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Neh. 6:1-4
Cuando oyeron… nuestros enemigos, que yo había edificado el muro: El muro estaba casi
terminado – los huecos estaban cerrados, pero las puertas aún no estaban terminadas. Para los
enemigos de Nehemías y la obra de Dios este era un momento de “ahora o nunca”. Si no hacían
algo inmediatamente para detener el trabajo, los muros serían totalmente terminados.
No esperemos menos del enemigo 1 Pe. 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono: En este tiempo, Sanbalat y
Gesem intentaron arreglar un encuentro con Nehemías – aparentemente, un encuentro
amistoso.
Mas ellos habían pensado hacerme mal: Nehemías tuvo discernimiento para ver a través de las
apariencias externas, para entender de qué era lo que trataba realmente la “amistosa” oferta de
Sanbalat.
El discernimiento es la habilidad de juzgar las cosas según la visión que Dios tiene de ellos, y no
según su apariencia externa. A menudo somos engañados por las apariencias externas.
1 Sa. 16:7
Muchos Cristianos sufren porque carecen de discernimiento. Siguen a líderes y maestros que dan
una apariencia buena, pero que no caminan en la naturaleza de Jesús. Aceptan cosas ciegamente
porque se ve y suena bien, sin compararlo a la luz de las escrituras.
Proverbios 27:6 Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que
aborrece.
¿Cómo podemos desarrollar el discernimiento?
1. Si queremos ver las cosas como Dios las ve, debemos conocer su palabra. Jn. 5:39
2. El discernimiento llega con la madurez espiritual Hebreos 5:12-14
3. El discernimiento puede ser dado como un don del Espíritu Santo 1 de Co. 12:10.
Sin discernimiento, podemos ver la invitación de un enemigo como una oferta amistosa.
Podemos considerar nuestros deseos como promesas de Dios. Podemos considerar que él está
diciendo sí pero será “después” o “ahora.” Podemos pensar que alguien es un gran hombre o un
líder espiritual cuando en realidad está haciendo daño al pueblo de Dios.
• Cualquiera que esté haciendo una obra para Dios debe enfrentarse con cientos de causas
nobles y cientos de cosas que se ven bien – y que son buenas – pero que no son las cosas a las
que somos llamados a hacer en ese momento. El discernimiento nos da enfoque.
Sal. 138:8 Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No
desampares la obra de tus manos.