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RESPUESTA INFLAMATORIA
Inflamación.-
¿Qué es la inflamación?
La inflamación es una respuesta inespecífica del hospedador frente a una lesión o infección,
que se caracteriza por eritema, hinchazón, calor y dolor, cuya función es:
Inflamación Aguda.
Inflamación Crónica.
Durante la inflamación, se produce una activación y un aumento de las proteínas de fase aguda
(comprendidas en los mediadores químicos de la inflamación). Estas proteínas son las
encargadas de todas las reacciones y respuestas localizadas y sistémicas que se producen
durante la inflamación. Algunas de ellas son producidas en el hígado, o se encuentran en sangre
y son activadas cuando hay daño tisular.
Estas reacciones son causadas por la liberación de sustancias desde las células de la zona
dañada. Histamina: Presente en la mayoría de los tejidos, especialmente en el Mastocito del
conectivo y en los basófilos en las plaquetas sanguíneas. Esta sustancia es liberada por lesión
tisular o por estímulos. Cininas: causan vasodilatación y aumentan la permeabilidad del vaso.
Están presentes en el plasma y cuando son activadas atraen a los granulositos fagocíticos
(neutrófilos). Prostaglandinas: Liberadas por las células dañadas. Ayudan al efecto de las
histaminas y las Cininas además de facilitar el movimiento del fagocito por los capilares.
Leucotrienos: Producidos por los Mastocito, y los basófilos, producen el aumento de la
permeabilidad y ayudan a la adherencia del fagocito al microorganismo invasor.
2) Migración del Fagocito y Fagocitosis: Cuando el flujo sanguíneo disminuye los fagotitos se
adhieren al endotelio de los vasos sanguíneos (marginación), luego estos fagocitos atraviesan
el endotelio y se desplazan al área dañada (diapédesis), cuando alcanzan las células dañadas,
fagocitan a los microorganismos invasores y los destruyen. Cuando la inflamación se va
desarrollando, los monocitos que llegan a la zona dañada, cambian su naturaleza y se
trasforman en macrófagos. Los granulositos predominan en las primeras etapas de la
inflamación, los macrófagos en la tardía. Estos son mucho más grandes y tienen mucho mas
potencial fagocítico (fagocita tejidos, granulositos muertos y microorganismos invasores de
toda naturaleza).
Señal de Inflamación.-
Fiebre: respuesta sistémica o total en donde la causa más frecuente es la infección por
bacterias (y sus toxinas) o virus.
Escalofríos: Cuando el organismo es invadido por patógenos y supongamos que el
ajuste del termostato se incrementa a 39, para ajustarse a esta nueva temperatura
el organismo responde mediante constricción de los vasos sanguíneos y aumento de la
tasa metabólica, lo cual eleva la temperatura, pero a pesar de que la temperatura
aumente por encima de lo normal la piel permanece fría y se siente frío, de ahí el
cuadro de escalofríos, siendo un signo de que la temperatura está aumentando.
Los componentes celulares de la inflamación son todas aquellas células o cuerpos celulares que
actúan como defensa contra la infección e incluyen células de defensa, como las células
fagocitas.
Los leucocitos están divididos en dos categorías principales, basadas en su apariencia bajo el
microscopio de luz (óptico): los granulocitos y los agranulocitos. Los granulocitos deben su
nombre a la presencia de largos gránulos en su citoplasma que pueden ser vistos bajo el
microscopio de luz después de aplicar la tinción. Los granulocitos se diferencian en tres tipos
de células de acuerdo a cómo se tiñen sus gránulos: neutrófilos, basóficlos y eosinófilos. Los
gránulos de los neutrófilos se tiñen lila pálido con una mezcla de tinta ácida y básica. Los
neutrófilos también son llamados comúnmente leucocitos polimorfonucleares o polimorfos (el
término polimorfo hace referencia al hecho de que el núcleo de los neutrófilos tiene de 2 a 5
lóbulos). Los neutrófilos, que son altamente fagocíticos y móviles, se activan en la etapa inicial
de una infección. Tienen la habilidad de dejar la sangre, entrar en el tejido infectado y
destruir los microbios y las partículas extrañas. Los basófilos se tiñen azul-púrpura con el
tinte básico azul de metileno. Los basófilos liberan sustancias como la histamina, que son
importantes en las respuesta inflamatoria y alérgica. Los eosinófilos se tiñen de rojo o naranjo
con el tinte ácido eosina. Los eosinófilos son un poco fagocíticos y también tienen la habilidad
de dejar la sangre. Su función principal es producir proteínas tóxicas para ciertos parásitos,
como el helminto. Aunque los eosinófilos son físicamente más pequeños para ingerir y destruir
a los helmintos, pueden atacar la superficie externa del parásito y descargar iones de peróxido
que los destruyen. Su número incrementa significativamente durante infecciones causadas por
gusanos parásitos y por reacciones de hipersensibilidad (alergias).
Los Agranolucitos también tienen gránulos en su citoplasma, pero éstos no son visibles bajo el
microscopio de luz después de la tinción. Hay tres tipos de agranolucitos diferentes: los
monocitos, las células dendríticas y los linfocitos. Los monocitos no son fagocíticos activamente
hasta que dejan la circulación sanguínea, entrando a los tejidos corporales y madurando como
macrófagos. De hecho, la proliferación de los linfocitos es un factor responsable de la
hinchazón de los ganglios linfáticos durante una infección. Cuando la sangre y la linfa que
contienen microorganismos pasan por órganos que tienen macrófagos, el microorganismo es
removido a través de la fagocitosis. Los macrófagos también se deshacen de las células
sanguíneas desgastadas.
Se cree que las células dendríticas derivan de monocitos. Tienen grandes extensiones que se
parecen a las dendritas de las células nerviosas, por eso su nombre. Las células dendríticas son
especialmente abundantes en la epidermis de la piel, en las membranas mucosas, el timo y los
ganglios linfáticos. La función de las células dendríticas es destruir a los microbios por medio
de la fagocitosis e iniciar la respuesta inmune adaptativa.
Los linfocitos incluyen a las células asesinas (natural killers), los linfocitos T y los linfocitos B.
Las células o linfocitos T y B normalmente no son fagocíticos, pero juegan un rol clave en la
inmunidad adaptativa. Esto ocurre en los tejidos linfoides o en el sistema linfático y también
en la circulación sanguínea.
Sistema Linfático: consiste en un fluido llamado linfa, vasos llamados vasos linfáticos, un
número de estructuras y órganos que contienen tejido linfoide y la médula ósea roja, donde las
células del tronco se convierten en células sanguíneas, incluidos los linfocitos; las fibras
linfoides, que atrapan microbios, y los macrófagos y células dendríticas que destruyen
microbios a través de la fagocitosis. Toda la linfa pasa eventualmente por el ducto torácico
(linfático izquierdo) y por el ducto linfático derecho y luego sus respectivas venas subclavias,
donde el fluido ahora se llama plasma sanguíneo. El plasma sanguíneo se mueve a través del
sistema cardiovascular y en última instancia se convierte en líquido intersticial entre células
del tejido, y otro ciclo comienza.
El tejido y los órganos linfoides están dispersos a lo largo de las membranas mucosas que
envuelven los tractos gastrointestinal, respiratorio, urinario y reproductivo. Protegen contra
los microbios que son ingeridos o inhalados. Largas agregaciones múltiples de tejido linfoide se
localizan en partes específicas del cuerpo. Estos incluyen las amígdalas en la garganta y la
placa de Peyer en el intestino delgado.
Fagocitos.-
Durante el transcurso de una infección, ocurre un cambio en el tipo de glóbulos blancos que
predominan en el torrente sanguíneo. Los granulocitos, especialmente los neutrófilos, son
predominantes durante la fase inicial de una infección bacteriana, durante la cual son
fagocíticos activamente. Sin embargo, cuando la infección progresa, los macrófagos
predominan; ellos rebuscan y fagocitan las bacterias vivas restantes y las muertas o
moribundas. El incremento en el número de monocitos (que se convierten en macrófagos)
también se refleja en el conteo de glóbulos blancos diferenciales.
Además, aunque en menor medida que otras células pero de igual forma, presentan antígenos a
los linfocitos T helper, esto gracias a que tiene en su membrana plasmática el complejo de
histocompatibilidad mayor o HMC, al igual que otras células fagocitas. Esto ayuda a generar,
posteriormente, la inmunidad adaptativa o adquirida.
Para cumplir su función, por lo general deben unirse a receptores específicos en la membrana
de la célula blanco o diana, de esta forma las activan. La presencia de mediadores químicas
produce, entre otras cosas, la activación de ciertas células; que las células dianas secreten más
mediadores para amplificar la respuesta; y un aumento en la permeabilidad de los vasos
sanguíneos, en la quimiotaxis, la opsonización, vasodilatación y hematopoyesis. Esto genera que
lleguen mayor cantidad de células al lugar de la inflamación y se sinteticen a su vez nuevas
células sanguíneas y maduren y germinen las que ya estaban en la médula ósea, para ayudar en
la respuesta inflamatoria.
Aminas Vasoactivas.-
Se almacenan preformadas en gránulos, dentro de las células que los producen. Son mediadores
de la inflamación.
-Histaminas: producida en su mayoría por los Mastocito y en menor medida por Basófilos y
Plaquetas. La histamina puede ser liberada desde los mastocitos, cuando estos se desgranulan
en respuesta a estímulos como daño tisular, cambios de temperatura, traumatismo, unión con
anticuerpos (alergia), unión a elementos del sistema de complemento (anafilotoxinas C3a y
C5a), por proteínas que induzcan a la liberación de histaminas (leucocitos), por neuropeptidos
(sustancia P) y citoquinas. Estos compuestos tienen como función dilatar arteriolas y aumentar
la permeabilidad de las venas. Esto facilita la movilización de compuestos hacia la zona de
inflamación y el paso de sustancias desde las venas hacia el tejido dañado y la salida del
exudado. Esto gracias a los receptores H1 (presentes en células endoteliales).
El complemento.-
El complemento fue descubierto a finales del siglo XIX por Bordet como algo presente en el
suero inmune que ayudaba o "complementaba" el efecto de los anticuerpos en su acción
destructora de bacterias. El complemento es termolábil de forma que si el suero es calentado
a 56 o más grados el efecto no se produce.
Efectivamente hoy se sabe que los factores del complemento potencian la inflamación y la
fagocitosis y actúan produciendo la lisis de microorganismos. Esto es de una gran importancia
en la defensa del organismo, esencialmente como parte de la respuesta innata, tan eficiente
frente a gérmenes que han conseguido atravesar las barreras naturales de defensas como son
la piel y las mucosas. También potenciando la acción de los anticuerpos como parte de la
respuesta humoral. El complemento es especialmente importante frente a gérmenes gram
negativos que pueden ser directamente lisados por anticuerpos y complemento.
La mayor parte de los factores del complemento son proteínas plasmáticas y una pequeña parte
de ellos son proteínas de membrana. La mayoría de los factores del complemento se nombran
con una letra seguida de un número (C1, C2, C3 entre otros) y otros poseen nombres propios
(factor B, properdina, etc.). Desgraciadamente los factores no se han descubierto en el mismo
orden que indica su numeración y este es uno de los elementos más incómodos a la hora de
estudiar el complemento. Por ejemplo, a la activación de C1 sigue la de C4 y C2. Muchos de los
componentes del complemento (C2, C3, C4, C6, C7, C8, Factor B y Factor I) son polimórficos.
Es decir, que aunque estas moléculas se encuentran en todos los individuos, no son idénticas en
todos ellos existiendo diferencias alélicas de unos a otros. Estas diferencias se acentúan entre
poblaciones y razas distintas.
El hepatocito es el principal productor de factores del complemento. También los macrófagos
activados producen la mayoría de los factores del complemento en el foco inflamatorio, lo que
es de gran importancia porque así se garantiza la presencia de factores del complemento en el
foco inflamatorio. Las citocinas inflamatorias (IL1, IL6 y TNF) e IFN-γ incrementan la síntesis
de algunos factores del complemento en el hígado.
• la vía clásica,
• la vía alternativa
• la vía de las lectinas
La vía clásica se inicia por la unión antígeno/anticuerpo, la vía alternativa por las membranas
bacterianas directamente y la vía de las lectinas por manosa de polisacáridos presentes
generalmente en la superficie de bacterias. En todos estos procesos de activación se llega a un
paso en el que C3 se escinde en C3a y C3b. Después el C5 se escinde en C5a y C5b. El C5b es el
primer factor de la llamada vía terminal o lítica, en la que confluyen las tres vías del
complemento mencionadas.
El complemento es un sistema muy eficiente para luchar contra las infecciones. Una vez
iniciado se produce una amplificación progresiva de las reacciones que lo convierte en un
fenómeno imparable hasta que consigue el objetivo de aniquilar al microorganismo que lo puso
en marcha. El inicio por error de esta cadena de reacciones acarrearía serias consecuencias
para la salud. Por este motivo no es de extrañar que existan tantos factores encaminados a
controlar el sistema como factores tiene el propio complemento. A pesar de ello el
complemento entra a veces en un círculo vicioso de activación que puede terminar con la vida
del individuo. Este es el caso de la coagulación intravascular diseminada, aunque como indica su
nombre están involucrados otros sistemas, como el de la coagulación, de las kininas y el
fibrinolítico.
Algunos animales de presa cusan la muerte de sus víctimas inyectándoles productos que activan
el sistema del complemento. El factor de veneno de cobra no es más que un análogo del factor
del complemento C3b que provoca una activación masiva del complemento que termina causando
la muerte en pocos minutos.
Vía alternativa.
C3b, como todos los factores del complemento, se encuentra tanto en la sangre como en todos
los tejidos del organismo. En cualquier parte del organismo, por tanto, está efectuándose
permanentemente la escisión lenta de C3 descrita en el apartado anterior. La aparición en la
escena de un microorganismo apropiado cambia el destino de C3b pues en vez de entrar en una
vía de catabolismo forma un enlace covalente con la superficie del germen que amplifica la vía
alternativa.
Además, otro factor del complemento, el factor B, se une a C3b, bloqueando la unión del factor
H. Se forma así sobre la bacteria el complejo C3bB, significando este paso el inicio de la
cascada de reacciones de la vía alternativa C3bB tiene una vida media de milisegundos y esto
representa un efectivo mecanismo de control del sistema dado que si C3bB no queda adherido
sobre la superficie del germen se inactivará rápidamente, disminuyendo el riesgo de que se
adhiera a un componente de nuestro propio organismo.
Sobre el factor C3bB actúa el factor D del suero, que tienen actividad serinesterasa sobre B.
La escisión de un pequeño fragmento de B (Ba) deja sobre la superficie del germen el complejo
C3bBb, que ahora tiene vida media de 1 minuto.
Este complejo C3bBb se denomina convertasa de C3 de la vía alternativa porque posee poder
hidrolítico sobre C3, el factor más abundante del complemento. La acción sucesiva de C3bBb
sobre muchas moléculas de C3 del entorno produce gran cantidad de fragmentos de C3b que
quedan adheridos a la superficie del germen. El germen termina siendo opsonizado por cientos
o miles de moléculas de C3b, es decir, es "marcado" para que sea fácilmente reconocido y
fagocitado por células fagocitarias, que poseen receptores para este C3b. En paralelo a la
liberación de C3b se producen fragmentos de C3a de gran importancia funcional como veremos
después.
Existe todavía otro factor, la properdina, que se une a C3bBb para dar el complejo C3bBb
properdina (C3bBbP), que adquiere ahora una vida media de 5 minutos. Antiguamente a esta vía
se le llamaba de la properdina. Como se puede observar, los factores del complemento se van
estabilizando progresivamente sobre la superficie del germen adquiriendo cada vez una vida
media más larga.
La fagocitosis de microorganismos opsonizados por C3b es el mecanismo de muerte más
importante de esta vía alternativa. No obstante existe un mecanismo de muerte de reserva por
el que esta vía alternativa puede dar muerte a los gérmenes incluso en ausencia de fagocitos.
Cuando C3bBb se acopla con otra molécula de C3b se forma el complejo C3bBb3b que posee
actividad enzimática sobre el factor C5. La escisión de C5 es el primer paso de la vía lítica que
concluye con la formación del complejo de ataque y perforación de la membrana como se verá
más adelante.
Vía clásica.
Se inicia en la superficie de una célula o bacteria cuando a ella se unen anticuerpos (unión
Ag-Ac) y en consecuencia se active la fracción C1 y siempre que el anticuerpo que participe en
ello sea del tipo IgM o IgG de las clases IgG1, IgG2 o IgG3. En el caso de la IgG (monomérica)
se necesitan al menos dos complejos Ag-Ac cercanos para que las fracciones Fc de la IgG unan
y activen el factor C1. En el caso de la IgM (pentamérica) solo es necesario un complejo Ag-Ac.
La unión de la Ig al antígeno induce un cambio conformacional en los dominios de la región Fc
que permite la unión del factor C1.
El factor C1 está compuesto por tres subunidades proteicas, C1q, C1r y C1s. El C1q está
formado por cadenas polipeptídicas idénticas, cada una de las cuales posee un extremo
fibroso y otro globular por donde reconoce a la región constante de los anticuerpos. Los C1r y
C1s son serinproteasas. El complejo C1 esta formado por una molécula de C1q, dos de C1s y dos
de C1r.
La subunidad C1q es por donde se fija al extremo Fc del anticuerpo. Este fenómeno pone en
marcha la cascada de reacciones. C1q va a activar a dos subunidades C1r, que actuará sobre dos
C1s que, adquieren actividad de esterasa de tipo serina, responsable de iniciar las fases
siguientes. Para que se produzca la activación de C1q, éste debe estar unido por su región
globular al menos a dos moléculas de IgG, mientras que en el caso de la IgM pentamérica una
sola molécula es suficiente.
Un aspecto importante para entender algunas patologías en las que se activa el complemento de
forma anómala es que C1 solamente se activa cuando las regiones constantes de las
inmunoglobulinas a las que ha de unirse se encuentran a una distancia apropiada sobre una
superficie estable. Esto explica por qué el complemento no se activa por complejos antígeno-
anticuerpo solubles en la sangre y en los líquidos biológicos. Por el contrario, en algunas
enfermedades autoinmunes los complejos antígeno-anticuerpo van depositándose lentamente a
lo largo de los años en los filtros biológicos hasta que el factor C1 acaba por encontrar las
condiciones idóneas para depositarse sobre dichos complejos y activarse. Estos órganos
terminan siendo dañados por el complemento, sin tener nada que ver con la reacción inmune que
ha dado lugar a los complejos.
La activación de C1q provoca que una molécula de C1r del complejo C1qr2s2 pierda por
autocatálisis un fragmento de bajo peso molecular, quedando activada. Esta molécula activa a la
otra molécula de C1r. Las dos moléculas de C1r atacan a las dos moléculas de C1s liberando
sendos fragmentos de bajo peso molecular, dejando expuestos sus dominios catalíticos. La
activación de C1 es Ca++ dependiente. De esta forma C1s se convierte en un enzima del tipo
serin-proteasa cuyo substrato son los factores C4 y C2.
Activación de C4 y C2.
C1s (del complejo C1q2r2s) actúa sobre la cadena α de C4 produciendo su escisión en dos
fragmentos, uno pequeño C4a que es una anafilotoxina de baja actividad y otro mayor C4b, que
se une por enlace covalente de tipo éster o amida a la superficie celular. La vida media de C4b
es tan sólo de milisegundos y esto representa un mecanismo de seguridad para que la reacción
solamente progrese si se realiza sobre la superficie de un germen y otra célula.
C1s también actúa sobre C2, provocando la escisión de esta molécula en dos fragmentos, uno
pequeño C2b, sin actividad de anafilotoxina, y otro mayor C2a. Este último se une al C4b para
formar sobre la superficie del germen el complejo C4b2a. Este complejo tiene actividad
esterásica y su substrato es el C3 por lo que a C4b2a se le llama convertasa C3 de la vía
clásica.
La unión de C2a a C4b da estabilidad al complejo C4b2a que pasa a tener una vida media de 5
minutos. De esta manera se observa como tanto en la vía alternativa como en la clásica a
medida que progresan las reacciones no sólose amplifica el fenómeno sino que sus componentes
se van haciendo más estables sobre la superficie celular.
El complejo C4b2a, con centro activo en C2a, actúa sobre la cadena alfa del factor C3 que se
transforma por proteólisis en dos fragmentos, uno pequeño la anafilotoxina C3a, que pasa al
medio líquido, y C3b que se une a la membrana celular mediante enlace de tipo éster o amida. El
germen se ve progresivamente rodeado por cientos o miles de fragmentos C3b para el cual
tienen receptores los fagocitos. El germen es así opsonizado, o lo que es igual, "marcado" para
ser reconocido, interiorizado y destruido por los fagocitos, siendo este el mecanismo de
muerte más importante del complemento. La fagocitosis de células mediada por C3b ilustra
mejor que ningún otro fenómeno el paralelismo de las vías alternativa y clásica del
complemento.
La función que C1q cumple en la vía clásica es reemplazada en esta vía de la lectina por una
proteína sérica de origen hepático de la familia de las colectinas llamada proteína fijadora de
manosa (MBP, mannose-binding protein) que puede reconocer restos de manosa en los
polisacáridos de membrana de una gran variedad de gérmenes (bacterias, hongos, protozoos y
virus). Por tanto esta vía puede activarse en ausencia de anticuerpos y por tanto se puede
poner en marcha incluso en individuos que no han sido previamente inmunizados.
La estructura básica de la MBP se puede polimerizar en grado variable pero su actividad
biológica requiere al menos el grado de complejidad del tetrámero. El extremo lectina
reconoce la manosa en la superficie de los gérmenes y el extremo colágeno activa la cascada
del complemento, si bien puede llevar a cabo otras funciones efectoras. La MBP es por tanto
estructural y funcionalmente muy parecida a C1q.
La MBP se encuentra en suero asociada a una proteína con actividad enzimática parecida a C1s
denominada MASP (MBP-associated binding protein, proteína asociada a MBP). MASP adquiere
actividad enzimática cuando el extremo lectina de la MBP reconoce a la manosa sobre la
superficie de gérmenes. MASP activada escinde a C2 y C4 de forma similar a como lo hace C1s,
progresando entonces la cascada del complemento de forma idéntica a cómo lo hace en la vía
clásica. MASP existe en cuatro formas (MAS-1, 2, 3 y Map), si bien la más importante
funcionalmente es la MASP-2.
La MBP, además de su función en la activación de C2 y C4, se comporta como un factor
opsonizante para los gérmenes, facilitando así su fagocitosis y destrucción por parte de células
del sistema fagocítico mononuclear.
La vía alternativa, la vía clásica y la vía de la lectina confluyen en una vía común denominada vía
lítica por la cual se formará el complejo final con capacidad citolítica propia del final de esta
cascada del complemento. El primer paso de esta vía es la escisión de C5 en dos componentes,
C5b y C5a. Esta escisión la pueden llevar a cabo dos enzimas, una generada en la vía alterna,
llamada C3bBb3b, y otra en la vía clásica y en la vía de la lectina, llamada C4b2a3b.
Por el efecto de estas enzimas, cientos o miles de fragmentos de C5b se unen a la membrana y
cada uno de ellos capta desde la fase fluida circundante los fragmentos C6 y C7, que ya
adquieren actividad quimiotáxica y de fijación a membranas.
Si al complejo C5b67 se une la fracción C8, el complejo C5b678 adquiere capacidad citolítica
gracias a que C8 modifica su configuración espacial para ofrecer zonas hidrofóbicas que
facilitan su inserción en la membrana. Este complejo adquiere capacidad para interactuar con
el factor C9 formando el complejo C5b6789.
Las moléculas de C9 (en número de 1 a 18) sufren cambios y presentan más zonas hidrofóbicas
que aceleran la penetración de este complejo en la membrana. El complejo C5b6789 recibe el
nombre de complejo de ataque a la membrana. La polimerización de C9 crea cientos o miles de
poros que ponen en contacto directo el medio intra y extracelular. Estos poros permiten el
intercambio masivo de sales, iones y agua a una tasa tal que las bombas biológicas son incapaces
de mantener los gradientes de concentración transmembrana y por tanto también las
diferencias de potencial. Esto significa el derrumbe osmótico y la lisis de la célula.
Los linfocitos T citotóxicos y las células NK producen una proteína llamada perforina muy
similar a C9 y que al igual que ésta se polimeriza sobre la superficie de las células diana
atacadas por estos linfocitos.
• Citolítica,
• Anafilotóxica,
• Quimiotáxica
• Facilitadora de la fagocitosis (opsonización)
La lisis directa de un gran número de bacterias, tales como bacteridium, salmonella, shigella,
escherichia, vibrio, treponema y otras, se desarrollan por los cambios electrolíticos y
osmóticos que producen cientos o miles de poros formados por el complejo de ataque a la
membrana C5b6789 (MAC), que ha sido analizado en apartados anteriores cuando ha sido
estudiada la vía lítica del complemento. Este proceso de destrucción directo mediado por el
complejo de ataque a la membrana se denomina citotoxicidad dependiente del complemento.
En algunos de los pasos de las vías del complemento se liberan pequeños fragmentos, como
son C3b, C4b y C5b, con importantes funciones inductoras de inflamación por su acción
estimulante de células cebadas, con lo que éstas liberan mediadores responsables
de reacciones anafilácticas.
De esta manera se provoca la contracción del músculo liso de la parte venosa de los vasos
sanguíneos de la zona infectada, con lo se produce una vasodilatación y por consiguiente un
aumento de la permeabilidad del vaso. Esto facilita la llegada de más fagocitos y más factores
del complemento desde la sangre.
En su conjunto, la acción de las anafilotoxinas, junto con la de las citocinas de inflamación (IL-1
y TNF), pueden explicar de forma lógica los signos locales de la inflamación tales
como enrojecimiento, aumento de tamaño, aumento de temperatura y dolor.
También ciertos factores liberados en las reacciones del complemento poseen acciones
quimiotácticas, atrayendo células al foco inflamatorio donde se están produciendo. Entre ellos
destaca el fragmento C5a frente al cual las células fagocitarias poseen receptores de forma
que cuando en un foco de infección se liberan y se difunden, se movilizan los fagocitos hacia
ese lugar.
Aclaramiento de inmunocomplejos.
Los eritrocitos, mediante su receptor CR1 y a través del factor C3b unido a inmunocomplejos
circulantes, hacen que éstos sean eliminados desapareciendo su peligrosidad para el
organismo. Este proceso ocurre en el hígado o bazo, donde los inmunocomplejos son liberados
por los eritrocitos. Así a su paso por el hígado o el bazo, los macrófagos de estos órganos,
mediante sus receptores CR1, CR3 o CR4, unen los inmunocomplejos a través de C3b (o
mediante receptores para Fc a través de IgG) y los fagocitan quedando libres los eritrocitos
para captar nuevos inmunocomplejos. Siendo el hematíe la partícula celular más abundante de
la sangre es fácil entender la eficiencia de este mecanismo.
Los linfocitos B poseen un receptor (CR2) para varios subproductos del complemento, entre
ellos C3d. Cuando una bacteria opsonizada por C3d es reconocida por los anticuerpos de
superficie de un linfocito B, esta célula recibe las dos señales que necesita para activarse: una
señal por sus anticuerpos de membrana y otra por el receptor para C3d. Esto hace que el
linfocito experimente una expansión clonal que irá seguida de transformación en células
plasmáticas secretoras de anticuerpos dirigidos contra el germen que inició la reacción.
Dado el gran potencial lesivo del sistema del complemento, éste debe de encontrarse
estrechamente regulado por diversos mecanismos y moléculas, al objeto de evitar la lisis de las
células autólogas del individuo donde asienta. El mecanismo más simple de regulación es la baja
concentración y labilidad de muchos de sus factores, sin embargo existen factores que
actúan regulando la cascada del complemento en distintos puntos estratégicos. Los principales
puntos de acción de estos factores se encuentran inhibiendo el C1, el C4, el C3 o inhibiendo el
MAC.
Inhibición de C1. En este fenómeno interviene el inhibidor de la C1 esterasa (C1inh) que
bloquea la formación de C3b convertasa de la vía clásica por su capacidad de unión y
neutralización de los fragmentos C1r y C1s. En los casos de deficiencia en C1inh aparece el
edema angioneurótico hereditario, porque el C1 activado degrada elevadas cantidades de C2
produciendo un acumulo de C2b. Este factor es degradado anormalmente por plasmina, lo que
da lugar a C2-Kinina que es un potente vasodilatador y aumenta la permeabilidad vascular
produciendo los edemas característicos del cuadro clínico mencionado.
Inhibición de C4. El C4 puede ser inhibido por el factor C4BP (C4-binding protein), tiene la
capacidad de captar C4b facilitando su disociación del complejo C4b2a e inhibiendo, por tanto,
la actividad de convertasa de C3. El factor I (FI) es una esterasa de tipo serina que circula en
forma activada. El C4b disociado es susceptible de ser atacado por el factor I y ser degradado
en C4c y C4d. Los receptores de membrana DAF (factor acelerador de la degradación) y la
MPC (cofactor proteínico de membrana) se encuentran ampliamente distribuidos en células
inmunes y no inmunes. Tienen la capacidad de inhibir la unión, facilitar la disociación de C4b y
C2a (DAF) o favorecer que el factor C4b pueda ser degradado por el FI (MCP). Estos
receptores son de gran importancia en los mecanismos de prevención de lisis de las células
autólogas.
Inhibición de C3. La regulación de C3, al ser éste el factor central en la activación del
complemento, es probablemente el mecanismo de regulación más importante. En este sentido
interviene: El factor H (FH) es una proteína plasmática homóloga que tiene la capacidad de
unir C3b en la fase fluida. Otro regulador importante es el Factor I que ataca entonces C3b
liberando una pequeña fracción C3f y convirtiéndolo en iC3b.
Un defecto en este tipo de regulación acontece en un tipo de glomerulonefritis (membranosa
tipo II), en la que aparecen autoanticuerpos (factores nefríticos) que se une al complejo
C3bBb, estabilizándolo y haciéndolo resistente a la acción de FH. Los receptores de membrana
CR1, DAF y MCP actúan sobre el C3b de forma semejante a su actuación sobre C4b: inhiben la
unión o facilitan la disociación C3bBb (CR1, DAF) o actúan como cofactores del factor I en la
degradación de C3b unido a la membrana (CR1, MCP). En este caso C3b también se degrada a
iC3b, sobre el que el factor I puede seguir ejerciendo su actividad catalítica originando las
fracciones C3c y C3dg. Todos estos mecanismos inhiben la capacidad de C3b de formar
convertasa de C5, así como de que C3b medie la adherencia celular. Sin embargo iC3b sí
mantiene la capacidad de adherencia a células fagocíticas por los receptores de estas células
para iC3b (CR1, CR3 y CR4).
Se piensa que los factores reguladores DAF, HRF y CD59 actúan exclusivamente en la
inhibición de la lisis de las células del propio organismo donde asientan. Estas proteínas de
membrana se detectan fundamentalmente en eritrocitos y células endoteliales que son las
células que se encuentran en mayor peligro de autolisis por el complemento.
En la enfermedad hemoglobinuria paroxística nocturna hay un defecto congénito de DAF, HRF
y CD59 produciéndose una anemia debido a la lisis de los hematíes, lo cual ocurre
frecuentemente durante la noche. Lógicamente los gérmenes no presentan en sus membranas
moléculas reguladoras de la autolisis por lo que no pueden protegerse de los efectos líticos del
complemento. Esto determina, por tanto, un mecanismo rudimentario de discriminación entre lo
propio y lo no propio.
En algunos gérmenes la simple presencia de una cápsula puede ser un mecanismo de resistencia
al complemento. Otros gérmenes presentan proteínas de membrana que impiden el desarrollo
del MAC o enzimas que degradan los factores del complemento o liberan factores proteicos
que inactivan las convertasas de C3, etc.
Cininas.-
Vasodilatación
• Granulocitos
• Neutrofilos.
Proteínas Plasmáticas.
o Proteasas Plasmáticas:
o Lipoxigenasas
o Ciclooxigenasas
Oxido Nítrico:
o Factor liberado por las células endoteliales (denomino factor relajante derivado
del endotelio) que origina una:
Citocinas.
Son proteínas que regulan las funciones de las células que las producen o de otras células. Son
los agentes responsables de la comunicación intercelular, inducen la activación de receptores
específicos de membrana, funciones de proliferación y diferenciación celular, quimiotaxis,
crecimiento y modulación de la secreción de inmunoglobulinas. Son producidas
fundamentalmente por los linfocitos y los macrófagos activados, aunque también pueden ser
producidas por leucocitos polimorfonucleares (PMN), células endoteliales, epiteliales y
del tejido conjuntivo. Según la célula que las produzca se
denominan linfocinas (linfocito), monocinas (monocitos, precursores de los macrófagos)
o interleucinas (células hematopoyéticas). Su acción fundamental es en la regulación del
mecanismo de la inflamación. Hay citocinas pro-inflamatorias y otras anti-inflamatorias.
Se clasifican en 5
1. Regulación de la
función leucocitaria
IL2,4,10 y TGF beta
2. Las Implicadas en la
inmunidad natural FNT
alfa,IL1 beta e
interferones
3. Que activan células
inflamatorias IFN
gama TNF alfa y beta
e IL5,10,12
4. Quimiocinas
5. Las que estimulan la
hematopoyesis IL3,7
Pueden liberarse al medio extracelular por los leucocitos después de que hayan sido activados
por la presencia de microorganismos, o después de fagocitosis.
Constituyentes Lisosomales.
Presenten es los Neutrófilos y los Monocitos. Son gránulos presenten en este tipo de células y
ayudan a la digestión de los materiales fagocitados. Pueden ser gránulos primarios o azurófilos
o gránulos secundarios o específicos. En los primarios se a distinguido 10 sustancias
antimicrobianas, como la lisozima y proteína bactericida aumentadora de permeabilidad.
Fagocitosis.-
• Quimiotaxis.
• Opsonización.
• Adherencia.
• Ingestión:
Después de la adherencia ocurre la ingestión. Durante este proceso la membrana
plasmática se extiende formando los pseudópodos, quienes son los encargados de
“engullirse” al agente agresor.
Una vez ocurrido esto, se forma una vesícula que contendrá al microorganismo. Esta
vesícula se llama fagosoma.
La membrana del fagosoma tiene enzimas que permiten el ingreso de protones, esto,
con el propósito de disminuir el pH a a4 y asi activar las enzimas hidrolíticas.
• Digestión
En esta fase de la fagocitosis el fagosoma se une con un lisosoma, formando un
fagolisosoma. Las enzimas lisosomales atacan los microorganismos hidrolizando el
peptidoglicano bacterial. Otras enzimas son las lipasas, proteasas, ribonucleasa o la
desoxirribonucleasa.4
Cabe mencionar que además, los lisosomas pueden generar productos tóxicos del
oxigeno, como lo son el peróxido de hidrogeno o los radicales superoxido. A su vez,
estos productos pueden ser utilizados para destruir los microorganismos ingeridos.
• Excreción.
Después de que las enzimas han digerido el contenido del fagolisosoma, pueden quedar
residuos, los cuales son llamados “cuerpos residuales”.
Estos cuerpos residuales son movidos a la periferia de la célula y excretados por
exocitosis.
También puede ocurrir que las sustancias queden dentro del macrófago, y por tanto
ocurra una destrucción completa de él.
Inmunidad Humoral: Está compuesta por los anticuerpos disueltos en fluidos extracelulares
(plasma sanguíneo, linfa, secreciones mucosas).
Se produce esta respuesta cuando los linfocitos B han entrado en contacto con un antígeno.
Los linfocitos B producen anticuerpos dirigidos especialmente contra los antígenos.
Inmunidad Celular: También llamado Respuesta inmunitaria mediada por células, está
compuesta fundamentalmente por linfocitos especializados llamados células T. Estas células
están localizadas tanto en la sangre como en los tejidos linfoides.
Las células T no sintetizan anticuerpos, pero poseen en su superficie unas moléculas parecidas
a los anticuerpos llamados receptores para el antígeno. Estos receptores les permiten a los
linfocitos T reconocer y reaccionar con muchos tipos diferentes de antígenos.