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ERRORES DE

MEDICACIÓN Y
REDUCCIÓN DE RIESGOS
Definición de error de medicación
Factores que contribuyen a los errores de medicación
Impacto de los errores de medicación
Estrategias para reducir los errores de medicación
Educación sanitaria sobre el uso de medicamentos
Reducción de los errores de medicación en las instalaciones sanitarias
Los profesionales de enfermería son conscientes de la complejidad que implica la reducción de
los riesgos y los errores de medicación en la práctica clínica. Aún así, tratan de garantizar la
seguridad del paciente esforzándose por lograr un 100% de precisión en la administración de la
medicación. Aunque estos profesionales le dan una gran importancia a la competencia y la
precisión en la administración de los fármacos pueden cometer, por descuido, un error que
suponga un riesgo de lesión para el paciente.
Dañar al paciente es el mayor temor de cualquier profesional de enfermería. «No causar daño»
es el principio ético de no maleficencia, mientras que el principio de beneficencia es la
obligación de buscar acciones que sean beneficiosas para el paciente.
Estos dos principios guían la práctica enfermera tanto en la teoría como en la práctica
Definición de error de medicación
Según el National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Prevention
(NCC MERP), un error de medicación es «cualquier suceso que, pudiendo evitarse, lleva
al uso inadecuado de la medicación o al daño del paciente cuando el profesional sanitario, el
paciente o el usuario están al cargo de la medicación». El NCC MERP también ha
clasificado los errores de medicación y ha desarrollado el índice de error de medicación,
que clasifica estos errores en función de la gravedad del daño que pueden causar.
En términos sencillos, un error de medicación es cualquier error que tiene lugar en el
proceso de administración de la medicación, afecte o no al paciente. Estos errores pueden
deberse a interpretaciones erróneas, errores de cálculo, errores de administración,
confusiones por la escritura manual o errores de comprensión de órdenes verbales o
telefónicas
Factores que contribuyen a los errores de medicación
Para lograr una adecuada administración de la medicación debe haber una colaboración entre el profesional
sanitario y el paciente, en la que serán fundamentales tanto la competencia del primero como el cumplimiento
terapéutico del segundo. Esta doble responsabilidad proporciona una forma sencilla, pero útil, de clasificar los
errores de medicación en función de si han sido resultado de un error del profesional sanitario o resultado de un
error del paciente.
Por supuesto, el propósito de este análisis y clasificación no es culpabilizar a ninguna de las partes sino prevenir
futuros errores. Entre los factores contribuyentes a los errores de medicación que pueden achacarse a los
profesionales sanitarios se encuentran, entre otros, los siguientes:
La omisión de una norma para la administración de fármacos. Entre los errores más habituales se encuentran la
administración de una dosis incorrecta, la omisión de una dosis pautada y la administración de fármacos no
prescritos.
El incumplimiento del sistema de comprobación del centro. Tanto los farmacéuticos como los profesionales de
enfermería deben colaborar en la comprobación de la exactitud y la indicación de las órdenes prescritas antes de
administrar los fármacos a los pacientes.
El olvido de las variables interpersonales, como la edad, la constitución corporal y la función renal o hepática.
Los profesionales de enfermería deben revisar siempre los últimos datos de laboratorio y la gráfica del paciente
antes de administrar la medicación, especialmente aquellos fármacos que disponen de un estrecho margen de
seguridad.
La administración de medicamentos basándose en órdenes verbales o telefónicas que
pueden malinterpretarse o no registrarse. Los profesionales de enfermería deben recordar al
médico que las órdenes farmacológicas han de escribirse antes de administrar el fármaco.
La administración de medicamentos basándose en una prescripción incompleta o ilegible y,
por tanto, sin tener la seguridad del fármaco, la dosis o el método de administración
correcto. Las prescripciones incompletas deben aclararse con el profesional sanitario
correspondiente antes de administrar la medicación.
El NCC MERP recomienda evitar el uso de ciertas abreviaturas en las órdenes escritas e
incluir lo siguiente:
Una breve anotación sobre el propósito (p. ej., para el dolor).
Empleo del sistema métrico de medida excepto para los tratamientos que empleen unidades
internacionales como la insulina o las vitaminas.
Edad del paciente y, cuando sea apropiado, el peso.
Nombre del fármaco, peso o concentración exactos y forma de presentación.
Empleo de un cero en números decimales menores que uno (p. ej., 0,5 mg).
Evitar las abreviaturas para los nombres de los fármacos (p. ej., MOM, HCTZ) y las
indicaciones latinas de uso (NCC MERP, 2005).
La práctica profesional en condiciones estresantes. Algunos estudios han encontrado una
relación entre el número de errores y el nivel de estrés de los profesionales de enfermería;
otros estudios han concluido que el índice de errores de medicación puede aumentar cuando
se asignan profesionales específicos a los pacientes más críticos. Los pacientes, o sus
cuidadores, también pueden contribuir a los errores de medicación al:
Tomar fármacos prescritos por diferentes médicos sin informar a estos profesionales sobre
el resto de los medicamentos que reciben. Conseguir los fármacos en más de una farmacia.
No renovar sus recetas.
Tomar la medicación de forma incorrecta.
Tomar la medicación que les ha sobrado de una enfermedad anterior o que se prescribió
por un motivo diferente.
Impacto de los errores de medicación

Los errores de medicación son la causa más común de morbilidad y muerte evitable en los
hospitales. Cuando se comete un error de este tipo, las repercusiones pueden ser
emocionalmente devastadoras para el enfermero y afectar a otros más allá del profesional y
el paciente implicados.
Así, un error de medicación puede prolongar la estancia hospitalaria del paciente, lo que
aumenta el coste y el tiempo que el paciente está separado de su familia; el profesional de
enfermería que ha cometido el error puede perder seguridad en sí mismo y sentir vergüenza;
si una unidad determinada tiene un elevado índice de errores, dicha unidad puede ganarse
una mala reputación dentro del centro; si los errores de medicación son graves o frecuentes
y se difunden, la reputación del centro puede resentirse ya que se considerará poco seguro;
incluso el personal administrativo puede verse perjudicado por errores de sus departamentos
o del hospital como conjunto.
No hay un índice aceptable de errores de medicación. El objetivo de todo organismo
sanitario debería ser mejorar los sistemas de administración de medicamentos para evitar el
daño que estos errores pueden provocar en los pacientes.
Deberían investigarse todos los errores, hayan o no afectado al paciente, con objeto de
identificar los medios para mejorar el proceso de administración de medicación y evitar así
errores futuros. La investigación debería llevarse a cabo sin sanciones para fomentar la
notificación de errores por parte del personal, lo que ayudará a constituir una conciencia de
seguridad dentro de la organización.
Un error puede alertar a los profesionales de enfermería, y a los gestores, de la necesidad de
elaborar una nueva política o protocolo para reducir o eliminar los errores de medicación.
Estrategias para reducir los errores de medicación
¿Qué puede hacer el profesional de enfermería en el ámbito clínico para evitar los errores de
medicación y fomentar una administración segura?
El primer paso es seguir las cuatro fases del proceso de enfermería:
1. Valoración: pregunte al paciente sobre sus alergias alimentarias o medicamentosas,
problemas de salud actuales y el empleo de medicamentos de venta libre y suplementos
fitoterápicos. Asegúrese de que el paciente recibe la dosis correcta, en el momento correcto
y por la vía correcta. Valore las funciones renal y hepática y determine si existe un
deterioro de algún otro sistema corporal que pudiera afectar a la farmacoterapia. Identifique
las áreas donde es necesaria la educación del paciente en materia de medicamentos.
2. Planificación: minimice los factores que contribuyen a los errores de medicación: evite el
empleo de abreviaturas que podrían llevar a confusión, confirme las órdenes que no estén
claras, no acepte órdenes verbales y siga las políticas y protocolos específicos del centro en
materia de administración de medicación. Haga que el paciente repita las indicaciones
sobre las dosis, incluyendo la dosis correcta y el momento de administrarla. Pídale al
paciente que explique lo que ha comprendido de los objetivos del tratamiento.
Aplicación: valore qué factores pueden distraerle durante la administración de la medicación y
elimínelos en la medida de lo posible. Cuando aborde una tarea relacionada con la medicación,
préstele toda su atención. El ruido, otras incidencias y la charla de los compañeros de trabajo pueden
distraer al profesional de enfermería y provocar un error de medicación. Ponga en práctica la regla de
los cinco correctos de la administración de fármacos: paciente correcto, medicamento correcto, dosis
correcta, vía de administración correcta y momento de administración y frecuencia correctos.
No olvide los siguientes pasos:
Compruebe la identidad de cada paciente usando dos datos distintos (p. ej., nombre y fecha de
nacimiento) antes de administrar el medicamento de acuerdo con la política y los protocolos del
centro.
Emplee los procedimientos y técnicas adecuados para cada vía de administración. Use material
estéril y técnicas asépticas cuando administre medicación parenteral u ocular.
Calcule correctamente las dosis de medicación y mida los líquidos cuidadosamente. Algunos
medicamentos, como la heparina, disponen de un estrecho margen de seguridad antes de producir
efectos adversos graves. Cuando administre estos medicamentos, pídale a un compañero o al
farmacéutico que compruebe el cálculo para asegurarse de que la dosis es correcta. Realice una doble
comprobación del cálculo de las dosis pediátricas antes de administrarlas.
Abra el medicamento justo antes de administrarlo y en presencia del paciente.
Registre el medicamento en la hoja de medicación inmediatamente después de su
administración.
Compruebe siempre que el paciente ha tragado el medicamento. No deje nunca el
medicamento en la mesita salvo que exista una orden específica que indique lo contrario.
Fíjese en las formas orales de efecto prolongado que presentarán indicadores como retard.
Estos comprimidos o cápsulas deben estar intactos para que pueda producirse la liberación
retardada. Indíquele al paciente que no debe triturar, masticar ni partir el medicamento por
la mitad, ya que esto puede ocasionar una sobredosis.
4. Evaluación: valore los resultados esperados en el paciente y determine si han aparecido
reacciones adversas.
Los profesionales de enfermería deben conocer los errores de medicación más frecuentes y
la gravedad de las distintas categorías de errores.
La FDA (Meadows, 2003) evaluó los informes de errores de medicación mortales recibidos
entre 1993 y 1998.
Los errores más habituales consistían en la administración de una dosis inadecuada (41%),
la administración de un fármaco distinto (16%) o el empleo de otra vía de administración
(16%).
Casi la mitad de los errores de medicación afectaban a pacientes mayores de 60 años. Este
grupo de población presenta un mayor riesgo de errores debido a que suelen recibir
múltiples medicamentos, les atienden numerosos profesionales sanitarios y experimentan
los cambios fisiológicos normales relacionados con la edad.
Los niños constituyen otra población vulnerable dado que reciben dosis calculadas en
función del peso (lo que incrementa la posibilidad de errores de cálculo) y las dosis
terapéuticas son mucho más pequeñas.
Los profesionales de enfermería deben mantenerse al día en farmacoterapia y nunca deben
administrar un medicamento hasta que conocen sus usos terapéuticos y efectos secundarios.
Existen múltiples medios por los que puede actualizar sus conocimientos sobre medicación.
Cada unidad de enfermería debería disponer de documentación farmacológica actualizada.
También se puede obtener información sobre un fármaco llamando a la farmacia o, si se
dispone de él, buscando en páginas fiables de Internet.
Son muchos los profesionales que hacen uso de una PDA para obtener información
actualizada; estos dispositivos pueden actualizarse diaria o semanalmente mediante la
descarga de información, lo que permite una actualización continua.
Asimismo, es necesario que estén en contacto con la investigación sobre la prevención de
errores médicos para desempeñar una práctica basada en la evidencia.
Reducción de errores de medicación en las instalaciones
sanitarias
Los centros sanitarios tienden a emplear armarios de seguridad, informatizados y automatizados, para el
almacenamiento de la medicación en las unidades hospitalarias. Cada profesional de enfermería de la
unidad tiene un código de acceso que le permite abrir el armario y coger medicación. Estos sistemas
automatizados también mantienen un inventario de los fármacos.
Las grandes instituciones sanitarias tienen departamentos de control de riesgos para analizar los riesgos
y minimizar los errores de medicación, investigando los incidentes, analizando los datos, identificando
los problemas y elaborando recomendaciones para mejorar la atención. Los profesionales de enfermería
colaboran con los comités de control de riesgos buscando medios para reducir los errores de medicación
mediante la modificación de políticas y protocolos de la institución.
Ejemplos de políticas y protocolos son:
Almacenar adecuadamente la medicación (control de la luz y la temperatura).
Leer la etiqueta del fármaco para evitar el empleo de medicamentos caducados.
Evitar la transferencia de dosis de un envase a otro.
Evitar almacenar demasiados medicamentos.
Objetivos
■ Definir un error de medicación
■ Identificar los factores que contribuyen a los errores de medicación
■ Describir la gravedad de las distintas categorías de errores de medicación
■ Describir el impacto de los errores de medicación de los distintos niveles de un
organismos o institución, incluyendo pacientes
■ Describir las estrategias que pueden aplicar el profesional de enfermería para reducir los
errores de medicación e incidentes
■ Identificar la información que puede transmitirse en la educación del paciente para reducir
los errores de medicación y los incidentes
■ Identificar las recomendaciones de la FDA para vigilar los errores de medicación y los
incidentes e informar a los profesionales sanitarios
■ Explicar las estrategias empleadas por las organizaciones sanitarias para reducir el número
de errores de medicación e incidentes

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