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Escuelas Creativas

Ken Robinson
Introducción
• En este libro quiero exponer cómo la cultura de la normalización está perjudicando a
los alumnos y a las escuelas, y presentar una forma distinta de entender la educación.
También quiero mostrar que, sea quien sea y esté donde esté, usted tiene poder para
cambiar el sistema. Los cambios ya han empezado. En todo el mundo hay muchas
escuelas magníficas, profesores maravillosos y líderes inspiradores que están trabajando
de forma creativa para brindar a los alumnos la clase de educación personalizada,
compasiva y orientada a la comunidad que necesitan.
• La premisa de la educación reglada es que los niños necesitan saber, entender y hacer cosas que jamás podrían aprender solos. Cuáles son

estas y cómo debería articularse la educación para ayudar a los alumnos a aprenderlas son temas centrales a este respecto. «Formación» es

un tipo de educación que se centra en aprender destrezas específicas. Cuando yo estudiaba, recuerdo acaloradas discusiones sobre la

dificultad para distinguir entre «educación» y «formación». La diferencia quedaba patente cuando abordábamos la sexualidad. La mayoría

de padres agradecen que sus hijos adolescentes reciban clase de educación sexual en la escuela; pero, probablemente, no aprobarían que

les dieran formación sexual. Con «escuelas» no me refiero únicamente a los centros convencionales para niños y adolescentes a los que

estamos habituados, sino a cualquier comunidad de personas que se reúnen para aprender juntas. «Escuela», en mi acepción del término,

comprende la educación en casa, la no escolarización y los encuentros informales tanto en persona como en línea desde la guardería hasta

finalizada la universidad. Algunas características de las escuelas convencionales no fomentan el aprendizaje; es más, pueden entorpecerlo

de forma activa. Necesitamos un cambio drástico, y para ello es necesario recapacitar sobre cómo funcionan las escuelas y qué se

promueve en ellas. También requiere que confiemos en una educación distinta.


• Cuáles son estas y cómo debería articularse la educación para ayudar a los alumnos a aprenderlas son
temas centrales a este respecto. «Formación» es un tipo de educación que se centra en aprender destrezas
específicas. Cuando yo estudiaba, recuerdo acaloradas discusiones sobre la dificultad para distinguir entre
«educación» y «formación». La diferencia quedaba patente cuando abordábamos la sexualidad. La
mayoría de padres agradecen que sus hijos adolescentes reciban clase de educación sexual en la escuela;
pero, probablemente, no aprobarían que les dieran formación sexual. Con «escuelas» no me refiero
únicamente a los centros convencionales para niños y adolescentes a los que estamos habituados, sino a
cualquier comunidad de personas que se reúnen para aprender juntas. «Escuela», en mi acepción del
término, comprende la educación en casa, la no escolarización y los encuentros informales tanto en
persona como en línea desde la guardería hasta finalizada la universidad. Algunas características de las
escuelas convencionales no fomentan el aprendizaje; es más, pueden entorpecerlo de forma activa.
Necesitamos un cambio drástico, y para ello es necesario recapacitar sobre cómo funcionan las escuelas y
qué se promueve en ellas. También requiere que confiemos en una educación distinta.
Volver a lo básico
• Aquellas ideas se concretaron en un plan de cuatro fases. La primera fue asegurarse de que los
alumnos iban a clase. Smokey Road tenía una tasa de asistencia muy baja y Laurie se dio cuenta de
que la escuela no había creado un entorno en el que los alumnos sintieran que su presencia era
importante y que ella era parte de ese problema. «Los mandaba continuamente a casa por pelearse —
me dijo—. Y, desde luego, no era la mejor manera de demostrarles que los quería aquí.» A
continuación, su equipo y ella intentaron conseguir que los alumnos se sintieran seguros en el centro
escolar. En Smokey Road, los enfrentamientos rara vez llegaban al punto de que alguien resultara
herido de gravedad, pero, para que los alumnos se sintieran seguros y no estuvieran pendientes de un
posible altercado entre ellos, las peleas tenían que cesar
• Después de aquello, la siguiente fase consistió en ayudar a los alumnos a sentirse
valorados como individuos. El verdadero giro radical ocurrió cuando Laurie y sus
compañeros se dieron cuenta de que tenían que centrarse en cada alumno partiendo de
sus necesidades e intereses personales. (Desarrollaré este tema en breve.) La cuarta fase
fue la elaboración del plan de estudios que los alumnos necesitaban para tener éxito en
el futuro. Resulta revelador que para Laurie esta no era la fase más importante del
proceso que llevó a cabo. Sin duda, el plan de estudios era esencial, pero solo una vez
que se hubieran alcanzado los otros objetivos. Lo mismo opinaba respecto a la
evaluación de los profesores
EL MOVIMIENTO DE
NORMALIZACIÓN
• Hablar de «reforma» no es algo nuevo en el terreno de la enseñanza. Siempre ha habido
debates sobre qué es la educación y qué habría que enseñar y de qué manera. Pero hoy
en día es distinto, pues el movimiento de normalización moderno tiene alcance
mundial. Pasi Sahlberg, un destacado comentarista de las tendencias internacionales en
educación, se refiere a él con mucho acierto como el Movimiento Mundial de Reforma
Educativa, o GERM («germen»; del inglés «Global Education Reform Movement»).
Sin duda, parece contagioso, a juzgar por la cantidad de países que están contrayendo el
germen. La política de educación era un asunto primordialmente de política interna de
cada país. En la actualidad, los gobiernos escudriñan los sistemas educativos de otros
países con el mismo afán que analizan las políticas de defensa extranjeras
HACERSE CON EL CONTROL
• En la actualidad, gobiernos de todo el mundo están acotando la educación pública, decidiendo
qué deben enseñar las escuelas, imponiendo sistemas de exámenes para poder pedirles cuentas
y sancionándolas si no alcanzan el nivel exigido. En algunos países, los gobiernos siempre
han desempeñado un papel decisivo en la educación. En otros, por tradición, los responsables
del sistema educativo han guardado las distancias con los centros de enseñanza. En Estados
Unidos, por ejemplo, la educación es, en su mayor parte, competencia de cada estado y, hasta
hace poco, el papel del gobierno federal era relativamente escaso. Todo eso cambió en 2001
cuando el Congreso aprobó la ley «Que ningún niño se quede atrás» (NCLB, del inglés «No
Child Left Behind»). En los años transcurridos desde entonces, el gobierno federal y los de
cada estado han invertido, de forma conjunta, más de ochocientos mil millones de dólares en
miles de programas y nuevos sistemas de exámenes. 11
AUMENTAR LOS NIVELES
• Mejorar los niveles académicos parece sin duda una buena idea; empeorarlos sería
absurdo. Pero ¿qué niveles son esos? ¿Por qué elegimos unos y no otros y cómo los
aplicamos? Un comentario que se oye a menudo hoy en día es que las escuelas tienen
que «volver a lo básico». Es una frase con un atractivo aire de sencillez que sugiere un
enfoque sensato y pragmático. Es como decir que hay que comer suficiente verdura y
dormir las horas necesarias. ¿A qué hace referencia «lo básico»? El movimiento
reformista tiene cuatro prioridades: las llamadas tres erres (lectura, escritura y
aritmética; del inglés, reading, writing and arithmetic); mejorar los niveles académicos;
las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas; del inglés, science,
technology, engineering, mathematics) y la educación superior.
Normalización
• La educación reglada está constituida por tres elementos principales: plan de estudios,
enseñanza y evaluación. La estrategia básica consiste en normalizarlos lo máximo
posible. Hoy en día, muchos países tienen pautas estrictas respecto a lo que las escuelas
deben enseñar, habitualmente año a año, recogidas en algún tipo de plan de estudios
nacional. Esto sucede en Inglaterra, Francia, Alemania, China y muchos otros países.
Algunos tienen marcos más flexibles, entre ellos Finlandia, Escocia y, hasta la fecha,
Estados Unidos y Singapu
Competencia
• Uno de los objetivos de los exámenes es recrudecer la competencia entre los alumnos,
los profesores y las escuelas, bajo el supuesto de que con ello los niveles académicos
aumentarán. En este nuevo entorno, los alumnos compiten entre sí, los profesores se
juzgan fundamentalmente en virtud de las notas de estos, y las escuelas y distritos
escolares compiten por los recursos. Los resultados de los exámenes normalizados
influyen a la hora de asignar fondos a los centros, además de en los ascensos laborales y
en si las escuelas permanecen abiertas o necesitan un cambio de dirección. Por eso los
llaman «exámenes de alto riesgo». Como hemos visto, hoy en día, la competencia tiene
un carácter cada vez más internacional.
Privatización
• Durante más de un siglo, la escolarización de masas de los países industrializados se
sufragó a través de los impuestos y se consideró una inversión en el bien público. En la
actualidad, algunos gobiernos están alentando la inversión de sociedades anónimas y
empresarios en el sistema educativo. Su grado de participación varía desde vender
productos y servicios a los centros escolares hasta dirigir sus propias escuelas para su
lucro comercial.
Privatización
• Las economías saludables dependen de la iniciativa de sus ciudadanos para crear nuevas
empresas y de su capacidad para desarrollarlas y fomentar el empleo. En 2008, IBM publicó
una encuesta sobre qué capacidades valoraban más los líderes de las organizaciones en sus
empleados. Encuestaron a mil quinientos directivos de ochenta países. Las dos más
importantes fueron la capacidad de adaptación a los cambios y la creatividad para generar
nuevas ideas. Según estos empresarios, muchos graduados universitarios, muy competentes en
otras áreas, carecían de estas cualidades. 31 Pocas o ninguna de las aptitudes que los
empresarios necesitan en sus empleados se ven favorecidas por las estrategias que tanto
valoran los reformistas. Por el contrario, la educación normalizada puede anular la creatividad
y la innovación, precisamente las dos capacidades de las que depende la buena marcha de la
economía actual
EFECTOS COLATERALES
El movimiento de normalización no está alcanzando los objetivos que se ha fijado. Por otra parte, está
teniendo consecuencias devastadoras sobre la motivación de los alumnos y la moral de los profesores.
En 1970, Estados Unidos tenía uno de los mayores porcentajes mundiales de alumnos que habían
obtenido el bachillerato. En la actualidad posee uno de los más bajos: según la OECD, los titulados de
bachiller de este país representan aproximadamente el 75 por ciento, lo que convierte a Estados Unidos
en el vigésimo tercer país de un total de veintiocho analizados. En algunos estados y distritos, la tasa de
estudiantes con el título de bachillerato es mucho menor.

El desgaste que sufre el profesorado es tan elevado que resulta alarmante. Cada año, en Estados Unidos,
más de doscientos cincuenta mil profesores dejan de ejercer la profesión, y se estima que más del 40 por
ciento de aquellos que están recién titulados la abandona en el transcurso de los cinco primeros años
De la escuela a la cárcel
• Digo «supuestos desertores escolares» porque la expresión da a entender que estos jóvenes han
abandonado el sistema; aunque, a veces, sería más exacto decir que es el sistema quien les ha
fallado. Todos los alumnos que dejan los estudios durante la enseñanza secundaria lo hacen
por razones personales: problemas familiares, acoso escolar o, sencillamente, no les apetece
seguir estudiando. Sea cual sea la razón, dejar los estudios es un síntoma de un problema más
profundo que afecta al sistema en su conjunto, no el problema en sí. Si tuviéramos una
empresa y todos los años perdiéramos a más de la tercera parte de nuestros clientes, quizá nos
preguntaríamos si el verdadero problema son ellos o tal vez nosotros
VOLVER A LO BÁSICO
El movimiento de normalización surgió de una preocupación legítima por los niveles
académicos en las escuelas. Hay muchos factores que influyen en el rendimiento escolar
de los alumnos: falta de motivación, pobreza, marginación social, circunstancias
familiares, ausencia de infraestructura y de financiación en las escuelas, la presión que
suponen los exámenes y las evaluaciones, y un largo etcétera. Estos factores no pueden
ignorarse, y cualquier intento de mejorar el rendimiento escolar debe tenerlos muy en
cuenta. Pero existen otras razones, además de estas últimas. Hay escuelas con grandes
recursos de zonas prósperas cuyos alumnos también están descontentos y no rinden lo
suficiente. Las circunstancias no son, pues, determinantes
Cambiar de metáfora
EDUCACIÓN ALTERNATIVA
• Hace unos años me invitaron a un encuentro en Los Ángeles sobre programas de
educación alternativa. Su propósito es volver a motivar a jóvenes que van mal en los
estudios o que ya los han dejado. El encuentro abarcaba toda clase de programas
basados en la tecnología, en las artes, en la ingeniería, en iniciativas comunitarias y en
proyectos empresariales y técnico-profesionales. Pese a sus diferentes contenidos, estos
programas tienen una característica en común, y es que van dirigidos a los alumnos que
tienen un bajo rendimiento escolar en el sistema educativo convencional: aquellos que
no alcanzan el nivel exigido, los marginados, o bien los que carecen de autoestima y de
expectativas de futuro. Y también ofrecen a estos jóvenes descontentos una experiencia
de aprendizaje distint
PAGAR EL VERDADERO PRECIO
• Los procesos industriales a menudo subestiman el valor de las materias primas que no guardan
relación con el producto que se está fabricando. Lo mismo ocurre en el ámbito educativo. El
excesivo interés por ciertas asignaturas y capacidades acarrea la marginación casi sistemática
de otras competencias e intereses de los alumnos. Inevitablemente, muchos de ellos
desconocen cuáles son sus auténticas capacidades y, en consecuencia, sus vidas pueden ser
menos plenas. Casi todos los procesos industriales generan grandes cantidades de residuos de
escaso valor. Y lo mismo ocurre en la educación. Como ya hemos visto, son, entre otros, el
abandono escolar, el desinterés, la falta de autoestima y salidas profesionales limitadas para los
que no prosperan en el modelo educativo o tienen talentos que este no valora.
La educación debe capacitar a los
alumnos para convertirse en personas
responsables e independientes
económicamente.
• Temas interdisciplinarios aprendizaje • Competencias para la vida y el
trabajo
• • conciencia planetaria • • creatividad e innovación
• • flexibilidad y adaptabilidad
• • cultura financiera, económica, • • pensamiento crítico y
comercial y empresarial resolución de problemas • • iniciativa y autonomía

• • cultura cívica • cultura • • comunicación y colaboración • • competencias sociales y


sanitaria transculturales

• • cultura ambiental • • productividad y


responsabilidad

• • capacidad de liderazgo y
responsabilidad
Competencias para el
Cambiar las escuelas

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