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Salasar Boundy Existe Una Filosofia en America Resumen
Salasar Boundy Existe Una Filosofia en America Resumen
basado en el libro “¿Existe una filosofía de nuestra América?” de Augusto Salazar Bondy.
Ideas centrales
Capítulo 1. El proceso
En los siglos XVI y XVII los conquistadores dudaron de la procedencia teológica de los
indios y los españoles se sentían con el derecho de dominarlos.
Augusto Comte es el principal representante del positivismo y en las colonias de optó por
tal sistema por aproximadamente cuatro siglos. En cambio ‘los fundadores’ rechazaban el
positivismo y también comparten el tipo de orientación que quieren imprimir al
pensamiento filosófico y los mentores occidentales que eligen para esta empresa.
Capítulo 2. El debate
Juan Bautista Alberdi, es uno de los primeros filósofos latinoamericanos que se ocupan de
la pregunta de si hay o no filosofía latinoamericana, cómo debe ser ella y la misión que
debe cumplir, según él “Cada país, cada época, cada filósofo ha tenido su filosofía
particular, que ha cundido más o menos, que ha durado más o menos, porque cada país,
cada época y cada escuela han dado soluciones distintas de los problemas del espíritu
humano” Entonces así como hay filosofía de otros países es necesario que haya filosofía
latinoamericana, según él no hay propiamente filosofía en Latinoamérica, sino que hay
pensamientos con estilo propio. También dice que la filosofía se desarrolla en cada país
de acuerdo a sus respectivas necesidades. Alberdi cree que ‘América Latina practica lo
que piensa Europa’ En suma, para él no hay filosofía latinoamericana pero puede y debe
existir.
José Vasconcelos piensa que América puede sobrepujar al Viejo Continente en el terreno
del pensamiento porque cree que estamos en una situación ventajosa frente a los demás
países europeos porque no estamos llenos de cierto nacionalismo ni prejuicios racistas
como los europeos.
Alejandro Korn fue un pensador argentino que escribió: “…durante medio siglo desde
Caseros hasta el novecientos, hemos tenido una filosofía propia, conjunto de ideas
fundamentales sancionadas por el consenso común.” Korn habla especialmente a cerca
de Argentina, y con las líneas anteriores lo que quiso decir era que, en efecto hubo una
filosofía Argentina que tuviera rasgos característicos que los diferencien de Europa. Y
recalca que en el momento en que se pierda el sentimiento nacionalista, se perderá su
originalidad y autenticidad filosófica.
Francisco Romero resalta que la filosofía hispanoamericana, es más bien una actividad
académica. Él dice algo sumamente importante: “Ante todo, el ejercicio de la filosofía
como función ordinaria de cultura, al lado de las otras ocupaciones de la inteligencia. No
hay como la meditación o creación de unos pocos entendimientos consientes de la
indiferencia circundante; tampoco, por lo mismo, como actividad exclusiva de unos
cuantos hombres dotados de una vocación capaz de mantenerse firme a pesar de todo.
Como cualquier oficio teórico, la filosofía permite y aún requiere el aporte de mentes no
extraordinarias: basta el indispensable sentido para estos problemas, la seriedad, la
información, la disciplina. La lectura corriente de escritos filosóficos por interesados cada
día más numerosos, el mutuo conocimiento e intercambio entre quienes activamente se
ocupan dela filosofía, va originando lo que podríamos llamar el ‘clima filosófico’, una
especie de opinión pública especializada que obra y obrará cada vez más y, según los
casos como estímulo y como represión, como impulso y como freno…Crecerá así la
comprensión para el esfuerzo serio, la estima para el aporte válido; disminuirá el aprecio
hacia la improvisación brillante, hacia cualquier conato de suscitar la sorpresa o el
deslumbramiento. La labor filosófica actual se considerará incierta en la línea del
desarrollo multisecular del pensamiento; no como un salto, sino como un progreso,
cuando en verdad lo sea.”
Risieri Frondizi dice que no por no ser pesimistas, van a dejar de preocuparse por el
pensamiento actual. Lo que Frondizi echa de menos es la originalidad, no la
americanidad. Él dice que para que surja una filosofía iberoamericana hay que ‘hacer’
filosofía sin más; el carácter iberoamericano vendrá por añadidura.”
Antonio Gómez Robledo es un mexicano que defiende la universalidad de la filosofía.
Robledo se enfoca en la filosofía de Brasil, y respecto a esta dice que no ha alcanzado ni
de lejos la originalidad de las corrientes filosóficas occidentales, dice que la filosofía latina
es meramente imitativo y cree que la explicación de por qué no se da la filosofía en
Latinoamérica es debido a los defectos de la formación de nuestras clases cultas. Para él,
el mejor remedio está en enseñar filosofía partiendo de la gran tradición del pensamiento
cristiano medieval y cultivando a través de ella el griego y el latín.
Francisco Miró Quezada enfatiza y reconoce los vínculos que unen a la filosofía europea
con la latinoamericana. La filosofía latinoamericana, en lo que existe y en lo que exista de
ella de ella, está unida a la europea por lazos de consanguinidad. Hay entre ambas
consanguinidad en primer grado. Peo no se saben las diferencias entre uno y otro.
Luis Villoro se enfocó en la filosofía analítica y decía que: “Sólo habrá una escuela de
filosofía propia cuando alcancemos un nivel científico en filosofía semejante al de los
países más avanzados. El punto de arranque de una tradición filosófica no está en la
especificidad o peculiaridad de un pensamiento, sino la fuerza y hondura de su reflexión
crítica”
José Gaos fue un gran propulsor de los estudios de historia de las ideas en
Hispanoamérica. Hay tres enfoques superlativos:
Leopoldo Zea parte del historicismo de Oriente acogido en México por Salmerón. Su
motivación es la crisis de la sociedad y la cultura europea en la época de los cuarentas. Él
dice que el problema en Latinoamérica es que nosotros mismos no nos sentimos dignos
de una filosofía, que creemos que algo así nos queda grande y que por eso nos sentimos
como imitadores.
Bondy elige varias palabras para formular conclusiones, estas son: originalidad,
genuinidad o autenticidad y peculiaridad. Que vistos de alguna manera están
interconectados.
Según Ortega, el filósofo es el novelista de sí, entonces ¿cómo es que la filosofía resulte
inauténtica? Esto es que alguien se describa a sí mismo pero con la imagen suya de otro.
Los hispanoamericanos hemos estado en el caso de este existir inauténtico porque
vivimos desde un ser pretendido, tenemos la pretensión de ser algo distinto de lo que
somos y lo que podríamos quizá ser, o sea que vivimos alienados respecto a la propia
realidad que se ofrece como una instancia defectiva, con carencias múltiples, sin
integración y por ende sin vigor espiritual.
Bondy resume que la historicidad de cada nación define, indudablemente, las decisiones y
los intereses que toma cada país, que su autenticidad y autonomía es mejor y más
deseable, se puede hablar de la historia de la filosofía en Latinoamérica como una unidad
cultural.
La filosofía hispanoamericana tiene también por delante esta opción de la que, además,
depende su propia constitución como pensamiento auténtico.