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CAPÍTULO XIV

LA COSA JUZGADA

I. Generalidades

Las clases de cosa juzgada

El fin que las partes persiguen en el proceso es que el juez dicte una sentencia que
resuelva en definitiva las dificultades jurídicas entre ellas, de modo que lo resuelto no pueda
discutirse más, ni en el mismo proceso ni en otro futuro; y que si implica una condena, se pueda
exigir su cumplimiento por medios compulsivos.

Entre los efectos que producen las resoluciones judiciales se encuentra el de cosa
juzgada, que significa juicio u opinión dado sobre lo controvertido y que se traduce en dos
consecuencias: i) la parte en cuyo favor se ha reconocido el derecho podrá exigir su
cumplimiento y ningún tribunal podrá negarle la protección debida; ii) la parte condenada o la
parte cuya demanda haya sido desestimada no pueden en un nuevo juicio renovar lo ya
resuelto. Estas dos consecuencias reciben el nombre de acción y excepción de cosa juzgada.
Por consiguiente, la cosa juzgada tiene una doble característica:

a) Es coercitiva, puesto que el vencido está obligado a cumplir con la condena que se le ha
impuesto y en el caso que no lo haga voluntariamente, el vencedor podrá exigirlo por
medios compulsivos.

b) Es inmutable, en el sentido de que las partes deben respetar lo resuelto y no pueden


renovar en otro juicio la controversia.

Los autores distinguen también entre cosa juzgada formal y material.


La cosa juzgada formal es “la que autoriza a cumplir lo resuelto de manera
provisional, y que impide renovar la discusión sobre la cuestión resuelta en el mismo
proceso, pero sin que obste su revisión en un juicio posterior”.
La cosa juzgada material es “la que autoriza a cumplir lo resuelto sin restricción
alguna y que impide renovar la discusión acerca de lo resuelto, tanto en el mismo proceso
como en un juicio posterior”.
La regla general es que las resoluciones judiciales produzcan cosa juzgada material, y
sólo por excepción cosa juzgada formal, como es en el caso de la sentencia ejecutiva cuando
hay reserva de derechos, en los juicios posesorios, los especiales del contrato de arrendamiento
o en el recurso de protección.

II. La acción de cosa juzgada

Concepto

La acción de cosa juzgada es: “aquella que la ley confiere al litigante en cuyo favor
se ha declarado un derecho en una resolución judicial firme o ejecutoriada para exigir el
cumplimiento de lo resuelto”.
Esta resolución judicial firme será esencialmente una sentencia definitiva o
interlocutoria, art. 175 CPC; pero también podrá serlo un auto o decreto, puesto que ellos se
mantienen y ejecutan desde el momento que adquieren tal carácter, art. 181 inc.1 CPC.

1. Titular de la acción de cosa juzgada

La persona que ejerce la cosa juzgada es aquél litigante en cuyo favor se ha declarado
un derecho en el pleito, art. 176 CPC.

La acción de cosa juzgada es pues, sinónimo de acción ejecutiva cuando se invoca


como título una resolución firme o ejecutoriada. Su ejercicio va a corresponder siempre al actor
victorioso, y no al demandado que ha sido absuelto o condenada en el pleito. Sólo el actor
victorioso podrá posteriormente ejercer la acción de cosa juzgada por la vía ejecutiva para
obtener el cumplimiento forzado de lo declarado a su favor.

2. Requisitos de procedencia de la acción de cosa juzgada

Para que proceda la acción de cosa juzgada se requiere:

a) La existencia de una resolución judicial firme o ejecutoriada o que cause ejecutoria en


conformidad a la ley, art. 231 inc.1 CPC.
La remoción firme o ejecutoriada o que cause ejecutoria en conformidad a la ley
será una sentencia definitiva o interlocutoria, como señala el art. 175 CPC: “Las sentencias
definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de cosa juzgada”.
También podrá serlo un auto o decreto, pues éstos se ejecutan y mantienen desde
que adquieren ese carácter, art. 181 inc.1 CPC; mas el cumplimiento de los autos y decretos
es condicional al recurso de reposición, ya que si se interpone y es acogido, el
cumplimiento o ejecución del auto o decreto respectivo queda sin efecto.
Dicha sentencia debe ser condenatoria, es decir, que impone una prestación al
demandado, cuyo cumplimiento pretende exigirse por la vía ejecutiva.

b) Petición de parte expresa sobre el cumplimiento de la resolución judicial.


Es decir, las resoluciones judiciales sólo se cumplen a petición de parte, y no de
oficio, en conformidad al principio dispositivo. Ello se deduce del art. 233 CPC: “Cuando
se solicite la ejecución de una sentencia (…)” y del art. 10 COT.

c) Que la prestación que impone la sentencia sea actualmente exigible.


Es decir, que no se encuentre sujeta a modalidades. Si la prestación está afecta a una
condición, plazo o modo, el ejecutado podrá oponerse a la ejecución sosteniendo la falta de
requisitos para que el título invocada tenga mérito en su contra.

3. Generalidades sobre el cumplimiento de las resoluciones judiciales

Se debe distinguir en si la resolución judicial ha sido dictada por tribunales chilenos o


extranjeros.

4. Resoluciones dictadas por tribunales chilenos


Se procederá a su cumplimiento por los tribunales que la hubieren pronunciado en
primera o en única instancia, art. 113 COT y 231 CPC. Pero si es necesaria la iniciación de un
nuevo juicio para el cumplimiento se procederá ante éste mismo tribunal o ante el que sea
competente en virtud de las reglas generales, art. 114 COT y 232 CPC.

En seguida se deben distinguir los siguientes casos:

a) Si la ejecución se solicita ante el mismo tribunal que la dictó dentro de un año en que la
ejecución se hizo exigible: se procede mediante el juicio ejecutivo especial o
procedimiento ejecutivo incidental, art. 233, 234 y 235 CPC.

b) Si la ejecución se inicia ante el tribunal distinto, o ante el mismo tribunal pero después
de un año: se sujetará su cumplimiento a las normas del juicio ejecutivo, art. 237 CPC,
con la limitación de que no se aceptará ninguna excepción que haya podido oponerse en
el juicio declarativo anterior.

c) Si la ley ha dispuesto alguna manera especial de cumplir la sentencia: la ejecución debe


someterse a dichas reglas especiales, por ejemplo la sentencia del juicio de hacienda,
art. 752 CPC.

d) Si se trata de cumplimiento de resoluciones no comprendidas en los casos anteriores:


corresponderá al juez de la causa dictar las medidas conducentes a dicho cumplimiento,
pudiendo al efecto imponer multas que no excedan de una unidad tributaria mensual o
arresto hasta de dos meses, determinados prudencialmente por el tribunal, sin perjuicio
de repetir el apremio, art. 238 CPC.

5. Sentencias dictadas por los tribunales extranjeros

Si se trata de una resolución dictada en un país extranjero, se pedirá su ejecución al


tribunal a quien habría correspondido conocer del negocio en primera o en única instancia, si el
juicio se hubiera promovido en Chile, art. 251 CPC.

Pero antes de ello es indispensable haber obtenido la correspondiente autorización o


exequátur de la Corte Suprema, atendiendo a los tratados internacionales, el principio de
reciprocidad o las condiciones mínimas exigidas por nuestra ley procesal, art. 242 a 250 CPC.

III. Excepción de Cosa Juzgada

1. Concepto

La excepción de cosa juzgada es: “el efecto que producen determinadas resoluciones
judiciales en virtud del cual no puede volver a discutirse ni a pretenderse la dictación de
un nuevo fallo entre las mismas partes y sobre la misma materia que fue objeto del fallo
anterior”
Fundamento e importancia

Su fundamento se deriva de la tranquilidad social, ya que mediante ella se evita la


perpetuación de juicios entre las mismas partes y en las mismas materias; al mismo tiempo
persigue mantener el prestigio de la justicia, impidiendo la posibilidad de que puedan dictarse
fallos contradictorios.

2. Características de la excepción de cosa juzgada

a) Es irrevocable en el sentido de que las resoluciones judiciales que la producen, una vez
firmes o ejecutoriadas, no pueden ser modificadas de manera alguna.

Es más, lo fallado en una sentencia judicial es una ley para las partes, que no puede
ser afectada ni por el Presidente de la República, ni por el Congreso, art. 73 inc.1 CPR.
Incluso las leyes interpretativas no afectarán de manera alguna los efectos de las sentencias
judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio entre la dictación de la ley interpretada y la
interpretativa, art. 9 CC.
Debemos si tener presente de que algunas resoluciones judiciales producen sólo
cosa juzgada formal, por lo que pueden ser modificadas en juicio posterior seguido entre las
partes.

b) Es relativa en el sentido de que ella afecta sólo a las personas que han sido partes en el
juicio en que se pronunció la correspondiente sentencia.
Por ello, que la excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante que haya
obtenido en el juicio y por todos aquellos que según la ley aprovecha el fallo, art. 177 CPC.
El litigante que haya obtenido en el pleito puede ya ser el demandante o el
demandado. El art. 177 sin embargo, hace presente que la excepción de cosa juzgada puede
alegarse por todos aquellos a quienes aprovecha el fallo, es decir, puede tener un efecto
erga omnes, en los cuales la cosa juzgada pierde su carácter de relativa y pasa a ser
absoluta, afectando a todos o a toda clase de persona dentro de un determinado círculo. Por
ejemplo en los casos de los arts. 315, 316, 1246 y 2513 CC.
El demandado que ha sido vencido, ¿puede acogerse a la excepción de cosa
juzgada? Podría ser el caso en que el demandante inicia un pleito, y que no conforme con el
resultado de éste, inicia un segundo. En este segundo juicio podría excepcionarse con la
cosa juzgada que emana de la primera sentencia, ya que es una persona a quien aprovecha
el fallo de forma jurídica. En el mismo sentido Chiovenda.

c) Es renunciable, los jueces no pueden declararla de oficio, mientras no proceda a instancia


de parte, conformidad al principio dispositivo, art. 10 COT y al art. 177 CPC que
señala: “la excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante (…)”.

d) Es imprescriptible, puede hacerse valer en cualquier tiempo, a diferencia de la acción de


cosa juzgada.

3. Resoluciones judiciales que producen la excepción de cosa juzgada

Sólo las sentencias definitivas e interlocutorias firmes, absolutorias o condenatorias,


producen la excepción de cosa juzgada, art. 175 CPC. Los autos y decretos no la producen,
puesto que mediante el recurso de reposición pueden dejarse sin efecto o ser modificados en
cualquier momento, invocando nuevos antecedentes, sin que obste a ello la excepción de cosa
juzgada, art. 181 CPC.
Es generalmente aceptado que la autoridad de cosa juzgada emana de la parte
dispositiva o resolutiva de la sentencia, y no de su parte considerativa. De acuerdo a dicho
principio, no viola la autoridad de cosa juzgada la sentencia que contenga una decisión
contraria a lo expuesto en los considerandos de otra anterior, si no existe en realidad
contradicción además con su parte dispositiva o resolutiva.
Para saber que una sentencia goza de la autoridad de cosa juzgada, lo único que es
necesaria averiguar que es que se encuentre firme o ejecutoriada. No es necesario averiguar si
es o no nula. Sin embargo, una sentencia, más propiamente que nula, puede ser inexistente, por
ejemplo, cuando ha sido dictada por un tribunal que carece absolutamente de jurisdicción, ser
las partes incapaces o no haberse seguido el juicio en rebeldía del demandado son haber sido
realmente emplazado, etc. En tales eventos, para Casarino, tal sentencia no puede producir
excepción de cosa juzgada y por ser inexistentes más que nulas, habría que prescindir de ellas,
comprobadas las circunstancias correspondientes.
Tal sentencia definitiva o interlocutoria además puede ser tanto chilena como
extranjera, que el CPC no distingue al respecto.

4. Requisitos de procedencia de la excepción de cosa juzgada

El art. 177 CPC señala: “La excepción de cosa juzgada puede alegarse por el litigante
que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a quienes según la ley aprovecha el fallo,
siempre que entre la nueva demanda y la anteriormente resuelta haya:

1º Identidad legal de personas

La identidad que debe presentarse en las personas, entre la nueva demanda y la


anteriormente resuelta, es legal y no física. Ello significa que en ambos juicios deben figurar las
mismas partes y en la misma calidad.
Puede ocurrir que en ambos juicios concurra la identidad física con la legal. Pero
también puede existir identidad física, mas no legal, por ejemplo en el caso que en el primer
juicio una persona actúa como representante legal de otra, y en el segundo juicio actúa por sí
mismo.
También puede existir identidad legal, mas no física, por ejemplo si en el primer juicio
una persona actúa mediante representante legal, y en el segundo, actúa por sí.

Casos en que la identidad legal de personas se complica

Un primer caso en que se complica la identidad legal es el de si lo fallado con respecto


a una persona afecta también a sus sucesores a título singular. Se ha dicho por alguna doctrina
que se debe distinguir y atender al momento en que se ha producido la transferencia del
derecho. Si el sucesor a título singular ha adquirido el derecho después del pronunciamiento de
la sentencia, ella produce cosa juzgada respecto de él. Si la ha adquirido con anterioridad al
inicio del juicio, no la produce respecto de él.
En el lapso comprendido entre la notificación de la demanda a su antecesor y la
dictación de la sentencia la doctrina se divide: i) para algunos siempre la produce; ii) para otros
no, lo que parece acertado en nuestro derecho positivo, ya que el demandante tiene en sus
manos solicitar la correspondiente medida precautoria a objeto de evitar que la cosa sobre la
cual se litiga salga del patrimonio del demandado.
Un segundo caso se refiere se refiere a la solidaridad. En cuanto a lo que se falle en un
juicio entre deudor y coacreedor solidario, la cosa juzgada afecta a los demás coacreedores que
no han participado del juicio.
En cuanto a lo que se falle en un juicio entre el acreedor y un deudor solidario, para algunos no
la produce, para otros sí, y una tercera teoría, sostiene una posición intermedia señalando que
afectará a los demás codeudores en la medida que los beneficie. De acuerdo a nuestro derecho
positivo se debe aceptar que existe identidad legal de personas entre codeudores, pero siempre
que se trate de excepciones comunes, pues el fallo de una excepción personal, es exclusiva del
deudor que la opuso.
Un tercer caso se refiere a los herederos en relación con los legatarios y del deudor
principal en relación con el fiador. En cuanto al heredero y legatario, lo fallado respecto del
heredero no puede afectar al legatario, salvo que se trate de una acción de nulidad de
testamento. En cuanto a lo fallo respecto del deudor principal existe identidad respecto del
fiador, sin perjuicio de que éste conserve el derecho a hacer valer sus excepciones personales.

2º Identidad de la cosa pedida

Para que exista identidad de cosa pedida es necesario que entre el primer juicio y el
segundo tengan un mismo objeto. El objeto del juicio se suele definir como: “el beneficio
jurídico que en él se reclama”.

No debe confundirse el objeto del juicio con el objeto material del mismo. Por ejemplo
en un juicio se reclama la entrega de un cuadro en calidad de heredero de X, y se rechaza la
demanda. En un segundo juicio se reclama la entrega de un automóvil, también en calidad de
heredero de X. Existe identidad de cosa pedida, ya que lo que se pide es que se reconozca la
calidad de heredero de X.

3º Identidad de causa de pedir

La ley lo define como: “el fundamento inmediato del derecho deducido en el


juicio”.

No debe confundirse con el objeto del pleito, ya que en dos juicios puede pedirse el
mismo objeto, pero por causas diferentes. Por ejemplo, en el primer juicio se reclama un fundo
en calidad de dueño y se rechaza la demanda. En un segundo juicio se reclama el mismo fundo,
pero en razón de haberlo adquirido por herencia.
Se ha entendido por causa de pedir el título en virtud de cual nos corresponde un
derecho. Éste título que sirve de fundamento al derecho y que se hace valer en el juicio, toma la
denominación técnica de causa de pedir. Por consiguiente, si se trata de un derecho real, la
causa de pedir será el principio generador del mismo, como por ejemplo un contrato de
compraventa. Si se trata de un derecho personal, por ejemplo, un contrato de mutuo.

La causa de pedir en las acciones de nulidad

En la acción de nulidad para determinar si existe identidad de causa de pedir entre un


juicio y otro anteriormente resulto, se prescinde de los conceptos anteriores.

Los autores han distinguido tres teorías:


a) La primera sostiene que en toda demanda de nulidad la causa de pedir es una sola, y es la
nulidad misma. Ello es absurdo, ya que se podría deducir la acción de nulidad por un
vicio de consentimiento, y en un segundo juicio por falta de capacidad, etc.

b) Una segunda doctrina afirma que en toda acción de nulidad se debe distinguir entre una
causa inmediata y una remota. En base a ello se clasifican en tres grupos las demandas
de nulidad: i) por falta de consentimiento; ii) falta de capacidad; iii) falta de
solemnidades legales. Cada vez que se falla una demanda de nulidad, se entenderá
dictada en relación a todos los demás vicios comprendidos dentro del mismo grupo que
haya servido de fundamento a la demanda.

c) Una tercera teoría señala que la causa de pedir será el vicio exclusivo que haya servido
de fundamento a la demanda. Frente a nuestro derecho positivo esta es la acertada, ya
que todo proceso civil está estructurado sobre la base de que la sentencia debe dictarse
conforme al mérito del proceso, y debe pronunciarse únicamente sobre las acciones y
excepciones alegadas. Ella ha sido reconocida por la Corte Suprema en sentencia de
1927.

Diversas formas de hacer valer la excepción de cosa juzgada

Ella puede hacerse valer como:

a) Excepción dilatoria, según el art. 304 CPC, es decir, como incidente de previo y especial
pronunciamiento; pero si es de lato conocimiento, se fallará en definitiva.

b) Excepción perentoria al contestar la demanda, según el art. 309 nº 3 CPC.

c) Excepción perentoria en cualquier estado del juicio, debiendo alegarse por escrito antes
de de la citación a oír sentencia en primera instancia y de la vista de la causa en
segunda, art. 310 CPC.

d) Fundamento del recurso de apelación.

e) Causal del recurso de casación de forma, siempre que se hubiere alegado oportunamente
en juicio y la sentencia que se trata de impugnar por medio de este recurso la hubiere
desestimado, art. 768 nº 6 CPC.

f) Fundamento del recurso de casación de fondo.

g) Fundamento del recurso de revisión, siempre que no se haya alegado en el juicio en que
la sentencia firme que se impugna recayó, art. 810 nº 4 CPC.

Paralelo entre la acción y excepción de cosa juzgada

Acción de cosa juzgada Excepción de cosa juzgada


Nace sólo de las sentencias condenatorias Nace de sentencias condenatorias como
absolutorias
Corresponde al litigante en cuyo favor se Puede alegarse por el litigante que haya
haya declarado un derecho obtenido en el juicio y por todos aquellos
que según la ley aprovecha el fallo
Se hace valer en la correspondiente Tiene varias formas de ser alegada
demanda ejecutiva
Prescribe de acuerdo a las reglas generales Es imprescriptible
en 3 o 5 años

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