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Esta nueva situación condicionará la vida del afectado. Una enfermedad puede
provocar la perdida de la capacidad de movimiento, agilidad, visión o
cualquier aspecto de la salud, lo que provoca un desequilibrio emocional al
que cada persona se enfrenta de manera única. Es común creer que las
consecuencias serán la perdida de la salud, sin embargo, existen otros daños
colaterales. A la enfermedad se pueden añadir perdidas de vida social, laboral,
actividades de la vida cotidiana e incluso identidad, lo que puede llevar a
sentimientos de soledad, incomprensión, inseguridad y tristeza. Y al igual que
la salud física deben ser atendidos.
Recomendaciones:
Sienta su pérdida. Permítase llorar, sentirse entumecido, estar
enojado o sentirse como sea que se sienta. Duele, pero es natural
y normal.
Atienda sus necesidades físicas. Duerma lo suficiente, coma una
dieta bien equilibrada y haga ejercicio regularmente.
Exprese sus sentimientos. Hable con otros sobre cómo se siente
o encuentre una forma creativa de expresar sus sentimientos. Esto
podría incluir arte, música o escribir en un periódico.
Mantenga una rutina. Regrese a su rutina normal tan pronto
como pueda. Trate de mantenerse al día con sus tareas cotidianas
para no sentirse abrumado.
Evite beber alcohol. El alcohol es un depresivo que puede
afectar su estado de ánimo, por lo que podría hacerlo sentir aún
más triste.
Evite tomar decisiones importantes. Se necesita tiempo para
adaptarse a una pérdida y volver a un estado mental normal.
Tomar una decisión impulsiva mientras está afligido podría
agregar más estrés a un momento de por sí difícil. Intente esperar
un año antes de hacer un gran cambio, como mudarse o cambiar
de trabajo.
Tómese un descanso. Tómese un descanso del duelo
participando en actividades que disfrute. Está bien no sentirse
triste todo el tiempo. Reírse es bueno para usted.
No hay un cronograma establecido para el duelo. Puede comenzar a sentirse
mejor en 6 a 8 semanas, pero todo el proceso puede durar de 6 meses a 4
años. Puede comenzar a sentirse mejor de pequeñas maneras. Comenzará a
ser un poco más fácil levantarse por la mañana o, tal vez, tenga más energía.
Este es el momento en que comenzará a reorganizar su vida en torno a su
pérdida. Durante este tiempo, puede sentir que pasa por una serie de
altibajos. Puede sentirse mejor un día, pero peor al día siguiente. Esto es
normal.