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Básico.
Estas habilidades previas son una serie de capacidades básicas que los/as niños/as
deben poseer para poder llevar a cabo el proceso de aprendizaje de la
lectoescritura y que además previenen las dificultades que puedan surgir
posteriormente. Estas habilidades deben adquirirse entre los 3 y los 6 años. Se
distinguen tres tipos de requisitos previos fundamentales: factores cognitivos,
factores lingüísticos y conciencia fonológica.
Los prerrequisitos cognitivos, mediados por distintas estructuras cerebrales,
juegan un papel fundamental en el aprendizaje de la lectoescritura. Éstos son: la
percepción sensorial, el razonamiento, la capacidad de abstracción, la orientación,
memoria y atención entre otros. La estimulación a nivel cognitivo hasta
aproximadamente los 7 años (debido a la plasticidad cerebral) sentará las bases de
los aprendizajes posteriores.
Las destrezas lingüísticas también han de trabajarse adecuadamente antes del
aprendizaje de la lectoescritura. Es necesario facilitar herramientas para que el
niño/a pueda desarrollar un lenguaje correcto (tanto comprensivo como
expresivo), puesto que el lenguaje escrito se basa en el lenguaje oral.
La enseñanza de habilidades de conciencia fonológica tiene un papel
determinante en la adquisición de la lectoescritura puesto que facilita el
aprendizaje inicial de la misma. Se debe trabajar entendiendo que ésta se
desarrolla de manera progresiva durante los primeros años de vida (de 3 a 6
años). El desarrollo conjunto de tareas de conciencia fonológica (conciencia
léxica, silábica y fonémica) y de enseñanza de la lectoescritura favorece de
manera significativa estos aprendizajes. Además, la conciencia fonológica es un
predictor del futuro rendimiento lector.
En base a estos prerrequisitos (factores cognitivos,
lingüísticos y conciencia fonológica), existen una serie de
signos de alerta en la etapa infantil que pueden indicar
dificultades en la adquisición de la lectoescritura: