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e l Si n
id o y
o Lú c n o
Lu c i In t e r i
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¿Qué es lo que hace a uno un buen periodista?
Justicia. Prestigio. Son cosas que ni se acercan a lo que es la búsqueda de
un buen titular. Mi nombre es Lucio Lúcido, y soy un periodista magno.
Paso dos, hablar. Gran parte de la noticia es saber quién hizo qué, y para
hacerlo hay que conocer a cada persona involucrada.
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Persistir es el paso tres. Para sacar información hay que ser insistentes.
Pero, ¿y si aún así la persona se niega a hablar? Pues, está en su derecho
así que mejor toca intentar otra cosa.
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Su nombre era Mariano Justo, arquitecto. Murió desangrado por el corte de un objeto metálico.
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Creemos que se accidentó con el andamio de afuera. El cuerpo se encontró bajo los restos de este, con una herida que
le atravesó el pecho y perforó hasta la espalda.
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¿Eso es todo?
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Bueno, la hora de muerte fue a las 14:00, la victima usó su teléfono unos minutos antes y llevaba un cuaderno en el
que decía: “Reunión a las 13:00 hs”. Pero se ha establecido que son datos irrelevantes.
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Luego, comienza la verdadera investigación. Inspeccionar cada rincón
hasta encontrar toda cosa sospechosa y encontrar al culpable. ¿Qué? Sé
que es el trabajo de un detective. Pero, yo no soy un periodista magno solo
por andar mirando. Mi deber es comparar los hechos con los testimonios y,
eventualmente, resolver el caso.
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La víctima de este caso falleció por un accidente de construcción. Entonces, ¿por qué los cité aquí? Pues, porque esto
no es un accidente, ¡es homicidio!
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Hablo de que nuestro asesino es un siniestro interino. Una persona que sustituye a otra y comete un asesinato
cubriendo sus huellas con un accidente.
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Si fijan la atención al andamio roto, verán que la sangre se encuentra por encima. Pero el cadáver se encontró debajo
de los restos. ¡Una contradicción!
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Si el andamio le cayó encima, ¿qué hace esa sangre ahí? ¿No debería solo haber sangre en el suelo?
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La víctima tenía una herida de un corte que le atravesó todo el cuerpo. Estuviese boca arriba o boca abajo, la
gravedad haría que su sangre cayese. Entonces, de ninguna forma habría tanta sangre sobre el andamio.
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Simple, el culpable movió el cuerpo desde la verdadera escena del crimen hasta ahí, dejó caer el cuerpo sobre los
trozos de metal causando que la sangre se esparciera por encima, y luego se encargó de enterrar a la víctima un poco
para que parezca un accidente.
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Buenas tardes. No he podido evitar oír todo ese ruido que proviene de esta habitación.
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Curioso.
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Si nos permiten, ¿podrían evacuar esta sala? El equipo de limpieza vendrá enseguida.
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¡No!
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¿Disculpe?
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Por eso les pido que abandonen el lugar, el equipo de limpieza debe limp-
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¡No!
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Todo en esta habitación está sucio. Exceptuando una pequeña zona en la puerta.
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Es un indicio. ¿Por qué es el único lugar limpio? Porque el asesino así ocultó sus huellas.
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Aún no lo sé.
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Lamentablemente, es en vano alzar la voz si no tienes nada que decir. Hay
momentos en que las cosas no tienen una explicación. ¿Y qué hace un
periodista? ¿Dejar que la verdad se oculte y nunca salga a la luz? Por
supuesto que no. Existe un paso oculto que es igual de importante que el
resto: inventar una historia.
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¡No!
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Se acaba mi paciencia.
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Solo escuche. El culpable quería borrar sus huellas, y lo logró limpiando esta pequeña parte del suelo. Pero, no
limpió el resto de la habitación.
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Hizo lo suficiente para que no se note, y luego se marchó. No tuvo tiempo de limpiarlo todo.
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Exacto. Dejar solo esa parte sin suciedad es algo sospechoso. Pero tuvo que dejarlo así, porque, si no, alguien lo
vería.
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¿Quién?
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Forense, usted me dijo ciertas cosas sobre el caso antes. Y esto me llamó la atención.
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La victima usó su teléfono momentos antes de fallecer. Llamó a una persona, alguien conocido.
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¿Sí?
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Somos hermanos.
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Entonces está resuelto. Usted fue llamada por su hermano, por eso vino aquí. El culpable lo sabía, tuvo que haber
visto a la víctima usar su teléfono y entonces lo mató.
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Él me dijo que estaba en medio de una reunión, y que me necesitaba. Era urgente.
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Me parece curioso. ¿Cómo pudo haberle caído un andamio a la víctima en medio de una reunión?
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¡Oh!
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Supongo que al fin llegamos a la verdad de este caso. Este homicidio tuvo lugar en esta misma habitación.
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¡Ah!
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Se equivoca.
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Porque alguien más le pidió que lo haga, ¿no es así? Presumiblemente, el verdadero culpable.
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El intendente.
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Buenas tardes a todos. He estado pendiente de que el equipo de limpieza no ha llegado aquí, como solicité.
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Lo lamento, señor.
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Sí.
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Pero parece que un aviso no basta. Ahora, me temo que todos deben irse.
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¡No!
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Señor, ¿me podría explicar por qué quiere la limpieza con tanta urgencia?
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¡No!
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¡Suficiente!
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¿Pistas?
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Recibí una llamada de Mariano minutos antes de que falleciera. Él me dijo que estaba en una reunión.
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Por supuesto.
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Me temo que su lógica está mal. Dijo que la llamada fue unos minutos antes, ¿no? Entonces, ¿qué es lo que niega que
la reunión pudo haber terminado y luego la víctima se haya ido hasta el andamio?
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Nada…
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¡Ah, pero! Solo se encontró sangre de la víctima sobre el andamio, y si se supone este cayó sobre él, ¡debería haber
rastros en el suelo!
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¡Suficiente!
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Señorita forense, ¿no se le ocurrió que el arquitecto estuvo sobre el andamio a la hora del accidente y que, al caer, la
gravedad lo enterró entre los restos?
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Lo que pasa es que una historia por sí sola no sirve de nada. Debe ser
acompañada de una buena fundamentación. Por eso soy un periodista
magno. Porque no dejo que la verdad se me escape.
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¡No!
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Sí. Ahora todo tiene sentido. Sabía que el obrero que está con nosotros no querría contarme nada sobre la
construcción, así que decidí investigar. Pregunté a otros y descubrí que su zona de trabajo era frente al andamio
derrumbado, aunque algo lejos.
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¡No!
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Me temo que usted sí vio algo. Pero no puede decirlo. El verdadero culpable lo amenaza.
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Desde su posición de trabajo, era imposible hacerle algo al andamio, lo único que podía hacer era verlo, y el asesino
se dio cuenta.
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¡Bueno, ta’ bien! Yo lo vi. El patrón andaba arriba del andamio, pero nadie me dijo na’. Yo no ma’ que no te quiero
habla’ a vo’.
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¡No!
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¿Perdoná?
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¿Fue un truco?
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Desde el principio me pareció raro que el obrero que no me quiso decir nada accediera a venir conmigo a este lugar.
Como dije, nuestro asesino es un siniestro interino. Alguien que ocupa el lugar de otra persona, y se hace pasar como
tal. Y me refiero a usted, que no quiso decirme nada, porque nunca supo.
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¡Suficiente!
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Tiene más sentido cuando uno se da cuenta de la verdadera identidad de la persona que se reunió con la víctima.
Selecciona tu respuesta.
Intendente Yo
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Señor intendente. Solo usted tiene motivos para una reunión, pues, ¿con quién va a hablar el arquitecto sobre los
planos del edificio, si no el dueño?
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¡Suficiente!
¡Ah!
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Aunque seas el intendente, eres lo mismo que cualquier hombre ante la justicia…
Pagarás por tus actos…
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Fui yo.
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¿Por qué?
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Ningún detective. Ni la jueza Justo. Ni el mismo intendente. Nadie se dio cuenta que fue un asesinato.
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