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EL ESPAÑOL DE AMÉRICA

Antes de la colonización de América en el año de 1492, el continente estaba poblado


por habitantes autóctonos de diferentes razas y culturas que tenían su propia lengua
vernácula. Cuando Cristóbal Colón llegó a estas tierras, se encontró con cientos de
culturas diferentes, cada una con su propia lengua: el náhuatl, el maya, el taíno, el
quechua, el aimara, el guaraní, el mapuche… Se hizo imprescindible la presencia de
intérpretes (europeos o autóctonos) que hicieran de intermediarios entre los indígenas
y los españoles. En ocasiones, para facilitar el entendimiento entre los españoles y los
indígenas americanos, se fomentó el uso de una lengua autóctona, como el quechua
en Perú o el náhuatl en México. Los misioneros, sobre todos franciscanos y jesuitas,
cumplieron un importante papel, ya que elaboraron diccionarios y gramáticas que
ayudaron al aprendizaje y al conocimiento de las lenguas indígenas.
Sin embargo, durante la época colonial, comprendida entre el año 1492
y el siglo XIX, se llevó a cabo un proceso de hispanización, es decir se
implantaron la lengua y la cultura hispanas en los pueblos que
habitaban aquellas tierras. El español se convirtió en una herramienta
de control y de comunicación muy valiosa para los conquistadores y
los misioneros. En el mismo año de la llegada de Colón a América, se
publicó la primera Gramática de la lengua castellana, de Antonio de
Nebrija. Esta obra se utilizó como modelo normativo para facilitar la
enseñanza del idioma a los indígenas
RASGOS LINGÜÍSTICOS DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA
El español, además de ser la lengua oficial España, también lo es en la mayoría de los países de Centroamérica,
Sudamérica y México, donde adopta unas características propias. En el mapa podemos observar la zona en la que
se habla
EL LÉXICO SE CARACTERIZA POR LOS SIGUIENTES
RASGOS:
Empleo de arcaísmo, es decir, términos cuyo significado en la actualidad
resulta anticuado. Por ejemplo en la provincia del Azuay Cuenca se
emplea la frase: «Vino el señor donoso». Donoso tiene la acepción de:
hombre guapo. Introducción de numerosos neologismos: cuadra
(distancia entre dos bocacalles), estampilla (sello).
Uso de palabras con acepciones distinta: saco (chaqueta, costal), carro
(coche, auto) manejar (conducir)
El vocabulario se ha enriquecido, sobre todo, por las lenguas indígenas,
especialmente por náhuatl ( cacao, tiza, aguacate, chicle, chocolate), y las
pertenencias al grupo lingüístico andino-ecuatorial.
GRUPO ANDINO – ECUATORIAL
QUICHUISMOS

Nuestro español en Latinoamérica tiene muchos préstamos de las


lenguas indígenas que poblaron esas tierras antes de la llegada de los
españoles. Algunas de esas palabras son usadas no únicamente por el
país que ocupa el territorio de los pueblos ancestrales, sino que se han
expandido a todos los países de habla hispana. Aquí unos ejemplos: •
cacique (de lengua caribe) chicle (del náhuatl) • canoa (del taíno)
cigarro (del maya) • huracán (del taíno) iguana (del arahuaco antillano)
• chocolate (del náhuatl) papa (del quichua) • aguacate (del náhuatl)
puma (del quichua)
Sin embargo, el español del Ecuador tiene algunas particularidades,
pues existen ciertos quichuismos que solo son empleados dentro
del país. Los quichuismos son préstamos léxicos de la lengua
quichua que están integrados en el español del Ecuador, y
especialmente en el español de la región Interandina. Veamos
algunos ejemplos de quichuismos utilizados en nuestro país: •
chapa (policía) chaquiñán (atajo) • chugchucara (plato típico) •
huasipungo (pequeño terreno) • chulla (impar) guango (trenza) •
pupo (ombligo) llucho (desnudo) • canguil (maíz para rosetas)
mote (maíz)
Existen quichuismos como préstamos puros y quichuismos adaptados al
español. Por ejemplo, palabras como yahuarlocro, achachay, changa o
carishina, son calcadas de la lengua quichua, mientras que amarcar (del
quichua marcana) o poroto (de purutu), se han adaptado para que empaten
con las formas del español. Observa estas palabras del quichua para designar
a los hermanos y hermanas:
Como te habrás fijado, ñaña es la palabra que nosotros hemos adquirido del quichua, la
cual si bien es un calco, también la hemos adaptado para referirnos a un hermano,
cambiando el género de la palabra a ñaño. Así, existen muchos ejemplos de palabras
quichuas que se han incorporado al español ecuatoriano, pues en nuestro país conviven
hablantes del español y del quichua, lo cual genera un constante intercambio cultural.

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