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ANSIEDAD Y MIEDO

A LA MUERTE

Por Jaime Ernesto Vargas Mendoza


Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
2009
En la situación estresante conocida como Ansiedad, lo que ocurre es
una expectativa generalizada de daño.
El individuo ansioso experimenta un estado de tensión incrementada
a la que Walter Cannon describía en 1927 como una preparación
para “luchar o huir”. Si la amenaza cesa o es resuelta, la persona
(o el animal) regresa a su funcionamiento normal. De esta manera,
la ansiedad habrá servido a su propósito al alertarnos sobre un
posible daño.
Desafortunadamente, algunas veces la alarma sigue sonando y el
individuo continúa actuando como si estuviera en un peligro
constante. Semejante estrés prolongado, puede desarticular la vida
de una persona, destruir las relaciones personales e incluso, producir
cambios orgánicos que pongan en peligro la vida.
¿Será la seguridad de nuestra muerte futura la alarma que nunca
deja de sonar? ¿Es la ansiedad ante la muerte la fuente de la más
profunda preocupación? ¿O es el temor a la muerte, una reacción
situacional o anormal, que ocurre cuando nuestras habilidades de
confrontación se ven rebasadas?
Hay muchos ejemplos de las cosas
a las que teme la gente: a los panteones,
a subirse a un avión, a hablar en público,
a estar en una cornisa, a estar solo, a ser
enterrado vivo, entre otras.
A diferencia de la ansiedad, el miedo se
relaciona con amenazas más específicas,
consecuentemente, el miedo es menos
probable que desarticule la vida de alguien,
y uno puede ya sea aprender a evitar las
situaciones temidas o aprender a relajarse
y dominarlo.
A los miedos irracionales y fuera de
proporción ante el posible daño, se les
denomina como Fobias. Muchos miedos y
fobias, parecen no tener nada que ver con la
muerte, aunque algunos sí, como el miedo a
los aviones y a ser enterrado vivo.
Teorías sobre el Miedo y la
Ansiedad ante la Muerte

Existen dos influyentes teorías que han dominado, hasta la última parte
del Siglo XX, en el pensamiento respecto al miedo y la ansiedad ante la
muerte.
Sigmund Freud (1856-1939) fue el primero que tuvo algo que decir.
El fundador del psicoanálisis reconocía que la gente a veces expresaba
su miedo a la muerte.
A pesar de todo, la tanatofobia, como él la llamaba, era meramente un
desazón que provenía de una fuente de preocupación más profunda.
No era a la muerte a lo que le temía la gente, porque …
“Nuestra propia muerte es bastante
inimaginable… En lo profundo, nadie
cree en su propia muerte, o diciéndolo
de otra manera, en el inconsciente
cada uno de nosotros está convencido
de su propia inmortalidad”.
Freud (1953) pp. 304-305
El inconsciente no repara en el paso del tiempo, ni con la
negación de este.
Más aún, cualquiera que sea nuestro temor, no puede ser
temor a la muerte, porque nunca hemos experimentado lo que
es la muerte.
Las personas que expresan temores relacionados con la
muerte, entonces, en realidad están tratando de enfrentarse a
sus conflictos infantiles no resueltos, mismos que no pueden
hacer conscientes y expresarlos abiertamente.
La reducción que hace Freud de
los temores ante la muerte, a una
cubierta neurótica, no recibió
ningún reto serio, hasta la aparición
del libro de Ernest Becker,
publicado en 1973 y titulado
The Denial of Death.
El punto de vista existencialista de
Becker, resaltó la teoría de la
ansiedad ante la muerte como un
tema capital.
No solo es real la ansiedad ante la
muerte, sino que es la fuente más
profunda de preocupación de la
gente.
Esta ansiedad es tan intensa que genera muchos, si no es que todos,
los miedos y fobias específicas que las personas experimentan en su
vida diaria.
Los miedos de estar solo o de estar confinado en un espacio estrecho,
por ejemplo, son miedos cuya conexión con la muerte es fácil de
rastrear y así mismo lo es la necesidad de luces brillantes y de ruido.
Resulta más confortable, más apropiado para mantener nuestra auto-
imagen, el transformar la ansiedad subyacente en una variedad de
pequeñas aversiones.
De acuerdo con Becker, buena parte de los comportamientos
cotidianos de la gente consisten en intentos de negar la muerte y
consecuentemente, mantener en control su ansiedad básica.
Becker sugiere también que aquí es donde se vuelve crucial la
sociedad, ya que muchas de las prácticas y las creencias están al
servicio de negar la muerte y reducir la ansiedad experimentada.
Los servicios funerarios con sus flores y homilías o el sistema médico
con su actitud evasiva.
Un nuevo enfoque, la teoría del
arrepentimiento, fue propuesta en 1996
por Adrian Tomer y Grafton Eliason.
La teoría del arrepentimiento se centra en
la forma en que las personas evalúan la
calidad o el sentido de sus vidas.
Es probable que la proximidad de la muerte
ponga más ansiosa a la gente, si sienten
que no han podido lograr algo bueno en su
vida. Las personas pueden atormentarse
queriendo regresar al pasado para evitar
sus errores y no dejar pasar sus
oportunidades.

Adrian Tomer
Robert Kastenbaum sugiere que la gente no necesita de una teoría
especial de la ansiedad y el temor a la muerte. En lugar de ello, pueden
hacer uso del conjunto de la investigación en el campo del desarrollo
psicológico. La ansiedad puede tener raíces en el ser físico de las
personas, pero es mediante las experiencias personales y los
encuentros sociales que aprendemos lo que nos puede dañar y,
consecuentemente, a lo que debemos temer.
Estos miedos, también, siguen los trazos de las circunstancias
sociohistóricas. Por ejemplo, el miedo a la muerte era sobresaliente en
muchas sociedades preliterarias, mientras que el temor a ser enterrado
vivo se esparció en Europa y América durante el Siglo XIX.
En la actualidad, mucha gente expresa su temor de quedarse en un
estado vegetativo entre la vida y la muerte.
Así, los miedos relacionados con la muerte, se desarrollan dentro de
contextos sociales particulares y bajo las experiencias particulares de
las personas.
Estudios sobre la Ansiedad
ante la Muerte
Ha habido muchos estudios empíricos sobre la ansiedad ante la muerte
y han permanecido muchas interrogantes, debido a limitaciones
metodológicas y las dificultades inherentes al tópico. A pesar de todo,
una revisión crítica de la literatura nos revela algunas regularidades
interesantes:
• La mayoría de la gente reporta tener una ansiedad ante la muerte en
un nivel de bajo a moderado.
• Las mujeres reportan tener niveles más altos.
• Esta ansiedad no aumenta conforme uno se hace viejo, sino que se
reduce.
• Las personas con desórdenes mentales o emocionales poseen
niveles más altos de ansiedad ante la muerte, que la población general.
• La ansiedad ante la muerte puede repuntar temporalmente a un nivel
alto para quienes se han expuesto a una situación traumática.
RELIGIÓN.

La relación entre la ansiedad ante la muerte y las creencias religiosas


es muy compleja como para proporcionarnos un patrón simple de
resultados. Las enseñanzas relacionadas con la muerte difieren y los
creyentes pueden adoptar diferentes mensajes a partir de la misma
doctrina básica.

Los estudios históricos también sugieren que la fe y las prácticas


religiosas, algunas veces reducen y otras incrementan la ansiedad
frente a la muerte.
SALUD.

Los resultados que hemos mencionado provienen sobretodo de


estudios donde se entrevistan a personas que reportan sus propios
miedos y tienen una salud relativamente buena.
Hay evidencia que sugiere que la gente puede estar experimentando
mayor ansiedad de la que está dispuesta a confesar.

Aún aquellos que responden calmadamente a preguntas o imágenes


relacionadas con la muerte, muestran alguna agitación en su
respiración, tasa cardiaca y tiempo de reacción, entre otras medidas.
GÉNERO.

Las diferencias de género también requieren de una segunda mirada.


Aunque las mujeres tienden a reportar niveles más altos de ansiedad
relacionada a la muerte, también es cierto que las mujeres son
quienes en su mayoría proporcionan servicios profesionales y
voluntarios a las personas en estado terminal y son las mujeres las
que en su mayoría se inscriben en los cursos sobre educación
respecto a la muerte.
Las mujeres son más abiertas a los sentimientos y los pensamientos
relacionados con la muerte y los hombres, de alguna manera, están
más interesados en mantener estos pensamientos y sentimientos bajo
control. Los niveles relativamente mayores de ansiedad ante la muerte
reportados por las mujeres, quizá contribuyen a su empatía con el
proceso de morir y con la gente en duelo y son un deseo de ayudarlos
a enfrentar estos sucesos.
EDAD.

La relación entre la edad y la ansiedad ante la muerte también es


compleja.
Los adolescentes simultáneamente manejan un sentido de inmortalidad
y experimentan vulnerabilidad y un terror incipiente, aunque al mismo
tiempo disfrutan transformando la ansiedad relacionada con la muerte
en actividades desafiantes con riesgos mortales.
A lo que la gente le teme mas, en relación con la muerte,
frecuentemente cambia con la edad.
Los adultos jóvenes se preocupan por morir y no poder experimentar y
logar lo que querían.
Los adultos mayores expresan preocupación por “vivir demasiado” y
volverse inútiles, siendo una carga para otros.
La Ansiedad y el Confort al
acercarse el Fin de la Vida
La emergencia de programas hospitalarios y el movimiento de los
cuidados paliativos a estimulado una creciente atención a las
necesidades emocionales, sociales y espirituales de los moribundos.
Es más probable ahora el reconocer las señales de ansiedad y
evaluarlas para ayudar al paciente. Estos signos incluyen el temblor, la
inquietud, la sudoración, la taquicardia, las dificultades para dormir y la
irritabilidad.
Los profesionales del cuidado médico pueden reducir la ansiedad del
enfermo terminal proporcionándole información precisa de lo que le pasa
y utilizando técnicas de relajación, así como haciendo uso de ansiolíticos
o de antidepresivos.
La familia y los amigos pueden ayudar a aliviar la ansiedad (incluyendo
la propia), al comunicarse adecuadamente con la persona terminalmente
enferma.
REFERENCIA :

Robert Kastenbaum
Anxiety and Fear – Encyclopedia of Death
and Dying Advameg Inc. 2007
www.deathreference.com
 En caso de citar este documento por favor utiliza la siguiente
referencia:  

 Vargas-Mendoza, J. E. (2009) Ansiedad y miedo a la muerte. México:


Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. En
http://www.conductitlan.net/ansiedad_y_miedo_a_la_muerte.ppt

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