0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
6 vistas3 páginas
Este documento describe las experiencias de los autores como estudiantes de magisterio en una escuela considerada inclusiva. Se enfrentaron a varios desafíos al enseñar a 3 estudiantes con discapacidades junto con más de 20 estudiantes típicos. A veces la atención a los estudiantes con discapacidades descuidaba la calidad de la educación del resto, y a la inversa. Los autores cuestionan si vivieron la verdadera inclusión educativa o simplemente situaciones de exclusión bajo el título de inclusión.
Este documento describe las experiencias de los autores como estudiantes de magisterio en una escuela considerada inclusiva. Se enfrentaron a varios desafíos al enseñar a 3 estudiantes con discapacidades junto con más de 20 estudiantes típicos. A veces la atención a los estudiantes con discapacidades descuidaba la calidad de la educación del resto, y a la inversa. Los autores cuestionan si vivieron la verdadera inclusión educativa o simplemente situaciones de exclusión bajo el título de inclusión.
Este documento describe las experiencias de los autores como estudiantes de magisterio en una escuela considerada inclusiva. Se enfrentaron a varios desafíos al enseñar a 3 estudiantes con discapacidades junto con más de 20 estudiantes típicos. A veces la atención a los estudiantes con discapacidades descuidaba la calidad de la educación del resto, y a la inversa. Los autores cuestionan si vivieron la verdadera inclusión educativa o simplemente situaciones de exclusión bajo el título de inclusión.
Comenzamos nuestra Práctica Docente en una escuela del departamento de Colonia. Lo
sentimos diferente, claro, en el tercer año de nuestra carrera ya hemos pasado por primeros días de clase. Generalmente, el ser humano es curioso, interesado o al menos prefiere enfrentarse a situaciones en las que tenga conocimientos que les permita desarrollar sus acciones con mayor seguridad. Nosotros no fuimos la excepción, es decir, nos tomamos un tiempo de averiguar sobre la institución en la que desarrollaríamos nuestra labor. Una muy buena escuela, así nos decía la sociedad en general. Pero lo que más no llamó la atención fue que la consideraran una de las instituciones más inclusivas de la zona. Los que estamos involucrados en el rubro de la educación sabemos que esta se encuentra regida por las Políticas Educativas que presenta la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para cada período de gobierno. Estas se encuentran articuladas por los siguientes cuatro principios rectores: calidad, integralidad, inclusión y participación. Ahora, si hacemos un paralelismo entre lo que comenta la sociedad y lo que plantean las Políticas Educativas no debe extrañarnos que una institución sea de carácter inclusiva. La cuestión está en ¿Que hace que una institución pueda ser más o menos inclusiva? ¿Qué tiene esta de especial? El concepto de inclusión educativa se refiere a la respuesta de la educación frente al reconocimiento de la diversidad de estudiantes. En otras palabras, el sistema educativo debe modificarse en función de los estudiantes para responder a ellos. Generalmente se asocia a los estudiantes con discapacidad, con necesidades educativas especiales o con aquellos que provienen de contextos de bajos recursos pero en realidad debe concebirse como un medio para lograr un acceso equitativo a una educación de calidad lejos de cualquier tipo de discriminación. ”(..) la inclusión aspira a hacer efectivo para toda la población el derecho a una educación de calidad, preocupándose especialmente de aquellos que, por diferentes causas, están excluidos o en riesgo de ser marginados” (UNESCO, 2007). El desarrollo de escuelas que acojan a todos los niños y niñas de su comunidad, incluidos aquellos que tienen algún tipo de discapacidad, requiere una transformación importante en la propuesta pedagógica y el funcionamiento actual de las escuelas, para atender la diversidad de necesidades educativas de su alumnado (Unesco, 2008) En nuestra aula interactuábamos con más de veinte alumnos, tres de ellos, considerados incluidos, diagnosticados con distintas dificultades. Dos tienen distintos grados del Trastorno del Espectro Autista y el que resta es hipoacúsico. Los docentes a cargo nos enfrentábamos a múltiples desafíos a la hora de realizar cualquier actividad. Algunos de ellos ya los ha detallado Mancebo: ser capaces de encontrar un equilibrio entre una pedagogía general y una pedagogía de lo singular, desarrollar un sistema universal de aprendizaje y dentro de él encontrar las adaptaciones curriculares necesarias, enriquecerse en el uso de diversas estrategias metodológicas, identificar y dinamizar los recursos de apoyo necesarios y disponibles en el sistema en general y en cada comunidad educativa. Además de lograr formar buenos vínculos en los que predomine la comunicación y que todos aprendan y desarrollen sus potencialidades. A pesar de toda la teoría que delimita el deber hacer, diariamente nos encontrábamos con situaciones en las que de una u otra manera se desatendía la calidad de la educación que reciben los alumnos. Esto sucedía no solo con los alumnos incluídos que eran descuidados por trabajar con el resto del grupo, que es mayoría, sino también existían ocasiones en las que la atención que requerían estos alumnos incluídos era demasiada, causando que se debiera dejar de lado al resto. También nos tocó enfrentarnos a situaciones en las que sufrimos agresiones de parte de estos alumnos. Esto sucedió principalmente cuando llegaba la hora de dejar de jugar o de retirarles algún material para realizar cualquier otra tarea. Más que el dolor físico que nos pudieran ocasionar, nuestra preocupación se orientaba a cómo trabajar con ellos estas cuestiones para mejorar sus actitudes, pensando en su futura inserción en la sociedad. No queremos dejar de mencionar que, a pesar de todo esto, son muchas las satisfacciones que obtuvimos por el hecho de compartir nuestras jornadas con niños incluídos. Uno de ellos nos dio una muy grata sorpresa al demostrarnos que era capaz de leer, que conocía los números, que era capaz de formar su nombre utilizando unos cubos con letras. Además, era sumamente cariñosos y auténticos Cuando reflexionábamos sobre nuestras prácticas siempre surgían interrogantes cómo: ¿Será que el niño hipoacúsico pudo escuchar bien lo que dijimos? ¿De qué otra manera podemos trabajar este contenido para que llame la atención de los niños con TEA? ¿Quién podrá asesorarnos sobre esto? ¿La maestra está formada para atender a la diversidad? ¿Nuestra formación nos capacita para enfrentarnos a estas situaciones? Y, por último, hay una cuestión que nos ronda hasta nuestros días, ¿Será que vivenciamos la inclusión educativa con todo lo que esta implica o estuvimos frente a situaciones excluyentes cubiertas por un manto con el título de inclusión?
Bibliografía
CEIP (2016) Orientaciones de políticas educativas del Consejo de Educación Inicial y
Cómo Conversar Con Cualquier Persona: Mejora tus habilidades sociales, desarrolla tu carisma, domina las conversaciones triviales y conviértete en una persona sociable para hacer verdaderos amigos y construir relaciones significativas.
Las trampas del miedo: Una visita a las dimensiones biológicas, psicológicas y espirituales para desmantelar el temor paralizante y la tiranía del autosabotaje
Lee a las personas como un libro: Cómo analizar, entender y predecir las emociones, los pensamientos, las intenciones y los comportamientos de las personas
DMT: La molécula del espíritu (DMT: The Spirit Molecule): Las revolucionarias investigaciones de un medico sobre la biologia de las experiencias misticas y cercanas a la muerte
Inteligencia artificial: Lo que usted necesita saber sobre el aprendizaje automático, robótica, aprendizaje profundo, Internet de las cosas, redes neuronales, y nuestro futuro