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Capítulo V

Australopithecus afarensis

El nombre de la especie, representada por mas de 300


especímenes, fue dado en 1978 por Johanson, White y Coppens, basándose
en los fósiles encontrados por estos investigadores en Laetoli (Tanzania) y
Hadar (Etiopía). El nombre deriva de la región de Afar y del grupo nómada Afar
de origen musulmán. Constituye la única especie de homínidos hasta ahora
conocida que se distribuye en el periodo de tiempo comprendido entre los 3 y 4
crones.

Básicamente, y desde un punto de vista morfológico, la especie


combina un mosaico de rasgos simianos y humanos, con un esplacnocráneo
(cara) muy proyectado hacia delante y un esqueleto postcraneal claramente
bípedo que conserva ciertos rasgos simianos, tales como los brazos largos y
los dedos de las manos y pies curvados.

La pierna y el pie son las partes de los miembros inferiores mejor


representadas en los fósiles de Australopithecus afarensis. Juntamente con
las pisadas de Laetoli, proveen la mejor evidencia de los parámetros de
desplazamiento y de la morfología pédica de los homínidos de! Plioceno. La
comparación de la anatomía de la región pelviana y del pie de tos fósiles de A.
anamensis, A afarensis y A. africanus demuestra una adaptación cinemática
y anatómica al bipedismo terrestre similar, la que sugiere que un patrón
locomotor único o común caracterizaría a todas las especies del género
Australopithecus.
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Cresta sagital

RECONSTRUCCIÓN DEL CRÁNEO DE UN MACHO DE A. afarensis (Tomado


de Arsuaga y Martínez. 1998)

La primera evidencia de bipedismo en los homínidos se atribuye a


la tibia KP 29285 de A. anamensis. Este espécimen preserva la superficie
articular distal y próximal, las cuales muestran claras evidencias de bipedismo.
Las adaptaciones morfológicas de KP 29285 son compartidas por todas las
otras tibias de Australopithecus, incluyendo las de Etiopía y Sudáfrica, al igual
que los huesos del pie. En efecto, el examen conjunto de los huesos del pie de
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que los huesos del pie. En efecto, el examen conjunto de los huesos del pie de
distintas especies de Australopithecus y de las pisadas de Laetoli, indica que
Australopithecus posee un arco en el pie y un hallux aducido.

Este patrón morfológico muy humano, habría permanecido sin


cambio durante toda la evidencia fósil de este género, indicando que el
bipedalismo terrestre de Australopithecus se estableció hace 4.1 crones,
desde el inicio del género, y que el mismo no tiene una naturaleza transicional,
ni tampoco representa una adaptación compartida o comprometida entre la
vida arbórea y la terrestre.

AL 129-1a+1b: Se trata del primer fósil descubierto por Johanson en 1972, en


Hadar, representado por el tercio distal de un fémur (129-1 a) y el tercio
próximal de una tibia (129-1b) que preservan, en conjunto, la articulación de la
rodilla. La antigüedad es de 3.4 crones y la anatomía de la rodilla es totalmente
bípeda y homínida. La característica anatómica crítica de la rodilla de A.
afarensis, en comparación a la de los monos, es el plano inclinado de los
cóndilos de la rodilla en relación con el eje del fémur. En los monos la
alineación del fémur con la pierna es tal, que esta última permanece derecha
cuando la rodilla se extiende. En cambio en A. afarensis y en el hombre la
pierna y el fémur, debido a un ensanchamiento de la cadera, forman un ángulo.
Como una adaptación al mayor peso transmitido a través de las rodillas en las
especies bípedas se observa un engrosamiento de la superficie de los cóndilos.
En este sitio también se encontraron las porciones próximales de los fémures
derecho e izquierdo, los que probablemente pertenecieron al mismo individuo
de la rodilla porque presentaban la misma coloración. Los dos fragmentos
próximales están rotos en el cuello femoral, una fractura típica de Homo
sapiens moderno. La superficie anterior y posterior de los fémures presentan
signos de aplastamiento y la naturaleza de las astillas sugiere que estas fueron
realizadas por un carnívoro que arrastró las piezas óseas en el terreno, ya que
la distancia que separaba a ambos fémures era de 18 metros.
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RECONSTRUCCIÓN DEL ESQUELETO DE UN MACHO DE A. afarensis


(Tomado de Arsuaga y Martínez, 1998)
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AL 288-1, "Lucy": Descubierta en 1974 por Johanson en Hadar (Etiopía)
representa por su antigüedad, 3.2 crones, y por lo completo de su esqueleto
(40%), el espécimen que se utiliza como punto de referencia para comparar los
otros fósiles relativamente mas recientes y más antiguos. Su nombre de pila
proviene de la canción de Los Beatles "Lucy in the sky with diamonds", de
moda en 1978 y que se escuchó en el campamento el día de su
descubrimiento. Esta especie constituye el antepasado de muchas ramas de
homínidos que emergen entre los 2-3 crones. El esqueleto de Lucy esta
constituido por 47 huesos y los mismos corresponden a parte de los miembros
superiores e inferiores, pelvis, omóplato, vértebras, costillas, mandíbula y 5
fragmentos de la bóveda craneal. Por presentar la erupción del tercer molar
(muela del juicio) y cierre de la línea o cartílago epifisario, se trataba de un
adulto maduro de 25 años que medía 107 cm y pesaba cerca de 28 Kg. Los
brazos largos y los dedos de las manos curvados sugieren que Lucy, además
de presentar locomoción bípeda, era una ágil trepadora arborícola.
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RECONSTRUCCIÓN DE UN MACHO DE A. afarensis (Tomado de Arsuaga y


Martínez, 1998)

AL 333, "La Primera Familia": Descubierta en 1975 por Michael Bush en


Hadar. Se trata de aproximadamente 200 fragmentos óseos representativos de
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13 individuos de todas las edades: 9 adultos y 4 juveniles (él más joven de

menos de 1 año de edad, debido a que aún conservaba un incisivo decidual


inferior). En este sitio todo los huesos, excepto algunos restos de peces y
roedores, son de homínidos. Por este motivo se considera que el conjunto de
estos fósiles representa una asociación catastrófica que se produjo cuando un
grupo de A. afarensis, probablemente emparentados entre sí, fue alcanzado
por un desastre natural, del tipo de una riada, que terminó enterrándolos en un
mismo horizonte geológico. Si bien el tamaño de estos especímenes varía
considerablemente, anatómicamente son similares. Esta característica, ligada
al hecho de que se encuentran en el mismo lecho, apoya la idea, no
compartida por todos los paleontólogos, de que en los depósitos de Hadar
habría existido, hace 3.2 orones, una única especie sexualmente dimórfica.

AL 444-2: Fósil descubierto por Bill Kimbel y Yoel Rak en 1991 en Hadar. Se
trata del cráneo más completo (70%) de un espécimen de A. afarensis
encontrado hasta el presente y de una edad de 3 crones. Hasta ese momento
la anatomía del cráneo de A. afarensis se conocía parcialmente a partir de la
reconstrucción con fragmentos provenientes de distintos individuos. El volumen
del cráneo es de 540 cc y se presume, por su canino de gran tamaño,
mandíbula maciza y grandes superficies de inserción muscular, que pertenecía
a un adulto masculino, versión masculina de Lucy. Las diferencias anatómicas
del cráneo de AL444-2 con respecto a otros fósiles de la serie de la Primera
Familia, los cuales presentan menor prognatismo facial y caninos de menor
tamaño, son la prueba de que A. afarensis era una especie sexualmente
dimórfica y que el grado de diferenciación entre machos y hembras de A.
afarensis es similar al observado en las especies vivientes de los grandes
simios. Los dientes anteriores de este cráneo presentan un gran desgaste lo
que indica que los mismos, junto con los labios, fueron utilizados para deshojar
vegetación y manipulación de los alimentos. La cresta sagital es pequeña, poco
alta y colocada posteriormente, y al igual que en el Gorila, la inserción del
músculo temporal demuestra un tipo de masticación frontal que recurre a la
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utilización de los dientes anteriores, diferente a la de P. Robustus. En esta
especie la fuerza de la masticación se orienta hacia abajo utilizando los dientes
laterales o de las mejillas. La frente es estrecha con un torus supraorbitário
marcado y estos rasgos anatómicos le dan a la cara, en vista lateral, un
aspecto muy similar a la del Gorila.

L.H.-4 (ET): Se trata de una mandíbula adulta descubierta en Laetoli en 1974


por Mary Leakey y de una antigüedad de 3.6 orones. Si bien los fósiles de
Hadar son más completos, esta mandíbula fue elegida como el ET de A.
afarensis para afirmar la conexión biológica entre los homínidos de Laetoli
(Tanzania) con los de Hadar (Etiopia) a 1500 Km. de distancia. La mandíbula
carece de la rama ascendente pero tiene 9 dientes.

MANDÍBULA DE LH.4 (Tomado Tattersall, 1995)

Huellas de Laetoli: Descubiertas en 1978 por Paúl Abell en Laetoli (palabra


Massai para lirio rojo), Tanzania, al sur de la Garganta de OIduvai y cerca del
volcán Sandiman. La edad de estas huellas, 3.7 crones, es una de las más
antiguas para homínidos. Se trata de huellas fosilizadas de pisadas de
homínidos y de diversos animales (antílopes, rinocerontes, felinos, elefantes,
varias aves). Se atribuye esta pisada a A. afarensis ya que en este espacio
de tiempo no existe ninguna otra especie conocida de homínidos. Para algunos
paleoantropólogos se trata de la huella de un pie moderno, otros observan una
ligera separación del 1° dedo del pie (similar a los simios) y dedos más largos
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que los humanos, pero más cortos que el de los grandes monos. Estas huellas
se produjeron por una lluvia de cenizas provenientes de un volcán cercano que
cubrieron el suelo con una delgada capa. Luego esta capa, con el aspecto de
arena blanca, se convirtió en una masa blanda por las lluvias del final de la
estación seca sobre la cual dejaron sus huellas los animales y homínidos. A la
salida del sol, y por el alto contenido de carbonates, la capa se secó,
endureciéndose como una capa de cemento. Sobre esta capa luego se
depositó otra capa de cenizas sellándola. Las huellas indican que se tratarían
de 2 homínidos que se desplazaban juntos de sur a norte. Por el tamaño y la
longitud de la pisada se deduce que estos especímenes medirían 140 y 120 cm
respectivamente y que podrían tratarse de un macho y una hembra o de un
adulto y un niño. La huellas también muestran que un momento dado los
homínidos se habrían detenido, mirado hacia atrás y continuado la marcha.

Human A. "afarensis” Chimpanzee

COMPARACIÓN DEL ESQUELETO DE LUCY CON EL HOMBRE MODERNO


Y EL CHIMPANCÉ (Tomado de Brace, 1991)
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COMPARACIÓN DE LA PELVIS DE LUCY (MEDIO) CON LA DEL HOMBRE


MODERNO (ABAJO) Y LA DEL CHIMPANCÉ (ARRIBA) (Tomado de Brace.
1991)

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