Está en la página 1de 5

FILOSOFÍA POSTMODERNA

A. SIGLO XX (1905-2001)

- 1905, Publicación de la Teoría de la Relatividad Restringida por Albert Einstein

- 20021, Atentado a las Torres Gemelas

TRADICIONES FILOSÓFICAS DEL SIGLO XX

1. Filosofía analítica en el mundo anglosajón

- Primera filosofía analítica: análisis del lenguaje por medio de la lógica formal.
- Segunda filosofía analítica: rigor en la argumentación lógica, por ende, en la
justificación/fundamentación. Respeto a las ciencias naturales. Desconfianza en los
sistemas filosóficos.

2. Filosofía continental en la Europa Continental (segunda mitad del s. XX)

- Filosofía especulativa y mayor importancia a la HISTORIA (historicismo).


- Se manifiesta un reductivismo a las ciencias naturales.
- Por una unidad de teoría y praxis.
- Énfasis en la metafilosofía

3. Filosofía posmoderna (aprox. 1960 sobre todo en Francia)

La filosofía posmoderna o posmodernismo es una corriente filosófica que asume que se han


sobrepasado las ideas que han caracterizado a la modernidad y a la Ilustración. La filosofía
posmoderna surgió sobre todo en los años 1960, especialmente en Francia.
- Conocida por lo estadounidenses como Teoría francesa, agrupa pensamientos que
desarrollan una fuerte crítica a la tradición y la racionalidad propias de la Modernidad
occidental.
- La filosofía posmoderna propone nuevas formas de cuestionar y leer los textos y la
historia, influenciada sobre todo por el marxismo, las críticas de Kierkegaard y Nietzsche a
la racionalidad, la fenomenología de Husserl y Heidegger, el existencialismo de Sartre,
el psicoanálisis de Freud y Lacan y el estructuralismo de Lévi-Strauss, así como por
la lingüística y la crítica literaria. El término posmoderno fue popularizado sobre todo
por Lyotard en su obra La condición posmoderna.
- Se incluyen detrás de esta denominación filósofos como Foucault, Derrida o Deleuze, así
como Althusser, Castoriadis, Lyotard, Baudrillard, Guattari, Irigaray, Badiou, Nancy Kristeva
en Francia.
- Feyerabend, Cavell, Rorty, Jameson, Butler en los Estados Unidos.
- Vattimo, Perniola, Agamben en Italia; Sloterdijk en Alemania; Zizek en Eslovenia.
- Mantienen en común una postura de crítica, desconfianza y libertad e incluso ruptura con
las tradiciones ideológicas de la modernidad occidental. Sin embargo, tanto la unidad de
estos pensamientos como el nombre con el que se agrupan plantean numerosos
desacuerdos.
NOTA.- En el período del siglo XX (1950-2000), hubo dedicación a los estudios de la relación entre
el Lenguaje y la Filosofía (“Giro lingüístico”), aporte proveniente de los trabajos de L. Wittgenstein
(1889-1951), tradición analítica, de los trabajos de M. Heidegger de tradición continental.
Como bien lo ejemplifica el cambio de pensamiento del primer al segundo Wittgenstein,
pareciera que el giro lingüístico conlleva el tránsito del modernismo al post-modernismo. Es decir,
mientras que el primer Wittgenstein, al tener como base teórica concluyente el principio
representacionalista y veritativo de la realidad a través del lenguaje figurativo, pareciera ser el
punto más alto del paradigma representacionalista moderno, el segundo, al renunciar a dicho
principio para tener como fundamento el uso social del lenguaje, pareciera subsumir al
conocimiento y saber occidental en un nuevo paradigma relativista y no-repreentacionalista, al
cual se le denota en la discusión contemporánea simplemente como la "condición post-moderna"
y/o "crisis de la modernidad". Pero como lo muestra el trabajo de Lyotard, Quine, Rorty y
Davidson, todo parece indicar que dicho giro lo que lleva es a un nuevo paradigma anti-
representacionalista; resultando, académicamente, válido y positivo (provechoso) para el
conocimiento y saber filosófico/epistemológico occidental. Lo cual parece señalar, entonces, que
de hecho asistimos a una nueva época, a la que simplemente se le ha antepuesto el prefino "post"
para diferenciarla de aquella otra que quedó atrás en el tiempo: la Modernidad.
4. Filosofía iberoamericana

- El tema de la filosofía latinoamericana presenta una duda inicial, José Gaos se ha


preguntado “¿Hay razón de ser hombres de lengua española o de América para no
satisfacerse con la filosofía, por ejemplo, de lengua inglesa o con la filosofía Europea sino,
Asiática?”. Sabemos que la humanidad ha desarrollado una rica tradición filosófica. Las
problemáticas que han aquejado a cada época están prolijamente detalladas en una
multiplicidad de textos, hoy día, canónicos. Entonces, ¿existe alguna razón para que
nosotros, hombres de esta América, no nos contentemos con esta rica tradición? Parece
que si, porque la historia de las ideas en Latinoamérica está marcada por un deseo
constante de encontrar el camino de la propia filosofía.  Si para los primeros filósofos
griegos la filosofía es afán de saber, ese afán, en Latinoamérica siempre se ha
presentado como la voluntad de dar respuesta nada más y nada menos, a nuestra
capacidad y posibilidad de pensar. Tal es el desafío lanzado desde los primeros escritos
surgidos en el continente; interrogación por una filosofía americana que se reconoce
como un planteamiento desde América y para americanos, problemática que contradice
histórica y temáticamente la intención de situar la filosofía como una reflexión referida a
problemas universales, eternos, y en tanto que tal, no sometida a determinaciones
temporales ni regionales.

- Cuando se pregunta por la existencia de una filosofía americana, se hace partiendo del
sentimiento de una diversidad, es la conciencia de la distinción y la diferencia, lo que guía
el ejercicio teórico desde el contexto regional al plano de las ideas. Para el mexicano José
Vasconcelos, subyace en esta preocupación un deseo de reconocimiento e identidad:
“Bien visto y hablando con toda verdad, casi no nos reconoce el europeo ni nosotros nos
reconocemos en él. Tampoco sería legítimo hablar de un retorno a lo indígena (...) por
que no nos reconocemos en el indígena ni el indio nos reconoce a nosotros. La América
española es de esta suerte lo nuevo por excelencia, novedad no sólo de territorio, también
de alma”

- El pensamiento latinoamericano siempre ha tendido hacia lo social y político.


Las reflexiones en torno a Dios, el alma, la muerte o el Ser, no han tenido cabida en la
agenda principal de su filosofía. El largo viaje hacia sí mismo que emprendió la reflexión
desde sus comienzos, le ha llevado a plantearse preguntas acerca de sus condiciones de
posibilidad, preguntas que, han convocado a respuestas difíciles, donde el atraso, la
marginación, el mestizaje, la hibridación y la dependencia han fundado una particular
manera de enfrentar el quehacer filosófico.

- La filosofía latinoamericana será, entonces, una serie de soluciones dadas a los


problemas que interesan a los destinos nacionales; o bien la razón de los pueblos
americanos, o bien las leyes por las cuales se llega a los objetivos propuestos. Filosofía
comprometida con los problemas más urgentes, los problemas que plantea, por
ejemplo, la relación compleja con el mundo occidental, donde las relaciones de
subordinación e independencia, no dejan de golpear cada cierto tiempo, obligando con
ello, a una actitud política de los pensadores. Actitud que conforma el perfil mismo de su
filosofía y que se remonta a los primeros pensadores, los Sarmiento, Lastarria, Bilbao,
Mora, Alberdi y tantos otros de la llamada generación de los emancipadores, que al
mismo tiempo que reflexionaban sobre los problemas de su tiempo, actuaban para
transformarlos. Leopoldo Zea los llama filósofos engagés, “que lo mismo tomaban la
pluma que la espada, lo mismo escribían un libro sobre la sociedad que les había tocado
en suerte y sus problemas, como un manifiesto llamando a la acción para realizar el
cambio que esa sociedad necesitaba”. Así, la reflexión que desarrollarán, más que una
filosofía especulativa será de carácter práctico, de lo positivo y social, de la formación de
criterios en torno a las instituciones políticas, religiosas y morales de sus respectivos
países. La respuesta a una necesidad concreta, desafiando con esto, la pretensión de
universalidad que la filosofía a ostentado en su desarrollo histórico-occidental.

- En Latinoamérica se pueden mencionar dos grandes problemáticas que tienen


continuidad como expresión del pensamiento más genuino de esta región y que alcanzan
su mayor presencia al interior de la lógica utopista de los años sesenta. La primera,
guarda relación con la búsqueda constante de una identidad propia, lo que
Leopoldo Zea ha llamado el largo camino hacia sí mismo. Preocupación por situar una
respuesta certera a la pregunta lanzada desde el comienzo de la época colonial ¿Qué
somos? La segunda problemática, ligada a la respuesta que se ha venido dando a la
primera, tiene relación con el lugar que ocupamos en el concierto mundial, ahora,
la pregunta es topológica, busca situarse con propiedad en un torrente continuo de
relaciones que parecen no ser nunca armónicas. Al interior de esta problemática, los
criterios de diferenciación, serán capitales para establecer un lugar desde donde el “ser
americano” puede decir su verdad.

- La filosofía iberoamericana nos entrega trabajos sobre Filosofía teórica e historia de la


filosofía, se ocupa del cultivo de campos como la metafísica, la lógica, la filosofía de la
ciencia, la teoría del conocimiento, la filosofía del lenguaje y de la mente, además de los
relativos a la historia de la filosofía en sus diferentes etapas. Además, trata de materias
como la filosofía de la historia, la filosofía de la religión, la ética, la filosofía política y la
filosofía del derecho, la estética, la filosofía de la cultura, la literatura y el ensayo.
Articulándose así, una útil visión de conjunto de la producción filosófica en los países de
habla española y portuguesa, una comunidad con un creciente grado de originalidad,
autonomía y nivel científico.

 Hay que decir que los filósofos iberoamericanos se leían mucho en la primera mitad del siglo
XIX, quizá más que ahora. Por ejemplo, los libros de José Enrique Rodó eran devorados por las
juventudes del continente. ¿Y qué decir del impacto de Ortega y de la Revista de Occidente en
la intelectualidad iberoamericana? En el segundo momento de la comunidad filosófica
iberoamericana no había instituciones trasnacionales que concentraran los esfuerzos de
vinculación, pero las relaciones existían y eran fructíferas. La Guerra Civil obligó a muchos
filósofos españoles a exiliarse en América. El impacto que tuvieron en nuestras comunidades,
particularmente en la mexicana, fue muy hondo.
 En el entorno político de la posguerra se funda en 1954 la Sociedad Interamericana de
Filosofía, cuyo propósito es reunir a las asociaciones filosóficas nacionales de todo el
continente. A la fecha se han realizado una serie de congresos interamericanos. No podemos
ignorar en este recuento la conformación de una vigorosa agrupación de filósofos
latinoamericanos, en la que destacaron personalidades de la talla de Leopoldo Zea, Francisco
Miró-Quesada, Arturo Ardao y Arturo Andrés Roig. Este grupo buscaba una integración
exclusivamente latinoamericana. Sin embargo, es destacable su afán de incorporar a Brasil y a
los países del Caribe, no sólo del hispanoparlante, sino incluso del francófono y anglófono. En la
senda abierta por este latinoamericanismo discurren la teología de la liberación y la filosofía de
la liberación.
 Durante la Guerra Fría no había condiciones para la creación de una institución filosófica
iberoamericana porque en aquel momento la dictadura franquista todavía obstaculizaba ese
tipo de encuentros y tampoco había una relación estrecha con Portugal. Eso no significa, por
supuesto, que no hubiera contactos, de manera individual, entre filósofos de las dos orillas.
Además, los libros viajaban. Para una generación entera de filósofos españoles, las ediciones del
Fondo de Cultura Económica fueron una bocanada de aire fresco.
 No fue sino hasta la muerte de Francisco Franco, en 1975, que se abren las puertas para un
reencuentro entre los grupos más destacados de la filosofía latinoamericana y la filosofía
española. Fue un discípulo mexicano de José Gaos, Fernando Salmerón, quien en 1987 da el
primer impulso para la creación de una institución transatlántica que vertebrara los intereses de
la comunidad filosófica iberoamericana. La propuesta fue acogida con entusiasmo por León
Olivé, Javier Muguerza, Reyes Mate, Miguel Ángel Quintanilla y Oswaldo Guariglia. Fue así que
este grupo, al que luego se incorporan otros distinguidos participantes, se propone dos
objetivos ambiciosos: la organización de un congreso iberoamericano de filosofía y la
publicación de una Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía. Este grupo logró todas sus metas:
se realizaron cuatro congresos y se publicó una enciclopedia en numerosos volúmenes. Su obra
se extendió a lo largo de tres décadas, desde 1987, fecha en la que se empieza a concebir el
proyecto, hasta 2017, año en el que se publica el último volumen de la Enciclopedia.
 Sin embargo, la historia de la comunidad filosófica iberoamericana de los últimos tres
decenios (1990-2022), no se reduce a las actividades del grupo de la Enciclopedia. En esos
mismos años se formaron numerosas asociaciones filosóficas, compuestas por académicos de
todos nuestros países. Surgen asociaciones iberoamericanas de analíticos, de fenomenólogos,
de kantianos, de liberacionistas, de hermeneutas, de filósofos políticos, de filósofos de la
educación e incluso de filósofos jóvenes. Estos grupos adoptan modelos de organización
diferentes del de la Enciclopedia. Lo que se pretendía era consolidar un diálogo filosófico, de
acuerdo con perspectivas metodológicas, disciplinarias o generacionales. El futuro de la
filosofía iberoamericana dependerá del trabajo conjunto de todas estas asociaciones.

B. SIGLO XXI: (2001 – 2022)

1. Filosofía analítica: se han iniciado nuevos temas, como, filosofía de la mente, filosofía de las ciencias,
filosofía de las matemáticas, epistemología, metafísica.

2. Filosofía continental: en la actualidad la filosofía analítica se basa en la tesis kantiana de que el


conocimiento, la experiencia y la realidad, están ligados y configurados por condiciones, que se
entienden mejor a través de la reflexión filosófica y no de la investigación exclusivamente empírica.

3. Filosofía posmoderna: en la actualidad está vigente una postura de crítica, desconfianza y libertad.

La cuestión de la ética en el siglo XX es un verdadero “nihilismo”. Así como, el vitalismo se centra en el


sentido de la opción, mientras que, el existencialismo apunta al sentido de responsabilidad. Hoy la ética
poscrítica planteada por David Couzens, se presenta como las “obligaciones que se presentan
necesariamente para ser cumplidas, pero que no se imponen ni son exigibles”. El modelo poscrítica
utiliza el término “RESISTENCIA ÉTICA”, por ejemplo, la resistencia de un individuo al consumismo en un
retiro a un estilo de vida, pero quizás más duro.

4. Filosofía latinoamericana (2022 - )

También podría gustarte