria de las políticas culturales destinadas a la recuperación
de los saberes locales y de las prácticas relacionadas con la tradición
alimentaria.

Desde nuestra perspectiva, los alimentos, las cocinas y sus elaboraciones


constituyen un sistema que articula actividades de producción, elaboración,
comercialización y consumo alimentario situado en un contexto cultural y en un
territorio con características ambientales, valores, reglas de comensalidad y
referentes simbólicos específicos.

Las cocinas regionales basadas en la tradición y el arraigo constituyen un


lenguaje y un medio de interacción que dialoga con otras manifestaciones
culturales como el arte, la artesanía, la música, la danza, la arquitectura, la
indumentaria, la religiosidad, las fiestas y las concepciones sobre los
fenómenos de salud/enfermedad.

La seguridad en términos alimentarios y nutricionales no hace mención solo a


la disponibilidad de los alimentos, sino también en garantizar el derecho de
acceso físico y económico a ellos.

El impulso y el apoyo a pequeños productores y el fortalecimiento de las


actividades culturales relacionadas con los alimentos tradicionales promueven
la reducción de la pobreza y la inclusión social, demostrando el rol de la
diversidad como motor de desarrollo.

Este proyecto con marcada sensibilidad cultural es una herramienta para


aumentar la efectividad en el trabajo de mitigación de la pobreza ya que
establece estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de
alimentos que garanticen el derecho y el acceso a la alimentación para toda la
población.
FOTOS

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