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Cumpliendo nuestro principal propósito

Introducción

Imagínense tener el terreno de tierra que te gusta, donde construiste la casa de tus sueños, en
donde pusiste cada esfuerzo realizado día a día, tenías el terreno y hogar de tus sueños en donde
podías vivir tranquilo, en donde podías compartir con tu esposa o esposo, familia, hijo, etc. Cada
vez que lo ves te sientes orgulloso, de todo aquello que con esfuerzo construiste, pero más que
eso, ese lugar te permitía realizar cosas que antes no podías, y podías hacer lo que quisieras en
aquel lugar, como compartir con tus hermanos en la fe, con amigos y colegas, y en ese espacio se
daba la ocasión, incluso, de predicar el evangelio. Pero una noche en la que dormías
tranquilamente todo a tu alrededor se comienza a incendiar, y tu hogar queda destruido por las
llamas, y debes salir corriendo del lugar con solo puesto. Comienzas a vivir por un tiempo en un
lugar ajeno, añorando aquellos momentos en tu antiguo hogar que te permitía realizar tantas
cosas, pero ya no puedes, perdiste todo aquello que construiste con esfuerzo, que el Señor te
permitió tener y ser parte. Ahora imagínate que todo este incendio transcurrió en el contexto de
las quemas que hubo este verano. Al pasar el tiempo comienzas a levantarte y comienzas a
realizar planes para volver a construir en ese terreno espacioso que tenía, buscando reconstruir
aquel hogar tan bellos, que te permitió tener tan buenos momentos, y decides que en el verano
volverás a reconstruir. Comienzas cercando con madera tu terreno, pero nuevamente aparecen las
amenazas de fuego, pero tu sigues firme y confiando, trabajando y haciendo lo que debes hacer,
pero no puedes parar, debes seguir adelante, recuperar tu hogar y todo lo bueno que eso conlleva
para ti y tu familia.

Algo similar vivió el pueblo de Israel y Nehemías (salvaguardando las diferencias notorias)
Pero ten esto en mente, Jerusalén era la ciudad donde estaba la presencia de Dios, el reino de Dios
en la tierra, un lugar donde tanto Israelitas como extranjeros podían o tenían la oportunidad de
conocer al Dios creador. Jerusalén había sido destruida, llevada de la gloria al polvo, y sus
habitantes habían sido exiliados y vivieron durante un tiempo lejos de su tierra, perdiendo todo
aquello que tenían materialmente en su tierra, y además de todas las bendiciones lo que conlleva
ser parte y vivir en la ciudad de Dios.

La muralla fue construida en 52 días, una proeza de Dios, y si bien era importante levantarlas y
toda edificación de la ciudad, el fin principal era espiritual, porque de otra forma entonces la
Ciudad de Dios perderían su fin principal, su razón de existir era ser el reino de Dios, un lugar
donde habitaba la presencia de Dios y le podían conocer.

Entonces nos preguntamos ¿Bastaba solo que levantar las murallas? ¿Basta sólo tener la
edificación de nuestros templos’ ¿O debemos seguir trabajando para para los fines espirituales
para los cuales fue construida la Iglesia de Jesús?

Esto me recuerda a cuando te esfuerzas en construir tu hogar para tu familia, te pasas día y noche
construyendo o buscando la forma de conseguir un hogar, lo ordenas compras los muebles, el
televisor el refrigerador, etc, etc. Pero con los afanes dejas de lado lo importante, el fin de tener
un hogar donde vivir, que es compartir con tu familia y crecer juntos buscando y sirviendo al
Señor.

Hoy veremos este pasaje en donde vemos que Nehemías sabía que el trabajo no terminaba con la
reconstrucción de la muralla, sino que el fin era reconstruir el reino de Dios en la tierra, su trabajo
debía continuar ahora hacia lo más importante, que Jerusalén volviera a ser lo que era, un lugar
donde estaba la presencia de Dios, en donde sus habitantes conocían y aprendían de Dios y vivían
con Dios.

Reflexionaremos en torno a algunos aspectos a considerar en el camino a cumplir nuestra labor


principal en el Reino de Dios

Lectura del pasaje

1) Los éxitos en el camino a cumplir nuestro propósito, Son éxitos de Dios(15 y 16)

No fue la obra de los israelitas ni de Nehemías lo que causo el éxito, tampoco obtuvieron éxito por
atacar al enemigo, fue obra de Dios.

La palabra del Señor nos dice que la muralla fue construida en 52 días y que los pueblos enemigos
al oír y ver esta obra se sintieron humillados, pero se dieron cuenta que esta obra fue hecha por
Dios, pues de otra forma no hay posibilidad.

Salmo 127:1  Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová
no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.

Hoy uds tienen ya casi su templo listo para volver a utilizar, y a pesar de todos los
problemas, oposiciones, retrasos que pudieron tener o no, por la soberana voluntad del
Señor, ya está construido, y si así Él lo quiere lo utilizarán

Por otro lado, noten en los versículos leídos lo siguiente, mientras esta obra se hacía fueron
atacados, pero ni Nehemías ni el pueblo se levantaron en armas para humillar y avergonzar
venciendo al enemigo y terminar de construir la muralla, ellos oraron y no atacaron al enemigo, y
Dios avergonzó al enemigo, al final de cuentas los enemigos del pueblo de Dios eran enemigos
directos de Dios, y no tienen como vencerle.

Hoy es igual, no debemos pagar el mal con mal, al contrario, la palabra del Señor nos manda amar
a nuestros enemigos y hacer el bien a quien quiera hacernos el mal, y quien este contra la obra del
Señor que debemos hacer, si hay algún enemigo que quiera entorpecerla, pues entonces el Señor
intervendrá a su manera y los avergonzará, nosotros oremos y dependamos, no ataquemos.

Salmos 97:10
Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; El guarda las almas de sus santos; los libra de la mano
de los impíos.

En cristo Jesús nuestros enemigos serán avergonzados, Jesús ya los venció, de Dios es la justicia.
Dios va adelante guiando nuestros pasos, aunque seamos torpes, ningún ataque y comentario del
enemigo nos detendrá a hacer la voluntad de Dios, y cuando esta sea hecha, se avergonzaran.
Serán avergonzado también en el futuro en el juicio de Dios por su pecado y por rechazar a Jesús,
y tendrán la muerte eterna, y nosotros la dicha de Conocer a nuestro salvador y creador.

Ya examinamos este primer punto en donde vemos que Dios dirige su obra, y que si tenemos éxito
en algo, es por su poder por su obra. Ahora veremos otro aspecto considerar pero que son obras
nuestras…
2) Nuestro pecado o el pecado de la iglesia en el camino a cumplir el propósito

Nos dice la palabra de Dios que en aquellos días los nobles de Judá le mandaban muchas cartas a
Tobías, enemigo del pueblo, y las cartas de Tobías también llegaban a los nobles de Judá. Esto
sucedía ya que algunos del pueblo de Israel se casaron con mujeres extranjeras, una situación que
era un claro pecado ante los ojos de Dios. Además de esto estos hombres le hablaban a Nehemías
contándole las buenas obras de Tobías, mientras que a Tobías le decían los mensajes que
Nehemías les mandaba. Para colmo, encima de todo esto, Tobías intimidaba a Nehemías por
medio de cartas. Sólo imaginen como debía sentirse Nehemías, el haciendo esfuerzo para
reconstruir las murallas y la ciudad, pero gente de su pueblo servía como instrumento con el fin de
desalentar la obra de Dios.

Esto sucede a causa del pecado, y debemos tener cuidado Iglesia del Señor, no vaya a ser que, por
nuestro pecado, o el pecado de otros hermanos, la obra del señor comience a tener ataques, y
ahora no solamente externos, si no que ahora a causa de los de la iglesia, comencemos también a
tener problemas externos.

Miremos lo que sucedía con Tobías y el pecado de emparentarse con mujeres extranjeras
“Antes de esto, el sacerdote Eliasib, siendo encargado de la cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado
con Tobías y le había preparado una gran cámara en la que antes guardaban las ofrendas vegetales, el incienso, los
utensilios, el diezmo del grano, del vino nuevo y del aceite —que estaban asignados a los levitas, a los cantores y a los
porteros— y la ofrenda para los sacerdotes. Pero cuando sucedió todo esto, yo no estaba en Jerusalén, pues en el año
treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, volvía donde estaba el rey. Pero después de un tiempo pedí su permiso, y
cuando llegué a Jerusalén comprendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobías, preparándole una cámara
en los atrios de la casa de Dios. Esto me desagradó muchísimo y arrojé fuera de la cámara todos los enseres de la casa
de Tobías. Luego ordené que limpiaran las cámaras e hice volver allí los enseres de la casa de Dios con las ofrendas
vegetales y el incienso.”
Nehemías 13:4-9 RVA2015

Debemos velar a cada momento, orar por la obra del Señor para que así ni nuestro pecado, ni el
de otro hermano entorpezca la obra del Señor, suficientes ataques hay de afuera, como para que
ahora por nuestra propia culpa estemos más expuestos a esos ataques, y finalmente nos volvamos
instrumentos para deshonra para Dios.

10 Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.


11 Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra
potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones
celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el
fin con firmeza.
14 Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia,
15 y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
16 Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del
maligno.
17 Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.

18 Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración
por todos los santos.
(Efesios 6:10-18)

Debemos mantenernos firmes a la meta, no perder de vista nuestro propósito principal, confiar en
el Señor y depender de El para no caer en los ataques del enemigo, ni tampoco caer por nuestra
propia culpa, o sea no pecar. No debemos ser como ese atleta que yendo último, se esfuerza en
rebasar los competidores, lo logra, va en primer lugar, y antes de cruzar la meta se pone a
celebrar, bajando la velocidad, y pierde la carrera.
Nuestra meta principal es ganar la carrera, Predicar a Jesucristo, no entramparnos ni en
edificaciones, o en cualquier otra labor ni dejar de hacer la voluntad de Dios por que entre en
tentación.

Debemos examinar nuestras vidas, y si estamos cometiendo algún pecado, debemos ser
conscientes que esto podría convertirse en una piedra de tropiezo para la iglesia y nuestras vidas,
y debemos correr a los pies de Cristo a pedir perdón.

Para cumplir nuestro propósito, que es realizar nuestras labores espirituales, predicar a Jesucristo,
no basta con tener construida la muralla, ni tan solo con velar y mantenernos, mirando no caer.
También debemos hacer las acciones concretas de la labor espiritual, que veremos en el tercer
punto.

3) La verdadera meta en este camino ( leer versículos 7:1-4)

Vemos en la palabra del Señor que Nehemías coloca las puertas y también comienza a dar un
orden en la ciudad, para continuar el trabajo y la adoración a Dios, siguen caminando al propósito
central que tenía y tiene el Reino de Dios “Glorificar a Dios, dar a conocer a Dios y también poder
disfrutar de Él, viviendo en su presencia”.

Se asignan porteros, cantores, levitas reactivando así los servicios del templo, o las labores
relacionadas con la adoración de Dios y el cumplimiento de las leyes ceremoniales.
Luego Nehemías pone a cargo en Jerusalén hombres temerosos de Dios y les da instrucciones
claras de lo que deben hacer (lectura versículo 3)

Considerar conceptos de
Portero. También traducido como guarda o guardia de la puerta (2 Samuel 18:26; 1 Crónicas 9:22). A los levitas
que tenían a su cargo las diferentes entradas al templo se los llamaba porteros (1 Crónicas 9:17; 15:18; 2 Crónicas
23:19). El portero se ubicaba en la puerta de la ciudad, y entre los pastores era responsable por el cuidado de las
puertas del corral. En tiempos de David, el número de los porteros o guardias del templo ascendía a 4.000 (23:5).

Cantor. Un vocalista profesional o entrenado. La música hebrea fue fundamentalmente vocal (2 Samuel 19:35).
Salomón compuso canciones ( 1 Reyes 4:32). El coro especial de David sumaba 288 integrantes (1 Crónicas 25:7).

Comienzan a prepararse para el servicio y adoración a Dios, que es una de nuestras metas
principales. El fin de a reconstrucción siempre fue ese, reconstruir el reino de Dios en la tierra, y
uno de los pasos importantes, aún más que levantar la muralla era este, reactivar la adoración.

Esto nos hace pensar en lo siguiente, hoy uds están cerca de volver a un templo, que con ansias
esperan, pero ese nos el fin último en este proceso, el fin es volver a reactivar la adoración y el
servicio a Dios de la iglesia que pertenecen acá en Yungay.
No perdamos esto de vista, que la iglesia presbiteriana vuelva a brillar en Yungay como un lugar en
donde está la presencia de Dios, un lugar donde se reciban a los sedientos por conocer a Jesús,
una congregación que viva para Dios y que Yungay entero lo sepa, que Dios está con un uds
porque son el pueblo de Dios, una iglesia que predique el evangelio de Jesucristo a todos.

A veces se nos pierde el foco central de por qué estamos en el reino de Dios y hay asuntos como
construir un templo o los baños del templo etc, que nos pueden desviar de nuestro foco principal.
Entonces prepararemos y pongamos nuestras vidas al Servicio de Dios, somos la Iglesia de
Jesucristo tengamos o no tengamos templo, y debemos seguir adorando y sirviendo al Señor, sin
perder el foco de cuál es nuestra principal.

Dice la palabra del señor “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

También dice ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han
oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito:
¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!

Es importante tener un lugar para Adorar, es importante el Edificio, pero seguimos siendo iglesia,
ocupemos nuestro tiempo en lo que es más importante aún que es propósito de nuestra vida, en
las labores espirituales de predicar el evangelio, glorificar a Dios, mostrar y hablar de Jesús.

b) Termina este versículo diciendo que la ciudad era espaciosa y grande, pero había poca gente
dentro de ella y las casa no estaban reconstruidas. Sin duda les quedaba mucho camino por
delante, seguía estando el espacio para todos aquellos israelitas que debían volver del exilio, y sin
duda también había espacio para aquellos que Dios quería agregar a su pueblo.

Hoy uds talvez son pocos, y si Dios quiere se añadirán los que había antes y otros más, debemos
trabajar y orar por ello.

Para pensar y practicar

1) ¿Estamos reconociendo que es la obra de Dios y que el la dirige? ¿Cómo estamos enfrentando
los ataques del enemigo?

En el camino a cumplir nuestro propósito debemos reconocer que Dios va adelante y dirigiendo
nuestro caminar, y cuidándonos, y cada cosa que hacemos, cada éxito que tenemos es por su
intervención, por su obra. Nuestro deber es orar, confiar y obedecer. Y en este sentido, ante los
ataques del enemigo no debemos pagar mal con mal, sino que siempre debemos hacer el bien.

2) En el camino a cumplir nuestro propósito ¿Estamos siendo instrumentos de bendición o un


estorbo en la obra de Dios? ¿Estamos velando y perseverando, manteniendo firmes en Jesús?

Veamos de qué lado estamos, si estamos contribuyendo al reino de Dios, o estamos tan alejados
de Dios que estemos perseverando en el pecado, poniendo así oposición a la obra de Jesús. Si
estamos en el segundo caso, pues nos toca pedir perdón y arrepentirnos de nuestro pecado

3) ¿Cuál es nuestra verdadera meta hoy? ¿Volver a tener el edificio donde se ralizan los cultos o
trabajar en el avance del Reino de Dios y el esparcimiento del evangelio de Dios en mi ciudad?

Debemos ser como Nehemías, todo este esfuerzo que hacemos en construir estos templos no es
nuestro fin en sí mismo, sino que es reconstruir el Reino de Dios y predicar el evangelio.

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