Está en la página 1de 2

FICHA DE LECTURA N°3

Neill, A. (1974) “Summerhill: Un punto de vista radical sobre la educación de los niños” México:
Fondo de cultura económica. Capítulo 1.
(Información complementaria) Trilla, J. (2002) “El legado pedagógico del siglo XX para la escuela
del siglo XXI” España: Graó.
Capítulo 6

TESIS:

La educación antiautoritarista o progresista se centra en el niño, en sus necesidades y procesos


naturales. La educación como un ejercicio de la libertad y el amor y todo lo que éstos conllevan son la
mejor manera de educar a seres humanos felices, sin complejos y satisfechos. Alexander Sutherland
Neill, en Summerhill, demuestra que éste tipo de educación es posible y efectiva.

IDEAS:

- Claramente influenciado por las ideas pedagógicas de Rousseau, Neill era un convencido de que la
naturaleza del ser humano es bondadosa, son los mismos padres y la sociedad los que corrompen al niño
(a). Las actitudes agresivas, violentas y hasta criminales de los niños son sólo en respuesta a las mismas
actitudes que perciben de los adultos. En Summerhill, Neill cambia esto facilitando lo necesario para
crear un entorno libre, positivo y amoroso.

- Los niños (as) son perfectamente capaces de aprender a autogobernarse y a vivir en comunidad de
manera respetuosa. Ellos eventualmente logran aprender a ser independientes y también a distinguir
entre lo bueno y lo malo, aquello que les favorece y/o perjudica tanto a sí mismos como individuos
como a su comunidad. Neill también da pruebas tangibles de lo efectivo que es considerar tanto a
maestros como alumnos iguales y darles el mismo valor a sus opiniones e ideas. Esto también ayuda a
los (las) niños(as) a desarrollar mentalidad crítica en base a observaciones propias.

- También siguiendo la idea de Rousseau de que las emociones son igual o más importantes que lo
racional, Neill afirma que la meta de la educación y de la vida es la felicidad, no solamente el desarrollo
del intelecto. En éste respecto hay dos cosas que mantiene fuertemente a lo largo del capítulo: la primera
es que una escuela debe ser amorosa, en orden de que los niños se sientan cómodos y en confianza y así
ha de ser también el hogar, de lo contrario, el (la) niño(a) se verá en medio de el conflicto de: ¿quién
tiene la razón, mis padres o la escuela? Lo segundo que cabe mencionar es la noción de que es más
importante en la vida hacer las cosas con gusto que por imposición de un sistema que sólo exige, es mil
veces preferible un obrero contento que un médico exitoso y desgraciado.

- La represión sexual (esto de acuerdo con las influencias de Freud en Neill) es la peor expresión de la
represión que la sociedad ejerce en los individuos, las ideas de excesivo puritanismo propias de la época
tenían un efecto completamente negativo en los niños. Para Neill la sexualidad y el sexo son parte
normal, casi cotidiana de la vida y el no expresarlas libremente conlleva problemas sociales inevitables
(“niños problema”).

- Neill pudo apreciar que los niños tienen una increíble capacidad para desarrollar importantes valores
como el sentido de la justicia y el respeto hacia otros y uno mismo.

- Neill hace hincapié en algunas fallas de la educación como la conocemos: 1) el trabajo del educador se
ve coartado por las restricciones impuestas por el sistema, 2) Los métodos disciplinarios utilizados en la
escuela generan temor además de culpabilidad en los niños, ambas sensaciones son causa de hostilidad
en ellos, 3) En la sociedad prima el éxito académico o económico antes que el éxito personal, 4) El (la)
niño(a) que no crece en libertad tiende a ser más temeroso de la vida e influenciable por el entorno,
además de dependiente.
“La función del niño es vivir su propia vida, no la que sus impacientes padres desean para él, ni la que
está de acuerdo con el propósito del educador […] Todas éstas interferencias y guías por parte de los
adultos sólo producen una generación de autómatas” (pags. 26 y 27, Summerhill).

OPINION PERSONAL:

Me encantó el texto, a tal punto que me interesó investigar más acerca de Neill, Summerhill y su actual
situación. Me parece un caso demasiado particular, casi utópico, pero al fin y al cabo realizable. Es
como “Emilio” de Rousseau evolucionado y aplicado a la vida real. Es increíblemente interesante leer
algo que valla más allá de lo meramente académico.
Hay una o dos cosas que me causaron sentimientos encontrados; en primer lugar, me parece lamentable
que éste tipo de educación sea sólo para niños de clases sociales un poco más elevadas (cuando fue
abierta costaba 120 libras anuales por persona, ahora, Summerhill cuesta 800 libras anuales por niño)
aunque sé que es con justa razón, como éste proyecto no cuenta con apoyo estatal resulta simplemente
caro mantenerlo. Pienso que cualquier estado más que nunca debiera invertir en métodos más drásticos
cuando algo en el sistema no funciona (como aquí, en Chile, lo hicieron con el Transantiago, por
ejemplo) y sé que esto también es poco realista. Lo nuevo y diferente tiende a causar miedo o rechazo
(Tony Blair trató de cerrar Summerhill en 1999, afortunadamente no pudo).
Lo segundo que me dejó pensando y, aún más, me convenció de que abrir una escuela como Summerhill
en Chile sería seguramente una cuasi imposible hazaña, es el nivel de claridad y confianza que deben
tener los padres, el tipo de hogar que han de formar y la distinta concepción de la vida que han de tener
y lo distintas que deben ser sus expectativas en sus hijos.

CITAS:

- “Neill muestra un respeto incondicional por la vida y la libertad, y una negativa radical al uso de la
fuerza. Los niños criados en tales métodos desarrollarán en sí las cualidades de razón, amor, integridad y
valor, que son los objetivos de la tradición humanista occidental” (Erich Fromm, pag. 15)

- “Hace algunos años alguien propuso en una asamblea general de la escuela […] que cierto delincuente
fuera castigado prohibiéndole asistir a las clases durante una semana. Los demás niños protestaron
porque les pareció demasiado severo el castigo” (Alexander S. Neill, pag. 23)

- “A las generaciones nuevas hay que ofrecerles la oportunidad de crecer en la libertad. Dar libertad es
dar amor. Y sólo el amor puede cambiar el mundo” (A. S. Neill, pag. 88)

También podría gustarte