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El hecho de que alguien esporádicamente viaje a un lugar no es suficiente razón como para decir que éste
funciona turísticamente. Por lo tanto el espacio turístico puede ser real o potencial. Cuando no funciona o lo
hace en forma rudimentaria es potencial. ( Fotos del árbol milenario de Motupe – Lambayeque)
La Organización Mundial del Turismo (OMT) hace referencia de que un recurso turístico es todos
aquellos bienes y servicios presentes en un determinado ámbito geográfico capaces de atraer por sí
mismo visitantes y que hacen posible la actividad turística, satisfacen las necesidades de la demanda,
mediante la actividad ..
El elemento clave para delimitar el espacio turístico son los atractivos, que se
comportan como la materia prima del sector. La gama de atractivos turísticos es muy
amplia (se los clasifica en doce categorías, cada una de las cuales se subdivide en
numerosos tipos y subtipos) y sin su presencia el turismo no podría existir.
. Pero la sola presencia de atractivos no es suficiente, porque para que el lugar que los contiene pueda
operar turísticamente, hay que dotarlo de todos los elementos que facilitan la llegada, desplazamiento y
permanencia de los visitantes en el espacio analizado.
Es decir, hay que agregarle lo que se llama planta turística (hoteles y restaurantes por ejemplo) e infraestructura
(caminos, aeropuertos, etc.). Si no los tiene, el espacio turístico es potencial: no funciona turísticamente pero
podría hacerlo si se lo dotara de lo que hace falta. Lo mismo que un yacimiento petrolífero o una mina de cobre
todavía no explotados.
Otras dos características de los atractivos turísticos son: el tamaño del lugar que ocupan y su discontinuidad
espacial. Por lo general el tamaño es reducido, aunque la unidad geográfica que los contiene sea muy extensa. Por
ejemplo en un bosque inmenso, como los del Amazonas, lo que se visita son senderos relativamente cortos que
permiten ver los mejores árboles, plantas y flores, y la mayor cantidad de insectos o aves (no animales porque
aunque las especies son muchas, la densidad de individuos de cada especie es muy baja). Si se trata de un lago
muy extenso, el atractivo se encontrará en aquellas partes de costa donde los elementos que la conforman
presentan situaciones singulares; y si el ejemplo es una ciudad, sus atractivos son puntuales porque no se
extienden más allá del reducido espacio que ocupa un monumento, una iglesia o un edificio antiguo de probada
calidad estética. A lo sumo, y cuando se cumplen las condiciones de repetición y unidad temática, un barrio
(residencial por ejemplo), o una parte del mismo, pueden convertirse en atractivos turísticos.
La mejor forma de determinar un espacio turístico es recurrir al método empírico, por cuyo medio se puede observar
la distribución territorial de los atractivos turísticos y de la planta, a fin de detectar las agrupaciones y
concentraciones que saltan a la vista.
De este modo, por medio de un procedimiento sistemático y de la aplicación de las metodologías específicas se
pueden encontrar todos los componentes del espacio turístico que se señalan a continuación, los cuales se han
anotado en escala descendente con relación al tamaño de su superficie:
• Zona. • Núcleo.
• Área. • Conjunto.
• Complejo. • Corredor.
• Centro. • Corredor de traslado.
• Unidad. • Corredor de estadía.
ZONA TURÍSTICA
Es la unidad mayor de análisis y estructuración del universo espacial turístico de un país. Su superficie es variable, ya que
depende de la extensión total de cada territorio nacional y de la forma de distribución de los atractivos turísticos, que son
los elementos básicos de tener en cuenta para su delimitación. Su dimensión mínima es la inmediatamente mayor que la
máxima que alcance un
complejo turístico.
Para que exista una zona turística debe contar con un número mínimo de diez atractivos turísticos suficientemente
próximos, sin importar a qué tipo pertenecen y de qué categoría son. Después de haber representado en un mapa la
ubicación precisa de cada atractivo, el grado de proximidad se determina visualmente aplicando en su lectura la ley de
contigüidad. Dicha ley consiste en utilizar la capacidad de síntesis del mecanismo de la visión como vehículo para
reconocer en cada caso, las formas naturales de agrupación que pueden adoptar los símbolos anotados. Además de los
atractivos turísticos, para funcionar adecuadamente, una zona turística debe contar dentro de su territorio con
equipamientos, servicios turísticos y dos o más centros turísticos y estar además
provista de una infraestructura de transportes y comunicaciones, que relacione a los principales elementos que la integran
entre sí y con otras zonas y elementos del espacio turístico. Si carece de parte o la totalidad de estos últimos requisitos se
la debe calificar como zona potencial.
ÁREA TURÍSTICA
Son las partes en que se puede dividir una zona y, por tanto, su superficie es menor que la del todo que las contiene; sin
embargo, como las zonas pueden llegar a tener tamaños distintos, es posible
que un área de la zona más grande resulte mayor que otra zona más pequeña.
Las áreas turísticas deben estar dotadas de atractivos turísticos contiguos, en número también menor que los de la zona y lo
mismo que ellas necesitan una infraestructura de transporte y comunicación que relacione entre sí a todos los elementos
turísticos que la integran. Para que puedan funcionar como un subsistema requieren la presencia mínima de un centro turístico
y si su infraestructura
y dotación de equipamiento y servicios es insuficiente, deben registrarse como potenciales.
Al proceder al análisis de las zonas para comprobar la posibilidad de subdividirlas en áreas, hay que comenzar por analizar la
forma total, buscando estrangulamientos que puedan marcar una
separación natural. De encontrarse éstos, inmediatamente se deben contar los atractivos que quedaron en cada parte, porque
tampoco un área puede contar con menos de diez atractivos.
Como toda área debe contener un mínimo de diez atractivos, este requisito impone que para que una zona pueda dividirse en
áreas tiene que tener veinte o más atractivos.
CENTRO TURÍSTICO
Es todo conglomerado urbano que cuenta en su propio territorio o dentro de su radio de influencia con atractivos turísticos
de tipo y jerarquía suficientes para motivar un viaje turístico. A fin
de permitir un viaje de ida y regreso en el día, el radio de influencia se ha estimado en dos horas de distancia-tiempo. Esta
relación es una medida que establece la longitud de camino que en esa unidad de tiempo puede recorrer un autobús de
transporte turístico.
Por lo tanto, dicha distancia es variable, ya que el número de kilómetros que se puede recorrer depende de la topografía del
terreno, del tipo de camino (autorruta, pavimento, enripiado o tierra) y de su estado.
El límite de dos horas es aproximado y sirve de ayuda práctica para estimar la magnitud del territorio turístico que se puede
abarcar desde un centro determinado. En su aplicación hay que ser
flexible, pues se trata de establecer un criterio y no una medida exacta; por lo tanto, es muy razonable incluir atractivos de
cierta importancia que estén localizados a unos pocos minutos más de los
límites establecidos
TIPOLOGÍA DE LOS CENTROS TURÍSTICOS
De acuerdo con la función que desempeñan como plazas receptoras de turistas, los centros turísticos pueden ser de
cuatro tipos:
• Centros turísticos de distribución.
• Centros turísticos de estadía.
• Centros turísticos de escala.
• Centros turísticos de excursión.
Los centros turísticos de distribución son los que, desde el conglomerado urbano que les sirve de base, los turistas
visitan los atractivos incluidos en su radio de influencia y regresan a ellos para dormir.
totalidad del equipamiento de alojamiento debe ubicarse en la ciudad, pero parte del de alimentación, del de
comercios turísticos, del de servicio de guías, así como ciertas instalaciones específicas, como estacionamientos,
senderos, miradores y servicios sanitarios, deben estar ubicados en los atractivos turísticos.