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Educación y promoción de la salud

(EPS)

Autor: Nanci C. Giraudo

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¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE SALUD?

La salud puede caracterizarse como capacidad para apropiarse del propio cuerpo
y dirigirse a sí mismo, en vez de necesitar constantemente que otros me lleven y
traigan. Promover que las personas sean dueñas de sí mismas, que expresen su
pensamiento verbalmente y por escrito, es también una cuestión de salud.

La Salud Pública es la ciencia y el arte de prevenir la enfermedad y la discapacidad,


prolongando la vida y promoviendo la salud física y mental, mediante esfuerzos
comunitarios organizados en pro de la sanidad del medio ambiente, el control de las
enfermedades infecciosas, no infecciosas y las lesiones. La educación del individuo en
principios de higiene personal, la organización de servicios para el diagnóstico y el
tratamiento de las enfermedades, así como para la rehabilitación y, el desarrollo de una
maquinaria social que le permita a cada miembro de la comunidad un nivel de vida
adecuado para el mantenimiento de la salud. (Winslow 1923, modificado por Terris
1991).

PROMOCIÓN DE LA SALUD (PS)


Según la OMS, la PS es el proceso mediante el cual los individuos y las comunidades se
sitúan en condiciones de ejercer un mejor control sobre los determinantes de la salud. La
educación para la salud no sería más que un instrumento insustituible para avanzar en
la consecución de esos fines. Las actividades de promoción promueven la creación de
condiciones individuales, sociales y del entorno, que permitan el desarrollo óptimo de las
personas. “Se trata de un proceso, hecho con, por y para las personas”.
Ej. “A corto plazo, el resultado exitoso de la cirugía de bypass coronario es diferente al
resultado que se puede esperar de la aplicación de un programa educativo destinado a
ayudar a una persona a mejorar su conocimiento y habilidades para adoptar un estilo de
vida saludable. Pero a largo plazo, ambos tienen por objeto reducir el impacto de la
enfermedad cardíaca coronaria”. Don Nutbeam.

PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD


1) Beneficiencia: significa que si una persona está educada podrá obtener para sí el
mejor beneficio para su salud.
2) Autonomía: tiene que ver con la capacidad de las personas de elegir para sí lo mejor.
3) Equidad: es ante una misma necesidad igual capacidad de respuesta.

OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD


a) Lograr que la salud sea un valor reconocido por la sociedad.
b) Ofrecer conocimientos y capacidad práctica para generar comportamientos
saludables.
c) Integrar en la práctica habilidades para el trabajo con grupos y en la comunidad.

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d) Favorecer la correcta utilización de los servicios sanitarios.
e) Promover el análisis, la reflexión y la investigación sobre los factores que intervienen
en los comportamientos.
f) Orientar la utilización de los instrumentos y medios de apoyo a favor de la salud.
Si bien, la responsabilidad del sistema de salud ha sido históricamente la de atender
aquella porción de la población que acude a dicho sistema, vale decir la afectada por la
mortalidad y la morbilidad conocida siempre debería practicarse la educación para la
salud. En realidad e incluso hoy en día, muchos países desarrollados orientan sus
servicios médicos a resolver los problemas de salud, es decir a “curar” y no a prevenir.
Pero los problemas de salud de la población en general son muchos más amplios que lo
que en general ven los sistemas de salud (ver figura 1).

EL ICEBERG DE LA ENFERMEDAD

Lo que el Mortalidad y
sistema morbilidad
ve conocida

Morbilidad
Lo que el
desconocida
sistema
no ve

Grupo
vulnerable

Los problemas de salud no sólo constituyen la parte visible del iceberg, es decir aquellos
pacientes que consultan al sistema, sino también su parte oculta (aquellos pacientes que
no acuden al sistema, así como aquellos que aun estando sanos son vulnerables a la
enfermedad), cuya vulnerabilidad podría eliminarse o reducirse con la intervención del
sistema, mediante actividades de promoción y prevención. Podemos concluir que los
sujetos de intervención del sistema de salud son toda la población y no solo la parte
visible.
La mayoría de las personas que experimentan un problema de salud, no consultan al
médico. Por lo tanto, la información de la distribución de los problemas de salud de una

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comunidad no pueden ni deben basarse sólo en la experiencia de médicos trabajando en
hospitales o consultorios. Keer White (Ecology of Medical Care. N Eng J Med 1961; 265: 885).

¿DÓNDE PODEMOS HACER EDUCACIÓN PARA LA SALUD?


• Comunidad • Salud laboral
• Medios de comunicación • Consulta médica “consejo médico”
• Adultos • Pacientes crónicos
• Escuelas • Drogodependencia
• Fuera del sistema “descolarizados” • Hospitales

¿CÓMO LO HACEMOS?
Las intervenciones educativas pueden ser individuales (ej. “consejo médico”), grupales (ej.
talleres con pacientes diabéticos en un centro de salud) o comunitarias. Estas últimas, se
refieren al trabajo extramuro, es decir en el seno de la comunidad (ej. en una escuela, en
un comedor escolar, en la casa de una persona de la comunidad, etc.). Las
intervenciones de educación para la salud también se pueden realizar en los tres niveles
de prevención: primario (higiene) secundario (detección precoz) y terciario (terapéutico).
En general a los médicos nos cuesta realizar intervenciones comunitarias debido a que la
formación comúnmente es hospitalaria y, en el mejor de los casos, en el consultorio y con
poca salida a la comunidad. Implícito en esto, en los países pobres como el nuestro, se
encuentran factores como la carga horaria y el económico que hacen que el profesional
se sobrecargue de trabajos para acceder así a una mejor remuneración. Además, se cree
que es más práctica la intervención en el consultorio –consejería médica– que en el seno
de la comunidad, debido a que las intervenciones comunitarias implican, en general,
mayor tiempo y dedicación en sus comienzos. Por ejemplo la planificación de talleres de
educación y cuidados para pacientes diabéticos a lo largo de un año.
La diferencia entre estas dos intervenciones radica en que las de tipo comunitario tienen
un mayor impacto, tanto en el paciente como en su entorno. Este tipo de abordaje hace
que la gente no se sienta sola en su enfermedad dado que el compartir con pares
disminuye la angustia en cuanto a su padecimiento y por ende, aumenta su autoestima.
Es aquí, donde radica lo enriquecedor de este tipo de actividades, que a la larga hace
también que a los profesionales de la salud les resulte más atractivo y menos
desgastante trabajar en este marco que el trabajo individualizado del consultorio.

TÉCNICAS PARTICIPATIVAS
A continuación nos dedicaremos a desarrollar por qué elegir una técnica participativa. Las
técnicas participativas, llamadas por algunos autores técnicas de educación popular, son
sólo herramientas que están en función de un proceso de formación u organización.
Consideramos que las técnicas deben realmente ser participativas para poder generar un
proceso de aprendizaje.

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La metodología participativa permite una creación colectiva del conocimiento donde todos
son partícipes en su elaboración, por lo tanto, también de sus implicancias prácticas.

• ¿Qué significa que una técnica sea participativa?


Significa que siempre se debe partir desde “la práctica” o sea de lo que la gente sabe,
vive y siente, es decir, de las diferentes situaciones y problemas que enfrentan en sus
vidas.
Significa desarrollar un proceso de teorización o problematización sobre esa práctica, no
como un salto a lo teórico sino como un proceso sistemático, ordenado, progresivo y al
ritmo de los participantes, que permita ir descubriendo los elementos teóricos e ir
profundizando en el conocimiento de acuerdo al nivel de avance del grupo.
El proceso de problematización debe permitir siempre regresar a la práctica para
transformarla, mejorarla y resolverla; es decir, regresar con nuevos elementos que
permitan que el conocimiento inicial, la situación o el sentir del cual partimos, pueda luego
ser entendido y explicado en forma integral y científica.

• Tipos de técnicas y recomendaciones generales


Una técnica puede tener múltiples variantes y procedimientos. Puede ser aplicada con
diferentes participantes, en diferentes situaciones o para diferentes objetivos. Se
clasifican en: a) técnicas dinámicas o vivenciales, b) técnicas con actuación y c) técnicas
auditivas y audiovisuales, aunque no existe una clasificación estática ya que muchas de
ellas se pueden combinar.
a) Técnicas dinámicas o vivenciales
Se caracterizan por crear una situación ficticia, donde todos los participantes se
involucran, reaccionan y adoptan actitudes espontáneas. Viven una situación
denominada “problematización”. Las técnicas vivenciales se pueden diferenciar en:
De animación: su objetivo central es animar, cohesionar, crear un ambiente fraterno y
participativo. Estas técnicas deben ser activas, involucrar al conjunto, así como tener
elementos que permitan relajar a los participantes teniendo presente el buen humor. Por
ejemplo el relato de un cuento o una obra de títeres relacionado con la temática a tratar.
Este tipo de técnica es recomendable cuando se trabajo con niños.
De análisis: su objetivo central es dar elementos simbólicos que permitan reflexionar
sobre situaciones de la vida real. En estas técnicas juega un papel fundamental el manejo
del tiempo, debido a que funciona como un elemento de presión. Sin embargo, las reglas
deben ser aplicadas con flexibilidad y no en forma estricta o intransigente. Una técnica
muy útil y fácil de aplicar en el ámbito de la salud y en especial cuando se quiere trabajar
con el equipo de salud es la “técnica rápida de resolución de problemas” que consiste en:
a) propuesta de un problema por cada integrante del equipo, b) priorización de los
problemas a través de una votación (el más votado es el tema a tratar), c) exposición del
problema en diez minutos por la persona que lo propuso, d) formación de grupos de

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trabajo para dar respuesta al problema planteado en veinte minutos y d) soluciones
posibles por parte de cada grupo (10 minutos de exposición cada uno).
b) Técnicas con actuación
Las técnicas con actuación incluyen el sociodrama, los juegos de roles, el cuento
dramatizado, etc. El elemento central es la expresión corporal a través de la cual se
representan situaciones, comportamientos y formas de pensar. Para llevarlas a cabo se
recomienda:
- Que los temas a tratar sean generales, por ejemplo: la organización de un
centro de salud o de una comunidad, los cuentos dramatizados sobre
rehidratación oral con madres primerizas en la época de diarrea estival, etc..
- Utilizar historias que tengan una enseñanza o moraleja.
- Hacer una presentación coherente y ordenada.
- Dar un tiempo limitado para que se sinteticen los elementos centrales.
- Hablar en voz alta.
- Que no hablen y actúen dos personas a la vez.
- Que se utilice la expresión corporal.
c) Técnicas auditivas y audiovisuales
Las técnicas auditivas y audiovisuales incluyen charlas o conferencias, foros por radio,
proyección de películas o videos, etc.. La utilización del sonido o su combinación con
imágenes es la particularidad de estas técnicas.
Para usar una técnica auditiva o audiovisual se requiere un trabajo de elaboración previa.
En general se presenta una situación o un tema, con una interpretación basada en una
investigación, análisis y ordenamiento específico de quienes lo produjeron. Para que
realmente sirvan como una herramienta de reflexión y no sólo como una distracción es
necesario que los coordinadores que utilizan estas técnicas conozcan su contenido de
antemano. Para esta etapa es muy útil tener preparadas algunas preguntas que permitan
relacionar el contenido mostrado con la realidad del grupo. Por ejemplo, el cine debate es
una técnica recomendable para trabajar con adolescentes, temas tales como violencia,
drogadicción, etc..
d) Técnicas visuales
Hay dos tipos de técnicas visuales: 1) escritas: rotafolio, lluvia de ideas por tarjetas,
lecturas de textos, etc. y 2) gráficas: afiches, lecturas de cartas, etc..
Las técnicas escritas pueden ser elaboradas por un grupo durante el proceso de
capacitación, por lo tanto, se caracterizan por ser el resultado directo de lo que el grupo
conoce, sabe o piensa sobre un determinado tema. En consecuencia, se trata del
producto de un trabajo colectivo en el momento mismo de su aplicación. También pueden
ser producto de una elaboración previa, en este caso son elaborados por personas
externas con el objetivo de aportar elementos nuevos a la reflexión del grupo. Este tipo
de técnicas ayudan a concretizar ideas y reflexiones del grupo. En las técnicas escritas

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se recomienda: a) que la letra sea lo suficientemente grande para que pueda ser leída
por todos, b) que la redacción sea concreta y c) que haya párrafos que sinteticen los
conceptos principales a ser transmitidos.
Las técnicas gráficas expresan contenidos simbólicamente. Requieren un proceso de
decodificación y de interpretación de esos símbolos. Siempre que se utiliza esta técnica
es recomendable comenzar por describir los elementos que están presentes en el gráfico
para que los participantes que no elaboraron el trabajo hagan una interpretación y
expongan sus ideas al respecto. Esto permite una participación de todos en la medida
que exige un esfuerzo de interpretación por parte de unos y de comunicación por parte de
los otros. Por ejemplo el trabajo con personas analfabetas: talleres de alfabetización.

• Sugerencias para la discusión de una técnica


Al aplicar una técnica (cualquiera sea) es fundamental tener presente la siguiente
pregunta: ¿cuál es la motivación inicial para centrarnos en el tema? Esto tiene el objetivo
de que los participantes se ubiquen en el tema que se va a tratar.
Una vez aplicada la técnica comenzaremos con las siguientes preguntas:
- ¿Qué escuchamos? (técnicas auditivas)
- ¿Qué vimos? (técnicas audiovisuales)
- ¿Qué sentimos? ¿qué paso? (técnicas vivenciales)
- ¿Qué leímos y/o qué pensamos? (técnicas gráficas o escritas)
El objetivo de estas preguntas es permitir un primer ordenamiento colectivo
reconstruyendo o recordando los principales efectos del tema tratado, para luego pasar a
una segunda etapa que podríamos resumir en las siguientes preguntas:
- ¿Qué pensamos?
- ¿Qué relación tiene lo que pensamos con la realidad?
- ¿Qué conclusión podemos sacar?
- ¿Cómo resumimos lo discutido?
Estas sugerencias de discusión sobre las técnicas deben ser asumidas con creatividad y
de manera flexible, permitiendo llevar a cabo un proceso educativo participativo y sobre
todo profundo y sistemático.

• ¿Qué debemos tener en cuenta para que la intervención comunitaria optimice su


efectividad?
Como hacemos referencia en el capítulo de participación comunitaria se considera
comunidad a un grupo de personas que tienen algo en común, que comparten un espacio
social, cultural y geográfico determinado, y que tienen una serie de valores e intereses en
común. Pero en la vida real, las personas que viven en un mismo lugar no son iguales, no
siempre comparten los mismos intereses y, pueden no llevarse bien. Es importante tener
en cuenta que la mayoría de las comunidades no son homogéneas. Muchas veces,

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una comunidad es un pequeño reflejo local de la sociedad más grande o del país en el
que viven.
En toda comunidad existen factores de armonía e intereses compartidos, pero también
hay conflictos, ambos con efectos sobre la salud y el bienestar de la gente. Para realizar
un trabajo comunitario eficaz, se necesita tener en cuenta todos estos aspectos,
entendiendo así “la estructura de una comunidad”.
Los mecanismos de participación comunitaria son los medios que canalizan la influencia
de la sociedad en los servicios de salud. La participación comunitaria, posibilita la
intervención y la colaboración de la comunidad en el trabajo de los centros de salud.
¿Qué efecto tienen las necesidades, los factores socioculturales, económicos y los
recursos sobre la salud y el bienestar de la población?, ¿cómo podemos trabajar con
estos datos, usando algunos elementos, cambiando o reorganizando otros, para mejorar
la salud y el bienestar de una comunidad?
Al proceso de considerar estas preguntas en atención primaria de la salud se lo llama
análisis comunitario o diagnóstico de la comunidad. En el mejor de los casos, esto
significa no sólo diagnóstico de la comunidad, sino un diagnóstico hecho por la
comunidad.
Cuando pensamos en educación para la salud, es importante no pensar sólo en el
resultado de la misma, sino concentrarnos también en el proceso de intervención, ya que
de este proceso obtendremos una serie de beneficios que son tan enriquecedores como
los resultados mismos.
Toda intervención comunitaria que se considere como tal y que adopte como fin obtener
cambios beneficiosos, requiere necesariamente de una evaluación previa de las personas
y del medio ambiente en el cual están inmersas. La idea es visualizar la necesidad y
llevar luego a cabo programas de intervención capaces de demostrar que las personas
pueden mejorar sus habilidades para hacer frente a diferentes situaciones o condiciones
sociales que se van desarrollando.
Una buena forma de encarar esta intervención y de garantizar en parte su efectividad, es
ver como socios colaborativos a los educadores y a la comunidad como receptora de la
intervención. De esta manera ambas partes pondrán lo mejor de cada una para obtener
beneficios prácticos y reales para ambos, y no meras utopías que terminen por agotar las
ganas de prosperar en este trabajo. Es importante tener en cuenta que en el seno de la
comunidad existen otros roles alternativos y enriquecedores tanto para la comunidad
misma como para el equipo de salud.
La metodología a utilizar depende del ámbito en el que nos desarrollemos, con lo cual
queremos decir que no existe una forma explícita o receta de cómo llevarla a cabo y que
abarque todos y cada uno de los campos laborales, así como las diferentes culturas y
comunidades. Como guía sugerimos tener en cuenta las siete cualidades que Jim kelly
propuso en 1977 a los psicólogos comunitarios y que tanta aplicabilidad tiene en nuestros
días.

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1. Desarrollar una competencia claramente identificable.
2. Desarrollar una identidad personal que sea parte de la comunidad.
3. Ser tolerante a la diversidad de los individuos y los medios comunitarios.
4. Aprender a arreglárselas con recursos comunitarios variados y cambiantes.
5. Comprometerse con la asunción de riesgos en el trabajo comunitario.
6. Equilibrar la paciencia con el entusiasmo.
7. Dejar de lado “la figuración” y no buscar la notoriedad y el aplauso con el trabajo
comunitario.

• Planificación
Toda actividad de promoción y educación a implementar en la comunidad requiere de
una planificación previa, cuyo punto fundamental es el diagnóstico de necesidad o de
situación. Las preguntas que siempre se deben tener presentes a la hora de una
intervención comunitaria son las siguientes: ¿cuál es la necesidad? ¿cómo se va a
resolver el problema? ¿cuál es la base o sustento teórico del problema? ¿qué propone la
gente?

- Diagnóstico de necesidad
Según, un trabajo realizado por Kerr White en 1961, la mayoría de las personas que
experimentan un problema de salud no consulta al médico. Por lo tanto, la información
sobre la distribución de los problemas de salud de una comunidad no puede ni debe
basarse sólo en la experiencia de médicos trabajando en hospitales o consultorios.
En el área de la salud, una necesidad puede ser definida como la capacidad que tiene un
individuo o una población de beneficiarse de una intervención ó tratamiento que se
encuentren disponibles con fines preventivos, curativos o de rehabilitación.
No siempre hay coincidencia en cuanto a las necesidades definidas por el equipo de
salud y las necesidades definidas por la gente situación álgida y a tener en cuenta a la
hora de realizar una intervención en una comunidad. Esta realidad hace necesario
compartir con la gente los diferentes puntos de vistas, reflexionar sobre las condiciones y
características de sus procesos de salud-enfermedad y sus manifestaciones emergentes,
así como discutir las formas de llegar a comprender los modos posibles de encarar con
eficacia los daños emergentes de esos procesos. Es importante recordar que muchas,
por no decir la mayoría de las soluciones, emergen del seno de la comunidad y que no
existen recetas mágicas. Para ello hay que aunar esfuerzos para saber interpretar
correctamente cuales son las preocupaciones que presenta la comunidad y conocer los
roles de cada uno de los integrantes del grupo pasible de una intervención educativa.
Como parte del diagnóstico de necesidad debemos tener en cuenta la distribución de los
problemas de salud identificar los denominados factores no conductuales como los
factores económicos, genéticos y ambientales que influyen en la salud, para tener una
idea global acerca de las necesidades de los integrantes de la comunidad.

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- Averiguar que hicieron otros
Una vez definida la necesidad o identificado el problema a trabajar, el equipo de trabajo
tiene que plantearse cómo resolver dicha situación, para lo cual consultará la bibliografía
y a expertos para ver si hay antecedentes respecto del modo de abordaje de la
problemática en cuestión (sustento teórico de la intervención).
Como se mencionó más arriba, es importante y siempre debemos tener presente lo que
la gente del lugar propone como solución del problema identificado. En consecuencia, un
programa o proyecto bien instruido que responda a las necesidades reales de un grupo
destinatario, debe basarse necesariamente en un análisis correcto y completo de la
situación. Esta situación deberá interpretarse conforme al interés y a las actividades de
las partes interesadas, que a menudo tienen una visión diferente de esta misma realidad.
Existen diferentes formas de analizar una realidad, por un lado, los estudios realizados
por los expertos que aportan respuestas a las preguntas planteadas, tal como ellos las
han concebido, según normas y criterios. Por otro lado, los representantes de la
comunidad u organizaciones implicadas tendrán sus propias percepciones. En
consecuencia, una reunión en la que participen los representantes de la comunidad y los
expertos, permitirá llegar a una concepción de lo que se pretende, que sea compartida y
aceptada por todos.

- Averiguar que harían los verdaderos protagonistas o receptores de la


inervención
Para que la planificación de un programa o proyecto responda a las necesidades reales
de la comunidad es indispensable analizar preferentemente junto con las diversas partes
implicadas los problemas que se plantean, los objetivos formulados y la posible elección
de una estrategia.
El enfoque descentralizado o centrado en la gente permite: 1) que la planificación y las
decisiones básicas tengan lugar a nivel de la comunidad y 2) servir no como cuerpo
dirigente sino como centro de comunicaciones, asesoría, de apoyo y de provisión de
materiales.
Un programa o un proyecto de promoción y educación para la salud bien instruido y que
responda a las necesidades reales de un grupo destinatario debe basarse
necesariamente en un análisis correcto y completo de la situación. Esta situación deberá
interpretarse conforme al interés y a las actividades de las partes interesadas, que a
menudo tienen una visión diferente de esta misma realidad.
El determinar beneficios a largo plazo tiene varias ventajas: 1) aumentar la especificidad
y perspectiva de la planificación (la claridad de las definiciones de los resultados está
directamente relacionada con la probabilidad de seleccionar intervenciones sólidas y
apropiadas), 2) brindar a los participantes un panorama de los objetivos planteados,
intentando que esto contribuya a un mayor entusiasmo y participación por parte de ellos y
3) advertirles sobre los riesgos o beneficios de cursos de acción alternativos.

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Se considera que la evaluación de los beneficios es más eficaz cuando se la efectúa
antes de realizar la recopilación de datos y se establecen los resultados deseados o
esperados, ya que, de esta manera, los planificadores pueden tener una visión más
amplia de la intervención.

- Selección de una estrategia educativa


Podríamos definir una estrategia educativa en salud como una combinación de métodos y
técnicas que se pueden utilizar para intervenir sobre los factores predisponentes,
facilitadores y reforzadores. Estas estrategias se pueden clasificar en tres categorías:
- Métodos de comunicación: conferencia-debate, asesorías individuales, medios
masivos de comunicación (gráficos y audio-visuales).
- Métodos de capacitación: desarrollo de habilidades, juegos, debates en grupos,
creación de modelos, modificación de conductas.
- Métodos organizacionales: desarrollo comunitario, acción y planificación social,
y desarrollo organizacional.
A la hora de elegir, se recomienda seleccionar al menos tres estrategias educativas y
asegurarse de que los factores predisponentes, facilitadores y reforzadores reciban la
debida atención. Se aconseja que una de las tres estrategias seleccionadas incluya
medios audiovisuales u otro medio de comunicación.
Es importante tener en cuenta que las estrategias educativas que influyan sobre los
factores predisponentes tendrán efectos generalmente a corto plazo, las que lo hagan
sobre los factores reforzadores tendrán efecto intermedio y las que influyan sobre los tres
factores tendrán un efecto más prolongado.
En general las estrategias que van a influir sobre los factores predisponentes son más
simples y menos costosas, a diferencia de aquellas que lo harán sobre los otros dos
factores. Tenerlo en cuenta desde un inicio evitará desalientos futuros durante el
desarrollo de las mismas.

- Diagnóstico administrativo
Como parte del proceso de educación para la salud es importante incluir en su
elaboración un apartado de diagnóstico administrativo, es decir, que identifique factores
administrativos y organizacionales que pueden afectar ya sea facilitando o impidiendo la
implementación de una intervención o programa.
La meta principal de este diagnóstico es reducir al mínimo los factores que podrían evitar
que un programa bien concebido logre un impacto completo y positivo. Para ello es
importante considerar las realidades de la organización, de la comunidad y de la práctica
profesional, para reducir así los impactos negativos y potenciar los beneficios del
programa.
Los pasos de este diagnóstico incluyen la evaluación de los recursos disponibles, la
correcta asignación de los mismos mediante un presupuesto y cronograma, así como
determinar las relaciones jerárquicas entre el personal y el recurso humano disponible.

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• Evaluación
Mucha gente piensa en la evaluación como un proceso complicado que se hace durante
un tiempo limitado. Sin embargo debería ser todo lo contrario: sencilla y continua.
Comúnmente, la evaluación ocurre cuando las personas que participan en una actividad
o proyecto discuten sobre como marchan las cosas. Sin embargo, una evaluación
periódica y más estructurada debe tener su lugar. Podemos considerar cuatro tipos de
evaluación, todas parte de un proceso continuo.

- Evaluación continua
Tiene lugar en todo un proyecto o actividad. Por ejemplo, a lo largo de un curso de
capacitación de promotores de la salud, los capacitadores o instructores y los alumnos
pueden preguntarse: a) ¿qué tan efectiva es tal o cuál clase? y b) ¿qué tanto nos prepara
esta actividad para resolver un determinado problema en la comunidad?

- Evaluación periódica
Se hace en ciertos momentos durante un proyecto o actividad. Por ejemplo, los
instructores, los alumnos y las personas de la comunidad que participan en un programa
pueden reunirse cada cierto tiempo para examinar el progreso del curso y de ciertas
actividades. En un programa de un año de duración esta evaluación podría ser mensual.

- Evaluación final
Tiene lugar al final del proyecto o actividad. Por ejemplo, al final de un curso todos los
participantes pueden juntarse para evaluar el curso en su totalidad, con sus debilidades y
fortalezas. La idea es ver como se podría mejorar para la próxima vez.

- Evaluación de seguimiento
Se basa en los resultados o en el efecto de una actividad después que se ha finalizado
con el proyecto o actividad. Por ejemplo, la eficacia de un curso de capacitación de
promotores de la salud se comprueba al ver el éxito que tengan los promotores en ayudar
a la gente a satisfacer sus necesidades en la comunidad. No es fácil evaluar el efecto o
“impacto” sobre la comunidad debido a que en general los resultados son a largo plazo.
Este tipo de evaluación se puede basar en: a) la reacción de la comunidad, b) las visitas
de seguimiento de los capacitadores, c) los indicadores de salud y d) el informe de los
promotores acerca de sus logros y dificultades en cuento a su trabajo.

También se puede hablar de niveles de la evaluación. La evaluación de un programa,


actividad o proyecto -antes, durante y después de su desarrollo- es clave para que se
complete un ciclo. La evaluación siempre es necesaria si se ha de seguir adelante,
porque permite aprender de los éxitos y los errores.
Haciendo referencia a la evaluación de un programa de educación para la salud, otros
autores hablan de tres niveles o etapas en los que se puede evaluar: evaluación de
proceso, evaluación de impacto y evaluación de resultado.

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La evaluación del proceso consiste en evaluar la estrategia educativa. Es en esta etapa
se evalúan los materiales y métodos, las habilidades de los profesionales en la
comunicación y también los aspectos administrativos del desarrollo del programa.
La evaluación de impacto se refiere a los cambios que el programa o estrategia
educativa produce en el área del conocimiento, actitudes y conductas en la población. Un
ejemplo contundente es la alfabetización.
La evaluación de resultado se ocupa de la morbilidad y mortalidad. Es importante
resaltar que en intervenciones de educación y promoción para la salud, no es posible
obtener en el corto plazo la medición de los resultados.
Finalmente, toda evaluación debe dar respuestas a las preguntas planteadas de cada
aspecto del programa o estrategia educativa, debe medir si se han alcanzado las metas
propuestas y debe ayudar a determinar si las mismas eran apropiadas.

- La evaluación ¿para quién y por quién?


Para responder esta pregunta a grandes rasgos hacemos referencia a dos tipos de
evaluaciones: externas e internas.
1. Evaluaciones externas: están dirigidas por personas ajenas a la organización.
En general, este tipo de evaluaciones las suelen realizar las agencias que
proveen los fondos o los administradores que nada tienen que ver con la
planificación y ejecución del programa o estrategia educativa. El plan para tal
evaluación viene de afuera y está dirigida por un experto. Con demasiada
frecuencia, tanto el proceso como los resultados responden más a las
necesidades de los que piden la evaluación (evaluadores) que a las necesidades
de los que en realidad están participando en el proyecto.
2. Evaluaciones internas: están dirigidas por los participantes del programa. Es
interesante e importante en aquellos programas con base comunitaria, que todas
las personas involucradas en el proyecto participen de la evaluación, siendo la
misma un esfuerzo cooperativo de autocrítica y de reflexión donde, no sólo se
tomen en cuenta los resultados de la educación y la acción comunitaria, sino que
sea una parte de todo el proceso.
En las evaluaciones suele ser de utilidad solicitar ayuda a personas que estén fuera del
programa con la condición de que comprendan la situación local y que ayuden sólo en lo
que se les pida sin hacerse cargo de todo el proceso.

• Condiciones para el éxito de la intervención


Para que la planificación de una estrategia de EPS responda a las necesidades reales de
la comunidad es indispensable analizar (preferentemente junto con las diversas partes
implicadas) los problemas que se plantean, los objetivos formulados y la posible elección
de una estrategia: 1) admitiendo ante la comunidad que existe una brecha social y
educativa, 2) haciendo lo necesario para comprender usos, costumbres, creencias y
necesidades de la comunidad, 3) tratando de no ser el instructor principal, 4) partiendo de

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los conocimientos y habilidades que ya tiene la gente y ayudándolos a aprender más y 5)
tratando el equipo de salud de hacerse innecesario tan pronto como le sea posible.
Un punto interesante en la planificación desde la comunidad es lograr precozmente la
formación de redes sociales. Recursos comunitarios valiosos que deben ser cultivados y
fortalecidos en forma continua. Para lograr este objetivo es importante que el investigador
aúne esfuerzos para insertarse y formar parte de estas redes, logrando de esta manera
estimular a sus integrantes y hacer que se consideren miembros activos del proceso de
investigación, educación o gestión. De esta confianza mutua surgirán nuevos conceptos y
metodologías científicas que estarán basadas en las preocupaciones diarias y concretas
de la comunidad, permitiendo obtener un mayor impacto en los resultados.
Es importante tener presente que va a ser más sencillo trabajar con aquellos grupos que
estén en formación o que lleven poco tiempo de funcionamiento, en contraste con hacerlo
en un grupo o ámbito comunitario que se desenvuelve más rutinariamente desde hace
mucho tiempo.

CONCLUSIÓN
Para que un programa de EPS sea efectivo es importante que incorpore métodos de
aprendizaje activos, dirigido hacia las influencias sociales y a los medios de comunicación
de masas, que refuerce los valores individuales y las normas grupales, promoviendo el
desarrollo de habilidades, fundamentalmente sociales.
Una estrategia especialmente útil es el trabajo en grupo de iguales. Sus principales
ventajas son una mayor adecuación de los contenidos y estrategias, así como una mayor
motivación.
La persona debe llegar a hacer suya la actividad de aprendizaje, debiendo jugar el
educador un papel o rol de facilitador del aprendizaje. En este sentido, hay que procurar
siempre usar métodos participativos que potencien la adquisición de habilidades sociales,
la competencia en la comunicación y la resolución de conflictos, que incidan en la
responsabilidad, en la autoestima, en la toma de decisiones y que faciliten la práctica de
las habilidades aprendidas. En este sentido, vale destacar el mensaje de la Organización
Mundial de la Salud (1983): “…si enfocamos la educación sanitaria desde un modelo
participativo y adaptado a las necesidades, la población adquirirá una responsabilidad en
su aprendizaje y éste no estará centrado en el saber, sino también en el saber hacer”.

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Bibliografía
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trabajo social. Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad. Tomo 1, Grupo Editorial
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Ed. PALTEX
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- Fortuny M. El contenido transversal de la educación para la salud: diseño de la actividad
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la web de la Asociación ALEZEIA, donde se expone detalladamente el contenido del libro y se
da referencia de otras publicaciones de esta asociación presidida por la Dra. Serrano MI).
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5° edición CEDEPO. Editorial Humanitas, Buenos Aires.
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