principio espiritual y ético en que se constituye la experiencia jurídica: El Derecho como experiencia. Así excluimos tanto el que pueda agotarse en una simple teoría o gnoseología jurídica como el que pueda perderse en una práctica no iluminada por la reflexión”(Felice Battaglia. Filosofía del Derecho. Instituto Editorial Reus.Vol.I.Pág.39) ¿Qué es la filosofía ? y ¿Qué es la ciencia? La filosofía es un saber de segundo grado, que presupone por tanto otros saberes previos, “de primer grado” (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos…)…” (…)La filosofía no es así una ciencia, tampoco “la madre de las ciencias”, una madre que, una vez crecida sus hijas, pudiera considerarse jubilada tras agradecerle los servicios prestados. Por el contrario, la filosofía presupone un estado de las ciencias y de las técnicas suficientemente maduras para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida” (Abel Vásquez Hernández: Filosofía del Derecho. Universidad Abierta. San Luis de Potosí. 2006. Pág.13 ) “Una vocación indeclinable impulsa al hombre a proponerse fines, a perseguirlos históricamente y a valorarlos en su necesidad. La filosofía del derecho, (…) tiene como oficio valorar la necesidad intrínseca de las manifestaciones jurídicas, el fundamento absoluto del derecho en relación a las finalidades éticas del hombre” (Felice Battaglia.Op.Cit.Pág 44) “…la ciencia y la filosofía aceptan al Derecho en planos distintos, objetivo y natural el primero, subjetivo y espiritual el segundo; más entrambos puntos de vista no se excluyen, sino que se complementan recíprocamente.(…) no existe ciencia jurídica cuya problemática específica no interese a la especulación” “Sería demasiado abstracta una filosofía del derecho ajena al afán de las ciencias jurídicas particulares que no tuviese que decir nada a ésta señalando por lo menos los límites en que se desenvuelven, o que no revelase el valor crítico que pueden ofrecernos” (Felice Battaglia. Op.Cit.Pág.82) El filósofo español Gustavo Bueno (n.1924), en entrevista con Manuel Atienza concedida en 1997, afirma que la filosofía del derecho es “una de las partes centrales de la filosofía, y lo demuestra la tradición; es decir, el porcentaje mayor del peso relativo de los intereses jurídicos en los clásicos, desde Platón, Aristóteles, Kant, Hegel, está demostrado… no digamos Suárez, Domingo de Soto” “Es decir que las grandes figuras consideradas como filósofos han dedicado parte fundamentalísima de su obra al estudio de la filosofía del derecho. A mí me parece que la filosofía del derecho es fundamental en un sistema filosófico. Es imposible citar un solo ejemplo de sistema filosófico donde no haya ocupado un punto central” Doxa : Cuadernos de Filosofía del Derecho, núm. 20 .Alicante.1997.Pág.500. Entre los diversos sistemas filosóficos Gustavo Bueno encuentra al materialismo como la más radical crítica en el presente y respecto a la filosofía del derecho traza tres ejes en los cuales se organiza: el eje radial, el eje circular y el eje angular. “…el eje radial (en torno al cual se inscriben todo tipo de entidades impersonales debidamente conceptualizadas), el eje circular (en el que se disponen principalmente a los sujetos humanos y a los instrumentos mediante los cuales estos sujetos se relacionan) y el eje angular (en el que figuran los sujetos dotados de petición y conocimiento, pero que sin embargo no son humanos, aunque forman parte real del mundo presente) (Abel Vásquez Hernández. Op.Cit.Pág.14) “La filosofía del Derecho tiene como zona central de trabajo el Derecho legítimo. Determinación de la legitimidad del derecho y, dentro de él, crítica tanto del Derecho válido y del Derecho eficaz, como de la legitimidad legalizada y de la legitimidad eficaz, crítica llevada a cabo desde el tercer y más radical nivel de legitimidad: la legitimidad justa” (Elías Díaz. Sociología y filosofía del derecho. Editorial Taurus. 1977.Pág.63) FILOSOFÍA JURÍDICA MENOR Y FILOSOFÍA JURÍDICA MAYOR
“…el fenómeno jurídico, como único objeto
material, puede ser tratado desde dos ángulos visuales distintos (…) desde dentro lo enfoca la Filosofía Jurídica Menor, o sea la Jurística, desde fuera la Filosofía Jurídica Mayor, o sea la Filosofía del Derecho a secas. La primera construye (mediante análisis y síntesis; la segunda incorpora (mediante integración)” (Werner Goldschmidt. Introducción filosófica al derecho. Ediciones Depalma. Buenos aires.1967.Pág.5) “La filosofía jurídica puede construir el mundo jurídico como una totalidad sirviéndose de conceptos tomados a préstamo de diversos sistemas filosóficos, sin preocuparse de la compatibilidad de éstos entre sí, examinando la coherencia interna de la misma” (Ibídem) “Tal filosofía puede llamarse ‘libre’o ‘independiente por no estar vinculada a ninguna filosofía; pero como los vocablos indicados se prestan a confusiones por sugerir un juicio de valor positivo, tal vez sea indicado hablar de una filosofía menor o de una Jurística” (Ibídem) “…la jurística sólo puede ser desarrollada por una persona que vive dentro del mundo jurídico, o sea, por un jurista activo; por el otro lado, este jurista debe tener, por cierto conocimientos filosóficos. (Werner Goldschmidt. Op.Cit.Págs.5-6) “La jurística analiza la estructura del mundo jurídico. Su lugar en el plan de estudios está al principio de él, ya que despliega ante los ojos de quienes ingresan en la carrera, el mundo entero dentro del cual estarán llamados a actuar. El nombre tradicional de la Jurística es el de ‘Introducción al derecho’” Iusnaturalismo y positivismo jurídico
Hasta el siglo XVIII, la filosofía del derecho se
identificaba con el derecho natural “entendido este como sinónimo de derecho justo, de justicia sin más. La ‘Ciencia del derecho natural’, los tratados sobre la ley natural y sobre la ‘virtud ética de la justicia’ han constituido formalmente los precedentes históricos de lo que después sería la filosofía del derecho” (Elías Díaz.Op.Cit. Pág271) “La expresión filosofía del derecho es, en efecto, una denominación nueva para un objeto antiguo que, por estar tratado en una conexión conceptual más amplia, no tenía etiqueta propia” (Antonio Truyol y Serra. Fundamentos de Derecho Natural. Citado por: Elías Díaz. Op. Cit.Pág.272) “…desde finales del siglo XVIII comienza a desaparecer de la literatura jurídica la vieja denominación de Derecho natural, que había designado una reflexión especulativa de tradición secular, para ser sustituida paulatinamente por el nombre nuevo de Filosofía del Derecho” (Felipe Gonzáles Vicén. La filosofía del derecho como concepto histórico. Citado por Elìas Díaz. Op.Cit.Pág.272) “…si la denominación derecho natural desaparece es porque desaparece también una forma determinada de especulación sobre el Derecho, y(…) la nueva denominación de ‘filosofía del derecho’ lejos de ser fruto de un capricho, expresa el nacimiento de nuevos problemas y de una nueva metodología en la reflexión filosófica sobre el Derecho” (Felipe Gonzáles Vicén. La filosofía del derecho como concepto histórico. Citado por: Elías Díaz. Op. Cit.Pág.273) “…el paso del iusnaturalismo al positivismo jurídico (…) no se dio impunemente, es decir, no se dio sin que aquél dejase metodológicamente marcado a éste” “El gran prestigio del método deductivo-racional utilizado por el iusnaturalismo iba a persistir incluso cuando el objeto al cual dicho método se aplicaba, no era ya un Derecho abstracto, racional, universal e inmutable, sino un Derecho concreto, histórico, contingente y mudable” “Los juristas positivistas, no sólo en esos momentos iniciales del cambio (Escuela de la Exégesis, Jurisprudencia conceptual, etc.) sino también mucho después (actitudes propias de la Allgemeine Rechtslehre, de la Ciencia del Derecho público alemán, o incluso de la teoría pura del derecho) se valdrán predominantemente de una metodología deductivo racional aplicada ahora al derecho positivo” “De hecho, el positivismo jurídico ha aparecido en la historia como negación de la Filosofía del Derecho, como negación al menos de una filosofía que, en una u otra orientación (…) pretenda ocuparse también de problemas valorativos (problemas relativos al mundo del deber ser)” “La Filosofía del Derecho contemporánea va a tener que constituirse, así, a través de una doble polémica: por un lado, frente al iusnaturalismo, medieval y racionalista, afirmándose como reflexión sobre el Derecho histórico, concreto; por otro, también frente al positivismo, afirmándose como reflexión que trasciende los datos y hechos empíricos a través de los cuales se expresa el Derecho positivo” (Elías Díaz. Op.Cit. Págs.296- 299) “La Filosofía del derecho tendrá, por tanto, que polemizar desde el principio no ya sólo con el viejo iusnaturalismo sino sobre todo con el nuevo positivismo: aquél reducía la Filosofía del Derecho a Derecho natural; éste a Ciencia del derecho o, en otras direcciones, a Sociología Jurídica.”(Elías Díaz.Op.Cit.Pág.299) “Para el iusnaturalismo tradicional escolástico- medieval, sólo el Derecho natural es auténtico Derecho; el positivo lo será sólo en la medida en que coincida con aquél, en la medida en que sea un derecho justo (…)” “Para el positivismo, en cambio, la justicia aparece, en palabras del profesor Aranguren, como ‘una exigencia moral que el derecho propiamente dicho, el derecho positivo, debe cumplir: el derecho ha de ser justo, como ha de ser lógico (coherente), referido a cuestiones reales, etc.” “’…Pero el derecho que no sea justo, como el que no sea lógico, referido a cuestiones realmente planteadas, etc.-advierte-,no por eso deja de ser derecho (positivo).Y viceversa, el llamado derecho natural, por muy justo que sea, no es derecho (vigente) mientras no llegue a adquirir positividad’” (Elías Díaz. Op.Cit.Págs.300- 301.,citando a José Luis Aranguren y su obra :Ética y Política. El profesor Aranguren destaca que el derecho natural a diferencia del positivismo mantiene abierto el derecho a la totalidad de la cultura y de la sociedad, a través de la historia en su pasado y en su futuro. Elías Díaz apunta que los “positivistas” de nuestra época: Kelsen, Hart o Bobbio han sido “felizmente infieles a los postulados de la no valoración en el mundo del Derecho” (Elías Díaz.Op.Cit.Pág.303 Para Bobbio el Derecho natural no es derecho pues “no sirve para fundamentar un acuerdo unánime sobre lo que es justo o injusto”, y aclara que estas críticas no deben afectar el papel del Derecho natural en la historia ni suponer la no “existencia de valores morales superiores a las leyes positivas ni tampoco al contenido de las mismas, sino únicamente, a su motivación” (Elías Díaz. Op. Cit. Pág.304. citando a Norberto Bobbio en su Crítica al derecho natural.) La filosofía y la teoría del derecho ante el reto de la globalización”
“Los problemas actuales de la filosofía y al teoría del
derecho deben ser estudiados desde una perspectiva de totalidad. La sociedad humana es multidimensional y, asimismo, lo son sus problemas éticos, jurídicos y políticos. Por eso, hay que captar la dinámica y compleja red de su conexiones globales” “La globalización es el término con el que se alude a los actuales procesos integradores de la economía: financiación, producción y comercialización. Dichos procesos de integración e interdependencia se producen a escala planetaria, rebasando los límites tradicionales establecidos por las fronteras de los Estados” (Antonio E. Pérez Luño. Trayectorias contemporáneas de la filosofía y la teoría del derecho. Palestra. Lima.2005.Pág.135) “…la filosofía y la teoría del derecho son eslabones que postulan un universo interconectado cuyo atributo más notorio es la interdependencia” “En definitiva, como alternativa a las tentativas teóricas aislacionistas y autoreferentes (autopoiéticas) del derecho, parece más oportuno avanzar hacia marcos teóricos omnicomprensivos, como el que propugna la filosofía de la experiencia jurídica, postuladores de su carácter interdependiente y heteropoiético.” “Para ese propósito totalizador del derecho, nada se muestra estático, nada parece aislado” (Antonio E. Pérez Luño. Op.Cit.Pág140) “Tratándose de fenómenos e ideas en plena gestación, no podrá pedirse que su análisis posea perfección sistemática y arribe a conclusiones firmes. La última centuria se ha caracterizado por una incesante transformación de los sistemas jurídicos, así como por la inagotable aparición de nuevos problemas y nuevos desafíos para el derecho” “la aparición de un paradigma metódico y problemático novedoso, avalado por las nuevas formas de ver esas categorías, no han supuesto la renuncia…(al) programa ilustrado de la filosofía y la teoría del derecho y que continúa vigente: promover la racionalización de los sistemas jurídicos teniendo como horizonte la plena emancipación humana” (Antonio E. Pérez Luño. Op.Cit.Pág.141) Teorías últimas en la filosofía del derecho John Rawls (1921-2002) y su teoría moral. Jürgen Habermas (1929)y su teoría democrático- deliberativa. Otras líneas complementarias: Richard Rorty (1931-2007) y su teoría neopragmática Niklas Lühmann(1927-1998) y su teoría de los sistemas. LA FILOSOFÍA DEL DERECHO EN SUS INICIOS EN LOS PRIMEROS TIEMPOS
En esta etapa se habla de la ley natural, “una norma
de justicia suprema… que los hombres conocen por estar inscrita en sus propias conciencias” (Jorge Hübner Gallo. Manual de Filosofía del Derecho. Editorial Jurídica de Chile. Santiago de Chile.1963.Pág 235) Las referencias principales a esta ley natural están contenidas en la literatura religiosa diversa de las primeras culturas y civilizaciones de oriente como los chinos, hindúes, israelitas, mesopotámicos y especialmente en el Código de Hammurabi. El Libro de los Muertos, máximo libro religioso de los egipcios “revela la alta conciencia moral del pueblo egipcio. El Derecho y la justicia aparecen, unidos a la ética, como el orden establecido por la divinidad” (Ibídem) “El difunto, en el tribunal de Osiris, tenía que comparecer ante la diosa Maat (ley, orden) y en su defensa alegaba: ‘Yo no maté a nadie. No escandalicé en el lugar de la justicia. No sabía mentir. No hice mal. No obligué como superior a trabajar para mí durante todo el día a mis criados…’” (Jorge Hübner Gallo. Op.Cit. Págs 235-236) EN GRECIA
Con los filósofos griegos se llega a la desde la
reflexión sobre el origen del cosmos y del hombre a la reflexión en torno al derecho, la justicia, la moral, la política, etc., y por ende se fortalece la idea del derecho natural. “la idea del derecho natural se racionaliza, se opone críticamente al Derecho Positivo y se fundamenta, por regla general, en la propia divinidad o en una ley cósmica que rige al universo entero” (Ibídem) GRECIA: PERIODO PRECLÁSICO
En este periodo, los filósofos presocráticos centraron
su reflexión en el orden cosmológico que rige lo creado a partir de un principio del universo (arjé en griego) que lo explica. Thales de Mileto (639 ó 624- 547 ó 546 a.C.), inicia la indagación racional sobre el Universo. Wilhelm Windelband, señala este periodo como cosmológico, donde destaca a la Escuela de Mileto con Thales,Anaximandro y Anaxímenes cuyo principal interés fue conocer la naturaleza orgánica del mundo y del hombre, para conocer la causa unitaria del mundo. Se caracterizaron por sus concepciones hilozoístas, al considerar que la naturaleza tenía sensibilidad y un principio activo que estaba en la esencia de todas las cosas. “Los milesios nunca se preocuparon por indagar la causa de la transformación incesante de la materia, que al acontecer en general como un hecho indubitable cuyas formas particulares simplemente describieron. La substancia cósmica estaba dotada para ellos de algo, por esencia, vital, espontáneo, esto es, de los caracteres propios de los organismos” (Wilhelm Windelband.Op.Cit. Pág.93) Para Anaximandro ya existía la idea de una justicia (dikee) cósmica que gobierna el mundo y hace que las partes se correspondan las unas con las otras. En Thales esa materia cósmica era el agua, en Anaxímenes el aire. Para Anaximandro, fue el apeiron o infinito, que escapaba a la experiencia. Era una substancia material “a la que Anaximandro le adscribió todos los atributos conceptualmente postulados de la arjé: increada e imperecedera, inagotable o indestructible” (Wilhelm Windelband.Op.Cit.Pág.94) También son representativos de este periodo: la Escuela eleática con Jenófanes, Parménides, Zenón y Meliso. Un punto clave es la oposición entre el “ser” de Parménides y el “devenir” de Heráclito por el problema del ser. “…en la noción milésica de la substancia cósmica se hayan unidas aunque indiferenciadas las notas de lo permanente y la de la espontánea transformación. Jenófanes aisló el primero de esos momentos; Heráclito el segundo” (Wilhelm Windelband. Op.Cit. Pág 98) “Heráclito toma al mundo por un fuego eternamente vital y al fuego por la esencia de todas las cosas, sin embargo, no entiende bajo esta arjé, una materia que sirviese de base a todas las transformaciones; ésta, más bien, es la transformación misma, el flujo y reflujo del devenir y el perecer” (Ibídem) Parménides afirmaba que se había apartado del sendero de los hombres para escuchar el “espíritu del Derecho y la Justicia”. “Este ritmo del acontecer (que tiempos posteriores ha denominado la legalidad de la naturaleza) es lo único permanente; lo llama Heráclito lo rutinario (eimarménee), el orden cósmico (dikee), la razón del mundo (logos)” (Wilhelm Windelband. Op.Cit. Pág99) Parménides se opone a Heráclito con su concepto del ser y su contraparte el ‘no ser’. Un ‘no ser’ “es lo que no existe, ni puede ser, ni puede ser pensado. Todo pensar se refiere a lo que existe, pues, este constituye el contenido de todo pensamiento. No hay pensamiento cuyo contenido no sea el ser; no hay ser que no pueda ser pensado: pensar y ser son una y la misma cosa” (Ibídem) Heráclito de Efeso, Empédocles y Anaxágoras inspiraron la fundación de la Escuela atomista de Abdera con Leucipo a la cabeza. La Liga pitagórica se formó a partir de Pitágoras y unos de sus primeros impulsores fue Filolao. Para Empédocles son cuatro los elementos que componen la naturaleza: tierra, aire, agua, fuego. “Cada uno de estos cuatro es ‘increado e indestructible, en sí homogéneo e invariable, pero al mismo tiempo divisible en partes” (Wilhelm Windelband. Op.Cit.Pág 103) “…la teoría del ser de los eléatas niega con la pluralidad y variabilidad de la substancia también el devenir. Según su metafísica, el acontecer era inconcebible, imposible” (Wilhelm Windelband. Historia de la filosofía. Tomo I.Pág.120) “Nociones más precisas y conceptos más aproximados para explicar el acontecer de las cosas singulares se encuentran en los filósofos posteriores ( entre ellos Empédocles, Anaxágoras y Leucipo) que, para tal objeto, fraccionan el ser absoluto de los eléatas en elementos (homeomerías, átomos) todos, sin excepción, afirman que el devenir no es otra cosa que el movimiento de invariantes partículas corporales” (Wilhelm Windelband.Op.Cit.Pág.121) Leucipo considera el espacio vacío como ilimitado (apeiron) en oposición al ‘ser’ limitado de Parménides. “Leucipo pulveriza, por así decirlo el cuerpo universal de Parménides y esparce sus partículas en el espacio infinito; pero cada una de estas partes es como el ser absoluto del eléata, eterna e invariable, increada e indestructible, en sí homogénea, limitada e indivisible. Por tal motivo con el nombre de átomos (atomoi) se designó a estos fragmentos del ser” (Wilhelm Windelband.Op.Cit.Págs. 107-108) Para Leucipo los átomos “ que se encuentran en el espacio vacío se afectan mutuamente por agresión y choque; su mezcla da origen a los pequeños y grandes cuerpos y a las masa de cuerpos de donde, a su vez, se disgregan y esparcen por obra de impulsos externos de otras masas. En este cambio permanente de asociación y disociación de los átomos consiste todo devenir” (Ibídem) “Anaxágoras de Clazomene “describe, siguiendo a las poesías cosmogónicas, cómo al origen del mundo precedió un estado caótico donde los elementos yacían sin orden alguno: más tarde vino el nous, la substancia racional y los puso en movimiento” (Wilhelm Windelband.Op.Cit. Págs 124-125) Diógenes de Apolonia reelabora el “nous anaxagórico al ligarlo con el principio hilozoístico del arjé, pero lo equipa con las notas del nous, de la omnisapiencia y de la fuerza ordenadora; llama a este ‘hálito racional’ ‘pneuma’ y advierte que es el principio no solo del universo sino también del hombre y de los otros organismos.(Ibídem) “Todas estas doctrinas admiten la existencia originaria del movimiento. Aún más, suponen que las variaciones cualitativas de las cosas singulares son el resultado de cambios de lugar de los elementos, ora en espacio vacío (atomistas), ora en un espacio pleno de partículas materiales ( Empédocles, Anaxágoras ).De ahí que la oposición de la escuela eléatica con estas doctrinas se dirija, ante todo, al concepto de movimiento…” (Wilhelm Windelband. Op.Cit. pág126) “El intento de la doctrina pitagórica de los números de reducir a fórmulas matemáticas la realidad empírica, es claro signo de influjo eléatico: al concebir, empero, a esta última como una imitación o copia de aquéllas, se atribuye a las cosas singulares y al fenómeno del devenir que en ellas se efectúa, cierta realidad, bien que derivada y secundaria” (Wilhelm Windelband. Op.Cit.Pág.127) GRECIA: PERIODO CLÁSICO
En la periodización de Windelband es el periodo
antropológico, donde el centro de reflexión ya no es el cosmos precisamente sino el hombre. Los filósofos más importantes aparte de los tres clásicos: Sócrates, Platon y Aristóteles, son los estoicos y los sofistas. El contrapunto ideológico que se establece entre los estoicos y los aristotélicos se da entre physis y nomos, entre naturaleza y ley “Sócrates afirma que el hombre justo debe obedecer, no sólo a las leyes del estado, sino a las leyes no escritas de los dioses, válidas en todos los pueblos” (Jorge Hübner Gallo. Op.Cit. Pág.236) “Aristóteles, especialmente en la ‘Ética a Nicómaco’, se refiere a la distinción entre el derecho Positivo y el derecho natural, expresando que éste último es universal y no escrito. Existen acciones, agrega, que serán siempre malas, como el adulterio, el latrocinio, el asesinato” (Ibídem) En el drama Antígona de Sófocles, Antígona, al rebelarse contra la orden del tirano de escarmentar a cualquier opositor, impidiéndole que su hermano sea sepultado, ella transgrede la norma invocando el derecho natural. “Tus leyes no han sido proclamadas ni por Zeus ni por la Justicia que habita con las divinidades… Pienso que los decretos de un mortal como tú no tienen fuerza para prevalecer contra las leyes no escritas, obra inmortal de los dioses. Estas leyes no son de hoy ni de ayer; siempre imperativas, no sabemos su origen.¡Podría yo dejar de recordarlas por temor de las amenazas de un hombre y así incurrir en la venganza de los dioses?” (Antígona.Sófocles. Citado por Jorge Hübner Gallo.Op.Cit.Pág.237) Crisipo uno de los estoicos más famosos afirma “El mundo es un gran Estado con una razón y una ley. La razón natural ordena o que se debe hacer y prohíbe lo que se debe omitir” (Hasso Hofmann. Filosofía del derecho y del Estado. Universiad Externado de Colombia. Trad.Luis Villar Borda. Bogotá.2002.Pág.119) En el cosmopolitismo de la Stoa se hunde lo que todavía era constitutivo para la filosofía de Aristóteles: la diferencia entre los griegos y sus ciudades y los bárbaros con sus reinos, entre los estamentos sociales de las polis, entre los hombres libres y esclavos por naturaleza” (Haso Hofmann.Op.Cit.Pág121) Los sofistas representados por Gorgias y Protágoras y otros como Antifonte, contemporáneo de Sócrates, afirmaban que “la justicia consiste en no contravenir los preceptos legales del Estado en el cual se es ciudadano. (…)” “Un hombre tendrá, pues, las mejores ventajas para sí en la aplicación de la justicia cuando él ante testigos acata respetuosamente las leyes; por el contrario, sólo y sin testigos sigue los mandamientos de la naturaleza. Pues los preceptos de las leyes son arbitrarios; los de la naturaleza, en oposición, son necesarios. Los de las leyes han sido acordados, no han crecido como, por el contrario, los de la naturaleza han crecido, no habiendo sido concertados” (Hasso Hofmann.Op.Cit. Pág 111) “Según la narración-por cierto no poco parcializada- de Platón, otros sofistas interpretaron esa diferenciación naturalísticamente en el sentido de una primacía del más fuerte y saludable por naturaleza. Las leyes en cambio serían solo convenciones para amordazar al mejor equipado por la naturaleza, o sea, simplemente expresión de envidia y desagrado de los más pequeños y débiles” (Hasso Hofmann. Op.Cit. Pág.112) Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, acuñó el concepto de derecho natural enlazando la antítesis de los justo por naturaleza y lo justo en virtud de estatuto pues, tiene en todas partes la misma fuerza de validez y es independiente de la aprobación de los hombres, mientras el derecho legislado se encuentra a su disposición. (Ibídem) “Esta definición parece aludir a una jerarquía de normas escritas y no escritas en el sentido de Sófocles y puede ser utilizada en forma abstracta, pero aquí se ha pensado en forma diferente” (Ibídem) “Aristóteles concibe que el derecho de la polis consiste de una parte de derecho natural y de otra parte de derecho legislado, ambos conjuntamente”. (Ibídem) “Platón escribe de manera retrospectiva en la 7ª carta que él, precisamente con la visión de los hombres que tenían en sus manos los negocios del Estado, las decadentes costumbres y las leyes desastrosas, finalmente habría llegado a la convicción de que todos los Estados sin excepción tendrían la peor constitución y sólo la filosofía correcta haría posible conocer en el Estado y en la vida de los hombres individuales lo que es justo” (Hasso Hofman.Op.Cit. Pág.114) “Con su equiparación inicial de justicia con justicia legal, Aristóteles había abolido la antítesis abstracta de derecho natural y derecho positivo. Pues el derecho natural no es para él una norma abstracta ni la prescripción de la polis algo simplemente arbitrario” (Hasso Hofmann.Op.Cit. Pág.135) Pero esa antítesis resurge por la desventaja del derecho legislado de la generalidad “Abstracción y generalidad corresponden a la igualdad ética. Todos los preceptos jurídicos, se dice en la Ética a Nicómaco, se comportan en el caso legal concreto como lo general respecto de lo particular” (Ibídem) Su texto de la Ética “indica el problema de que, a causa de la generalidad de la ley, en el caso concreto es necesaria una legitimación de la justicia legal. Aristóteles llama esa elevada forma de la justicia llamada epiekeia, epikie, equidad” (Ibídem) “Los juristas romanos han distinguido según eso entre ius strictum e ius aequum y con la posibilidad de corrección de esta manera lograda para el ius strictum, lo han guarecido de que se transforme en la extrema consecuencia de su aplicación (summun ius), en una gran injusticia (summa iniuria). (Ibídem) “No siempre es posible, enseña Aristóteles, abarcar una determinación general, que sea correcta para todos los casos allí incluidos. Concibe tales errores inevitables de la ley como vacíos legales, como falta de la correspondiente regulación especial. Desde allí postula para esos casos un procedimiento interpretativo complementario de la ley que recurre al espíritu de la regulación respectiva” (Ibídem) “Al identificar Aristóteles esos ‘mandamientos de los dioses’ con las leyes que comparten recíprocamente todas las sociedades civilizadas, suceden dos cosas: en primer lugar, la equiparación mundana de la justicia y la legalidad de la polis es perturbada por el recuerdo en la trágica ruptura de la nunca más cerrada diferencia entre el derecho y lo justo (…) “…pero, de otra parte, se alude aquí al mismo tiempo a la suavización de esa tensión, tal como ha sido realizada recurriendo a la razón cosmopolita de la humanidad, aportada por el posterior derecho natural de la Stoa” (Hasso Hofman.Op.Cit.Pág.136) EN ROMA
MARCO Tulio Cicerón (106-43 a.C) es “el gran
espíritu transmisor entre Atenas y Roma. Ciertamente depende de la Academia platónica, pero en teología y ética defiende las doctrinas estoicas y en consecuencia se cuenta entre los discípulos de la Stoa romana” (Hasso Hofman.Op.Cit. Pág.120) Cicerón dice como el estoico ateniense Crisipo que “la ley eterna y verdadera de la naturaleza es una con la razón implantada en todos (recta ratio, difusa in omnes). Con esta idea religiosa consiguen los estoicos relativizar la propia experiencia de la relatividad del derecho” (ibídem) Marco Aurelio (121-180),otro representante de la Stoa romana, en sus “Autorreflexiones” escritas en griego dice que ”los hombres son como ciudadanos del Estado superior, del cual otros Estados solo conforman, por decirlo así, casas particulares” (Ibídem) Epicteto (50-138) afirmaba en sus Diatriben (Conferencias) que “el cosmos sería una única ciudad y cada hombre un ciudadano del mundo a causa de su parentesco con Dios” Hasso Hofmann.Op.Cit.Pág 118) Séneca (4 a.C.-65 d.C.) afirmaba que “somos miembros de un gran cuerpo inspirado en la divinidad” y “acentuó la forma religiosa de la doctrina con la naturaleza racional de origen divino del hombre y reclamó desde entonces un tratamiento humano de los esclavos”(Hasso Hofman. Op. Cit. Pág 121) Marco Aurelio reflexionaba en “lo cercano del parentesco del hombre con la estirpe humana” y que no es éste “una comunidad de la sangre o el semen, sino del espíritu”. Tal era el espíritu de universalismo y la búsqueda de un personalismo igualitario de la humanidad que de esta manera colocaron las piedras angulares de los derechos humanos modernos. (Hasso Hofmann. Op.Cit. Págs.121-122) Sin embargo, la filosofía de los estoicos no pudo argumentar contra la esclavitud, aunque filósofos como el esclavo liberto Epícteto planteaba reconocer a los esclavos como hombres. (Ibídem) Para Cicerón, “la comunidad de hombres estaría unida por un derecho único (unum ius),que fundamenta una sola ley (lex una),idéntica a la razón correcta del justo en el mandar y en el prohibir. Sin esa justicia natural (iustitia natura) no habría en absoluto ninguna justicia, sino sólo regulaciones manipulables arbitrariamente según su utilidad” (Hasso Hofman. Op. Cit. Pág123) Continúa diciendo Cicerón en su obra Del Estado (De re publica): “la ley fundada en la naturaleza, vale de igual manera en todas las partes y en todos los tiempos y para su esclarecimiento no es necesario un jurisconsulto. Tampoco puede ,en consecuencia, ser abolida y los propios hombres no podrían ni aún por medio de su más elevada instancia legal separarse de ella” (Ibídem) Para Cicerón, “‘el acuerdo de todos (consensus omnium) es la voz de la naturaleza’ en lugar de una visión elitista de una sociedad, así podrá avanzar de la simple indicación de una ley natural hacia la fundamentación de una regla. La primera teoría jurídica de la modernidad formulada por Hugo Grocio apoya en este paso decisivo” (Hasso Hofmann. Op.Cit.Pág 124). Haciendo (Cicerón) “la distinción entre lo legal (la ley positiva) y lo jurídico (la justicia), el ilustre pensador observa que es un absurdo creer que todo lo que se promulga como ley o como decretos sea justo” (Jorge Hübner Gallo.Op.Cit.Pág.237) El gran desarrollo alcanzado por el derecho romano hizo más clara la distinción entre el derecho natural y el derecho positivo produciendo grandes juristas como Quintiliano, Gayo y Ulpiano, entre otros. Este último, jurista del clasicismo tardío, sostiene que el derecho (ius) tiene su nombre de la justicia (iustitia) (Hasso Hofmann. Op. Cit. Pág.58) El mundo jurídico
“Dijimos que filosofía es conciencia de lo
universal; por lo tanto, la Filosofía del Derecho será conciencia del universal jurídico, comprendiendo éste tanto lo que es el resultado de la experiencia jurídica como el de la especulación de la sustancia ideal de lo jurídico” (Lino Rodríguez-Arias Bustamante. Ciencia y filosofía del Derecho. Ediciones Jurídicas Europa-América. Buenos Aires.1961. Pág 29) “El mundo jurídico, que es producto de la elaboración de los hombres y, por ende, un fenómeno cultural, se haya arrojado unas veces de lleno a la esfera del ser no sensible (singularmente a la del valor), y otras del mundo sensible (…)” “La metafísica iusnaturalista procedió del primer modo, es decir, proyectando el derecho dentro del mundo de los valores; el positivismo jurídico adopta la segunda posición, esto es , no admitiendo otro derecho que aquel que es resultado de la experiencia jurídica, llegando incluso a considerarle como un trasunto de la realidad social” (Ibídem) Carácter valorativo de la filosofía del derecho
“La filosofía no es una suma de los resultados (…)
sino que es una crítica de las ciencias y toda crítica supone ya una valoración” (Lino Rodríguez-Arias Bustamante. Op.Cit. Pág.75) “…las ciencias tienen como finalidad explicar lo que ven, el ser de las cosas, lo que es, la filosofía, por el contrario, representa una comprensión total (…) gracias a la cual la realidad es situada en una visión cósmica fundamental”(Lino Rodríguez-Arias Bustamante. Op.Cit.Pág.76) Ontología y axiología
“Cuando la Filosofía estudia lo existente denomínase
ontología. Cuando se refiere a las normas o valores, llámase axiología” (Ibídem) “Cuando las ciencias versan sobre el ser, mas no lo consideran íntegra sino parcialmente; de este modo, es posible distinguir la especulación filosófica como ontología de las diversas disciplinas científicas” (Ibídem) Kant nos dice “que las ciencias estudian la realidad, y que también lo hace la Filosofía; cada vez que una ciencia se ocupa de un determinado problema, la Filosofía podría considerarse superflua. Sin embargo, hay una realidad que la ciencia no estudia, ni puede estudiar, que es la ciencia misma puesta como objeto” (Ibídem) El iusfilósofo boloñés Giorgio Del Vecchio (1878- 1970) considera que el Derecho “es un principio de valoración práctica, porque se refiere al obrar, a las acciones, por lo que lo define como la ‘coordinación objetiva de las acciones posibles entre varios sujetos, según un principio ético que las determina, excluyendo todo impedimento’” (”(Lino Rodríguez-Arias Bustamante. Op.Cit.Pág.78) La axiología jurídica
“Estudia los valores a cuya realización debe aspirar
todo orden jurídico positivo. Para la mayoría de los autores, es la justicia la finalidad suprema del derecho” (Lino Rodríguez-Arias Bustamante. Op. Cit. Pág.79 “Dice Miguel Reale, que el problema central de la filosofía es el valor de lo justo, del cual se ocupa la deontología jurídica; pero el estudio de esta materia implica también la plena determinación de la consistencia de la realidad jurídica (…) Otros autores, por el contrario creen descubrir como fin fundamental del derecho, el principio del bien común, mientras hay quienes consideran que es el valor de la seguridad” (Ibídem) El ser y el deber ser del derecho
El problema ontológico del derecho nos lleva a
plantear desde una posición formalista que la filosofía del Derecho, se hace cargo del problema del Ser (del derecho) así como el derecho lo hace del Deber ser. Hay autores que hablan de una normatividad ética, o sea, del Derecho como exigencia de una ley ética superior (iusnaturalismo);o que configuran el Derecho como vida objetivada ( Recaséns Siches) o como orden de la comunidad o institución (Hariou, Renard,etc) Para Legaz y Lacambra el problema fundamental de la filosofía del derecho se especifica en tres cuestiones fundamentales: 1. Establecer la índole constitutivamente social del Derecho, como forma de vida colectiva y como libertad que crea esa forma y actúa dentro de ella o en contra de ella. 2. Mostrar cómo ese carácter social que tiene el Derecho por esencia lleva una imperatividad ética, que sin perder las raíces en el orden de la vida personal como vida moral, ha sufrido la transmutación propia del modo de ser social. 3.La finalidad de la filosofía es sistematizar las categorías conceptuales en que se expresan las estructuras fundamentales de toda posible realidad jurídica. Aunque para Norberto Bobbio, estos elementos formales pertenecen ya a la teoría general, si queremos llegar a un deslinde entre teoría general del derecho y la filosofía del derecho. Lino Rodríguez-Arias define la filosofía del derecho como ciencia suprema por su visión amplia y universal y lo hace basado en conceptos del iusnaturalisno y del comunitarismo. La filosofía del derecho para Lino Rodríguez-Arias
“Es la ciencia suprema que se remonta al ámbito
de lo universal, mediante un doble proceso cognoscitivo intuitivo y racional, que lleva a comprender el mundo de los valores jurídicos y las exigencias de la realidad social, tratando de ajustar esta última a los cánones del Derecho natural, para que de este modo predomine el bien común en todas las actividades de la sociedad humana” “Juris naturalis scentia”
Filosofía del derecho “es una denominación nueva
para un objeto antiguo que, por estar tratado en una conexión conceptual más amplia, no tenía etiqueta propia” “… en la antigüedad clásica y cristiana, se ocuparon de las cuestiones propias de la Filosofía jurídica en tratados de ética y política (Aristóteles) o más concretamente en diálogos sobre La República y Las leyes ( Platón, Cicerón) o en obras sobre los deberes (Cicerón, San Ambrosio)” O “con motivo del estudio de materias concretas, como sucede con San Agustín, en De libere arbitrio o en su De ordine, por ejemplo” “El pensamiento escolástico medieval y el renacentista conservaron la tradición de los tratados De legibus (Tomás de Aquino, Suárez) y De Republica (Bodino), a la que añadieron los que versaban sobre ‘la justicia y el derecho’, a la manera justinianea (Domingo de Soto, Luis de Molina)” Cuando en los siglos XVII y XVIII la escuela racionalista separa Moral de derecho y proclama la autonomía de éste, “se produce la conversión del Derecho natural en disciplina propia, recogiéndose en su contenido todas las nociones que corresponden a la Filosofía jurídica” Pufendorf, Tomasio y Wolff escriben obras con referencia al ‘ius nature et gentium’. Gustavo Hugo, el primero que al parecer utilizó el término Filosofía del Derecho, Hegel y Ahrens recogieron también la denominación ‘ius naturalis scentia’ o ‘ius naturalis’. (Lino Rodríguez-Arias. Op. Cit. Pág.30) La “excesiva exaltación que realiza la escuela racionalista del Derecho natural, es lo que motiva una reacción en contra del positivismo jurídico, que la repudia (…) justificando su ataque en que dicha escuela se había apartado en sus elucubraciones de las consideraciones de la vida social” “Por esta razón el positivismo jurídico reduce los estudios de la Filosofía del Derecho a la investigación de los conceptos fundamentales del ordenamiento jurídico positivo, por vía de inducción o comparación histórica. Esa labor la realizan la escuela de la exégesis francesa, la escuela del Derecho Comparado o la escuela etnológica del derecho” . A partir de este momento se utilizará la expresión ‘Filosofía del Derecho’ de manera distinta al de ’derecho natural’. “Pero también los excesos en que incurrió el positivismo jurídico al reducir la filosofía del derecho a una simple síntesis de los resultados obtenidos de la experiencia jurídica traen como consecuencia, afines del siglo XIX, una posición antipositivista, que motiva la incorporación de nuevo al estudio de la Filosofía del Derecho de la noción de Derecho Natural” Prueba de ello es que “Stammler, no sólo busca el concepto de Derecho sino también su idea; recordar a Del Vecchio que, a la investigación lógica y a la fenomenológica, añade también la deontológica; a Radbruch, para quien la Filosofía Jurídica es la ‘consideración valorativa del derecho’ (…)” Y también “ la generalidad de direcciones contemporáneas, que asignan a la Filosofía del Derecho, entre otros cometidos, el de hallar la justificación última del Derecho positivo en función de valores o principios superiores de validez universal; lo que Recaséns Siches ha llamado estimativa jurídica” (Lino Rodríguez- Arias. Op.Cit. Pág.31) La Filosofía del Derecho en la Edad Media “La búsqueda de lo justo constituye el tema nuclear de la Filosofía del Derecho. El iusnaturalismo encuadró tal empeño dentro de la ética y lo contempló basándose en la creencia en la existencia de un orden Divino del universo, según la metodología de la Escolástica” (José F. Lorca Navarrete. Temas de Teoría y Filosofía del Derecho. Ediciones Pirámide.5º Edición. Madrid.2008.Pág.242) (…)San Agustín concibió la Ley eterna como ratio vel voluntas (razón o voluntad), abriéndose un surco entre los que con Santo Tomás pondrán el acento en la ratio y los que, desde el propio San Agustín de la última etapa de su pensamiento, seguirían una línea voluntarista- Duns Scoto,Guillermo de Occam-, presupuesto del positivismo jurídico” (Ibíd.Pág.243) “Las consecuencias de esta bifurcación empapan la entera historia del pensamiento filosófico jurídico. Porque no es lo mismo situar el fundamento del Derecho en la razón que en la voluntad” (Ibíd) En la Escolástica española Francisco de Suárez intentó hacer lo mismo que intentarían filósofos como Leibniz: tratar de conciliar ambas tendencias. La época medieval se caracteriza por la creciente influencia del cristianismo en las formas de gobierno y en la legislación de los nuevos reinos e imperios surgidos tras la caída del imperio romano de oriente (476 d.C.) El conocimiento alcanzado por el hombre estuvo supeditado a los términos y a la metodología escolástica, que ubicaban al derecho-y por consiguiente a la filosofía- al servicio de la teología, bajo la razón y voluntad de un Dios con forma y semejanza humana que venía a ser la abstracción del poder del Estado sobre los hombres. El ideal del cristianismo está fuertemente influido por los estoicos, quienes con su carácter cosmopolita superaron largamente a los griegos que fueron muy localistas y no vieron más allá de la polis griega. La escolástica significa una vuelta a la filosofía clásica tratando de escapar de un periodo marcado por el oscurantismo, el estancamiento cultural y la persecución del conocimiento científico opuesto a los dogmas establecidos. Aparece en los siglos IX y X en Europa y se aplica el método escolástico evitando la contradicción con los principios religiosos más sagrados. En la filosofía del derecho se plantea que “el conocimiento del bien absoluto existe en el hombre por el conocimiento de Dios en la medida que ese conocimiento cabe dentro de los límites de la razón humana” (Ibíd. Pág.247) Dios es la Bondad máxima y absoluta y como afirma en su Summa Teológica, “la satisfacción del apetito del bien absoluto tiene lugar en la visión beatífica de Dios, lo que es la salvación eterna. Dios, salvación y bien son tres conceptos indisolubles” (Ibíd) Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás Roccasecca,Nápoles, 1225 – Convento
de Fossanova, en la actual Provincia de Latina, 7 de marzo de 1274), fue el filósofo más orgánico y dialéctico. Para él, existen tres órdenes de leyes: Lex aeterna, Lex naturalis, lex humana. La lex aeterna es la misma razón divina que gobierna el mundo y que nadie puede conocer enteramente en si misma. La lex naturalis es directamente cognoscible por los hombres mediante la razón; es la manera en que la ley eterna se manifiesta en el hombre, criatura racional por obra de Dios. La lex humana es una invención del hombre necesaria para su vida cotidiana y que toma las premisas principales de la lex naturalis. “Como es sabido, Santo Tomás concibió los problemas jurídicos sobre las fórmulas de Aristóteles, de los estoicos, de Cicerón y Ulpiano. En la cumbre tomística de la escala mística está la ley eterna, emanación de la razón divina. La ley natural es la participación racional de las criaturas en esa ley eterna. (Ibíd.Pág. 409) “Hay una ley primaria inmutable. Hay una ley natural secundaria, variable, contingente. El orden jurídico se concibe por la inclinación a la justicia, según la ordenación al bien común- ordenación racional- en que consiste o debe consistir la ley positiva, esto es, la norma jurídica, y como a su vez el hombre está ordenado a la comunidad, cuanto a ello se refiere pertenece a la ley natural” (Ibíd) “De aquí la doctrina tomista del estado. Esencialista, por su dimensión teológica; racionalista, como forma objetiva de existencia activa propia, en la comunidad social, y prudencialista, como medio normativo de cumplimiento de fines, incluido el fin del bien común.” (Ibíd) La Iglesia surge con fuerza y domina en los poderes estatales, y redobla los deberes del ciudadano, no sólo con el Estado de la tierra, sino con la Iglesia, que es la representación del poder de Dios en la tierra. La idea de justicia recoge la noción de bien absoluto de la escolástica en la filosofía del derecho. ”Independientemente de lo que por justo se entienda, no cabe hacer filosofía del derecho sin tener presente la justicia (…)” (Ibíd. Pág.247) Giorgio del Vecchio afirma por ejemplo que “es el planteamiento primordial de lo justo lo que en realidad califica de tal a la Filosofía del Derecho” (Ibíd) San Agustín de Hipona (354-430) San Agustín afirma que “La función de la justicia es asignar a cada quien su derecho; y por lo tanto hay establecido en el hombre mismo un cierto orden de la naturaleza, por la cual el alma está subordinada a Dios, el cuerpo al alma, y por lo tanto ambos cuerpo y alma están subordinados a Dios" (ciudad de Dios, XIX, 4). La justicia no es más que orden y armonía establecida que vivifica y hace más saludable la vida del hombre , pues proporciona su propio deleite, el “deleite de la justicia” "¿Acaso no demuestra la justicia … que ella sigue trabajando en su labor más que descansando después de alcanzar su término?" (Ciudad de Dios, XIX, 4) San Agustín recoge los grandes aportes de Platón que hacen de Dios más que el centro de su filosofía y el eje polarizador de su pensamiento político- jurídico, el principio de la verdad y el fundamento último de la justicia y el orden. “Justicia es, pues, el contenido de la ley eterna, el bien supremo que es Dios es bien para las criaturas en la ley eterna y es justicia en la conducta libre y responsable de las criaturas racionales.(…) “(…)El primer hallazgo del ser jurídico que es la justicia lo encuentra el hombre en su propia naturaleza, en la consideración de su lugar en el mundo y en la meditación de su destino trascendente. Lo justo viene de Dios como regla discernidora del bien y del mal en actos humanos, racionales y libres” (José F. Lorca Navarrete. Op.Cit. Pág 249) Si bien el concepto de justicia es integral, por una cuestión metodológica, los antiguos griegos y escolásticos la distinguieron metodológicamente en justicia conmutativa, distributiva, legal y social. La justicia conmutativa es la justicia de las relaciones de coordinación La justicia distributiva es la justicia de las relaciones de subordinación desde el punto de vista del Estado. La justicia legal es la justicia de subordinación desde el punto de vista del individuo y; La justicia social es la justicia de las relaciones de integración. Esta última justicia-social- no ha sido mencionada por estos filósofos ya citados. Pero se infiere de los escritos de Santo Tomás, por ejemplo, que esta justicia existe y está encima de las relaciones de coordinación y subordinación de los miembros de la sociedad, aunque como parte del ideal de la justicia legal, la realización de la justicia social por parte de la ley natural. Derecho natural y positivismo La dogmática jurídica se ocupa del derecho válido; debido a que el derecho cambia de manera contínua su existencia es corta. La filosofía del derecho, en cambio, se extinguirá solo con el hombre, pues plantea problemas de principios que surgen en todas las épocas y culturas jurídicas y que a la vez pueden ser respondidos de varias formas. Uno de los problemas más fundamentales de la filosofía del derecho es si el hombre puede disponer libremente sobre el derecho (positivismo jurídico) o si en la creación del derecho se le imponen límites (derecho natural). Para dar respuesta a todas estas interrogantes durante estos siglos es necesaria una filosofía del derecho comparativa, cuya búsqueda principal sea descubrir los principios jurídicos universales válidos en todos los pueblos y épocas y que aún valgan. Lo que empezó como la universalidad del derecho natural y continuó con los estudios de los iusfilósofos angloamericanos y sus principios generales del derecho. En la antigüedad por los siglos VII a.C., se produce el paso del mito al logos; se comenzó a dejar atrás las visiones mitológicas, los poderes oscuros que ejercían influencia sobre el universo y se produjeron razonamientos y proposiciones que constituyeron posteriormente escuelas filosóficas para explicar las legalidades de lso sucesos del mundo. La pregunta crucial en esta época era si las costumbres y el derecho no debían también determinarse mediante la naturaleza, tan igual como las leyes de la física regían el mundo visible y físico. Con los presocráticos se planteó la idea de “lo correcto” y “lo justo” en la “naturaleza”. Cabe recalcar que hasta la aparición de la filosofía de Kant, la naturaleza es entendida como un ente ontológico, aunque ya en Plotino se encuentra un concepto procesal de la naturaleza, que recogería después Schelling. Heráclito, allá por los 500 a.C., cambió esta posición objetivista y estática de entender el derecho por los milesios y, planteando una imagen más dinámica, reconoció el poder dominante de la razón universal, regido por un Uno divino. Esta unidad contenía una diferenciación que fue un acontecimiento en ese entonces: la justicia del precepto humano y la justicia natural, es decir, en otras palabras, el derecho positivo y el derecho natural. Los sofistas, como Protágoras, un siglo después de Heráclito, afirmaron que además del “todo fluye” de Heráclito, también todo es relativo. El hombre es la medida de las cosas y no el logos; es el hombre en su naturaleza empírica y no sólo como persona moral. Aristóteles funda el concepto de la naturaleza de lo ético, sustentando una doctrina idealista o moralista del derecho natural. Ya Sócrates había creído encontrar la ley natural en el pecho del hombre Y Platón en las ideas como lo que existía verdaderamente. Para Aristóteles, lo que está conforme a la naturaleza es la mejor condición del ente. También comprendió la diferenciación entre justicia natural y legislada y reconoció la posibilidad de la injusticia legal. En su “Ética a Nicómaco” se plantea que el núcleo de la justicia es la “igualdad”, que no es formal o numérica y donde el principio de medida para esta relación es la “dignidad” Los estoicos, sucedieron en el pensamiento filosófico a Aristóteles, siendo la tendencia dominante entre los siglos IV a.C. a II d.C. Tendieron puentes entre la filosofía de Atenas y la de Roma, así como entre la doctrina del derecho natural de la edad antigua con la de la Edad Media. En esta época, el derecho natural no sólo valía para los ciudadanos libres de las ciudades-estado, sino para los hombres del mundo, cual fuese su condición, libres o esclavos, ciudadnos o extranjeros. Cicerón (106-43 d.C.) ya dice que hay que dar a cada uno lo que es suyo, lo qu ele corresponde por derecho, consigna ya vislumbrada apenas por Anaximandro. Zenón(Siglo IV a.C), Crisipo(S.III a.C.), Epicuro(341- 271 a.C), Séneca(1-65), Epicteto(341-271), Marco Aurelio (121-180,emperador desde el 161) fueron los máximos representantes junto a Cicerón de la escuela de la Stoa, cuya filosofía se enlaza con el medioevo. Plotino (203-269) es un filósofo contemporáneo de los estoicos, aunque la posterior filosofía medieval, más se enlazó con la filosofía ática (Sócrates, Platón y Aristóteles) y la de sus compañeros estoicos, la concepción procesal-subjetivista de la naturaleza de Plotino sólo fue valorada muchos siglos después. La filosofía del derecho medieval se basa en el cristianismo y busca conciliarla con los aportes de Platón y Aristóteles. De esta amalgama sale una división triple, ya no doble (derecho natural y legal o positivo) como era hasta entonces, sino en derecho divino (eterno),natural y humano (positivo, temporal) San Agustín (354-430) y Santo Tomás de Aquino (1225-1274) aceptan esta división, que el apóstol Pablo, no alcanzó a esclarecer. San Agustín está fuertemente influido por Platón, de lo cual deviene su interpretación voluntarista del derecho divino y natural; en cambio Santo Tomás, lo está por Aristóteles y su interpretación es más intelectualística. Para ambos padres de la Iglesia, la norma humana que se contradiga con el derecho natural o directamente con el divino no es válida y se la puede considerar como una lex corrupta. Con Wilhelm de Occam (1300-1359), la escolástica empieza a ser puesta de lado. El nominalista Johanes Duns Scotus (1255-1308) ya había criticado al tomismo. Según los nominalistas, sólo existe lo particular, lo especial y no lo general. Estro motivó el famoso debate sobre el problema de los universales: ¿Es lo universal el derecho? Caso Ante rem: Preexistente a lo particular Caso Post rem: el entendimiento como un simple nombre que designan como “derecho” a las leyes preexistentes Para el nominalismo no puede darse un derecho natural universal, esta es un producto de la teoría, una generalización dada por la ciencia y la filosofía del derecho, pues lo que el derecho en normas contiene, no es dado precedentemente. Esta idea de que el derecho natural universal es producto de la teoría fue una tesis de los reformadores como Lutero, para quien no hay ningún puente jurídico entre la lex aeterna y la lex humana, pues el lumen naturale se extingue; se da sólo la ayuda de Dios mediante su gracia misericordiosa. El derecho natural de la época moderna es un derecho natural secularizado, bajo la frase de Grocio (1583-1645): etiamsi daremus non esse Deum, o un derecho también vale bajo el supuesto que Dios no exista. En esta época moderna surge también un derecho natural iluminista, que toma los planteamientos filosóficos de René Descartes (1596) y Francis Bacon (1561-1626), de los empiristas John Locke (1632- 1704) y David Hume (1711-1776) Este derecho natural iluminista, limitado a lo experimentable y construido de manera geométrica mantiene las mismas ideas que fundan el derecho natural clásico: el derecho natural es absoluto, universal y suprahistórico. Es decir, el derecho positivo legislado por el hombre, vale para todos los hombres y para todos los tiempos. La preocupación de los iusfilósofos está centrada en la naturaleza del hombre, entendida como naturaleza empírica, no metafísica ni moral. Así se derivan derechos “naturales” y “obligaciones de los hombres”, como por ejemplo en el Contrato Social de Rousseau. Rousseau (1712-1778) escribe este libro en el cual los individuos por libre convenio fijan sus derechos y obligaciones recíprocamente. Los principios fundamentales que se expresan, sin embargo son muy abstractos: no hacer daño a nadie, mantener los contratos, respetar la propiedad, tratar a los demás como iguales, ayudar a los más necesitados, etc. Para Rousseau, el hombre al tener una razón de carácter universal, puede llegar a alcanzar sin mucha dificultad el consenso Otros filósofos de aquella época se preocupan por la naturaleza del hombre: Thomas Hobbes (1588-1679) Baruch Spinoza (1632-1677) Samuel Pufendorf (1632-1694) Christian Thomasius (1655-1728) Otras influencias sobre el derecho natural secularizado provienen del eudemonismo social y el utilitarismo de Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873), la monadología de Leibniz (1646-1716) o el perfeccionismo ético de Christian Wolff (1679-1745) En esta época se dieron los más grandes códigos “iusnaturalistas”: -Codex Maximilianeus Bavarius Civilis (1756) -Derecho interno general prusiano (1794) -Code Civil (1984) Código Civil General de Austria (1811) En el siglo XIX , se generó una reacción antirracionalista, y creció el interés por lo histórico e irracional. Friedrich Carl von Savigny (1779-1861), señala que el derecho no es producto de la razón, sino que ha sido creado mediante “las fuerzas silenciosamente actuantes del espíritu del pueblo” Savigny, representante máximo de la escuela histórica del derecho. Logra que su escuela desplace al derecho natural en el siglo XIX. Kant (1724-1804) arremete desde un punto de vista criticista, contra la escuela histórica. Para Kant, los objetos del pensamiento no provienen del entendimiento sino de la percepción, y eso vale sólo a posteriori de la experiencia; pues a priori nos son dadas sólo las formas de la intuición y las formas del pensamiento. Con Kant, desaparecen los intentos por sustentar un derecho natural objetivo, ontológico substancial, estático, universalmente válido. A lo más se hablará en delante de un “derecho natural de contenido variable” o “un derecho natural procesal, dinámico, histórico”. El problema histórico filosófico se plantea en mayor plenitud con Hegel (1770-1831). Según él, lo espiritual se realiza según una dialéctica que incluye progresivamente tesis, antítesis y síntesis, que se desarrolla de acuerdo con la ley de la razón. Para Hegel, la historia es el desarrollo de la razón, pues la historia mundial también “ha sucedido razonablemente” Mientras la escuela histórica ve en el pueblo, o en el espíritu del pueblo, el valor último, para Hegel se encuentra en algo más racional: el Estado. El Estado hegeliano es el concepto más acabado, la realidad mas perfecta o sea “la realidad de la idea moral” y el más alto valor jurídico. El problema de la división entre derecho natural y positivo, Hegel lo resuelve en que habiendo un solo Estado no puede haber más que un solo derecho. El problema de la teoría hegeliana es que su dialéctica se aparta de la realidad. Marx (1818-1883) y Engels (1820-1895) ponen “de cabeza” con “los pies en la tierra” la dialéctica idealista de Hegel y sustentan la concepción materialista de la historia. Para Marx y Engels, el ser no depende de la conciencia, más bien la conciencia depende del ser, en otras palabras de las relaciones de producción efectivas, que son la base económica sobre la cual se erige la superestructura, donde se encuentran la moral, la religión y el derecho. Pero, la mayor influencia para el derecho es el “positivismo jurídico-científico” de Johann Anselm von Feuerbach (1775-1833) cuyo principal deseo era la fundación del Estado de derecho. Feuerbach rechaza la posibilidad de un derecho natural objetivo y a la vez reconoce los derechos subjetivos del hombre, indispensables para su autonomía moral (derechos fundamentales y derechos del hombre) A mediados del siglo XIX, se desarrollaron la mayor parte de las teorías positivistas del derecho: -El positivismo lógico de Rudolf Stammler (1856- 1938) de la escuela neokantiana de Marburgo -La teoría general del derecho de Adolf Merkel (1836-1896), que se ocupa ya de las estructuras y conceptos formales del derecho (Cabe destacar en este punto que, en el siglo XX, Hans Kelsen logró sustentar su teoría pura del derecho en base a estas dos corrientes antes citadas) -La jurisprudencia de conceptos de Friedrich Puchta (1798-1846) que rescata el ontologismo escolástico permitiendo deducir de conceptos abstractos, otros más concretos y llenos de contenido. -El positivismo empirista, que lleva a la “jurisprudencia de intereses”, de Rudolph von Jhering (1818-1892), que busca entender el derecho a partir de la constelación de intereses en la vida real, base de la misma. También destaca aquí, Philipp Heck (1858-1943),entre otros -El movimiento de derecho libre (Hermann Kantorowicz,1877-1940;Ernst Fuchs, 1859-1929) promovía la libre creación del derecho por parte de los jueces antes la oscuridad y las lagunas del derecho. -La sociología jurídica de Max Weber (1864-1920) de manera empírica busca derivar de hechos jurídicos consecuencias jurídicas que determinen la validez de las normas. -La doctrina del método, de corte positivista propuesto por Savigny, para quien el Juez debe coordinar entre sí dos magnitudes objetivas: ley y caso, y permanecer el mismo fuera del asunto. En el siglo XIX se había llegado a prohibir la interpretación, crear derecho, ante el dogma de que no existían lagunas jurídicas, lo que hoy es un lugar común. -El positivismo legal, surge como una degeneración del positivismo científico que es insuficiente para solucionar el problema de las lagunas en el derecho. El positivismo legal sostiene la validez del derecho producido de manera formalmente correcta, produciendo leyes oprobiosas como en el caso del nacionalsocialismo. Es importante anotar que durante el nacionalsocialismo no solo se utilizó de esta manera el positivismo, sino también el derecho natural, al sobreponer un derecho natural “étnico” al derecho vigente. Con el correr de los años y entrando en pleno siglo XX con dos guerras mundiales, se llegó a demostrar en la realidad que tanto la doctrina clásica del derecho natural como el positivismo jurídico clásico habían fracasado. El derecho natural de corte clásico, era más apropiado para sociedades con estructuras simples, pero apenas podía pervivir en sociedades más complejas con sistemas económicos todavía más complejos aún. Por otra parte el concepto puramente formal de la ley que sostenían los positivistas clásicos, que suministraron en su momentos portentos de codificación, porque en ese entonces el legislador estaba orientado por una fuerte conciencia moral. Con la aparición de las dictaduras, el positivismo se utilizó para dar leyes infames, pues el más infame derecho legal poseía validez si había sido producido de la manera que prescribía la ley. Después de la Segunda Guerra Mundial, hubo una reacción contra el nacionalsocialismo, sobre todo desde el punto de vista jurídico, pues este fenómeno había conseguido pervertir el derecho y muchos creyeron que era la hora de regresar al derecho natural. A-Regreso al derecho natural: La filosofía del derecho no había preparado a la administración de justicia en absoluto para el fenómeno de la injusticia legal que producía la ley vista sólo de manera positivista, por ello encontraron tantos iusnaturalistas, una forma de renacer de sus cenizas. Por ejemplo un Tribunal alemán de posguerra, invocó las normas de moralidad objetiva en una causa por el carácter ilícito de la relación sexual de prometidos. La ley moral o derecho natural, se convertía así en algo substancial, intemporal, suprapositivo, ya acabado. De esta ley moral o derecho suprapositivo, se derivan situaciones concretas, decisiones judiciales, bajo las cuales se subsumen situaciones de hecho, conformándose el pensamiento de subsunción lógico substancial. B-Regreso al positivismo mejorado, bajo la forma de neopositivismo: En los cincuentas y sesentas, los neopositivistas rechazaron todo intento de traer a cabo un derecho suprapositivo. La doctrina del derecho natural clásico absolutista y racionalista y el positivismo legal se diferencian en la concepción sobre el fundamento del ser, en la validez del derecho. Mientras en el derecho natural clásico este fundamento es lo pre-existente y la naturaleza del hombre siempre es igual, en el positivismo legal, es la cambiante voluntad del legislador fuera de cualquier orden natural existente el fundamento del ser y de la validez del derecho. Un punto común entre ambas es el proceso de creación del derecho. Según el derecho natural, a partir de principios ético-jurídicos absolutos se pueden derivar normas de derecho positivo y por tanto decisiones jurídicas concretas. Con el positivismo legal normativista se pueden inferir de idéntica manera las leyes con ayuda del legislador, sin necesidad de recurrir a la experiencia, por una cuestión deductiva y de pura lógica. El neopositivismo plantea la insostenibilidad de la doctrina del derecho natural. Sin embargo, ambas no son alternativas excluyentes y plantear que hay que decidirse por alguna, espera del que la haga una sustentación como la de por ejemplo, Hans Kelsen. Hans Kelsen sostuvo su “Teoría Pura del derecho” con bastante suficiencia hasta donde fue posible, y a pesar de su magnífica y sólida exposición, hoy en nuestros días, nadie puede sustentar de esa manera un positivismo iusfilosófico. C-La teoría jurídico funcionalista: Una solución, alternativa al positivismo normativista, es contraponer al derecho natural ontológico- substancial, una concepción jurídica funcionalista como lo hizo Niklas Luhmann. Luhmann plantea un funcionalismo que aspire a “reducir la complejidad” sin detenerse a ver si tal derecho es justo, corriendo el peligro de volver al derecho en algo totalmente fungible y de plantear una justicia computarizada. D-Otras tendencias: Gustav Radbruch hace un intento por llegar más allá del derecho natural lógico substancial y del positivismo legal funcionalista; y otras tendencias intentan superar también la miseria jurídica heredada del nacionalsocialismo y precaver la arbitrariedad en el pensamiento jurídico. Dentro de estas tendencias encontramos a: Edmund Husserl (1858-1938) Max Scheler (1874-1928), Hans Welzel (1904- 1977) y Gunther Stratenwerth (1924) Werner Maihofer (1918) Julius Binder (1870-1939), Walter Schönfeld (1888-1958) y Karl Larenz (1903-1993) E-Principios teorético cognoscitivos: También se produjo un regreso a las teorías formales del derecho, especialmente a la “teoría analítica del derecho”, con H.L.A.Hart (1907-1992), Alf Ross (1899), Kazimierz Opalek (1918-1995), Aleksander Peczenik (1937), Aulius Aarnio (1937) Estos teóricos analistas intentan hacer proposiciones rigurosas y razonablemente evidentes sobre el derecho mediante el análisis del lenguaje, con estricta separación de derecho y moral, tanto en lo empírico como en lo normativo. La mayoría de los teóricos analistas del derecho han tomado la teoría de las normas de Hans Kelsen y las “rules” o reglas de Ronald Dworkin, cuya relación con los principios del derecho es todavía hoy discutible. Dentro de esta escuela hay aportes de la lógica jurídica tomados de Karl Engisch (1899-1990), Ulrich Klug (1913-1993), Ilmar Tammelo (1917-1982) y Ota Weinberger (1919), también cabe resaltar la lógica deóntica de Georg Henrik von Wright (1916) Existe un intento de buscar y retomar una jurisprudencia tópica o retórica, reviviendo a Aristóteles y Platón con sus impresionantes procedimientos aporéticos (aporía: sin salida), en el cual se establecen catálogos de tópicos que encuentran su orientación en un sistema abierto, como lo proponen Theodor Viehweg (1907-1988) y Chaim Perelman (1912-1984) Ambos-Viehweg y Perelman-, sostienen el lema: “argumentar en un sistema abierto”, como parte de la teoría de la argumentación y también de la hermenéutica. Así consiguen dejar un poco atrás la dualidad derecho natural versus positivismo, “abriendo el sistema”. F-La discusión analítica-hermenéutica: Volviendo a Kant que afirma que los conceptos sin contenidos son vacíos y las intuiciones sin conceptos son ciegas, se propugna llegar a una cooperación entre ambas bajo el lema: Toda analítica sin hermenéutica es vacía y toda hermenéutica sin analítica es ciega. Esa cooperación se plantea después que ambas se han combatido la una contra la otra. La corriente analítica acusa a la hermenéutica de ser irracional, cuando lo que hace la hermenéutica es tratar de esclarecer los procesos que no son racionales, interviniendo en el proceso de creación del derecho. Por otro lado, la hermenéutica acusa a la analítica porque no tiene respuesta a los problemas reales de la filosofía del derecho y en general de los hombres, lo que sería pedirle demasiado a la analítica, que no busca tales respuestas ni aspira representar sólo a la filosofía del derecho. Prueba de esta colaboración son los trabajos de Georg Henrik von Wrihgt con su libro “Aclarar y comprender” y, también con algunos trabajos pioneros de Karl Engisch, que se ha esforzado siempre por vincular el pensamiento lógico y el hermenéutico Ronald Dworkin (1931) se inclina más por la hermenéutica, sobre todo en la forma desarrollada por Hans George Gadamer. Los analíticos pasaban antes por alto la hermenéutica, pero ahora la relación entre ambas ha crecido, en gran parte por el desarrollo de la hermenéutica jurídica en lengua alemana, lo que plantea desde ya la posibilidad de una “tercera vía”. Enfoques alternativos al derecho natural y al positivismo La filosofía del derecho de Gustav Radbruch. La hermenéutica jurídica. La teoría de la argumentación jurídica. General principles of law Critical Legal Studies La filosofía del derecho de Gustav Radbruch.
Radbruch parte en su filosofía del derecho del
positivismo jurídico del cual nunca se desligó hacia una visión más iusnaturalista, debidas en gran parte a los sucesos ocurridos bajo el estado nacional- socialista. El iusnaturalismo al que arriba no es vago, ni clásico, se basa en proposiciones objetivas y siempre verdaderas, pues gracias al aporte de Feuerbach, se reconocen los derecho subjetivos del hombre, base de los derechos fundamentales y los derechos humanos. Sin embargo esta nueva formulación, lo coloca más allá de la dualidad positivismo-derecho natural. Radbruch está influido en gran medida por el neokantismo, del cual toma el principio teórico valorativo de Emile Lask y el dualismo metodológico del ser y el deber ser. Esta influencia le servirá para elaborar su teoría jurídica sobre cuatro supuestos: El comportamiento no valorativo de las ciencias naturales El comportamiento valorativo de la ética La posición referencialmente valorativa de las ciencias de la cultura; y La actitud valorativamente superadora de la religión. El derecho, como parte de la cultura es valorativamente referido: “es la realidad que tiene el sentido de servir a la justicia” Este concepto: “es la realidad que tiene que servir a la justicia” ni es positivista pues más que el contenido y la forma, Radbruch añade que únicamente tienen calidad de derecho, las normas que remiten a la justicia y son orientadas por ella. Tampoco es iusnaturalista, pues el derecho correcto no se equipara con el valor absoluto del derecho que es la justicia. Los valores, además, no pertenecen, siguiendo la concepción teórico valorativa de Radbruch, al mundo real sino al ideal. Radbruch tuvo dos periodos en la creación de su teoría, en la primera época su teoría se basaba en la seguridad jurídica y en su madurez, se basó en la justicia material. En esta última etapa, causó sensación su doctrina sobre la invalidez de la “ley injusta”. Cabe recalcar, que si bien el utilizó el termino “derecho correcto” jamás admitió la existencia del concepto opuesto: “derecho reprobable” y más bien desarrolló su teoría de la justicia. En su teoría de la justicia, Radbruch quería superar el primitivo principio relativista que subyacía en ella. Como la justicia tiene un carácter formal, influido por el positivismo, hay que darle contenido, y eso lo intenta lograr con la idea de fin. En esta justicia material, Radbruch afirma que conviven tres valores superiores del derecho: el individualista, el supraindividualista y el transpersonalista. Radbruch supera el positivismo jurídico ortodoxo, superándola con su teoría objetiva de la interpretación. El enfoque subjetivo del positivismo se atenía a la voluntad del legislador, encarnada en la ley; a la teoría objetiva esto no le interesa, lo más relevante es lo que la ley o un legislador “pensado” tiene que perseguir en una situación concreta “aquí y ahora” (hic et nunc) Los aportes de Radbruch han sido fundamentales en el estudio de la filosofía del derecho. Sus sistema jurídico es abierto apoyado en la teoría objetiva de la interpretación, la doctrina de los criterios de clasificación y su refutación del positivismo han permitido la vuelta de la hermenéutica jurídica, dejada de lado por los positivistas. La hermenéutica jurídica.
Según Friederich Ernst Daniel Schleiermacher, la
hermenéutica es la “doctrina del arte de comprender” Pero no es un método sino una filosofía trascendental, no sólo en Schleiermacher sino en otros hermeneutas como Dilthey, Gadamer y Ricoeur. La hermenéutica plantea una nueva manera de enfocar el mundo y el derecho que no niega los aportes de la teoría analítica o la teoría de la argumentación. El concepto objetivo del conocimiento, el concepto jurídico ontológico substancial (concepto legal) , la idea de subsunción y la idea de un sistema cerrado, desarrollados por el positivismo y el derecho natural van a ser cuestionados ampliamente por los hermenéuticos El enfoque hermenéutico es a la vez objetivo y subjetivo, elimina el esquema sujeto-objeto para entrar en el “horizonte de la comprensión” no pasivamente sino en un papel conformador activo, que pueda dar razón de lo que se intenta conocer. El derecho no es nada substancial, todo derecho es algo relacional, que se da en un sistema abierto que da pie a la intersubjetividad, que no es meramente un acto pasivo de subsunción sino un acto conformador donde entra el aplicador de derecho. El proceso de comprensión del significado implica la autocomprensión del sujeto cognoscente. La hermenéutica no es teoría de la argumentación, pero ella exige ésta. El hermeneuta al acercarse al texto con una precomprensión (Esser) o prejuicio (Gadamer) entra al horizonte de la comprensión y puede argumentar lo que ya había anticipado como provisional, volviendo una y otra vez en espiral o en círculo hermenéutico. La teoría de la argumentación jurídica.
Esta teoría proviene de la analítica, que a su vez es
enemiga de la hermenéutica. Para Ulfrid Neumann, no existe una “teoría” de la argumentación jurídica, y es dudoso también que la tópica y la retórica puedan considerarse como variedades de la teoría de la argumentación. Ulfrid Neumann es un teórico de la argumentación, que según Arthur Kauffmann, se crió con la leche materna hermenéutica, pero luego descubrió su amor por la analítica. “Ciertamente-afirma Neumann- consenso e intersubjetividad, argumentación y reflexión no son un dominio del pensamiento hermenéutico. Pero la hermenéutica jurídica posibilita ese momento de intermediación con el texto, a diferencia de la teoría analítica del derecho” “Mientras la teoría analítica tiene que separar radicalmente el significado del texto y la comprensión intersubjetiva, porque el significado del texto sólo puede determinarse conforme a reglas semánticas generales, el pensamiento hermenéutico posibilita una inclusión del texto en el proceso de constitución intersubjetiva de una ‘decisión’ correcta” (Arthur Kaufmann. Filosofía del derecho. Universidad Externado de Colombia.1999.Pág.105) La teoría de la argumentación se basa en la doctrina de la interpretación de Savigny, por la cual sólo hay cuatro elementos o ‘modi’ de argumentación: gramatical, lógico, histórico y sistemático. Sin embargo, sabemos que esto ha sido largamente superado porque existen mucho más argumentos tras los cuales pueden sustentarse sentencias jurídicas. Estos argumentos pueden ser: la garantía de seguridad jurídica o de la justicia, valoración de consecuencias, sentimiento jurídico, practicabilidad, armonización jurídica, entre otras, pues su número es, en esencia ilimitado. Uno de los problemas de la teoría de la argumentación es la cuestión del rango del argumento. Hay reglas distintas y argumentos “fuertes” y “débiles”,”ganadores” y perdedores”. Karl Engisch afirma que es práctica de los Tribunales “escoger el método de interpretación de caso en caso, a fin de llegar a un resultado satisfactorio” El método de interpretación al que hace mención la teoría de la argumentación se caracteriza en un primer momento por ir de la mano con la hermenéutica. 1. Sistema abierto o en general ningún sistema y en su lugar “pensamiento problemático” 2. Ningún catálogo cerrado de cánones de interpretación; como existe un ilimitado número de argumentos, todos tienen que admitirse en la esfera del discurso racional. Los problemas entre la teoría de la argumentación y la hermenéutica comienzan aquí, cuando la primera percibe a la segunda como una metafísica antirracional. Esto es un error de la teoría de la argumentación, pues el objetivo de la hermenéutica es ocuparse de procesos total o parcialmente irracionales, como es la aplicación del derecho conforme a su lema: tratar lo irracional en la forma más racional posible. Otro punto de conflicto con la hermenéutica es que no comparte con ella la supresión del esquema sujeto-objeto e insiste en la objetividad, excluyendo las causalidades y dando mayor plenitud al argumento. Los teóricos de la argumentación no se preocupan del problema del relativismo, debido a que consideran el pluralismo en ciencia y filosofía como un obstáculo para el esclarecimiento de la verdad, cuando es un presupuesto muy importante para llegar a ella. “la ‘teoría estándar de la argumentación jurídica’ (la de autores como Wroblewski,Mc Cormick,Alexy,Peczenik o Aarnio) a pesar de sus importantes aportaciones contiene ciertas deficiencias concernientes al objeto de estudio (circunscrito a la argumentación de carácter normativo de los tribunales superiores), al método utilizado para analizar y evaluar los argumentos y, en consecuencia, a la función cognoscitiva, práctica y crítica que debe cumplir tal teoría” (Manuel Atienza. Derecho y argumentación. Universidad externado de Colombia.1997.Pág.12) Atienza considera el derecho como un intento, una técnica para la solución de determinados problemas prácticos y lo compara con el trabajo del arquitecto que “no sólo proyecta el edificio, sino que se ocupa también de los problemas que plantea su ejecución, la funcionalidad del edificio, su valor estético, su integración en el medio, etc. (Manuel Atienza. Op. Cit, Pág.23) General principles of law
Su representante más famoso es Ronald Dworkin,
aunque también cabría citar a Neil Mc Cormick, Aleksander Peczenik, que provienen de la teoría de la argumentación y Carl Wellman. Si bien esta teoría surgió del sistema anglo norteamericano, los principios generales del derecho tienen su origen en Alemania, con la gran diferencia que en el ámbito anglo el derecho es case law y no derecho legislado. Ronald Dworkin fue discípulo de H.L.A. Hart, para quien la analítica puramente, con sus rules (reglas primarias y secundarias) bastaba para resolver un caso; salvo cuando el caso se tornaba difícil (hard case) y no era cubierta con eficacia por una de esas rules, entonces el juez libremente decidía según su apreciación. Dworkin también considera que estos casos deben resolverse con un proceso interpretativo, aunque la innovación respecto de su maestro, está en la aplicación no sólo de las rules, sino también de los general principles of law (principios generales del derecho) Los general principles of law resaltan tres valores fundamentales: justicia, imparcialidad y arreglo al Estado de derecho, que son a su vez vinculantes para todos los poderes estatales, constituyéndose de esta manera, según su autor, en una ataque directo al positivismo. Las “reglas” son tajantes, tienen una función de todo o nada, absoluta, que no deja ningún espacio ni asomo de juego a otros elementos o interpretaciones. Los “principios generales del derecho” en cambio, se orientan a una mayor flexibilidad, en cuanto al peso y la significación puesta en valor. En los “hard cases”, señala Dworkin, el hallazgo de una única solución correcta, requiere de capacidades sobrehumanas como las que poseía Hércules. Lo cual describe el esfuerzo del juez para el esclarecimiento de esas zonas grises utilizando los general principles of law. Uno de los problemas que afronta esta teoría son las críticas que se le hacen respecto a que pudieran ser abstractos y vacíos de contenido como para que sólo a partir de ellos se pueda llegar a soluciones concretas. Karl Larenz, siguiendo a Dworkin, critica el principio positivista que “el juez sólo está sometido a la ley” sin considerar el derecho. Por ello ha propuesto encontrar un “derecho correcto” aplicando los principios jurídicos: pacta sunt servanda, buena fe, principio de culpa, principio de igualdad, principio de proporcionalidad, entre otros Critical Legal Studies
Es un movimiento que nace en oposición al análisis
económico del derecho (economic analisys of law) y por ende al positivismo jurídico empirista. Entre sus características principales encontramos su cuestionamiento a la dogmática jurídica como método autónomo de aplicación jurídica, pues su visión del derecho se basa en que este es un conglomerado de relaciones sociales. Su crítica persigue una teoría de la emancipación humana, descuidada en parte según ellos, por los enfoques tradicionales que no admiten más vías que el objetivismo y el formalismo. La reacción antropocéntrica en la filosofía del derecho El Renacimiento
Dante Alighieri (1265-1321) en su tratado de la
“monarquía”; Guillermo de Occam (1270-1347), y Marsilio de Padua (1270-1342) representan en el siglo XIV una reacción contra la tendencia a subordinar el Estado a la Iglesia. ( Jorge Hübner Gallo. Introducción a las Ciencias Jurídicas. Editorial Jurídica de Chile. 1958.Pág. 285) Maquiavelo (1469-1527) en el siglo posterior “encarna la oposición más fuerte y excluyente a todo el pensamiento medieval en el occidente europeo” (Gunther Holstein), oposición que se extiende a todo concepto de Estado, término acuñado por él mismo. (Jorge Hübner Gallo. Op. Cit. Pág.286) Jean Bodin (1530-1596), a pesar de impulsar un Estado absolutista, desarrolla la idea política aristotélica de soberanía con gran influencia en la filosofía política liberal individualista como los utopistas Tomás Moro (1478-1535) y Tomás Campanella (1568-1677) (Ibíd) Derecho natural racionalista
Una de las consecuencias del Renacimiento es la
de dejar “ de concebir el orden ético-jurídico como un comando de la divinidad, como una emanación de la voluntad de Dios, para entenderlo como una esfera específica independiente, derivada de la naturaleza, como un orden inquebrantable de la razón natural” (Martín Ruiz Moreno. Citado por Jorge Hübner Gallo. Op. Cit. Pág.287) Hugo Grocio (1583-1645) es considerado el fundador del ius racionalismo. El derecho natural consiste a su juicio “en ciertos principios de la Recta Razón, que nos hacen conocer que una acción es moralmente honesta o deshonesta, según la conveniencia o la desconveniencia necesaria que ella tenga con una naturaleza racional y social y, en consecuencia, que Dios, que es el Autor de la naturaleza, ordena o prohíba esta acción” (Grocio en “De iure belli ac pacis” Citado por Jorge Hübner Gallo. Op.Cit.Pág 288) El siglo XVIII está dominado por la fuerte influencia que ejercen Montesquieu (1689-1755) y Rousseau (1712-1778) que dieron una marco a las principales concepciones racionalistas, liberales y revolucionarias de entonces. Frente a éstas ideas surgió la corriente tradicionalista o contrarrevolucionaria llamada Filosofía de la Restauración. Esta corriente reacciona “contra los extravíos de la revolución Francesa, la idolatría de la “diosa razón”, el mito de la soberanía popular y el desenfreno democrático de las masas” (Jorge Hübner Gallo. Op.Cit. Pág.293) Representantes de esta corriente fueron Louis de Bonald (1754-1840), Joseph de Maistre (1735- 1821) y el más polémico y genial José Donoso Cortés (1808-1853); todos ellos añoraban un retorno a la tradición católica, teocrática, con la verdad apoyada en principios trascendentales y perennes, pero no pudieron tener mayor empuje por la situación efervescente de la época. Después de Kant(1724-1804) y Hegel(1770-1831), aparecen en el siglo XIX el positivismo, el historicismo y el materialismo. El positivismo formulado en general por Augusto Comte se basa en cuatro principios: 1. No hay más conocimiento que el empírico, el que se funda en los hechos y propone leyes de coexistencia y sucesión de los fenómenos. 2. No conocemos, por lo tanto, sino los fenómenos, las apariencias de las cosas. 3. Los únicos métodos válidos son los de las ciencias experimentales. 4. Toda metafísica es un intento vano y estéril: es absolutamente inaccesible y vacía de sentido para nosotros la búsqueda de lo que se llaman las causas sean primeras o finales. “El espíritu humano-escribe García Morente-no podía subsistir de esta manera. El positivismo es el suicidio de la Filosofía; es la prohibición de tocar aquellos problemas que inextinguiblemente acosan el corazón y la mente humana. No podía durar mucho tiempo esta prohibición de entrar en este cuarto. Por consiguiente, había de haber muy pronto una reacción contra le positivismo y una renovación de la Filosofía” (García Morente. Citado por Hübner Gallo. Op.Cit.Pág 298) “La Escuela Histórica aparece en el XIX como una reacción contra los excesos racionalistas de Kant y de los teóricos de la revolución Francesa. Constituyen un producto del ambiente a la vez romántico, positivista e historicista de aquellos decenios” (Ibídem) Positivismo sociológico y positivismo jurídico
El positivismo sociológico se encuentra representado
por Herbert Spencer (1820-1904) en Inglaterra, y Èmile Durkheim (1858-1917), y Luciano Levy-Bruhl (1857-1939), así como León Duguit (1859-1928) en Francia y enfoca el problema del derecho desde el punto de vista más sociológico que filosófico. León Duguit considera que “el Derecho es simplemente una norma social fundada en los fenómenos de la solidaridad y de la interdependencia. Dentro de una perspectiva ideológica que supone la primacía de la colectividad sobre los individuos, niega la existencia de los derechos subjetivos y afirma que todo el derecho se reduce a la regla del derecho, a la norma positiva” (Hübner Gallo. Op.Cit.Pág.313) “El positivismo jurídico es la aplicación al estudio del derecho del criterio empirista del positivismo filosófico. Para los seguidores de esta tendencia, no nos corresponde conocer otra cosa que la ley del Estado en su expresión formal y concreta: cualquier consideración trascendente invadiría los dominios, para ellos ociosos e incognoscibles de la metafísica” (Hübner Gallo. Op. Cit. Pág. 314) La Teoría Pura del Derecho
Según Hübner Gallo “es, sin duda, la forma más
completa y acabada del positivismo jurídico, con todo su rigor científico y lógico, pero también con todas sus limitaciones y peligros. Kelsen, negador de los principios trascendentes y de los valores supremos del derecho, sufrió en carne propia las consecuencias de que un Estado prescinda del contenido justo y humano que deben tener las normas. (…) “De origen israelita (Kelsen), se vio obligado a abandonar su país natal ante le triunfo del “orden coactivo exterior del nazismo, al cual no habría podido oponer crítica alguna desde el punto de vista de su teoría” (Hübner Gallo. Op. Cit. Pág. 319) La restauración del espíritu
Se llama a sí a la reacción contra el positivismo
filosófico y es llevada a cabo en un primer momento por los neokantianos, de manera individual o agrupados en escuelas como la Escuela de Marburgo (Cohen y Natorp) de orientación logicista-formalista, y la Escuela de Baden (Windelband y Rickert), que parten de una reflexión sobre la cultura hacia una teoría de los valores. En menor medida, pero con igual rigor contribuyen las tendencias neoescolásticas y neohegelianas, destacando asimismo de manera convergente a estas teorías Dilthey, con sus llamadas “ciencias del espíritu”. Bajo la influencia del neocriticismo kantiano, aparece Rudolf Stammler (1856-1938) con el que se inicia la restauración de la Filosofía del Derecho. Rudolf Stammler rechaza los métodos empíricos del positivismo, sosteniendo que el Derecho y los conceptos jurídicos fundamentales son de carácter formal y deben descubrirse por procedimientos a priori. Stammler distingue como Kant, entre materia (la realidad histórica) y la forma (la razón ordenadora). Distingue también entre el concepto y la idea del derecho. El concepto de Derecho es de carácter puramente formal, a priori, condicionante de todo juicio jurídico, caracterizado por una voluntad vinculatoria, autárquica e inviolable. La idea de Derecho, en cambio, que se identifica con la noción de justicia, representa la orientación del contenido del Derecho, variable en la medida en que cambia la concepción de la justicia. Giorgio del Vecchio, iusfilósofo italiano apunta que en América Latina, el pensamiento jurídico filosófico ha tenido “una orientación sociológica y positivista, en constante lucha con la filosofía católica. En los últimos decenios, derrotado en forma casi definitiva el positivismo-salvo en sus vigorosos repuntes kelsenianos-, han prevalecido la neoescolástica, el neokantiano, la fenomenología, la teoría de los valores y otras actuales corrientes europeas” (Hübner Gallo. Pág.323) En una visión general de América Latina, se han destacado los siguientes iusfilósofos: Carlos Cossio y su teoría egológica en Argentina; Luis Recaséns Siches, Eduardo García Maynez y el neotomista Rafael Preciado Hernández. En Brasil, Miguel Reale y su Teoría tridimensional del Derecho. En Chile, Andrés Bello, venezolano y chileno, José Joaquín Mora, Rafael Fernández Concha y Valentín Letelier. En Perú, Manuel Vicente Villarán, Juan Bautista de Lavalle, José León Barandiarán, Mario Alzamora Valdez, Carlos Fernández Sessarego.
La mejora de la calidad normativa: Estudio comparado de procedimientos para la elaboración de normas e instrumentos para la mejora y evaluación de su calidad