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Mesoamèrica

Mesoamèrica (griego: μέσος [mesoz], 'intermedio' )?es el término con que


se denomina la región del continente americano que comprende
aproximadamente del centro de México (a partir de una línea que discurre
desde el río Fuerte, baja hacia el sur hasta los valles del Bajío y luego sigue
con el rumbo norte hasta el río Pánuco), y los territorios de Guatemala, El
Salvador, Belice, y las porciones occidentales de Honduras, Nicaragua y
Costa Rica. Se trata de una macrorregión cultural de gran diversidad étnica
y lingüística, cuya unidad cultural se basa en aquello que Paul Kirchhoff
definió como el complejo mesoamericano y discutido en un congreso
específico sobre este tema organizado por el Dr. Jaime Litvak. Entre otras
cosas, el llamado complejo mesoamericano incluye la agricultura del maíz,
el uso de dos calendarios (uno ritual de 260 días y otro civil, de 365 días),
los sacrificios humanos y la organización estatal de las sociedades. El
complejo mesoamericano sirvió como herramienta teórica para distinguir a
los pueblos de la región con respecto a otras macrorregiones culturales que
los circundaban, como Aridoamérica y Oasisamérica. El primero de estos
términos también fue acuñado por Kirchhoff. En las fuentes de habla
inglesa, ambas macrorregiones son agrupadas en el Suroeste
estadounidense (que en ocasiones incluye erróneamente como periféricas a
las culturas del Bajío o el Norte de Mesoamérica).

Las culturas mesoamericanas compartían varios rasgos comunes, a saber:


-El uso de la coa, la autoflagelación, sacrificios. -Construcción de pirámides.
-Juegos de pelota y el volador. -Calendarios de 360 días y 5 días "fatales".
-Calendario agrícola de 260 días. -Sistema teocrático. -Elaboración de
estatuillas de mujeres desnudas en forma de rendir tributo a la fertilidad.

La civilización mesoamericana ha progresado a través de los tiempos.

Paul Kirchhoff, al mismo tiempo que delimitó el área mesoamericana en


términos geográficos, propuso una serie de características que definían a las
culturas de la región y que eran comunes a todas ellas. Entre esos rasgos
culturales, notó el uso de dos calendarios, uno ritual de 260 días, y otro de
365 días. La numeración con base veinte y la escritura pictográfica-
jeroglífica, el sacrificio humano, el culto a ciertas divinidades (entre las que
sobresalen los cultos a las divinidades del agua, el fuego y la Serpiente
Emplumada), y varios elementos más. Los anteriores son rasgos culturales
más o menos compartidos por todos los pueblos de la Mesoamérica
precolombina.

Aridoamérica.
Aridoamérica es la denominación que se da a la amplia área cultural que
se extiende al norte de los límites de Mesoamérica, es decir, más allá de las
cuencas de los ríos Fuerte, Lerma, y Soto la Marina. Los confines norteños
de la región aridoamericana alcanzan la latitud distante del paralelo 42°. Se
trata de un área con una gran diversidad ecológica, que, a diferencia de sus
vecinas Oasisamérica y Mesoamérica, no llegó nunca a constituir una unidad
cultural. En realidad, el concepto Aridoamérica resume el gran
desconocimiento prevaleciente acerca de los pueblos que habitaron la
región antes de la llegada de los europeos.

Si bien el término es un derivado de la propuesta de Paul Kirchhoff de


definir a las culturas del área meridional de México y occidental de
Centroamérica como una gran civilización, con base en el descubrimiento de
un complejo mesoamericano (en el que se inscriben elementos
característicos compartidos por todos los pueblos del área), no puede
decirse que Aridoamérica cumpla con la misma función.

De hecho, como lo apuntan López Austin y López Luján en su libro El


pasado indígena (1996), los pueblos de Aridoamérica, condicionados por su
medio ecológico, nunca llegaron a formar una unidad cultural. Eran más
bien pueblos aislados y compactos. Por lo tanto, no podían establecer una
comunicación tan intensa entre ellos como la que establecieron los
mesoamericanos o los oasisamericanos. La falta de estos vínculos fue
decisiva en la enorme diversidad que se encuentra entre los pueblos de esta
región.

Alfred Kroeber, antes que Kirchhoff, había definido a esta región como el
Suroeste. El término, que es más empleado en inglés, implica desde luego,
la imposición de una perspectiva geográfica centrada en Estados Unidos. Sin
embargo, los arqueólogos mexicanos han discutido el concepto culturas del
Suroeste, por obvias razones políticas, argumentando que "el Suroeste
históricamente siempre ha sido Norte".

En ese sentido, en algunos círculos de arqueólogos (especialmente los


mexicanos), se habla de una Gran Chichimeca, que comprendería
aproximadamente los territorios que se entienden como Aridoamérica. Este
nuevo concepto tiene su origen en la denominación dada por los nahuas a
los habitantes de las tierras norteñas, a los cuales, por un paralelismo
singular, como en Grecia antigua, consideraban como bárbaros (de hecho,
chichimeca y bárbaro tienen aproximadamente el mismo significado en sus
repectivas lenguas originales: los que no saben hablar).

En Aridoamérica coincide una enorme cantidad de climas, desde el seco y


árido en el verano hasta un frío incesante durante el invierno. Esta situación
propició la escasez de cultivos en el territorio aridoamericano, y sus
habitantes debían dedicarse a actividades como la caza, la pesca, y la
recolección. Aún así, varias culturas subsistieron en Aridoamérica, como los
opata, jova, tarahumara, entre otros, que dejaron gran cantidad de pinturas
rupestres-.

Oasisamérica.
Oasisamérica es el nombre de una superárea cultural de la América del
Norte precolombina. Se extiende desde el territorio de Utah, en los Estados
Unidos hasta el sur de Chihuahua, en México, y desde la costa sonorense
del golfo de California hasta el valle del río Bravo. Debe su nombre a su
posición como área intermedia entre las altas culturas mesoamericanas y
las culturas de los nómadas del desierto Aridoamericano.

A diferencia de sus vecinos del desierto, los oasisamericanos fueron


agricultores, aunque las condiciones climatológicas no les permitían una
agricultura muy eficiente y por ello tenían que recurrir a la caza y a la
recolección para complementar su subsistencia. Construyeron grandes
aldeas en Nuevo México y la zona arqueológica de Casas Grandes, en
Chihuahua. Esta zona tenía una gran importancia debido al moderno
sistema hidráulico con el que contaba. Su apogeo se dio entre 1205 y 1261,
y fue abandonada hacia 1340.

El origen de la superárea cultural oasisamericana tiene lugar unos 2 mil


años después de la separación de Mesoamérica y Aridoamérica. Algunos de
los pueblos aridoamericanos practicaban el cultivo como una actividad
complementaria de su economía de caza y recolección. Estos pueblos, entre
los que se encuentran los pertenecientes a la Tradición del Desierto,
llegaron a convertirse en verdaderos agricultores. El proceso de la
introducción de la agricultura en la zona desértica del norte de México y el
sur de los Estados Unidos fue gradual y dilatado: hacia el año 600 d. C.
(periodo que coincide con la época del ocaso teotihuacano), algunos grupos
habían adquirido recientemente las técnicas agrícolas.

Se sabe de la práctica agrícola, por lo menos desde el año 3500 a. C., que
es la fecha dada para los restos de maíz fósil encontrados en Bat Cave,
Arizona. Dado que los restos más antiguos de maíz en Norteamérica datan
del año 5000 a. C., parece que la hipótesis de la importación de la
agricultura desde el sur, es correcta. Lo que no es posible asentar aún es
quiénes eran los portadores de la tecnología agrícola y que papel tuvieron
en el desarrollo de las altas culturas oasisamericanas.

Se proponen por lo menos tres hipótesis acerca del nacimiento de las


culturas oasisamericanas. Una, de carácter endógeno, señala que se trata
de un desarrollo cultural independiente que tiene sus raíces en la más
remota antigüedad. Desde este punto de vista, favorecidos por un mejor
clima (cosa realmente relativa, dado que la diferencia climática entre la
zona oasisamericana y la aridoamericana no es tan evidente), los antiguos
pueblos del desierto habrían podido hacer un descubrimiento de la
agricultura similar al que ocurrió en Mesoamérica.

Un segundo planteamiento presupone que los portadores de la cultura


mesoamericana, habrían emigrado hacia el norte. Así, Oasisamérica sería
una derivación de sus vecinos sureños. En ese sentido, el desarrollo de las
culturas oasisamericanas, como el de las del norte de Mesoamérica, abrían
estado relacionadas con grupos que originalmente habitaban en el
Occidente de México. La evidencia arqueológica apunta a que grupos de
filiación yuto-nahua habrían llevado la agricultura a la región
oasisamericana. Aunque las técnicas agrícolas hubiesen sido importadas del
sur, los pueblos oasisamericanos construyeron una civilización con
características particulares, que mantuvo relaciones con los agricultores de
Mesoamérica.

Numerosas son las huellas de la relación entre las dos grandes regiones
culturales de Norteamérica. Por ejemplo, la turquesa que tanto apreciaban
los mesoamericanos, provenía casi toda ella de la región sur de Nuevo
México y Arizona. A su vez, en Paquimé, sitio perteneciente a la cultura
Mogollón, se han encontrado estructuras ceremoniales relacionadas con la
religión mesoamericana, como el Juego de pelota, y una cantidad
importante de esqueletos de guacamayas, que con toda seguridad fueron
llevadas desde las selvas del sureste de México.

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