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Federiconi; Nicolás.

2 º polimodal “A”.
San Carlos Borromeo.
Informe sobre la Soja; su problemática.
La venta de soja encierra graves problemas; El cultivo de soja transgénica ocupa ya el 60% de
la producción de granos en Argentina y casi igual porcentaje de la superficie sembrada. Está
lejos de ser un hecho saludable, constituye un gran problema en expansión para la economía
nacional y la protección del ecosistema agrícola, así como también para la vida misma de los
habitantes.

Argentina es parte de los 19 países que permiten el cultivo de variedades transgénicas o modificadas
genéticamente (OGM). Es también uno de los 5 que lo permiten a gran escala. Es el primer país del
mundo en cuanto a porcentaje de expansión de las variedades transgénicas respecto del total de su
producción.

Casi la totalidad de la soja sembrada en


nuestro país se la denomina sojaRR, es
decir OGM, para hacerla resistente al herbicida
glifosato. Es lógico suponer que la soja no
transgénica (la llamada soja orgánica)
no existe en nuestro territorio; una
problemática que perturba a varios
ecologistas, que aun tratando de detenerlos…
No tuvieron ningún éxito. Esto sólo ya
constituiría un grave problema. Pero hay
muchos más, para analizar ya que no es el
único problema.

En principio la producción se ha transformado en un monocultivo, quiere decir que se focalizan


en un sólo cultivo, a los granjeros o personas dedicadas al cultivo por ejemplo de la carne
vacuna al no tener tanto éxito se vieron forzados a desplazarse al ámbito de la soja. Todo
modelo basado en el monocultivo es esencialmente no sustentable y débil desde el punto de
vista estructural. Sin embargo la expansión del monocultivo de soja transgénica, trae aparejada
otros serios problemas:

• El primero es la degradación de nuestro sistema productivo: hemos dejado de ser un


país productor de alimentos para producir soja, para que otras naciones (las más
industrializadas) produzcan carne; cuando hace poco tiempo atrás Argentina no tenía
comparación en ese ámbito. Hemos reducido nuestra producción de carne y al reducir
su área, el número de cabezas y la calidad de los campos destinados a la misma; para
producir ‘pasto-soja’. Destinamos nuestras mejores tierras para producir soja, para
que otros países produzcan y exporten carne, en lugar de hacerlo nosotros.

• En segundo lugar para producir pasto-soja hemos dejado de producir un sinnúmero


de alimentos. Ya el objeto de nuestra producción agrícola no es la de producir
alimentos para nuestra población y exportar el remanente, sino que todo el sistema
agrícola del país está puesto al servicio de producir materias primas en forma de pasto-
soja, también petróleo crudo y gas natural, para la exportación a los países
industrializados.

• En tercer lugar, se agrega la alta


contaminación ambiental que
produce el sistema Siembra
directa-sojaRR-glifosato, ya que
se basa en el uso masivo de
agrotóxicos en forma permanente.
En la última campaña se usaron
aproximadamente 150 millones de
litros de glifosato, 20 millones de
litros de 2-4-D y 6 millones de litros
Federiconi; Nicolás.
2 º polimodal “A”.
San Carlos Borromeo.
de endosulfán. Los últimos dos, sumados a los coadyudantes y acompañantes del
glifosato son altamente cancerígenos. Para ejemplo tenemos los graves casos de
barrio Ituzaingó Anexo en Cordoba, los de Loma Sené en Formosa y los centenares de
casos de cáncer en Santa Fe.

• En cuarto lugar: en términos ecológicos y ambientales, todo el sistema de Siembra


directa-sojaRR-glifosato, no es más que un gigantesco experimento en 15 millones de
hectáreas de selección de malezas resistentes y contaminaciones genéticas verticales
y horizontales irreversibles, apenas imaginadas.

• Un quinto aspecto del problema se refiere a que el sistema produce la pérdida


masiva de mano de obra: 4 de cada 5 puestos de trabajo real se destruyen por la
diferencia de Tiempo Operativo/Hombre/Ha, entre los sistemas Tradicional y SD,
mientras se produce sólo 1 puesto de trabajo por cada 500has de SD-sojaRR.

• Un sexto aspecto
sumado al anterior, es
la destrucción de la
pequeña producción.
No son viables la
huerta, el monte frutal,
la apicultura, el monte
nativo, artificial u otras
producciones cercanas
a los vuelos u
aplicaciones de
glifosato que por ser un
herbicida total destruye
todo tipo de plantaciones por deriva. Tampoco es rentable la sojaRR para superficies
menores de 300, 350 y hasta 500 hectarias según la región, por lo cual los pequeños y
medianos agricultores deben arrendar sus campos o venderlos.

• Un séptimo aspecto se vincula al robo ‘legal’ de la propiedad ancestral y la expulsión


de gente del campo.

El sistema Siembra directa-sojaRR-glifosato hace posible la producción de pasto-soja en


regiones y lugares donde antes la agricultura no era posible; de allí que comunidades
ancestrales o de escasos recursos, que vivían en áreas marginales ocupando sus tierras y
viviendo de la producción familiar o de los frutos del monte, sean expulsados por la
conspiración mafiosa de gobiernos provinciales y comunales, estudios jurídicos gansgsteriles y
fondos de inversión al servicio del capital financiero internacional. Se apoderan así de enormes
extensiones de tierras, que algunos estiman ya cercanas a los 35 millones de hectáreas en
manos extranjeras.

Es bueno recordar que la mitad de la población del país está aun bajo la línea de pobreza y un
cuarto de la misma es indigente. Un último tema se refiere a la dependencia del productor
respecto de las multinacionales como Monsanto, propietarias de los derechos de patentes
sobre las simientes y que subsumen al productor en un deudor permanente. En síntesis esta
verdadera catástrofe ambiental, social y económica se ha llevado adelante para producir pasto-
soja, así los países industriales pueden producir carne a bajo costo subsidiada por el hambre,
el desempleo, la enfermedad y la devastación ambiental de la Argentina y los argentinos.

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