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AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN

Mtra. Maricela Miranda Galván


Autoría

Respecto del concepto de autor, diversas teorías han


tratado de explicar a quien le podemos denominar autor,
entre ellas están:
 Teoría unitaria de autor

La teoría unitaria de autor no hace ninguna


diferenciación entre los distintos participes del delito,
considerando autores a todos los intervinientes que
aporten una contribución causal a la realización del tipo,
con independencia de la importancia que haya tenido su
colaboración en el marco total del suceso.
 
Según esta concepción, bastara una conexión causal con
el hecho para llegar a la conclusión de que el individuo
ha sido su autor.

Esta teoría, recibió fuertes críticas entre ellas:

La de Jescbeck, que sostuvo que el abandono del


principio de accesoriedad “difuminaría los contornos del
tipo” ya que el especifico injusto de la acción de cada
tipo se perdería con la reinterpretación que incluye a
todas las contribuciones al hecho en la causación de las
lesiones a los bienes jurídicos. Se afectaría de esta
manera la función de garantía de los tipos penales y por
lo tanto el principio de legalidad.
Según Roxín se nivelan las diferencias de significado
previas a favor de un contexto de sentido lógico
abstracto, en base a esta idea el autor, que era la figura
central del suceso en forma de acción, se convierte en
un mero causante de lesiones típicas de bienes jurídicos.

En los delitos especiales habría que considerar como


autores a sujetos que no reúnen las condiciones exigidas
por el tipo penal.
Lo mismo sucede con los delitos llamados de propia
mano, en donde solo puede ser autor quien realiza por si
la acción típica. Otra consecuencia de esta teoría, es que
la participación de los extraños en el daño de bienes
jurídicos propios (suicidio, autolesión) sería punible,
debido a que el participe lesiona bienes jurídicos ajenos
para él; mientras según el principio de accesoriedad, se
llegaría a la impunidad como consecuencia de la falta de
un hecho principal.
 Teoría subjetiva

En general se sostiene desde esta posición que será


“autor el que actúe con animus autoris, y participe, el
que lo haga con animus socii.
La teoría subjetiva al igual que la teoría unitaria, parte
de la teoría de la equivalencia de las condiciones. Según
esta posición desde la perspectiva objetiva no es posible
establecer ningún tipo de diferencia entre las
intervenciones de los distintos sujetos.
Todos los individuos que realicen algún aporte en el
hecho son sus causantes desde el punto de vista causal,
el facilitarle el arma al homicida o el acto de disparar
produciendo la muerte son idénticos. Los partidarios de
esta teoría, consideran que es necesaria la distinción
entre autor y partícipe. De esta teoría se desprendieron
otras corrientes como: la teoría del dolo, la teoría del
interés.
• La teoría del dolo, señalaba que lo distinto del autor
con respecto al participe solo cabe individualizarlo en
la independencia de la libertad del autor y la
dependencia del participe, el participe quiere el
resultado solo si el autor lo quiere.
• La teoría del interés defendida por Feuerbach, quien
afirmaba que autor es aquel que tiene animus autoris
y éste tiene o persigue un interés propio en el hecho
mientras que el participe, que se afirma tiene animus
socii, no puede tener interés independiente alguno en
la causación del delito, sino que actúa en interés
ajeno.
La teoría subjetiva también recibió duras críticas, como:

Como la de Cerezo Mir, que afirmó que la teoría de las


equivalencias solo se deduce que todas las condiciones
que llevan al resultado que son equivalentes desde el
punto de vista causal, pero lo que no se observa es que
desde el punto de vista del injusto y de la culpabilidad,
esas conductas pueden tener una significación distinta,
con lo cual no es cierto que puedan establecerse
diferencias desde el punto de vista objetivo.
 Teoría formal objetiva

Esta teoría considera como autor a quien ejecuta


personalmente ya sea total o parcialmente, la acción
típica descrita en los tipos de la parte especial. En caso
de que el delito sea pluriactivo, será autor el que realice
aunque sea alguno de los elementos típicos. Desde el
punto de vista solo se tiene en cuenta si el sujeto realiza
de propia mano el verbo típico.
Critica a la teoría formal objetiva.

La teoría formal objetiva, en principio parece ser aceptable


aunque resulta insuficiente frente a la complejidad de la
conducta humana. Por eso Cerezo Mir plantea que solo
forzando los conceptos se podrá incluir a la autoría
mediata y algunos casos de coautoría.

La teoría formal objetiva tampoco esta en condiciones de


resolver correctamente ciertas formas de coautoría. Esta
posición no podría castigar como autor, sino solamente
como cómplice, al jefe de la banda que dirija el asalto
ordenado o controlado, dado que éste sin intervenir por
propia mano, dejaba la parte menos importante a sus
cómplices. Ello complicaría un absurdo premio al
interviniente más peligroso.
Y es hasta 1915 que Hegler utilizó por primera vez la
expresión “dominio del hecho”. La teoría del dominio del
hecho es ampliamente mayoritaria en la doctrina
extranjera.

Esta teoría del dominio del hecho ha tenido varios


exponentes La teoría del dominio del hecho en la
llamada teoría final de la acción .

Welzel su teoría sobre el dominio del hecho, señala que,


en los delitos dolosos, autor es quien tiene el dominio
del hecho. Señor del hecho es aquel que consciente del
fin, lo configura en su existencia y forma de ser,
inductores y complices tienen dominio sobre su
participación, pero no sobre el hecho mismo.
En la coautoría, es la ejecución distribuida entre varias
personas, de actos parciales, interrelacionados
finalmente de una resolución de actuar sustentada
conjuntamente por todos.

La teoría del dominio del hecho en Maurach y Gossel.


Según estos defensores de la teoría, autor es quien
mantiene en sus manos, abarcado por el dolo, el curso
causal del hecho típico. Por lo tanto, el dominio del
hecho lo tiene todo aquel que puede impedir o hacer
avanzar a su albedrió, el hecho hasta su resultado final,
llegando a afirmar hasta un dominio intelectual sobre el
hecho en cuestión.
De modo que coautor es aquel que sin poner manos a la
obra supervisa el curso causal del hecho, dirigiéndolo.
Inductor es aquel cuya aportación al hecho llega hasta
determinar a cometer el hecho al aún no decidido.
Cómplice es aquel cuya cooperación se limita a reforzar
al que esta decidido a cometer el hecho, y con tal
resultado estos dos últimos no tienen en sus manos el
hecho. Por eso es coautor el jefe que dirige desde lejos
la intervención de los miembros de su banda.

La teoría del dominio del hecho para Roxin,” éste señala


que “autor es la figura central del proceso de actuación
concreto”.
El dominio del hecho se manifiesta en el dominio de
propia acción típica, que no se pierde ni por la coacción
ni por las circunstancias que excluyen la culpabilidad, ni
en los casos de instrumentalización de un tercero, ya sea
por coacción, error o incapacidad de inculpabilidad y
aun en los casos de aparatos de poder.

En México, a finales del siglo XX, un sector de los


tribunales federales abordó el problema de la coautoría,
a partir de la aplicación de la teoría del “codominio
funcional del hecho necesario y esencial para la
realización del delito”( establecida con base en de “la
teoría de dominio del hecho”, desarrollada de manera
preponderante por Welzel y Roxin.
Según dicha teoría los partícipes son responsables en
igualdad de condiciones cuando varias personas, en
consenso, mediante un plan común acordado, antes o
durante la perpetración del suceso y, en codominio
funcional del hecho punible, se dividen las acciones para
lograr su ejecución, al evidenciarse una aportación
segmentada, adecuada y esencial al hecho, aunque
formalmente no sea considerada como parte de la
acción típica.
 
ARTÍCULO 22 CPDF (Formas de autoría y participación). Son
responsables del delito, quienes:
I. Lo realicen por sí;
II. Lo realicen conjuntamente con otro u otros autores;
III. Lo lleven a cabo sirviéndose de otro como instrumento;
IV. Determinen dolosamente al autor a cometerlo;
V. Dolosamente presten ayuda o auxilio al autor para su comisión;
VI. Con posterioridad a su ejecución auxilien, al autor en
cumplimiento de una promesa anterior al delito.
Quienes únicamente intervengan en la planeación o preparación
del delito, así como quienes determinen a otro o le presten
ayuda o auxilio, sólo responderán si el hecho antijurídico del
autor alcanza al menos el grado de tentativa del delito que se
quiso cometer.
La instigación y la complicidad a que se refieren las fracciones IV y
V, respectivamente, sólo son admisibles en los delitos dolosos.
Para las hipótesis previstas en las fracciones V y VI se impondrá
la punibilidad dispuesta en el artículo 81 de este Código.
 
Formas de autoría

De acuerdo a lo establecido en el artículo 22 del Código


Penal para el Distrito Federal.

Son autores:
 El autor directo, individual o material (fracción I)
 El coautor y, (fracción II)
 El autor mediato (fracción III)

 
 Autor directo, individual o material.

Autor directo o individual es quien ejecuta por si mismo


la acción típica, aquel cuya conducta es subsumible, sin
más en el tipo de la parte especial; ( el que realiza el
hecho, por si solo; Ejemplo: como sería el que golpee y
lesiona; el que tiene acceso carnal con la menor de 12
años, el testigo que se conduce con falsedad etc.) En
estos casos el dominio de la acción es indudable, en
tanto el sujeto haya actuado con dolo y se den los
elementos del tipo.
El autor directo es la persona que: reúna la calidad que
en su caso exija el tipo penal. En los delitos dolosos
realiza el hecho con pleno dominio del mismo; en los
delitos culposos infringe un deber objetivo de cuidado; y
en los delitos de omisión infringe un deber jurídico de
actuar.

La fracción I del artículo 22 del Código Penal para el


Distrito Federal (ahora Ciudad de México), regula los
casos de autoría directa, como sigue:

Artículo 22. Son responsables del delito quienes:

I. Lo realicen por si” (autor material)


 
 Coautor

El coautor es la persona que junto con otra u otras:

Reúnan la calidad personal que en su caso exija el tipo


penal.

Interviene de tal manera que la suma de las funciones


de los intervinientes representa un dominio total o
funcional del hecho.

Son elementos de la coautoría los siguientes:

 La intervención de dos o más personas


 El acuerdo previo o concomitante
 La división de tareas.

 
Así las cosas, la coautoría exige que los intervinientes se
vinculen recíprocamente mediante un acuerdo en
común para realizar el hecho (decisión de acción
conjuntamente resuelta por todos) «codominio
funcional del hecho», en el que cada uno de ellos tenga
un cometido parcial necesario para la totalidad del plan,
que les haga aparecer como titulares de la
responsabilidad por la ejecución del hecho; así, el
acuerdo, puede ser previo o concomitante y es
precisamente esta decisión común, lo que determina la
cooperación consciente y querida que exige la coautoría
para que la responsabilidad gravite sobre todos los
intervinientes.

 
Por tanto, la existencia del acuerdo previo, expreso o
tácito para producir el resultado típico, implica una
participación consciente y voluntaria de los coautores, es
decir, la existencia de una acción de índole dolosa que
consiste en conocer y querer la realización del tipo
objetivo de un delito, toda vez que tal figura requiere
necesariamente la demostración de que el sujeto activo,
tenga conocimiento de los elementos objetivos y
normativos del tipo penal y quiere la realización del
hecho descrito por la ley (dolo).

 
En ese tenor, el aspecto decisivo en la coautoría es que
el dominio del hecho, lo tienen dos o más personas que,
en virtud del reparto funcional de tareas (principio de
división del trabajo), asumen por igual la responsabilidad
de su realización; de tal manera, que las distintas
contribuciones deben considerarse, por consiguiente,
como un todo, y el resultado total debe atribuirse a cada
autor (principio de imputación recíproca de las
contribuciones).

 
Consecuentemente, en la coautoría ejecutiva es
necesario, además del acuerdo previo de voluntades,
que se contribuya de algún modo en la realización del
delito, de tal modo que dicha contribución pueda
estimarse de acuerdo al plan común, como un eslabón
indispensable de todo el acontecer delictivo.
En ese contexto, es de suma importancia establecer, que
la teoría del codominio funcional del hecho parte de una
contemplación de la contribución del interviniente.
Siendo necesario que se de:
•Un acuerdo de voluntades;
•Una realización conjunta.
Así, los dos requisitos indispensables para la acreditación
de la coautoría ejecutiva, de acuerdo a la teoría del
“codominio funcional del hecho”, están representados
por:
1. Una decisión común al hecho, que implique, con
anterioridad al delito, la realización conjunta del
evento delictivo a través de aportaciones de carácter
esencial.
2. La realización común del hecho, a través de la
concreción del tipo penal o de actos no ejecutivos
de este.

 
Al tenor de las consideraciones precedentes, se puede
concluir que para que se actualice la coautoría ejecutiva,
de acuerdo a la teoría del codominio del hecho
funcional, por ejemplo: en el delito de homicidio, deben
actualizarse los siguientes supuestos:
a) Un acuerdo previo, expreso o tácito para cometer el
delito, es decir, plena conciencia de la cooperación
esencial del sujeto en la obra conjunta representada
previamente y querida (codominio funcional del
hecho);
b) b) La actuación de varios sujetos en la realización de
la conducta típica, a través de actos ejecutivos
pertenecientes al tipo penal o al hecho delictivo;
c) La intervención dolosa (consciente y voluntaria) de los
coautores, porque el acuerdo de voluntades, implica
conocer y querer el resultado típico (animus autoris);
d) La existencia del resultado material (muerte del
sujeto pasivo);
e) La demostración de un nexo causal entre la conducta
y el resultado mortal conjunto.

 
La fracción II del artículo 22 del Código Penal para el
Distrito Federal (ahora Ciudad de México), regula los
casos de coautoría, como sigue:

Artículo 22. Son responsables del delito quienes:

II. Lo realicen conjuntamente con otro u otros


autores”. (coautoría)

 
 Autor mediato

El autor mediato es el sujeto que valiéndose de otro


comete un delito. En los casos de autoría mediata se
instrumentaliza al autor inmediaito, de tal manera que el
sujeto de atrás (autor mediato), se vale del sujeto de
adelante (autor inmediato) para comete un cierto delito.

El autor mediato es la persona que instrumentaliza la


voluntad de otra. Se dice que un sujeto instrumentaliza a
otro, al lograr pleno dominio sobre su voluntad; es decir,
si una persona responsable se vale para perpetrar un
delito de un incapaz de voluntad, de un loco por ejemplo
entonces es posible advertir que el sujeto responsable
ha tomado como instrumento la voluntad del otro para
realizar un tal delito.
No obstante, la autoría mediata no siempre ocurre
cuando el sujeto de adelante (causante inmediato) es
precisamente un loco, hay por supuesto otras ocasiones
en que el sujeto de atrás (autor mediato) aprovecha o
genera el error de un sujeto capaz para entonces
configurar un delito. De esta manera, existe autoría
mediata cuando un sujeto se vale para delinquir del
error de otro, desde luego, aun cuando el autor
inmediato tenga plena capacidad de voluntad, es decir,
que sea imputable, otro caso más en el que existe
autoría mediata, muy a pesar de que el sujeto de
adelante sea imputable, es el que ocurre cuando se
coacciona la voluntad de otro sujeto, y es éste último
quien al final de cuentas comete el hecho.
Debe decirse que: el denominado autor inmediato (el
sujeto que ha sido instrumentalizado) no actúa típica,
antijurídica ni culpablemente.

Formas de instrumentalizar la voluntad para


constituirse como autor mediato. Por Claus Roxin
sabemos que el autor mediato puede instrumentalizar la
voluntad de una persona, ya sea coaccionándola,
haciéndola incidir en un error, o bien,
porque se trate simplemente de una persona incapaz de
voluntad; otra manera de instrumentalizar al sujeto de
adelante corresponde a la que se lleva a cabo a través de
organismos organizados de poder. Sistemáticamente la
instrumentalización de la voluntad de una persona se
puede presentar bajo las siguientes modalidades:
Dominio de la voluntad en virtud de coacción;

Dominio de la voluntad en virtud de error;

Dominio de la voluntad en virtud de estructuras de


poder organizadas; y
Dominio de la voluntad con la utilización de
inimputables y menores.
• Mediante coacción
Es autor mediato la persona que a través de la coacción
que ejerce domina la voluntad de otro. En estos casos la
decisión determinante y última sobre lo que debe
ocurrir reside en el sujeto que coacciona a otra, por ello
el derecho penal exime de responsabilidad al que actúa
de modo que ha sido coaccionado, el sujeto que ha sido
coaccionado realiza el hecho careciendo de una decisión
propia, de ahí que Roxin considera que una coacción se
presenta, siempre que conforme al ordenamiento
jurídico se exonera al autor directo de responsabilidad,
precisamente por la coacción derivada de la situación
creada por el sujeto de atrás (autor mediato).
• Inducido por el error. Entre las dificultades
dogmáticas a las que puede conducir la autoría
mediata, se encuentra aquella en que el sujeto de
atrás, si bien se aprovecha del error del sujeto de
adelante, habrá que analizar si dicho error podía o no
dentro de lo posible ser evitado por el sujeto de
adelante. Evidentemente, así lo creo, en los casos en
los que el sujeto de adelante hubiera podido evitar el
error, en esos casos, las reglas de la autoría mediata
se inflexionan. Y con más razón, se debe desvanecer
la autoría mediata cuando además de ser vencible el
error concreto, el mismo sujeto de adelante lo
hubiera propiciado. Quien domina la voluntad de otro
haciéndolo incidir en el error, domina el hecho
delictivo, precisamente porque
interfiere en el sujeto de adelante de tal manera que lo
determina a un comportamiento no doloso.
Efectivamente, cuando falta el dolo por parte del sujeto
que yerra, eso mismo fundamente el dominio del hecho
del sujeto de atrás (autor mediato). Por ejemplo y
siguiendo el criterio de Roxin: es autor mediato el sujeto
de atrás que provoca o aprovecha el error de otro acerca
de requisitos materiales de causas de requisitos de
justificación.
• Mediante un organismo organizado de poder;
Con la expresión “dominio de voluntad”, se quiere decir
que un determinado sujeto (autor mediato) domina de
alguna manera la voluntad de otro sujeto (causante
inmediato) para la perpetración de un delito.
La manera en que el sujeto de atrás (autor mediato) se
puede valer de la (voluntad) del causante inmediato,
bien puede ser por medio de un aparato organizado de
poder, o simplemente por medio de una organización.
Esta modalidad del dominio de voluntad ha sido
nombrada por la doctrina como “dominio de voluntad
en virtud de aparatos organizados de poder”, o
simplemente dominio de voluntad por organización.
El dominio de voluntad por organización siempre tiene
como presupuesto el dominio sobre una organización, es
decir, sobre un conjunto de ejecutores fungibles.

 
El dominio de voluntad por organización solo es posible
en una organización que está estructurada de modo
jerárquico lineal, y que consiste en un número
suficientemente grande de ejecutores intercambiables
de tal manera que en el dominio de voluntad por
organización se presentan las siguientes peculiaridades:
1) existe un aparato organizado de poder a disposición
del hombre de atrás (autor mediato); 2) las órdenes del
hombre de atrás serán cumplidas por las personas a él
subordinadas; y 3) la libertad de decisión de quienes
reciben la orden (subordinados) no afecta al dominio del
hecho del hombre de atrás.

 
Por presupuesto, atendiendo a estas disposiciones un
tanto descriptivas, se debe considerar mayor grado de
responsabilidad, según quien posea mayor rango de
dominabilidad. Para el caso de autoría mediata en los
organismos organizados de poder, es un criterio
adecuado de Winfried Bottke, cuando dice que en estos
casos el autor mediato es el “jefe” (superior jerárquico)
quien adopta el dominio de custodia sobre las personas
que le están subordinadas y que además causa
directamente el delito por infringir su deber de garante
al no utilizar su poder de configuración que es
jerárquicamente superior.
Igualmente, como se ha dicho, la siguiente es una
característica de la autoría mediata en los organismos
organizados de poder: en tales casos el instrumento (la
persona) de que se vale el autor mediato es fungible, de
tal manera que, al decir de Kai, ambos el dominio no es
sobre una voluntad concreta, sino una voluntad
indeterminada, ya que cualquiera que sea el ejecutor
(autor inmediato), el hecho igualmente se produciría).
• Valiéndose de un inimputable o menor de edad.

Autoría mediata por valerse por la incapacidad de


voluntad de un sujeto: otro ejemplo singular se presenta
si el sujeto de atrás, al aprovecharse de la voluntad del
sujeto de adelante, lo hace cuando el mismo se
encuentra bajo un estado de imputabilidad disminuida.
Una situación semejante se presentaría si el sujeto de
adelante se comportara bajo las singularidades de un
actio libera in causa.
La fracción III del artículo 22 del Código Penal para el
Distrito Federal (ahora Ciudad de México), regula los
casos de coautoría, como sigue:

Artículo 22. Son responsables del delito quienes:

III. Lo lleven a cabo sirviéndose de otro como


instrumento. (autor mediato)

 
Formas de participación

Son participes:
 Participe inductor (fracción IV)
 Participe cómplice (fracciones V y VI)
 
 Participe Inductor

El participe inductor es la persona que anima, convence,


instiga o determina a otra a realizar un hecho típico.
La fracción IV del artículo 22 del Código Penal para el
Distrito Federal (ahora Ciudad de México), regula los
casos de inducción, como sigue:
 Artículo 22. Son responsables del delito quienes:
IV.  Determinen dolosamente al autor a cometerlo.

 
 Participe cómplice
Es participe cómplice la persona que ayuda o auxilia a
otra a realizar un hecho típico.

Las fracciones V y VI del artículo 22 del Código Penal


para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México), regula
los casos de complicidad, como sigue:
 Artículo 22. Son responsables del delito quienes:
V. Dolosamente presten ayuda o auxilio al autor para su
comisión y
VI. Con posterioridad a su ejecución auxilien, al autor
en cumplimiento de una promesa anterior al delito.
La complicidad
En términos generales, es partícipe de la comisión de un
delito, quien contribuye al resultado típico sin ejecutar la
acción descrita por la norma penal. Nos referimos a
aquellas personas que sin tener el codominio funcional
del hecho, ayudan de manera indirecta a otras a
cometer un delito, ya sea a través de actos,
preparatorios, ejecutivos o posteriores a la realización
del evento delictivo. Dentro del rubro de partícipes
encontramos a la complicidad.
La figura del cómplice aparece en todos los
ordenamientos jurídicos, aunque con distintos matices.
En este sentido, gran parte de la doctrina establece que
es posible efectuar la diferencia, de acuerdo a la
importancia del aporte del cómplice a favor de la
realización del hecho, entre cómplices primarios o
necesarios y secundarios o no necesarios. Mientras los
primeros coadyuvan intencionalmente de un modo
principal y directo en la ejecución del hecho criminal, de
tal manera que sin su aportación no habría podido
perpetrarse el delito, los segundos únicamente cooperan
de manera secundaria e indirecta en la ejecución de
este.
Dentro de los cómplices secundarios, la ley argentina,
por ejemplo, distingue entre dos categorías; “a) los que
cooperan con anterioridad o contemporáneamente a la
ejecución de hecho” y “b) los que prestan una ayuda
posterior en cumplimiento de promesas anteriores”.
Principio de accesoriedad limitada
Conforme al principio de accesoriedad limitada, solo es
punible la participación del inductor o del cómplice,
siempre que el autor del hecho principal se hubiese
comportado de manera típicamente dolosa y
antijurídica.

Es decir, para sancionar al participe inductor o al


participe complice, es necesario:

Que el autor del hecho principal sea haya comportado


de manera típicamente dolosa; y

Que el autor del hecho principal se haya comportado de


manera antijurídica.
En los dos últimos párrafos del artículo 22 del Código
Penal para el Distrito Federal, se regula el principio de
accesoriedad limitada como sigue:

«Quienes únicamente intervengan en la planeación o


preparación del delito, así como quienes determinen
a otro o le presten ayuda o auxilio, solo responderán
si el hecho antijurídico del autor alcanza al menos el
grado de tentativa del delito que se quiso cometer».
(Principio de accesoriedad externa)
«La instigación y la complicidad a que se refieren las
fracciones IV y V, respectivamente, solo son
admisibles en los delitos dolosos». (Principio de
accesoriedad limitada). Para las fracciones V y VI se
impondrá punibilidad art. 81.
Se obtiene de lo anterior, que el participe-inductor y el
participe-cómplice ”solo responderán si el hecho
antijurídico del autor alcanza al menos el grado de
tentativa”.

Lógico que la antijuridicidad supone la existencia de un


hecho típico, (no existe antijuridicidad sin tipicidad).
Aunado a que, como se indica en el último párrafo del
artículo 22 en cuestión, la inducción y la complicidad
“solo son admisibles en los delitos dolosos”.
Principio de accesoriedad externa

Conforme al principio de accesoriedad externa, sólo es


punible la participación del inductor o del cómplice,
siempre que el autor del hecho principal hubiese
consumado el resultado, o bien, se hubiese quedado en
tentativa punible de realizarlo. Es decir, para sancionar al
participe inductor o al participe cómplice es necesario:

 Que el autor del hecho principal haya consumado el


resultado típico; o bien:
 Que el autor del hecho principal haya realizado el
hecho típico en tentativa punible.
En el penúltimo párrafo del artículo 22 del Código Penal
para el Distrito Federal (ahora Ciudad de México), se
regula el principio de accesoriedad externa como sigue:

Artículo 22 “(….) quienes determinen a otro”


(inductores) o le presten ayuda o auxilio (cómplices),
solo responderán si el hecho antijurídico del autor
alcanza al menos el grado de tentativa del delito que
se quiso cometer.”
Muchas gracias….

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