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La soja es un cultivo originario de China que se introdujo con mucho éxito en Estados
unidos y desde allí se distribuyó a América del sur. Se encuentra en zonas templadas y
subtropicales.
El gran crecimiento de la soja en Argentina se debe en gran parte a la altitud natural del
área pampeana. La pampa húmeda forma parte de una escasa cantidad de tierra que no
suman más allá del 3% o 4% de la superficie del planeta, que corresponde a suelos de
regiones húmedas templadas. Esto explica el alto valor económico que tiene y porque son
un elemento escaso, en realidad en la naturaleza. La soja apareció en la región
pampeana en un contexto muy favorable para su desarrollo. Esta región se encontraba en
medio de un ciclo húmedo, con relativamente pocas variaciones interanuales en las
precipitaciones (excepción de la sequía de 2008-009) y sin las grandes inundaciones que
habían caracterizado el oeste de la región a principios de la década del 80. La semilla de
la soja es particularmente exigente en humedad para germinar, se cultiva en la región
pampeana y esta expandida también al noroeste.
La gran plasticidad de la soja para adaptarse a diferentes condiciones ambientales y su
elevado precio internacional han contribuido al avance de la frontera agropecuaria los
suelos de la región pampeana son en general menos vulnerables que los suelos de otros
ecosistemas argentinos. Muchas tierras invadidas con malezas de difícil erradicación que
se hallaban sin poder cultivarse fueron incorporadas al proceso productivo debido a la
utilización de la soja resistente a herbicidas. La prolongada sequía entre 2008 y 2009
redujo las posibilidades de siembra de trigo, lo que llevo a los productores a volcarse
todavía más a la soja, ya que no es muy exigente en los suelos muy ricos en nutrientes,
por lo que a menudo es un cultivo que se emplea como alternativa para aquello terrenos
poco fertilizados que no son aptos para otros cultivos.
3. Condiciones político-económico que favorecen la expansión del
modelo sojero en el contexto nacional y global.
Fueron múltiples las políticas que incidieron sobre la constitución del modelo que encarna
la expansión sojera en el país. El marco general en el que se desenvolvió tiene que ver
con el auge del neoliberalismo, particularmente a partir de mediados de los años setenta y
con medida vinculadas con la política agraria enmarcadas en ese proceso. El
neoliberalismo implica cuestiones políticas económicas e ideológicas que se establecieron
a lo ancho del mundo a partir de la década del setenta. En la Argentina, el máximo
esplendor se dio a partir de la década del 90 en un sistema de agro-negocios, que articula
al complejo agro exportador, con grandes exportaciones a la cabeza, grandes
productores, los denominados POOL DE LA SIEMBRA.
Además, en la década de 1970 ocurrieron cambios significativos en el sector
agropecuario. Las primeras modificaciones se produjeron en la región pampeana a partir
de la adopción de elementos tecnológicos de la llamada “Revolución verde”, que se
caracterizó por causar grandes transformaciones, con el uso de agroquímicos, la
incorporación de maquinaria potente y la introducción de sistemas de irrigación para
aumentar los volúmenes de producción. También se adoptaron nuevas variedades de
cultivos, como el trigo de ciclo corto y el maíz hibrido, así como herbicidas y plaguicidas.
Posteriormente estos cambios posibilitaron el ingreso de la soja, que, al ser cultivada
luego del trigo, permitía generar dos cosechas anuales. En Argentina este modelo de
explotación intensifico la plantación y comercialización de la soja. Este cultivo adquiere un
cariz muy especial a partir de mediados de los noventa cuando aparece en el mercado la
soja transgénica. Rápidamente esta variedad sustituyo a la convencional. La soja se
convirtió en uno de los principales productos de exportación. Todo ellos de la mano de la
soja transgénica, la siembra directa, la semilla RR resistente al glifosato y las empresas
transnacionales, que se han convertido en sus principales beneficiarias.
Los ajustes estructurales de corte neoliberal aplicados a la economía argentina, incidieron
no solo sobre el sector agropecuario sino también sobre el agroalimentario en su
conjunto. Las privatizaciones desregulaciones y la apertura casi indiscriminada al exterior
aplicada al conjunto de la economía en aras de lograr una mayor integración a la
economía mundial, repercutieron de forma considerable sobre las tendencias y la
variabilidad de la actividad agropecuaria, los precios de su producción y de sus insumos.
También incidieron sobre el sector agropecuario las transformaciones del sistema
agroalimentario, es decir el procesamiento industrial, la comercialización y la distribución
final de alimentos, orientados tanto al mercado interno como a las exportaciones, así
como el sector de provisión de insumos en particular el semillero.
Una de las características más notable de la expansión sojera es que género en los
productores agrícolas una nueva capacidad de adopción de tecnología en un medio que
hasta el momento había mostrado una actitud relativamente conservadora al respecto.
Estos cambios tecnológicos se centraron en tres aspectos: el uso de semillas
transgénicas, la labranza cero y siembra directa y sistemas de almacenamiento. Con las
nuevas técnicas de la ingeniería mecánica introducían en los cultivos experimentados
rasgos que se consideraban positivos para una mayor eficiencia, por ejemplo, rechazo de
plagas, mayor vigor para soportar herbicidas, mejoras en la calidad alimenticia. Entre
todos esos experimentos que se estaban desarrollando se encontraba la semilla para la
denominada RR resistente al glifosato, un herbicida de alto espectro de bajo precio en el
mercado. Otras de las tecnologías que se extendió por el área fue la labranza cero con
siembra directa. Se trata de sembrar la semilla directamente sobre los restos de la
cosecha anterior, sin dar vuelta la tierra no removerla. Esto por una parte reduce el
impacto de la erosión hídrica y eólica del suelo, que permanece cubierto todo el año, no
limita la reproducción de la micro fauna y retiene en el suelo la humedad por mayor
tiempo. Como contra cara dado que no se eliminan los residuos de otras cosechas, esto
genera una mayor presencia de malezas y pestes, que son combatidas con mayor
cantidad de agroquímicos. Esta tecnología reduce los costos generales de producción y
además tiene un tinte conservacionista de los suelos solamente, por lo cual fue adoptada
por los productores de soja. Desde los años setenta el cultivo de la soja ha crecido
sostenidamente en la Argentina. La producción paso de 3,7 millones de toneladas en
1980/81 a 10,8 en 1990/91 y a 35 en 2002/03. En la campaña del 2006 alcanzo
40millones de toneladas. Se estima que en 2007 fueron sembradas 16,5 millones de has
para producir unos 49 millones de toneladas y así responder a las expectativas
internacionales. Esto significo que la soja paso a representar el 10,6% de la producción de
cereales y oleaginosas en 1980/81 a 28,4% en 1990/91 y a más del 50%en el periodo
2002/02. Otro tanto ocurrió con la superficie destinada a la producción sojera, pues en
1980/81representaba el 9,1% del total del área cultivada con cereales y oleaginosas, en la
campaña 1990/91 paso al 24,8% y en 2002/03 a más del 46%. En la actualidad los 16,5
millones de has que ocupa la producción de granos en el país. Asimismo, la casi totalidad
de la producción sojera es transgénica y se destina a exportación. En 2005 las
exportaciones del complejo sojero representaban 8.460 millones de dólares. La mayor
parte de estas exportaciones fueron harinas y otros subproductos de la soja, destinados
fundamentales al consumo del ganado de los países europeos y china.
Expansión territorial: cada vez son más extensos los suelos destinados a las
producciones de soja, lo que trae como consecuencia en muchos casos la deforestación,
devastación de áreas de bosques y pastizales.
Los efectos del monocultivo: la producción constante de soja sobre un mismo campo
genera a la larga una disminución selectiva de los nutrientes que más utiliza este
producto, lo que llevado a su extremo puede generar el agotamiento del suelo y la
necesidad de agregar cada vez mas fertilizantes.
Enfermedades
Soberanía alimentaria
Trabajo: Reemplazo de mano de obra por maquinaria. Se mecanizo la cosecha, el
harado, la siembra, y el cobate de malezas.
Marco global: fortaleza. La inclusión de América latina en los mercados agro
alimentarios, donde empezaban a formar parte de escena internacional de intercambio
comercial. Hubo varios procesos que acompañaron este cambio, como cambios
tecnológicos en los sistemas alimentarios, la interconexión creciente entre producción
agrícola, industrias y servicios a través de la creación de complejos agroindustriales, las
mejoras en los sistemas de transporte y preservación de alimento; la aparición por un lado
de nichos de demanda de productos por parte de los sectores enriquecidos en los países
desarrollados y por otro la irrupción en el mercado internacional de los países
desarrollados y por otro al ritmo de una mejora en los niveles de alimentación de la
población comenzando a aparecer en el mercado internacional como demandantes de
alimentos, ya sea para la población o para la cría del ganado.
La polémica existente entre el modelo sojero, los transgénicos y los pueblos fumigados,
es que, debido al paquete tecnológico incluido en la compra de las semillas, existe el
glifosato que es un agro toxico que facilita el crecimiento y rendimiento de la soja. Sin
embargo, este pesticida es toxico y cancerígeno para los que tiene contacto con él, ya sea
de manera directa o indirecta por medio de las fumigaciones a los cultivos, sus residuos
en el agua, suelo y aire. Esto afecta la salud humana, no solo de los productores
agropecuarios que aplican este agro toxico sus cosechas, sino también del público en
general que consume estos productos. Así, los pueblos donde el glifosato es rociado, se
ven afectados en su salud por las fumigaciones a los campos, o por los depósitos donde
son guardados estos agroquímicos.
Con respecto al modelo sojero, la seguridad y la soberanía alimentaria, la controversia
que hay ambas es que el modelo sojero está orientado al monocultivo, el cual es un
cultivo transgénico de agricultura industrial que conlleva transformaciones operadas en
todo agroalimentario. Así se ven afectadas la seguridad alimentaria que trata que todas
las personas tengan acceso físico y económico a suficientes alimentos inicuos y nutritivos
para satisfacer sus nece3sidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los
alimentos. A su vez, esto ha contribuido la expulsión de productores y trabajadores rurales
del sector y la perdida de la soberanía alimentaria que busca que las comunidades tengan
acceso al derecho de decidir que, como y donde producir. En consecuencia, se llegó a
una mayor regresividad en la distribución del ingreso debido al aumento de los precios de
los alimentos básicos y expulsión de campesinos y pequeños productores de los campos
de producción.