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Preparación permanente Parte II

Pr. Jorge Segovia


El dia de ayer, vimos por qué la preparación
comportamental está equivocada y por qué
debemos adoptar el sistema relacional. La
Biblia nos enseña que los frutos demuestran
quién es la persona. El criterio de la
preparación adoptado debe dar como resultado
buenos frutos.
Hoy, veremos dos cuestiones más, que son
fundamentales:

• El resultado de la • El peligro de que la comunión


interrelación personal se vuelva un sistema de
salvación por las obras.
Resultados de la relación

1. Frutos
1. ¿Los frutos no son importantes?
La obediencia a los Mandamientos, la conducta, la victoria sobre
el pecado, las buenas obras, ¿no son importantes?
Claro que lo son.
Pero, Jesús no dice que debemos trabajar a fin de producir
frutos. Sino dijo: “¡Permaneced en mí!” Y si permanecemos en
él, el fruto será el resultado natural de la permanencia. (Jn. 15:
4-5)
El fruto

No es la relación esporádica
la que producirá el fruto.

El fruto será el resultado


natural de la permanencia
constante en Cristo.
Es muy importante comprender que la producción del fruto no es de tu responsabilidad.
¿Acaso temes que la comunión no sea suficiente?
Entonces, observa estas promesas habilitadoras:

1 “Una transformación del


carácter como la verificada en la
vida de Juan es siempre
resultado de la comunión con
Cristo” (Los hechos de los
apóstoles, p. 461).
2 “El Espíritu Santo no deja nunca sin
ayuda al alma que mira a Jesús. Toma
de las cosas de Cristo y se las revela.
Si la mirada se mantiene fija en Cristo,
la obra del Espíritu no cesa hasta que
el alma queda conformada a su
imagen” (El Deseado de todas las
gentes, p. 269).
3 “Toda verdadera obediencia proviene del corazón. [...] Y si
nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros
pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y
mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos
estaremos tan solo ejecutando nuestros propios impulsos. La
voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en
servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio
conocerle, nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si
apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión con Dios, el
pecado llegará a sernos odioso” (Ibíd., p. 621).
Resultados de la relación

• 2. Vida eterna ahora.

“Y este es el testimonio: que Dios nos


ha dado vida eterna; y esta vida está
en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene
la vida; el que no tiene al Hijo de Dios
no tiene la vida” (1 Juan 5:11, 12).
La vida eterna

La convicción de la vida No comienza en la eternidad.


eterna es algo que puedes
tener hoy mismo.

Esta se inicia aquí y ahora al entrar en comunión con Cristo. En


Juan 6:54, Jesús nos dice: “El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna [...]”. Cuando se piensa en su carne y
en su sangre se piensa en la cruz, en el Sustituto.
Comer su carne y beber su sangre, entonces, significa incorporar
lo que él hizo por ti, a través de su Palabra (Juan 6:63).
Resultados de la relación

• 3. Preparación permanente

Si ya tienes la vida eterna a través de la permanente


comunión con Jesús, entonces también estás preparado
para enfrentar los eventos finales y recibir a Jesús en su
venida.
Estar preparado y permanecer preparado implican una
permanente comunión con Cristo.
Preparación permanente

¿Ya te has alimentado de su Palabra el día de


hoy?
¿Ya has aceptado una vez más su gracia?

La gracia divina debe recibirse diariamente. Eso es lo que puedes


hacer. Continúa yendo hacia él. Este es el secreto de la salvación y
de la preparación
Resultados de la relación

• 4. Testificación

El deseo de compartir las buenas nuevas con los otros emana


naturalmente de un cristiano genuino. “Tan pronto como viene uno
a Cristo, nace en el corazón un vivo deseo de hacer conocer a otros
cuán precioso amigo ha encontrado en Jesús; la verdad salvadora y
santificadora no puede permanecer encerrada en el corazón” (El
camino a Cristo, pp. 77, 78).
Pluma inspirada

• “El primer impulso del corazón


regenerado es el de también traer
a otros al Salvador” (El conflicto de
los siglos, p. 76).

“Mientras Cristo more en el


corazón, será imposible esconder
la luz de su presencia”
(Patriarcas y profetas, p. 127).
¿Cuál es el propósito del testimonio cristiano?

• “El esfuerzo por hacer el bien a otros se


tornará en bendiciones para nosotros mismos.
Este era el propósito de Dios al darnos una
parte que hacer en el plan de la redención”
(El camino a Cristo, p. 78).

Si no te involucras en la misión, perderás tu


salud espiritual aun cuando leas la Biblia y ores
mucho.
Comunión con otros sistemas de salvación
por las obras.

¿Es posible que la vida devocional se transforme en otro sistema de


salvación por las obras?

Tal vez, primero se debería reafirmar que la salvación es por la gracia,


solamente mediante la fe en Cristo. Sin embargo, la salvación no se le imparte
a quien no la quiere. Si así fuera, todo el mundo se salvaría. Es necesario
desearla y aceptarla. Sin embargo, no todos la aceptarán. Y además, una vez
que la aceptaron, deben continuar aceptándola diariamente.
El propósito de la comunión diaria con Cristo
es:
• La de aceptar nuevamente su
gracia, su poder y su salvación.

Y la continua aceptación de la
salvación no implica tener
mérito.

Se realiza el estudio de la Biblia y la oración diaria para satisfacer el


sentido de necesidad de Dios y no porque se apunta a alcanzar méritos para
la salvación. Ver, Jer. 29:13
Conclusión

Aunque te sea necesario alcanzar la victoria sobre tus pecados y


serle obediente a Dios, esto no significa que la victoria y la
obediencia sean la parte que tienes que realizar. Lo que tú necesitas
realizar por ti mismo siempre fue y será: permanecer en Cristo cada
día.
Reflexiona

“El gran derramamiento del Espíritu de Dios que ilumina toda la


Tierra con su gloria, no acontecerá hasta que tengamos un pueblo
iluminado, que conozca por experiencia lo que significa ser
colaboradores de Dios. Cuando nos hayamos consagrado plenamente
y de todo corazón al servicio de Cristo, Dios lo reconocerá por un
derramamiento sin medida de su Espíritu; pero esto no ocurrirá
mientras que la mayor parte de la iglesia no colabore con Dios”
(Servicio cristiano, p. 193).

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