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PRETENSIONES

A fin de abordar el significado y clasificación de los distintos tipos de


pretensiones administrativas, resulta indispensable conceptualizar, lo más
claramente posible, en qué consiste la noción de “pretensión”, y cómo se
diferencia de otros conceptos como “la acción” y “la demanda”.
Como se verá, estos vocablos tienen significados que, si bien están
emparentados, resultan sustancialmente distintos, por lo que aquí se
intentará rescatar cuál es el alcance de cada uno de ellos y lo que los
diferencia entre sí.
• La acción es un derecho. Un derecho concreto. El derecho de las
personas a obtener la tutela jurídica solicitada. Es el poder de
provocar la actividad de los tribunales.
• Es un derecho subjetivo, autónomo, público y procesal. La
Constitución Nacional reconoce una serie de derechos subjetivos a
los habitantes de la República Argentina. La acción es uno de ellos y
ACCIÓN puede encontrar su recepción normativa en el art. 14 de nuestra
norma fundamental, en cuanto reconoce el derecho “de peticionar
a las autoridades”, en el caso, las judiciales.
• Es un derecho público en tanto se ejerce siempre con relación al
Estado. En particular, la acción importa el derecho de peticionar
ante las autoridades jurisdiccionales, a fin de que se inicie un
proceso judicial con el objeto de que se garantice algún otro
derecho distinto (de trabajar, de propiedad, etc.), mediante un
pronunciamiento que conocemos como sentencia.
• Es un derecho autónomo y distinto del derecho lesionado. Toda
persona tiene derecho a accionar judicialmente a otra para
defender sus derechos; sin embargo, ello no significa que tenga
efectivamente esos derechos o que, en el caso concreto, ellos
se encuentren lesionados. En este último caso, la persona
puede iniciar un proceso ante un órgano independiente e
imparcial (accionar), pero ello terminará en una sentencia
ACCIÓN desestimatoria.
• La acción, como derecho, constituye el presupuesto de la
actividad procesal, es de carácter previo a esta, en el sentido de
que sin dicho derecho, sin acción, no puede haber proceso. Por
ello, se ha caracterizado a este derecho adjetivo como el vínculo
mediante el cual la figura del proceso se enlaza con el derecho
material.
• La pretensión, por su parte, no es otra cosa que el objeto del juicio, en
definitiva, lo que se reclama al juez.
• La pretensión constituye el objeto del proceso, o sea, la razón por la que
el actor se presenta ante la jurisdicción y plantea en su demanda, un
determinado conflicto de intereses.
• Las pretensiones, en el esquema procesal, son un elemento clave
porque determinan las cuestiones que pueden ser sometidas ante el
PRETENSIÓN juez y lo que este puede resolver, de modo que circunscriben el alcance
de sus decisiones.

• La noción de objeto del proceso responde al problema de la


individualización e identificación de aquello sobre lo que principalmente
se debate y se resuelve en un proceso. La solución de ese problema
influye de modo determinante sobre una serie de consecuencias
procesales, entre las cuales se encuentran la litispendencia,
acumulación, cosa juzgada, modificación de la demanda, congruencia,
etc
• Desde el punto de vista de la actividad que se cumple, es
considerada como un acto. El acto en virtud del cual se declara la
voluntad de reclamar ante el juez y frente a otra persona la
resolución de un conflicto suscitado entre dicha persona y el autor
de la reclamación. Un acto mediante el cual se concretiza el derecho
de acción.
• No debe confundirse, sin embargo, con las simples peticiones
PRETENSIÓN
procesales. La pretensión se diferencia de cualquier otro pedido que
pueda hacerse al juez, en que ella constituye el fundamento objetivo
del proceso. Únicamente las peticiones que cumplen con dicha
característica pueden ostentar realmente el nombre de “pretensión
procesal”.
• el subjetivo, que comprende la jurisdicción y competencia del órgano
judicial y la legitimación pasiva y activa de las partes
• el objetivo, que consiste en que la conducta cuestionada sea
susceptible de impugnación.
• la causa Es necesario dar a conocer al órgano judicial una causa o
ELEMENTOS DE LAS título de pedir que indique cuál es el conflicto sobre el que debe
PRETENSIONES pronunciarse (en cuanto a este punto, se discute cuál es el contenido
de la causa pretendi, si son los hechos invocados, las concretas
Por constituir una relaciones jurídicas alegadas, o los hechos y la imputación que
relación jurídica entre respecto de ellos hace el pretensor);
dos sujetos • el de actividad, o sea, que la pretensión se formule en la sede del
órgano competente (lugar), dentro de los plazos señalados (tiempo) y
cumpliendo con los requisitos formales (forma).
• Es el instrumento o documento que contiene la
pretensión y el cual, mediante su presentación, da
inicio al proceso judicial. Con ella se materializa el
DEMANDA
inicio de la instancia y de la acción procesal.
Normalmente, la pretensión procesal se encuentra
contenida, expresada, en la demanda
LA PRETENSIÓN PROCESAL ADMINISTRATIVA
Si bien sostenerse que este tipo de pretensión no se diferencia en forma sustancial de las que no son
administrativas, no cabe duda de que presenta determinadas notas características que permiten su
individualización.
La primera de ellas se refiere al aspecto subjetivo y consiste en que, en la generalidad de los casos, las
pretensiones administrativas son dirigidas contra el Estado o, al menos, alguna otra entidad administrativa y/o
estatal. También puede ocurrir que sea dicha entidad la que introduzca la pretensión ante el juez, dirigiéndola
contra un particular. Son claros ejemplos de estos casos las pretensiones de lesividad, así como las introducidas en
los procesos que tradicionalmente se denominan como de “cobro de pesos” o, incluso, los ejecutivos.
En definitiva, lo que no puede negarse es que, en todos los casos, las pretensiones administrativas involucran, sea
activa o pasivamente, a una entidad administrativa y/o estatal.
Por último, cabe recordar que, si bien gran parte de las pretensiones administrativas tienen por objeto la
impugnación judicial de un acto administrativo, como se verá, este no es el único supuesto que encuadra dentro
de la especie en estudio. Existen también pretensiones que buscan la resolución de conflictos con sustento en
normas propias del Derecho Privado, como ser el Comercial, el Civil o el Laboral.
CLASIFICACIÓN DE LA PRETENSIONES EN GENERAL
Si se toma en consideración su objeto inmediato, es decir la actividad que despliega el juez al dictar sentencia,
pueden dividirse en dos grandes grupos, claramente diferenciados.

DECLARATIVA O CONSTITUTIVA
DE COGNICIÓN MERAMENTE DECLARATIVAS
INTERPRETATIVAS

cuyo objeto consiste en que se declare DE CONDENA


un determinado derecho, o que determinada conducta,
acto u omisión resulte conforme o contrario a Derecho.

CONSTITUTIVAS: se identifica con aquellas que buscan que la declaración judicial opere la creación de una situación jurídica
nueva.

MERAMENTE DECLARATIVAS: las pretensiones que se agotan con la mera declaración del derecho.

INTERPRETATIVAS: son las que procuran que el juez establezca el contenido o alcance de una situación jurídica dada.

DE CONDENA: se requiere, además de la declaración de la situación jurídica, la imposición de una prestación que debe
Ejecutorias” o “ejecutivas”

PRETENSIÓN DE DACIÓN

PRETENSIÓN DE TRANSFORMACIÓN

aspiran a que el juez realice una conducta activa diversa

del mero declarar.

PRETENSIÓN DE DACIÓN: cuando se reclama el cumplimiento forzado de una obligación de dar

PRETENSIÓN DE TRANSFORMACIÓN: en el caso en que el objeto de la pretensión resulte distinto al de dar.


• En el ámbito de los sistemas de control jurisdiccional de
CLASIFICACIÓN DE la Administración, tradicionalmente se han reconocido
PRETENSIONES dos tipos de pretensiones procesales administrativas: la
ADMINISTRATIVAS de anulación y la de plena jurisdicción. Con
posterioridad, se reconocieron las de lesividad (derivada
de la anulación) y de interpretación, sumándose luego el
reconocimiento de las pretensiones determinativas.
• Esta pretensión administrativa se caracteriza por el
PRETENSIÓN DE
hecho de que, quien la introduce, reclama del órgano
NULIDAD judicial la exclusiva declaración de invalidez de un
O acto administrativo, o bien de una determinada
conducta llevada a cabo u omitida por parte de la
ANULACION
Administración. De este modo, constituye por
principio un medio de defensa del derecho violado
que sólo persigue la anulación de la conducta lesiva y
en la que se debate únicamente la legalidad del obrar
administrativo
• En estos casos, el contenido de la demanda no sólo comprende una
PRETENSIÓN declaración (de nulidad o ilegitimidad de determinado acto o conducta
administrativa) sino que también se reclama, como consecuencia de ello,
DE la imposición de una prestación o el reconocimiento de una situación
jurídica individualizada a favor del pretensor para restaurar las cosas a su
PLENA estado anterior o para satisfacer el interés protegido dañado por el acto
lesivo, por vía de la condena a pagar una indemnización sustitutiva.
JURISDICCION
• De este modo, se evidencia que la pretensión de plena jurisdicción es comprensiva
de la de anulación, a lo que cabe anudar el hecho de que le es inherente. Este
extremo ha llevado a la Corte Suprema a considerar, en el precedente “Alcántara
Díaz Colodrero”, que resulta impertinente pretender la fijación de una
indemnización de daños y perjuicios sobre la base de responsabilidad estatal por
acto ilícito, cuando estuviera vencido el plazo para impugnar el acto administrativo
en los términos del art. 25 de la Ley 19.549.
• A esta altura cabe destacar que, por supuesto, el progreso de la pretensión de
anulación no importa, en forma necesaria, el correlativo de la otra acumulada. Pues
el actor puede haber acreditado la ilegitimidad del accionar estatal y no la existencia
de un daño indemnizable, o del nexo causal entre este y la mentada ilegitimidad.
• Esta sólo puede ser esgrimida por la Administración Pública ante el Poder Judicial
con el fin de que declare la nulidad de un acto administrativo cuando el
ordenamiento jurídico le ha prohibido hacerlo por sí misma. Así, constituye una
verdadera excepción, propia del Derecho Público, al principio que veda a quien ha
causado la nulidad (o ejecutado el acto a sabiendas de ella) la posibilidad de
ACCIÓN reclamar judicialmente su invalidez.
• La pretensión de lesividad resulta admisible ante la prohibición legal de que la
DE Administración revoque por sí el acto en cuestión, ya que de lo contrario, el propio
art. 17 de la Ley de Procedimientos Administrativos le impone el deber de proceder
LESIVIDAD a la revocación del acto irregular.
• De este modo, cuando dicho acto se encuentre firme y haya generado derechos
subjetivos que se estén cumpliendo, la Administración deberá recurrir a la Justicia
con una pretensión de lesividad para impedir la subsistencia del acto o la de los
efectos aún pendientes.
• En el ámbito federal, esta pretensión se encuentra expresamente prevista por el
art. 17 de la citada Ley 19.549, el cual, a contrario de lo que ocurre en algunos
regímenes provinciales, no exige como condición expresa de procedencia la previa
declaración administrativa de lesividad. Cabe recordar que, en los casos que ello así
se prevé, es a partir del dictado de dicho acto, que comenzarían a correr los plazos
para la interposición de la demanda.
• Reside en el interés del pretensor de conocer el
exacto alcance de un acto administrativo o establecer
Pretensión de interpretación un plazo que se encuentre indeterminado a su
o determinación respecto.
• Esta petición no responde a un interés abstracto sino
que se promueve con el propósito de evitar el
perjuicio provocado por el estado de incertidumbre
en que se encuentra el pretensor.
Las pretensiones y la vía procesal

En el orden nacional, el art. 25 de la Ley 19.549 establece que, por principio, los actos administrativos serán
impugnados por vía de acción ordinaria, en un proceso de conocimiento. Sólo en el caso en que una norma así lo establezca,
la impugnación judicial podrá perfeccionarse mediante un proceso especial o un recurso directo.

Acumulación de pretensiones administrativas

Las pretensiones que se han descripto pueden ser planteadas separadamente o puede reunírselas en un
mismo proceso. En caso de ejercer primero la pretensión de nulidad y, luego de resuelta esta, promover la de plena
jurisdicción, la prescripción de la acción de resarcitoria sólo podrá tener inicio al quedar firme la declaración judicial de
ilegitimidad o nulidad del acto administrativo que se invoca como causante del daño; pues la pretensión resarcitoria debe
considerarse accesoria y está subordinada a la previa anulación del acto, criterio tanto más predicable a partir de la
jurisprudencia que impide la promoción de una acción por daños y perjuicios cuando haya caducado el derecho de accionar
por la nulidad de los actos administrativos
La oposición a la pretensión

Esta constituye la contracara de la figura de la pretensión procesal. Por lo tanto, plantea los mismos problemas que ella.
Así, debe remitirse al examen ya realizado respecto de su naturaleza jurídica y requisitos. En cuanto a la finalidad de la
oposición, cabe destacar que no fija el objeto del proceso ―cometido propio de la pretensión activa― sino que establece el
límite de la jurisdicción. En consecuencia, la aptitud del juez quedará confinada por los reclamos de una y otra parte, habida
cuenta el carácter dispositivo del proceso en general, exceptuando aquellas materias en las que esté involucrado el interés
público, en tanto ellas resultan irrenunciables.

En definitiva, el demandado puede oponerse, o no. También puede acumular a la litis una nueva pretensión por medio de
la reconvención, la que debe ser objeto de sustanciación con el actor quien podrá, a su vez, oponerse a esta.

Las oposiciones pueden constituir una mera negativa, de modo que se desconocen los hechos y la causa pretendi. En tal
caso, se la identifica como una “defensa” procesal. Por el contrario, la oposición que afirma lo contrario a lo dicho por el
pretensor, mediante argumentos de hecho o de derecho que signifiquen la extinción o impertinencia de admitir la pretensión, se
conoce técnicamente como “excepción”.

Finamente, debe recordarse que la oposición constituye una carga para el demandado, por lo que su omisión puede
conducir a una presunción, iure et de iure con relación a los documentos e iuris tantum con relación a los hechos. Así lo prevé
en forma expresa el art. 356 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. (oponer la excepcione que prevé el código de
rito)
La regulación del Código Contencioso Administrativo de la Provincia de Buenos Aires

El art. 12 del la ley 12.008 de dicha norma precisa las distintas pretensiones administrativas que pueden articularse en el
ámbito provincial, en virtud del objeto que persiguen. Entre ellas, puede encontrarse :

La anulatoria, que busca la anulación total o parcial de actos administrativos de alcance particular o general (inc. 1).

La de plena jurisdicción, dirigida al restablecimiento o reconocimiento del derecho o interés tutelados (inc. 2);

EL resarcimiento de los daños y perjuicios causados (inc. 3); a

La cesación de una vía de hecho administrativa (inc. 5)

Libre orden judicial de pronto despacho (inc. 6).

También recepta pretensiones de interpretación, que requieren la declaración de certeza sobre una determinada relación
o situación jurídica regida por el Derecho Administrativo (inc. 4).
ARTÍCULO 12.- (Texto según Ley 13101) PRETENSIONES. En el proceso contencioso-
administrativo podrán articularse pretensiones con el objeto de obtener:
1.La anulación total o parcial de actos administrativos de alcance particular o general.
2.El restablecimiento o reconocimiento del derecho o interés tutelados.
3.El resarcimiento de los daños y perjuicios causados.
4.La declaración de certeza sobre una determinada relación o situación jurídica regidas por el
derecho administrativo. La pretensión respectiva tramitará con arreglo a lo previsto en el artículo
322 del Código Procesal Civil y Comercial.
5.La cesación de una vía de hecho administrativa.
6.Se libre orden judicial de pronto despacho, en los términos previstos en el Capítulo IV del
Título II.
MUCHAS GRACIAS
POR SU ATENCIÓN
¡¡¡¡¡

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