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JUICIOS

ESPECIALES
JORGE MARDONES
EL JUICIO
EJECUTIVO
DE MAYOR
CUANTÍA
GENERALIDADES

• El juicio ejecutivo de mayor cuantía, es un juicio especial, pero de aplicación general, salvo las
excepciones legales, por ejemplo, el juicio ejecutivo de mínima cuantía y los juicios
hipotecarios de la ley de bancos. En este sentido, hay que señalar que no existe un juicio
ejecutivo de menor cuantía, de manera que a los asuntos cuya cuantía varía entre diez y
quinientas UTM se les aplican las normas del juicio ejecutivo de mayor cuantía.
• La razón de ser del juicio ejecutivo es que obtener el cumplimiento forzado de una obligación
que prima facie, tiene el carácter de indubitada.
• En consecuencia, la génesis misma del juicio ejecutivo indudablemente se vincula con los
principios de la prueba, porque en el fondo el título ejecutivo produce en el tribunal aquel grado
de convicción necesaria, en torno a la existencia de la obligación, su monto y su exigibilidad.
CARACTERÍSTICAS DEL JUICIO
EJECUTIVO
a) El procedimiento ejecutivo es rápido y concentrado. Si se compara la estructura del juicio ordinario de mayor cuantía
con el procedimiento ejecutivo, se nota que en éste se han simplificado trámites y se han acortado plazos, lo que se
traduce en una mayor rapidez.
b) Iniciado que sea el juicio ejecutivo se decreta, necesariamente y desde luego, respecto del deudor una medida
especifica, que es una medida de carácter cautelar y que se denomina el embargo. Esta medida cautelar es plenamente
aplicable en el juicio ejecutivo por obligación de dar, pero no respecto de los juicios ejecutivos por obligación de hacer o
de no hacer.
El embargo como medida cautelar que es, tiene por objeto asegurar el resultado de la acción ejecutiva, para que cuando
se ordene el pago de la obligación haya bienes suficientes para responder.
A diferencia de las demás medidas cautelares, que son de concesión eventual, el embargo es necesario y obligatorio,
pues el mandamiento de ejecución y embargo tiene como mención esencial la orden de embargar bienes suficientes si el
deudor no paga al momento del requerimiento.
El embargo no importa gravamen ni pérdida del dominio respecto del bien, tampoco es causal de preferencia, como
ocurre con el derecho legal de retención, pero el deudor sí pierde su administración, la que es entregada a un depositario.
CARACTERÍSTICAS DEL JUICIO
EJECUTIVO
c) Como tercera característica es menester señalar que el ejecutado tiene posibilidades de defensa particularmente
restringidas. El motivo que tuvo en vista el legislador para establecer estas restricciones radica en que el título
ejecutivo representa una obligación que el deudor no ha cumplido.
Son manifestaciones de esta particularidad las siguientes:
i) El contradictorio paritario se quiebra en beneficio del acreedor, así en el período de discusión los escritos que
puede presentar son la demanda ejecutiva y el escrito donde evacúa el traslado de las excepciones del ejecutado, éste
por su parte, sólo puede presentar uno, el escrito de excepciones.
ii) En el escrito de excepciones, el deudor debe oponerlas todas conjuntamente y señalar los medios de prueba de que
piensa valerse.
iii) Si el deudor no opone excepciones, se omite la sentencia definitiva y el mandamiento de ejecución y embargo
hace las veces de sentencia definitiva, para el efecto de la realización de los bienes embargados.
iv) Las resoluciones dictadas contra el ejecutado son apelables en el solo efecto devolutivo.
ESTRUCTURA DEL JUICIO EJECUTIVO
La estructura del juicio ejecutivo es muy distinta a la del juicio ordinario de mayor cuantía, y en general es muy
distinta a la tramitación de los procedimientos declarativos.
El juicio ejecutivo, necesariamente, debe tramitarse en dos cuadernos, llamados principal o ejecutivo y de apremio;
eventualmente pueden surgir otros cuadernos, como los de tercerías.
En el cuaderno principal, se produce –eventualmente- la discusión sobre la existencia, monto y exigibilidad de la
obligación si es que el ejecutado opone excepciones.
Normalmente se inicia con la demanda ejecutiva, salvo que se inicie con una gestión preparatoria de la vía ejecutiva,
y terminará su tramitación con la sentencia definitiva.
ESTRUCTURA DEL JUICIO EJECUTIVO
La foja uno del cuaderno de apremio es el mandamiento de ejecución y embargo, tratándose de una obligación de
dar; tratándose de una obligación de hacer o no hacer, el mandamiento tiene características propias. Requerido de
pago el ejecutado, si no paga en el acto, continúa con el embargo de bienes, embargo que puede dar lugar a diversos
incidentes: ampliación, sustitución, exclusión, etc., como asimismo, en este cuaderno se tramitará todo aquello que
tenga que ver con la administración de los bienes embargados, su posterior realización y pago al acreedor.
También pueden surgir otros cuadernos, como los de tercerías. En el juicio ejecutivo se reglamentan cuatro: dominio,
posesión, pago y prelación. Las tercerías tienen reglas procedimentales especiales, se tramitan todas ellas en cuaderno
separado.
Además, de los cuadernos anteriores pueden surgir otros, pues en el juicio ejecutivo de mayor cuantía tienen cabida
los incidentes ya analizados, y si éstos no son de previo y especial pronunciamiento se tramitarán en cuaderno
separado.
NORMAS APLICABLES AL JUICIO
EJECUTIVO
El juicio ejecutivo de mayor cuantía se encuentra reglamentado en el Libro III del Código de Procedimiento Civil,
específicamente, en el Título I se regula el juicio ejecutivo en las obligaciones de dar; y en el Título II el
procedimiento ejecutivo en las obligaciones de hacer y no hacer.
Además, al juicio ejecutivo le son aplicables las normas contenidas en el Libro I del Código de Procedimiento Civil,
es decir, las disposiciones comunes a todo procedimiento. Dentro del Libro I el artículo 3° se remite al juicio
ordinario de mayor cuantía, en el sentido que éste es supletorio en cuanto procedimiento y en cuanto a los trámites
regulados en él, por ejemplo, los medios de prueba.

En orden de prelación las normas que regulan al juicio ejecutivo son:


a) Las reglas propias contenidas en el Título I y II del Libro III;
b) Las reglas comunes a todo procedimiento (Libro I);
c) Las normas del juicio ordinario de mayor cuantía (Libro II).
CLASIFICACIONES DE LOS JUICIOS
EJECUTIVOS
a) Según la naturaleza de la obligación cuyo pago se persigue
i. Juicio ejecutivo por obligación de dar. Aquí se encuentran comprendidas las obligaciones de dar propiamente tales,
como también las obligaciones de entregar una cosa. Lo normal será que la entrega sea título translaticio de dominio, es
decir, una forma de tradición, pero del mismo modo se puede perseguir ejecutivamente una obligación de entregar que no
provenga de un título translaticio de dominio.
La obligación de dar o entregar se puede referir a una cantidad de dinero, que será la situación más frecuente, o bien a
una especie o cuerpo cierto o a un género determinado.
ii. Juicio ejecutivo por obligación de hacer. Este tipo de juicio ejecutivo puede tener dos objetivos perfectamente
distintos: la obligación de suscribir un instrumento o la obligación de realizar una obra material.
iii. Juicio ejecutivo por obligación de no hacer. Cuando el deudor incumple su obligación, se puede perseguir
ejecutivamente la destrucción de la obra ejecutada en contravención de su obligación.
Tratándose de estos distintos tipos de juicios ejecutivos, el cuaderno ejecutivo es muy similar en todos ellos; la diferencia
radica en el cuaderno de apremio, que tiene características propias en cada uno de los casos.
CLASIFICACIONES DE LOS JUICIOS
EJECUTIVOS
b) Según su cuantía
iv. Juicio ejecutivo mayor y menor cuantía.
v. Juicio ejecutivo mínima cuantía.
El juicio ejecutivo de mayor cuantía comprende al de menor cuantía, que no tiene una regulación especial. Por su parte,
el juicio ejecutivo de mínima cuantía (hasta diez UTM) se encuentra regulado en los artículos 703 y ss. del Código de
Procedimiento Civil.
CLASIFICACIONES DE LOS JUICIOS
EJECUTIVOS
c) Según su regulación
vi. Juicios ejecutivos comunes. Este juicio es el que, de acuerdo a su naturaleza, se encuentra regulado en el Código de
Procedimiento Civil, y es de general aplicación, salvo norma especial.
vii. Juicios ejecutivos especiales. Se encuentran regulados en leyes especiales, y se caracterizan por ser bastante más
concentrados que el juicio ejecutivo de mayor cuantía, las posibilidades de defensa del ejecutado son menores y el
procedimiento de realización de los bienes mucho más expedito. Son ejemplos de estos juicios ejecutivos especiales, los
juicios de cobro de impuestos; los juicios hipotecarios regidos por la Ley de Bancos; los juicios de liquidación de prenda
industrial; juicio de realización de acciones dadas en prenda a favor de los bancos.
Todos estos juicios ejecutivos especiales, se regulan primeramente por la normativa propia, y subsidiariamente por las
reglas del juicio ejecutivo de mayor cuantía, luego por las reglas comunes a todo procedimiento, y por último, por el
juicio ordinario de mayor cuantía.
JUICIO EJECUTIVO
DE LA OBLIGACIÓN
DE DAR
• El juicio ejecutivo por obligación
de dar se encuentra regulado en
el Título I del Libro III del
Código de Procedimiento Civil.
• Este juicio es la matriz de todos
los juicios ejecutivos, siendo los
demás sólo variaciones más o
menos profundas de éste.
PRESUPUESTOS
El juicio ejecutivo por obligación de dar
requiere de cuatro presupuestos
indispensables, los cuales deben
concurrir copulativamente:
a) Que el acreedor se encuentre
premunido de un título ejecutivo.
b) Que la obligación que se persiga sea
líquida.
c) Que la acción ejecutiva no se
encuentre prescrita
d) Que la obligación sea actualmente
exigible
PRESUPUESTOS
a) Que el acreedor se encuentre premunido de un título ejecutivo.
• El título ejecutivo es un instrumento o una actuación a la cual la ley le otorga prima facie el mérito de acreditar
indubitablemente la existencia de una obligación.
• De este concepto arranca una primera e importantísima consecuencia, que la calificación de título ejecutivo emana
exclusiva y excluyentemente de la ley, por ende no hay otros títulos ejecutivos que aquellos que el legislador expresa y
taxativamente ha indicado.
• Además, el mérito o virtud del título ejecutivo es que con su simple examen aparece indubitadamente la existencia de la
obligación. Es por esta razón que el concepto de título ejecutivo se vincula con el de prueba legal, porque efectivamente
esta fuerza de convicción arranca del mérito probatorio que emana del título que contiene la obligación que se persigue.
• El título ejecutivo puede ser un instrumento o una actuación; lo normal es que sea un instrumento que emane del
pretendido deudor, como, por ejemplo, una letra de cambio aceptada por éste, una escritura pública, un pagaré, etc., pero
también el título ejecutivo puede consistir en una actuación, como ocurre, por ejemplo, con la confesión de una
obligación.
PRESUPUESTOS

b) Que la obligación que se persiga sea líquida. El legislador ha señalado expresamente cuando se entiende que una
obligación es líquida, y es tal aquella que se encuentra determinada su naturaleza y monto, por ejemplo, la cantidad de
dinero debida.
También se entiende que una obligación es líquida cuando es liquidable, en virtud de simples operaciones aritméticas
con el solo mérito de los datos que proporciona el título.
c) Que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. En cuanto a los plazos de prescripción el legislador en el
artículo 2515 del Código Civil distingue claramente entre acción ordinaria y acción ejecutiva, fijando plazos distintos
para cada una.
Si la acción ejecutiva se encuentra prescrita, debe ser declarada de oficio por el tribunal, negándose a despachar el
mandamiento de ejecución de embargo.
PRESUPUESTOS

d) Que la obligación sea actualmente exigible. Significa que no esté diferido su cumplimiento en virtud de una
modalidad (condición o plazo). Así, si hay una condición que difiere el cumplimiento de una obligación o hay un
plazo pendiente, la obligación no será actualmente exigible, salvo naturalmente que se alegue el cumplimiento de la
condición o haber esta fallado o, en ciertas y determinadas ocasiones, la caducidad del plazo.
1. EXISTENCIA DE UN TÍTULO
EJECUTIVO
El título ejecutivo es un instrumento o una actuación a la cual la ley le otorga prima facie el mérito de acreditar
indubitablemente la existencia de una obligación.
Como ya se señaló en los párrafos procedentes la única fuente del título ejecutivo es la ley, además, que puede ser un
instrumento o una actuación.
Puede surgir la interrogante si frente a un título ejecutivo el acreedor puede renunciar a la vía ejecutiva, y en
consecuencia, discutir la cuestión en un procedimiento de lato conocimiento.
Este es un tema altamente discutible y opinable. Se puede pensar que es lícita esta renuncia, en primer lugar porque
no está expresamente prohibido; pero además, en el juicio ejecutivo existe una institución que se denomina reserva de
acciones, y que precisamente consiste, bajo ciertos supuestos, en el abandono de la vía ejecutiva para reservarse
recurrir a la vía ordinaria, entonces si esto es posible ya iniciado el procedimiento, con mayor razón lo es
anteladamente.
CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS
EJECUTIVOS
La principal clasificación distingue entre títulos perfectos o completos versus títulos imperfectos o incompletos.
Título ejecutivo perfecto o completo, es aquel que se basta a sí mismo para iniciar la ejecución, no requiriendo
ninguna tramitación o actuación adicional, por ejemplo, la copia autorizada de una escritura pública o una sentencia
firme o ejecutoriada.
Título ejecutivo imperfecto o incompleto, es aquel que requiere de una tramitación o actuación previa para adquirir
precisamente el carácter de título ejecutivo perfecto, por ejemplo, un documento privado en el cual consta una
obligación.
Esta tramitación o actuación no necesariamente es de carácter jurisdiccional, sí lo es en el caso de la citación a
confesar deuda o a reconocer firma, pero no en el caso del protesto personal que realiza el notario.
Cuando se trata de un título ejecutivo imperfecto y se requiere de una tramitación jurisdiccional, se recurre a las
llamadas gestiones preparatorias de la vía ejecutiva, que es una gestión jurisdiccional, contenciosa, destinada a
completar o crear un título ejecutivo. El tribunal que conoce de la gestión, si ésta prospera, es también el tribunal
competente para conocer de la demanda ejecutiva, así el cuaderno principal nace con la gestión preparatoria y se
continúa, después de la gestión preparatoria, con la acción ejecutiva propiamente tal.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

Los títulos ejecutivos de que trata el Código de Procedimiento Civil se encuentran enumerados taxativamente, salvo
una referencia de carácter genérico en el numeral siete.
El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace valer alguno
de los siguientes títulos:
Este inciso 1°, de alguna manera subraya el carácter de taxativo de los títulos ejecutivos: alguno de los siguientes
títulos.

1° Sentencia firme, sea definitiva o interlocutoria; 2° Copia autorizada de escritura pública, 3°


Acta de avenimiento pasada ante el tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por
dos testigos de la actuación; 4° Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener
por reconocido; 5° Confesión judicial; 6° Cualesquiera títulos al portador, o nominativos,
legítimamente emitidos, que representen obligaciones vencidas; 7° Cualquiera otro título a que las
leyes den fuerza ejecutiva.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

1° Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria;


Es particularmente importante destacar que el carácter de título ejecutivo lo puede adquirir tanto la sentencia
definitiva como la sentencia interlocutoria. Para estos efectos, ambas resoluciones deben declarar la existencia de una
obligación, y precisamente por esta declaración, se convertirá en título ejecutivo.
Pero ambas resoluciones, deben además, encontrarse firmes o ejecutoriadas de acuerdo a las normas del artículo 174
del Código de Procedimiento Civil, en virtud del cual hay que distinguir:
a) Cuando no proceden recursos procesales en su contra, la sentencia se entiende
ejecutoriada a partir de que se haya notificado a las partes.
b) Cuando proceden recursos procesales en su contra y no se interponen, se entiende firme o ejecutoriada
transcurridos que sean los plazos para interponerlos y en el caso de la sentencia definitiva se requiere, además, que
este hecho sea certificado por el secretario del tribunal; si se interponen los recursos procesales, estará firme la
sentencia a partir de la notificación del cúmplase.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

1° Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria;


No es lo mismo sentencia firme o ejecutoriada, que sentencia que causa ejecutoria. Las primeras tienen el carácter de
inimpugnables e inmutables; en cambio, las segundas, no obstante la existencia de recursos procesales pendientes
pueden ser cumplidas, por ejemplo, cuando la apelación se ha concedido en el solo efecto devolutivo.
Es importante destacar que la sentencia que causa ejecutoria no se encuentra contemplada en el N° 1, pero la doctrina
y la jurisprudencia en forma unánime han sostenido que sí estaría comprendida en el N° 7.
Firme la sentencia, definitiva o interlocutoria, el actor puede iniciar la ejecución, para ello debe obtener copia
autorizada de la misma aparejada del correspondiente certificado de ejecutoria. Pero el ganancioso tiene un camino
mucho más expedito y breve, nos referimos al cumplimiento incidental del fallo, que en el fondo es un procedimiento
ejecutivo especial y particularmente concentrado, previsto en los artículos 233 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil y que, técnicamente, es un incidente que se tramita con posterioridad a la dictación de la
sentencia.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

1° Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria;


Que el acreedor opte por el juicio ejecutivo autónomo y no por el cumplimiento incidental se debe a una razón
histórica, antiguamente el procedimiento incidental sólo se podía pedir dentro de los treinta días siguientes a la
ejecutoria –hoy el plazo es un año-, entonces bien podía ocurrir que el plazo hubiese transcurrido y al acreedor sólo le
quedaba la vía del juicio ejecutivo correspondiente.
Es importante recordar dos reglas de competencia contenidas en los artículos 114 y 232 del Código Orgánico de
Tribunales, en virtud de estas dos reglas, cuando el acreedor premunido de una sentencia firme o ejecutoriada inicia
un juicio ejecutivo autónomo, tiene dos posibles tribunales competentes a su elección: el tribunal que dictó la
sentencia en primera o en única instancia, o el tribunal que corresponda de acuerdo a las reglas generales. En este
caso hay claramente una situación de competencia preventiva, esto es, la existencia de dos o más tribunales
competentes a elección del acreedor.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

1° Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria;


Finalmente hay que mencionar que el cumplimiento de sentencias firmes o ejecutoriadas tiene reglas particulares en
ciertos casos:
a) El Fisco, por mandato expreso de la ley, no es sujeto posible de ejecución, sea a través de un juicio ejecutivo o
cumplimiento incidental del fallo (inmunidad de ejecución). La sentencia se cumple mediante la dictación del
correspondiente decreto supremo por el Ministerio de Hacienda.
b) Cumplimiento de sentencias dictadas por árbitros (artículos 635 y 643 del Código de Procedimiento Civil). La
regla general es que para la ejecución de un sentencia arbitral, se puede acudir al mismo árbitro que la dictó, con tal
que su plazo no se encuentre vencido; sin embargo, si el cumplimiento de la sentencia exige un procedimiento de
apremio u otras medidas compulsivas, o si afecta a terceros que no sean parte del compromiso, se debe concurrir a la
justicia ordinaria.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

2° Copia autorizada de escritura pública;


De acuerdo al artículo 403 del Código Orgánico de Tribunales escritura pública “es el instrumento público o auténtico
otorgado con las solemnidades que fija esta ley, por el competente notario, e incorporado en su protocolo o registro
público” y ya fue analizada a propósito de la prueba instrumental.
El mérito ejecutivo lo tiene la copia de escritura pública, no la matriz porque ésta debe mantenerse dentro del
protocolo.
Están habilitados para otorgar copias autorizadas de una escritura pública el notario ante el cual fue otorgada (u oficial
de Registro Civil o cónsul), el archivero judicial y finalmente, el archivero nacional.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

3º Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos
de actuación;
En este caso estamos frente a obligaciones que emanan de un acto autocompositivo de las partes, sea espontáneo o
provocado –conciliación-.
El acta de conciliación no presenta problemas porque, precisamente al final de la diligencia, se levanta acta de lo
obrado la que es firmada por el juez, las partes y autorizada por el secretario del tribunal.
El avenimiento propiamente tal o espontáneo, es el acuerdo a que llegan las partes dentro del juicio, pero sin
intervención del tribunal. Este acuerdo debe ser otorgado ante tribunal competente.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

3º Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos
de actuación;
Se ha discutido qué se entiende por tribunal competente, al efecto hay dos interpretaciones:
a) Interpretación restringida, señala que tribunal competente es aquel que conoce
del juicio en que se aviene y, además, sólo respecto de las materias avenidas;
b) Interpretación amplia, para esta corriente es competente el tribunal que está conociendo de un asunto y cualquiera
que sea la materia del avenimiento, en la medida que esa materia esté dentro de su ámbito de conocimiento.
Además, el acta de avenimiento debe estar autorizada por un ministro de fe, que será lo normal de acuerdo al artículo
61 del Código de Procedimiento Civil; o bien, por dos testigos de actuación, esta situación se da ante los tribunales
arbitrales, y específicamente, ante el árbitro arbitrador que no tiene un ministro de fe adjunto.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido. Sin embargo, no será
necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una letra de cambio o suscriptor de un pagaré que no hayan
puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse el documento por falta de pago, siempre que el protesto
haya sido personal, ni respecto de cualquiera de los obligados al pago de una letra de cambio, pagaré o cheque,
cuando, puesto el protesto en su conocimiento por notificación judicial, no alegue tampoco en ese mismo acto o
dentro de tercero día tacha de falsedad.
Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagaré o cheque, respecto del
obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial del Registro Civil en las comunas donde no
tenga su asiento un notario;
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


Los tres primeros numerales del artículo 434 se refieren a instrumentos públicos, en cambio, en este N° 4 se está
frente a instrumentos privados, que no tienen en sí mismos valor indubitable; es por esto que el legislador establece
reglas detalladas.
Este numeral regula cuatro situaciones diferentes, la primera es aplicable al instrumento privado propiamente tal.
Las tres siguientes, se aplican a los llamados títulos de crédito: letra de cambio, cheque y pagaré. En estos casos,
además, hay que hacer una distinción en relación al deudor, porque para efectos didácticos distinguiremos entre
deudor “principal” y deudores “secundarios”. Finalmente, dentro de estos títulos haremos en su momento una
subdistinción ya que en dos hipótesis se requiere de una gestión previa para otorgarle mérito ejecutivo y en la tercera,
el título ejecutivo es perfecto.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


a) Instrumento privado.
El instrumento privado propiamente tal es un escrito otorgado sin solemnidades, pero firmado por el pretendido
deudor y que da testimonio de una obligación; per se, carece de mérito ejecutivo y para adquirirlo es menester iniciar
una gestión preparatoria de la vía ejecutiva llamada “reconocimiento de firma puesta en instrumento privado”.
La exigencia de la firma se desprende de los artículos 435 y 436, que convierten al instrumento privado en título
ejecutivo cuando media reconocimiento expreso o tácito de la firma. Este reconocimiento, debe ser autónomo y no
consecuencial de una actuación en otro juicio.
El pretendido deudor y firmante del documento debe ser citado a la presencia judicial. Al efecto, el tribunal fija una
audiencia, y el demandado debe ser notificado personalmente o por el artículo 44. Si concurre a la audiencia, se le
juramenta y se le pregunta si es suya la firma del instrumento.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


a) Instrumento privado.
Las posibles conductas del notificado son:
a) No concurrir: en este caso se tiene por reconocida la firma y preparada la vía ejecutiva, dictando el tribunal la
respectiva resolución.
b) Comparece y reconoce como suya la firma: se tiene por preparada la vía ejecutiva y por perfeccionado el
instrumento, aunque niegue la obligación. En este caso no se requiere resolución judicial.
c) Comparece y da respuestas evasivas: también en este caso se tiene por reconocida la firma y preparada la vía
ejecutiva, dictando el tribunal la respectiva resolución.
d) Comparecer y negar la firma: la gestión preparatoria fracasa irreversiblemente, quedando al pretendido acreedor la
vía del juicio declarativo que corresponda.
La gestión preparatoria de reconocimiento de firma, es bastante simple y de muy expedito desarrollo; el acreedor puede
estar presente, pero no tiene derecho a contrainterrogar ni realizar gestión alguna respecto del pretendido deudor.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b) Letra de cambio, pagaré y cheque.
Previo al análisis de las tres hipótesis que contempla el N° 4 respecto de estos documentos, es necesario dar unas
explicaciones previas.
* La letra de cambio, es una invención medieval, que en sus orígenes estaba necesariamente vinculada al contrato de
cambio. Este instrumento nace y se concibe como una simple y breve carta, donde el girador le encarga al girado que
pague, por su cuenta, al beneficiario en otra plaza, una determinada cantidad de dinero. El girado o librado manifiesta
su voluntad de cumplir el encargo, mediante la aceptación de la letra, firmándola en su anverso en forma transversal,
acompañada o no de la palabra “acepto”.
En consecuencia, en la letra de cambio idealmente intervienen tres personas, pudiendo intervenir otras: i) el girador o
librador; ii) el girado o librado, que cuando acepta el encargo se convierte en aceptante; y iii) el beneficiario.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b) Letra de cambio, pagaré y cheque.
Primero por costumbre y luego por consagración legislativa, se permitió que el girador fuera al mismo tiempo el
beneficiario; y como la letra de cambio importa una obligación de pagar a plazo, se convirtió en un instrumento de
crédito, donde el acreedor es el girador/beneficiario, y el deudor, es el aceptante.
A la letra de cambio pueden concurrir otras personas, los avalistas y los endosantes. El avalista, quien se constituye en
codeudor solidario de la obligación de pagar. Los endosantes, el primer endosante es el propio beneficiario, quien
puede hacer circular el instrumento entregándoselo a un tercero y éste a otro y así sucesivamente. Cada traspaso del
documento se hace mediante el endoso. Por expreso mandato de la ley, todos los intervinientes –aceptante, avalista,
endosantes- son solidariamente responsables frente a su tenedor –acreedor-.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b) Letra de cambio, pagaré y cheque.
* El pagaré es un título de crédito, en el que sólo interviene una persona el suscriptor, que se obliga a pagar al
acreedor una determinada cantidad de dinero. El acreedor no requiere concurrir al pagaré, pero él se queda con el
documento.
Al pagaré también pueden concurrir otras personas, los avales y los endosantes; y al igual que en la letra de cambio,
todos los concurrentes son solidariamente responsables.
* El cheque es una orden escrita y girada contra un banco para que éste pague a su presentación, el todo o parte de los
fondos que el librador o girador pueda disponer en su cuenta corriente. El deudor es el girador y el acreedor es el
beneficiario. Al igual que en la letra de cambio y el pagaré, también pueden intervenir otras personas como el
endosante, quien asume las responsabilidades ya vistas.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
El numeral cuatro del artículo 434 distingue tres hipótesis respecto de estos instrumentos:
i) Primera hipótesis. Protesto personal.
Esta hipótesis es aplicable sólo a la letra de cambio y al pagaré, y sólo respecto del deudor principal, es decir, el
aceptante y suscriptor, respectivamente.
Si a la fecha de vencimiento estos documentos no son pagados por el deudor, el acreedor –tenedor del documento-
puede requerir su protesto por falta de pago; actuación que debe realizarse por un notario público o por un oficial del
Registro Civil en las comunas en que no haya notario.
La gestión de protesto, consiste en que el notario, o en subsidio el oficial del Registro Civil, concurre donde el deudor
y lo requiere para que pague. Si el deudor no paga o no es habido, el documento se protesta por falta de pago, protesto
que puede o no ser personal.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
i) Primera hipótesis. Protesto personal.
Será personal, cuando el deudor es habido y no paga en el acto; es requisito además, que el deudor no tache de falsa
su firma en el acto del protesto, porque si lo hace fracasa la gestión. En consecuencia, para que la letra de cambio y el
pagaré tengan mérito ejecutivo, es menester que el protesto por falta de pago haya sido personal y el deudor no haya
opuesto tacha de falsedad a su firma. Al momento de protestar el documento, el notario levanta un acta que se
estampa al dorso o en un anexo que se adhiere al documento, donde precisamente se señalará las circunstancias ya
mencionadas.
“Sin embargo, no será necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una letra de cambio o subscriptor de
un pagaré que no hayan puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse el documento por falta de pago,
siempre que el protesto haya sido personal.”
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
i) Primera hipótesis. Protesto personal.
Si el deudor no es habido, el notario igualmente protesta la letra de cambio o el pagaré por falta de pago, levantando
acta al efecto, pero como no es personal no adquiere mérito ejecutivo y será necesario recurrir a la segunda hipótesis.
Finalmente es necesario señalar que el protesto personal nunca es aplicable al cheque, pues cuando éste no es pagado
por el banco, es el propio banco quien lo protesta siendo una actuación interna; el acta de protesto se estampa al dorso
del cheque o en un anexo que se adhiere al documento.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
ii) Segunda hipótesis. Notificación judicial del protesto.
Esta hipótesis se aplica a las siguientes situaciones:
* Letra de cambio y pagaré, respeto del aceptante y suscriptor, respectivamente, cuando el protesto no fue personal
* Cheque, respecto del girador, por cuanto, el protesto nunca es personal.
* Los demás obligados –endosantes, avalistas- al pago de una letra de cambio, pagaré o cheque. Respecto de ellos no
procede el protesto personal, porque éste es sólo aplicable a los deudores principales.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
ii) Segunda hipótesis. Notificación judicial del protesto.
Como se señaló en la primera hipótesis, protestado el documento por falta de pago, se levanta un acta, pues bien esta
hipótesis precisamente consiste en notificar esa acta a las personas que hemos indicado precedentemente. Esta
notificación es una gestión preparatoria de la vía ejecutiva llamada “notificación judicial del protesto”.
Se presenta la gestión preparatoria ante el tribunal, en el escrito debe transcribirse íntegramente el acta de protesto y el
tribunal ordenará su notificación a los demandados. Esta notificación, al ser la primera resolución del juicio, se
practicará personalmente o en conformidad al artículo 44. Notificados que sean los demandados pueden oponer tacha de
falsedad a su firma en el acto de la notificación o dentro de tercero día, si esto ocurre incidentalmente se podrá acreditar
la autenticidad de la firma, de acuerdo a lo previsto por el artículo 1111 de la Ley 18.092 (respecto de letras de cambio y
pagarés), y en el artículo 11 de la Ley sobre cuentas corrientes bancarias y cheques.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
ii) Segunda hipótesis. Notificación judicial del protesto.
Si se tacha de falsa la firma y, luego, se acredita su autenticidad, se incurre en un ilícito penal2 (Artículo 110 Ley N°
18.092).
En consecuencia, notificado que sea el protesto sin que haya sobrevenido tacha de falsedad a la firma, o declarada ésta
como auténtica, se perfecciona la vía ejecutiva, y el actor presentará su demanda ejecutiva en el mismo cuaderno de la
gestión preparatoria.
“Sin embargo, no será necesario este reconocimiento … respecto de cualquiera de los obligados al pago de una letra de
cambio, pagaré o cheque, cuando, puesto el protesto en su conocimiento por notificación judicial, no alegue tampoco en
ese mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad”.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


b.1) Mérito ejecutivo de la letra de cambio, pagaré y cheque
iii) Tercera hipótesis. Firmas autorizadas ante notario u oficial del Registro Civil.
Esta hipótesis es la más simple de todas, y consiste en que si la firma del deudor principal (aceptante, suscriptor, girador)
o los demás obligados al pago (avalista o endosantes) se encuentra autorizada ante notario u oficial del Registro Civil, la
letra de cambio, el pagaré o el cheque tienen mérito ejecutivo por sí mismos, sin necesidad de iniciar una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva.
“Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagaré o cheque, respecto del
obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el Oficial del Registro Civil en las comunas donde no
tenga su asiento un notario.”
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


c) Discusiones doctrinarias
Hay ciertas y determinadas cuestiones que se han suscitado respecto del numeral cuarto del artículo 434.
i) Si se está frente a un instrumento privado propiamente tal, donde el pretendido deudor ha muerto ¿se puede citar a sus
herederos a reconocer la firma de su causante?
La mayoría de la doctrina y la jurisprudencia se han inclinado por la negativa, porque el reconocimiento o
desconocimiento es un acto personalísimo, ya que quien mejor puede determinar la autenticidad de la firma es la persona
a quien se atribuye.
Esta solución también es extrapolable a otras situaciones y, así por ejemplo, no se puede citar al mandatario para que
reconozca la firma que se le atribuye a su mandante, ni se puede citar al representante legal o curador del pupilo.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

4º Instrumento privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido.


c) Discusiones doctrinarias
ii) Respecto de los demás instrumentos (letra de cambio, pagaré y cheque), también se puede preparar la vía ejecutiva
por la gestión de reconocimiento de firma, aplicándose los artículos 435 y 436. En otras palabras, el acreedor tiene un
derecho facultativo: protestar el documento, notificar judicialmente el protesto o citar al deudor a reconocer firma.
En todo caso, si la acción ejecutiva de estos títulos de crédito se encuentra prescrita, no se puede preparar la vía
ejecutiva por el reconocimiento de firma, es decir, por esta vía no se puede lograr mejorar un título que ya ha perdido su
vigor, debiendo el acreedor regirse por las reglas generales y recurrir a un juicio sumario (artículo 680 N° 7 del Código
de Procedimiento Civil).
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

5° Confesión judicial.
Debiera agregarse al enunciado “de una obligación”, confesión judicial de una obligación, pues el deudor confiesa deber
una prestación al acreedor, es decir, la confesión es específica, a diferencia de la confesión espontánea o provocada en
juicio, que es un medio de prueba, donde la parte reconoce un hecho que produce consecuencias en su contra.
Este numeral se refiere a la gestión preparatoria de la vía ejecutiva llamada “citación a confesar deuda”.
En esta gestión el deudor carece de título, por lo tanto, su finalidad es crear uno, por lo que se pide al tribunal que el
pretendido deudor sea llamado a la presencia judicial, y ante el juez reconozca la existencia de la obligación; al efecto se
fija día y hora, y se le notifica en la forma personal o sustitutiva de la personal.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

5° Confesión judicial.
Las posibles conductas del citado son:
a) No concurrir: en este caso se da por confesada la deuda y preparada la vía ejecutiva, dictando el tribunal la respectiva
resolución.
b) Comparece y confiesa la deuda: se tiene por preparada la vía ejecutiva, no requiriéndose resolución judicial.
c) Comparece y da respuestas evasivas: también en este caso se tiene por confesada la deuda y preparada la vía
ejecutiva, dictando el tribunal la respectiva resolución.
d) Comparecer y niega la deuda: la gestión preparatoria fracasa, quedando al pretendido acreedor la vía del juicio
declarativo que corresponda.
e) Comparece, reconoce la deuda, pero alega circunstancias que la modifican: la fuente del título ejecutivo es el
reconocimiento puro y simple, si éste es complejo o calificado, no es divisible y, por tanto, fracasa la gestión
preparatoria.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

5° Confesión judicial.
Se ha planteado si es posible la comparecencia escrita por el citado; la cuestión es dudosa, pero si se aceptase habría que
exigir que se hiciese bajo juramento, y en este caso no podría haber mendacidad.
A diferencia del reconocimiento de firma puesta en instrumento privado, no hay inconveniente en citar a confesar deuda
al representante legal, al mandatario, al curador, ya que ésta no es una actuación personalísima.
También es perfectamente posible citar a una persona a reconocer firma y confesar deuda conjuntamente, en este caso
reconocida la firma, quedará preparada la ejecución, aunque se niegue la deuda (artículo 436).
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434
6° Cualesquiera títulos al portador, o nominativos, legítimamente emitidos, que representen obligaciones
vencidas, y los cupones también vencidos de dichos títulos, siempre que los cupones confronten con los títulos, y
éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
Resultando conforme la confrontación, no será obstáculo a que se despache la ejecución la protesta de falsedad
del título que en el acto haga el director o la persona que tenga la representación del deudor, quien podrá alegar
en forma la falsedad como una de las excepciones del juicio;
Debe haber una ley especial que autorice a las instituciones para emitir estos títulos. La institución emite el título y los
cupones, que son separados de un libro llamado “libro talonario”; así en el documento hay tres documentos: el talón, el
título y pueden surgir los cupones, en la medida que la obligación puede dividirse en cuotas de igual valor.
El acreedor que tiene el título y quiera cobrar ejecutivamente la obligación, debe realizar una gestión preparatoria de la
vía ejecutiva llamada “confrontación”, que tiene por objeto constatar la coincidencia entre el título y los cupones, y entre
el título y el talón; si se constata esta identidad, queda preparada la vía ejecutiva, aún cuando el representante legal de la
institución deudora tache de falso el título, falsedad que deberá alegarla durante el juicio.
ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 434

7° Cualquier otro título a que las leyes den fuerza ejecutiva.


Este numeral subraya que la única fuente posible de títulos ejecutivos es la ley. Son ejemplos de títulos a los que la ley
les da fuerza ejecutoria: el contrato de prenda agraria, si la firma está autorizada ante notario; los boletines de tesorería;
la cuarta copia de las facturas; las sentencias definitivas e interlocutorias que causan ejecutoria, etc.
2. OBLIGACIÓN LÍQUIDA

El legislador no da un concepto de obligación líquida, sino que hace una enumeración, en el artículo 438, sobre lo que
puede recaer le ejecución, desprendiéndose de este artículo, que el objeto de la ejecución debe ser una obligación
líquida.
Entendemos por obligación líquida aquella que está indubitablemente determinada en cuanto a su naturaleza y monto.
Artículo 438. “La ejecución puede recaer:
1° Sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que exista en poder del deudor;
Este numeral no requiere mayores comentarios, si se debe una especie o cuerpo cierto que está en poder del deudor, la
ejecución tendrá por finalidad que el deudor la entregue al acreedor.
2. OBLIGACIÓN LÍQUIDA

2° Sobre el valor de la especie debida y que no exista en poder del deudor, haciéndose su avaluación por un perito
que nombrará el tribunal;
Si la especie o cuerpo cierto ha perecido, no hay obligación líquida, lo mismo ocurre si fue enajenada, entonces en
ambos casos se deberá una indemnización, de ahí que se requiera una gestión preparatoria de la vía ejecutiva llamada
“avaluación” practicada por peritos, la avaluación es una gestión no contradictoria y el perito es nombrado directamente
por el juez.
Las partes pueden controvertir esta avaluación, pero en momentos distintos:
a) El acreedor, cuando sea puesta en su conocimiento y dentro de tercero día
(artículo 440).
b) El deudor, en la misma oportunidad que el acreedor (artículo 440), o bien, oponiendo la excepción de exceso de
avalúo (artículo 464 N° 8).
2. OBLIGACIÓN LÍQUIDA

3° Sobre cantidad líquida de dinero o de un género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la forma que
establece el número anterior.
Se entenderá cantidad líquida, no sólo la que actualmente tenga esta calidad sino también la que pueda liquidarse
mediante simples operaciones aritméticas con sólo los datos que el mismo título ejecutivo suministre.
El acreedor expresará en la demanda ejecutiva la especie o la cantidad líquida por la cual pide el mandamiento de
ejecución.
Sin embargo, tratándose de moneda extranjera, no será necesario proceder a su avaluación, sin perjuicio de las reglas que
para su liquidación y pago se expresan en otras disposiciones de este Código.
2. OBLIGACIÓN LÍQUIDA
3° Sobre cantidad líquida de dinero o de un género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la forma que
establece el número anterior.
Este numeral contiene dos situaciones.
a) La primera es la regla general, es decir, que la ejecución recaiga sobre una cantidad líquida de dinero, por ejemplo. $
1.000.000.
Puede tratarse también de una cantidad liquidable, mediante simples operaciones aritméticas y con sólo datos que
contenga el título, por ejemplo, 1000 UF.
Esta disposición suscitó dudas y jurisprudencia en contrario, sobre qué ocurría si el título no tenía los elementos
necesarios para liquidar la obligación; al efecto se dictó una ley interpretativa3, la que señala que se considerarán
líquidas las obligaciones en dinero, si se han pactado intereses y reajustabilidad y se ha determinado en el título la forma
de su cálculo (referencia a fuentes indubitables).
Las obligaciones en moneda extranjera, no son técnicamente obligaciones en dinero, porque el dinero es la moneda de
uso corriente y con poder liberatorio en Chile. En este caso, el ejecutante debe acompañar el certificado de paridad
bancaria correspondiente, el que no puede ser anterior en más de 15 días a la fecha de la presentación de la demanda
(artículo 116 del Código Orgánico de Tribunales).
2. OBLIGACIÓN LÍQUIDA
3° Sobre cantidad líquida de dinero o de un género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la forma que
establece el número anterior.
b) La segunda, que la ejecución recaiga sobre una cantidad de un género determinado, por ejemplo, 100 vacas lecheras.
Tratándose de obligaciones de género se requiere la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de avaluación, y se procede
de acuerdo a lo previsto en el número anterior.
En resumen, la obligación es líquida:
a) Cuando recae sobre una especie o cuerpo cierto que se encuentra en poder del deudor;
b) Cuando recae sobre una cantidad líquida o liquidable de dinero;
c) Previa avaluación, cuando recae sobre una especie o cuerpo cierto que no está en poder del deudor o cuando se trata
de una obligación de género.
Finalmente, el artículo 439 se refiere a la situación en que se persigue una obligación que es parte líquida y parte
ilíquida, en este caso, prescribe la ley, el acreedor podrá iniciar juicio ejecutivo por la parte líquida, reservándose al
acreedor su derecho para reclamar el resto en vía ordinaria.
3. OBLIGACIÓN ACTUALMENTE
EXIGIBLE
El tercer presupuesto para iniciar un juicio ejecutivo es que la obligación sea actualmente exigible, y es tal aquella cuyo
cumplimiento no está supeditado a una condición, plazo o modo; lo que no significa que la obligación deba
necesariamente ser pura y simple, sino que pudo estar sujeta a modalidad, pero ésta ya debe estar cumplida.
Mención especial merece la cláusula de aceleración, propia de obligaciones a plazo con vencimientos sucesivos, ésta es
una estipulación en virtud de la cual el acreedor puede exigir el total de la obligación, si el deudor no paga una o más de
las cuotas pactadas; cuando opera esta cláusula, se entiende que el plazo ha caducado y la obligación íntegra es
actualmente exigible.
4. ACCIÓN EJECUTIVA NO PRESCRITA

El artículo 442 del Código de Procedimiento Civil y el artículo 2515 del Código Civil, distinguen entre la prescripción
de la acción ejecutiva y la prescripción de la acción ordinaria. Estos artículos señalan que la acción ejecutiva prescribe
en tres años contados desde que la obligación se hizo exigible.
El artículo 2515 señala que la acción ordinaria, como regla general, prescribe en cinco años, de suerte que hay un lapso
de dos años en que se encuentra prescrita la acción ejecutiva, pero vigente la acción ordinaria. Durante este tiempo se
puede cobrar la obligación por la vía ordinaria, pero el legislador ha señalado un procedimiento más concentrado para el
acreedor, el juicio sumario (artículo 680 N° 7).
Cumplido el plazo de prescripción de la acción ordinaria, la obligación subsiste como natural (artículo 1470 N° 2 del
Código Civil), de ahí que la prescripción extintiva no sea un modo de extinguir las obligaciones, sino que sólo extingue
la acción.
Por expreso mandato de la ley, la prescripción de la acción ejecutiva debe ser declarada de oficio por el tribunal,
negándose implícitamente a despachar mandamiento de ejecución y embargo: “El tribunal denegará la ejecución si el
título presentado tiene más de tres años, contados desde que la obligación se haya hecho exigible”.
4. ACCIÓN EJECUTIVA NO PRESCRITA

La regla anterior tiene una calificada excepción en la segunda parte del artículo 442 que señala “... salvo que se
compruebe la subsistencia de la acción ejecutiva por alguno de los medios que sirven para deducir esta acción en
conformidad al artículo 434”. Esta norma regula la situación de una acción ejecutiva aparentemente prescrita, por
ejemplo, en una escritura de compraventa se establece que el comprador, por concepto de saldo de precio, adeuda al
vendedor la suma de $ 2.000.000 pagaderos el 15 de marzo de 2010; si el acreedor demanda el 20 de marzo de 2013 la
acción ejecutiva estaría prescrita y el tribunal de oficio debe declararla, sin embargo, si el deudor por escritura pública el
10 de enero de 2013 reconoce adeudarle aún esa suma de dinero, el acreedor con ambos instrumentos puede iniciar la
ejecución ya que el deudor mediante la última escritura pública interrumpió naturalmente la prescripción y por ende
subiste la acción ejecutiva.
Es menester recalcar que la interrupción de la prescripción debe operan antes del vencimiento de la acción ejecutiva por
cualquiera de los títulos ejecutivos que señala el artículo 434.
4. ACCIÓN EJECUTIVA NO PRESCRITA

Hay acciones ejecutivas que prescriben en un plazo menor, en efecto, tratándose de letras de cambio, pagaré y cheque la
acción ejecutiva prescribe en un año contado desde que la obligación se hizo exigible, en los dos primeros casos, y desde
el protesto en el caso del cheque. Frente a esta disposición se ha planteado la interrogante de si la prescripción de la
acción ejecutiva puede ser también declarada de oficio por parte del tribunal, pues el artículo 442 se refiere a la
prescripción de tres años. Sobre el particular, hay dos interpretaciones:
a) Interpretación literal. Sostiene que el artículo 442 es una norma de carácter excepcional, por ende, debe ser
interpretada restrictivamente, en consecuencia, el tribunal no puede declarar de oficio la prescripción de la acción
ejecutiva.
b) Interpretación teleológica. Atiende al fin de la norma, y es que no se ejecute al deudor estando la acción ejecutiva
prescrita, por consiguiente, el tribunal sí puede declarar la prescripción.
4. ACCIÓN EJECUTIVA NO PRESCRITA

Otra discusión dice relación con la cláusula de aceleración. Exigido el cumplimiento íntegro de la obligación por parte
del acreedor ¿los plazos de prescripción se cuentan desde los plazos originales en que vencían las cuotas o desde que
caducó convencionalmente el plazo?
La jurisprudencia, reiteradamente, ha estimado que en este caso, la exigibilidad para los efectos de la prescripción, se
cuenta desde los plazos primitivamente convenidos.
CUADERDO PRINCIPAL O EJECUTIVO

La existencia del cuaderno principal o ejecutivo y la del cuaderno de apremio, aparece recogida en el artículo 458
que se refiere a ambos, destacando su tramitación separada y señalando, además, que la marcha del uno no se
retarda por los recursos que en el otro se deduzcan.
El cuaderno de apremio se forma con las diligencias relativas al embargo, a su ampliación y al procedimiento de
apremio, que tiene por objeto realizar los bienes embargados y hacer pago al acreedor. En todo caso, en el cuaderno
principal se pondrá testimonio de la fecha en que se practique el embargo y la ampliación.
CUADERDO PRINCIPAL O EJECUTIVO

El cuaderno principal o ejecutivo puede nacer de dos maneras:


a) Con la demanda ejecutiva acompañándose un título ejecutivo perfecto:
b) Con una gestión preparatoria de la vía ejecutiva exitosa, en este caso terminada que sea la gestión preparatoria,
se presenta la demanda ejecutiva que se cose al expediente, se cambia la carátula y, a continuación, se provee (no
hay cambio de rol). El artículo 178 del
Código Orgánico de Tribunales señala que cuando se ha producido distribución respecto de la gestión preparatoria
de la vía ejecutiva, no se requiere este mismo trámite respecto de la demanda ejecutiva ya que el mismo tribunal
conocerá de ella.
DEMANDA EJECUTIVA

Es la primera actuación procesal dentro del cuaderno ejecutivo, salvo que se haya iniciado por una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva.
La demanda ejecutiva debe cumplir con los requisitos comunes a todo escrito, también con los requisitos del
artículo 254, es decir, los requisitos de la demanda del juicio ordinario de mayor cuantía, pues las normas de éste
son supletorias a las normas del juicio ejecutivo; y finalmente, debe cumplir con requisitos propios, así debe
necesariamente acompañarse el título que se invoca como ejecutivo, siendo ésta una diferencia sustancial con la
demanda del juicio ordinario, donde es facultativo para el demandante acompañar o no instrumentos (artículo 441).
DEMANDA EJECUTIVA
Además, en la demanda el ejecutante debe solicitar:
a) Que se tenga por deducida demanda ejecutiva en contra del deudor;
b) Que se despache mandamiento de ejecución y embargo, por la cantidad que se consigna en la demanda, más intereses y
costas.
c) Que, si fuese necesario, se dicte sentencia definitiva, ordenando que continúe la ejecución hasta el entero pago de la
obligación, con sus intereses y costas.
Adicionalmente, la demanda ejecutiva puede contener otras menciones:
a) Indicar los bienes que propone para ser embargados (artículo 443 inciso penúltimo).
b) Designar depositario provisional (artículo 443 N° 3).
c) Solicitar que, para los efectos de la traba de embargo, se requiera desde luego el auxilio de la fuerza pública cuando haya
fundado temor que el mandamiento sea desobedecido. Normalmente los tribunales no acceden a esta petición en la demanda
ejecutiva, sino que sólo cuando ha mediado oposición del ejecutado (artículo 443 inciso final).
DEMANDA EJECUTIVA
Presentada la demanda ejecutiva, el tribunal examinará el título y despachará o denegará la ejecución, sin audiencia
ni notificación del demandado, aun cuando se haya éste apersonado en el juicio. Cuando ordena el inicio del juicio
ejecutivo, sólo dice “despáchese”, con lo que de inmediato nace el cuaderno de apremio, específicamente con el
mandamiento de ejecución y embargo (artículo 441 inciso 1°).
El ejecutado puede haber estado presente en la gestión preparatoria previa o frente a la noticia que se va a iniciar un
juicio ejecutivo en su contra, puede realizar observaciones ante el tribunal; en este caso, todas las gestiones que
realice no embarazarán en manera alguna el procedimiento ejecutivo, y sólo podrán ser estimadas como datos
ilustrativos para apreciar la procedencia de la acción (artículo 441 inciso 2°).
NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN
QUE PROVEE LA DEMANDA EJECUTIVA
Esta materia tiene mucha importancia, porque dependiendo de la naturaleza jurídica de la resolución que provee la demanda
ejecutiva dependerán los recursos procesales que se puedan intentar en su contra.
La resolución es una sentencia interlocutoria de segunda clase, porque resuelve acerca de una cuestión, que va a servir de base
para la dictación de la sentencia definitiva; e incluso, puede ser, junto con el mandamiento de ejecución y embargo sustitutiva
de la sentencia definitiva.
En relación a los recursos que se pueden intentar en su contra, es necesario distinguir si el mandamiento es denegado o si es
ordenado:
NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESOLUCIÓN
QUE PROVEE LA DEMANDA EJECUTIVA
1. Si el mandamiento es denegado, el agraviado es el demandante. No puede deducir reposición, porque como regla muy
general, este recurso no procede en contra de sentencias interlocutorias .

Sí procede el recurso de apelación (artículo 441 inciso final) y en este caso la apelación tiene algunas características particulares, se concede en
el solo efecto devolutivo, y no es necesario emplazar en la apelación al ejecutado (es una apelación con apelante, pero sin apelado). Si el
recurso de apelación es desechado, esta sentencia no es susceptible de recurso de casación en el fondo, porque no pone término al juicio, sino
que impide su iniciación.

2. Si el mandamiento es acogido, el agraviado es el ejecutado. El legislador, como ya se señaló, ha dispuesto que las
gestiones que haga el demandado no embarazarán en manera alguna el procedimiento ejecutivo. En cuanto a los recursos
procesales, no procede recurso de reposición por los motivos ya expresados.

Aunque la jurisprudencia ha sido vacilante, en general, se ha estimado que no procede recuso de apelación, porque sería una forma de
entorpecer el procedimiento aunque sea concedida en el solo efecto devolutivo, y precisamente la ley eso es lo que quiere evitar. Nunca procede
recurso de casación en el fondo, porque éste jamás procede en contra de resoluciones dictadas por jueces de letras.
MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

Junto y paralelamente con la resolución del cuaderno principal, despáchese, el tribunal el mismo día dicta el mandamiento de
ejecución y embargo, que se ha entendido que es consecuencia de la orden que se da el tribunal a sí mismo para despachar el
mandamiento.
El mandamiento de ejecución y embargo es la foja número uno del cuaderno de apremio.
El artículo 443 del Código de Procedimiento Civil señala las menciones del mandamiento, distinguiendo entre menciones
necesarias y menciones eventuales.
MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

A) MENCIONES NECESARIAS DEL MANDAMIENTO


Las menciones necesarias del mandamiento de ejecución y embargo se encuentran contenidas en los números 1, 2 y 3 del
artículo 443.
1° La orden de requerir de pago al deudor.
El requerimiento de pago es una actuación solemne practicada por un ministro de fe en la forma que la ley señala, pero
además del requerimiento el deudor debe ser notificado de la demanda ejecutiva.
En estricto rigor, el deudor debe ser notificado de la resolución que provee la demanda ejecutiva (despáchese), del
mandamiento de ejecución y embargo y, además, debe ser requerido de pago.
MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

En esta secuencia pueden darse diversas posibilidades:


i) Notificación personal. Notificada personalmente la demanda ejecutiva y el mandamiento de ejecución y
embargo, acto seguido el receptor requiere de pago al deudor diciéndole “lo requiero de pago por tal obligación”,
y si una vez requerido el deudor no paga, el receptor de inmediato debe proceder al embargo de los bienes
respectivos.
Es necesario destacar que el embargo sólo puede verificarse después del requerimiento de pago, por consiguiente,
si el acreedor teme que el deudor oculte o enajene sus bienes, es perfectamente posible e incluso recomendable,
que se obtengan antes del juicio ejecutivo, medidas prejudiciales precautorias.
Cabe destacar que por disposición del artículo inciso 1° del Código de Procedimiento Civil si la demanda
ejecutiva se notifica en un lugar o recinto de libre acceso al público, el requerimiento de pago no puede
verificarse, teniendo lugar en ese caso la llamada cédula de espera.
MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

ii) Notificación sustitutiva de la personal (artículo 44). Si la demanda ejecutiva y el mandamiento de ejecución
y embargo se notifican en virtud de lo previsto en el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil, el
requerimiento de pago debe tener lugar mediante un mecanismo que se ha denominado cédula de espera, ésta
consiste en que el receptor practica las notificaciones respectivas en la forma que señala la ley, pero además, deja
una citación al ejecutado para que concurra a su oficio en un día y hora determinado, con la finalidad de
requerirlo de pago.
Si el deudor concurre a la citación, el receptor lo requerirá de pago personalmente, y si no paga procederá al
embargo de bienes.
Si el ejecutado no concurre, igualmente es requerido de pago, pero en su rebeldía, y luego el receptor procederá al
embargo.
MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

iii) Notificación por cédula. Si el juicio comenzó por una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, ésta se notifica
personalmente al demandado, por tratarse de la primera resolución que se dicta en el juicio. Entonces, la demanda
ejecutiva y el mandamiento de ejecución y embargo se notificarán por cédula, operando para efectos del
requerimiento de pago la cédula de espera.
iv) Notificación por el estado diario. Si el procedimiento se inició por gestión preparatoria de la vía ejecutiva y
el deudor luego de ser apercibido, incumplió la carga procesal de fijar domicilio dentro del radio urbano del lugar
donde funciona el tribunal, la demanda ejecutiva, el mandamiento de ejecución y embargo y el requerimiento de
pago se practican por el estado diario.
ARTÍCULO 443. EL MANDAMIENTO DE
EJECUCIÓN CONTENDRÁ:
1° La orden de requerir de pago al deudor. Este requerimiento debe hacérsele personalmente; pero si no es habido, se
procederá en conformidad al artículo 44, expresándose en la copia a que dicho artículo se refiere, a más del mandamiento,
la designación del día, hora y lugar que fije el ministro de fe para practicar el requerimiento. No concurriendo a esta
citación el deudor, se hará inmediatamente y sin más trámite el embargo.
Cuando el deudor haya sido notificado personalmente o con arreglo al artículo 44 para otra gestión anterior al
requerimiento, se procederá a éste y a los demás trámites del juicio, en conformidad a lo establecido en los artículos 48 a
53. La designación del domicilio, exigida por el artículo 49, deberá hacerse en tal caso por el deudor dentro de los dos días
subsiguientes a la notificación, o en su primera gestión si alguna hace antes de vencido este plazo.
Finalmente en relación al requerimiento de pago, es menester destacar que tal como lo dice el artículo 443 inciso 1° debe
practicarse personalmente al deudor, por ende, el mandatario judicial que el demandado/deudor hubiese constituido, por
ejemplo, en la gestión preparatoria o en una actuación posterior, no es persona hábil para ser requerido. Si el deudor es una
persona jurídica o un incapaz, hay que requerir, naturalmente, a quien corresponda en su representación.
ARTÍCULO 443. EL MANDAMIENTO DE
EJECUCIÓN CONTENDRÁ:
2° La orden de embargar bienes del deudor en cantidad suficiente para cubrir la deuda con sus intereses y las
costas, si no paga en el acto.
Requerido de pago el ejecutado, si no paga en el acto, el ministro de fe debe embargar bienes en una cantidad suficiente
para cubrir el capital, intereses y costas. Al momento de la traba del embargo, el receptor debe avaluar los bienes
embargados, para que efectivamente dichos bienes sean suficientes para el pago íntegro al acreedor.
Si el requerimiento se efectúa en un lugar distinto de donde están los bienes del deudor, inmediatamente después, el
ministro de fe se desplazará a dicho lugar para trabar el embargo. En consecuencia, éste no es necesariamente simultáneo
con el requerimiento, sino que subsecuente.
ARTÍCULO 443. EL MANDAMIENTO DE
EJECUCIÓN CONTENDRÁ:
3° La designación de un depositario provisional.
Esta mención debe ser concordada con los artículos 450 inciso 1° y 444 inciso final.
El depositario es figura esencial para el embargo, porque éste es la entrega real o simbólica de los bienes embargados al
depositario (artículo 450 inciso 1°). No hay embargo sin depositario, y además por regla muy general, el depositario
adquiere la administración de los bienes embargados.
El depositario, puede ser provisional o definitivo. Como regla general, el depositario provisional lo propone el propio
demandante en su demanda, el tribunal lo acepta y lo designa como tal. Si el ejecutante nada dice en su libelo, el tribunal
puede designarlo de oficio con la restricción que no puede ser un funcionario del juzgado, ni tampoco puede tratarse de una
persona que desempeñe el cargo de depositario en tres o más juicios seguidos ante el mismo tribunal.
ARTÍCULO 443. EL MANDAMIENTO DE
EJECUCIÓN CONTENDRÁ:
3° La designación de un depositario provisional.
La ley concede la facultad al demandante de solicitar que no se designe depositario, en cuyo evento juega una ficción en el
sentido que el depositario es el propio deudor.
Cuando el embargo recae sobre el menaje de una casa (artículo 444 inciso 3°), el depositario necesariamente es el deudor y
al efecto debe levantarse un inventario valorizado de los bienes, tarea encomendada por la ley al receptor que practica la
diligencia.
El artículo 444 inciso final contiene una remisión al artículo 471 N° 1 del Código Penal. Esta remisión debe entenderse de
la siguiente manera, si el depositario sustrae los bienes embargados (depositario alzado) será sancionado con presidio o
relegación menores en sus grados mínimos o multas de once a veinte unidades tributarias mensuales.
MANDAMENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO

B) MENCIONES EVENTUALES DEL MANDAMIENTO DE EJECUCIÓN Y EMBARGO.

1° La designación de bienes para la traba del embargo.


Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para que se haga el embargo, bienes
que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también la designación de ellos.
2° El uso de la fuerza pública para realizar el embargo (artículo 443 inciso final):
La fuerza pública sólo se puede ordenar si hay fundado temor que el mandamiento sea desobedecido.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
Las posibles conductas del ejecutado requerido son tres:
1 Pagar
Es una conducta excepcional, ya que si se ha llegado a la ejecución, es porque el deudor es renuente a pagar.
Si el deudor paga, incluso antes del requerimiento, serán de su cargo las costas de la causa, como lo señala el artículo
446 del Código de Procedimiento Civil.
2 No hacer nada
Si el deudor nada hace (rebeldía) y transcurre el plazo para oponer excepciones, a diferencia del juicio ordinario de
mayor cuantía donde se entendía que negaba tácitamente todos los hechos, en el juicio ejecutivo pierde
irrevocablemente la oportunidad de defenderse, tanto así que se omite la dictación de la sentencia definitiva y el
mandamiento de ejecución y embargo se convierte en título suficiente para seguir adelante la ejecución hasta el entero
pago de la obligación respectiva, sus intereses y costas (artículo 472).
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
3 Defenderse
Si el deudor se defiende oponiéndose a la ejecución, debe hacer valer una o algunas de las excepciones enumeradas en el
artículo 464 del Código de Procedimiento Civil.
Las excepciones deben oponerse todas en un solo escrito, sin distinguir entre excepciones dilatorias, perentorias, mixtas
o anómalas, salvo la excepción de incompetencia del tribunal que tiene una particularidad y que se analizará más
adelante. Esta identidad en la tramitación no significa que tengan consecuencias jurídicas similares, así por ejemplo, de
acogerse en la sentencia definitiva una excepción de carácter dilatorio el ejecutante puede renovar su acción ejecutiva
(artículo 477).
El escrito de excepciones se homologa o se compara con el escrito de contestación a la demanda, por lo tanto, debe
cumplir con los requisitos genéricos del artículo 309 del Código de Procedimiento Civil.
ART 309: La contestación a la demanda debe contener: 1. La designación del tribunal ante quien se presente; 2. El nombre, domicilio
y profesión u oficio del demandado; 3. Las excepciones que se oponen a la demanda y la exposición clara de los hechos y
fundamentos de derechos en que se apoyan; y 4. La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión, de las peticiones que se
sometan al fallo del tribunal.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
3 Defenderse
Entonces, todas las excepciones deben oponerse en un mismo escrito, deben expresase con claridad y precisión los
hechos en que se fundan las excepciones, y finalmente, el ejecutado debe señalar los medios de prueba de que se valdrá
para acreditarlas (artículo 465 inciso 1°). En relación al señalamiento de los medios de prueba se ha entendido que este
requisito se cumple con una mera referencia “Ruego a US. tener presente que me valdré de todos los medios de prueba
que franquea la ley”, no siendo necesario, por ejemplo, acompañar la lista de testigos en el escrito de excepciones.
El artículo 463 señala que el término para oponer excepciones es fatal, norma que es redundante, pues el artículo 64
señala que los plazos que señala el Código de Procedimiento Civil son fatales cualquiera que sea la forma en que se
expresen.
Sí es una novedad que el plazo para oponerse a la ejecución no se cuenta desde la notificación de la demanda ejecutiva,
sino que desde el requerimiento de pago, debiendo distinguirse el lugar donde éste fue practicado:
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
3 Defenderse
Art. 459. (481). Si el deudor es requerido de pago en el territorio jurisdiccional del tribunal en que se interpuso la
demanda, tendrá el término de ocho días útiles para oponerse a la ejecución.
Art. 460. (482). Si el requerimiento se hace en territorio jurisdiccional de otro tribunal de la República, la oposición
podrá presentarse ante el el tribunal que haya ordenado cumplir el exhorto del que conoce en el juicio o ante este último
tribunal. En el primer caso, los plazos serán los mismos que establece el artículo anterior. En el segundo, el ejecutado
deberá formular su oposición en el plazo fatal de ocho días, más el aumento del término de emplazamiento en
conformidad a la tabla de que trata el artículo 259 (tabla de emplazamiento).
El tribunal exhortado se limitará a remitir la solicitud de oposición al exhortante para que éste provea sobre ella lo que
sea de derecho.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
3 Defenderse
i) Artículo 460 del Código de Procedimiento Civil. Si se trata de un exhorto nacional el deudor tiene la alternativa de
oponer las excepciones ante el tribunal exhortado o ante el tribual exhortante. Si las opone ante el tribunal exhortado, se
aplica la misma regla del artículo 459, es decir, si es requerido en la comuna asiento del tribunal, cuatro días; y si es
requerido fuera de la comuna de asiento, ocho días. Si el ejecutado decide oponer sus excepciones ante el tribunal
exhortante, el plazo es de ocho días más el aumento de la tabla de emplazamiento del artículo 259.
ii) Artículo 461 del Código de Procedimiento Civil. Si se verifica el requerimiento fuera del territorio de la República, el
ejecutado sólo puede oponer las excepciones ante el tribunal exhortado, y el plazo, es el que corresponda según la tabla
de emplazamiento del artículo 259 sin plazo base.
En el juicio ordinario de mayor cuantía el término de emplazamiento es un término común, en cambio, en el juicio
ejecutivo el plazo para oponer excepciones es individual, contándose para cada ejecutado desde su respectivo
requerimiento de pago (artículo 462 inciso 1°).
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
3 Defenderse
El artículo 462 inciso 2° señala la obligación del ministro de fe que practica el requerimiento, de hacerle presente al
ejecutado cuántos son los días que tiene para oponer excepciones dejando testimonio de este aviso en la diligencia. La
omisión del ministro de fe le hará responsable de los perjuicios que puedan resultar, pero no invalidará, en ningún caso,
el requerimiento.
EXCEPCIONES A
LA DEMANDA
EJECUTIVA
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA

El estudio de las excepciones a la demanda ejecutiva se basa fundamentalmente en el artículo 464 del Código de
Procedimiento Civil.
Como se desprende del inciso 1° de esta norma, “La oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en
alguna de las excepciones siguientes”, las excepciones están taxativamente enumeradas, sin embargo, el numeral
séptimo contiene una excepción de carácter genérico.
Es importante destacar que las excepciones no necesariamente deben referirse a la totalidad de la obligación, sino que
pueden referirse a una parte de ella (artículo 464 inciso final).
Las excepciones contenidas en los números 1 a 5 son las mismas excepciones dilatorias que prevé el artículo 303, pero
no hay una excepción de carácter genérico como la del Nº 6 de dicho artículo., en ningún caso, el requerimiento.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
Artículo 464. “La oposición del ejecutado sólo será admisible cuando se funde en alguna de las excepciones siguientes:
1° La incompetencia del tribunal ante quien se haya presentado la demanda.
Esta excepción se refiere, tanto a la incompetencia absoluta como a la incompetencia relativa. En el caso de falta de
jurisdicción, también es aplicable esta excepción, porque la falta de jurisdicción acarrea consecuencialmente
incompetencia.
2° La falta de capacidad del demandante o de personería o representación legal del que comparezca en su
nombre.
Nos remitimos a lo señalado a propósito de la excepción dilatoria del artículo 303 N° 2.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
3° La litis pendencia ante tribunal competente, siempre que el juicio que le da origen haya sido promovido por el
acreedor, sea por vía de demanda o de reconvención;”
La litis pendencia requiere que el juicio en que se invoque, haya sido promovido por el acreedor, ya sea por la vía
principal, ya sea por la vía reconvencional; dicho de otra manera, si la litis pendencia se basa en un juicio anterior, pero
éste fue desencadenado por el ejecutado, no será oído si opone esta excepción, en homenaje a la buena fe.
4° La ineptitud del libelo por falta de algún requisito legal en el modo de formular la demanda, en conformidad a
lo dispuesto en el artículo 254;”
Sólo se puede oponer esta excepción, por la falta de los requisitos genéricos de la demanda contenidos en el artículo 254
del Código de Procedimiento Civil, y no por la omisión de los requisitos específicos de la demanda ejecutiva.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
5° El beneficio de excusión o la caducidad de la fianza.
En relación al beneficio de excusión nos remitimos a lo señalado a propósito de la excepción dilatoria del artículo 303
N° 5.
6° La falsedad del título.
Aquí se alega que el título es falso, es decir, no ha sido otorgado en la forma que aparenta, sea falsedad de la firma, sea
falsedad del documento. En ciertas gestiones preparatorias de la vía ejecutiva el pretendido deudor puede oponer tacha
de falsedad a su firma, pero nada obsta a que dicha falsedad sea alegada durante el juicio como excepción a la demanda
ejecutiva.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
7° La falta de alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que dicho título tenga fuerza
ejecutiva, sea absolutamente, sea con relación al demandado.
Esta es la excepción genérica a que se hizo referencia anteriormente. Esta excepción es aplicable a todos los títulos ejecutivos
enumerados en el artículo 434 y en leyes especiales, y tendrá lugar cuando falten al título los requisitos para ser tal, por
ejemplo, que un pagaré no tenga fecha de extensión, que la letra de cambio no haya sido aceptada.
Se ha discutido si la falta de liquidez o de exigibilidad de la obligación estarían comprendidas dentro de este numeral,
concluyéndose que ambas situaciones se encuentran contempladas, argumentándose a su favor una razón de texto, pues
ninguna de dichas circunstancias se encuentra prevista como una excepción específica, de manera tal que sería una grave
inconsecuencia del legislador que no se pudieran alegar estas excepciones.
Misma discusión se ha presentado respecto de la excepción de contrato no cumplido prevista en el artículo 1552 del Código
Civil. Nuevamente la jurisprudencia la ha aceptado, porque en definitiva importa falta de exigibilidad de la obligación.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
8° El exceso de avalúo en los casos de los incisos 2° y 3° del artículo 438.
Esta excepción dice relación con la gestión preparatoria de la vía ejecutiva de avaluación que tiene lugar cuando la
ejecución recae sobre una especie o cuerpo cierto que no está en poder del deudor (N° 2), o bien, cuando recae sobre una
obligación de género (N° 3). En estos casos, previamente la obligación debe ser avaluada por peritos, es decir,
convertida en una obligación de dinero.
El ejecutado, tiene dos momentos para oponerse a esta avaluación, en primer lugar, dentro de tercero día contado desde
que se pone en su conocimiento la avaluación del perito y, en segundo lugar, como una excepción a la demanda
ejecutiva; el fundamento es simple, si efectivamente se ha avaluado en exceso la obligación el deudor estaría siendo
demandado por una cantidad superior a la efectivamente adeudada.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
9° El pago de la deuda.
El pago es la prestación de lo debido. Cuando se habla de pago de la obligación, es importante tener presente que, desde
el punto de vista jurídico, el pago es una convención que surge del acuerdo de voluntades entre acreedor y deudor;
aunque es una convención, es posible pagar aun en contra de la voluntad del deudor mediante el pago por consignación.
Cuando el Código de Procedimiento Civil se refiere a pago de la obligación, sea total o parcial, se refiere a cualquier
forma de pago, sea pago efectivo o solución, dación en pago, pago con subrogación, pago por consignación, etc.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
10° La remisión de la misma.
La remisión de la deuda significa la formal manifestación de voluntad del acreedor en el sentido de hacer dejación de la
obligación, condonándola. Quien condona una obligación, en definitiva, está donando una determinada cantidad de
dinero y, en consecuencia, la remisión está sometida a los mismos requisitos que la donación de acuerdo a lo dispuesto
en el artículo 1653 del Código Civil.
Artículo 1653. La remisión que procede de mera liberalidad, está en todo sujeta a las reglas de la donación entre vivos; y
necesita de insinuación en los casos en que la donación entre vivos la necesita.
11° La concesión de esperas o la prórroga del plazo;
Son dos instituciones distintas la concesión de esperas y la prórroga del plazo, aunque tienen bastante parecido. Para
diferenciarlas hay que distinguir si el plazo está o no cumplido. Si el plazo está cumplido y el acreedor concede un plazo
adicional al deudor estamos ante una concesión de esperas; si el plazo no está cumplido, y el acreedor extiende el plazo,
se está ante una prórroga del plazo.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
12° La novación.
De acuerdo al artículo 1628 del Código Civil la novación es la sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la
cual queda por tanto extinguida. Cualquiera que sea la forma que revista la novación (objetiva o subjetiva), si cumple
con todos los requisitos que señala la ley puede oponerse como excepción a la ejecución.
13° La compensación.
Requisito para oponer esta excepción es que ejecutante y ejecutado sean recíprocamente acreedores y deudores, además,
que ambas obligaciones sean líquidas y actualmente exigibles, de manera tal que si se cumplen los requisitos para que
opere la compensación se extinguirá la obligación de menos valor.
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
14° La nulidad de la obligación.
La nulidad de la obligación puede derivar de dos fuentes, en primer lugar, la nulidad del acto o contrato, lo que acarrea
la nulidad de la obligación; o sólo la nulidad de la obligación siendo el contrato válido, por ejemplo, una caución
otorgada personalmente por un incapaz absoluto.
Cabe señalar que puede tratarse tanto de la nulidad absoluta como la nulidad relativa.
15° La pérdida de la cosa debida, en conformidad a lo dispuesto en el Título XIX, Libro IV del Código Civil.
La remisión al Código Civil debe entenderse a las obligaciones de especie o cuerpo cierto, que si perecen por las
circunstancias que la ley señala, extinguen la obligación del deudor y, por lo tanto, no hay deuda que cobrar
ejecutivamente.
Artículo 1670 del Código Civil. “Cuando el cuerpo cierto que se debe perece, o porque se destruye, o porque deja de
estar en el comercio, o porque desaparece y se ignora si existe, se extingue la obligación; salvas empero las excepciones
de los artículos subsiguientes.”
POSIBLES CONDUCTAS DEL DEUDOR
REQUERIDO
EXCEPCIONES A LA DEMANDA EJECUTIVA
16° La transacción.
De acuerdo al artículo 2446 del Código Civil, la transacción es un contrato en que las partes terminan extrajudicialmente
un litigio pendiente, o precaven un litigio eventual, mediante concesiones recíprocas.
17° La prescripción de la deuda o sólo de la acción ejecutiva.
Este número contempla tanto la prescripción de la acción ejecutiva, como la prescripción de la acción ordinaria, ya que
se entiende que la deuda está prescrita si a su respecto se ha extinguido la acción ordinaria, sin perjuicio de que la
obligación subsista como obligación natural.
18° La cosa juzgada.
La cosa juzgada es el efecto de las sentencias definitivas e interlocutorias firmes en virtud del cual se vuelven
inmutables, inimpugnables y eventualmente coercibles.
Esta excepción precisamente se refiere a la excepción de cosa juzgada, tratando de evitar que el ejecutado sea
demandado dos veces por la misma obligación,
TRAMITACIÓN POSTERIOR DE LAS
EXCEPCIONES
Del escrito de excepciones se concede traslado al ejecutante por cuatro días fatales para que exprese lo que estime
pertinente respecto de sus derechos, en especial para que señale cuáles son las razones para que en definitiva, las
excepciones no sean acogidas (artículo 466 inciso 1°).
El artículo 465 inciso 2° señala si se deduce la excepción de incompetencia, ésta puede resolverse por el tribunal desde
luego, o bien, reservársela para la sentencia definitiva. La norma no es absolutamente clara, pues una primera lectura
podría dar a entender que opuesta la excepción de incompetencia podría ser fallada de inmediato por el tribunal, sin
embargo, una acertada lectura e interpretación indican que igualmente debe darse traslado al ejecutante, y una vez
evacuado éste, el tribunal puede resolverla. Señala además la disposición en comento, que no obsta a la posibilidad de
oponer la excepción de incompetencia, el hecho que el ejecutado haya intervenido en las gestiones preparatorias previas,
es decir, su intervención en dichas gestiones no hace precluir la posibilidad de oponerla.
TRAMITACIÓN POSTERIOR DE LAS
EXCEPCIONES
Vencido el plazo de cuatro días, haya o no evacuado el traslado el ejecutante, el tribunal se pronunciará sobre la
admisibilidad de las excepciones alegadas, este juicio es netamente formal y no de fondo, verificando el tribunal que se
trate de aquellas excepciones señaladas en el artículo 464, que hayan sido opuestas en tiempo y, finalmente, que estén
claramente expuestos los hechos en que se funda la respectiva excepción.
Si falta cualquiera de estos extremos el tribunal declarará inadmisible las excepciones, dictando sentencia desde luego,
sin citación para oír sentencia. Igual situación se produce, cuando el tribunal declara admisibles las excepciones, pero
estima que no hay hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos, es decir, estima que no es necesario recibirlas a
prueba.
Si el tribunal declara admisibles las excepciones, y además, que hay hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos,
recibirá la causa a prueba, dictando la respectiva interlocutoria de prueba, pero a diferencia del juicio ordinario de mayor
cuantía que fija hechos, el auto de prueba del juicio ejecutivo fija puntos de prueba, no siendo necesario al presentar la
lista de testigos acompañar minuta de puntos de prueba.
TRAMITACIÓN POSTERIOR DE LAS
EXCEPCIONES
La prueba en el juicio ejecutivo se encuentra regulada en los artículos 466, 468 y 469.
La resolución que recibe la causa a prueba se notifica por cédula, de acuerdo a lo previsto en el artículo 48 del Código
de Procedimiento Civil. El artículo 469 señala que la prueba se rendirá del mismo modo que en el juicio ordinario, en
consecuencia:
a) El inicio del término probatorio se rige a aquellas reglas, distinguiendo si se
dedujo o no recurso de reposición en su contra;
b) Las partes pueden deducir recurso de reposición, con apelación subsidiaria en contra de la interlocutoria de prueba
solicitando la modificación, supresión o agregación de los puntos de prueba.
c) La lista de testigos se presenta en la misma oportunidad que señala el artículo 320
del Código de Procedimiento Civil.
TRAMITACIÓN POSTERIOR DE LAS
EXCEPCIONES
Respecto del término probatorio hay algunas situaciones especiales previstas en el artículo 468:
a) El término probatorio ordinario tiene una duración de diez días, este plazo puede ampliarse hasta diez días más, a
petición del acreedor, siempre que lo solicite antes del vencimiento del término legal y corre sin interrupción después de
éste.
b) La regla general, es que no se conceda término probatorio extraordinario para rendir prueba fuera del territorio
jurisdiccional del tribunal, salvo que se pida de común acuerdo entre el ejecutante y el ejecutado;
c) No hay norma especial respecto de los términos probatorios especiales, en
consecuencia, en esta materia son íntegramente aplicables las normas del juicio ordinario.
Vencido el término probatorio, se concede un plazo de seis días para que las partes presenten observaciones a la prueba
rendida. Transcurrido este plazo, háyanse o no presentado escritos, el tribunal citará a las partes para oír sentencia
(artículo 469). La sentencia definitiva deberá pronunciarse dentro del término de diez días, contados desde la citación
para oír sentencia (artículo 470).
SENTENCIA DEFINITIVA

1. CLASIFICACIONES DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


La sentencia en el juicio ejecutivo se clasifica en absolutoria y condenatoria, a su vez, ésta puede ser condenatoria de
pago y condenatoria de remate.
a) Sentencia absolutoria: es aquella que por acoger una o más de las excepciones opuestas, declara que no procede la
ejecución, y ordena, en consecuencia, el alzamiento del embargo que se hubiese trabado.
b) Sentencia condenatoria: es aquella que rechaza, total o parcialmente, las excepciones opuestas por el ejecutado.
Será totalmente condenatoria cuando ordene seguir la ejecución por el total de la obligación demandada, más sus
intereses y costas, y será parcialmente condenatoria, si sólo ordena seguir adelante la ejecución por parte de la
obligación demandada.
SENTENCIA DEFINITIVA

1. CLASIFICACIONES DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


Esta sentencia, sea total o parcialmente condenatoria, según la naturaleza de los bienes embargados se subclasifica en:
b.1) Sentencia condenatoria de pago: tendrá este carácter si el bien embargado es la especie o cuerpo cierto debido o
dinero, es de pago porque no se requiere realización de los bienes embargados, sino que se hace pago directo al
acreedor.
b.2) Sentencia condenatoria de remate: será sentencia de remate si los bienes embargados no son dinero o la especie o
cuerpo cierto debido, sino que otro tipo de bienes, requiriéndose su realización para proceder al pago en dinero al
acreedor.
De esta manera, la sentencia de pago se cumple mediante un procedimiento particularmente simple, ya sea por la
entrega de la especie o cuerpo cierto debida o por el giro del dinero correspondiente, en tanto que la sentencia de remate,
se cumplirá en una forma más o menos compleja según sea la naturaleza de los bienes embargados.
SENTENCIA DEFINITIVA

1. CLASIFICACIONES DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


Importancia de la clasificación
a) En cuanto al pago de las costas:
i) Si la sentencia es totalmente condenatoria, las costas necesariamente deben imponérsele al ejecutado (artículo 471
inciso 1°);
ii) Si la sentencia es absolutoria, las costas deben imponérsele al ejecutante (artículo 471 inciso 2°);
iii) Si la sentencia es parcialmente condenatoria, las costas se distribuyen proporcionalmente, pero el tribunal por
motivos fundados puede imponerle todas las costas al ejecutado (artículo 471 inciso 3°).
SENTENCIA DEFINITIVA

1. CLASIFICACIONES DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


Importancia de la clasificación
b) En cuanto al recurso de apelación:
i) Si la sentencia es absolutoria, es apelable en ambos efectos, por aplicación del artículo 195 del Código de
Procedimiento Civil; esto es importante para el ejecutante porque al concederse de esta manera la orden de alzar el
embargo, contenida en la sentencia, no se cumple mientras no sea resuelto el recurso;
ii) Si la sentencia es condenatoria y de pago, rige lo dispuesto en el artículo 475 en virtud del cual si se interpone
apelación, no podrá procederse a la ejecución de la sentencia, pendiente el recurso, salvo que el ejecutante caucione las
resultas del recurso. Asimismo, el artículo 512 señala que si el embargo se ha trabado sobre la especie misma que se
demanda, una vez ejecutoriada la sentencia de pago, se ordenará su entrega al ejecutante.
SENTENCIA DEFINITIVA

1. CLASIFICACIONES DE LA SENTENCIA DEFINITIVA


Importancia de la clasificación
b) En cuanto al recurso de apelación:
iii) Si la sentencia es condenatoria y de remate, de aplica lo dispuesto en el artículo 194 N° 1 del Código de
Procedimiento Civil, en el sentido que se concederán en el solo efecto devolutivo la apelación de las resoluciones
dictadas contra el demandado en los juicios ejecutivos y sumarios. Por consiguiente, se procede a la realización de los
bienes embargados no obstante la apelación pendiente (artículo 481).
Tratándose de una sentencia condenatoria de segunda instancia, el recurso de casación en la forma y en el fondo no
suspenden nunca la ejecución del fallo, según lo señala el artículo 773.
Finalmente cabe recordar lo dispuesto por el artículo 472, si el ejecutado no se opone a la ejecución, se omite la
sentencia definitiva y bastará el mandamiento de ejecución y embargo para seguir adelante la ejecución hasta el entero
pago de la obligación. Hay una ficción, en el sentido de asimilar el mandamiento a la sentencia definitiva.
SENTENCIA DEFINITIVA

EFECTOS DE LA SENTENCIA DEFINITIVA EN EL JUICIO EJECUTIVO


La regla general, está recogida en el Código de Procedimiento Civil en los artículos 478 y 477, interpretado este último
a contrario sensu. La regla general es que, la sentencia definitiva que se dicta en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada
formal y sustancial, por ende no se puede volver a debatir el mismo asunto en otro juicio ejecutivo, ni en otro juicio
diverso.
Este principio tiene dos conjuntos de excepciones, la renovación de la acción ejecutiva (artículo 477) y, la reserva de la
acción ejecutiva y las excepciones para un juicio ordinario posterior (artículos 467 y 478).
SENTENCIA DEFINITIVA

I. RENOVACIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA


La posibilidad de renovar la acción ejecutiva en otro juicio ejecutivo está regulada en el artículo 477, que señala
que, no obstante haber mediado sentencia absolutoria, por haberse acogido alguna de las excepciones que se
indican, es posible renovar por el acreedor la misma acción ejecutiva, de manera que la sentencia absolutoria
anterior no produce cosa juzgada sustancial, sino que sólo formal.
Artículo 477. La acción ejecutiva rechazada por incompetencia del tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o
falta de oportunidad en la ejecución, podrá renovarse con arreglo a los preceptos de este Título.
SENTENCIA DEFINITIVA

I. RENOVACIÓN DE LA ACCIÓN EJECUTIVA


Para que el acreedor tenga este derecho es menester que las excepciones acogidas sean eminentemente de carácter
dilatorio y son las siguientes, incompetencia del tribunal (artículo 464 N° 1); incapacidad (artículo 464 N° 2);
ineptitud del libelo (artículo 464 N° 4); y finalmente, la falta de oportunidad en la ejecución, si bien esta
excepción no se encuentra contemplada expresamente en el artículo 464, sí se encuentra implícita en otras
excepciones, por ejemplo, la litis pendencia, el beneficio de excusión, la concesión de esperas o prórroga del
plazo, lo mismo sucederá cuando la obligación no es líquida o actualmente exigible por haber condición
suspensiva pendiente.
SENTENCIA DEFINITIVA

II. RESERVA DE ACCIONES Y EXCEPCIONES


Este instituto se aplica tanto al ejecutante como al ejecutado, y necesariamente la reserva se ejerce para iniciar
posteriormente un juicio ordinario. El legislador reconoce una oportunidad propia al demandante, una propia al
demandado y una común.
a) Reserva de la acción ejecutiva por parte del ejecutante. Se encuentra regulada en el artículo 467, en virtud de ella el
actor dentro del plazo de cuatro días, que se le concede como traslado de las excepciones del ejecutado, puede desistirse
de la demanda ejecutiva, impetrando en su beneficio la reserva, debiendo el tribunal concedérsela. El desistimiento
produce una situación muy particular, pues la regla general es que aceptado, extingue irrevocablemente la acción del
actor, sin embargo, en este caso queda subsistente la acción para hacerla valer en procedimiento ordinario.
Por el desistimiento queda ipso facto sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas, debiendo responder el
ejecutante de los perjuicios causados al ejecutado con la demanda ejecutiva.
SENTENCIA DEFINITIVA
II. RESERVA DE ACCIONES Y EXCEPCIONES
b) Reserva de excepciones por parte del ejecutado. La reserva de las excepciones opuestas por el ejecutado está prevista
en los artículos 473 y 474.
Es requisito para esta reserva que el ejecutado oponga excepciones, pero señalando en el mismo acto que carece de los
medios de prueba para acreditarlas, y solicitando su reserva para juicio ordinario, como asimismo, que no se haga pago
al acreedor mientras no caucione las resultas del juicio. El tribunal está obligado a aceptar esta reserva, pero acto
seguido, sin traslado al ejecutante, dicta sentencia condenatoria, de pago o remate y accede a la caución pedida.
Es necesario destacar que la reserva de las excepciones opera sólo respecto de aquellas opuestas, no pudiendo invocar
nuevas en el juicio ordinario.
La acción ordinaria debe interponerse, por el ejecutado, dentro del plazo de quince días contados desde que se le notifica
la sentencia definitiva de primera instancia. Si no deduce demanda dentro de este plazo, el tribunal procede a ejecutar la
sentencia, realizando los bienes embargados o haciendo pago al ejecutante.
SENTENCIA DEFINITIVA
II. RESERVA DE ACCIONES Y EXCEPCIONES
c) Reserva de acciones o excepciones, oportunidad común. Tanto el ejecutante como el ejecutado, antes de dictarse
sentencia definitiva, pueden solicitar que se les reserven para juicio ordinario, sus acciones o excepciones.
Se ha discutido si esta frase “antes de dictarse sentencia” se refiere sólo a la sentencia de primera instancia, o también, a
la de segunda. Parte de la doctrina, señala que el legislador no ha distinguido, por consiguiente, la reserva puede
solicitarse tanto en primera como en segunda instancia; sin embargo, la jurisprudencia ha señalado que este derecho sólo
puede ejercerse antes de la dictación de la sentencia definitiva de primera instancia.
Otra discusión dice relación con que si las partes pueden reservarse sus acciones y excepciones después de la citación
para oír sentencia, porque si bien, se ha acabado el debate aún ésta no se ha dictado. Creemos que es posible por cuanto
el artículo 478 en su mismo tenor existía desde antes que la citación para oír sentencia fuera trámite esencial, además,
porque así lo establece literalmente la norma, y finalmente, porque este es un derecho de carácter procesal para ambas
partes y debe interpretarse la norma en pro del ejercicio de este derecho.
SENTENCIA DEFINITIVA
II. RESERVA DE ACCIONES Y EXCEPCIONES
Cuando las partes ejercen su derecho en esta oportunidad procesal es una facultad para el tribunal acceder a ella o no,
sin embargo, deberá concederla si la reserva no se refiere a la existencia misma de la obligación que ha sido objeto de la
ejecución, así por ejemplo, si dice relación con circunstancias que no hacen oportuna la ejecución.
Concedida que sea la reserva, debe demandarse en juicio ordinario posterior, pero la ley señala al efecto un plazo con
carácter de preclusivo, y a quien se le ha otorgado la reserva debe demandar ordinariamente en el plazo de quince días
contados desde que se le notifique la sentencia definitiva.
CUADERNO DE APREMIO

El artículo 458 señala que se formará ramo separado con las diligencias relativas al embargo, a su ampliación y al
procedimiento de apremio, que tiene por objeto realizar los bienes embargados y hacer pago al acreedor. La foja uno del
cuaderno de apremio es el mandamiento de ejecución y embargo, que se dicta en virtud de la resolución despáchese del
cuaderno principal.
El mandamiento es una resolución esencial en el juicio ejecutivo, y en caso de no oponerse excepciones se omite la
sentencia definitiva, y el mandamiento es instrumento suficiente para seguir adelante la ejecución hasta el entero pago
de la obligación al acreedor.
EMBARGO Y DEPOSITARIO

Es de la esencia del embargo la existencia de un depositario, sea provisional, sea definitivo, sea el propio deudor, sea un
tercero. Esta necesidad del depositario se explica por lo dispuesto en el artículo 450 inciso 1°, que señala “El embargo se
entenderá hecho por la entrega real o simbólica de los bienes al depositario…”, es decir, hay un desplazamiento, real o
simbólico, de los bienes embargados desde la esfera de custodia y administración del propietario a la esfera de
protección y administración del depositario.
Si el depositario es el propio deudor no hay un desplazamiento físico, pero sí jurídico pues cambia el título de la
tenencia (no se tiene la cosa como dueño, sino que como depositario) y el título de la administración (no se tiene la
administración como dueño, sino que como depositario y, en consecuencia, con la obligación y necesidad de rendir
cuenta).
EMBARGO Y DEPOSITARIO

El artículo 450 en sus incisos 2° a 5° señala rigurosamente el procedimiento que debe seguir el ministro de fe que
practique el embargo:
- Levantar acta de la diligencia, suscrita por el ministro de fe, el depositario, el acreedor y deudo, si concurren al acto y
que desean firmar.
- Individualizar los bienes embargados; si se trata de bienes muebles, debe indicar su especie, calidad y estado de
conservación; si se trata de inmuebles, se individualizan por su ubicación y los datos de la respectiva inscripción de
dominio.
- Indicación de si fue necesario el auxilio de la fuerza pública.
- Dejar constancia de toda alegación que haga un tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del bien embargado.
- Enviar carta certificada al ejecutado comunicándole el hecho del embargo, dentro de segundo día.
EMBARGO Y DEPOSITARIO

La designación del depositario provisional ya fue analizada a propósito de las menciones de la esencia del mandamiento
de ejecución y embargo (artículo 443 N° 3). Cabe señalar que el depositario provisional desempeña su labor “entre
tanto”, hasta que se designe un depositario definitivo. Con todo, no es un trámite indispensable ni necesario, ya que es
perfectamente posible que los bienes queden en manos del depositario provisional hasta el momento de su realización.
El depositario definitivo, se nombrará de común acuerdo por las partes en audiencia verbal que se fije al efecto, y a falta
de acuerdo, será designado por el tribunal (artículo 451 inciso 1°).
La ley permite, a título excepcional, que se designe más de un depositario, y esto sucederá cuando haya bienes en
distintos territorios jurisdiccionales o se trata de bienes de diversa naturaleza. La pluralidad de depositarios puede
referirse tanto a los depositarios definitivos como a los provisionales (artículo 451 inciso 2°).
EMBARGO Y DEPOSITARIO

El depositario es un cargo que puede ser revocado por incompetente desempeño o bien, por la renuncia de éste. La ley
señala que las partes serán oídas si quieren probar que el depositario no es responsable (artículo 451 inciso 3°).
El inciso final del artículo 451 señala que en caso de dinero, alhajas, especies preciosas o efectos de comercio, el
depósito se hará en un banco o Caja Nacional de Ahorro a la orden del juez de la causa, debiendo agregarse al
expediente el certificado. El artículo 452 señala que lo normal y natural, es que el deudor sea quien entregue la especie
al depositario, pero si se niega o no está presente, la efectuará el ministro de fe.
El artículo 453 se refiere al embargo de bienes raíces, que posee una regulación especial: “Si el embargo recae sobre
bienes raíces o derechos reales constituidos en ellos, no producirá efecto alguno legal respecto de terceros sino desde la
fecha en que se inscriba en el respectivo registro conservatorio en donde estén situados los inmuebles.
El ministro de fe que practique el embargo, requerirá inmediatamente su inscripción y firmará con el conservador
respectivo y retirará la diligencia en el plazo de veinticuatro horas.”
EMBARGO Y DEPOSITARIO

Cuando el Código habla de “bienes raíces o derechos reales constituidos en ellos”, se refiere al embargo de la propiedad plena,
o bien, el embargo de un derecho real, en especial, el derecho real de usufructo, que es perfectamente embargable y
enajenable. Para que el embargo sea oponible a terceros, éste debe ser inscrito en el registro respectivo (prohibiciones e
interdicciones) del Conservador de Bienes Raíces del lugar donde se encuentra ubicado el inmueble; la inscripción se entiende
practicada desde su anotación en el libro repertorio, es decir, desde el instante que se requiere al conservador respectivo para
que practique la inscripción.
El embargo, entre las partes produce efectos desde el momento en que se practica aunque no haya inscripción, lo que tiene
importancia para efectos de la responsabilidad del deudor, puesto que si éste dispone del bien embargado a sabiendas puede
ser sancionado penalmente, sin perjuicio de que aquella enajenación adolece de objeto ilícito (artículo 1464 N° 3 del Código
Civil).
El sistema registral se ha extendido a otros bienes distintos de los bienes raíces, cada uno de ellos regulados en leyes
especiales, y en tal caso, se ha entendido que si el bien embargado está sujeto a registro, el embargo es sólo oponible a terceros
a partir del momento en que se ha anotado en el registro respectivo.
EMBARGO Y DEPOSITARIO

Si el embargo recae sobre un bien que está en poder de un tercero, quien se opone a la entrega al depositario, alegando que
tiene derecho de usarla y gozarla no como dueño sino, por ejemplo, como arrendatario o usufructuario, los derechos del
tercero no se ven alterados por el embargo, correspondiéndole al depositario sólo ejercer los derechos que el dueño tenía sobre
la cosa, y los derechos del tercero se mantendrán incluso después de la enajenación de la cosa, si fuere procedente, porque si
se trata de un arriendo, el subastador y nuevo dueño, podrá poner término al contrato por la causal extinción del derecho del
arrendador, salvo claro las excepciones legales previstas en el artículo 1962 del Código Civil.
El artículo 455 contiene disposiciones de orden reglamentario, refiriéndose a la comunicación que debe hacer el ministro de fe
al tribunal del hecho de haber practicado el embargo, correspondiéndole al secretario dejar testimonio de le fecha en que la
recibe. En 1995 se agregó un inciso 3° al artículo en análisis básicamente destinado a dar protección al deudor, en el sentido
que el retiro de las especies embargadas para su realización, no se puede practicar sino después de transcurridos diez días
desde la fecha del embargo, salvo que el juez por resolución fundada ordene otra cosa.
EMBARGO Y DEPOSITARIO

Finalmente, hay que distinguir tres situaciones en torno a quién puede señalar bienes para la traba del embargo:
a) El acreedor en la demanda ejecutiva, en tal caso el mandamiento de ejecución y embargo contendrá el señalamiento de los
bienes a embargar. Si así no lo hiciere, el acreedor puede concurrir a la diligencia del embargo y señalar en ese mismo
momento y oportunidad los bienes a embargar, con tal que no excedan de los necesarios para responder de la deuda, intereses
y costas (artículo 447).
b) Si el acreedor no ha designado bienes, se practicará el embargo en los bienes que
presente el deudor siempre que sean suficientes para efectos de la acreencia (artículo 448).
c) Si no los designa ni el acreedor ni el deudor, la ley le señala al ministro de fe un orden de bienes a embargar: dinero; otros
bienes muebles; bienes raíces, comprendiéndose a los bienes raíces propiamente tales, a los derechos reales constituidos sobre
ellos y a las cuotas en una comunidad; y, salarios y pensiones, en la medida que ellos sean embargables.
INEMBARGABILIDAD

El artículo 2465 del Código Civil consagra lo que en doctrina se denomina derecho de prenda general, en virtud del cual
toda obligación da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor,
sean presentes o futuros, con excepción de los bienes inembargables designados en el artículo 1618 del Código Civil y
445 del Código de Procedimiento Civil.
En consecuencia, la regla general es la embargabilidad, siendo la inembargabilidad excepcional, teniendo como única
fuente la ley, además, es un instituto de orden público, ergo irrenunciable por parte del deudor.
Además de los artículos 1618 y 445, hay una serie de leyes que han establecido, en razón de intereses de carácter
general, la inembargabilidad de los bienes de ciertas instituciones, por ejemplo, las municipalidades.
El artículo 445 del Código de Procedimiento Civil debe preferirse por sobre el artículo 1618, ya que es una ley posterior
y, asimismo, porque hay una especie de derogación orgánica entre ambas disposiciones.
Art. 445 CPC: No son embargables
1°. Los sueldos, las gratificaciones y las pensiones de gracia, jubilación, retiro y montepío que pagan el 2°. Las remuneraciones de los empleados y obreros en la forma que determinan los artículos 40 y 153
Estado y las Municipalidades. Sin embargo, tratándose de deudas que provengan de pensiones del Código del Trabajo
alimenticias decretadas judicialmente, podrá embargarse hasta el 50% de las prestaciones que reciba el
alimentante en conformidad al inciso anterior;

3°. Las pensiones alimenticias forzosas; 4°. Las rentas periódicas que el deudor cobre de una fundación o que deba a la liberalidad de un tercero,
en la parte que estas rentas sean absolutamente necesarias para sustentar la vida del deudor, de su
cónyuge o conviviente civil y de los hijos que viven con él y a sus expensas;
5°. Los fondos que gocen de este beneficio, en conformidad a la Ley Orgánica del Banco del Estado de 6°. Las pólizas de seguro sobre la vida y las sumas que, en cumplimiento de lo convenido en ellas, pague
Chile y en las condiciones que ella determine; el asegurador. Pero, en este último caso, será embargable el valor de las primas pagadas por el que tomó
la póliza;
7°. Las sumas que se paguen a los empresarios de obras públicas durante la ejecución de los trabajos. 8°. El bien raíz que el deudor ocupa con su familia, siempre que no tenga un avalúo fiscal superior a
Esta disposición no tendrá efecto respecto de lo que se adeude a los artífices u obreros por sus salarios cincuenta unidades tributarias mensuales o se trate de una vivienda de emergencia, y sus ampliaciones, a
insolutos y de los créditos de los proveedores en razón de los materiales u otros artículos suministrados que se refiere el artículo 5° del decreto ley N°2552, de 1979; los muebles de dormitorio, de comedor y
para la construcción de dichas obras; de cocina de uso familiar y la ropa necesaria para el abrigo del deudor, su cónyuge o conviviente civil y
los hijos que viven a sus expensas.
9°. Los libros relativos a la profesión del deudor hasta el valor de cincuenta unidades tributarias 10°. Las máquinas e instrumentos de que se sirve el deudor para la enseñanza de alguna ciencia o arte,
mensuales y a elección del mismo deudor; hasta dicho valor y sujetos a la misma elección;

10°. Las máquinas e instrumentos de que se sirve el deudor para la enseñanza de alguna ciencia o arte, 12°. Los objetos indispensables al ejercicio personal del arte u oficio de los artistas, artesanos y obreros
hasta dicho valor y sujetos a la misma elección; de fábrica; y los aperos, animales de labor y material de cultivo necesarios al labrador o trabajador de
campo para la explotación agrícola, hasta la suma de cincuenta unidades tributarias mensuales y a
elección del mismo deudor;
13°. Los utensilios caseros y de cocina, y los artículos de alimento y combustible que existan en poder 14°. La propiedad de los objetos que el deudor posee fiduciariamente;
del deudor, hasta concurrencia de lo necesario para el consumo de la familia durante un mes;

15°. Los derechos cuyo ejercicio es enteramente personal, como los de uso y habitación; 16°. Los bienes raíces donados o legados con la expresión de no embargables, siempre que se haya
hecho constar su valor al tiempo de la entrega por tasación aprobada judicialmente; pero podrán
embargarse por el valor adicional que después adquieran;
17°. Los bienes destinados a un servicio que no pueda paralizarse sin perjuicio del tránsito o de la 18°. Los demás bienes que leyes especiales prohíban embargar.
higiene pública, como los ferrocarriles, empresas de agua potable o desagüe de las ciudades, etc.; pero
podrá embargarse la renta líquida que produzcan, observándose en este caso lo dispuesto en el artículo
anterior; y
DERECHOS SOCIALES Y SU EMBARGABILIDAD

Antes de analizar lo referente a los derechos sociales nos referiremos brevemente a la situación de la comunidad.
Si un comunero, individualmente considerado, es deudor de una obligación no son embargables los bienes comunes,
pero sí la cuota que él tenga en la comunidad, realizada ésta, el adquirente pasa a ser comunero con los demás, teniendo
el derecho de provocar disolución y liquidación de la comunidad.
Respecto de los derechos en sociedades hay que distinguir entre sociedades de capitales y sociedades de personas.
Las sociedades de capitales son principalmente las sociedades anónimas y las sociedades por acciones. Tratándose de las
acciones en estas sociedades son plenamente embargables, regulando el Código de Procedimiento Civil su forma de
realización a través de un corredor de bolsa.
DERECHOS SOCIALES Y SU EMBARGABILIDAD

En las sociedades de personas, el contrato de sociedad importa una voluntad de vínculo serio entre las personas que lo
celebran, vínculo denominado “affectio societatis”; de lo anterior deriva una consecuencia, los derechos sociales no son
libremente cedibles, requiriéndose el consentimiento de los demás socios para la transferencia de los derechos sociales.
En virtud de esto, se ha estimado que los derechos sociales no serían realizables, salvo consentimiento unánime de los
demás socios, y extrapolando esta situación, algunos autores han sostenido la inembargabilidad de los derechos en una
sociedad de personas, ya que el embargo tiene como finalidad realizar los bienes embargados para hacer pago al
acreedor.
Ante las argumentaciones anteriores creemos que el asunto no es tan claro, debiendo hacer distinciones. En este tipo de
sociedades si es posible embargar las utilidades del socio deudor, también el producto de la eventual liquidación de la
sociedad, en consecuencia, para hacer efectivos estos derechos previamente es menester embargar los derechos sociales.
En resumen, el embargo de aquéllos no hace posible su realización, pero sí tiene efecto respecto de las rentas que
produzcan los derechos sociales (reparto de utilidades) o el producto de la liquidación de la sociedad.
SALDOS EN CUENTAS CORREINTES, DEPOSITOS A
PLAZO, UNIVERSALIDADES
Si bien es cierto que el saldo de una cuenta corriente bancaria no es propiamente dinero, sino un crédito que tiene el
cuenta correntista en contra del respectivo banco, que éste debe pagar en dinero, se entiende que estos saldos son
embargables, en consecuencia, producido el embargo el banco respectivo debe poner los fondos correspondientes a
disposición del tribunal depositándolos en la cuenta corriente de éste, de acuerdo con el mecanismos del artículo 517 del
Código Orgánico de Tribunales.
También son embargables los depósitos a plazo que tenga un cliente en una institución financiera. El depósito tampoco
es dinero sino que un crédito en dinero, pero a su vencimiento, el banco o la institución financiera puede ser compelida a
depositar su producido en la cuenta corriente del tribunal.
Cabe señalar que no son embargables las líneas de crédito ni tampoco los cupos en las tarjetas de crédito, el motivo es
muy simple, no son dineros del deudor, sino que de la institución que otorga este crédito en favor de aquél.
SALDOS EN CUENTAS CORREINTES, DEPOSITOS A
PLAZO, UNIVERSALIDADES
Mención especial requiere el artículo 444 incisos 1° y 2° del Código de Procedimiento Civil, que se refiere a la
posibilidad de embargar no bienes determinados, sino una universalidad, específicamente una empresa o un
establecimiento mercantil o industrial. El embargo es un derecho del acreedor, pudiendo embargar bienes singulares,
pero en ciertos y determinados casos, podrá convenirle embargar en negocio como unidad económica con la finalidad de
evitar la paralización del establecimiento de que se trate, asegurándose que haya continuidad de giro.
“Si la ejecución recae sobre una empresa o establecimiento mercantil o industrial, o sobre cosa o conjunto de cosas que
sean complemento indispensable para su explotación, podrá el juez, atendidas las circunstancias y la cuantía del crédito,
ordenar que el embargo se haga efectivo, o en los bienes designados por el acreedor, o en otros bienes del deudor, o en la
totalidad de la industria misma, o en las utilidades que ésta produzca, o en parte de cualquiera de ellas.
Embargada la industria o las utilidades, el depositario que se nombre tendrá las facultades y deberes de interventor
judicial; y para ejercer las que correspondan al cargo de depositario, procederá en todo caso con autorización del juez de
la causa”.
EFECTOS DEL EMBARGO

El embargo produce efectos civiles y procesales.


a) Efectos civiles
El primer efecto, de acuerdo a lo prescrito por el artículo 1464 N° 3 del Código Civil, es que la enajenación de un bien
embargado adolece de objeto ilícito y se sanciona con nulidad absoluta por aplicación del artículo 1682 del mismo
Código. Sin embargo, se permite la enajenación si el juez lo autoriza o el acreedor consiente en ello. La referencia al
juez obviamente es a aquel que decretó el embargo.
Es importante tener presente que el artículo 1464 prohíbe la enajenación, existiendo tal, cuando concurre un título y un
modo de adquirir, por lo tanto, en principio la sola existencia del título sería válida, no siendo sancionable con nulidad
absoluta.
Por su parte, el artículo 1810 del Código Civil señala que pueden venderse todas las cosas corporales o incorporales,
cuya enajenación no esté prohibida por ley.
EFECTOS DEL EMBARGO

En este punto no discutiremos si el numeral tres del artículo 1464 es prohibitivo o imperativo de requisito; lo relevante
es que dicha norma está ubicada a propósito de la compraventa (consecuencialmente también aplicable a la permuta),
por consiguiente, si el título translaticio de dominio es distinto de aquéllos, no quedaría comprendido en la limitación
analizada; en otras palabras, el artículo 1810 no es extensible a otros títulos translaticios de dominio distintos de la
compraventa y la permuta.
El segundo efecto, es que en virtud del embargo el poseedor del respectivo bien no pierde el derecho a percibir sus
frutos, salvo que ellos sean embargados, pero para esto debe existir petición expresa y resolución judicial que lo
conceda.
La tercera cuestión de carácter civil es que el embargo no otorga ninguna clase de preferencia, es decir, el acreedor
embargante conservar su calidad de acreedor en la categoría que le corresponde.
EFECTOS DEL EMBARGO

b) Efectos procesales
Desde el punto de vista procesal, el embargo tiene como consecuencia que el deudor pierde la administración del bien
embargado que pasa al depositario, salvo la situación del embargo de una industria o empresa, donde el depositario no
adquiere la administración, sino sólo el carácter de interventor judicial.
Esta situación también se produce si el depositario es el propio deudor (y dueño del bien embargado), porque en estos
casos no administra como dueño, sino que a título de depositario, con todas las obligaciones inherentes de esa calidad y
la necesidad de rendir oportunamente cuenta.
INCIDENTES EN REALICIÓN AL EMBARGO
1) Exclusión del embargo
Este incidente se encuentra regulado en el artículo 519 inciso 2° del Código de Procedimiento Civil, que señala “Se
tramitará como incidente la reclamación del ejecutado para que se excluya del embargo alguno de los bienes a que se
refiere el artículo 445.”
No obstante lo anterior, si el deudor no incidenta, la situación se consolida, quedando sin aplicación el principio de la
inembargabilidad.
2) Ampliación del embargo (artículo 456)
El principio es que deben embargarse bienes suficientes para cubrir el capital, costas e intereses, pero bien puede ocurrir
que los bienes embargados sean de difícil realización, que pierdan su valor con posterioridad al embargo o que se
interponga una tercería respecto de ellos; estas circunstancias habilitan al acreedor para solicitar la ampliación del
embargo.
Este incidente se tramita de acuerdo a las reglas generales, en todo caso, si el incidente se promueve después de la
sentencia definitiva, no será necesario el pronunciamiento de nueva sentencia para proceder a la realización de los
bienes agregados al embargo.
INCIDENTES EN REALICIÓN AL EMBARGO
3) Sustitución del embargo (artículo 457)
La sustitución del embargo consiste en reemplazar el bien embargado por otro distinto, es una subrogación real; procede
siempre, salvo que lo embargado sea dinero o la especie o cuerpo cierto debida, pues el único bien que tiene la virtud de
poder reemplazar al bien embargado es el dinero, el que debe ser depositado en la corriente del tribunal en un monto
equivalente al crédito, intereses y costas.
Es muy importante señalar, que esta sustitución del embargo por dinero no es pago, es decir, el deudor puede seguir
discutiendo la existencia o exigibilidad de la obligación, continuando el juicio hasta su término.
La sustitución obviamente la puede promover el deudor, sin embargo, el artículo 521 del Código de Procedimiento Civil
también concede este derecho al tercerista.
INCIDENTES EN REALICIÓN AL EMBARGO
4) Liberación el embargo (artículo 490)
Antes de verificarse el remate y, sólo hasta ese momento, el deudor puede libertar sus bienes pagando la deuda y las
costas.
Esta liberación de los bienes embargados implica el término del juicio, porque se reconoce la obligación y se paga; es
ésta la gran diferencia que hay entre la liberación y la sustitución, pues si bien en ambos casos hay una consignación en
dinero en la cuenta corriente del tribunal, en la sustitución el deudor no reconoce la deuda y el juicio sigue, en tanto que
en la liberación, el deudor reconoce la deuda y pone fin al respectivo juicio quedando debidamente satisfecho el
acreedor.
Es necesario señalar que este derecho del deudor de libertar sus bienes, no es aplicable si lo embargado es la especie o
cuerpo cierto debido, porque ahí al acreedor sólo se le satisface mediante la entrega de dicho cuerpo cierto.
INCIDENTES EN REALICIÓN AL EMBARGO
5) Reembargo
El reembargo tiene lugar cuando sobre un mismo bien recaen diversos embargos en juicios distintos.
En su momento se discutió latamente si era posible el reembargo.
La posición a favor de este instituto señalaba que de no permitirse se desconocía el derecho de prenda general del
segundo acreedor y, en consecuencia, se desmejoraba su posición ya que implicaba que el primer acreedor embargante
adquiría una especie de preferencia, contrariando el principio de igualdad de los acreedores; igualmente argumentaban,
que si el reembargo no se permitiera, sería factible una posible colusión entre el deudor y su primer acreedor, con el
objeto de dejar bienes fuera del alcance de los demás acreedores.
La doctrina contraria sostenía que el segundo acreedor tenía derechos alternativos, por ejemplo, la tercería de pago o la
tercería de prelación en el caso de ser una acreedor preferente, no siendo necesario recurrir al reembargo.
INCIDENTES EN REALICIÓN AL EMBARGO
5) Reembargo
Sostenían también que, de acuerdo a lo establecido en el artículo 528 inciso 1°, era perfectamente posible que el
segundo acreedor iniciara una ejecución separada, solicitando que se oficiara al tribunal que conocía de la primera
ejecución para que retuviera de los bienes realizados la cuota que proporcionalmente correspondiere al segundo
acreedor; reforzaban su argumento con lo dispuesto en el inciso 2° de mismo artículo, en cuya virtud el ejecutante que a
sabiendas de existir depositario en el primer juicio, hacía retirar las especies embargadas en la segunda ejecución por el
nuevo depositario, es sancionado con las penas asignadas al delito de estafa.
Con todo, en la práctica tiene aplicación el reembargo, y cuando se trata de subastar el bien embargado, todos los jueces
embargantes deben prestar su autorización para dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 1464 N° 3 del Código
Civil, so pena de que la enajenación adolezca de objeto ilícito.
ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

El depositario es administrador de los bienes embargados, no teniendo por regla general, facultad para enajenar los
bienes embargados. Dada su calidad de administrador, debe rendir cuenta, detallada y documentadamente, al igual que
los tutores y curadores (artículo 514 inciso 1°).
Presentada la cuenta, las partes tienen el término de seis días para objetarla, de haber objeciones éstas se tramitan como
incidente (artículo 514 inciso 3°).
Aprobada la cuenta, el tribunal fijará la remuneración del depositario, si hubiere lugar a ella, teniendo en consideración
la responsabilidad y trabajo que el cargo le haya impuesto (artículo 516).
ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

De acuerdo al artículo 517 no tienen derecho a remuneración:


1° El depositario que, encargado de pagar el salario, o pensión embargados, haya retenido a disposición del tribunal la
parte embargable de dichos salarios o pensión. 2° El depositario que responda de dolo o culpa grave.
En relación a esta gestión del depositario, es interesante su papel cuando la ejecución recae en moneda extranjera. La
moneda chilena debe convertirse en moneda extranjera, y para este efecto el artículo 511 da la posibilidad de que sea el
propio depositario quien reciba la moneda chilena respectiva, y a través del sistema bancario de la plaza que
corresponda la convierta en moneda extranjera; o bien el secretario del tribunal (artículo 511 inciso 2).
Todas las cuestiones que se susciten con el depositario relativas, a la administración de bienes embargados o a la venta,
en los casos en que el depositario los pueda realizar, se van resolviendo entre el ejecutante o el ejecutado, y el
depositario en audiencias verbales, que tendrán lugar con los que asistan (artículo 480).
PAGO DE LOS BIENES EMBARGADOS

Esta materia dice estricta relación con la clasificación de la sentencia definitiva condenatoria, la que puede ser de pago o de
remate. La sentencia de pago es aquella que se dicta cuando el bien embargado es dinero o la especie o cuerpo cierto debida.
También hay que tener presente que si no se han opuesto excepciones, el mandamiento de ejecución y embargo sustituye a la
sentencia en cuanto a sus efectos, según la naturaleza de los bienes embargados.
Si lo embargado es dinero, que está depositado en la cuenta corriente del tribunal, se procederá al pago mediante el giro del
respectivo cheque, desde que dicha sentencia se encuentre ejecutoriada. Excepcionalmente, se podrá pagar aun existiendo
recursos pendientes, cuando el ejecutante caucione a satisfacción del tribunal las resultas del recurso, obligándose a restituir el
dinero si la sentencia es revocada. Si el ejecutado no opuso excepciones, vencido el plazo para deducirlas, el ejecutante puede
solicitar el pago correspondiente.
Cuando lo embargado es la especie o cuerpo cierto debida, no se puede proceder al pago al acreedor mientras la sentencia no
se encuentre firme o ejecutoriada; y en este caso, no existe la excepción de ofrecer caución para un pago anticipado. Si el
ejecutado no opuso excepciones, vencido el plazo para deducirlas, el ejecutante puede solicitar la entrega de la especie o
cuerpo cierto.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

El procedimiento de realización de los bienes embargados, tiene lugar cuando se ha dictado sentencia de remate, ya que es
necesario subastar esos bienes para satisfacer el crédito del acreedor.
Para determinar el procedimiento de realización hay que atender a la naturaleza del bien embargado, así podemos distinguir:
a) Bienes muebles sujetos a corrupción, próximo deterioro o difícil conservación.
b) Efectos de comercio (acciones, bonos, opciones de acciones, etc.).
c) Demás bienes muebles.
d) Bienes que requieren previa tasación, especialmente bienes inmuebles.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

Bienes muebles sujetos a corrupción, próximo deterioro o de dispendiosa conservación


El artículo 483 del Código de Procedimiento Civil dispone que “Venderá el depositario en la forma más conveniente, sin
previa tasación, pero con autorización judicial, los bienes muebles sujetos a corrupción, o susceptibles de próximo deterioro, o
cuya conservación sea difícil o muy dispendiosa”.
En estos casos, aun antes de la dictación de la sentencia de remate, el depositario puede vender estos bienes, sin previa
tasación, incluso en venta privada, requiriendo sólo autorización del respectivo tribunal. Luego de la venta, el depositario debe
rendir cuenta de su administración y de la enajenación, estando sujeto a sanciones si se ha comportado de manera indebida.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Valores mobiliarios o efectos de comercio
Artículo 484. “Los efectos de comercio realizables en el acto, se venderán sin previa tasación, por un corredor nombrado en la
forma que establece el artículo 414”.
La realización de estos bienes la lleva a cabo un corredor, que no es el mismo al que hace referencia el Código de Comercio,
sino el contemplado en la Ley N° 18.045 sobre Mercado de Capitales.
Estos bienes se subastan, sin previa tasación, con autorización judicial, mediante su remate en bolsa, actividad regulada no tan
sólo por disposiciones de la autoridad, sino que también por disposiciones de las respectivas bolsas de comercio.
El corredor de bolsa puede ser una persona natural o jurídica, y para su designación se aplican las mismas normas de los
peritos, en tal sentido debe ser entendida la remisión al artículo 414, las que no se analizarán por haberse desarrollado in
extenso a propósito de la prueba pericial.
Cabe preguntarse si en caso de una crisis económica que afecta a las bolsas de comercio, sería factible subastar estos bienes
antes de la sentencia por estar sujetos a corrupción. Creemos que esto no es posible, por cuanto la corruptibilidad se refiere a
características intrínsecas del respectivo bien, no a circunstancias de mercado que puedan afectar su valor.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Los demás bienes muebles
Artículo 482. “Los bienes muebles embargados se venderán en martillo, siempre que sea posible, sin necesidad de tasación. La
venta se hará por el martillero designado por el tribunal que corresponda.”
Actualmente, quien desee ser martillero público debe cumplir con ciertos requisitos mínimos y solicitar la certificación
(inscripción) a la Subsecretaría de Economía.
Cuando se procede al retiro de las especies, en el mismo escrito, el ejecutante debe solicitar la designación del martillero, para
que las especies sean trasladadas a su oficio. Lo interesante es que el martillero cuando subasta los bienes, emite una factura, y
tratándose de bienes muebles sometidos a registro, por ejemplo, los vehículos motorizados, este documento, que se vincula a
la ejecución, es título suficiente para que el registro lo acepte y entienda hecha la transferencia del ejecutado propietario del
vehículo al nuevo dueño.
Subastado el bien por el martillero, éste debe rendir cuenta, depositando en la cuenta corriente del tribunal el producto de la
venta descontados los gastos.
Normativa especial se aplica al ganado, en el sentido que quien debe realizar la subasta es la feria respectiva, no el martillero
de la jurisdicción del tribunal.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Realización de los bienes raíces y demás bienes que requieran tasación
El artículo 485 señala que los demás bienes no comprendidos en los tres artículos anteriores, y que ya fueron analizados, se
tasarán y venderán en remate público; el legislador en esta norma no dispone a qué tipo de bienes se aplica, pero
indudablemente se refiere a los bienes inmuebles, porque en los artículos siguientes hace constante referencia a ellos; pero
además, su ámbito alcanza a otros bienes, por ejemplo, el derecho real de aprovechamiento de aguas, derecho de usufructo,
etc.
La subasta de estos bienes está sometida a una serie de trámites previos, además, el martillero es el juez de la causa,
excepcionalmente el juez del lugar donde se encuentre el respectivo bien inmueble (artículo 485).
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Realización de los bienes raíces y demás bienes que requieran tasación
Los trámites previos y sucesivos que deben cumplirse son los siguientes:
a) Tasación.
b) Bases del remate.
c) Día y hora de la subasta.
d) Redacción y publicación de avisos.
e) Caución y remate mismo.
f) Acta de remate.
g) Escritura pública de remate.
h) Consignación, liquidación y pago.
Esta serie de actos puede complicarse si existen hipotecas en favor de terceros, o si el inmueble no es adjudicado en la primera
subasta.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
a) Tasación

Este trámite se encuentra regulado en los artículos 486 y 487 del Código de Procedimiento Civil.
De acuerdo al artículo 486 la tasación será la que figure en el rol de avalúos que esté vigente para los efectos de la
contribución de haberes, esta denominación es arcaica y actualmente corresponde al avalúo fiscal del inmueble que se practica
semestralmente por el Servicio de Impuestos Internos.
Esta tasación puede ser objetada, única y exclusivamente, por el ejecutado dentro de tercero día, en cuyo caso la nueva
tasación será practicada por peritos designados de acuerdo a las reglas generales. Señala el Código que el nombramiento del
perito tendrá lugar en la audiencia del segundo día hábil después de notificada la sentencia (de remate) sin necesidad de nueva
notificación. Sin embargo, en la práctica esto no ocurre, porque la fijación del avalúo fiscal se determina en las bases del
remate, siendo una cláusula de ellas, por lo que la disposición en comento ha pasado a ser letra muerta.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

Si el nombramiento del perito debe hacerlo el tribunal, no podrá recaer en empleados o dependientes a cualquier título del
mismo tribunal.
Evacuado el informe, es puesto en conocimiento de las partes, quienes tienen un plazo de tres para impugnarlo, de la
impugnación de cada parte se dará traslado a la otra también por tres días.
Vencidos los plazos anteriores el tribunal resuelve la o las impugnaciones, teniendo tres alternativas:
i) Aprobar la tasación, no obstante las impugnaciones.
ii) Ordenar se rectifique la tasación por el mismo o por otro, indicando los puntos específicos a rectificar, y practicada ésta, se
tendrá por aprobada, sin aceptarse nuevos reclamos.
iii) Fijar el mismo tribunal el justo precio.
Sea cual fuera la decisión que tome el tribunal, la resolución que dicte al efecto es inapelable.
Aprobada que sea la tasación deberá fijarse día, hora y lugar para la subasta.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
b) Bases del remate

Las bases del remate son una actuación de carácter procesal del ejecutante, ya que en función de ellas posteriormente tendrá
lugar la subasta; pero también son las condiciones generales del contrato compraventa que será celebrado por el ejecutado,
representado por el juez, y el subastador.
Este contrato es prácticamente un contrato de adhesión, por cuanto, el subastador no tiene opción de negociar modificando las
condiciones de él, sólo decide si compra o no.
Presentadas las bases por el actor, el ejecutado tiene el plazo de tres días para oponerse a ellas, oposición que es resuelta de
plano por el tribunal (artículo 491 inciso 2° del Código de Procedimiento Civil).
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
b) Bases del remate
Las principales menciones de las bases del remate dicen relación con la cosa y el precio, de esta manera deben contener:
a) La individualización de manera inequívoca del bien de que se trate. Si se trata de un bien raíz, la individualización
comprenderá la precisa indicación de las inscripciones correspondientes y los deslindes.
b) El precio, es decir, la tasación. Es menester recalcar que en la vida práctica la
tasación no tiene lugar como trámite previo a las bases, sino que son una cláusula más de ellas.
c) Señalar las condiciones de pago. En este sentido el artículo 491 inciso 1° dispone
que el precio de los bienes que se rematen deberá pagarse de contado, salvo que las partes acuerden o que el tribunal, por
motivos fundados, resuelva otra cosa. Si el precio no se paga al contado, las bases harán referencia a la época en que deberán
efectuarse los respectivos pagos; los intereses y reajustes respectivos.
d) El monto mínimo de las posturas, que de acuerdo al artículo 493 no pueden ser inferiores a los dos tercios de la tasación,
salvo acuerdo expreso de las partes.(artículo 491 inciso 2° del Código de Procedimiento Civil).
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
b) Bases del remate
e) El monto de la caución (se analizará más adelante).
f) Todas las otras menciones que necesarias e indispensables, por ejemplo, que las contribuciones atrasadas de bienes raíces
sean de cargo del subastador; si el inmueble tiene o no ocupantes; si hay deudas por servicios básicos, etc.
Es importante tener presente que también puede participar en el remate el ejecutante, con cargo a su crédito, circunstancia que
debe constar expresamente en las bases. En este caso, se indicará que puede participar en la subasta sin necesidad de rendir
caución previa. Si el ejecutante se adjudica el bien, se producirá una compensación entre el crédito y el valor del bien
subastado.
Junto con las bases del remate, aunque la ley no lo dice, se debe acompañar un certificado de dominio vigente del inmueble y
un certificado de hipotecas y gravámenes (con litigios).
La importancia de estos documentos es variada, en primer lugar, sirve para acreditar que el ejecutado es dueño del inmueble;
en segundo lugar, para saber si el bien raíz tiene hipotecas en favor de terceros, caso en el cual será necesario citar a los
acreedores hipotecarios con la finalidad de purgar dicho gravamen; y finalmente, si hay reembargos, para solicitar las
autorizaciones que ordena el artículo 1464 N° 3.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
c) Día, hora y lugar para la subasta
Aprobada la tasación se señalará día y hora para la subasta (artículo 488).
En relación al lugar donde se lleva a cabo el remate, la regla es que sea ante el mismo tribunal que conoce del litigio, sin
embargo, si el inmueble se encuentra en otro territorio jurisdiccional, puede tener lugar en dicho lugar por exhorto.
d) Redacción y publicación de avisos
El artículo 489 del Código de Procedimiento Civil dispone:
“El remate, con el señalamiento del día y hora en que debe tener lugar, se anunciará por medio de avisos publicados, a lo
menos por cuatro veces, en un diario de la comuna en que tenga su asiento el tribunal, o de la capital de la provincia o de la
capital de la región, si en aquélla no lo hubiere. Los avisos podrán publicarse también en días inhábiles. El primero de los
avisos deberá ser publicado con quince días de anticipación, como mínimo, sin descontar los inhábiles, a la fecha de la
subasta.
Si los bienes están en otra comuna, el remate se anunciará también en ella o en la capital de la respectiva región, si fuere el
caso, por el mismo tiempo y en la misma forma.”
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
d) Redacción y publicación de avisos
Los avisos son redactados en extracto por el secretario del tribunal y deben contener los datos necesarios para identificar los
bienes que van a rematarse (día y hora de la subasta, individualización del bien, mínimo de las posturas, monto y forma de
rendir la caución, etc).
Luego, el extracto se publica, a lo menos cuatro veces, en un diario de la comuna donde tenga su asiento el tribunal, o de la
provincia, o subsidiariamente de la capital de la región. Si el inmueble se encuentra en otro lugar distinto a aquel en que tenga
su asiento el tribunal, el remate se anunciará, además, en la misma forma y por el mismo tiempo, en dicho lugar.
El primero de los avisos debe ser publicado con una antelación mínima de quince días corridos a la fecha del remate y pueden
publicarse en días inhábiles; esta norma es importante, porque la publicación es una actuación judicial que debe tener lugar en
días y horas hábiles, en consecuencia, de no existir esta norma expresa los avisos no podrían publicarse los días domingos o
festivos.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
e) Caución y remate
El monto de la caución que deben rendir los postores interesados queda determinada en las bases del remate, y al efecto, el
artículo 494 dispone que todo postor, para tomar parte en el remate, deberá rendir caución suficiente, calificada por el tribunal,
sin ulterior recurso, para responder de que se llevará a efecto la compra de los bienes rematados. La caución será equivalente
al diez por ciento de la tasación del inmueble y subsiste hasta que se otorgue la escritura definitiva de compraventa, o se
deposite a la orden del tribunal el precio o parte de él que deba pagarse de contado.
En cuanto a la forma de rendir la caución también se fija en las bases, por ejemplo, vale vista a la orden del tribunal, depósito,
efectivo, etc., aunque lo usual es el vale vista. Llegado el día y la hora de la subasta, ésta se efectúa en el recinto del tribunal,
siendo el juez el martillero. Ese día los posibles interesados comparecen ante el secretario con la finalidad de rendir su
respectiva caución; si se suscita discusión entre los partícipes respecto de la caución, el tribunal resuelve de plano.
Inmediatamente de constituidas las cauciones, se llama a los postores por el oficial de sala del tribunal; el juez individualiza el
bien, nombra a los participantes y comienza la subasta hasta que en definitiva, quien ofrezca el mayor precio se adjudique el
bien. Adjudicado el bien, queda sólo el subastador en el recinto del tribunal, pues a los demás se les devuelve la caución y
deben retirarse.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
f) Acta de remate
El acta de remate de los inmuebles se extiende ante el secretario del tribunal, en un libro que lleva para tales fines. En ese
momento el subastador puede indicar la persona para quien adquiere; pero este tercero en cuyo favor se está obrando, debe
comparecer al tribunal aceptando lo obrado (artículo 496). El acta es suscrita por el juez, el rematante y el secretario.
El acta de remate, señalará que el día “xx”, siendo las “xx”, en el juicio “x con y” se efectúo la subasta del bien “x”, que fue
adjudicado a don “N.N” por sí o a nombre de “Z.Z.”. El acta vale como escritura pública, con todo, igualmente debe otorgarse
dentro de tercero día la escritura definitiva con inserción de los antecedentes necesarios y con los demás requisitos legales. En
consecuencia, para la tradición del inmueble (inscripción del título) no basta con exhibirle al Conservador de Bienes Raíces
copia autorizada del acta, sino que debe acompañarse copia autorizada de la escritura de remate.
Si el subastador no consigna el precio del remate en la oportunidad fijada en las bases, o no suscribe la escritura definitiva de
compraventa, el remate queda sin efecto y se hace efectiva la caución. El valor de ésta, deducido el monto de los gastos del
remate, se abonará en un cincuenta por ciento al crédito y el cincuenta por ciento restante quedará a beneficio de la Junta de
Servicios Judiciales, hoy Corporación Administrativa del Poder Judicial (artículo 494 inciso 3°). Finalmente, si el subastador
promueve incidentes y éstos son desechados, las apelaciones que deduzca serán concedidas en el solo efecto devolutivo (inciso
final del artículo 494).
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g) Escritura pública de remate
Como ya se señaló la escritura de remate debe extenderse dentro de tercero día (artículo 495 inciso 2°). La redacción de la
norma en análisis es oscura, pues no señala desde cuándo se cuentan esos tres días. Una primera interpretación, bastante
exigente, sería que se cuenta desde que se extiende el acta de remate, sin embargo, esta interpretación ha sido dejada de lado, y
el tercer día se computa desde que queda ejecutoriada o cause ejecutoria la resolución del tribunal que ordena extender
escritura de remate; en todo caso, se ha entendido que este plazo no es fatal.
La redacción de la escritura pública le corresponde al subastador, debiendo insertarse las siguientes circunstancias:
a) Antecedentes que acrediten la válida relación procesal (emplazamiento).
b) Bases del remate y su respectiva resolución.
c) Acta de remate.
d) Certificado del secretario del tribunal de la notificación de la sentencia de remate, o de la circunstancia de no haberse
opuesto excepciones.
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g) Escritura pública de remate


e) Certificado de publicación de avisos.
f) Resolución que ordena extender escritura de remate y certificado de ejecutoria de dicha resolución.
g) Certificado de haberse consignado el precio.
h) Individualización del bien y de sus respectivos deslindes e inscripciones.
i) Si ha mediado purga de la hipoteca, debe dejarse testimonio de los trámites realizados en función de dicha purga, para los
efectos que el Conservador de Bienes Raíces respectivo cancele las inscripciones hipotecarias.
j) En general, todos aquellos antecedentes que sean indispensables o convenientes para demostrar que efectivamente se ha
cumplido a cabalidad los requerimientos respectivos.
Extendida la escritura pública, debe ser suscrita por el subastador y por el juez, en representación del ejecutado. Suscrita y
autorizada la escritura pública de remate, el subastador debe concurrir al Conservador de Bienes Raíces respectivo, a fin de
requerir la inscripción pertinente (tradición).
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Validez o nulidad del remate


El remate, consecuencia de una ejecución forzada, reviste un doble carácter, es una actuación procesal dentro del juicio
ejecutivo y, además, un contrato de compraventa.
La validez o nulidad de la subasta se encuentra regulada por disposiciones sustanciales y procesales.
Como acto procesal que es, puede ser impugnado por la vía de la nulidad procesal, cuando se han omitido los requisitos que la
ley prescribe, por ejemplo, no se publicaron los avisos oportunamente, no se rindió la caución, no se firmó el acta de remate o
no se firmó oportunamente la escritura de remate. La jurisprudencia ha establecido una causal adicional de preclusión,
señalando que una vez que quede firme la resolución que ordena extender la escritura pública, no puede promoverse ningún
incidente de nulidad del remate.
El remate también puede ser impugnado, en cualquier momento, por la vía de la nulidad civil, sea absoluta o relativa, por
ejemplo, si al subastador le afectaba una incapacidad para comprar. La excepción la constituye la lesión enorme, pues por
disposición del artículo 1891 del Código Civil no habrá lugar a la acción rescisoria por lesión enorme en las ventas de bienes
muebles, ni en las que se hubieren hecho por el ministerio de la justicia.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

Purga de la hipoteca
Etimológicamente purgar significa limpiar, purificar.
La purga de la hipoteca procede cuando el bien raíz a subastar tiene hipotecas constituidas en favor de terceros –distintos del
acreedor ejecutante-.
En estricto rigor, al ser la hipoteca un derecho real, concede al acreedor hipotecario el derecho de persecución, por
consiguiente, si el subastador adquiere un inmueble hipotecado corre el riesgo de ser desposeído si aquél hace valer sus
derechos de acreedor preferente. En consecuencia, ante el evento que nadie se presente a la subasta, el legislador ideó el
mecanismo de la purga de la hipoteca, con la finalidad que el adjudicatario adquiera el bien libre de este gravamen.
Dos disposiciones regulan esta materia, los artículos 2428 del Código Civil y 492 del Código de Procedimiento Civil. Ambas
normas son de distinto tenor, prevaleciendo la norma del Código de Procedimiento Civil.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Purga de la hipoteca
Artículo 492. Si por un acreedor hipotecario de grado posterior se persigue una finca hipotecada contra el deudor personal que
la posea, el acreedor o los acreedores de grado preferente citados conforme al artículo 2428 del Código Civil, podrán, o exigir
el pago de sus créditos sobre el precio del remate según sus grados, o conservar sus hipotecas sobre la finca subastada, siempre
que sus créditos no estén devengados.
No diciendo nada, en el término del emplazamiento, se entenderá que optan por ser pagados sobre el precio de la subasta. Si se
ha abierto concurso a los bienes del poseedor de la finca perseguida, o se le ha declarado en quiebra, se estará a lo prescrito en
el artículo 2477 de dicho Código. Los procedimientos a que den lugar las disposiciones anteriores se verificarán en audiencias
verbales con el interesado o los interesados que concurran.
El artículo 492 regula la situación del ejecutante que es un acreedor hipotecario de grado posterior y existen otros acreedores
hipotecarios de grado preferente. Sin embargo, se ha estimado que esta norma es también aplicable cuando el acreedor
ejecutante no goza de ningún tipo de preferencia y hay una o más hipotecas en favor de terceros. En cuanto al ámbito de
aplicación de la norma en comento se debe señalar que puede tratarse de una ejecución individual sobre el bien hipotecado
(incisos 1°, 2° y 4°), o bien, de una ejecución colectiva (inciso 3°).
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
a) Ejecución individual sobre el bien hipotecado.
Esta situación tiene lugar cuando es un acreedor el que está persiguiendo el pago de su acreencia y el embargo ha recaído
sobre un inmueble hipotecado en favor de terceros.
Para que se purgue la hipoteca es menester:
a.1) Que se trate de la venta de un bien raíz en remate público a consecuencia de un juicio ejecutivo. El artículo 2428 se
refiere a “pública subasta” sin distinguir si se trata de un juicio ejecutivo, o bien, de alguno de los otros casos en que los bienes
son vendidos de esta manera, por ejemplo, la enajenación de los bienes raíces del pupilo. Tanto la doctrina como la
jurisprudencia han señalado que este instituto sólo tiene cabida tratándose del remate del bien dentro de un juicio ejecutivo.
a.2) Que antes del remate se haya citado personalmente a los acreedores hipotecarios para que expresen lo conveniente
a sus derechos. Esta citación se practica mediante la notificación personal (también por el artículo 44 o por avisos) de la
resolución que la ordena.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
a.3) Que entre la citación al acreedor hipotecario y el remate, por lo menos haya mediado el término de emplazamiento.
La jurisprudencia mayoritaria ha estimado que las referencias, de los diversos textos legales, al término de emplazamiento,
debe entenderse hecha al término de emplazamiento del juicio ordinario de mayor cuantía regulado en los artículos 258 a 260
del Código de Procedimiento Civil.
Si un acreedor hipotecario no es citado, o transcurre menos del término de emplazamiento entre la citación y la subasta, la
sanción no es la nulidad del remate, sino que las hipotecas no se purgan, adquiriendo el subastador el bien con el gravamen.
De acuerdo a las reglas de Código Civil concurriendo los requisitos indicados, necesariamente se produce la purga y los
acreedores hipotecarios deben concurrir al pago de su acreencia con el producto del remate, no teniendo la posibilidad de
reservarse su hipoteca.
No obstante lo anterior, este mecanismo fue modificado por el artículo 492 del Código de Procedimiento Civil, que permite a
los acreedores hipotecarios, cuyos créditos no estén devengados, conservar sus hipotecas. De esta manera, si el crédito es
exigible el acreedor hipotecario necesariamente debe concurrir al pago; por su parte, si el crédito no es exigible el acreedor
hipotecario puede reservarse su garantía, reserva que debe hacerla valer dentro del término de emplazamiento. Si nada se dice
dentro de este lapso, se entiende, sin distinguir, que el acreedor opta por pagarse. Todas las cuestiones que se susciten entre los
acreedores hipotecarios y el ejecutante deben ser resueltas en audiencias verbales a las cuales citará el tribunal.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS

b) Ejecución colectiva sobre el bien hipotecado.


La ejecución colectiva tiene lugar Si se ha abierto concurso a los bienes del poseedor (cesión de bienes), o se le ha declarado
en quiebra.
El inciso 3° del artículo 492 se remite expresamente al artículo 2477 del Código Civil, que regula el llamado “concurso
particular de hipotecarios”. En efecto, este artículo señala que a cada finca gravada con hipoteca podrá abrirse,
a petición de los respectivos acreedores o de cualquiera de ellos, un concurso particular para que se les pague inmediatamente
con ella, según el orden de las fechas de sus hipotecas.
Este concurso se circunscribe sólo a los acreedores hipotecarios del respectivo inmueble, que se subasta de acuerdo a las reglas
contenidas en el juicio ejecutivo, produciéndose por el solo hecho del concurso la purga de la hipoteca.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
a) Ausencia de postores al primer remate
El artículo 499 dispone que “Si no se presentan postores en el día señalado, podrá el acreedor solicitar cualesquiera de estas
dos cosas, a su elección:
1º Que se le adjudiquen por los dos tercios de la tasación los bienes embargados; y
2º Que se reduzca prudencialmente por el tribunal el avalúo aprobado. La reducción no podrá exceder de una tercera parte de
este avalúo.”
El acreedor tiene el derecho de pedir que se le adjudique el bien embargado por los dos tercios del avalúo, porque el mínimo
de las posturas en el primer remate es esa cantidad. Jurídicamente, el acto en virtud del cual se le adjudica el bien al acreedor,
es una dación en pago, extinguiéndose la obligación hasta concurrencia del monto o valor de la cosa dada en pago.
Si ha de procederse a un segundo remate, el juez puede reducir la tasación prudencialmente, con un límite, dicha reducción no
puede exceder de un tercio.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
b) Ausencia de postores al segundo remate
Si no se presentan postores al segundo remate, el artículo 500 dispone que surgen para el acreedor tres alternativas, a su
elección:
a) Que se le adjudiquen los bienes por los dichos dos tercios, es decir, por el avalúo reducido.
b) Que el bien salga por tercera vez a remate, por el mínimo que fije el tribunal.
c) Que se le entregue en prenda pretoria.
A la prenda pretoria se le denomina también anticresis judicial. Para entender esta institución es menester referirse
someramente a la anticresis civil, regulada en los artículos 2435 y siguientes del Código Civil.
La anticresis es un contrato por el que se entrega al acreedor una cosa raíz para que se pague con sus frutos. Este contrato no
otorga al acreedor ninguna preferencia ni derecho real, es por este motivo que ha caído en desuso.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
b) Ausencia de postores al segundo remate
Pues bien, si en el segundo remate no hay postores, el acreedor puede solicitar que el bien le sea entregado en prenda pretoria,
para así administrarlo, explotarlo y pagarse con los frutos que aquél produzca. Como administrador de bienes ajenos -el
deudor no pierde el dominio-, debe rendir cuenta periódica de su administración, y en ella, colacionará las inversiones en que
haya incurrido para la producción de los frutos, como asimismo, una cantidad prudencial por concepto de honorarios o
remuneración por la administración.
Que en bien sea entregado al acreedor, es una situación trágica para el deudor pues pierde la administración del bien, no puede
explotarlo personalmente, debe pagar una remuneración y sigue endeudado. Ante tan sombrío panorama, el legislador en el
artículo 501 del Código de Procedimiento Civil permite al deudor solicitar que el bien salga por última vez a remate, y en este
caso no habrá mínimo para las posturas.
Los artículos 503, 504 y 506 contienen normas reglamentarias en relación a la forma de ser entregados los bienes (inventario
solemne) y a la rendición de cuentas del acreedor.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
b) Ausencia de postores al segundo remate
Salvo estipulación en contrario, podrá el deudor, en cualquier tiempo, pedir la restitución de los bienes dados en prenda
pretoria pagando la deuda y las ostas. Por su parte, el acreedor también puede poner fin al contrato y solicitar su enajenación o
el embargo de otros bienes del deudor (artículo 505).
El artículo 507 inciso 1° señala que la prenda pretoria se rige por la normas del Código de Procedimiento Civil, pero además
queda sujeta a las reglas contenidas en el Código Civil.
Precedentemente se señaló que el contrato de anticresis no otorga al acreedor ningún tipo de preferencia, sin embargo, esta
regla sufre una modificación tratándose de la prenda pretoria sobre bienes muebles, caso en el cual el acreedor, tiene los
derechos y privilegios de un acreedor prendario (artículo 507 inciso 2°).
En último lugar, el artículo 508 contempla una situación muy curiosa, que dice relación con la prenda pretoria, pero que
también extensible a otros casos, por ejemplo, cuando lo embargado es un derecho real de usufructo.
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
b) Ausencia de postores al segundo remate
Artículo 508. “Si los bienes embargados consisten en el derecho de gozar una cosa o percibir sus frutos, podrá pedir el
acreedor que se dé en arrendamiento o que se entregue en prenda pretoria este derecho.
El arrendamiento se hará en remate público fijadas previamente por el tribunal, con audiencia verbal de las partes, las
condiciones que hayan de tenerse como mínimum para las posturas.
Se anunciará al público el remate con anticipación de veinte días, en la forma y en los lugares expresados por el artículo 489.”
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
Ausencia de postores a la subasta
c) Normas comunes a la ausencia de postores
c.1) Si el acreedor opta por sacar nuevamente los bienes a remate, sea por segunda o
tercera vez, el artículo 502 señala que el plazo para la publicación de los avisos se reduce a la mitad, salvo que hayan
trascurrido más de tres meses entre remate y remate.
c.2) Si hubo citación a los acreedores hipotecarios en la primera subasta, éstos deben
ser citados nuevamente para los posteriores remates con las mismas formalidades –citación personal- ya que la ley no
distingue y también como medida de protección.
c.3) Si la ejecución fuere en moneda extranjera, y el acreedor opta por adjudicarse el bien, el ejecutante deberá hacer liquidar
su crédito en moneda nacional, al tipo medio de cambio libre que certifique un Banco de la plaza (artículo 500 inciso final).
REALIZACIÓN DE LOS BIENES EMBARGADOS
h) Consignación, liquidación y pago.
Los fondos que resulten de la realización de los bienes embargados se consignarán directamente por los compradores, a la
orden del tribunal, en la cuenta corriente de éste. Si se ha interpuesto apelación de la sentencia, no podrá procederse al pago al
ejecutante, pendiente el recurso, sino en caso de que caucione las resultas del mismo (artículo 509).
Posteriormente se procede a la liquidación del crédito por parte del secretario del tribunal, donde calcula el capital reajustado y
los intereses, además, se tasarán las costas procesales y se regularán las costas personales por el juez de la causa (artículo 510).
La práctica forense ha hecho que una vez practicada la liquidación, ésta sea puesta en conocimiento de las partes, otorgándoles
un plazo de tres días para que formulen las observaciones que estimen pertinentes.
Finalmente, se ordena el pago al ejecutante mediante un cheque extendido a su nombre (artículo 511).
LAS TERCERIAS
LAS TERCERIAS
Previo al análisis de las tercerías en el juicio ejecutivo, es necesario examinar someramente la intervención de terceros en la
generalidad de los procedimientos. En este caso, las tercerías son admitidas sin mayores restricciones, siempre que el tercero
tenga un derecho comprometido en la litis y no tan sólo una mera expectativa, entendiendo por tal un interés de contenido
patrimonial en la pretensión que hace valer.
Los terceros pueden ser:
a) Coadyuvantes. Son aquellos que tienen interés en los resultados del juicio, interés que es armónico o congruente con
el del demandante o del demandado.
b) Excluyentes. También tienen un interés envuelto, pero este interés es incompatible o contrario al del demandante, al
del demandado o de ambos.
c) Independientes. Son aquellos que sustentan un interés propio que no necesariamente es incompatible con el interés
del demandante o del demandado, pero por economía procesal se acepta su intervención.
LAS TERCERIAS
En el juicio ejecutivo las tercerías están taxativamente numeradas por el legislador, así se desprende de la redacción del inciso
1° del artículo 518 inciso 1°: “En el juicio ejecutivo sólo son admisibles las tercerías cuando el reclamante pretende...”; de
suerte que no es admisible ninguna otra tercería.
El Código de Procedimiento Civil reconoce cuatro tercerías: dominio, prelación, pago y posesión.
La tercería de posesión fue incorporada en 1988 por la Ley 18.705, aunque era aceptada desde antes como una creación
jurisprudencial, frente a las dificultades de probar el dominio de la especie embargada.
La naturaleza jurídica de las tercerías fue discutida arduamente por la doctrina. En efecto, una parte sostenía que se trataba de
verdaderos juicios dentro del juicio ejecutivo, sobre todo porque la tercería de dominio se tramita conforme a las reglas del
juicio ordinario de mayor cuantía, sin los escritos de réplica y dúplica. De aceptarse esta doctrina, acarrearía importantes
consecuencias, por ejemplo, los poderes otorgados en el juicio ejecutivo no serían suficientes para hacerlos valer en las
tercerías.
Mayoritariamente se ha llegado a la conclusión que las tercerías no son juicios independientes, sino que incidentes dentro del
juicio ejecutivo.
LAS TERCERIAS
Tercería de dominio
En esta tercería, el tercero pretende ser titular del derecho de dominio sobre el bien embargado, en consecuencia, se trata de un
tercero excluyente, pues su interés es incompatible con el del ejecutante y del ejecutado.
Además del dominio, existen otros derechos que se pueden hacer valer recurriendo al procedimiento de la tercería de dominio;
en primer lugar, el derecho del comunero cuando se ha embargado la cosa común regulado en el artículo 519 inciso 1°.
“Se substanciará en la forma establecida para las tercerías de dominio la oposición que se funde en el derecho del comunero
sobre la cosa embargada.”
Es menester analizar dos situaciones perfectamente distinguibles: el derecho del comunero cuando se ha embargado la cosa
común y el derecho de los copropietarios cuando se ha embargado la cuota del ejecutado.
Respecto del embargo de la cosa común, dado que ésta pertenece a dos o más personas, cualquier comunero puede, mediante
la tercería de dominio, reclamar para que se declare que el embargo recae sólo sobre la cuota del comunero deudor y no sobre
todo el bien.
LAS TERCERIAS
Tercería de dominio
Por mandato del artículo 520 hay otros derechos que puede hacer valer el ejecutado, recurriendo al procedimiento de la
tercería de dominio, invocando una calidad diversa de aquella en que se le ejecuta. Esta norma es curiosa, porque,
técnicamente, no se trata de un tercero, sino que del propio ejecutado, y es por este motivo que el inciso final del artículo en
comento le da una alternativa, recurrir a la tercería de dominio, o bien, oponer la respectiva excepción contra la acción
ejecutiva, si ello fuera posible.
Artículo 520. Podrán también ventilarse conforme al procedimiento de las tercerías los derechos que haga valer el ejecutado
invocando una calidad diversa de aquella en que se le ejecuta. Tales serían, por ejemplo, los casos siguientes:
1° El del heredero a quien se ejecute en este carácter para el pago de las deudas hereditarias o testamentarias de otra persona
cuya herencia no haya aceptado;
2° El de aquél que, sucediendo por derecho de representación, ha repudiado la herencia de la persona a quien representa y es
perseguido por el acreedor de ésta;
LAS TERCERIAS
Tercería de dominio
3° El del heredero que reclame del embargo de sus bienes propios efectuado por acción de acreedores hereditarios o
testamentarios que hayan hecho valer el beneficio de separación de que trata el Título XII del Libro III del Código Civil, y no
traten de pagarse del saldo a que se refiere el artículo 1383 del mismo Código. Al mismo procedimiento se sujetará la
oposición cuando se deduzca por los acreedores personales del heredero; y
4° El del heredero beneficiario cuyos bienes personales sean embargados por deudas de la herencia, cuando esté ejerciendo
judicialmente alguno de los derechos que conceden los artículos 1261 a 1263 inclusive del Código Civil.
El ejecutado podrá, sin embargo, hacer valer su derecho en estos casos por medio de la excepción que corresponda contra la
acción ejecutiva, si a ello ha lugar”.
LAS TERCERIAS
Oportunidad para interponer la tercería de dominio
Puede interponerse desde el embargo, pues esta es la situación que genera el conflicto para el tercerista, hasta antes del remate
del bien. Producido que sea éste, se extingue la posibilidad de intentar la tercería de dominio. Sin embargo, el propietario
mantiene incólume su derecho para reivindicar la cosa de manos del subastador. En otras palabras, la tercería es una vía para
reclamar el dominio de la especie embargada, que no excluye la vía ordinaria correspondiente.
La sentencia que rechaza la tercería de dominio, una vez firme, produce excepción de cosa juzgada, en consecuencia, si
intenta posteriormente un juicio reivindicatorio, el demandado puede válidamente oponer dicha excepción.
El artículo 1851 del Código Civil señala que en las ventas forzadas hechas por autoridad de la justicia, el vendedor sólo está
obligado a restituir el precio que haya producido la venta, mas no a las demás indemnizaciones. El vendedor en el juicio
ejecutivo es el ejecutado, ergo si el subastador resulta evicto, tendría acción en contra de él para recuperar el precio pagado,
pero sus expectativas son cercanas a cero porque si el ejecutado llegó al punto del embargo de sus bienes, la posibilidad que
tenga otros bienes son absolutamente remotas.
LAS TERCERIAS
Efectos de la interposición de la tercería de dominio
Es necesario distinguir entre efectos en el cuaderno ejecutivo y efectos en el cuaderno de apremio. En el cuaderno ejecutivo la
regla es absoluta, la interposición de la tercería de dominio no tiene ninguna influencia en él, siguiendo adelante con su
tramitación hasta que haya sentencia firme.
Respecto al cuaderno de apremio, el principio es que la interposición de la tercería no produce efecto alguno, siguiéndose
adelante con la realización de los bienes embargados, pero con una particularidad, el remate no se entiende ejecutado sobre el
bien, sino sobre los posibles derechos que sobre él tenga o pretenda tener el ejecutado (artículo 523 inciso 2°). Por
consiguiente, si la tercería es rechazada, habrá comprado efectivamente el bien; por el contrario, si es acogida, el subastador
no habrá comprado nada; en definitiva, se trataría de un contrato aleatorio, sujeto al alea que la tercería de dominio prospere.
En general, se ha aceptado que el subastador, que es un tercero ajeno al juicio, se haga parte como tercero coadyuvante en la
tercería de dominio. Excepcionalmente el apremio se suspende respecto del bien objeto de la tercería, cuando ésta cumpla con
dos requisitos copulativos:
i) Se apoye en un instrumento público, y; ii) Que dicho instrumento público haya sido otorgado con anterioridad a la
presentación de la demanda ejecutiva.
LAS TERCERIAS
Efectos de la interposición de la tercería de dominio
El primer requisito, esto es, que se apoye en instrumento público, ha sido interpretado por algunos, sosteniendo que debe ser
precisa prueba del dominio que se invoca, y sólo así suspendería el apremio. La posición doctrinaria dominante, recogida
también por la jurisprudencia, es que basta que el instrumento público sea un antecedente verosímil del dominio que se invoca.
En relación con el segundo requisito, estamos en presencia de un fenómeno procesal curioso, pues en general, la simple
presentación de la demanda no tiene consecuencias jurídicas, y todas ellas se producen con su notificación, sin embargo, el
legislador, en la tercería de dominio, exige que el instrumento público sea otorgado con fecha anterior a la demanda, pues
teme la existencia de una colusión entre el tercerista y el ejecutado.
El artículo 526 recalca el efecto relativo de la tercería de dominio, ya que si se suspende el apremio, es sólo respecto de los
bienes objeto de la tercería; siguiendo el apremio, sin restricción alguna, respecto de los demás bienes embargados.
LAS TERCERIAS
Embargo del bien común
En virtud del artículo 519, si se embarga el bien común, el comunero puede reclamar el dominio de su cuota por la vía de la
tercería de dominio.
El artículo 524 plantea la hipótesis contraria, es decir, el embargo de la cuota del comunero deudor; en tal caso se le reconoce
al acreedor un derecho alternativo:
i) Instar por la realización de la cuota, de acuerdo a las reglas generales sobre realización de los bienes.
ii) Instar por la liquidación de la comunidad; en este caso se produce una subrogación, el acreedor se subroga en los derechos
del comunero. En este caso, pueden los demás comuneros oponerse a la liquidación, si existe algún motivo legal que la
impida, o si, de procederse a ella, ha de resultar grave perjuicio.
LAS TERCERIAS
Embargo del bien común
La ley no dice si el derecho de liquidar la comunidad se ejercita en el mismo juicio ejecutivo o en un procedimiento separado.
Creemos que la segunda opción es la correcta, ya que el artículo 227 N° 1 del Código Orgánico de Tribunales dispone que es
materia de arbitraje forzoso la liquidación de las comunidades.
Liquidada la comunidad, el comunero deudor, puede adjudicarse el bien, en tal caso el acreedor lo embargará. Pero si no se lo
adjudica, se convierte en acreedor de los otros comuneros, acreencia puede ser embargada por su acreedor.
Por la sola circunstancia de interponerse tercería de dominio, regla que también es aplicable a las demás tercerías, el acreedor
puede solicitar la ampliación del embargo, en virtud de lo establecido en el artículo 456 inciso 2°.
LAS TERCERIAS
Tramitación
En la tercería de dominio, es demandante el tercero y demandados, el ejecutante y el ejecutado, por ello éste puede ser tercero
coadyuvante del tercerista.
La demanda de tercería, debe cumplir con los requisitos del artículo 254, y si no los cumple, el tribunal de oficio puede no
darle curso. Esto es una diferencia sustancial con la demanda del juicio ordinario de mayor cuantía, ya que el tribunal puede
no dar curso a la demanda sólo si no cumple con los tres primeros numerales del artículo 254.
La tercería de dominio se tramita en cuaderno separado, según las reglas del juicio ordinario de mayor cuantía, sin los escritos
de réplica y dúplica.
Las resoluciones que se dicten en la tercería de dominio, se rigen por las reglas generales de la apelación, con la modalidad
que se conceden en el solo efecto devolutivo (artículo 523 inciso final).
LAS TERCERIAS
Tercería de posesión
En virtud de esta tercería, un tercero comparece al juicio alegando posesión sobre el bien embargado, y por consiguiente,
invocando a su favor la presunción de dominio establece el artículo 700 del Código Civil.
La tercería de posesión se tramita incidentalmente, en cuerda separada. Puede intentarse desde el embargo, hasta antes del
remate del bien.
a) Efectos de la tercería de posesión
Es necesario distinguir entre efectos en el cuaderno ejecutivo y efectos en el cuaderno de apremio.
En el cuaderno ejecutivo la regla es absoluta, la interposición de la tercería de posesión no tiene ninguna influencia, siguiendo
adelante con su tramitación hasta que haya sentencia firme.
LAS TERCERIAS
a) Efectos de la tercería de posesión
En el cuaderno de apremio, la tercería de posesión puede suspender el apremio, respecto del bien objeto de la tercería, cuando
se acompañan antecedentes que constituyen a lo menos presunción grave de la posesión que se invoca, por ejemplo, facturas,
boletas, contrato de arrendamiento, etc.
La resolución que resuelve la tercería de posesión es una sentencia interlocutoria de primera clase, ya que resuelve un
incidente estableciendo derechos permanentes en favor de las partes. Sin embargo, algunos autores han sostenido que la
tercería de posesión es un conflicto distinto al principal, de suerte que la resolución que lo falla tendría el carácter de sentencia
definitiva. Con todo, la jurisprudencia y la práctica forense, se han inclinado por calificarla como sentencia interlocutoria y,
por lo tanto, aplicando las reglas generales, la apelación se concede en el solo efecto devolutivo, cualquiera que sea el
apelante.
LAS TERCERIAS
Tercería de prelación
En virtud de esta tercería, un tercero comparece al juicio exigiendo pago preferente de su acreencia.
El Código Civil en su artículo 2470 señala que las causas de preferencia son el privilegio y la hipoteca. Los créditos de
primera, de segunda y de cuarta clase son privilegiados.
Existe otra distinción de las preferencias, generales y especiales. La primera es la que afecta a todos los bienes del deudor, de
cualquier naturaleza que ellos sean. La segunda es la que afecta a determinados bienes del deudor.
La tercería de prelación puede impetrarse en cualquiera de estos casos, créditos privilegiados; hipotecas; preferencias
generales; y preferencias especiales. La única salvedad, es que si se invoca una preferencia especial que recae en el bien
embargado, por ejemplo, una prenda; la tercería de prelación se puede intentar desde el embargo del bien, hasta antes del pago
al respectivo acreedor.
En cuanto a su tramitación, se rige por las reglas de los incidentes, en cuaderno separado; y al igual que las demás tercerías,
faculta al ejecutante para solicitar la ampliación del embargo.
LAS TERCERIAS
a) Efectos de la tercería de prelación
Es necesario distinguir entre efectos en el cuaderno ejecutivo y efectos en el cuaderno de apremio.
En el cuaderno ejecutivo la regla es absoluta, la interposición de la tercería de prelación no tiene ninguna influencia, siguiendo
adelante con su tramitación hasta que haya sentencia firme.
En el cuaderno de apremio, tampoco produce ningún efecto, siguiendo con su tramitación hasta que quede terminada la
realización de los bienes embargados; pero el pago queda en suspenso hasta que la tercería sea resuelta por sentencia
ejecutoriada -no que cause ejecutoria(artículo 525 inciso 2°).
La ley no señala los requisitos de la tercería de prelación, y una interpretación extensiva del artículo 527 parte final, que se
refiere a la tercería de pago, ha concluido que tanto el tercerista de prelación como el de pago necesitan que sus créditos tenga
los mismos requisitos que el crédito que ejecutivamente invoca el ejecutante (“de los créditos ejecutivos que hagan valer”).
Dicho de otra manera, ambos terceristas deben estar premunidos de título ejecutivo, la obligación debe ser liquida y
actualmente exigible, y la acción ejecutiva no debe estar prescrita.
LAS TERCERIAS
Tercería de pago
El tercerista de pago pretende concurrir con su crédito, conjuntamente, con el ejecutante. Como se indicó en el punto anterior,
el crédito de este tercerista debe tener la misma calidad que el crédito del ejecutante.
También se requiere, que el deudor no tenga otros bienes, aparte de los embargados; lo que significa que el legislador exige la
prueba de un hecho negativo al tercerista, lo que es excepcional; para probar este hecho negativo es razonable admitir prueba
indirecta, por ejemplo, a través de presunciones.
El producto de los bienes se distribuirá entre ambos acreedores, proporcionalmente al monto de los créditos ejecutivos que
hagan valer, es decir, a prorrata.
La tercería de pago se puede intentar desde el embargo del bien, hasta antes del pago al respectivo acreedor.
En cuanto a su tramitación, se rige por las reglas de los incidentes, en cuaderno separado; y al igual que las demás tercerías,
faculta al ejecutante para solicitar la ampliación del embargo.
La resolución que falla la tercería de pago es una sentencia interlocutoria de primera clase, y su apelación se concede en el
solo efecto devolutivo.
LAS TERCERIAS
a) Efectos de la tercería de pago
Es necesario distinguir entre efectos en el cuaderno ejecutivo y efectos en el cuaderno de apremio.
En el cuaderno ejecutivo la regla es absoluta, la interposición de la tercería de prelación no tiene ninguna influencia, siguiendo
adelante con su tramitación hasta que haya sentencia firme.
En el cuaderno de apremio, tampoco produce ningún efecto, siguiendo con su tramitación hasta que quede terminada la
realización de los bienes embargados; pero el pago queda en suspenso hasta que la tercería sea resuelta por sentencia firme. Se
llega a esta conclusión, porque el legislador regula en forma más o menos conjunta ambas tercerías, y si bien es cierto, que
sólo respecto de la tercería de prelación indica precisamente esta consecuencia, se ha entendido razonablemente que esta
disposición también es aplicable a la tercería de pago.
LAS TERCERIAS
a) Efectos de la tercería de pago
El tercerista de pago tiene derechos auxiliares, que están indicados en el artículo 529.
Estos derechos auxiliares son dos:
a) Puede solicitar la remoción del depositario alegando motivo fundado; y, decretada la remoción, se designará otro de común
acuerdo por ambos acreedores, o por el tribunal a falta de acuerdo.
b) Intervenir en la realización de los bienes con las facultades del tercero coadyuvante, entonces, el tercerista de pago no sólo
interviene en el cuaderno de tercería, sino que también puede intervenir en el cuaderno de apremio, instando por la mejor
realización de los bienes embargados.
El segundo acreedor, sin perjuicio de la facultad de interponer tercería de pago, puede iniciar su propio juicio, es decir, una
ejecución separada; en tal evento tiene el derecho de pedir que en la primera ejecución, se retenga de los bienes realizados la
cuota que proporcionalmente le corresponda.
LAS TERCERIAS
Abandono del procedimiento en el juicio ejecutivo.
Esta materia ya fue tratada a propósito de los incidentes, específicamente, en el incidente especial de abandono del
procedimiento.
JUICIO EJECUTIVO POR LA
OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
JUICIO EJECUTIVO
DE LA OBLIGACIÓN
DE HACER
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
1. Juicio ejecutivo por obligación de hacer
1.1 Requisitos de procedencia
Al igual que en el juicio ejecutivo por obligación de dar, se requiere que la obligación conste en un título ejecutivo, que sea
actualmente exigible y que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. No se exige que la obligación sea líquida, pero sí
debe estar determinada.
Obligación determinada es antónimo de obligación determinable, pues ésta requiere de una sentencia declarativa previa que
señale su naturaleza. En el juicio ejecutivo por obligación de hacer, la obligación estará determinada cuando del título se
desprende inequívocamente su naturaleza.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
1. Juicio ejecutivo por obligación de hacer
1.1 Requisitos de procedencia
Al igual que en el juicio ejecutivo por obligación de dar, se requiere que la obligación conste en un título ejecutivo, que sea
actualmente exigible y que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita. No se exige que la obligación sea líquida, pero sí
debe estar determinada.
Obligación determinada es antónimo de obligación determinable, pues ésta requiere de una sentencia declarativa previa que
señale su naturaleza. En el juicio ejecutivo por obligación de hacer, la obligación estará determinada cuando del título se
desprende inequívocamente su naturaleza.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
Las reglas que regulan al juicio ejecutivo por obligación de hacer, son:
a) Las reglas especiales contenidas en el Título II del Libro III (artículos 530 a 543 del Código de Procedimiento Civil).
b) Las normas del párrafo primero del Título I del Libro III, referentes al cuaderno principal del juicio ejecutivo por obligación
de dar.
c) Las disposiciones comunes a todo procedimiento (Libro I).
d) Las normas del juicio ordinario de mayor cuantía (Libro II).
1.2 Procedimiento
El procedimiento aplicable en el juicio ejecutivo por obligación de hacer, va a depender de la naturaleza de la obligación
respectiva, ya que puede tratarse de:
a) La obligación de suscribir un documento o constituir una obligación.
b) La obligación de ejecutar una obra material.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
1.2.1 Suscripción de un documento o constitución de una obligación
A esta materia se refiere el artículo 532 del Código de Procedimiento Civil, que de manera bastante escueta, señala que frente
al incumplimiento del deudor, será el juez de la causa quien suscriba el respectivo instrumento o constituya la obligación.
“Si el hecho debido consiste en la suscripción de un instrumento o en la constitución de una obligación por parte del deudor,
podrá proceder a su nombre el juez que conozca del litigio, si, requerido aquél, no lo hace dentro del plazo que le señale el
tribunal.”
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
a) Contenido de la demanda
En la demanda, el acreedor, solicita que se requiera al deudor para que suscriba el respectivo documento o constituya la
obligación, cuyas características y naturaleza jurídica señalará en su libelo; por lo anterior, es conveniente acompañar una
minuta que contenga el texto del instrumento, por ejemplo, si se trata del incumplimiento de un contrato de promesa
compraventa de un bien raíz, el ejecutante deberá acompañar el contrato definitivo.
Además, de solicitar que el deudor sea requerido, se pide al tribunal que le fije un plazo al efecto, bajo el apercibimiento de
que si no cumple, lo hará el juez en su representación.
Las peticiones que se formulan en la demanda, se reflejan también, en la naturaleza del mandamiento, que es sustancialmente
diferente al del juicio ejecutivo por obligación de dar. Asimismo, la forma de requerir al deudor es diversa: que suscriba el
documento o constituya la obligación.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
b) Posibles conductas del demandado requerido
i) Allanarse al cumplimiento de la obligación, suscribiendo el documento o constituyendo la obligación.
ii) No hacer nada –silencio-, en tal caso, transcurrido el plazo que se le ha fijado en el mandamiento, el juez de la causa
suscribirá el respectivo instrumento o constituirá la obligación, en representación del deudor.
iii) Oponer excepciones.
Las excepciones que el deudor puede hacer valer, son esencialmente las mismas que se contemplan a propósito del juicio
ejecutivo por obligación de dar, salvo aquellas que por sus características sean sólo aplicables a ese procedimiento, por
ejemplo, no se podrá oponer como excepción el exceso de avalúo.
Si el deudor opone excepciones, será necesario dictar sentencia; sentencia que será de pago, porque está ordenando el
cumplimiento de lo debido.
A la sentencia definitiva le es aplicable el artículo 475 del Código de Procedimiento Civil, en el sentido de que, por regla
general, sólo se podrá cumplir si se encuentra ejecutoriada. Sin embargo, por aplicación del mismo artículo, se debe concluir
que, por tratarse de una sentencia de pago, puede cumplirse si el ejecutante cauciona las resultas del respectivo recurso.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
1.2.2 Ejecución de una obra material
Sobre el particular hay que remitirse a lo establecido en el artículo 1553 del Código Civil, que señala:
“Si la obligación es de hacer y el deudor se constituye en mora, podrá pedir el acreedor, junto con la indemnización de la
mora, cualquiera de estas tres cosas, a elección suya:
1º Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido; 2º Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por
un tercero a expensas del deudor; 3º Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del contrato.”
De las tres opciones que la ley concede al acreedor de una obligación de hacer, sólo dos pueden perseguirse por la vía
ejecutiva: apremio al deudor o que se ejecute por un tercero, ya que la indemnización de perjuicios requiere de un
procedimiento de lato conocimiento para determinar la naturaleza y el monto de los perjuicios –salvo, que las partes hayan
pactado una cláusula penal-.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
a) Apremio al deudor
De acuerdo al artículo 533, si el acreedor ha optado por este camino, el mandamiento ejecutivo contendrá:
1° La orden de requerir al deudor para que cumpla la obligación; y
2° El señalamiento de un plazo prudente para que dé principio al trabajo.
El artículo 543 señala que, cuando se pida que se apremie al deudor para ejecutar el hecho convenido, podrá el tribunal
imponerle arresto hasta por quince días o multa proporcional, y repetirlas para obtener el cumplimiento de la obligación; si se
conceden estas medidas coercitivas, el mandamiento deberá hacer referencia a ellas:
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
“Un ministro de fe requerirá a N.N. para que realice tal obra material, fijándose el plazo de xx días para que dé inicio a su
ejecución, bajo apercibimiento de multas o arrestos, que se repetirán en caso de no hacerlo”. El deudor requerido, puede:
i) Allanarse al cumplimiento de la obligación, iniciando la ejecución de la obra.
ii) No hacer nada –silencio-, en tal caso, se omite la sentencia y el mandamiento
servirá de suficiente actuación para ordenar los apremios correspondientes.
iii) Oponer excepciones. Además de las excepciones del artículo 464, que sean aplicables, el deudor puede oponer la de
imposibilidad absoluta para la ejecución actual de la obra debida (artículo 534).
Si las excepciones son desechadas, deberá esperarse que la sentencia quede ejecutoriada para apremiar al deudor, pero también
en este caso, es aplicable el artículo 475, en el sentido de que si el ejecutante cauciona las resultas de la apelación, puede desde
luego, apremiarse al ejecutado.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER

Si se analiza aisladamente el inciso 1° del artículo 543, podría concluirse que los apremios pueden repetirse indefinidamente,
sin embargo, el inciso 2° contempla una forma de liberación para el deudor: si paga las multas y cauciona suficientemente las
indemnizaciones correspondientes, cesarán los apremios. En el caso de caucionar las indemnizaciones, el acreedor deberá
iniciar un juicio declarativo, donde se discutirá la naturaleza y monto de los perjuicios derivados del incumplimiento de la
obligación de hacer.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
b) Autorización para hacer ejecutar la obra a expensas del deudor
Aquí se da una cosa muy curiosa: la obligación de hacer se convierte en obligación de dar, y hay una remisión al cuaderno de
apremio para las obligaciones de dar.
De acuerdo a lo que señala el artículo 536, el acreedor puede solicitar que se le autorice a llevar a cabo la obra por medio de
un tercero y a expensas del deudor. Este derecho lo puede ejercitar, según corresponda, desde que la sentencia se encuentre
ejecutoriada; desde que transcurra el plazo sin que el deudor haya opuesto excepciones; y, desde que venza el plazo que se le
otorgó al deudor para la iniciación de los trabajos, o bien, los ha iniciado pero los abandona sin causa justificada.
El artículo 537 señala cómo se procede. El ejecutante, junto con su solicitud, debe acompañar un presupuesto, el que puede ser
objetado por el deudor dentro de tercero día; si no formula objeciones, se tiene por aprobado. De mediar objeción, ésta se
tramita y se resuelve de la misma forma que la objeción a la tasación en el juicio ejecutivo por obligación de dar, es decir, por
peritos (remisión a los artículos 486 y 487).
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
b) Autorización para hacer ejecutar la obra a expensas del deudor
Determinado el valor de la obra, el deudor debe consignar el monto respectivo dentro de tercero día, a la orden del tribunal,
los que serán entregados al acreedor a medida que avancen las obras.
Agotados los fondos consignados, podrá el acreedor solicitar aumento de ellos, justificando que ha habido error en el
presupuesto o que han sobrevenido circunstancias imprevistas que aumentan el costo de la obra (artículo 539)
El artículo 540 señala que, al convertirse el acreedor en administrador de recursos ajenos, debe rendir cuenta de su
administración.
Si el deudor no consigna los fondos correspondientes, la obligación de hacer se transforma en una obligación de dar, pues se
persigue el pago de una suma de dinero, en tal caso, se procede al embargo de los bienes del deudor y a su realización, de
acuerdo a las reglas del juicio ejecutivo por obligación de dar (artículo 541).
Si el acreedor no puede o no quiere hacerse cargo de la ejecución de la obra debida, podrá recurrir a los demás derechos del
artículo 1553, siempre que el deudor no haya consignado los fondos exigidos para la ejecución de la obra, ni se hayan
rematado bienes para hacer la consignación (artículo 542).
JUICIO EJECUTIVO
POR LA OBLIGACIÓN
DE NO HACER
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
2. Juicio ejecutivo por obligación de no hacer
Respecto del juicio ejecutivo por obligación de no hacer, se aplican las mismas disposiciones del juicio ejecutivo por
obligación de hacer, relativas a la ejecución de una obra material, pues el objeto del juicio es la destrucción de lo hecho en
contravención.
A este procedimiento sólo se refiere el artículo 544, el que a su vez, se remite al artículo 1555 del Código Civil.
Artículo 544. “Las disposiciones que preceden se aplicarán también a la obligación de no hacer cuando se convierta en la de
destruir la obra hecha, con tal que el título en que se apoye consigne de un modo expreso todas las circunstancias requeridas
por el inciso 2º del artículo 1555 del Código Civil, y no pueda tener aplicación el inciso 3º del mismo artículo.
En el caso en que tenga aplicación este último inciso, se procederá en forma de incidente.”
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
Artículo 1555. “Toda obligación de no hacer una cosa se resuelve en la de indemnizar los perjuicios, si el deudor contraviene y
no puede deshacerse lo hecho.
Pudiendo destruirse la cosa hecha, y siendo su destrucción necesaria para el objeto que se tuvo en mira al tiempo de celebrar el
contrato, será el deudor obligado a ella, o autorizado el acreedor para que la lleve a efecto a expensas del deudor.
Si dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este caso será oído el deudor que se allane a prestarlo.
El acreedor quedará de todos modos indemne.”
Finalmente, cabe señalar que la acción derivada de la contravención de una obligación de no hacer, no siempre tiene por
objeto que el deudor deshaga lo hecho. Existen hipótesis diversas reguladas en la disposición antes citada; de donde resulta
pertinente distinguir:
a) Que no pueda deshacerse lo realizado.
b) Que pudiendo el deudor deshacer lo obrado, esto no resulte estrictamente necesario para cumplir el objeto que las partes
tuvieron en mira al tiempo de contratar.
JUICIO EJECUTIVO POR LA OBLIGACIÓN DE HACER Y
NO HACER
c) Que, aun cuando en la especie, sea posible la destrucción de la cosa hecha, el deudor se encuentra facultado para proponer
una forma alternativa de dar satisfacción al acreedor, siempre y cuando dicha alternativa se enmarque dentro del objeto que se
tuvo en mira al tiempo de celebrar el contrato.
El procedimiento ejecutivo por obligaciones de no hacer, sólo se aplica en caso de verificarse la hipótesis de destrucción de la
cosa realizada, en cuanto sea posible y necesaria, en los términos antes expuestos.
Ejecución de las
resoluciones
judiciales
Ejecución de las resoluciones judiciales
1. Regulación
La ejecución de las resoluciones judiciales es, técnicamente hablando, un incidente especial. Esta materia está tratada en el
Título XIX del Libro I, artículos 231 a 251 del Código de Procedimiento Civil, y en él se distingue dos partes: cumplimiento
de resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales chilenos; y, cumplimiento de resoluciones judiciales pronunciadas por
tribunales extranjeros.
2. Cumplimiento de resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales chilenos:
Los artículos 231 del Código de Procedimiento Civil y el artículo 113 del Código Orgánico de Tribunales, determinan el
tribunal competente para conocer del cumplimiento de las resoluciones judiciales pronunciadas por un tribunal nacional.
En este orden de ideas, la ejecución de las resoluciones judiciales queda entregada a los tribunales que las hayan pronunciado
en primera o en única instancia. Sobre el particular, cabe señalar que las resoluciones judiciales sólo pueden cumplirse una vez
que se encuentren firmes y ejecutoriadas, en los términos establecidos por el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil o
cuando esta resolución cause ejecutoria.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Sin perjuicio del principio general antes mencionado –esto es, la competencia de los tribunales de primera o única instancia-,
el inciso 2° del artículo 231 del Código de Procedimiento Civil, al igual que el artículo 113 del Código Orgánico de
Tribunales, establece una aparente excepción, en el sentido de que ciertas y determinadas resoluciones pueden ser también
ordenadas cumplir por un tribunal distinto al referido, es decir, no por el tribunal que conoció del asunto en primera o en única
instancia, sino por los tribunales que están conociendo de determinados recursos, en lo que diga relación con la tramitación o
substanciación de ellos.
Estos tribunales, no sólo pueden ordenar las medidas de substanciación en lo que diga relación con dichos recursos, sino que
están facultados para ordenar el pago de las costas que se hubiesen causado su tramitación. La determinación del tribunal
competente para conocer de un nuevo juicio, que busca el cumplimiento de lo resuelto en un juicio anterior, se encuentra
establecido en el artículo 232 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el artículo 114 del Código Orgánico de
Tribunales. En tal evento, queda al arbitrio del ganancioso, elegir recurrir al tribunal que conoció del asunto en primera o en
única instancia; o bien, el que sea competente de acuerdo a las reglas generales.
Cuando se solicita el cumplimiento de la sentencia ante el tribunal que conoció de él en primera o en única instancia, sin
iniciar un nuevo juicio, se debe estar a lo dispuesto en los artículos 233 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, lo que
se denomina “procedimiento de cumplimiento incidental del fallo”.
Ejecución de las resoluciones judiciales
2.1 Procedimiento de cumplimiento incidental del fallo
Tramitación
El cumplimiento incidental del fallo debe solicitar dentro del plazo de un año, contado desde que la ejecución se hizo exigible
Si la ley no ha dispuesto una forma distinta de cumplirla, el tribunal ordenará su cumplimiento con citación, es decir, la parte
respecto de la cual se está accediendo a la actuación, tiene un plazo fatal de tres días para deducir oposición (artículo 69 del
Código de Procedimiento Civil).
La notificación de esta resolución se hará por cédula al apoderado de la respectiva parte. Entiéndase por apoderado, quien
tiene poder en el juicio que se terminó y cuya sentencia se pretende cumplir. Además, el receptor debe enviar carta certificada
a la propia parte contra la cual se pretende cumplir la resolución, la que debe ser enviada al lugar en donde se notificó la
demanda.
En caso de que el fallo deba ser cumplido respecto de un tercero, la notificación debe hacerse a su respecto, personalmente.
Ejecución de las resoluciones judiciales

En relación a las sentencias que contengan la orden de pagar prestaciones periódicas, el cumplimiento debe ser solicitado en el
plazo de un año, desde que cada una de dichas prestaciones se haya hecho exigible, materia regulada en el inciso final del
artículo 233.
Como se señaló, la regla general es que el tribunal ordenará su cumplimiento con citación, plazo que se concede para que el
pernicioso (la parte contra la cual se pretende el cumplimiento de la sentencia) alegue sus respectivos derechos, y oponga
excepciones a este cumplimiento incidental.
Frente a la pretensión de cumplimiento incidental del fallo, están taxativamente enumeradas las excepciones que la parte
respectiva puede oponer, las que por regla general debe fundarse en un antecedente escrito, junto con invocarse hechos
acaecidos con posterioridad a la sentencia de cuyo cumplimiento se trata.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Estas posibles excepciones, que el deudor debe oponer necesariamente dentro del término de citación son:
a) Pago de la deuda;
b) Remisión de la deuda;
c) Concesión de esperas o prórroga del plazo;
d) Novación;
e) Compensación;
f) Transacción;
g) Haber perdido su carácter de ejecutoria (sea absolutamente o en relación con el artículo 233 del Código de Procedimiento
Civil);
h) Pérdida de la cosa debida, cuando se trata de la obligación de entregar una especie o cuerpo cierto (remisión al art. 464 Nº
15);
Ejecución de las resoluciones judiciales
i) Imposibilidad de cumplimiento, cuando se trata de una obligación de hacer (remisión al artículo 534).
5 El legislador parte del supuesto que fue el demandado quien perdió el juicio, de ahí que señale que la carta certificada se
enviará al lugar donde se notificó la demanda, sin embargo, es perfectamente posible que el actor sea quien perdiera el juicio,
y en este caso, la carta certificada debiera ser enviada al domicilio consignado en el libelo.
Estas excepciones, salvo la de la pérdida de la cosa debida y la de la imposibilidad absoluta de cumplir, deben fundarse en
antecedentes escritos. Por otra parte, las excepciones de pérdida de la cosa debida y la de imposibilidad de cumplimiento,
deben estar revestidas de fundamento plausible, bajo apercibimiento de ser rechazadas de plano.
Respecto del cumplimiento de la sentencia respecto de un tercero, el legislador también le faculta para deducir oposición,
dentro del plazo de diez días. Lo anterior implica que, en este caso excepcional, el término de citación para el tercero es de
diez días y no de tres. Este tercero puede hacer valer las mismas excepciones que la parte, pero además hay una excepción
particular contemplada sólo en su favor, consistente en que la sentencia no le empece, es decir, que la sentencia no le es
oponible (artículo 234 inciso 2°).
Ejecución de las resoluciones judiciales
Opuestas las excepciones, el tribunal hace un estudio de admisibilidad, en torno a establecer si éstas se fundan en hechos
posteriores a la sentencia, constan en antecedentes por escrito y si están revestidas de fundamento plausible. Si el tribunal
estima que las excepciones no cumplen con los requisitos de admisibilidad, las debe rechazar de plano. Si por el contrario,
estima que las excepciones son admisibles, dará a esta oposición tramitación incidental, y en consecuencia, dictará una nueva
sentencia interlocutoria que acoja o deseche la oposición del deudor; esta sentencia interlocutoria es apelable en el solo efecto
devolutivo (artículo 194 Nº 3).
No obstante el cumplimiento incidental del fallo, el pernicioso igualmente pedir la nulidad de todo lo obrado por falta de
emplazamiento, por cierto si se cumplen con sus presupuestos, pues así debe entenderse la remisión hecha al artículo 80 por el
inciso final del artículo 234.
Respecto de las actitudes que puede adoptar el pernicioso, encontramos dos posibles situaciones: que el pernicioso o el tercero
no se hayan opuesto al cumplimiento dentro del plazo de tercero o diez días según corresponda, y en tal evento se puede
proceder derechamente al cumplimiento; o que el perniciosos o el tercero se hayan opuesto al cumplimiento, y esta oposición
haya sido desechada por la sentencia interlocutoria respectiva.
Ejecución de las resoluciones judiciales
En estos dos casos se puede proceder propiamente al cumplimiento del fallo, que está reglamentado en el artículo 235;
disposición que señala varias formar de cumplimiento, según sea la naturaleza de la resolución que se trata de cumplir. Más
aún, hay una regla supletoria final o de clausura, en el sentido de que se autoriza al juez, en caso de que ninguna de las reglas
anteriores sea enteramente aplicable, para adoptar las medidas convenientes o adecuadas tendientes al respectivo
cumplimiento.
Artículo 235. “Si no ha habido oposición al cumplimiento de la sentencia solicitado conforme el artículo 233 o ella ha sido
desestimada por sentencia de primera o segunda instancia, se procederá a cumplirla, siempre que la ley no haya dispuesto otra
forma especial, de acuerdo con las reglas siguientes:
1° Si la sentencia ordena entregar una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se llevará a efecto la entrega,
haciéndose uso de la fuerza pública si es necesario;
Ejecución de las resoluciones judiciales
2° Si al especie o cuerpo cierto mueble no es habido, se procederá a tasarlo con arreglo al Título XII del Libro IV y se
observarán en seguida las reglas del número siguiente;”
Si el bien mueble no se encuentra en poder del deudor, la obligación se transforma en la obligación de pagar una cantidad
determinada de dinero. Se procede a la tasación de la especie. Sobre el particular, el legislador no se remite las normas del
juicio ejecutivo sino que a las reglas de la tasación en asuntos no contenciosos, contenidas en los artículos 895 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil.
Se trata de un procedimiento simple de tasación: se procede al nombramiento de peritos conforme al artículo 414; practicada
la tasación, se depositará en la oficina a disposición de los interesados, los cuales serán notificados por el secretario o por otro
ministro de fe, sin necesidad de previo decreto del tribunal6.. Los interesados tendrán tres días para impugnar la tasación,
confiriéndose traslado a la parte contraria de la impugnación.
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3° Si la sentencia manda pagar una suma de dinero se ordenará, sin más tramite, hacer pago al acreedor con los fondos
rendidos, hecha la liquidación del crédito y de las costas causadas o se dispondrá previamente la realización de los bienes que
estén garantizando el resultado de la acción de conformidad al Título V del Libro II.
Si no hay bienes que aseguren el resultado de la acción se procederá a embargar y a enajenar bienes suficientes de la parte
vencida de acuerdo a las reglas del procedimiento de apremio, sin necesidad de requerimiento y deberá notificarse por cédula
el embargo mismo y la resolución que lo ordena;”
La anterior es una regla de frecuente aplicación. Se hace una remisión al Título V del Libro II, que se refiere a las medidas
precautorias.
4° Si la sentencia obliga a pagar una cantidad de un género determinado, se procederá de conformidad a las reglas del número
anterior; pero si es necesario, se practicará previamente su avaluación por un perito con arreglo al Título XII del Libro IV;”
Si se ordena pagar una cantidad determinada de un género determinado, en primer lugar ha de observarse si se ha retenido
dicho género o si se ha adoptado una medida precautoria. Si se ha retenido dicho género, se procederá, simplemente, a la
entrega de la cantidad debida; en cambio, si se han aplicado medidas precautorias, se debe realizar el objeto sobre el cual recae
la medida la precautoria.
Ejecución de las resoluciones judiciales
5° Si la sentencia ordena la ejecución o destrucción de una obra material, la suscripción de un documento o la constitución de
un derecho real o de una obligación, se procederá de acuerdo con el procedimiento de apremio en las obligaciones de hacer;
pero se aplicará lo prescrito en el numero 3° de este artículo cuando sea necesario embargar y realizar bienes; y”
6° Si la sentencia ha condenado a la devolución de frutos o a la indemnización de perjuicios y, de conformidad a lo establecido
en el inciso 2° del artículo 173, se ha reservado al demandante el derecho de discutir esta cuestión en la ejecución del fallo, el
actor deberá formular la demanda respectiva en el mismo escrito en que pida el cumplimiento del fallo. Esta demanda se
tramitará como incidente y, de existir oposición al cumplimiento del fallo, ambos incidentes se substanciarán conjuntamente y
se resolverán en una misma y única sentencia.”
El artículo 173 se refiere a la demanda con reserva, instituto que ya fue analizado a propósito del juicio ordinario de mayor
cuantía.
El artículo 235 inciso final hace una remisión general a las reglas del juicio ejecutivo, y señala al artículo 773, pero en realidad
debe decir, 774.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Reglas generales de ejecución
1° Pago de Prestaciones Periódicas (artículo 236). Esta regla tiene mucha importancia, dado a que estamos frente a una
sentencia que condena al deudor al pago de prestaciones periódicas. En el evento en que el deudor se retrase en el pago de
estas prestaciones, el acreedor puede solicitar al tribunal, que el deudor sea condenado a consignar en un banco o institución
financiera una determinada cantidad, de tal manera que con los intereses se pague la prestación periódica. Esta solicitud se
tramita incidentalmente.
Si el deudor no cumple con esta obligación de realizar el mencionado depósito, una vez que se ha accedido a la solicitud, se
procede al embargo conforme al artículo 235 inciso 3°.
2° Artículo 237. Esta norma parte del supuesto de que teniendo sentencia de condena, el acreedor no pida el cumplimiento
incidental del fallo dentro del plazo o porque recurrió a otro juez ante el cual se inició el correspondiente juicio ejecutivo. En
este juicio ejecutivo, son sólo admisibles las excepciones que no se hayan hecho valer en el juicio anterior.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Reglas generales de ejecución
3° Artículo 238. El legislador se pone ante la situación de que, dada la naturaleza de la sentencia, no le sean aplicables ni las
reglas generales ni las especiales. En tal evento, se le da la posibilidad al juez de adecuar el cumplimiento del fallo a las
circunstancias, pudiendo aplicar las medidas conducentes al cumplimiento, es decir, se le faculta para imponer multas o
arrestos.
4° Artículo 239. Esta disposición tiene poca aplicación práctica, y su redacción puede conducir a equívocos. Esta disposición
está relacionada con el derecho legal de retención.
Cuando se condena a restituir una cosa raíz o mueble, el deudor puede pedir que se declare el derecho legal de retención en su
favor hasta que el acreedor le satisfaga determinadas prestaciones a que está obligado, o sea hasta que le pague lo que le debe.
Si este derecho no se plantea en el juicio principal, que es la regla general, se puede plantear en el cumplimiento incidental.
Generalmente este incidente no suspenderá la restitución, salvo en los casos en que la ley así lo establezca.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Reglas generales de ejecución
5° Artículo 240. Esta norma establece una regla muy importante. El inciso 1° señala el ámbito del imperio del tribunal; en
términos de señalar que los tribunales no sólo están facultados para ordenar el cumplimiento del fallo, sino también para
mantener lo cumplido, es decir, esta facultado para tomar las medidas necesarias para la mantención de la respectiva
resolución.
El inciso 2°, por su parte, señala el único caso de una situación penal descrita y sancionada en el Código de Procedimiento
Civil; se tipifica una forma de desacato, que puede ser definido como el quebrantamiento deliberado de un mandato judicial.
En este caso, se establece una sanción penal, consistente en la pena de presidio mayor en su grado medio a máximo.
6° Artículo 241. Establece el régimen de apelación, y se refiere al caso especial de la apelación en los juicios de hacienda. Esta
regla repite la regla general.
En los juicios de hacienda la apelación se concede en ambos efectos, pero para que no haya un retardo excesivo se coloca de
inmediato en la tabla, y gozará de preferencia para su vista y fallo.
Todas las apelaciones, a excepción de este caso, que se deduzcan en el cumplimiento incidental del fallo se conceden en el
solo efecto devolutivo.
Ejecución de las resoluciones judiciales
3. Cumplimiento de resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales extranjeros
El compilado legal que regula esta materia es el Código de Procedimiento Civil junto al Código de Bustamante. El Código de
Derecho Internacional Privado o Código de Bustamante es un tratado multilateral que sólo liga a los países signatarios que
manifestaron su voluntad de ratificación, de manera que tiene un restringido ámbito de aplicación.
Chile aprobó el Código de Derecho Internacional Privado con una muy importante reserva, que envuelve la preeminencia de la
legislación chilena, presente y futura, respecto de las normas contenidas en dicho instrumento internacional. En consecuencia,
en nuestro sistema jurídico se prefieren las normas del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de que en lo supletorio y
respecto de los países vinculados a este tratado multilateral, se pueda aplicar el Código de Derecho Internacional Privado.
Ejecución de las resoluciones judiciales
3. Cumplimiento de resoluciones judiciales pronunciadas por tribunales extranjeros
El Código de Procedimiento Civil se remite a los tratados internacionales como fuente que informa el modo de cumplir las
resoluciones judiciales, de manera que sobre este punto ha de entenderse que existe una doble remisión. El criterio del
legislador chileno es de carácter subsidiario, en el sentido de que va fijando reglas, prefiriendo unas respecto de otras, en
cuanto al cumplimiento de las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros.
La imposibilidad de aplicar las reglas subsidiarias, no excluye la eficacia de las resoluciones dictadas por tribunales
extranjeros, dado que, aún cuando no haya tratado y aún cuando no sea aplicable la regla de la reciprocidad –entendida como
el conjunto de normas que fijan o determinan los criterios de cumplimiento de las mencionadas resoluciones-, pues en tal caso
debe aplicarse íntegramente el artículo 245 del Código de Procedimiento Civil. De lo anterior se desprende que el orden de
prelación que debe observarse, en relación al cumplimiento de las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros, es: en
principio, el Código de Bustamante, luego los tratados internacionales respectivos, en su defecto el principio de reciprocidad,
y finalmente los normas del Código de Procedimiento Civil (artículos 242 y siguientes).
Ejecución de las resoluciones judiciales
Normativa aplicable
1º Existencia de Tratados Internacionales (artículo 242)
Para el cumplimiento de las resoluciones pronunciadas en país extranjero, la ley chilena prefiere los tratados internacionales
por sobre ella, y para la ejecución de estas resoluciones se deberán seguir los procedimientos que establezca la ley chilena, en
cuanto no aparezcan modificados por dichos tratados.
2º Criterio de la Reciprocidad (artículos 243 y 244)
Este criterio se aplica en la generalidad de las relaciones internacionales; a falta de tratado se aplica la reciprocidad. El criterio
de la reciprocidad implica que nuestro país, le dará a las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros, la misma fuerza que,
en el país de origen de la respectiva resolución, se le otorga a las resoluciones dictadas por tribunales nacionales; es decir, si la
resolución ha sido dictada por tribunales de un país en que no se da cumplimiento a los fallos de los tribunales chilenos, no
tendrá fuerza alguna en Chile.
Ejecución de las resoluciones judiciales
3º Artículo 245.
Aún a falta de tratado, y en la imposibilidad de dar aplicación al criterio de reciprocidad, nuestro legislador reconoce el mérito
de las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros, siempre y cuando se dé cumplimiento a los requisitos indicados por el
artículo en análisis:
a) Que las resoluciones de tribunales extranjeros no contengan nada contrario a las leyes de la República. Pero no se tomarán
en cuenta las leyes de procedimiento a que haya debido sujetarse en Chile la substanciación del juicio.
Que las resoluciones extranjeras no sean contrarias a las leyes chilenas, significa que éstas no pueden haber sido dictadas en
contradicción de las normas de orden público de nuestro país. Lo anterior debe relacionar con el artículo 1462 del Código
Civil.
El concepto de orden público es diferente del concepto de Derecho Público. En el Derecho Público la mayoría de las normas
son de orden público, pero también existen normas de orden público en el Derecho Privado. Téngase presente que el concepto
de orden público es un concepto esencialmente dinámico, que dependerá del respectivo lugar y momento en que se invoque.
Ejecución de las resoluciones judiciales
b) Que las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros tampoco se opongan a la jurisdicción nacional.
Es importante señalar, que existen determinadas materias sobre las cuales sólo cabe aplicar la jurisdicción nacional; así por
ejemplo, la Constitución señala que todo lo relativo a la propiedad minera, será resuelto por tribunales ordinarios nacionales.
c) Que la parte en contra de la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente notificada de la acción. Con todo, podrá ella
probar que, por otros motivos, estuvo impedida de hacer valer sus medios de defensa.
La técnica legislativa, ha sido en este punto, poco feliz, al restringir a la notificación la suficiencia de la regla antes dicha, sin
considerar el otro elemento del emplazamiento; esto es, el periodo de tiempo que la ley concede a la parte respectiva para que
ésta haga valer sus derechos en juicio. En este orden de ideas, la fórmula correcta debió expresarse en los siguientes términos:
“La parte contra la cual se invoca una resolución emanada de tribunales extranjeros, debe estar debidamente emplazada”. Sin
perjuicio de lo anterior, no obstante, estar debidamente emplazada, la parte se puede oponer al cumplimiento de la resolución,
si prueba que no pudo defenderse adecuadamente en el respectivo procedimiento.
Ejecución de las resoluciones judiciales
d) Que las resoluciones emanadas de los tribunales extranjeros estén ejecutoriadas
en conformidad a las leyes del país en que hayan sido pronunciadas.
Es importante tener presente que, todo lo dicho hasta aquí, no sólo es aplicable a resoluciones extranjeras en materia
contenciosa, sino también a resoluciones extranjeras que se pronuncien sobre materias de jurisdicción no contenciosa (artículo
249).
Cabe subrayar que las resoluciones extranjeras que se pretenden cumplir en nuestro país, no necesariamente deben haber
emanado de tribunales ordinarios o especiales extranjeros, sino que también pueden haber emanado de tribunales arbitrales
extranjeros. Sea cual fuere la naturaleza del tribunal extranjero que dictó la respectiva resolución, estas podrán, eventualmente,
hacerse cumplir en Chile.
Cuando las resoluciones han emanado de un tribunal arbitral extranjero, se hará constar su autenticidad y eficacia por el visto
bueno u otro signo de aprobación emanado de un tribunal superior ordinario del país en donde se haya dictado el fallo (artículo
246). Sin perjuicio de lo anterior, este trámite de homologación del tribunal superior ordinario, sólo será necesario en cuanto
resulte obligatorio en el país de origen de la sentencia arbitral.
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Tramitación del cumplimiento de las resoluciones judiciales dictadas en el extranjero
La tramitación del cumplimiento de las resoluciones judiciales dictadas en el extranjero, puede ser analizada en dos fases:
a) En lo relativo al procedimiento para cumplir la respectiva resolución, lo que en doctrina se denomina exequátur o pase
regio, y
b) Desde la perspectiva del cumplimiento mismo de la respectiva resolución.
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Tramitación del exequátur (artículos 247 y 248)
El artículo 247 del Código de Procedimiento Civil, señala que la resolución que se pretende hacer cumplir debe acompañarse a
la Corte Suprema en copia debidamente legalizada o apostillada7, junto a la solicitud de cumplimiento. En relación a la
naturaleza del asunto en cuestión, debe distinguirse, si la resolución ha sido dictada dentro de una materia contenciosa o
respecto de una materia no contenciosa.
Dentro de una hipótesis simple, si se trata de una materia no contenciosa, el tribunal pide informe al Ministerio Público, y a
partir de lo que éste exponga, procediendo la sala respectiva a poner el asunto en tabla y a su posterior vista y fallo de acuerdo
a las reglas generales, (así se desprende de los artículos 247 y 249). Por otra parte, si el asunto es de jurisdicción contenciosa,
resulta aplicable el artículo 248. En tal sentido, de la solicitud respectiva, debe darse conocimiento a la parte contra la cual se
pretende cumplir la resolución; este conocimiento se materializa mediante formal notificación; dado a que se trata de la
primera notificación de una resolución librada en juicio, cabe aplicar como regla generalísima, la práctica de la mencionada
notificación de forma personal (artículo 40).
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Tramitación del exequátur (artículos 247 y 248)
El notificado, es decir, la persona contra la cual se pretende cumplir la resolución respectiva, cuenta con el término de
emplazamiento para hacer valer sus defensas o lo que estime pertinente o atingente a sus intereses. Una vez evacuado dicho
trámite, la Corte Suprema remite los antecedentes al Fiscal Judicial, mediante una resolución que reza: “Vista al Fiscal
Judicial”. El mencionado organismo emite un dictamen o vista, se ordena traer los autos en relación, de acuerdo a las reglas
generales.
La Corte Suprema –en caso de estimarlo necesario- abrirá un término probatorio en post de resolver y recibir probanzas
respecto de cuestiones de hecho que envuelvan un conflicto de relevancia jurídica. Tanto el término probatorio, como las
cuestiones que dicen relación con la prueba, se tramitan conforme a las reglas de los incidentes.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Tramitación del exequátur (artículos 247 y 248)
Eventualmente, pueden presentarse las siguientes alternativas: que la Corte Suprema rechace el exequátur, poniendo fin a la
tramitación; en cambio, si la Corte Suprema accede a la solicitud y concede el exequátur, dicha decisión contiene la
posibilidad de exigir el cumplimiento. El cumplimiento del fallo se pide ante el tribunal nacional que, habría sido el
competente para conocer de la cuestión en primera o en única instancia, si el asunto se hubiese suscitado en Chile; dicho de
otro modo, el cumplimiento se ventila ante el tribunal que resultare competente al aplicar las normas generales de
competencia, si la cuestión hubiese sido conocido por dichos tribunales. Cabe agregar que la parte que pretende obtener el
cumplimiento de la resolución dictada por un órgano jurisdiccional extranjero, debe acompañar todo lo actuado ante la Corte
Suprema. El ganancioso está facultado para solicitar a la propia Corte Suprema, procesa a remitir los antecedentes a dicho
tribunal (es de ocurrir que ésta acceda), y en consecuencia los trámites de cumplimiento ante el tribunal de primera o de única
instancia se realizarán a partir de lo actuado ante el tribunal supremo.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Tramitación del exequátur (artículos 247 y 248)
En relación a la determinación de la forma en que el tribunal chileno –de primera o única instancia- ordena el cumplimiento,
debemos remitirnos a las reglas generales (artículos 233 y siguientes del Código de Procedimiento Civil). Es decir, el tribunal
respectivo ordenará el cumplimiento de la resolución con citación. Dentro de este término, se podrá oponer oposición; en caso
de ser rechazada o en el evento de que medie oposición, se procederá al cumplimiento según la naturaleza de la respectiva
resolución (artículo 251 del Código de Procedimiento Civil.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Cumplimiento de las resoluciones judiciales pronunciadas por árbitros nacionales
A esta materia se refieren los artículos 635 y 643 del Código de Procedimiento Civil. La primera de estas disposiciones,
contiene normas particulares sobre los juicios seguidos ante árbitros de derecho, entendiéndose que para este efecto quedan
comprendidos, tanto árbitros de derecho, propiamente tales, como árbitros mixtos. El artículo 643 se refiere a los árbitros
arbitradores. Sobre el particular resulta interesante destacar que de la remisión que hace el artículo 643 al artículo 635, se
colige que, cualquiera sea la naturaleza del árbitro, las resoluciones se deben cumplir en la forma señalada en el artículo 635.
Artículo 635. “Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el plazo
por que fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su cumplimiento.
Tratándose de otra clase de resoluciones, corresponde al árbitro ordenar su ejecución.
Sin embargo, cuando el cumplimiento de la resolución arbitral exija procedimientos de apremio o el empleo de otras medidas
compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean parte en el compromiso, deberá ocurrirse a la justicia ordinaria
para la ejecución de lo resuelto.”
Ejecución de las resoluciones judiciales
Cumplimiento de las resoluciones judiciales pronunciadas por árbitros nacionales
En relación con esta materia, es necesario realizar una serie de distingos previos. La primera distinción dice relación con la
naturaleza jurídica de la resolución de que se trate; esto es, cumplimiento de una sentencia definitiva, o si se trata del
cumplimiento de otra resolución. Como regla general, si se trata del cumplimiento de la sentencia definitiva, el único tribunal
competente para ordenar su cumplimiento es el tribunal arbitral. Luego, si se trata de una resolución distinta a la sentencia
definitiva, y en la medida se requiera de algún mecanismo de compulsión, el tribunal arbitral debe recurrir al tribunal ordinario
respectivo, para que las decrete.
Si se trata de la sentencia definitiva, en principio, quien pide el cumplimiento tiene un derecho alternativo. Este derecho
alternativo consiste en la facultad de exigir el cumplimiento ante el propio árbitro o ante el juez que corresponda de acuerdo
con las reglas generales de competencia, a elección de quien lo solicite.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Cumplimiento de las resoluciones judiciales pronunciadas por árbitros nacionales
Sin perjuicio de lo anterior, para ejercer la alternativa de cumplimiento ante el propio juez árbitro, existen dos limitaciones de
gran importancia:
a) Sólo se puede pedir el cumplimiento ante el propio árbitro, si el plazo dentro del cual el mencionado árbitro debía
desempeñar el cargo, se encuentra pendiente; a contrario sensu, si ha expirado el plazo del árbitro no se puede exigir el
cumplimiento en sede arbitral.
b) Si el cumplimiento importa un procedimiento de apremio, será competente – únicamente- la justicia ordinaria. Lo mismo, si
el cumplimiento afecta a terceros que no han sido parte en el compromiso, en los casos excepcionales en que puede ser
cumplido respecto de terceros, también debe promoverse ante la justicia ordinaria.
Ejecución de las resoluciones judiciales
Cabe agregar a las disposiciones analizadas, una serie de tratados internacionales que regulan formas especiales de
cumplimiento. En tal sentido se presentándose instituciones de real importancia:
a) Arbitraje Internacional: Esta institución tiene distintas fuentes o vertientes, y las partes voluntariamente siempre pueden
someter sus puntos a diferentes sedes arbitrales internacionales. Frecuentemente las partes recurren a una sede arbitral
internacional para los países latinoamericanos e hispanos, de acuerdo con un determinado procedimiento. Adscrito a la
Cámara de Comercio de Chile existe un centro de arbitrajes que está vinculado a esta forma de arbitraje internacional.
Otra fuente importante de arbitraje internacional es el Tribunal o la Corte Arbitral de París, que goza de prestigio en materias
mercantiles
b) Existe todo un mecanismo para cumplir las resoluciones que se dicten en Chile o en el extranjero respecto de alimentos.
Existe un sistema expedito, que sea naturalmente accesible a personas de escasos recursos, permitiendo un rápido y eficaz
cumplimiento de las referidas resoluciones.

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